HISTORIA FOTOGRAFIA - Lima
HISTORIA FOTOGRAFIA - Lima
HISTORIA FOTOGRAFIA - Lima
Vi la primera nieve.
Esta mañana olvidé
lavarme la cara.
Basho
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E n sus primeros tiempos la fotografía incidental
se caracterizó por el formato vertical, casi
siempre con un tamaño de 17 x 11 centímetros.
Asimismo, el negativo también podía adquirirse.
En buen número de fotografías existen impresiones
que adjuntan la pequeña plancha química
Posteriormente, en la década de 1950, las tomas engrampada al positivo. Y en otras un pequeño
se hicieron de frente o de costado y las medidas se papel pegado dice: Postal y negativo, 5.00 soles.
redujeron al formato postal de 13 x 8 centímetros. En casi todas, la dirección del retratado aparece
En ellas no importó el ángulo estudiado, la escrita con lápiz al reverso, zonas de Lima como el
composición pensada o el verse bien, pero sí el rostro Cercado, Jesús María, Breña, La Victoria, el Rímac,
nítido para que el cliente pueda reconocerse. Pues la incluso más lejanas como Magdalena, Miraflores y
foto incidental es tal cual, así como queda, al estilo San Isidro, aparecen anotadas.
rápido y salvaje. Son fotografías puras, instantáneas
sociales, sin ademanes ni poses estudiadas en Sin embargo, sus fotos no poseían pretensiones
busca de la figura ideal. Quizás borrosas, con poca artísticas, no estaban destinadas a museos o galerías,
definición, pero no por ello una mala foto, tal como sino a los hogares de una Lima en medio de vertiginosos,
suelen dictaminar las convenciones. ¿Quién no ha radicales, cambios sociales y urbanísticos.
visto, o tiene, o es parte de una de estas imágenes?
3. “Los especialistas en historia urbana llevan mucho tiempo interesándose por lo que ellos llaman a menudo ‘la ciudad como artefacto’.” Burke, Visto y
no visto. El uso de la imagen como documento histórico.
4. Son cerca de un millar de fotografías incidentales las que este proyecto ha logrado reunir.
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Fuente: Archivo El Incidente.
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M ediante investigaciones pioneras y teorizaciones
claves en la historia reciente ha surgido la
presencia del fotógrafo como artista y de la fotografía
depredados, rotos y desgarrados tras la muerte del
propietario, cientos de familias atravesaron difíciles
momentos económicos y remataron hasta sus
como arte en el Perú. Se recuperaron entonces los últimos fulgores sin temor a la pérdida de memoria,
primeros nombres y exponentes junto al oportuno sin miedo al olvido, al morir y no dejar estela de lo
interés por la preservación, rescate y adquisición vivido, a borrar las huellas impresas en su vida. Los
de archivos: entre ellos, Martín y Víctor Chambi, ladrones también colaboraron a través de la venta de
Sebastián Rodriguez, los hermanos Vargas, Juan lo robado en viejas casas y casonas.
Manuel Figueroa Aznar y muchos otros.
Reflexión: la destrucción del álbum fotográfico es el
Simultánea a esta historia de discontinuidades5 término brutal de la visión que tenemos de nosotros
y logros, otra corría subterráneamente en las mismos y del entorno. Es imparable e inevitable.
décadas finales del siglo XX. Enormes cantidades de Es el destino de las cosas cotidianas al interior de
documentos comenzaron a poblar oscuros puestos sociedades dominadas por el vértigo de los cambios
de antigüedades, o a cruzar la ciudad sobre carretillas rápidos. Esa masa química sin estudio ni atención o
a pedal, como fragmentos de vidas, de momentos virtudes artísticas –y sin intenciones de tenerlas– late
que pocos recuerdan, de historias que ya nadie en cajas. Fragmentadas memorias en fotografía de
puede contar. Miles de álbumes fotográficos fueron las que se desprenden diversas miradas y más que
polvo: variadas formas de análisis y despliegue. Es
materia, esencia que no se desmaterializa aún. De allí
proviene El Incidente.
