Barrido 3 - Gabrielamunoz

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Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje

Gramática del texto LCL 313-1

Profesor Rogelio Nazar

Análisis de un texto argumentativo desde


la perspectiva de la gramática del texto:
informe final de la asignatura de
Gramática del Texto.

Gabriela Muñoz Becerra


1. Introducción.

En el presente trabajo se realizará un análisis a un texto con el objetivo de poner en

práctica los conocimientos relacionados a la gramática del texto la cual es, según

Casado Velarde (1993), una parte de la gramática de un idioma que describe

fenómenos propios idiomáticos que traspasan el nivel de la oración, “hechos que,

aunque se dan en el ámbito de una oración apuntan no obstante más allá de ella:

determinadas partículas o marcadores discursivos, fenómenos lingüísticos de

sustitución, anáfora, etc” (Casado Velarde,1993:10). Para Cuenca la gramática del

texto “se ocupa de los mecanismos formales, fundamentalmente gramaticales y

léxicos, que han que un conjunto de oraciones formen una unidad superior desde

un punto de vista semántico y comunicativo” (2010:11). Dicho esto, éste análisis

teórico- práctico prestará especial atención los elementos recién mencionados. La

metodología a desarrollar consiste en la realización de distintos barridos los cuales

tendrán por objetivo identificar uno de los mecanismos que, para Calsamiglia (1999)

son los que establecen las relaciones semánticas necesarias para que el texto sea

una unidad cohesionada. En el primer barrido se identificarán los referentes

presentes en el texto y los mecanismos de correferencia. En el segundo, se

reconocerá y clasificará los marcadores discursivos los cuales organizan los

enunciados que conforman el texto. En el tercero, se reconocerá las marcas

deícticas (ya sean personales, espaciales o temporales) las cuales vinculan el texto

con su contexto de enunciación. Y, por último, en el cuarto barrido se identificará los

tipos de modalización.
La tipología requerida para esta observación corresponde a un texto argumentativo,

específicamente una columna de opinión. El texto a analizar fue publicado en El

Mostrador (un periódico en línea chileno) el 25 de marzo del presente año, escrito

por Martina Cociña, abogada chilena, y que tiene por título “Los inmigrantes no son

los responsables”. Esta columna aparece a modo de respuesta a los comentarios

desafortunados que realizó el ministro de desarrollo social, Alfredo Moreno, en

referencia a los inmigrantes en nuestro país, pues la autora considera que los

mensajes emitidos nacen desde la ignorancia y construyen en la población una

concepción errónea entorno al fenómeno.

La estructura de este trabajo analítico consiste en, además de la introducción, en

un marco teórico que entregará solidez al método y así, facilitando la interpretación

del análisis gracias a los aportes entregados por diversos autores que centraron sus

estudios en la gramática del texto; la metodología puesta en marcha, el corpus

analizado según los objetivos propuestos anteriormente. Y, finalmente, se

expondrán las reflexiones y conclusiones alcanzadas mediante este trabajo.


2. Marco Teórico.

Previo al análisis textual resulta ser de gran importancia dar concepciones teóricas

que den sustento al objetivo de este trabajo. En primer lugar, es necesario

profundizar en la definición de texto. El autor Bernárdez toma en cuenta diferentes

factores para dar un definición pero los puntos fundamentales para poder considerar

un texto como tal el carácter comunicativo, pragmático y estructurado (1982:84) y a

partir de lo anterior llega a una definición más concreta: texto como “producto de la

actividad verbal humana, que posee carácter social; está caracterizado por su cierre

semántico y comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial,

debido a la intención (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro”

(1882:85). Bajo estas concepciones un texto no es exactamente un conjunto de

frases con una determinada estructuración, es una construcción morfosintáctica que

debe satisfacer ciertos criterios. Lo anterior se relaciona con la noción entregada

por De Beaugrande y Dressler pues los autores levantan la idea de que un texto no

es solo la unión de oraciones, es un acontecimiento comunicativo que debe cumplir

con siete normas de textualidad y si no se cumple con alguna de ellas no puede

considerarse comunicativo y por lo tanto no puede analizarse como si fuese un texto

genuino (1997:35). Las propiedades textuales mencionadas anteriormente son las

siete normas: cohesión, coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, informatividad,

