03F Prueba
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REPRESENTANTES A FAVOR
Introducción
justificacion 2
objetivos 7
Alegatos y fundamentos de derecho 9
Trafico de órganos 10
1.1 Objetivos de la Investigación 14
1.1.1 Objetivo General 14
1.1.2 Objetivos Específicos 14
1.2 Alcances y Limitaciones 15
1.2.1 Alcances 15
1.2.2 Limitaciones 15
1.7 Delimitaciones 16
1. INTRODUCCIÓN
Actualmente en El Salvador, cada día 31 personas fallecen en espera de un órgano y cada año un
40% de los pacientes en lista de espera para el trasplante fallece sin haber podido conseguir el
órgano requerido. En la mayor parte de los países europeos, en USA y en muchos países
de América Latina, la tasa de donantes se mantiene estable a lo largo de los años y sin embargo
la cantidad de pacientes en espera de un órgano vital aumenta progresivamente, al igual que
el tiempo de permanencia en lista de espera y la mortalidad.
Tradicionalmente, para el trasplante de riñón y actualmente para el trasplante de una parte del
hígado, de un pulmón o de un segmento de intestino delgado, se pueden conseguir los órganos a
partir de donantes vivos familiarmente relacionados, principalmente hermanos, padres o hijos.
Esto sin embargo no siempre es posible y en circunstancias especiales pueden conseguirse de
donantes vivos no relacionados familiarmente pero sí afectivamente relacionados, tales como
cónyuges, amigos o miembros de la misma comunidad religiosa.
Para dar inicio, por tráfico de órganos entendemos que es una práctica que consiste en la
extracción de órganos de una persona con fines comerciales, acto que conocemos y sabemos
es ilícito, pero a la vez es una acción necesaria que sirve como mecanismo para salvar vidas y
mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia en algún órgano corporal por lo
que, se vuelve necesario evitar la comercialización ILEGAL de estos.
Debemos mencionar que estando de acuerdo con esta acción es por un fin, de mejorar la
calidad de vida y la sobrevivencia de las personas, de los pacientes a los cuales se les indica
algún tipo de trasplante, dando un contexto a la necesidad que tenemos como pueblo
salvadoreño de legislar ante un problema de salud en el cual se quiere avanzar en el manejo
de estas acciones.
Cabe mencionar que en El Salvador ya ha habido trasplantes, hay más de 900 personas
trasplantadas, de hecho ya existe una asociación de doctores que trabaja en la asociación de
trasplantes y que dichas personas participan en esos actos, pero con esto se dice es para un
público seleccionado algo injusto, ya que todo ciudadano debe tener derecho, no solo
aquellos que tienen la opción económica o la posibilidad de estar asegurados, sino también
ya a nivel público.
Con la creación de dicho centro, sería un gran avance para el país en la historia de la salud
pública salvadoreña, ya que todas las personas que necesitan y ameritan un trasplante,
tendrían la misma posibilidad de salvar su vida si lo necesitasen, aunque no cuenten con los
medios económicos debidos, pues como se sabe no todas las personas pueden costear un
órgano si el precio ronda por $1,000 en adelante aproximadamente.
Es necesario establecer que es el Estado quien debe promover la donación de órganos, tejidos
y células de alta calidad y seguridad por lo que la donación, por lo que se debe disponer de
un marco a fin de garantizar unas normas elevadas de calidad y seguridad en cuanto a la
donación, obtención, evaluación, procesamiento, preservación, almacenamiento y
distribución de órganos, tejidos y células destinadas a ser aplicadas en el ser humano.
Los órganos, los tejidos y las células utilizados para terapias alogénicas pueden proceder de
donantes vivos y de donantes fallecidos. A fin de garantizar que el estado de salud de los
donantes vivos debe realizarse un completo reconocimiento médico previo, este proceso es
también para evitar la transmisión de enfermedades al receptor. Asimismo, debe respetarse la
dignidad de los donantes fallecidos, en particular en la reconstrucción del cuerpo, de manera
que sea lo más similarmente posible a su forma anatómica original.
