Psicopatoloigia de La Percepcion y La Imaginacion

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Alucinación

Representación mental que:


a) comparte características de la percepción y de la imaginación
b) se produce en ausencia de un estímulo apropiado a la experiencia que la persona
tiene
c) tiene toda la fuerza e impacto de la correspondiente percepción real
d) no es susceptible de ser dirigida ni controlada voluntariamente por quien la
experimenta.

Las alucinaciones constituyen los trastornos más característicos de las


psicopatologías de la percepción y la imaginación, uno de los síntomas de
trastorno mental por excelencia.

Clasificación de las alucinaciones

Las alucinaciones suelen clasificarse atendiendo básicamente a tres criterios o


categorías: A. complejidad con la que se presentan,
B, temas o contenidos sobre los que versan
C. modalidad sensorial en la que aparecen.

Aquí hemos añadido una cuarta categoría que denominamos genéricamente


como
D. «variantes de la experiencia alucinatoria», en la que incluimos algunos
tipos especiales de alucinación que, desde el punto de vista de la forma
fenomenológica que adoptan, no serían clasificables exclusivamente según los
criterios anteriores.
A,Complejidad versus Simplicidad

 Alucinaciones elementales», esto es, impresiones difusas, sencillas e


indiferenciadas, tales como ruidos, luces, relámpagos, resplandores,
zumbidos, sonidos aislados, etc.,
 Alucinaciones «complejas» o «formadas Hasta la percepción de
objetos o cosas concretas (voces, personas, animales, música, escenas,
conversaciones,
etc.),

Nota: A diferencia de lo que se suele creer, la mayoría de las alucinaciones


se situarían en el extremo menos complejo del continuo, esto es, se trata
de experiencias poco formadas o acabadas, más bien elementales. De todos
modos, hay que tener en cuenta un criterio adicional:

*****Cuanto menos formadas están las alucinaciones, más probable es que se


deban a causas bioquímicas, neurofisiológicas o neurológicas, y menos a
trastornos mentales como la esquizofrenia.

Por lo tanto, dado que la incidencia de esquizofrenia es


significativamente menor que la de los muchos trastornos causados
por anomalías bioquímicas, neurológicas o neurofisiológicas, no es de
extrañar que las alucinaciones elementales sean más frecuentes que las
complejas.

B. Temas o contenidos

Los temas sobre los que pueden versar las alucinaciones son
prácticamente inacabables, si bien suelen hacer referencia a cualquier
temor, emoción, expectativa, deseo, sensación, recuerdo o experiencia,
vivenciadas anteriormente por el individuo.

***Como regla general, se puede decir que los contenidos concretos sobre los
que versan las alucinaciones de una persona están relacionados con sus
necesidades, conflictos, temores y preocupaciones particulares.

 Pero además, y al igual que sucede en otros muchos fenómenos


mentales, los contenidos de las alucinaciones recogen y reflejan
características culturales propias del medio en que la persona se ha
desarrollado (Al-Issa, 1977).

 Las experiencias religiosas representan un excelente ejemplo de


expresión social de muchos conflictos personales: culpa,
vergüenza, inseguridad, soledad y sentirse insignificante son temas
sobre los que frecuentemente versan las alucinaciones en contextos
culturales como el nuestro.

 Por otro lado, hay ciertas situaciones o condiciones vitales


extremas que, en cierta forma, predisponen a alucinar sobre
contenidos específicos: por ejemplo, la persona que permanece
encerrada en una celda en contra de su voluntad, puede tener
alucinaciones relacionadas con sus verdugos (oír que hablan de él,
escuchar planes sobre cómo torturarlo, e incluso oler cómo el gas va
lentamente invadiendo su celda, o detectar sabores venenosos en la
comida).

 Finalmente, la mayoría de las veces el tema alucinatorio está


ligado al contenido del delirio, pues no hay que olvidar que en
muchos casos ambos trastornos, delirios y alucinaciones, aparecen
conjuntamente. De este modo, el paciente paranoide que se siente
perseguido probablemente experimentará alucinaciones auditivas en
forma de «voces» que le amenazan o que le previenen de los peligros
que le acechan; o el que manifiesta un delirio místico escuchará la voz
de Dios o de la Virgen, posiblemente revelándole algún misterio o
indicándole cómo puede salvar a la humanidad.