situacionalidad e intertextualidad; y, tres principios comunicativos: eficacia,

efectividad y adecuación. Para los efectos de este trabajo analítico,

profundizaremos en mayor medida dos propiedades textuales: cohesión y

coherencia. DeBeaugrande y Dressler explican la cohesión como “las diferentes


posibilidades en que pueden conectarse entre sí (…) los componentes de la

superficie textual” (1997:35) de acuerdo a una dependencia gramatical. Siguiendo

esta definición, la cohesión vincula las ideas del texto a través de diversos

mecanismos. El primer mecanismo que será definido será la Correferencia. Para

Maria Josep Cuenca gran parte de la progresión del contenido de un texto se basa

en el establecimiento de referentes y de su recuperación textual y esto es posibles

gracias a los mecanismos de referencia que manifiestan la relación entre dos

elementos (2010:37) uno que da el significado y otro que guarda relación con el

primero. Calsamiglia y Tusón indican que los referentes introducen temas que se

abordaran en el texto y para mantener la temática existen diversos mecanismos de

correferencia (1999:230). Los más habituales según estas autoras son: repetición -

total o parcial-, sustitución sinónimos, sustitución por hiperónimo o hiponimos,

proformas léxicas (palabras muy generales que pueden usarse en lugar de otras

más precisas) (1999:231). Bernárdez (1982) coincide en algunos de los

mecanismos mencionados anteriormente (por ej. la proforma) y agrega el otras tal

como el paralelismo que es la reiteración de la idea, pero haciendo uso de otras

estructuras léxicas; la paráfrasis que corresponde a la repetición del contenido

sintáctico utilizando otras palabras, elisión y la pronominalización que es la

recuperación (anáfora) o alusión anticipada (catáfora) del significado mediante

pronombres.

En cuanto a la vinculación de los enunciados se realiza a través de relaciones de

sentido las cuales se identifican con la presencia de marcadores discursivos, los

cuales corresponderían al segundo mecanismo cohesivo. Calsamiglia y Tusón


indican que la finalidad discursiva de los marcadores discursivo se relaciona con

“proporcionar cohesión y estructura y en servir de guía o instrucción para la

interpretación del sentido” (1999:245). Por su parte, Martin- Zorraquino y Portolés

(1999) los definen como “unidades lingüísticas invariables que no tienen una función

sintáctica en el marco de la predicación oracional (…) y poseen un cometido

coincidente en el discurso: guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades

morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la

comunicación” (p.4057). Para la clasificación los autores enfatizan en que los

marcadores discursivos se agrupan según la función discursiva que desempeñen

(1999:4080). La taxonomía utilizada en el análisis es la siguiente:

- Estructuradores de la información los cuales señalan la organización

informativa del discurso y además carecen de significado argumentativo. Se

divide en comentadores, ordenadores y digresores.

- Conectores los cuales vinculan semántica y pragmáticamente un miembro

del discurso con otro anterior de tal forma que el marcador guía las

inferencias que se han de efectuar con el conjunto de miembros discursivos

conectados. Se dividen en conectores aditivos, conectores consecutivos y

conectores contra-argumentativo.

- Reformuladores que se encargan de la vinculación de un miembro

discursivo anterior con una expresión más adecuada. Se dividen en

reformulador explicativo, reformulador rectificativo, reformulador de

distanciamiento y reformulador capitulativo.


- Operadores argumentativos que corresponden a los marcadores

discursivos que condicionan por su significado las posibilidades

argumentativas de los enunciados relacionados. Se dividen en operador de

refuerzo argumentativo y operador de concresión.

(**NO OLVIDAR) relaciona la deixis según el hilo del marco teórico)

El tercer mecanismo que resulta necesario definir para este trabajo es el fenómeno

de la Deixis. Para Cuenca (2010) el contexto de enunciación puede reconocerse a

través de marcas textuales que indicarían la subjetividad del enunciador: el yo, el

tú, el aquí y el ahora. Estas marcas que relacionan el texto con su momento de

enunciación pueden ser cualquier elemento que aluda al enunciador, espacio o

tiempo. Cuenca (2010:14) realiza la siguiente clasificación para las marcas

deícticas:

a) Deixis personal (DP): incluye todos aquellos elementos que se interpretan

en relación a las personas de la enunciación. Estas marcas se reconocen por

pronombres que aludan a la 1º y 2º persona discursiva como por ejemplo yo,

tu, usted, vosotros, nosotros, ustedes, etc., morfemas verbales de 1º y 2º

persona y posesivos de 1º y 2º persona (mí, tu, nuestro, vuestros).

b) Deixis espacial (DE): incluye aquellos elementos que se interpretan

directamente en relación al espacio de la enunciación. Indican proximidad o

distancia del elemento que se señala respecto al emisor. La deixis espacial

se reconoce por demostrativos (este, ese, aquel), pronombres neutros (esto,

eso, aquel) y proformas adverbiales (aquí, acá, allá, allí, ahí).


c) Deixis temporal (DT): incluye todos aquellos elementos que se interpretan

directamente en relación al momento de la enunciación -el ahora-. Los

DTpueden indicar simultaneidad, anterioridad o posterioridad al ahora de la

enunciación. Se pueden reconocer por algunos adverbios temporales (ayer,

mañana), morfemas verbales del presente indicativo (regreso), los de

pretérito indefinido (regresó, regresé) y los de futuro (regresaré).