Los programas de aplicación de Órganos y tejidos deben basarse en el principio que todos los
ciudadanos son donantes de órganos, tejidos y células, a no ser que exprese lo contrario y
también es necesario legislar la no remuneración y el anonimato del donante y del receptor.
Constitución de la República, Art. 65: "La salud de los habitantes de la República constituye
un bien público. El Estado y las personas están obligados a velar por su conservación y
restablecimiento. El Estado determinará la política nacional de salud, controlará y
supervisará su aplicación.
- Código de Salud. Art. 128: "El Ministerio de Salud es el ente rector de la política nacional
de trasplantes de órganos, tejidos y células humanos con fines terapéuticos y científicos, la
elaborará en consulta con el Consejo Nacional de Trasplantes.
- Declaración Universal de Derechos Humanos, Art. 25.1: "Toda persona tiene derecho a un
nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en
especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad,
invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad.
- Convención Sobre los Derechos del Niño, Art. 24.1: "Los Estados Partes reconocen el
derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el
tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se
esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos
servicios sanitarios."
- Código de Familia, Art. 3: "El Estado está obligado a proteger a la familia, procurando su
integración, bienestar, desarrollo social, cultural y económico." Art. 351 Ordinal 15°).- "Todo
menor tiene derecho... a disfrutar del más alto nivel posible de salud y de servicios para el
tratamiento de enfermedades y a su rehabilitación", y Art. 397.- "El Estado deberá propiciar por
todos los medios la estabilidad de la familia y su bienestar en materia de salud, trabajo, vivienda,
educación y seguridad social, a fi n de que pueda asumir plenamente las responsabilidades que le
competen en la formación y protección del menor y de todo el grupo familiar."
- Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LEPINA), Art. 21: "La Salud es un
bien público y un derecho fundamental de las niñas, niños y adolescentes que debe entenderse de
manera integral como la resultante de la interacción dinámica de distintos factores
biopsicosociales, económicos, el medio ambiente, el agua en calidad y cantidad suficiente. El
Estado debe garantizar este derecho mediante el desarrollo de las políticas públicas y programas
que sean necesarios para asegurar la salud integral de la niñez y adolescencia. En todo caso, la
ausencia de políticas o programas de salud no exime de la responsabilidad estatal de atención
que sea requerida en forma individualizada para cualquier niña, niño o adolescente." –
Ley de Atención Integral para la Persona Adulto Mayor, Art. 5: "Son derechos fundamentales de
las personas adultas mayores, los siguientes: 5°) Recibir asistencia médica, geriátrica y
gerontológica, en forma oportuna y eficaz." - Ley de Prevención y Control de la Infección
Provocada por el Virus de Inmunodefi ciencia Humana, Art. 16: "Se prohíbe la solicitud de
pruebas para el diagnóstico de infección por VIH de forma obligatoria, salvo en los casos
siguientes: b.- Cuando se trate de donación de leche materna, sangre, semen, órganos o tejidos".
Si bien se trata de una práctica habitual y tradicionalmente punida y rechazada en casi todo el
mundo, su estatus legal, sin embargo, está tendiendo a cambiar alrededor del mundo; por
ejemplo, Australia y Singapur han empezado a permitir desde el 2013 la compensación
económica a cambio de órganos para donantes de órganos vivos.
1
Jafar, Tazeen H. (2009). «Organ Trafficking: Global Solutions for a Global Problem». American Journal of
Kidney Diseases 54 (6): 1145-57. doi:10.1053/j.ajkd.2009.08.014.
2
Ambagtsheer, F.; Weimar, W. (2011). «A Criminological Perspective: Why Prohibition of Organ Trade Is Not
Effective and How the Declaration of Istanbul Can Move Forward». American Journal of
Transplantation 12 (3): 571-75. doi:10.1111/j.1600-6143.2011.03864.x.