C) Modalidad sensorial

***Las dos modalidades sensoriales en las que con más frecuencia se


experimentan fenómenos alucinatorios son la auditiva y la visual.

Pero también se pueden dar en las restantes modalidades y, en este


aspecto, podemos encontrarnos:
 Alucinaciones táctiles o hápticas
 Cenestésicas (somáticas o viscerales)
 Cinestésicas o de movimiento
 Gustativas
 olfativas.
 Además, las alucinaciones pueden presentarse en una sola
modalidad sensorial, o en más de una (hablándose entonces de
alucinaciones multimodales o mixtas),
 A excepción de las que se producen como consecuencia de la
ingestión de ciertas drogas, en donde la percepción está
alterada casi en su totalidad, lo más habitual es que las
percepciones normales convivan con las alucinadas.

No hay ninguna modalidad que sea exclusiva de ningún trastorno en


concreto, pero pueden servir de guía algunas indicaciones:
 Las alucinaciones visuales suelen alertar de un síndrome orgánico
cerebral.
 Las alucinaciones auditivas son más comunes en la esquizofrenia y
otras psicosis funcionales (Gelder y cols., 1989).

 En la Tabla 6.3 se muestra un resumen de las distintas modalidades


de alucinación que, con más o menos probabilidad, aparecen en
distintos trastornos. Pasemos a analizar estas modalidades con un
poco más de detalle.

1. Alucinaciones auditivas

Son probablemente las alucinaciones más frecuentes; y dentro de ellas, las


más comunes son las verbales, lo que quizá es una prueba de la importancia
que tiene el habla para los se res humanos como medio de adaptación al
ambiente (Ludwig, 1986).

El rango de experiencias alucinatorias en la modalidad auditiva es muy amplio.

 Acoasmas; Son las alucinaciones más elementales como los sonidos de


ruidos, pitidos, cuchicheos, murmullos, campanas, pasos, etc.,

 Fonemas: Son alucinaciones más estructuradas y formadas en las que


la persona puede escuchar claramente palabras con significado,
(denominadas así por Wernicke a comienzos de este siglo).
***El individuo puede asociarlas a voces familiares o desconocidas; pueden
tener un tono imperativo que el paciente se ve obligado a cumplir, o
simplemente pueden consistir en voces que comentan las acciones del
paciente; pueden hablar en tercera persona o adquirir el carácter de diálogo o
conversación entre dos o más personas

Nota: Pueden tener una duración breve o estar produciéndose de


manera continua o casi continua; y finalmente, su contenido puede ser
terriblemente amenazador o, por el contrario, amigable.

A diferencia de lo que sucede en aquellas situaciones normales en las que


una persona escucha hablar a terceros, el paciente que experimenta una
alucinación auditiva puede que no manifieste preocupación alguna
acerca de su incapacidad para describir de qué sexo son las voces que
oye o el lugar de donde provienen.

En otras ocasiones, sobre todo en la esquizofrenia, el paciente explica el


origen de las voces de diversas maneras: fruto de la telepatía, de los rayos
cósmicos, de la televisión... otras veces aseguran que provienen del interior de
su cuerpo: de sus piernas, de su estómago, de su pecho...
Y, finalmente, otros pacientes son capaces de describir claramente la
procedencia, el sexo y el idioma de las voces.

Una forma especial de alucinación auditiva

 El eco del pensamiento (Gedankenlautwerden), en el que el paciente


oye sus propios pensamientos expresados en voz alta a medida que los
piensa (similar a este fenómeno es el «eco de la lectura», descrito por
Baillarger como una variedad de alucinación verbal, en la que el sujeto
oye la repetición de lo que está leyendo).

 Alucinaciones imperativas. En determinadas circunstancias, en


especial cuando el paciente presenta además delirios, las voces pueden
dar órdenes. Estas órdenes alucinatorias tienen una gran fuerza
sobre la persona que las experimenta, que se siente impelida a
ejecutar lo que le ordena la voz.

 Esta submodalidad de alucinación auditiva suele aparecer en la


depresión mayor, en psicosis exógenas y en estados orgánicos.

Para muchos autores


(Por ejemplo,
Gelder y cols., 1989; Sims, 1988) las alucinaciones auditivas son las que tal
vez mayor significado diagnóstico tienen.

****Especialmente cuando el paciente oye voces que le hablan (alucinaciones


en segunda persona: «vas a morir», «eres un cobarde »), suelen ser más
típicas de depresión, en especial cuando hacen comentarios desdeñosos o
despectivos sobre el paciente.

