Teoría de La Dependencia

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TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

ANTECEDENTES

El debate científico-marxista sobre el subdesarrollo latinoamericano inició desde la


década de 1920 y, desde una perspectiva transdisciplinaria, continuó en las décadas
de 1930, 1940 y 1950. El primer análisis sociológico marxista lo realizó el peruano
José Carlos Mariátegui, quien es considerado el primer marxista de América Latina, al
acentuar y destacar a las masas indígenas como el auténtico "proletariado" del
continente y ensalzar la necesidad de una revolución socialista (Mariátegui, 1928,
[1995]). Todo este comportamiento político fue influenciado por el sindicalismo radical
de Georges Sorel (1847-1922), celebre filósofo francés y teórico del sindicalismo
revolucionario.

Mariátegui consideraba que la conquista española escindió la historia y la economía


del Perú, porque antes de la llegada de los europeos existía una economía sólida y un
bienestar material retribuido por la organización colectivista de la sociedad incaica. Por
el contrario, sostenía el marxista peruano, la conquista instauró una economía feudal,
que pretendía la explotación de los recursos naturales; nunca los españoles
pretendieron una fuerza colonizadora como los ingleses en Estados Unidos, sino
formalizar una burocracia, lo cual determinó la economía republicana. En ese sentido,
la política económica de la Corona Española impedía el surgimiento de una burguesía
en las colonias, quién consideró necesaria la independencia para asegurar su
desarrollo capitalista.

Los estudios histórico-antropológicos los elaboraron Gilberto Freire y Caio Prado


Junior; el primero ejercitaba una sociología de fuerte contenido antropológico,
ecológico, psicoanalítico e histórico, mientras Prado (1960) basado en el marxismo
explayó una obra histórica de gran calado y complejidad sobre la sociedad colonial y la
revolución brasileña.

Josué de Castro (1964; 1968; 1974; 1976) proporcionó a la medicina y a la geografía


humana de un enfoque económico, sociológico y antropológico moderno, provocador
de un debate mundial del hambre y su geopolítica y, estimulador de controversias y
polémicas académicas-intelectuales sobre el subdesarrollo y sus vínculos con la
ecología.

Por su parte; Medina Echavarría elaboró análisis sociológicos hispanoamericanos, fue


inspirador por la obra de Raúl Prebisch, quien será estudiado en la teoría
estructuralista. Sergio Bagú (1952), investigó desde el marxismo, innovadoramente, el
carácter capitalista del proyecto colonial ibérico; su metodología de análisis marxista
ha sido modernizada por los recientes avances en ciencias históricas y sociales.
Guerreiro Ramos, fue precursor en el estudio de las fuentes del movimiento negro y
del conflicto cultural. Deotro lado, Florestan Fernandes (2008), fue promotor y
animador de un proyecto filosófico metodológico fundamentado en el funcionalismo
durkheimniano, weberiano y la dialéctica marxista, el cual contribuirá a la evolución del
pensamiento latinoamericano. Gino Germani (1962; 1964; 1969), creador de un
modelo de desarrollo sustentado en la metodología de las ciencias sociales, resultado
de combinar el enfoque de las ciencias sociales norteamericanas con su liberalismo
frenético.

Este conjunto acumulado de propuestas metodológicas reflejaba la densidad creciente


del pensamiento social latinoamericano, capaz de integrarse en una corriente teórica
con identidad temática propia que superaba las metodologías y propuestas científicas
importadas de los países centrales y planteaba praxis más realista, es decir,
pertinencia.

La teoría de la dependencia fue un intento serio de sintetizar todas las propuestas


metodológicas y desde las ciencias sociales para construir un movimiento desde lo
local (latinoamericano), pero con argumentos intelectuales y científicos, así como
cosmovisión histórica. Esta teoría floreció a mediados de los años sesenta del siglo
XX, como exteriorización del pensamiento político, social y económico de América
Latina, constituyéndose en un aparato intelectual y científico que permitiese estudiar
las características del desarrollo socioeconómico iniciado después de la Gran
Depresión.