La donación de órganos ha sido un tema sensible para la sociedad, sobre todo por dos situaciones
preocupantes: la necesidad de una mayor cultura en la materia y el tráfico generado a su
alrededor. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la escasez de órganos
disponibles ha llevado a muchos países a elaborar procedimientos y sistemas destinados a
aumentar la oferta, pero también estimulan el tráfico comercial, sobre todo de donantes vivos sin
parentesco con los receptores.
A partir de ahí, la OMS, emitió los Principios Rectores de la donación, con la finalidad de
proporcionar un marco ordenado, ético y aceptable en la materia. En México se pretendió atender
este llamado por parte del Poder Legislativo, para lo cual se propuso reformarla Ley General de
Salud; la iniciativa, tiene como objetivo integrar en el marco legal, que la donación pueda contar
con el supuesto del “consentimiento presunto”, con lo cual los órganos de cualquier persona
fallecida puedan ser donados.
Con ello, se pretende fomentar la cultura de donación de órganos, inhibir el tráfico ilegal de los
mismos y abatir el rezago en la materia al disminuir las listas de espera para trasplantes. Y es que
de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes existen más de 20 mil personas en espera de
un órgano, en su mayoría de riñón y córnea. Sin embargo, la propuesta no fue bien recibida en la
sociedad, ni en el foro jurídico y médico, en donde de inmediato se alzaron las voces, lo que
llevó a los diputados a detener la iniciativa.
En América Latina, Cuba, por ejemplo, con todas las limitaciones de su sistema de salud tiene
una tasa de alrededor de 15 donantes por millón, por año, Argentina alrededor de 13, similar a
Colombia. España, refiere, tiene una tasa superior a 45 donantes; en Estados Unidos es de
rededor de 26-27; esto nos indica que independientemente de la situación geográfica, económica
o cultural, la productividad mexicana es muy baja. Los trasplantes de órganos, refiere Reyes
Acevedo, se hicieron factibles en la década de los 50s. Con el paso de los años se volvió una
herramienta de tratamiento destinadas en atender a un número creciente de personas con
enfermedades crónico degenerativas.
Por lo anterior, la propuesta de reforma a la Ley General de Salud, considera el médico, es un
intento para resolver el problema y al mismo tiempo, incrementar la tasa de donación de órganos.
Con ella se propone adoptar un esquema en donde se asume que toda la población es donante a
menos que en vida haya manifestado su desacuerdo. En general existen 2 esquemas para la
donación de órganos, uno es el de consentimiento presunto, un modelo existente en muchos
países en Europa; el segundo, es el utilizado en EU denominado consentimiento informado; es
decir, no se asume nada hasta el momento de la muerte y es la familia quien decide si es donante
o no.
Para explicar el escenario de la ley es importante señalar en qué consiste la donación y cuáles
son las barreras. Mucha gente en México podría considerar poco creíble que no haya suficientes
donadores cuando a diario fallecen muchas personas. Sin embargo, lo que poco se sabe es que
sólo una pequeña proporción de quienes pierden la vida son en realidad candidatos; de acuerdo
con el Dr. Reyes se estima que menos del 1% pueden ser elegibles para donación.
Esto tiene que ver, detalla, con el hecho que los donantes sólo pueden ser considerados cuando
tienen la condición denominada muerte encefálica –en donde una persona ha perdido la vida por
muerte cerebral, pero de manera artificial se mantiene la circulación de algunos órganos vitales–,
la cual se encuentra desde el punto de vista jurídico, aceptada.
Hay un número de órganos y tejidos que pueden ser utilizados de un donante fallecido, pero el
trabajo desde que se detecta, hasta que pueda convertirse en donador formal requiere de un
proceso sumamente extenso y exhaustivo. Es necesario, detalla, reunir una gran cantidad de
requisitos médicos y administrativos, como la demostración de la muerte encefálica.
Además, muchos de los casos tienen implicaciones médico legales en donde se requiere la
presencia del Ministerio Público para la determinación de la muerte. Es importante advertir que
en México el sistema de salud no ha profesionalizado la actividad del llamado Coordinador de
Donación, persona encargada de este proceso que inicia desde la detección, hasta el término de la
donación.