****Las que hablan de él (alucinaciones en tercera persona: «es


homosexual», «quiere llevársela a la cama», «no sabe hablar »), son más
características de la esquizofrenia.
En este trastorno se pueden producir también el eco del pensamiento y
alucinaciones referidas a voces que anticipan los pensamientos y/o las acciones
del paciente. Esas voces pueden manifestarse tan definidas y nítidas que el
paciente las asume como un percepto normal o, por el contrario, pueden
resultarle desconcertantes e incomprensibles.

En ocasiones, el paciente esquizofrénico, a diferencia del depresivo,


protesta o se rebela contra las voces, especialmente si éstas hacen comentarios
despectivos sobre su persona o sus comportamientos (Sims, 1988).

Las alucinaciones auditivas también pueden aparecer en algunos estados


orgánicos agudos como la alucinosis alcohólica. Lo que habitualmente
describen las personas en estos casos son sonidos pobremente estructurados e
incluso inconexos, es decir, alucinaciones elementales que muy frecuentemente
se vivencian como desagradables o amenazantes.

También pueden aparecer fonemas o frases breves que suelen hablar al


paciente en segunda persona, dándole órdenes. Sin embargo, estas
alucinaciones imperativas son habitualmente menos elaboradas o
complejas que las que se producen en la esquizofrenia o en la
depresión mayor.

2. Alucinaciones Visuales
 Fotopsias o fotomas (Scharfetter,1977) y que consisten en destellos,
llamas, círculos luminosos, etc., bien inmóviles, bien en continuo
movimiento. Pueden presentarse también con caracteres geométricos o
ser de tipo caleidoscópico y estar integradas, a veces, con colores muy
vivos y luminosos, o por el contrario ser incoloras.
 En otras ocasiones las alucinaciones visuales son complejas
(figuras humanas, escenas de animales conocidos o fabulosos, etc.),

 Pueden tener un tamaño natural, pequeño o grande

 Alucinaciones liliputienses : Presentan un tamaño reducido —las


cuales suelen ser experimentadas con agrado.

 Alucinaciones Gulliverianas: Tamaño gigantesco.

****Estas experiencias NO hay que confundirlas con la micropsia ni


con la macropsia, es decir, con distorsiones perceptivas, ya que en estas
últimas el campo perceptivo real se ve a escala reducida o aumentada,
respectivamente, y no se trata, como en el caso de las alucinaciones anteriores,
de «alucinar» objetos, personas o animales (enanos o gigantes) dentro del
marco perceptivo normal.

Las alucinaciones visuales, en general, poseen cierta perspectiva, lo que


lleva a la persona a experimentarlas con un mayor realismo, aunque pueden
aparecer superpuestas a objetos, paredes, muros, etc.

*En algunas ocasiones, cuando las alucinaciones están intensamente


coloreadas se acompañan de un tono afectivo de exaltación o euforia,
como ocurre en las visiones de los delirantes místicos en estado de éxtasis, o
pueden tener un tono afectivo «pasional», como sucede en los delirios
eróticos.

*****Estas alucinaciones visuales complejas aparecen en forma de visiones


escénicas, similares a las imágenes de los sueños, como sucede con las
manifestaciones alucinatorias que se dan en los estados confusionales y en los
delirios tóxicos, en los que su contenido y tono afectivo suele ser sobrecogedor
y terrorífico. (Ejemplos muy típicos de alucinaciones escenográficas son las
visiones religiosas del infierno o las de la crucifixión de Cristo)

Una variedad de experiencia alucinatoria visual poco usual

Autoscopia (Doppelgänger) fenómeno que consiste en verse a sí mismo como


un doble reflejado en un cristal, a menudo con una consistencia gelatinosa y
transparente, con el conocimiento de que la fi gura humana que se está viendo
es uno mismo, por lo que a veces se le conoce también con el nombre de «la
imagen del espejo fantasma».

Autoscopia negativa: Sucede lo contrario que la anterior…: el paciente no se


ve a sí mismo cuando se refleja su imagen en un espejo.

Este tipo de alucinaciones pueden darse en los estados orgánicos, como la


epilepsia del lóbulo temporal, o en la esquizofrenia, si bien en esta última
suelen tomar la forma de pseudoalucinaciones.