El último elemento a analizar en este trabajo será la modalizacion que por su parte

será definida por Cuenca como la forma de marcar creencias, emociones y el grado

de conocimiento del emisor (2010:29). Para Calsamiglia y Tusón (1999), la

modalización está relacionada con las actitudes que adopta el enunciador por lo

que, por medio de esta propiedad, se puede evidenciar la postura que toma éste

vislumbran la subjetividad que reside en el enunciado.

Además, señala que hay textos que presentan una escasa o nula modalización

como aquellos que se presentan como objetivos, muy contrario a lo que ocurre con

los textos argumentativos que están muy modalizados.

(***) Dictum y modus buscar definición.

Para efectos de este análisis se adoptará una clasificación expuesta en clases la

cual considera seis tipos de modalización:

1) modalidad epistémica correspondiente al grado de conocimiento o certeza

del enunciador respecto de un hecho o temática. (ej.)

2) modalidad alética entendida como el valor de verdad o falsedad de un

enunciado. (ej.)
3) modalidad axiológica relacionada con una valoración positiva o negativa

que se expresa en el enunciado. (ej.)

4) modalidad deóntica referida al deber u obligación manifestado en el

enunciado. (ej.)

5) modalidad veredictoria es aquella que afirma o desmiente algún enunciado.

(ej.)

6) modalidad volitiva relacionada a una intención de deseo expresada en un

enunciado (ej.

3. Metodología

3.1 Descripción del método

3.2 Corpus de trabajo


Texto original.

Los inmigrantes no son los responsables por MARTINA COCIÑA 25 marzo,

2018

Alfredo Moreno, el recién asumido ministro de desarrollo social, señaló el jueves 15

de marzo en el encuentro de empresarios, ICARE, que “hoy día muchos de los

problemas sociales que estamos viendo están relacionados con un flujo de

inmigrantes importante”.

Estas palabras son peligrosas y denotan ignorancia, pues aparte de no condecirse

con la realidad, fomentan una visión negativa de los flujos de personas y terminan

convirtiendo al extranjero en el chivo expiatorio por excelencia. Las palabras de

Moreno son sesgadas, ya que muestran una visión parcial de lo que podría implicar

la inmigración, e irresponsables, porque provienen de una autoridad pública que en

vez de abordar este fenómeno con la seriedad y profundidad que se requiere, opta

por el recurso más fácil: endosarle a quien viene de afuera los conflictos sociales.

La apreciación del ministro es errónea, ya que quienes se desplazan a Chile no

constituyen la causa de los problemas que enfrenta nuestra sociedad, más bien,

éstos se podrían explicar por el neoliberalismo exacerbado que caracteriza el [sic]

sistema imperante. Chile ha privatizado parte importante de los servicios esenciales,

dejando en manos de quien pueda costeárselo ámbitos tan relevantes como la

educación, la salud, las pensiones, la vivienda, etc. La dictadura instauró este

modelo y los diferentes gobiernos de la llamada transición a la democracia han

amoldado y profundizado el mismo, de manera que hoy día la efectividad de las


garantías queda al alero del individuo. Dejar marginalizada[sic] a un porcentaje de

la población es, más bien, lo que ocasionaría el malestar generalizado; seguir

fomentando un sistema que promueve la desigualdad e inequidad es lo que

acrecentaría los conflictos; privilegiar el lucro, la rentabilidad y la eficiencia ante las

necesidades de las personas es lo que podría alentar la mantención de las

problemáticas.

El neoliberalismo es un modelo estructuralmente perverso, pero los políticos en vez

de criticarlo y propender a la construcción de un sistema que garantice los derechos

esenciales de todos y todas, prefieren endosarle los problemas a quienes se

desplazan, individuos que por ser “originariamente” ajenos a “nuestra comunidad”,

no es difícil culpabilizarlos.

