La teoría de la dependencia surgió en América Latina en los años 1960-1970 para explicar la pobreza y el subdesarrollo a través de factores externos como el sistema económico internacional. Sus principales representantes usaban los conceptos de centro-periferia para describir la relación desigual entre países desarrollados y en desarrollo. La teoría argumenta que el comercio internacional debilita a los países pobres al forzar su especialización en materias primas de bajo valor agregado, mientras que los países ricos se benef
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La teoría de la dependencia surgió en América Latina en los años 1960-1970 para explicar la pobreza y el subdesarrollo a través de factores externos como el sistema económico internacional. Sus principales representantes usaban los conceptos de centro-periferia para describir la relación desigual entre países desarrollados y en desarrollo. La teoría argumenta que el comercio internacional debilita a los países pobres al forzar su especialización en materias primas de bajo valor agregado, mientras que los países ricos se benef
La teoría de la dependencia surgió en América Latina en los años 1960-1970 para explicar la pobreza y el subdesarrollo a través de factores externos como el sistema económico internacional. Sus principales representantes usaban los conceptos de centro-periferia para describir la relación desigual entre países desarrollados y en desarrollo. La teoría argumenta que el comercio internacional debilita a los países pobres al forzar su especialización en materias primas de bajo valor agregado, mientras que los países ricos se benef
La teoría de la dependencia surgió en América Latina en los años 1960-1970 para explicar la pobreza y el subdesarrollo a través de factores externos como el sistema económico internacional. Sus principales representantes usaban los conceptos de centro-periferia para describir la relación desigual entre países desarrollados y en desarrollo. La teoría argumenta que el comercio internacional debilita a los países pobres al forzar su especialización en materias primas de bajo valor agregado, mientras que los países ricos se benef
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TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
ANTECEDENTES
El debate científico-marxista sobre el subdesarrollo latinoamericano inició desde la
década de 1920 y, desde una perspectiva transdisciplinaria, continuó en las décadas de 1930, 1940 y 1950. El primer análisis sociológico marxista lo realizó el peruano José Carlos Mariátegui, quien es considerado el primer marxista de América Latina, al acentuar y destacar a las masas indígenas como el auténtico "proletariado" del continente y ensalzar la necesidad de una revolución socialista (Mariátegui, 1928, [1995]). Todo este comportamiento político fue influenciado por el sindicalismo radical de Georges Sorel (1847-1922), celebre filósofo francés y teórico del sindicalismo revolucionario.
Mariátegui consideraba que la conquista española escindió la historia y la economía
del Perú, porque antes de la llegada de los europeos existía una economía sólida y un bienestar material retribuido por la organización colectivista de la sociedad incaica. Por el contrario, sostenía el marxista peruano, la conquista instauró una economía feudal, que pretendía la explotación de los recursos naturales; nunca los españoles pretendieron una fuerza colonizadora como los ingleses en Estados Unidos, sino formalizar una burocracia, lo cual determinó la economía republicana. En ese sentido, la política económica de la Corona Española impedía el surgimiento de una burguesía en las colonias, quién consideró necesaria la independencia para asegurar su desarrollo capitalista.
Los estudios histórico-antropológicos los elaboraron Gilberto Freire y Caio Prado
Junior; el primero ejercitaba una sociología de fuerte contenido antropológico, ecológico, psicoanalítico e histórico, mientras Prado (1960) basado en el marxismo explayó una obra histórica de gran calado y complejidad sobre la sociedad colonial y la revolución brasileña.
Josué de Castro (1964; 1968; 1974; 1976) proporcionó a la medicina y a la geografía
humana de un enfoque económico, sociológico y antropológico moderno, provocador de un debate mundial del hambre y su geopolítica y, estimulador de controversias y polémicas académicas-intelectuales sobre el subdesarrollo y sus vínculos con la ecología.
Por su parte; Medina Echavarría elaboró análisis sociológicos hispanoamericanos, fue
inspirador por la obra de Raúl Prebisch, quien será estudiado en la teoría estructuralista. Sergio Bagú (1952), investigó desde el marxismo, innovadoramente, el carácter capitalista del proyecto colonial ibérico; su metodología de análisis marxista ha sido modernizada por los recientes avances en ciencias históricas y sociales. Guerreiro Ramos, fue precursor en el estudio de las fuentes del movimiento negro y del conflicto cultural. Deotro lado, Florestan Fernandes (2008), fue promotor y animador de un proyecto filosófico metodológico fundamentado en el funcionalismo durkheimniano, weberiano y la dialéctica marxista, el cual contribuirá a la evolución del pensamiento latinoamericano. Gino Germani (1962; 1964; 1969), creador de un modelo de desarrollo sustentado en la metodología de las ciencias sociales, resultado de combinar el enfoque de las ciencias sociales norteamericanas con su liberalismo frenético.