En nuestra cultura, las alucinaciones visuales son más características


de los estados orgánicos agudos con pérdida de conciencia, como en el
delirium tremens, en el que la alucinación más frecuente es la de ver toda
clase de animales repugnantes, vivenciándolo con verdadero terror, y por
supuesto en los estados producidos por los alucinógenos, todo el
despliegue visual que provocan estas drogas. En cambio son poco
comunes en la esquizofrenia, aunque puede suceder que las alucinaciones
auditivas que presentan estos pacientes se acompañen de pseudoalucinaciones
visuales
(Sims, 1988).

3. Alucinaciones olfativas

Estas alucinaciones no son muy frecuentes, y lo serían aún menos si


tuviésemos en cuenta que, a veces, se toman como alucinaciones lo que en
realidad son ilusiones interpretadas de un modo delirante por el sujeto.

De ahí que para estar completamente seguros de su presencia sea


importante observar al paciente en el preciso momento en que está
experimentando la alucinación, prestando especial atención tanto a su
actitud como a los movimientos que realiza.

Las alucinaciones olfativas pueden darse en la depresión, en la


esquizofrenia, en la epilepsia (aparecen en el aura, justo antes de tener el
ataque) y en otros estados orgánicos, como las lesiones en el uncus del
lóbulo temporal.

****Por lo general, los sujetos que la sufren dicen «oler» algo extraño, casi
siempre desagradable, y con un significado especial, como por ejemplo estar
siendo envenenados con gas, anestesiados, etc.
***Y por lo que se refiere a la interpretación de estas experiencias, los
pacientes pueden atribuir la procedencia de los olores al mundo
exterior, por lo que los juzgan como una agresión o persecución.

***Otros, por el contrario, mantienen que son ellos mismos los que
producen y emiten los olores, lamentándose de que se extenderán por
toda la casa o incluso por la ciudad.

Lo más común, con todo, es que estas experiencias aparezcan conjuntamente


con las siguientes, es decir, con las alucinaciones gustativas, imitando en gran
medida lo que suele sucedernos a todos en condiciones normales (el olor y el
gusto son dos sentidos que, en muchos casos, se activan ante el
mismo tipo de situaciones y/o estímulos, como la comida).

3. Alucinaciones gustativas
Las personas que experimentan este tipo de alucinaciones perciben gustos
desagradables (a podrido, a excrementos, a sustancias tóxicas, etc.), y las
pueden atribuir tanto a una fuente exterior como a su propio cuerpo
(por hallarse podrido interiormente, por padecer un proceso destructivo de sus
órganos internos, etc.).

Aunque son poco frecuentes (Gelder y cols., 1989), pueden darse en diversos
trastornos (histeria, alcoholismo crónico, epilepsia del lóbulo temporal,
episodios maníacos, etc.).

Son más típicas de la esquizofrenia, las depresiones graves y los estados


delirantes crónicos.
Si ocurren en la esquizofrenia es habitual que se acompañen del delirio de ser
envenenado

Pero también pueden sugerir epilepsia del lóbulo temporal, irritabilidad


del bulbo olfatorio e incluso un tumor cerebral.

También puede darse el caso de que el paciente se queje de que lo que


come no tiene gusto a nada o de que sabe desagradable (lo que también
puede ocurrir en la depresión).

La reacción del enfermo ante este tipo de alucinaciones es la misma


que mostraría un sujeto normal que experimentara las sensaciones
correspondientes, y por tanto se comportará de acuerdo con la temática de
su deliro, si es que lo tiene.

Así, si se trata de un paciente que se siente perseguido, seguramente se


negará a ingerir ciertos alimentos por considerarlos envenenados o
contaminados por sus perseguidores, dado los sabores extraños que nota en la
comida.

4. Alucinaciones táctiles o hápticas


Este tipo de alucinaciones puede manifestarse en cualquier parte del
cuerpo. Los pacientes se sienten tocados, pellizcados, manoseados, etc.;
o pueden sentir calambres por supuestas corrientes eléctricas, o que se
les está quemando alguna parte del cuerpo.

***Clásicamente, estas alucinaciones se dividen en activas y pasivas.


 Activas: El sujeto cree, por ejemplo, que ha tocado un objeto
inexistente; suelen ser muy poco frecuentes, observándose
especialmente en los delirios tóxicos, como sucede en el delirium
tremens, en el que el enfermo experimenta la sensación de que toca
insectos, hilos, etc.