No se pueden hacer cuentas alegres de que, con una ley, advierte el médico especialista, se
incrementaría la donación. Este tema se dejó en claro en la Cámara de Diputados, en donde
incluso el Secretario de Salud, el Dr. José Narro Robles, entendió que será difícil avanzar en la
donación sino se mejora la infraestructura de las instituciones de salud. “Suponiendo que la ley
hubiera modificado el número de donantes, no habría la capacidad logística ni hospitalaria para
el manejo de un número mayor de donantes.”
El problema más grave que se vio con la propuesta de reforma a la ley de Salud es que la
población requiere de información. Es necesario, advierte Rafael Reyes, una campaña para que la
sociedad sepa y entienda en qué consiste el modelo de consentimiento presunto –habilitado a
generar un ambiente jurídicamente favorable a la donación– o el modelo de consentimiento
informado.
Como se comunicó la reforma, pareciera que el Estado dispondrá de los órganos de la población,
lo cual no ocurre bajo ninguna circunstancia. Siempre se requiere de la voluntad de la familia;
una donación es un acto de generosidad. “La mayor parte de la población está a favor de que se
ocupen sus órganos al momento de morir, pero no necesariamente para que se utilice como una
estrategia o una herramienta para obligar a las familias a donar”.
Tráfico de órganos
Rafael Reyes considera que hablar de tráfico de órganos –entendido como la obtención ilegal–,
es un tema delicado. Es difícil, considera, que se dé en México. Es un país en donde la
clandestinidad de trasplantes es impensable por tratarse de un proceso medicamente complicado
en cuanto a infraestructura. “No es fácil que alguien obtenga los órganos y los trasplantes en
forma ilegal.”
Hay riesgos de prácticas ilícitas en trasplante que tiene que ver con el acceso a las listas de
espera, tal vez, advierte, podría haber comercialización en los donantes vivos, pero son prácticas
que están prohibidas por la Ley General de Salud, supervisadas por COFEPRIS , por la
Secretaría de la Función Pública y el propio Centro Nacional de Trasplantes.
Hay una supervisión cada vez mayor en cuanto a la actividad, hay orden en la asignación y en la
obtención de los órganos. Quien propuso la modificación a la ley, comenta, tal vez lo hizo de
buena fe al querer poner en práctica en México lo que se realiza en otros países. Lo que quizás
faltó es haberse relacionado con la parte técnica y operativa del trasplante, de no resolverse la ley
puede ser de poca utilidad. 1
El reloj de uno de los quirófanos del Hospital de Groote Schurr en Ciudad de El Cabo, en
Sudáfrica, indicaba que faltaban apenas 8 minutos para las 6 de la mañana. Un cirujano de 45
años llamado Christiaan Neethling Barnard, implantaba un nuevo corazón en el tórax de Louis
Washkansky un paciente desahuciado de 54 años que ponía todas sus esperanzas de vida en un
joven corazón de 25 que había dejado de latir en el pecho de la donante, Denise Anne Darvall.
Tras unos segundos de angustioso suspense, el “nuevo” órgano inició de nuevo su bombeo vital.
De la garganta del Dr. Barnard salió una exclamación en afrikaans, su lengua materna: Jesús! Dit
gant werk! (¡Jesús, esto va a funcionar!). Era el 3 de diciembre de 1967, domingo.
La repercusión mundial fue enorme. Los trasplantes de riñón llevaban realizándose con éxito
desde 1954, fue en Boston y París. El propio Barnard había hecho su primer trasplante renal en
1959, aunque por esos años se hacía entre gemelos para evitar cualquier rechace; el primero
desde un donante difunto no llegó hasta 1964. Pero ya hacía muchos años que el hombre
investigaba para sustituir órganos incurables por otros sanos.
Desde el inició de los tiempos en que el hombre empezó a trasmitir sus conocimientos, nos llega
el misterio de las Piedras de Ica. La existencia de una civilización que pobló el Perú hace
millones de años, es tan incierta como las voces de sus detractores. Miles de piedras labradas,
trasmiten los conocimientos de esta discutida civilización. Una de las series reproduce en los
guijarros que la componen, complejas intervenciones quirúrgicas con dibujos que representan
trasplantes de órganos, incluso de los hemisferios cerebrales. Si es un fraude o en verdad se trata
de las técnicas quirúrgicas de los hombres gliptolíticos, sólo confirma la búsqueda incansable de
la curación y, tal vez, de la vida eterna.