Resumiendo, los antecedentes, dos son las fontanas constitutivas:

• La teoría estructuralista o pauta centro-periferia, amparada y defendida por Raúl


Prebisch, desde la Comisión Económica para América Latina ( CEPAL), un
ordenamiento regional perteneciente a la Organización de Naciones Unidas (ONU). El
célebre contador y economista argentino, creador de la tesis Prebisch-Singer, criticó la
teoría ortodoxa neoclásica y propuso una política de desarrollo hacia adentro conocida
como Industrialización Por Sustitución de Importaciones (ISI), la cual fue un
precedente teorizador e ideológico inmediato del enfoque de la dependencia.

• El debate latinoamericano sobre el desarrollo sustentado en el marxismo clásico y


neo-marxismo de Paul Baran y Paul Sweezy, quienes cuestionaron el subdesarrollo
económico latinoamericano, resultado histórico del capitalismo. De esta forma,
siguiendo a Blomström y Hettne (1990, p.15) cuatro son las corrientes de la teoría de
la dependencia:

• Corriente cepalina, autocritica estructuralista, quienes orientaron sus trabajos a


explicar el desarrollo producto de variables endógenas, de la insuficiente dinámica de
las estructuras socioeconómicas, lo cual produjo un estancamiento estructural. Según
estos autores el subdesarrollo es producto de la interacción de factores internos y
externos; no basaron sus propuestas en factores externos, en etapas dedesarrollo
hacia fuera en la ISI. Sobresalen Oswaldo Sunkel, Celso Furtado, Aníbal Pinto, Aldo
Ferrer, Helio Jaguaribe y Fernando Fanjzylber.

• Neomarxismo, Baran-Sweezy, economistas marxistas, escribieron juntos El capital


monopolista: un ensayo sobre la economía estadounidense y el orden social, donde
afirmaban que las economías de mercado no reguladas tenían tendencia al
estancamiento y a desarrollar oligopolios en las cuales pocas compañías sobrevivían,
empujando al alza los precios y desanimando la actividad económica, debido a la
ausencia de competencia. Con el estudio comparativo del marxismo clásico y el neo-
marxismo influenciaron a integrantes del CESO y son precursores de la teoría de la
dependencia-
• La corriente neomarxista fundamentada en los trabajos de Theotonio Dos Santos,
Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra, pertenecientes como investigadores al Centro de
Estudios Socioeconómicos de la Universidad de Chile (CESO).

• Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, dos estudiosos de la dependencia desde


una visión marxista no ortodoxa, caracterizando el proceso histórico estructural de la
dependencia en función de las relaciones de clase.

• André Gunder Frank, quien en su posición de negar un vínculo estrecho con el


marxismo solidifica y concreta la teoría de la dependencia fuera de la ortodoxia
marxista.

DESARROLLO

La teoría de la dependencia germinó en América Latina en los años sesenta y setenta


del siglo XX, la cual intenta explicar su pobreza y subdesarrollo a través de factores
externos, que son el resultado del sistema económico internacional.

Sus intelectuales representantes utilizaban con frecuencia los conceptos centro-


periferia para especificar el tipo de relación predominante en ese entonces entre los
países del primer mundo y los países del tercer mundo. El modelo centro-periferia
pormenoriza la relación entre las economías centrales autosuficientes y prósperas, y
las economías periféricas, aisladas, débiles y poco competitivas. Contrariando la teoría
neoclásica en el supuesto de que el comercio internacional beneficia a todos los
participantes, la teoría de la dependencia considera que solo las economías centrales
se favorecen.

Esta conceptualización, utilizando la dualidad metrópoli-satélite, describe que la


economía mundial posee un diseño desigual y muy perjudicial para los países no
desarrollados, que reciben un rol de subordinación de producción de materias primas
con bajo valor

Esbozo paradigmático de la teoría de la dependencia. Una perspectiva desde la


economía del desarrollo Elías Moré Olivares

agregado, en tanto que las decisiones fundamentales se realizan en los países


centrales, con producción de alto valor agregado.