 Pasivas: El paciente cree que alguien o algo le agarra, le toca, le


quema, le sopla, le pincha, le estrangula, le corta, etc., y tales
sensaciones pueden acompañarse o no de dolor.

Se han observado diversas modalidades


 Alucinaciones térmicas: en las que hay una percepción anormal y
extrema de calor o frío;
 Hídricas, o percepción de fluidos («toda la sangre me está cayendo por
las piernas, y tengo el pecho lleno de agua»).
 Parestesias, o sensaciones de hormigueo, que por supuesto pueden
tener un claro origen orgánico, pero que el paciente explica de un modo
delirante; y aquellas en las que el paciente tiene la falsa sensación de
haber sido tocado por algo, incluida la estimulación genital. Así, un
paciente señalaba: «Voy por la calle y si alguien me mira entonces
pellizca mis testículos...; no lo puedo evitar». Se dan con más
frecuencia en la esquizofrenia.

 Una forma específica de alucinación háptica:

 La formicación: Sensación de que pequeños animales o insectos


reptan por debajo o encima de la piel. También se han catalogado
como delirios dermatozoicos, zoopáticos o enterozoicos. Este
tipo de alucinación es especialmente característico de estados
orgánicos, como la abstinencia del alcohol o la psicosis
cocaínica.

5. Alucinaciones sobre sensaciones procedentes del propio


cuerpo (corporales, somáticas, cenestésicas o viscerales)

Se incluyen aquí alucinaciones que remiten a sensaciones peculiares que el


paciente considera como procedentes casi siempre del interior de su propio
cuerpo, o que afectan a sus órganos internos y externos (por ejemplo, los
genitales), o a sus miembros más distales (brazos, manos, cabeza, piernas,
pies). Así, por ejemplo, un paciente puede decir que las venas se le salen, se le
enrollan y se le hacen una burbuja, o manifestar sensaciones de estar
petrificado, disecado, vacío, hueco, de sentir que por dentro es de oro, de
piedra, que su cuerpo o partes de él se están deformando o desfigurando
cambiando de forma o de tamaño, que sus genitales se han reducido, etc.

Suelen estar presentes en la esquizofrenia junto con todo tipo de delirios


bizarros.

Una variante poco frecuente de alucinación somática visceral es la que


se asocia a los delirios zoopáticos, en los que el paciente está convencido
de que algún animal se arrastra por su cuerpo y, aunque no lo puede ver, es
capaz de describirlo con detalle. También pueden creer que el animal está
dentro de ellos y vaga con libertad por su cuerpo.
Diversos autores están de acuerdo en señalar que, sea cual sea la causa de
estas alucinaciones, están relacionadas con una alteración de la conciencia del
Yo en su vertiente somática o «Yo corporal». Esta alteración de la conciencia del
Yo corporal lleva a que el propio cuerpo se perciba de una manera especial.

No obstante, para poder hablar de verdaderas alucinaciones NO basta


con esta especie de despersonalización en la esfera somática, sino que
es necesario que el sujeto tome esas falsas sensaciones como reales, debido a
la pérdida del juicio de la realidad. De no ser así, no se podría hablar de
auténticas alucinaciones, sino de falsas sensaciones o de extrañamiento en el
ámbito corporal, tal y como manifiestan algunas personas con trastornos
emocionales.

6. Alucinaciones cinestésicas
Hacen referencia a percepciones de movimiento de ciertas partes del cuerpo
que realmente no se están moviendo.

Los sujetos que experimentan este tipo de alucinación tienen una vivida
sensación de que su cuerpo, o partes de él, se mueven, que sus músculos se
contraen, que sus brazos se levantan, que sus piernas giran o se retuercen, que
su cuerpo vibra o tiembla, etc., sin que el observador pueda constatar que se
produce el más ligero movimiento.

 Estas alucinaciones se pueden presentar en la esquizofrenia.


 Se dan con mayor frecuencia en pacientes con trastornos
neurológicos
 Este es el caso, por ejemplo, de la enfermedad de Parkinson, en la
que antes de que se manifieste el temblor característico estos enfermos
experimentan con frecuencia la sensación de que están temblando
interiormente.
 También se han descrito alucinaciones de este tipo ante la retirada de
tratamientos psicofarmacológicos con benzodiacepinas.