Un órgano sano extraído de un donante, muerto o vivo, significa la continuidad de la vida del
receptor y por tanto es una cuestión, nunca mejor dicho, de vital importancia.
Es un axioma tan real como la vida misma, sin órganos no hay trasplantes y sin donantes no hay
órganos
Estamos dando pasos de gigantes en la historia de los trasplantes, en la búsqueda de una utopía
que está empezando a dejar de serlo. Los trasplantes son un procedimiento de éxito en más del
80% de las intervenciones que se efectúan actualmente, dependiendo, claro está, del estado del
receptor, de las características del donante y de la experiencia del personal hospitalario.
Modificar la estructura original de un ser humano y hacerle tolerar un órgano procedente de otro
individuo, genéticamente diferente, nos abre la posibilidad de desafiar a la ley natural de la
supervivencia y crear una nueva especie mucho más sana y longeva. No obstante, para que esto
suceda, otros individuos de la especie deben perecer contra natura y antes de lo previsto en el
ciclo vital escrito en su ADN.
Accidentes, muertes violentas y ocasos imprevistos, son de las fuentes con las que se nutren los
receptores gracias a la magnificencia de los donantes o de sus familias. Sin embargo, hay otras
fuentes de aguas menos claras que proporcionan estas partes que permiten continuar en este
“valle de lágrimas” que pocos quieren dejar. Intereses inconfesables, negocios de estado,
“errores clínicos”, extracciones prematuras, supuestos raptos, ventas por necesidad, comercio y
contrabando de órganos, giran entre la leyenda y la más atroz realidad.
En los Estados Unidos cada año el 20% de los pacientes pendientes de trasplante muere sin haber
podido conseguir el órgano esperado. Es decir, cada seis minutos fallece una persona inscrita en
la lista a la espera de donantes. No sólo en el país americano, los porcentajes son muy parecidos
en la UE. Lo fatídico del caso es que cada día aumentan las demandas de órganos, mientras la de
los donantes se mantienen, porcentualmente, casi estables, por tanto, la demanda está creciendo
más rápido que la disponibilidad. Un ejemplo claro es el caso de los trasplantes de riñón, el
número de posibles donantes que fallecen es absolutamente insuficiente para satisfacer a todos
los pacientes en diálisis que están a la espera de un trasplante.
Ante la insuficiente disponibilidad el debate sobre la obtención y reparto de los órganos está
abierto. Aferrarse a la vida es lícito y si se dispone de los medios suficientes se busca la solución
a fuerza de talonario. Casi todos los países que disponen de una legislación específica para las
acciones de donación y trasplante prohíben expresamente la compraventa clandestina de órganos.
Pero muchos enfermos con recursos económicos suficientes se desplazan a otros países para
encontrar la solución a los obligados retrasos. Lo delicado de la situación exime de reparos,
obviando las vías y la legalidad concernientes a la obtención de la víscera salvadora.
Los rumores de tráfico de órganos procedentes de niños asesinados, de personas a quienes se les
han practicado extracciones renales y muestran la cicatriz descubierta al despertarse, cubren las
informaciones sensacionalistas de muchos periódicos. Los argumentos de los que consideran que
sólo se trata de leyendas fruto de la imaginación popular, se basan en que extraer un riñón, por
ejemplo, para su reutilización, precisa de una intervención quirúrgica larga en un entorno estéril
y efectuada por personal experto, situación que no puede darse en entornos rurales u hospitales
clandestinos.