La teoría de la dependencia consideraba que el comercio internacional debilita a los


países pobres incrementando la pobreza, mediante diversos mecanismos. Por
ejemplo, la teoría de la ventaja comparativa, mediante la especialización internacional
establece para las economías periféricas el papel de productores-exportadores de
materias primas como petróleo, carbón y productos agrícolas y consumidores-
importadores de productos industriales y tecnológicamente avanzados, lo cual significa
un deterioro de los términos de intercambio; en otras palabras, cada vez es necesario
producir y vender más libras de café para comprar un televisor con mayor valor
agregado.

Además, la monopolización de las economías centrales facilita que los desarrollos


tecnológicos deriven en aumentos salariales y de precios, mientras en los países
periféricos la mano de obra ilimitada mantiene salarios bajos.
Como consecuencia de las dos conceptualizaciones anteriores, los países de América
Latina aplicaron una estrategia de desarrollo apoyada en el proteccionismo comercial y
la ISI, siendo la CEPAL su foco de discusión. Posteriormente, algunos economistas
como Samir Amin y Theotonio Dos Santos generalización esa conceptualización y la
asociaron al concepto de desarrollo desigual. En México, su núcleo intelectual fue la
Facultad de Economía y el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM,
descollando autores como Ceceña Gámez, Fernando Carmona, Rodolfo Stavenhagen,
Horacio Flores de la Peña y Pablo González Casanova. De acuerdo con los autores
anteriores, la teoría de la dependencia apoya las siguientes premisas:

• El subdesarrollo está directamente relacionado con la expansión de los países


industrializados.

• Desarrollo y subdesarrollo son dos aspectos diferentes del mismo proceso.

• El subdesarrollo no es ni una etapa ni una precondición para el desarrollo.

• La dependencia no se limita a relaciones entre países, sino que también crea


estructuras internas en las sociedades.

La teoría de la dependencia surgió con el propósito de explicar las causas del


subdesarrollo en América Latina, retomando formulaciones de la teoría del
imperialismo. La diferencia fundamental es que esta teoría considera al desarrollo y al
subdesarrollo como dos realidades contrapuestas y cuestiona la noción de desarrollo
autónomo, poniendo en duda la posibilidad de superar la dependencia dentro del
marco del capitalismo.

La teoría de la dependencia otorgó una gran importancia al movimiento internacional


de capitales, tanto en lo que se refiere a las inversiones extranjeras directas –
predominantes en esa época– como a las transferencias de capital desde los países
periféricos hacia los centrales –intereses, remesas de utilidades, regalías, patentes,
fuga ilegal de capitales, etc.–. La dependencia financiera y la tecnológica (Marini,
1993) se ubicaron en el centro de la discusión, desplazando el eje de las relaciones
comerciales desiguales como causa determinante de las asimetrías entre el centro y la
periferia. La situación de dependencia externa de los países latinoamericanos era
posible –según este enfoque– porque se contaba con el apoyo de los gobiernos
nacionales y las élites más cercanas al poder, beneficiadas con la subordinación a las
políticas que imponían los centros.

Corrientes principales dentro de la teoría

La teoría de la dependencia se expresa en un núcleo central de ideas y una gran


riqueza de matices entre los diferentes autores. A los fines de este trabajo se adopta la
clasificación de las corrientes principales de la teoría de la dependencia presentada
por Blomströn y Hettne:

Una corriente es la estructuralista, nacida a partir de una autocrítica de los


científicos sociales ligados a la CEPAL, que plantea los límites del proyecto de
desarrollo nacional autónomo que ellos mismos habían propuesto y en la que están
Osvaldo Sunkel, Celso Furtado y Raúl Prebisch.

Otra es la corriente neomarxista, basada fundamentalmente en los trabajos de


Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra y otros investigadores del
Centro de Estudios Socioeconómicos de la Universidad de Chile (CESO).

