Capitalismo y Socialdemocracia Adam Przeworski PDF

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Adam Przeworski

~·v·~ UJ'I;V.i•.;C.;. ~ ~-

t1iL-,í,~T:AlAI

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OOWATIVO
.

Capitalismo y
socialdemocracia

Versión española de
Consuelo Vázquez de Parga

Alianza
Editorial
Capitalism and Sodal Democracy. Esta obra ha sido publicada en inglés por
Cambridge University Press, Gmbridge, Inglaterra. '
ÍNDICE

Agradecimientos ........................................................................................ 9

Introducción ................................................................................................ 11

CAPÍTULO l. La socialdemocracia como fenómeno histórico .... 17

CAPÍTULO 2. El proletariado dentro de una clase. Proceso de


formación de las clases ...:.......................................... 61

CAPÍTULO 3. Estrategia partidaria, organización de clase y voto


individual ....................................................................... 117

CAPÍTULO 4. Bases materiales del consentimiento ...................... 155

CAPÍTULO 5. Intereses materiales," compromiso de clase, y Es-


tado .................................................................................. 196

CAPÍTULO 6. El capitalismo democrático en la encrucijada ...... 232

CAPÍTULO 7. Explotación, conflicto de clase y socialismo: el ma-


© Maison des Sciences de l'Homme y Cambridge Universíty Press 1985 terialismo ético de John Roemer ............................ 251
© Ed. cast.: Ali.anza Editorial, S. A., Madrid, 1988
Calle Milán, 38, 28043 Madrid; teléf. 200 00 45
ISBN: 84-208·2571-X Postscriptum: Socialdemocracia y socialismo .................................... 269
Depósito legal: M. 40.956-1988
Compuesto en Fotocomposici6n Pérez..Díaz, S. A.
Impreso en Lave!. Los Llanos, nave 6. Humanes (Madrid)
Printed in Sp.ain Bibliografía .................................................................................................. 280
Capítulo 5 Capitalismo y socialdemocracia 197