El discurso de Moreno no es excepcional, más bien se inserta en lo que un sinfín de

políticos han proclamado al respecto, se trata de un mensaje que los sectores

conservadores han intentado instalar con fuerza en la esfera pública, algunos con

más suerte que otros, como Rajoy, Le Pen, Orbán y Trump. En 2008, Mariano Rajoy,

en su campaña presidencial, señaló a los medios de comunicación, sin mayor

tapujo, que los dos grandes problemas de España eran la economía y los

inmigrantes. Con esta declaración, ya no tiene importancia el concepto de persona,

pues al foráneo se le asimila a una amenaza, con el subsecuente peligro que ello

conlleva. Con mayor énfasis en el nacionalismo, en 2017, Marine Le Pen prometió

defender a Francia; en un discurso teñido con los valores esenciales de la

República, la líder del ultraconservador Frente Nacional abogó para que los

extranjeros en situación irregular no accedieran a beneficios sociales como salud y


educación. La exclusión que propuso Le Pen no se condice con el principio de

igualdad que proclama toda democracia que se precie de tal, en un Estado de

Derecho resulte intolerable el establecimiento de una doble categoría de sujetos,

pues no se debe aceptar que un factor del azar, como lo es el lugar de origen,

condicione nuestra vida. En la Unión Europea, los discursos xenófobos y

proteccionistas han tenido su cúspide con Viktor Orbán, quien asimiló terroristas a

inmigrantes; decidió cerrar las fronteras de Hungría a los refugiados e impulsar leyes

restrictivas que criminalizan la irregularidad; según el primer ministro húngaro, hoy

en día Europa se enfrenta a verdaderas “avalanchas” que ponen en peligro la [sic]

desaparición de la civilización cristiana.

Sin duda en estas retóricas alarmistas Estados Unidos representa un ejemplo

paradigmático. Trump fue uno de los que percibió que a nivel político arremeter

contra los extranjeros era muy rentable, por eso en su campaña planteó que

controlando su llegada se podrán resolver, [sic] cuestiones tan urgentes como los

bajos sueldos, la cesantía y la inseguridad, como si los inmigrantes fueran

causantes de dichas problemáticas en el denominado “país de las libertades”.

La victoria de Trump es una prueba de lo eficaz que resulta transformar al extranjero

en el causante de los males de la sociedad, ya que a pesar de lo que arrojaban las

encuestas, ganó las elecciones, en cierta medida por su “Make America great again”

(Haz América grande nuevamente), que se valía, en parte, de fervientes discursos

anti-migración, que proponían medidas como construir un muro en la frontera con

México, restringir el ingreso de ciertas nacionalidades, expulsar a los

“indocumentados”, etc.
La periodista y escritora Leila Guerreiro, sostuvo en “Donald ya ganó”, columna

publicada en El País, que Trump al ser designado el candidato del partido

Republicano ya había vencido, pues el hecho de que hubiera llegado hasta allí,

instalando su mensaje en la palestra pública era un triunfo. Su victoria, al igual que

el fortalecimiento de los nacionalismos europeos no es inocua, ya que naturalizan

la proclamación de discursos xenófobos y racistas.

Cabe reflexionar ¿Hasta cuándo tendremos que escuchar impávidamente estos

discursos? ¿Hasta cuándo aceptaremos que Chile avance a parecerse a un

gobierno nacionalista y conservador? Ya es tiempo de sacudirse de tanta ignorancia

y prejuicio, replantear el debate y comprender que más que fortificar las fronteras

interiores y exteriores hay que hacerse cargo de la desigualdad abismante que el

modelo neoliberal genera.


Barrido 1.

Los inmigrantes no son los responsables por MARTINA COCIÑA 25 marzo,

2018

Alfredo Moreno[REFERENTE], el recién asumido ministro de desarrollo social,

señaló el jueves 15 de marzo en el encuentro de empresarios, ICARE, que “hoy día

muchos de los problemas sociales[REFERENTE] que estamos viendo están

relacionados con un flujo de inmigrantes[REFERENTE] importante”.

Estas palabras [Repetición parcial, catafórica] son peligrosas y denotan

ignorancia, pues aparte de no condecirse con la realidad, fomentan una visión

negativa de los flujos de personas y terminan convirtiendo al extranjero[Parafrasis]

en el chivo expiatorio por excelencia. Las palabras de Moreno[Repetición

parcial]**[REFERENTE] son sesgadas, ya que muestran una visión parcial de lo

que podría implicar la inmigración [REFERENTE], e irresponsables, porque

provienen de una autoridad pública que en vez de abordar este fenómeno

[Paráfrasis] con la seriedad y profundidad que se requiere, opta por el recurso más

fácil: endosarle[Pronominalización] a quien viene de afuera[Paráfrasis] los

conflictos sociales.