La dependencia según sus autores

Autores destacados nos aportan argumentos para el análisis de la teoría de la


dependencia y la discusión sobre su vigencia en América Latina:

 “Por dependencia entendemos una situación en que la economía de ciertos


países está condicionada por el desarrollo y la expansión de otra economía a la
que está sometida” (Dos Santos, 1970:216).
 El capitalismo transnacional crea una nueva división internacional del trabajo,
que conduce hacia la “desintegración nacional” en América Latina en la medida
en que los “conglomerados transnacionales” toman posiciones preponderantes
en las economías nacionales, e introducen una brecha en sociedades en las
que la mayoría de la población resulta marginada (Sunkel, 1971). A nivel
nacional e internacional se observan dos tipos de polarizaciones: primero, una
división del mundo entre países, con los desarrollados de un lado y los
subdesarrollados del otro, y segundo, una división dentro de los países entre
grupos “avanzados” (integrados) y otros “atrasados” (marginales,
dependientes). Entre los grupos avanzados de los países desarrollados y de los
subdesarrollados se produce una estrecha vinculación en términos de patrones
y niveles de vida (Sunkel, 1976).
 La formación de grupos sociales minoritarios que acceden a patrones de
consumo similares a los países centrales, constituye un hecho determinante
para la perpetuación de las condiciones de subdesarrollo y dependencia en la
periferia (Furtado, 1971).
 El tipo de relación entre los factores internos y externos determina el proceso de
desarrollo en América Latina y el modo en que el sistema mundial incide en los
distintos países (Cardoso y Faletto).
 La dependencia no es contradictoria con el desarrollo; la expresión “desarrollo
dependiente asociado” sirve para señalar esa situación (Cardoso).
 La formulación “desarrollo del subdesarrollo” de Gunder Frank, implica que
cuando una economía dependiente crece se agudizan los rasgos particulares
que la separan del capitalismo existente en los países avanzados. Esto
equivaldría a decir que a mayor desarrollo capitalista, más dependencia
(Marini, 1993).
 La dependencia involucra la sobreexplotación del trabajo en los países
subordinados, según Marini. Esta sobreexplotación se desprende de la
necesidad del capitalismo de evitar la disminución de su tasa de ganancia a
consecuencia del intercambio desigual entre los países dependientes y los
dominantes. Los salarios de los países dependientes se mantienen bajos
porque el consumo de los trabajadores no es tan necesario para la realización
de las mercancías, ya que éstas en su gran mayoría se exportan hacia los
países desarrollados (Kay, 1991).
 “En nuestros días, la temática que tenemos que enfrentar es la del carácter
actual del imperialismo, las relaciones económicas internacionales en esta
fase, las formas de relación con las estructuras nacionales, las contradicciones
que genera, las alternativas que plantea a las clases sociales, las formas de
lucha que se desarrollan en consecuencia, las perspectivas programáticas
hacia una nueva sociedad”. (Dos Santos, 1968:499)

MODALIDADES DE LA DEPENDENCIA

La dependencia, como expresión histórica del capitalismo, asumió diversas formas


en América Latina (Dos Santos, 1970):

La dependencia colonial, de naturaleza exportadora, en la que el capital


comercial y financiero domina las relaciones económicas entre los europeos y las
colonias mediante el monopolio ejercido por los primeros sobre la tierra, las minas
y la mano de obra de los países colonizados.

La dependencia financiera–industrial, que se consolidó a fines del siglo XIX,


caracterizada por el dominio del capital de los centros hegemónicos y su
expansión al exterior mediante la inversión en la producción de materias
primas y productos agrícolas para el consumo de los centros (desarrollo
“hacia fuera”, según la CEPAL).

La dependencia tecnológica–industrial, tras la finalización de la Segunda


Guerra Mundial, basada en las corporaciones multinacionales que realizaron sus
inversiones en industrias conectadas al mercado interno de los países
subdesarrollados, estimulando el ingreso de capital financiero en la región.

La dependencia financiera–especulativa, que se sitúa a partir de mediados de


la década de 1970 cuando la abundante oferta de “petrodólares” fomentó la
especulación financiera desde los países centrales y un colosal endeudamiento de
los países periféricos. Estos movimientos financieros desembocaron en la crisis de
la deuda externa de la década de 1980 –con altísimas tasas de interés y mayor
especulación– y en las políticas de liberalización financiera de la década de 1990,
en pleno auge del modelo neoliberal del capitalismo.

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