INTERESES MATERIALES, COMPROMISO DE CLASE, los trabajadores tienen que llegar a darse cuenr~ de que esos in~ereses
Y ESTADO* podrán avanzar si y sólo si es abolido todo el SiStema del traba¡o asa-
lariado. Como decía Luxemburgo (1970b: 30) en 1900,. «como resulta-
do de sus luchas sindicales y parlamentarias, el proletanado llega a con-
vencerse de la imposibilidad de lograr ningún cambio social fundam~n­
tal por medio de esa actividad y llega a comprender que la conqutsta
del poder político es inevitable». Del «conflicto objetivo de los intere-
ses materiales» nademos avanzar al también político «interés funda-
mental por el so.Lcialismo», igualmente objetivo, por medio de un silo-
gismo. ·
La respuesta halló un reflejo exacto entre aquellos defensores del
capitalismo que proclaman que el sistema capitalista es esencialmente
cooperativo, que constituye un «juego de suma no cero», y que los tra-
bajadores salen mejor parados cuando cooperan para hacer mayor el tro-
zo de tarta que cuando luchan por partes proporcionales. Se dice que
Marx no supo ver más que el lado malo de la historia, el lado oscuro
del conflicto en vez de la radiante promesa de cooperación (Boulding,
INTRODUCCIÓN 1970: cap. V). La declarada desradicalizadón de los movimientos obre-
ros es a ojos de los antimarxistas que proclaman el determinismo eco-
Este capítulo estudia el conflicto entre capitalistas y asalariados por nómico prueba suficiente de que, en el curso del desarrollo económico,
la realización de los intereses materiales en las sociedades capitalistas los trabajadores han descubierto por ellos mismos las ventajas del com-
avanzadas. La cuestión central es la de si los asalariados al perseguir promiso y han abandonado toda idea de. transfo;mación..
sus intereses materiales tendrán necesariamente que optar por el so- El problema es ideológico, lo que quiere deor que es importante, y
cialismo. sería ingenuo esperar que pudiéramos alca'-:lzar un consenso. N~ ,obs-
Se trata de una vieja cuestión y las respuestas son familiares) enfá- tante, voy a demostrar inmediatamente que la presente formulaoon es
ticas y confusas. U na de ellas se le atribuye a Marx y de hecho aparece torpe y que, si podemos estar de acuerdo con algunas suposiciones, po-
en alguna de sus publicaciones, sobre todo en Trabajo asalariado y ca- dremos llegar a respuestas nada ambiguas. Así pues, procederé deduc-
pital, donde sostiene que, dado que el producto nacional gener'ado por tivamenre, de las suposiciones a sus consecuencias lógicas.
el sector capitalista se divide en dos partes, una que se apropia el ca-
pital en concepto de beneficios y otra que se paga a los trabajadores a
cambio de su fuerza de trabajo en concepto de salario, estas dos partes, DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
la del capital y la de los asalariados, están en relación inversa. Hasta Enfocaré el problema en su formulación más estricta posible ya que
aquí todo es evidentemente verdad, ya que el producto es constante por es así como tradicionalmente se ha venido planteando la cuestión. Con-
definición en todo momento. Pero Marx iba mucho más allá. Sostenía cretamente, daré por hecho que, bajo el capitalismo, los trabajadores es-
que aun cuando la acumulación se vea en términos dinámicos, de hecho tán interesados en mejorar su situación material, y basaré todo el aná-
incluso cuando las condiciones de los trabajadores están mejorando, el lisis de sus estrategias y preferencias políticas en esta suposición.
conflicto de la redistribución tiene un carácter esencialmente no coo- Téngase en cuenta que puede ser verdad que, de hecho, los traba-
perativo. Para Marx este conflicto es irreconciliable con la sociedad ca- jadores tengan también algunas necesidades que van más allá .del sis-
pitalista. tema capitalista y que, por definición, sólo pueden verse san~fechas
La conclusión política que Marx y la mayor parte de sus seguidores bajo el socialismo como, por ejemplo, «la eterna lucha por la libertad
sacan de este análisis es que en su búsqueda de los intereses materiales y la justicia» (Fromm, 1961). Este tipo de suposición, no obstat;te, re-
duciría la cuestión de la preferencia de los obreros por el soClalismo a
* Algunas partes de este capítulo fueron escritas en colaboración con Michael Wa- una tautología inmediata. La cuestión no es si la huma~id_ad tie~e, cor;no
llerstein.
especie, algún tipo de necesidad trascendental de socwhsmo smo. solo
196
198 Adam Przeworski Capitalismo y socialdemocracia 199