Este conjunto acumulado de propuestas metodológicas reflejaba la densidad creciente
del pensamiento social latinoamericano, capaz de integrarse en una corriente teórica con identidad temática propia que superaba las metodologías y propuestas científicas importadas de los países centrales y planteaba praxis más realista, es decir, pertinencia.
La teoría de la dependencia fue un intento serio de sintetizar todas las propuestas
metodológicas y desde las ciencias sociales para construir un movimiento desde lo local (latinoamericano), pero con argumentos intelectuales y científicos, así como cosmovisión histórica. Esta teoría floreció a mediados de los años sesenta del siglo XX, como exteriorización del pensamiento político, social y económico de América Latina, constituyéndose en un aparato intelectual y científico que permitiese estudiar las características del desarrollo socioeconómico iniciado después de la Gran Depresión.
Resumiendo, los antecedentes, dos son las fontanas constitutivas:
• La teoría estructuralista o pauta centro-periferia, amparada y defendida por Raúl
Prebisch, desde la Comisión Económica para América Latina ( CEPAL), un ordenamiento regional perteneciente a la Organización de Naciones Unidas (ONU). El célebre contador y economista argentino, creador de la tesis Prebisch-Singer, criticó la teoría ortodoxa neoclásica y propuso una política de desarrollo hacia adentro conocida como Industrialización Por Sustitución de Importaciones (ISI), la cual fue un precedente teorizador e ideológico inmediato del enfoque de la dependencia.
• El debate latinoamericano sobre el desarrollo sustentado en el marxismo clásico y
neo-marxismo de Paul Baran y Paul Sweezy, quienes cuestionaron el subdesarrollo económico latinoamericano, resultado histórico del capitalismo. De esta forma, siguiendo a Blomström y Hettne (1990, p.15) cuatro son las corrientes de la teoría de la dependencia:
• Corriente cepalina, autocritica estructuralista, quienes orientaron sus trabajos a
explicar el desarrollo producto de variables endógenas, de la insuficiente dinámica de las estructuras socioeconómicas, lo cual produjo un estancamiento estructural. Según estos autores el subdesarrollo es producto de la interacción de factores internos y externos; no basaron sus propuestas en factores externos, en etapas dedesarrollo hacia fuera en la ISI. Sobresalen Oswaldo Sunkel, Celso Furtado, Aníbal Pinto, Aldo Ferrer, Helio Jaguaribe y Fernando Fanjzylber.
• Neomarxismo, Baran-Sweezy, economistas marxistas, escribieron juntos El capital
monopolista: un ensayo sobre la economía estadounidense y el orden social, donde afirmaban que las economías de mercado no reguladas tenían tendencia al estancamiento y a desarrollar oligopolios en las cuales pocas compañías sobrevivían, empujando al alza los precios y desanimando la actividad económica, debido a la ausencia de competencia. Con el estudio comparativo del marxismo clásico y el neo- marxismo influenciaron a integrantes del CESO y son precursores de la teoría de la dependencia- • La corriente neomarxista fundamentada en los trabajos de Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra, pertenecientes como investigadores al Centro de Estudios Socioeconómicos de la Universidad de Chile (CESO).
• Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, dos estudiosos de la dependencia desde
una visión marxista no ortodoxa, caracterizando el proceso histórico estructural de la dependencia en función de las relaciones de clase.
• André Gunder Frank, quien en su posición de negar un vínculo estrecho con el
marxismo solidifica y concreta la teoría de la dependencia fuera de la ortodoxia marxista.
DESARROLLO
La teoría de la dependencia germinó en América Latina en los años sesenta y setenta
del siglo XX, la cual intenta explicar su pobreza y subdesarrollo a través de factores externos, que son el resultado del sistema económico internacional.