Cómo y dónde aparecen las experiencias alucinatorias

 En términos generales se puede afirmar que la presencia de


alucinaciones debe hacernos sospechar, al menos en nuestra
cultura, que nos hallamos frente a un estado psicopatológico
evidente, que conlleva una ruptura con la realidad, que es
indicativo de un proceso más o menos transitorio, y cuya
etiología puede ser orgánica o no.

 El problema es que, desde un punto de vista clínico, las


alucinaciones rara vez tienen un significado patognomónico por sí solas,
es decir, que se requiere la presencia de otros signos y síntomas para
poder establecer un diagnóstico concreto.

Principales trastornos en los que están presentes las


alucinaciones

a) Esquizofrenia
Los pacientes esquizofrénicos presentan una amplia variedad de
trastornos perceptivos:
 Ilusiones, alteraciones en la intensidad y calidad de la percepción (desde
la viveza a la atenuación)
 Pseudoalucinaciones
 Alucinaciones parcial y/o totalmente formadas, siendo estas últimas las
que adquieren mayor preponderancia.
 Ludwig (1986) estima que cerca del 75% de los pacientes hospitalizados
en primer ingreso informan de alucinaciones en más de una modalidad
 Las auditivas son las más frecuentes, siguiéndoles en orden
decreciente
 las visuales, somáticas, olfativas, táctiles y gustativas.

 La naturaleza de las alucinaciones puede cambiar a lo largo del


trastorno:
 Durante los episodios agudos, las alucinaciones auditivas
suelen ser acusadoras, demandantes o imperativas.
 Cuando el trastorno está en remisión puede que las
alucinaciones no desaparezcan, aunque pueden adoptar un
contenido más positivo, incluso sugerente.
Kurt Schneider (1959) propuso una «guía diagnóstica práctica para la
esquizofrenia» que está estrechamente relacionada con las
alucinaciones.

Los síntomas específicamente alucinatorios, con un


valor diagnóstico de primer rango para la
esquizofrenia, serían los tres siguientes:
1) El paciente oye comentarios continuos sobre sus propias acciones.
2) Las voces hablan sobre el paciente en tercera persona.
3) El paciente oye sus propios pensamientos en voz alta
(Gedankenlautwerden o eco de pensamiento)

(1 Y 2)Los dos primeros tipos de alucinaciones siguen siendo criterio suficiente


para cumplimentar el criterio principal de un diagnóstico de esquizofrenia, e
incluso de trastorno psicótico no especificado, en la nueva propuesta de
sistema clasificatorio de los trastornos mentales elaborada por la American
Psychiatric Association (DSM-IV).

 Las voces que escuchan suelen ser la suya propia («la voz de la
conciencia»), alguien de su familia, la de Dios..., y pueden estar
susurrando, hablándole, riñéndole o cantando.
 El paciente puede que no sepa si las voces provienen de ellos o de
objetos tales como televisores, radios, ventiladores, etc., en caso de que
además presente experiencias delirantes de pasividad (un trastorno que
afecta a la propia identidad y que consiste en que la persona no atribuye
a sí misma, o a su propia voluntad y deseo, las cosas que hace, dice,
piensa o experimenta).

***Si las alucinaciones son visuales se suelen diferenciar de las que se


presentan en las psicosis orgánicas en dos aspectos:

1. Porque suelen ir acompañadas por alucinaciones en otras modalidades


2. Porque tienden a presentarse casi continua mente, excepto en el período
de sueño, no circunscribiéndose a ningún momento del día en particular,
como sucede en las psicosis orgánicas que presentan mayor frecuencia
de alucinaciones durante la noche (Ludwig, 1986).

 Respecto al contenido de otras experiencias alucinatorias,


normalmente están en consonancia con sus delirios (por ejemplo,
notar sabor a veneno en la comida) y experiencias delirantes de
pasividad: dolor, corrientes eléctricas, excitación sexual, olores y
otras sensaciones corporales que el paciente atribuye a fuentes
externas o inespecíficas.

b) Trastornos afectivos mayores

Entre los trastornos afectivos, el tipo de experiencia alucinatoria más


frecuente suele ser la auditiva, que puede ser congruente o incongruente
con el estado de ánimo (Soreff , 1987).

La presencia de alucinaciones en estos trastornos constituye uno de


los criterios importantes para calificarlos como graves o para añadirles
la connotación de episodio con características psicóticas.

Vamos a comentar por separado los episodios depresivos y los maníacos.