La apreciación del ministro[Paráfrasis]*[Paráfrasis] es errónea, ya que quienes

se desplazan[Paráfrasis] a Chile no constituyen la causa de los problemas que

enfrenta nuestra sociedad[Paráfrasis], más bien, éstos [Pronominalización] se

podrían explicar por el neoliberalismo[Referente] exacerbado que caracteriza [sic]

el sistema imperante. Chile ha privatizado parte importante de los servicios


esenciales, dejando en manos de quien pueda costeárselo ámbitos tan

relevantes como la educación, la salud, las pensiones, la vivienda [Hiponimia], etc.

La dictadura instauró este modelo[Paráfrasis] y los diferentes gobiernos de la

llamada transición a la democracia han amoldado y profundizado el

mismo[Paráfrasis], de manera que hoy día la efectividad de las garantías queda al

alero del individuo. Dejar marginalizada [sic] a un porcentaje de la población es, más

bien, lo que ocasionaría el malestar generalizado; seguir fomentando un

sistema[Paráfrasis] que promueve la desigualdad e inequidad es lo que

acrecentaría los conflictos[Paráfrasis]; privilegiar el lucro, la rentabilidad y la

eficiencia ante las necesidades de las personas es lo que podría alentar la

mantención de las problemáticas[Paráfrasis].

El neoliberalismo [Repetición] es un modelo estructuralmente perverso, pero los

políticos en vez de criticarlo[Pronominalización] y propender a la construcción de

un sistema que garantice los derechos esenciales de todos y todas, prefieren

endosarle[Pronominalización] los problemas[Repetición parcial] a quienes se

desplazan[Paráfrasis], individuos [Paráfrasis] que por ser “originariamente” ajenos

a “nuestra comunidad”, no es difícil culpabilizarlos[Pronominalización].

El discurso de Moreno [repetición parcial]**[Paráfrasis] no es excepcional, más

bien se inserta en lo que un sinfín de políticos han proclamado al respecto, se trata

de un mensaje que los sectores conservadores han intentado instalar con fuerza

en la esfera pública, algunos con más suerte que otros, como Rajoy, Le Pen, Orbán

y Trump. En 2008, Mariano Rajoy, en su campaña presidencial, señaló a los medios

de comunicación, sin mayor tapujo, que los dos grandes problemas de España eran
la economía y los inmigrantes[Repetición]. Con esta declaración ya no tiene

importancia el concepto de persona, pues al foráneo [Paráfrasis] se le asimila a

una amenaza, con el subsecuente peligro que ello conlleva. Con mayor énfasis en

el nacionalismo, en 2017, Marine Le Pen prometió defender a Francia; en un

discurso teñido con los valores esenciales de la República, la líder del

ultraconservador Frente Nacional abogó para que los extranjeros[Paráfrasis] en

situación irregular [Paráfrasis] no accedieran a beneficios sociales [Paráfrasis]

como salud y educación. La exclusión que propuso Le Pen no se condice con el

principio de igualdad que proclama toda democracia que se precie de tal, en un

Estado de Derecho resulte intolerable el establecimiento de una doble categoría

de sujetos [Proforma], pues no se debe aceptar que un factor del azar, como lo es

el lugar de origen, condicione nuestra vida. En la Unión Europea, los discursos

xenófobos [REFERENTE] y proteccionistas han tenido su cúspide con Viktor Orbán,

quien asimiló terroristas a inmigrantes(Repetición); decidió cerrar las fronteras de

Hungría a los refugiados e impulsar leyes restrictivas que criminalizan la

irregularidad (Paráfrasis); según el primer ministro húngaro, hoy en día Europa se

enfrenta a verdaderas “avalanchas” que ponen en peligro la [sic] desaparición de la

civilización cristiana.

Sin duda en estas retóricas alarmistas Estados Unidos representa un ejemplo

paradigmático. Trump fue uno de los que percibió que a nivel político arremeter

contra los extranjeros(Paráfrasis) era muy rentable, por eso en su campaña planteó

que controlando su(Pronominalización) llegada se podrán resolver, [sic]

cuestiones tan urgentes como los bajos sueldos, la cesantía y la inseguridad, como
si los inmigrantes(Repetición) fueran causantes de dichas problemáticas en el

denominado “país de las libertades”.