5. “… el fotógrafo Billy Hare respondió a la pregunta sobre la tradición fotográfica local diciendo simplemente que ‘La fotografía peruana no ha tenido
ninguna continuidad en el tiempo’. En el contexto del reciente auge del género fotográfico en el Perú, sus palabras obligan a una reflexión acerca de
esa percepción de una historia marcada por rupturas y desencuentros. Pero tal vez habría que pensar que esta discontinuidad puede ser en realidad
un punto de partida en el intento de pensar una tradición”. Majluf y Villacorta, Documentos. 1960-1990. Tres décadas de fotografía en el Perú.
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Cabeza de girasol, que
lo único que hace es
seguir la luz del día.
Peter Handke
7
A l popularizarse la fotografía en nuestra región,
un cambio radical aconteció en la vida de los
peruanos, especialmente, en la manera de eternizar
y dejar constancia de sus recuerdos y experiencias.
Es en ese proceso y hacia la década de 1920 que
aparecen las primeras fotos incidentales en el país a
través de los nacientes reporteros gráficos.
6. Ver portada de la edición 3686, del domingo 18 de junio de 1922 del diario limeño La Crónica: un collage hecho a mano y tinta
de fotos incidentales.
7. “Cabe la posibilidad de que, sin ser concientes de esa relación, fuera placentero para las personas verse representadas de
manera similar a un referente simbólico suyo”. Ledesma, Fotografía en las aceras de Guadalajara. Representación, imagen e
historia.
8. Consultar: McElroy, Early Peruvian Photography. A critical case study.
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Transitando por una ajetreada avenida o concurrido
jirón y armados tan solo de una cámara colgada al sudoroso
cuello, observaban el paso de las personas. Elegido el solitario
caminante, la pareja apurada o el alegre grupo, el incidente
fotográfico se producía simultáneo al súbito disparo o a la luz
del flashazo. “¡Foto!” “Una Instantánea ¿señora, joven?”, eran
gritos y preguntas que muchas veces llegaban tarde o no eran
necesarias.
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…la urbe se erguía como un gran estudio, un
telón de fondo a través del cual las casas
fotográficas emprendían su último intento por
Había que ir hacia el público, importunarlo como a
personaje de diario o revista. “Se necesita oficio, buen
gusto y también algo de paciencia”, dice el fotógrafo
sobrevivir a un nuevo problema: la masificación y César Alcántara, entrevistado por el diario La Prensa
rápido éxito de las cámaras instantáneas de bajo en 1973 en la Plaza San Martín9. La foto incidental se
precio a finales de la década de 1950. “Lindas fotos convirtió en una nueva forma de mirarse, de gozarse
en colores tomadas por Ud.”, fue el lema del estudio como fugaz centro de atención en medio del gentío,
Runcie Graphs ubicado en la sétima cuadra del Jirón de entregarse a hambrientos cazadores de instantes
de la Unión y encabezado desde 1935 por el fotógrafo cuya intensa actividad amateur corría simultánea a
de origen jamaiquino, Walter Osborne Runcie los procesos artísticos de la imagen en el país, pero
Stockhausen (1881 - 1966). Especialista en tomas sin contacto alguno. La vida cotidiana comenzaba a
áereas, Runcie fue principal proveedor de equipos de verse como espectáculo10.
bajo precio y gran portabilidad. La autosatisfacción
del aficionado volvía inútil al fotógrafo desconocido. “Te decían: ‘Señor, le hemos tomado una foto,
denos su dirección’. Y te van convenciendo y así
Incluso los sobres de papel donde se entregaban iban por la avenida pues tenían que acabar su rollo,
los impresos ya revelados, eran soporte de lemas y tenían que terminarlo para poder entregarlos para su
publicidades. “Las fotos, documentos para el futuro, revelado”, testimonio del Sr. Germán S.
requieren nitidez y claridad. Esto depende no solo
de las personas que las toma, sino también del
laboratorio que las revela”, anunciaba en grandes
letras el estudio Foto Neumann, ubicado frente
al edificio Wiese, en la quinta cuadra de la calle
Filipinas, hoy Carabaya y cuyo sello aparece en gran
número de fotografías incidentales. “Entréguenos un
negativo bueno y le haremos una bonita ampliación”,
publicaba en el suyo la Casa Baselli, situada en la calle
Bodegones, tercera cuadra de Carabaya. “Las fotos
que alegrarán mañana, hay que tomarlas hoy”, otro
lema en el sobre del estudio Salomón, de la Plaza San
Martín nº 909.