1. Episodio depresivo
En la depresión mayor, los pacientes pueden experimentar diversas
alteraciones perceptivas tales como ilusiones, cambios en la imagen corporal y
alucinaciones. Estas no suelen ser muy frecuentes, ya que sólo el 25% de
estos pacientes informa de ellas (Duke y Nowicki, 1986).

 De haber alucinaciones, normalmente son de naturaleza auditiva,


y muy frecuentemente están en consonancia con su estado de ánimo
(voces que le acusan, que le culpabilizan, que le ordenan que se mate...).
 En la modalidad visual se pueden presentar escenas de cementerios,
infiernos, torturas, etc.
 También pueden aparecer alucinaciones olfativas, en las que el
paciente huele, o se huele a sí mismo, a cadáver, a cementerio —u otros
olores que le sugieren un estado de putrefacción—, o por el contrario se
queja de que todo huele igual, o de que no diferencia unos olores de
otros aunque en este caso habría que establecer un diagnóstico
diferencial con una distorsión perceptiva.
 Junto a las olfativas pueden aparecer alucinaciones gustativas,
que normalmente coinciden en cuanto a su contenido o dirección con las
olfativas.

2. Episodio maníaco

Como en el caso anterior, se estima que sólo un 25% de pacientes


experimenta alucinaciones.

 Normalmente se presentan en las modalidades

 Auditiva (las voces le comunican alguna misión o un estatus


especial)
 Visual (visiones inspiradoras o panorámicas). Al contrario que en
las alucinaciones de la esquizofrenia, las alucinaciones del
paciente maníaco suelen ser más breves en su duración y
normalmente no son de naturaleza imperativa (Ludwig,
1986).

 Una vez que el episodio ha remitido es frecuente que el


propio paciente critique sus alucinaciones y ya no las
considere como reales, sino como «visiones».

c) Síndrome orgánico del estado de ánimo


Si este cuadro se presenta con alucinaciones, son de naturaleza similar a las
que se presentan en los trastornos del estado de ánimo. Las alucinaciones y las
ideas delirantes son más frecuentes en la forma maníaca que en la depresiva.
Dentro de las causas que pueden provocar este síndrome se
encuentran las sustancias:
 La reserpina
 La metildopa
Otros
 Algunos alucinógenos
 Alteraciones endocrinas como el hiper o el hipotiroidismo y el
hipertiroidismo o el hipoadrenocorticalismo
 Enfermedades neurológicas.
d) Deficiencias sensoriales

Las alucinaciones pueden estar presentes en una amplia gama y


variedad de problemas relacionados con el funcionamiento de los
sistemas sensoriales, sobre todo en lo que se refiere a las reducciones en la
agudeza visual o auditiva, especialmente en la vejez

 Así, por lo que respecta a la sordera, se han relatado casos


de alucinaciones después de varios años de haber
padecido una sordera progresiva; incluye componentes no
formados (sensaciones simples) o, por el contrario, formados (es
decir, vividos y detallados como canciones, voces familiares
actuales o del pasado).

 Estas experiencias se producen sobre todo en situaciones y/o


períodos de bajo ruido ambiental y pueden llegar a controlarse
con entrenamiento en concentración o en subvocalización.

 Ninguno de los sujetos en los que se han descrito estas


experiencias era completamente sordo. Los intentos de
reducirlas con fármacos antipsicóticos suelen ser poco eficaces;
es más, una vez que la alucinación ha sido experimentada es
muy probable que los pacientes la sigan experimentando en el
futuro.

 Sin embargo, el equipo de Barraquer-Bordás (citado en


Slade y Bentall, 1988) ha descrito un caso de desaparición
de alucinaciones asociadas a sordera central después de
un ataque, que sólo se circunscribieron a una semana
después del inicio de la sordera.
 También se han descrito alucinaciones en la ceguera
progresiva y en la pérdida visual por daño del quiasma óptico.

Dentro de este tipo de alteraciones hay que destacar el


síndrome de «Charles Bonnet», nombre del filósofo que
describió el síndrome de su abuelo (Berrios y Brooks, 1982). Se
trata de un trastorno alucinatorio que se da en ancianos
con patología orgánica central o periférica, cuya
característica definitoria es la presencia de alucinaciones
liliputienses. Estos pacientes ven pequeñas figuras de animales
u otras criaturas, frecuentemente al anochecer, con ausencia
tanto de delirios como de otra modalidad de alucinación.