Sus intelectuales representantes utilizaban con frecuencia los conceptos centro-
periferia para especificar el tipo de relación predominante en ese entonces entre los países del primer mundo y los países del tercer mundo. El modelo centro-periferia pormenoriza la relación entre las economías centrales autosuficientes y prósperas, y las economías periféricas, aisladas, débiles y poco competitivas. Contrariando la teoría neoclásica en el supuesto de que el comercio internacional beneficia a todos los participantes, la teoría de la dependencia considera que solo las economías centrales se favorecen.
Esta conceptualización, utilizando la dualidad metrópoli-satélite, describe que la
economía mundial posee un diseño desigual y muy perjudicial para los países no desarrollados, que reciben un rol de subordinación de producción de materias primas con bajo valor
Esbozo paradigmático de la teoría de la dependencia. Una perspectiva desde la
economía del desarrollo Elías Moré Olivares
agregado, en tanto que las decisiones fundamentales se realizan en los países
centrales, con producción de alto valor agregado.
La teoría de la dependencia consideraba que el comercio internacional debilita a los
países pobres incrementando la pobreza, mediante diversos mecanismos. Por ejemplo, la teoría de la ventaja comparativa, mediante la especialización internacional establece para las economías periféricas el papel de productores-exportadores de materias primas como petróleo, carbón y productos agrícolas y consumidores- importadores de productos industriales y tecnológicamente avanzados, lo cual significa un deterioro de los términos de intercambio; en otras palabras, cada vez es necesario producir y vender más libras de café para comprar un televisor con mayor valor agregado.
Además, la monopolización de las economías centrales facilita que los desarrollos
tecnológicos deriven en aumentos salariales y de precios, mientras en los países periféricos la mano de obra ilimitada mantiene salarios bajos. Como consecuencia de las dos conceptualizaciones anteriores, los países de América Latina aplicaron una estrategia de desarrollo apoyada en el proteccionismo comercial y la ISI, siendo la CEPAL su foco de discusión. Posteriormente, algunos economistas como Samir Amin y Theotonio Dos Santos generalización esa conceptualización y la asociaron al concepto de desarrollo desigual. En México, su núcleo intelectual fue la Facultad de Economía y el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, descollando autores como Ceceña Gámez, Fernando Carmona, Rodolfo Stavenhagen, Horacio Flores de la Peña y Pablo González Casanova. De acuerdo con los autores anteriores, la teoría de la dependencia apoya las siguientes premisas:
• El subdesarrollo está directamente relacionado con la expansión de los países
industrializados.
• Desarrollo y subdesarrollo son dos aspectos diferentes del mismo proceso.
• El subdesarrollo no es ni una etapa ni una precondición para el desarrollo.
• La dependencia no se limita a relaciones entre países, sino que también crea
estructuras internas en las sociedades.
La teoría de la dependencia surgió con el propósito de explicar las causas del
subdesarrollo en América Latina, retomando formulaciones de la teoría del imperialismo. La diferencia fundamental es que esta teoría considera al desarrollo y al subdesarrollo como dos realidades contrapuestas y cuestiona la noción de desarrollo autónomo, poniendo en duda la posibilidad de superar la dependencia dentro del marco del capitalismo.
La teoría de la dependencia otorgó una gran importancia al movimiento internacional
de capitales, tanto en lo que se refiere a las inversiones extranjeras directas – predominantes en esa época– como a las transferencias de capital desde los países periféricos hacia los centrales –intereses, remesas de utilidades, regalías, patentes, fuga ilegal de capitales, etc.–. La dependencia financiera y la tecnológica (Marini, 1993) se ubicaron en el centro de la discusión, desplazando el eje de las relaciones comerciales desiguales como causa determinante de las asimetrías entre el centro y la periferia. La situación de dependencia externa de los países latinoamericanos era posible –según este enfoque– porque se contaba con el apoyo de los gobiernos nacionales y las élites más cercanas al poder, beneficiadas con la subordinación a las políticas que imponían los centros.
Corrientes principales dentro de la teoría
La teoría de la dependencia se expresa en un núcleo central de ideas y una gran
riqueza de matices entre los diferentes autores. A los fines de este trabajo se adopta la clasificación de las corrientes principales de la teoría de la dependencia presentada por Blomströn y Hettne:
Una corriente es la estructuralista, nacida a partir de una autocrítica de los
científicos sociales ligados a la CEPAL, que plantea los límites del proyecto de desarrollo nacional autónomo que ellos mismos habían propuesto y en la que están Osvaldo Sunkel, Celso Furtado y Raúl Prebisch.