9. Izurieta, Ana María. Los últimos fotógrafos ambulantes. La Prensa, 8 de julio de 1973. p. 11.
10. Ver: Debord, La sociedad del espectáculo.
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…y se me cruza ese tipo con cámara al cuello.
Al día siguiente alguien tocó la puerta de mi
cuarto de hotel diciéndome: ‘ya tengo tu foto’. Nunca
podría pagarte, tienes que ver su ropa, si está bien
vestido, su buen porte si es varón. Y con las damas era
casi negocio seguro y si estaban con sus niños mucho
supe cómo consiguió la dirección”, testimonio del mejor. Ellas son más fáciles de convencer porque son
señor Tejada, recogido en marzo de 2012 durante la un poco más vanidosas y están orgullosas de sus
inauguración de la exposición El Incidente, fotografía hijos, así que o les tomaba a ellas en familia o solo al
peatonal en Lima, 1940 - 1960. niño o niña”, único testimonio del fotógrafo Sr. Javier
Bahamonde, recogido en la Plaza de Armas de Lima
Son claros los tiempos y características formales en 2012. Falleció en 2015.
de la fotografía incidental como objeto de consumo
entre los limeños. Se trata de vistas en blanco y negro Pero algo más queda y se desprende de estas
o sepia, la gran mayoría de mujeres y niños de las vistas: el postrero resplandor del Centro de Lima
décadas de 1940 hasta finales de 1960. y el testimonio de una sociedad que poco a poco
fue alejándose de él. Tanto El Incidente, como la
“Uno sabía a quien tomarle la foto. Había que fotografía incidental, son las últimas reacciones
tener ojo para eso. No ibas a gastar tu rollo de visuales producidas entre la relación ciudad y los
película en alguien que solo viéndolo sabes que jamás estudios fotográficos en vías de extinción.
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¿ Por qué desapareció la fotografía incidental?
Son varias las hipótesis que podemos considerar,
o sumar. Primero, el rápido éxito que las cámaras
Tercero, el encarecimiento de los materiales
fotográficos. Cuarto, el continuo cierre de los
estudios debido a los radicales cambios económicos
instantáneas con flash incorporado –entre ellas la y sociopolíticos desde mediados del siglo pasado.
Polaroid– tuvieron en el Perú a partir de los años Quinto: no desapareció, mutó a otros ámbitos, los
60, por lo que la fotografía incidental resulta como fotógrafos incidentales, los de calle y caminatas,
“tránsito único” entre los fotográfos minuteros con se anclaron en aeropuertos, en plazas conocidas o
cámara de “cajón”, trapo negro sobre la cabeza y la en la puerta de una iglesia esperando la salida de
masificación de los equipos de bajo precio y fácil uso10. novios e invitados.
Segundo, el “afeamiento” de la ciudad y el cambio
radical de sus zonas más emblemáticas: el Centro de Cada posible respuesta surge al vernos a nosotros
Lima dejó de ser el escenario por excelencia. Algo mismos, observarnos caminar desde el ayer, sin
registrado durante las violentas y convulsionadas temores de por medio, directos hacia el futuro11.
décadas de 1970 a 1990. El Incidente se convierte así en una forma de
contemplar nuestra sociedad: la pequeña historia
que surge detrás de la gran historia.
11. Contradictorio y triste a la vez: esta misma masificación y la notable “portabilidad” de los equipos, facilitó la salida de los fotógrafos al exterior y
su recorrido por las calles. Los continuos avances tecnológicos respecto a las cámaras derivaron en la propia desaparición del género incidental.
12. “Como todos saben, los pueblos primitivos temen que la cámara los despoje de una parte de su identidad”. Sontag, Sobre la Fotografía.