****NO hay que confundirlo con lmicropsia, que es la visión de objetos


que están presentes, pero en una escala reducida (es decir, una distorsión
perceptiva).

Este tipo de experiencias han intentado explicarse a partir de los resultados


obtenidos en los estudios de privación sensorial. Los bajos niveles de
estimulación causan la desinhibición de los circuitos relacionados con la
percepción, lo cual tiene como resultado que los trazos perceptivos de
acontecimientos previamente experimentados sean «liberados» hacia la
conciencia (West, 1975) Por eso, las alucinaciones que se asocian a déficit
sensoriales se conocen a menudo como alucinaciones «liberadas o
emitidas». Sin embargo, los datos no son concluyentes sólo con esta
explicación, ya que en condiciones de alto nivel de estimulación también se
pueden producir alucinaciones de este tipo (Slade y Bentall, 1988).

f) Enfermedades del sistema nervioso central (SNC)


Hay una amplia variedad de condiciones que afectan al SNC y que producen
alucinaciones, tales como el síndrome postcontusional (golpe violento en la
cabeza), migraña, meningiomas, encefalitis vírica, entre otras. Las experiencias
alucinatorias variarán enormemente en naturaleza y calidad, duración y
modalidad, contenido e intensidad en función de la localización del tumor o del
daño.

1. Lesiones focales del cerebro


 Ciertas áreas del cerebro están más implicadas que otras en la
formación de alucinaciones.
 Tras una serie de experimentos con animales, Baldwin, Lewis y
Bach (1959) demostraron que para que se produzcan
alucinaciones ha de estar intacto el córtex temporal.
 Las alucinaciones que se producen como consecuencia de
un tumor cerebral suelen ser de una gran viveza.
 Normalmente no son atemorizantes y surgen súbitamente sin que
se pueda predecir su aparición.
 La modalidad variará en función de la localización del área
cerebral que esté dañada.
 Las lesiones en el lóbulo temporal pueden producir el
fenómeno del doble y alucinaciones negativas además de
olfativas, auditivas o visuales (Ludwig, 1986).
 Lesiones en los lóbulos occipitales pueden dar lugar a la
aparición de alucinaciones visuales, tales como flases de luz, etc.
 Las lesiones en el hipocampo provocan distorsiones
liliputienses, cambios en la imagen corporal y olores
desagradables (Soreff , 1987).

2. Epilepsia del lóbulo temporal


 A menudo los episodios comienzan con una experiencia
alucinatoria elemental (es decir, no formada: música,
destellos, luces, olores) normalmente en la modalidad olfativa o
gustativa, aunque también pueden aparecer auditivas y visuales.

g) Complicaciones quirúrgicas

1. Quetamina La quetamina es un anestésico general que produce


alucinaciones, normalmente visuales, e incluso delirium.

 También se han relatado experiencias de flash-backs, después


de transcurridas varias semanas desde su utilización (Soreff,
1987).

2. Miembro fantasma
Es una experiencia que aparece inmediatamente después de la
amputación.
 Se han descrito alucinaciones cinestésicas en las que el
paciente percibía cambios, sensaciones, movimientos,
paresias, etc., en el miembro ya inexistente. Normalmente
suele producirse en los miembros más distales, como por
ejemplo los dedos.

3. Dolor fantasma
Esta experiencia consiste en sentir dolor en el miembro que ha sido
extirpado.
 No ocurre en todos los casos de amputación.

 Normalmente sólo se da en aquellos casos en los que ya


existía alguna patología previa, no siendo sin embargo
frecuente en amputaciones debidas a accidentes (Soreff , 1987).

 Además pueden aparecer alucinaciones y otros trastornos


perceptivos en una amplia serie de alteraciones causadas
bien por la ingesta de determinadas sustancias (drogas
y/o fármacos), bien por los síndromes de abstinencia
originados como consecuencia de la retirada de las
mismas.

 Por una explicación más detallada pueden consultarse los


manuales de diagnóstico de la APA y de la OMS (CIE-10), así
como los textos de Naranjo (1986), Nathan y Hay (1980), Perpiñá,
Baños y Merino (1991), Sadava (1984), Slade y Bentall (1988), o
Soreff (1987), entre otros.
La Tabla 6.4 resume la mayoría de las condiciones y/o trastornos que
pueden cursar con la aparición de alucinaciones.

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