Otra es la corriente neomarxista, basada fundamentalmente en los trabajos de
Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra y otros investigadores del Centro de Estudios Socioeconómicos de la Universidad de Chile (CESO).
La dependencia según sus autores
Autores destacados nos aportan argumentos para el análisis de la teoría de la
dependencia y la discusión sobre su vigencia en América Latina:
“Por dependencia entendemos una situación en que la economía de ciertos
países está condicionada por el desarrollo y la expansión de otra economía a la que está sometida” (Dos Santos, 1970:216). El capitalismo transnacional crea una nueva división internacional del trabajo, que conduce hacia la “desintegración nacional” en América Latina en la medida en que los “conglomerados transnacionales” toman posiciones preponderantes en las economías nacionales, e introducen una brecha en sociedades en las que la mayoría de la población resulta marginada (Sunkel, 1971). A nivel nacional e internacional se observan dos tipos de polarizaciones: primero, una división del mundo entre países, con los desarrollados de un lado y los subdesarrollados del otro, y segundo, una división dentro de los países entre grupos “avanzados” (integrados) y otros “atrasados” (marginales, dependientes). Entre los grupos avanzados de los países desarrollados y de los subdesarrollados se produce una estrecha vinculación en términos de patrones y niveles de vida (Sunkel, 1976). La formación de grupos sociales minoritarios que acceden a patrones de consumo similares a los países centrales, constituye un hecho determinante para la perpetuación de las condiciones de subdesarrollo y dependencia en la periferia (Furtado, 1971). El tipo de relación entre los factores internos y externos determina el proceso de desarrollo en América Latina y el modo en que el sistema mundial incide en los distintos países (Cardoso y Faletto). La dependencia no es contradictoria con el desarrollo; la expresión “desarrollo dependiente asociado” sirve para señalar esa situación (Cardoso). La formulación “desarrollo del subdesarrollo” de Gunder Frank, implica que cuando una economía dependiente crece se agudizan los rasgos particulares que la separan del capitalismo existente en los países avanzados. Esto equivaldría a decir que a mayor desarrollo capitalista, más dependencia (Marini, 1993). La dependencia involucra la sobreexplotación del trabajo en los países subordinados, según Marini. Esta sobreexplotación se desprende de la necesidad del capitalismo de evitar la disminución de su tasa de ganancia a consecuencia del intercambio desigual entre los países dependientes y los dominantes. Los salarios de los países dependientes se mantienen bajos porque el consumo de los trabajadores no es tan necesario para la realización de las mercancías, ya que éstas en su gran mayoría se exportan hacia los países desarrollados (Kay, 1991). “En nuestros días, la temática que tenemos que enfrentar es la del carácter actual del imperialismo, las relaciones económicas internacionales en esta fase, las formas de relación con las estructuras nacionales, las contradicciones que genera, las alternativas que plantea a las clases sociales, las formas de lucha que se desarrollan en consecuencia, las perspectivas programáticas hacia una nueva sociedad”. (Dos Santos, 1968:499)
MODALIDADES DE LA DEPENDENCIA
La dependencia, como expresión histórica del capitalismo, asumió diversas formas
en América Latina (Dos Santos, 1970):
La dependencia colonial, de naturaleza exportadora, en la que el capital
comercial y financiero domina las relaciones económicas entre los europeos y las colonias mediante el monopolio ejercido por los primeros sobre la tierra, las minas y la mano de obra de los países colonizados.
La dependencia financiera–industrial, que se consolidó a fines del siglo XIX,
caracterizada por el dominio del capital de los centros hegemónicos y su expansión al exterior mediante la inversión en la producción de materias primas y productos agrícolas para el consumo de los centros (desarrollo “hacia fuera”, según la CEPAL).
La dependencia tecnológica–industrial, tras la finalización de la Segunda
Guerra Mundial, basada en las corporaciones multinacionales que realizaron sus inversiones en industrias conectadas al mercado interno de los países subdesarrollados, estimulando el ingreso de capital financiero en la región.
La dependencia financiera–especulativa, que se sitúa a partir de mediados de
la década de 1970 cuando la abundante oferta de “petrodólares” fomentó la especulación financiera desde los países centrales y un colosal endeudamiento de los países periféricos. Estos movimientos financieros desembocaron en la crisis de la deuda externa de la década de 1980 –con altísimas tasas de interés y mayor especulación– y en las políticas de liberalización financiera de la década de 1990, en pleno auge del modelo neoliberal del capitalismo.