si las necesidades que los trabajadores tratan de satisfacer bajo el capi- trabajadores sin duda alguna estarían mejor -inmediara~e.~te o :n al-
talismo habrán de conducirles necesariamente a optar por el socialismo gún momento del futuro~ si no consintierar; la ~proptaoon pnvada
comO un sistema mejor ,para satisfacerlas. de los beneficios. Estarían inmediatamente meJOr SI fuera~ ellos l?s que
En segundo lugar, incluso bajo el capitalismo, los trabajadores pue- consumieran esa parte del producto; de no ser así, estanan meJOr ~n
den tener necesidades -necesidad de autonomía en el lugar de trabajo, el futuro si retuvieran esa parte y la invirtieran. O supongamos, m~s
tiempo libre, sexo, o belleza. La búsqueda de la satisfacción de estas ne- realistamente y más en el espíritu del análisis de Marx, que los capi-
cesidades puede llevarlos a rechazar el capitalismo. Volveré a tratar esta talistas sí invirtieran parte de los beneficios y quecor:sum.i~ran la otra
posibilidad, pero por ahora mi análisis se limitará a los intereses ma- parte resultante de las pasadas inversiones. En_ esta Sttuacwn el pr?c:e-
teriales, es decir, a aquellas necesidades que pueden ser satisfechas por so de acumulación continuaría, pero los trabaJador.es no se benefKta-
medio del consumo o el empleo de objetivaciones de actividades social- rian nunca de ella. De aqu¡ que, aunque el juego de¡a;a de ser de suma
mente organizadas de transformación de la naturaleza que, bajo el ca- cero, los trabajadores estarían siempre t~do lo ~al postble. E? estas con-
pitalismo, son bienes de consumo. De nuevo repito que el tema no es diciones los trabajadores también saldr!a.n meJor .parados SI no tolera-
si bajo el capitalismo los trabajadores no experimentan necesidades que ran la apropiación privada de los benefiCIOS, retuvieran todo el produc-
les han de conducir a optar por el socialismo, sino sólo si esas necesi- to y lo consumieran o lo invirtieran para su futuro co~sumo. Qu; el
dades que, en principio, pueden ser satisfechas por el proceso social- juego no sea de suma cero no implica que sea cooperativo, punto este
mente organizado de la producción les harán optar inevitablemente por siempre omitido por los críticos de Marx. . . .
la organización socialista de ese proceso. No obstante estas condiciones todavía son demastado restrtcuvas.
Además, no todas las necesidades materiales se organizan como in- Todo lo que ne~esitan los trabajadores para racio~almente optar p~r
tereses. Siguiendo a Heller (1974), trataré como intereses aquellas ne- el socialismo en persecución de sus intereses ma~enales son dos ~ondt­
cesidades que pueden ser satisfechas por medio del consumo o del uso ciones: que el socialismo sea más eficaz para satlsf.acer las .ne_cestdades
de bienes o productos y para Jos que las barreras de la satisfacción son materiales que el capitalismo y que el _avan_zar hacta .el soctahsmo me-
(en una determinada sociedad) exteriores a las necesidades de un indi- · jorara inmediata y continuamente la sttuaetón mate;tal de .los obre~os.
viduo en particular. Sl no puedo consumir más tarta y más vino porque No nos importa si esa situación mejo.ra o. se det~nora b~Jo. el captta-
quiero estar elegante, es decir, si la única barrera para la satisfacción lismo siempre y cuando el avance en dtrecoón ~aeta el socta~tsmo fuera
de una necesidad son mis otras necesidades, esa necesidad no será un siempre inmediata y permanentemente supenor para ~~-bienestar d~
referente de interés. Así pues, las necesidades que se pueden satisfacer Jos trabajadores. En la Figura 11 reflejam~s e~ras condtctones. Au? st
con objetivaciones se convierten en intereses en casos de escasez. la situación de Jos trabajadores ba¡o el capttaltsmo r;>e¡orara del mvel
Doy por hecho, pues, que bajo el capitalismo los trabajadores están a al b, los trabajadores estarían mejor en e men~s b st hubteran tornado
interesados en mejorar su situación material. La cuestión es si la per- la vía del socialismo en un momento t = O. Ast pues, aun cuando sus
secución de este interés, y nada más que de es re interés, ha de conducir condiciones materiales estuvieran mejorando bajo el capitalismo, l~s
necesariamente a los trabajadores a optar por el socialismo como sis- trabajadores inteligentes optarían por el s~cialismo co~o c~r;secuenoa
tema superior para la satisfacción de necesidades materiales. John Mit- lógica de la persecución de bienestar matenal. En esta sttuacwn no ca? e
chell, presidente de Jos United Mine Workers, planteaba con el cambio duda de que, «incluso ]a situación ~ás favorable para la c!ase rraba¡a-
de siglo la siguiente alternativa: «El sindicalismo no está irrevocable- dora, el más rápido crecimiento postble del captt~l, por mas que ~eJO­
mente comprometido con el mantenimiento del sistema salarial ni ram- rara la existencia material del obrero, no acabana con el antagomsmo
poco con su abolición. Exige la constante mejora de las condiciones de entre sus intereses y los intereses de la burguesía, los intereses de los
vida de los trabajadores, si fuera posible, por medio del actual sistema capitalistaS>> (Marx, 1952b: 37). . . . .
de trabajo asalariado, si no lo fuera, por su final abolición» (Sombart, La mera posibilidad de que esta situación pueda ~x1sttr es su~tct,ente
1976: 19). La cuestión es si la exigencia de una «Constante mejoría de para demostrar que los ·estudios empíricos que _relaciOnan la meJorta d~