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Fuente: LA PRENSA, 8 de julio de 1973
15
C ualquier investigación es solo un puente que
se ramifica hacia otras situaciones. Es más, se
trata de una puerta que abre otra puerta tras la
el valor de culto, el valor cultural de la imagen en
la actualidad “ocupa una última trinchera que es el
rostro humano”, en su recuerdo, por ser ya lejano y
cual la historia se desvive en un sinfín de pistas desaparecido. He allí su belleza incomparable.15
y de rastros. Es algo que solo culmina cuando el
investigador lo cree necesario; después de él, las Es la belleza de un nuevo y popular género
posibilidades siguen abiertas para la mirada y fotográfico nacido de la única escuela a la que tantos
atención de quien desee abordarlas. fotógrafos amateurs podían optar en ese momento,
la de la sobrevivencia. Enfrentamos así un rudo
“Lo pequeño es hermoso”,12 pero para El Incidente cosmorama, un fenómeno sociocultural que va más
esta motivación, casi transformado en un lema, no allá de los valores y esquemas de la historia del arte
fue suficiente. Sí, es bello, a diferencia de lo “poco”, dejando atrás la atracción puramente estética en
que es distinto. Por eso la búsqueda casi febril de beneficio de una reflexión histórica.
aquellos rastros con el fin de armar –¿o rearmar?– un
gran cuerpo que permita una lectura mayor de la que Con todo, las fuentes principales de esta
pudieran ofrecer una, dos, tres o diez fotografías. Un investigación son los recuerdos, no hay nada
cuerpo compuesto y armado por mil fotos (como en escrito, todo es fugaz, todo reside en memorias
este proyecto) quizás pueda decirnos algo más: la voz cada vez más borrosas.
del documento suena más fuerte.
Y el recuerdo es el único motivo por el que se
Un organismo de presencias anónimas, sostiene El Incidente: es por él, que los retratados
capturadas por anónimos fotógrafos que proponían adquirían estas imágenes; es por el recuerdo doloroso
anónimamente la búsqueda de su identidad. que sus descendientes guardan o se deshacen de
Pioneros del retrato urbano limeño cuyos nombres aquellas pertenencias; es por el recuerdo de un
a lo mejor nunca conoceremos, documentalistas de oficio ya desaparecido y enterrado junto a los últimos
una urbe en rápida transformación menospreciados fotografos incidentales, que no logramos oír sus
por su situación “callejera” y “ambulante” por parte voces. Aquella voz.
de los fotógrafos de estudio, el medio artístico13 y por
la sociedad en general. Pero la fotografía incidental es
su legado: retazos de historias y situaciones; de auras –Entonces debes seguir buscando, reuniendo,
que deja lo ya desaparecido. Respirar lo lejano.14 ir detrás de álbumes familiares y de cestas de
anticuarios para hallar más imágenes con todas
En cualquier ensayo sobre el retrato urbano en esas cualidades. ¡A la calle! ¡Al centro de la ciudad!
Lima, la ausencia será el “pinchazo” necesario para su –Al contrario, llegó el momento de buscar su valor
desarrollo, pues puede convertirse en ese punctum secuencial, la continuidad de su valor histórico y
que menciona Barthes a través de la situación de documental en pos de un testimonio de época,
una clase media limeña difuminándose en sus en el cual un acontecimiento trivial trasciende
bases y estructuras. Walter Benjamin sostiene que por su alto poder de evocación. Mira el panorama
13. Lo pequeño es hermoso, título del célebre ensayo del economista E. F. Schumacher. Observar el traslado de nociones desde otros campos –como
el de la economía– hacia la investigación artística.
14. “De hecho, fuera de [Bill] Caro, la escena urbana no tendría una representación pictórica sino hasta principios de los 80, con Carlos Enrique
Polanco”. (ib) Majluf y Villacorta.
15. “¿Qué es propiamente el aura? Un entretejido muy especial de espacio y tiempo: aparecimiento único de una lejanía, por más cercana que
pueda estar. Reposando en una tarde de verano, seguir la línea montañosa en el horizonte o la extensión de la rama que echa su sombra
sobre aquel que reposa, eso quiere decir respirar el aura de estas montañas, de esta rama.” Benjamin, La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica.
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de personas, de cafés, de cines, de
cantinas, de monumentos y edificios.
Y mira también cómo se acumulan las
fotos sobre la mesa, desprendiendo algo
inasible pero necesario.
–Allí están para que continúes con lo
del último fulgor, el adiós a una época,
apelando a la nostalgia a flor de piel.
–Podría dejar de lado todo eso.
–¿Y hacia donde irías?
