Historia (Autoguardado)
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Historia (Autoguardado)
Grupo : 005
Fecha: 04-04-2020
Manuel Antonio nació en Salcedo el 17 de diciembre de
1907, no en 1910 como se ha repetido.
Era hijo de María Heriberta Tejada y Luis María Florentino,
padre de otros 20 hijos pero la que fue su esposa. Luis
María lo reconoció después que se graduó de médico.
Entonces él lo aceptó como segundo apellido, el Tejada que
lleva es de su mamá.
María Heriberta, modista, maestra, partera, alfabetizó al
inquieto muchacho y le enseñó las reglas básicas de
matemáticas. Él compensó el esfuerzo de la abnegada
mujer trabajando desde niño para ayudarla
económicamente.
Fue limpiabotas, mensajero, cargador de maletas del
ferrocarril. En su afán de estudiar se trasladó a la casa de
su abuela Leonora Toribio viuda Tejada, en San Francisco
de Macorís, que completó su enseñanza.
Regresó a Salcedo e ingresó en la Escuela Graduada de la
señorita María Josefa Gómez, y viajaba a Santiago a recibir
los exámenes para obtener el título de Bachiller en Ciencias
Físicas y Naturales.
Aprendió música con el profesor Ramón Díaz y tuvo la
oportunidad de ser el primer salcedense en dirigir la Banda
de Música local.
Tocaba guitarra, tambora, cornetín, bandoneón. Su hijo , el
gran músico Manuel Tejada, manifiesta que era de carácter
alegre, gustaba de las fiestas, era gran bailador y en sus
años mozos llevaba serenatas.
Moro Pillet, de La Vega, le enseñó ebanistería por lo que
más tarde instaló en Salcedo el taller que le facilitaría los
medios para entrar a la Universidad de Santo Domingo a
estudiar medicina.
Terminada la carrera se estableció en Villa Tenares donde
fundó clubes y organizó sociedades, como había hecho en
Salcedo con la introducción de los Boy Scouts, el odfelismo,
la masonería.
Gran Maestro de la Logia Número 39, fue también miembro
prominente del Club Rotario.
En Tenares y Salcedo construyó escuelas, bibliotecas,
logias, centros deportivos, algunos de los cuales llevan hoy
su nombre.
El 23 de marzo de 1942, dos años después de graduarse,
nació en Salcedo su primer hijo, Víctor Manuel, cuya madre
es Altagracia Polanco con quien el doctor Tejada Florentino
procreó también a Lucía Altagracia.
En Tenares conoció a Sofía Tabar, con quien casó el 27 de
diciembre de 1942. Es la madre de sus hijos Rosa Leonor,
José Ignacio, Ana Sofía y Manuel Antonio.
Otra hija es Marina Estela, fruto de su unión con Josefa
Fernández.
Todos son profesionales reconocidos, Manuel Antonio,
además de médico veterinario, es músico y arreglista
exitoso.
Dice que "Papá reconoció a todos sus hijos, nos dio calor de
padre, quiso que todos conviviéramos como familia, nos
conociéramos y quisiéramos como hermanos. Le debo los
recuerdos más gratos de mi infancia, los mejores Reyes de
Salcedo eran los míos. Pero su preocupación principal con
nosotros era la educación. Año por año me mandaba los
libros que necesitaba. Cuando entré al bachillerato me
inscribió en La Salle, el mejor colegio de varones de esa
época, los muchachos estudiaron en el Santo Domingo. O
sea que, lo que él no tuvo, quiso dárnoslo, comenta."
Lo evoca alto, con unos dientes hermosísimos, agradable,
simpático, caballeroso, galán. Tejada escribió poemas y
discursos que se perdieron. Su oratoria más memorable fue
la que pronunció en San Cristóbal, Trazando nuestro propio
rumbo hacia la paz, en la que dejaba entrever su oposición
al régimen.
En el 14 de Junio
Aunque no hay una obra dedicada a la vida y el martirio del
destacado patriota, escritor, músico, masón, odfelo, poeta,
maestro, muchos son los trabajos publicados sobre su
actuación en la resistencia antitrujillista.
En 1951, cuando regresó de México donde hizo su
especialidad en el Instituto Nacional de Cardiología, pocos
podían sospechar sus sentimientos contra el régimen pues
era el médico de José Arismendi Trujillo (Petán) y de Julia
Molina, madre del tirano. Jamás sacó provecho de estas
relaciones, afirma su hijo.
Su estancia en México le permitió entrar en contacto con un
sistema de gobierno muy distinto al nuestro, opina Tejada
Polanco, y esa diferencia reafirmó su oposición, ya
afianzada por el dolor que le produjo el asesinato y la
desaparición de su hermano Rafael, también víctima de la
satrapía.
Recuerdo que hablaba abiertamente de Trujillo, no se
cuidaba, y mamá le decía: Manuel, no hables así.
Fue uno de los más decididos fundadores del Movimiento
Revolucionario 14 de Junio y, según Fafa Taveras, colaboró
con la organización de todos los focos antitrujillistas
distinguiéndose como uno de los principales orientadores
intelectuales del Movimiento.
Fue electo presidente del Comité del Distrito Nacional,
añade, pero declinó. De su autoría, según Taveras, es el
esbozo de lo que vendría a ser la plataforma de lo que
Tejada Florentino llamaba Partido Revolucionario
Institucional Dominicano.
En papeles de la Logia se asegura que Minerva Mirabal lo
convenció para el cambio de nombre.
En Santo Domingo, Tejada Florentino vivió en la calle
Socorro Sánchez y en la avenida Bolívar. Su hijo cuenta: Se
levantaba de madrugada, iba al Gautier, regresaba al
medio día, de ahí salía para el consultorio y llegaba tarde
porque hacía visitas domiciliarias a los pacientes.
Asistía al club, la logia, después compró una finca en
Sevicos y viajaba los fines de semana. En la casa
organizaba reuniones científicas para mantenerse al día.
Entre sus colegas estaban José Antonio Fernández
Caminero y Nicolás Pichardo.
Gustaba brindar las cosas más nuestras: agua de coco, de
limón, dulces criollos. Era una persona admirable. Nos dejó
como legado su sensibilidad, el patriotismo, el haber sido
de procedencia tan humilde y llegar donde llegó. Se dolía
de los pobres y le mortificaban la explotación y la
ignorancia. Colegas suyos, como Antonio Zaglul y Ángel
Concepción, decían que su consultorio era el más lleno, por
eso siempre salía más tarde, cansado y cojeando, pero
siempre sonreído…
Trataba, en su mayoría, pacientes de escasos recursos
económicos a quienes regalaba la consulta y el tratamiento.
Después de una agotadora jornada de trabajo, sus bolsillos
estaban vacíos…
Bencosme