la situación de los trabajadores», les habría de conducir necesariamente la situación de los trabajadores ( «aburguesaml.ento») c?"? su <<desradl-
a optar por la final abolición del sistema de trabajo asalariado en su calización» se apoyan en premis~s episte?:ológtcas no _validas, como. to-
conjunto. dos los estudios empíricos que no espec1f1can las P?s1bles alternativas
Imaginemos una situación en que los capitalistas se apropian de los de la historia que estudian. Si se dice que Jos rraba¡adores se ,han des-
beneficios y los consumen todos por completo. En tales condiciones los radicalizado porque su siruación material ha meJOrado, habra que ad-
200 Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 201
Bienes:ar
de los
trabajadores capital o sus delegados. Los fondos de inversión se deducirían directa-
mente del producto bruto, aboliéndose los beneficios tanto como cate-
vfa del socialismo
goría jurídica como económica. Esta exigencia de reorganización del
proceso de acumulación es para mí un paso hada el socialismo.
La segunda posibilidad sería la de que Jos trabajadores exigieran
todo el producto actual o incluso una parte del stock de capital sin reor-
ganizar el proceso de retención de la corriente de consumo. Esta sería
una estrategia puramente economicista.
La tercera posibilidad sería la de que no reclamaran wdo el produc-
vía del capitansmo
to actual, dejando así una parte en manos· de los capitalistas como be-
neficios. Esta estrategia abre las puertas al compromiso de clase y a la
cooperación con los capitalistas.
La hipótesis de que los intereses materiales conducen necesariamen-
te a preferir el socialismo afirma que si los trabajadores están intere-
sados en la continua mejora de sus condiciones materiales y si son ló-
gicos, han de optar por el socialismo. Esta hipótesis sería falsa si sus
premisas fueran verdaderas y una o dos de las que vienen a continua-
ción pudiera demostrarse que también es o son verdaderas: el socialis-
mo es inferior al capitalismo por destinar sus recursos a usos preferi-
'---------,01;------\------------ Tiempo dos socialmente (usos que han de decidir todos los ciudadanos por al-
Fig. 11 gún sistema lógico de voto), a la manera de von Mises y sus seguido-
res, yjo se dan unas condiciones tales que en ellas cualquier movimien-
mitir la posibilidad de que podrían haberse radicalizado más si esa si- to hada el socialismo colocaría a los trabajadores en un lugar peor que
tuación hubiera mejorado todavía más dando un paso hacia el socialis- si el paso fuera hacia el capitalismo.
mo. La epistemología empiricista es intrínsecamente ideológica dado Rechazaré de inmediato la primera posibilidad y daré por sentado
que implícitamente niega la existencia de cualquier alternativa históri- que como sistema de organización de la producción el socialismo no es
ca: si bien la afirmación de que la desradicalización coincide histórica- inferior al capitalismo en lo tocante a la satisfacción de las necesidades
mente con el aburguesamiento puede juzgarse como verdadera o falsa, materiales. Permítaseme observar que esta suposición no se refiere a
la de que Jos trabajadores se hayan desradicalizado porque su situación las realizaciones a lo largo de la historia de uno u otro sistema, acerca
material mejorara no está sujeta a ese test excepto en el caso de que de Jo cual ha habido considerables discusiones, sino a la capacidad po-
las posibilidades sean negadas explícitamente. La observación de que la tencial inherente a uno y otro sistema, también tema de abundantes de-
situación de los obreros ha mejorado en el curso de la historia del ca- bates. Concretamente, sería un error comparar los datos históricos del
pitalismo no es suficiente por sí sola para sacar inferencia alguna acer- capitalismo con lo previsible del socialismo, dado que significaría que,
ca de sus preferencias por una u otra forma de organización social. bajo el capitalismo, los trabajadores están siempre todo lo bien posible.
Pues, si Marx tiene razón, los obreros saldrán mejor parados si van en Así pues, este procedimiento excluiría la posibilidad de que el capita-
dirección al socialismo. lismo pueda reformarse para mejorar el bienestar de los obreros.
Antes de seguir adelante, será útil aclarar qué quiere decir eso de ir Supongamos, pues, que el socialismo es superior al capitalismo. La
en dirección hacia el socialismo y qué otras opciones tenemos. En una clave del problema es si esta superioridad es suficiente para que lo.s
primera aproximación supondremos que los trabajadores rengan tres obreros opten por el socialismo. Si se puede demostrar que hay condi-
opciones. Una, que puedan exigir todo el capital («<os medios de pro- ciones en las que un paso hacia el socialismo es inferior al pas.o hacia
ducción») a los capitalistas y reorganizar el sistema de producción de el capitalismo, ya no podríamos deducir de los intereses matenales de
manera que la dirección de las inversiones y la decisión de retirar del los obreros su orientación hacia el. socialismo.
consumo actual fuera de todos los ciudadanos y no de los dueños del Imaginemos primero cuáles serían esas condiciones y después, sólo
después, preguntémonos acerca de su existencia. Supongamos que el so-
202 Adam Przeworski Capitalismo y socialdemocracia 203