Diariamente, desaparecen personas en los países menos desarrollados o con graves problemas
económicos, sobretodo, niños
No obstante, el trasplante de riñón, y para el trasplante de una parte del hígado, de un pulmón o
de un segmento de intestino delgado, valen los órganos a partir de donantes vivos, lo que abre un
abanico amplio de posibilidades y aunque se asegure que para estas prácticas es preciso el
concurso de donantes familiarmente relacionados – principalmente hermanos, padres o hijos -, lo
cierto es que en circunstancias especiales – y todas lo son – se puede recurrir a donantes vivos
sin ninguna relación consanguínea, es decir sólo se trata de compatibilidad. El caso del trasplante
de corazón, y como es evidente, el donante ha de ser cadáver y de muerte encefálica.
Preferentemente traumatismos.
Lo cierto es que, diariamente, desaparecen gentes en los países menos desarrollados o con graves
problemas económicos, sobretodo, niños. Lo que fomenta y abona las leyendas. La sospecha del
comercio de órganos recae sobre todo en países en los que coexisten minorías muy acomodadas
con mayorías paupérrimas, sumado a un alto grado de injusticia social, con corrupción política y
sin legislación que regule la práctica de los trasplantes. Dónde los hechos puedan ser disfrazados
de leyenda.
¿Cuándo morimos?
Otro de los debates y que es uno de los motivos de la falta de donaciones voluntarias, es la
creencia de la posible “impaciencia” del personal médico en la utilización de los recursos que
ofrece el deceso de un paciente.
La donación voluntaria es un generoso acto anónimo, altruista y solidario, sin ningún tipo de
retribución económica y por ello es digno del mayor respeto y atención, lo que es merecedor de
la dedicación profesional más exquisita. Presumiblemente, las precipitaciones intencionadas
nunca pueden darse en centros de sanidad públicos, puesto que un paciente tiene a priori los
mismos derechos que otro. La posibilidad de que en clínicas privadas se practique la aceleración
de los fallecimientos cerebrales para un trasplante a pacientes de altísimo poder adquisitivo, no
deja de ser un buen tema para una película; pero, tampoco deja de ser una posibilidad.
Contra todo lo que se diga. Frente a las leyendas, que muchos tratan de depreciar y desafiando
todas las reglas médicas, el comercio ilegal de órganos y tejidos no sólo existe si no que va en
incremento. Y les aseguramos que no son bandas de cuatro descamisados ni mafias de aldea;
detrás del ilegal tráfico de órganos se esconden poderosas organizaciones, funcionarios públicos,
eminentes profesionales e instituciones de reconocida solvencia moral.
La India, es destino para pacientes renales ricos de Alemania e Italia; los trasplantes se realizan
en clínicas locales, con riñones comprados a las pobres gentes que luego exhiben la cicatriz a
quien quiera verla. Mil dólares es el precio de un riñón en muchos países sudamericanos o en
Filipinas, en Hong Kong son un poco más caros. En Argentina un riñón cuesta alrededor de
110.000 euros; un hígado, un pulmón o un corazón cerca de 200.000, una cornea 90.000 euros.
En México los precios son un poco más contradictorios, 150.000 dólares por el hígado, 120.000
por un riñón o 45.000 por la córnea y extrañamente, 60.000 por un corazón, probablemente
porque su trasplante es más delicado. Kuwait, como país adinerado, tiene tarifas más altas, 1.600
dólares por la piel de las piernas de los prisioneros, 400.000 por los intestinos o 127.000 dólares
por un pulmón.
¿Cuántos corazones, cuántos riñones, cuántas vísceras y tejidos de los ejecutados han sido
vendidos al mejor postor por los médicos y funcionarios de las cárceles chinas?
Sí, son verdad las denuncias de las ONG, de la coordinadora nacional de la Comisaría de la
Mujer en Nicaragua, la de las organizaciones bolivianas. También es verdad la utilización de los
cadáveres de los ajusticiados chinos para este tipo de comercio. China ejecutó el año pasado,
según Amnistía Internacional, a 1.010 condenados de los 1.591 que se ajusticiaron en todo el
mundo. Es más, la ONG mantiene que la cifra real podría llegar a 10.000. ¿Cuántos corazones,
cuántos riñones, cuántas vísceras y tejidos de los ejecutados han sido vendidos al mejor postor
por los médicos y funcionarios de las cárceles chinas? Los principales clientes de los chinos son
los millonarios japoneses.