–Al siguiente paso, hacia un sueño de
años. Donde duerme el largo resplandor
del retrato urbano limeño, esperando
fundirme con su rastro, con esa luz
que resiste en distintas formas de ver
(¿podremos considerar en algún rincón
de la historia a las fotos incidentales como
retratos?) Luego nos dejaríamos develar,
descubrir, iluminando la memoria de
quienes están por llegar, quizás así
podamos ver cuánto hemos cambiado,
qué es lo que dejamos atrás y qué nos
espera por delante.
–Vamos, pero será solo cómo un
flashazo, efímero, anónimo, fugaz, sólo
otra foto acumulada sobre tu mesa,
como hasta ahora.
–Sí, como un flashazo, pero sobre todo,
empeñado en “preservar la sombra,
antes que la sustancia perezca”.17
16. “El valor cultural de la imagen tiene su último refugio en el culto al recuerdo de los seres queridos, lejanos o desaparecidos. En las primeras
fotografías vibra por vez postrera el aura en la expresión fugaz de una cara humana. Y esto es lo que constituye su belleza melancólica e
incomparable”. (ib.) Benjamin.
17. “Preservar la sombra antes que la sustancia perezca” (secure the shadow, ere the substance fade), era el lema comercial de los primeros
fotógrafos norteamericanos en el siglo XIX. En Lima, esta frase fue utilizada por el daguerrotipista itinerante J.W.Newland, conocido también
como Juan Newman procedente de New Orleans, para promocionar su estudio transitorio de la calle Rifa Nº 51 (hoy tercera cuadra del jirón
Miró Quesada). Su anuncio apareció en el diario El Comercio entre septiembre y octubre de 1846 (imagen superior). Newland murió pocos años
después mientras viajaba entre Nueva Delhi y Meerut en la India, “mutilado con gran barbarie”, durante la rebelión de 1857 en contra de la
dominación británica. Su último estudio fue registrado en Calcuta. Contreras, Santos Inocentes. Tránsito de imágenes. Una mirada histórica y
estética sobre el deterioro.
17
1. Barthes, Roland. La cámara lúcida. Nota sobre la
fotografía. Paidos Comunicación. Ediciones Paidos Ibérica.
Barcelona: 1989.
18
12. Izquierdo Ríos, Francisco. El Gorrión (“Los cuentos de
Adán Torres”). En: Cuentos. Obra completa. Tomo I. Fondo
Editorial de la UNMSM. Primera edición. Lima: 2010.
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LISTADO DE ESTUDIOS
DESAPARECIDOS EN LIMA
(ACTIVOS ENTRE 1940 Y 1960)
20
15. Laboratorios Fotográficos Lima. [Sin dirección] (Activo
en la década de 1960)
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Miguel Aguirre Vega, Miguel Aguirre Rodríguez, Francis Alys, Teresa Arias Rojas,
Sergio Barón, Elda Benvenuto, Gustavo Buntinx, Dr. Arturo Camacho Becerra,
Centro Fundación Telefónica, Camilo Contreras, Camila Figallo,
Lucía García de Polavieja, José Marcial Gonzales Tello, Osmar Gonzales, Natalia Gutiérrez,
Brenda Ledesma, Juana Medina, Raúl Mendoza, Esther Navarrete Álvarez,
Luis Repetto, Germán Salas Paredes, Laura Sánchez Yurivilca,
Aquiles Salazar Flores, Herman Schwarz, Servais Thissen, Susana Torres,
Solís Rosas, Jorge Villacorta, Martín Ugaz, Casa de la Literatura Peruana
y a todos los fotógrafos anónimos y sus retratados.
Fotografías:
Archivo El Incidente – CANAL MUSEAL
Asesoría editorial:
Álvaro Lasso, Gustavo Gutiérrez y Julio Vega.
Av. Bolivia 1006, Breña-Lima 05
Teléfonos: (51-1) 635 6480 / 990281073 Apoyo editorial:
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y Stefanie Kaiser.
Impreso en:
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(Plaza Ramón Castilla) Cercado de Lima.
El suplemento El Flashazo forma parte de El Incidente.
HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA BIBLIOTECA Fotografía peatonal en Lima 1940 - 1960.
NACIONAL DEL PERÚ N° 2018-02118
Todos los derechos reservados
Primera edición, febrero 2018 Daniel Contreras M.
Tiraje: 1000 ejemplares
Las opiniones expresadas en la presente publicación son de exclusiva responsabilidad del autor.
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