La victoria de Trump es una prueba de lo eficaz que resulta transformar al

extranjero(Paráfrasis) en el causante de los males de la sociedad [Paráfrasis]., ya

que a pesar de lo que arrojaban las encuestas, ganó las elecciones, en cierta

medida por su “Make America great again” (Haz América grande nuevamente), que

se valía, en parte, de fervientes discursos anti-migración(Paráfrasis), que

proponían medidas como construir un muro en la frontera con México, restringir el

ingreso de ciertas nacionalidades, expulsar a los “indocumentados”(paráfrasis),

etc.

La periodista y escritora Leila Guerreiro, sostuvo en “Donald ya ganó”, columna

publicada en El País, que Trump al ser designado el candidato del partido

Republicano ya había vencido, pues el hecho de que hubiera llegado hasta allí,

instalando su mensaje en la palestra pública era un triunfo. Su victoria, al igual que

el fortalecimiento de los nacionalismos europeos no es inocua, ya que naturalizan

la proclamación de discursos xenófobos (Repetición parcial) y racistas.

Cabe reflexionar ¿Hasta cuándo tendremos que escuchar impávidamente estos

discursos (Paráfrasis)? ¿Hasta cuándo aceptaremos que Chile avance a

parecerse a un gobierno nacionalista y conservador? Ya es tiempo de sacudirse de

tanta ignorancia y prejuicio, replantear el debate y comprender que más que fortificar

las fronteras interiores y exteriores hay que hacerse cargo de la desigualdad

abismante que el modelo neoliberal (Paráfrasis)genera.


Barrido 2.

Los inmigrantes no son los responsables por MARTINA COCIÑA 25 marzo,

2018

Alfredo Moreno, el recién asumido ministro de desarrollo social, señaló el jueves 15

de marzo en el encuentro de empresarios, ICARE, que “hoy día muchos de los

problemas sociales que estamos viendo están relacionados con un flujo de

inmigrantes importante”.

Estas palabras son peligrosas y denotan ignorancia, pues (Consecutivo) aparte de

no condecirse con la realidad, fomentan una visión negativa de los flujos de

personas y terminan convirtiendo al extranjero en el chivo expiatorio por excelencia.

Las palabras de Moreno son sesgadas, ya que (Consecutivo) muestran una visión

parcial de lo que podría implicar la inmigración, e irresponsables, porque

(Consecutivo) provienen de una autoridad pública que en vez de abordar este

fenómeno con la seriedad y profundidad que se requiere, opta por el recurso más

fácil: endosarle a quien viene de afuera los conflictos sociales.

La apreciación del ministro es errónea, ya que (Consecutivo) quienes se desplazan

a Chile no constituyen la causa de los problemas que enfrenta nuestra sociedad,

más bien (Contra-argumentativo), éstos se podrían explicar por el neoliberalismo

exacerbado que caracteriza el[sic] sistema imperante. Chile ha privatizado parte

importante de los servicios esenciales, dejando en manos de quien pueda

costeárselo ámbitos tan relevantes como la educación, la salud, las pensiones, la

vivienda, etc. La dictadura instauró este modelo y los diferentes gobiernos de la


llamada transición a la democracia han amoldado y profundizado el mismo, de

manera que (Consecutivo) hoy día la efectividad de las garantías queda al alero

del individuo. Dejar marginalizada [sic] a un porcentaje de la población es, más bien

(Refuerzo argumentativo), lo que ocasionaría el malestar generalizado; seguir

fomentando un sistema que promueve la desigualdad e inequidad es lo que

acrecentaría los conflictos; privilegiar el lucro, la rentabilidad y la eficiencia ante las

necesidades de las personas es lo que podría alentar la mantención de las

problemáticas.

El neoliberalismo es un modelo estructuralmente perverso, pero (Contra-

argumentativo) los políticos en vez de criticarlo y propender a la construcción de

un sistema que garantice los derechos esenciales de todos y todas, prefieren

endosarle los problemas a quienes se desplazan, individuos que por ser

“originariamente” ajenos a “nuestra comunidad”, no es difícil culpabilizarlos.

El discurso de Moreno no es excepcional, más bien (Contra-argumentativo) se

inserta en lo que un sinfín de políticos han proclamado al respecto, se trata de un

mensaje que los sectores conservadores han intentado instalar con fuerza en la

esfera pública, algunos con más suerte que otros, como (Ejemplificador) Rajoy,

Le Pen, Orbán y Trump. En 2008, Mariano Rajoy, en su campaña presidencial,

señaló a los medios de comunicación, sin mayor tapujo, que los dos grandes

problemas de España eran la economía y los inmigrantes. Con esta declaración, ya

no tiene importancia el concepto de persona, pues (Consecutivo) al foráneo se le

asimila a una amenaza, con el subsecuente peligro que ello conlleva. Con mayor

énfasis en el nacionalismo, en 2017, Marine Le Pen prometió defender a Francia;