El grupo religioso Falun Gong, calificado por Pekín de “secta del diablo”, ha denunciado que sus
fieles encarcelados y ejecutados son utilizados como conejitos de indias para el comercio de
órganos. David Matas, abogado de derechos humanos en Winnipeg, cuenta muchas historias
escalofriantes en su libro, “Cosecha Sangrienta: Informe Revisado sobre los Alegatos de
Extirpación de Órganos a Practicantes de Falun Gong en China”, que ha escrito conjuntamente
con David Kilgour. La propia organización Human Rights Watch de Asia informó que en el país
de las próximas olimpiadas, se extraen ilegalmente más de 3.000 órganos a prisioneros
anualmente, lo que significa más de ocho diarios, “trabajando” todos los días de la semana.
Terrible.
En los periódicos de cualquier ciudad del mundo pobre podrán leer anuncios solicitando riñones
u ofertas de desesperados ofreciendo la “donación” de un riñón. Busquen por Internet y
encontraran unos cuantos ofrecimientos. Desde Egipto al Senegal toda África vende órganos. En
alguno de ellos se subastan “cualquiera de los órganos” de un preso chino.
Podemos hacer ver que no nos enteramos, podemos asegurar que una extracción es imposible
llevarla a cabo sin unos medios suficientes, podemos negar que en Mozambique los niños de 12
a 15 años no puedan jugar seguros si eso tranquiliza nuestras conciencias. Neguemos el tráfico
de órganos. Pero haberlo.
Regreso al futuro
Para evitar esta práctica las naciones que no la tengan deberían establecer una legislación eficaz,
que penalice a los infractores. Aunque parezca utópico, la mejora de las condiciones de vida de
las naciones depauperadas igualaría la relación abismal entre ricos y pobres y evitaría la
sumisión orgánica de los desheredados. Medidas contra los países que toleran y fomentan este
tipo de prácticas. La investigación y la apuesta científica para encontrar las soluciones a los
trasplantes vía donantes animales o en la fabricación de prótesis artificiales que evitaran la
utilización de órganos humanos. 2
"La ley que está no es suficiente, ésta está en el Código de Salud. La ley, creo que debemos
ponernos en altura... En El Salvador aunque se han desarrollado trasplantes, necesitamos una
normativa", indicó Menjívar.
El anteproyecto entregado cuenta con 67 artículos, los cuales están enfocados en regular la
donación de órganos, crear un registro de personas donantes y evitar el tráfico de órganos que, de
acuerdo con la ministra, se practica en El Salvador.
"Este proyecto tiene como finalidad la calidad de vida y la sobrevivencia de los pacientes a los
que se les indica algún tipo de trasplante. (La Ley) Crea la comisión nacional de trasplante, quien
le dará seguimiento a la ley y a la política, una autoridad autónoma que llevará un registro de las
personas que quieren donar", agregó.
El proyecto presentado cuenta con el respaldo del Ministerio de Salud, unidad médica de la
Fuerza Armada, además del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, entre otras entidades.
Entre los 67 artículos, hay uno que indica el listado del donante fallecido, este sería el registro de
las personas que en su DUI han dado la voluntad para donar los órganos cuando mueran.
La medida fue respaldada por la diputada Rina Araujo, del FMLN. 3
Banco de órganos y tejidos: depósito de materiales o tejidos humanos para su uso futuro por
otros individuos o para investigación científica. Donante vivo: es aquella persona que efectúa la
donación en vida de órganos o partes de los mismos, cuya extracción es compatible con la vida y
cuya función puede ser compensada por el organismo del donante en forma adecuada y
suficientemente segura.
Cada año se realizan alrededor de 100.000 trasplantes en el mundo. Uno de cada diez, con
órganoos provenientes del comercio ilícito. Enfermos de países ricos viajan a Pakistán, India,
China, Egipto o Colombia en busca de una solución rápida. 5
Bibliografías