en un discurso teñido con los valores esenciales de la República, la líder del

ultraconservador Frente Nacional abogó para que los extranjeros en situación

irregular no accedieran a beneficios sociales como salud y educación. La exclusión

que propuso Le Pen no se condice con el principio de igualdad que proclama toda

democracia que se precie de tal, en un Estado de Derecho resulte intolerable el

establecimiento de una doble categoría de sujetos, pues (Consecutivo) no se debe

aceptar que un factor del azar, como (Ejemplificador) lo es el lugar de origen,

condicione nuestra vida. En la Unión Europea, los discursos xenófobos y

proteccionistas han tenido su cúspide con Viktor Orbán, quien asimiló terroristas a

inmigrantes; decidió cerrar las fronteras de Hungría a los refugiados e impulsar leyes

restrictivas que criminalizan la irregularidad; según el primer ministro húngaro, hoy

en día Europa se enfrenta a verdaderas “avalanchas” que ponen en peligro la [sic]

desaparición de la civilización cristiana.

Sin duda en estas retóricas alarmistas Estados Unidos representa un ejemplo

paradigmático. Trump fue uno de los que percibió que a nivel político arremeter

contra los extranjeros era muy rentable, por eso (Consecutivo) en su campaña

planteó que controlando su llegada se podrán resolver,[sic] cuestiones tan urgentes

como los bajos sueldos, la cesantía y la inseguridad, como (Digresor) si los

inmigrantes fueran causantes de dichas problemáticas en el denominado “país de

las libertades”.

La victoria de Trump es una prueba de lo eficaz que resulta transformar al extranjero

en el causante de los males de la sociedad, ya que (Consecutivo) a pesar de lo

que arrojaban las encuestas, ganó las elecciones, en cierta medida por su “Make
America great again” (Haz América grande nuevamente), que se valía, en parte

(operador de distanciamiento argumentativo.) , de fervientes discursos anti-

migración, que proponían medidas como construir un muro en la frontera con

México, restringir el ingreso de ciertas nacionalidades, expulsar a los

“indocumentados”, etc.

La periodista y escritora Leila Guerreiro, sostuvo en “Donald ya ganó”, columna

publicada en El País, que Trump al ser designado el candidato del partido

Republicano ya había vencido, pues (consecutivo) el hecho de que hubiera llegado

hasta allí, instalando su mensaje en la palestra pública era un triunfo. Su victoria, al

igual que el fortalecimiento de los nacionalismos europeos no es inocua, ya que

(consecutivo)naturalizan la proclamación de discursos xenófobos y racistas.

Cabe reflexionar ¿Hasta cuándo tendremos que escuchar impávidamente estos

discursos? ¿Hasta cuándo aceptaremos que Chile avance a parecerse a un

gobierno nacionalista y conservador? Ya es tiempo de sacudirse de tanta ignorancia

y prejuicio, replantear el debate y comprender que más que fortificar las fronteras

interiores y exteriores hay que hacerse cargo de la desigualdad abismante que el

modelo neoliberal genera.


Barrido 3 Deixis

Los inmigrantes no son los responsables por MARTINA COCIÑA 25 marzo,

2018

Alfredo Moreno, el recién DT asumido ministro de desarrollo social, señaló el jueves

15 de marzo DT en el encuentro de empresarios, ICARE, que “hoy día DT muchos

de los problemas sociales que estamos DP viendo están relacionados con un flujo

de inmigrantes importante”.

Estas palabras son peligrosas y denotan ignorancia, pues aparte de no condecirse

con la realidad, fomentan una visión negativa de los flujos de personas y terminan

convirtiendo al extranjero en el chivo expiatorio por excelencia. Las palabras de

Moreno son sesgadas, ya que muestran una visión parcial de lo que podría implicar

la inmigración, e irresponsables, porque provienen de una autoridad pública que en

vez de abordar este fenómeno con la seriedad y profundidad que se requiere, opta

por el recurso más fácil: endosarle a quien viene de afuera los conflictos sociales.

La apreciación del ministro es errónea, ya que quienes se desplazan a Chile no

constituyen la causa de los problemas que enfrenta nuestra sociedad, más bien,

éstos se podrían explicar por el neoliberalismo exacerbado que caracteriza el [sic]

sistema imperante DT. Chile ha privatizado parte importante de los servicios

esenciales, dejando en manos de quien pueda costeárselo ámbitos tan relevantes

como la educación, la salud, las pensiones, la vivienda, etc. La dictadura instauró

este modelo y los diferentes gobiernos de la llamada transición a la democracia han

amoldado y profundizado el mismo, de manera que hoy día DT la efectividad de las


garantías queda al alero del individuo. Dejar marginalizada [sic] a un porcentaje de

la población es, más bien, lo que ocasionaría el malestar generalizado; seguir

fomentando un sistema que promueve la desigualdad e inequidad es lo que

acrecentaría DT los conflictos; privilegiar el lucro, la rentabilidad y la eficiencia ante

las necesidades de las personas es lo que podría alentar la mantención de las

problemáticas.

El neoliberalismo es un modelo estructuralmente perverso, pero los políticos en vez

de criticarlo y propender a la construcción de un sistema que garantice los derechos

esenciales de todos y todas, prefieren endosarle los problemas a quienes se

desplazan, individuos que por ser “originariamente” ajenos a “nuestra comunidad”,

no es difícil culpabilizarlos.

El discurso de Moreno no es excepcional, más bien se inserta en lo que un sinfín de

políticos han proclamado al respecto, se trata de un mensaje que los sectores

conservadores han intentado instalar con fuerza en la esfera pública, algunos con

más suerte que otros, como Rajoy, Le Pen, Orbán y Trump. En 2008, Mariano Rajoy,

en su campaña presidencial, señaló a los medios de comunicación, sin mayor

tapujo, que los dos grandes problemas de España eran la economía y los

inmigrantes. Con esta declaración, ya no tiene importancia el concepto de persona,

pues al foráneo se le asimila a una amenaza, con el subsecuente peligro que ello

conlleva. Con mayor énfasis en el nacionalismo, en 2017, Marine Le Pen prometió

defender a Francia; en un discurso teñido con los valores esenciales de la

República, la líder del ultraconservador Frente Nacional abogó para que los

extranjeros en situación irregular no accedieran a beneficios sociales como salud y


educación. La exclusión que propuso Le Pen no se condice con el principio de

igualdad que proclama toda democracia que se precie de tal, en un Estado de

Derecho resulte intolerable el establecimiento de una doble categoría de sujetos,

pues no se debe aceptar que un factor del azar, como lo es el lugar de origen,

condicione nuestra vida. En la Unión Europea, los discursos xenófobos y

proteccionistas han tenido su cúspide con Viktor Orbán, quien asimiló terroristas a

inmigrantes; decidió cerrar las fronteras de Hungría a los refugiados e impulsar leyes

restrictivas que criminalizan la irregularidad; según el primer ministro húngaro, hoy

en día DT Europa se enfrenta a verdaderas “avalanchas” que ponen en peligro la

[sic] desaparición de la civilización cristiana.

Sin duda en estas retóricas alarmistas Estados Unidos representa un ejemplo

paradigmático. Trump fue uno de los que percibió que a nivel político arremeter

contra los extranjeros era muy rentable, por eso en su campaña planteó que

controlando su llegada se podrán DT resolver, [sic] cuestiones tan urgentes como

los bajos sueldos, la cesantía y la inseguridad, como si los inmigrantes fueran

causantes de dichas problemáticas en el denominado “país de las libertades”.

La victoria de Trump es una prueba de lo eficaz que resulta transformar al extranjero

en el causante de los males de la sociedad, ya que a pesar de lo que arrojaban las

encuestas, ganó las elecciones, en cierta medida por su “Make America great again”

(Haz América grande nuevamente), que se valía, en parte, de fervientes discursos

anti-migración, que proponían medidas como construir un muro en la frontera con

México, restringir el ingreso de ciertas nacionalidades, expulsar a los

“indocumentados”, etc.
La periodista y escritora Leila Guerreiro, sostuvo en “Donald ya ganó”, columna

publicada en El País, que Trump al ser designado el candidato del partido

Republicano ya había vencido, pues el hecho de que hubiera llegado hasta allí,

instalando su mensaje en la palestra pública era un triunfo. Su victoria, al igual que

el fortalecimiento de los nacionalismos europeos no es inocua, ya que naturalizan

la proclamación de discursos xenófobos y racistas.

Cabe reflexionar ¿Hasta cuándo tendremos DP que escuchar impávidamente estos

discursos? ¿Hasta cuándo aceptaremos DP que Chile avance a parecerse a un

gobierno nacionalista y conservador? Ya es tiempo de sacudirse de tanta ignorancia

y prejuicio, replantear el debate y comprender que más que fortificar las fronteras

interiores y exteriores hay que hacerse cargo de la desigualdad abismante que el

modelo neoliberal genera.

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