cialismo es potencialmente superior al capitalismo en cualquier mo- camino y otro hay un valle que ha de atravesarse en caso de que en
mento del desarrollo capitalista (o por lo menos a partir de un deter- algún momen'to los trabajadores decidan cambiar hacia el socialismo.
minado momento, si creemos eso de que las condiciones deben estar Si esas condiciones de hecho se dan y si a los trabajadores les interesa
«maduras») pero que los pasos inmediatos en su dirección dejan peor la continua mejoría de su bienestar material, no se dará ese paso hacia
a los obreros de lo que habrfan estado si hubieran seguido avanzando abajo o', si se da, no lo darán los trabajadores en condiciones democrá-
por la vfa del capitalismo 1• El equivalente de la Figura 11 seria enton- ticas.
ces como la Figura 12. Bajo las condiciones que hemos estipulado, el En cualquier momento, pues, los trabajadores se encontrarían ante
cambio de la vía capitalista potencial total a su equivalente socialista la decisión de seguir subiendo hacia una ~ituación mejor, la mejor po-
supondría un deterioro temporal del bienestar de los trabajadores. Du- sible dentro del capitalismo, o un temporal deterioro de su situación
rante el periodo t =O al t = 1, la situación de los trabajadores se colo- por la vía del socialismo. En un determinado momento, podríamoS re-
cada por debajo de su anterior nivel y por debajo del que habrían al- flejar esta estructura de decisiones como se hace en la Figura 13. Mien-
canzado bajo el capitalismo, c1, y sólo entonces comenzarían a mejorar. tras su estado actual esté por debajo del nivel de indiferencia corres-
Aunque el nivel de bienestar potencialmente alcanzado por la vfa del pondiente al fondo del recién mencionado valle, cualquier movimiento
socialismo, s3, es más alta que el que hubieran alcanzado por la vía del en dirección hacia el socialismo lleva emparejado un deterioro tempo-
capitalismo, c3 , durante todo el período hasta t = 2, estos trabajadores ral del bienestar de los obreros. Ahora bien, si la transición al socialis-
habdan estado mejor si hubieran seguido la vía capitalista. Entre un. mo implica un deterioro del bienestar de los trabajadores y si éstos tie-
nen la opción de mejorar sus condiciones materiales cooperando con
Bienestar los capitalistas, la orientación socialista no puede deducirse de los in-
de los tereses materiales de los trabajadores. A continuación demostraré que
trabajadores
esto es lo que en realidad ocurre.
via del socialismo

Altura máxima del


potencial
Bienestar socialista
de los
trabajadores

via del capitalismo

Altura máxima del


potencial cap ita·
lista

Estado actual Valle de la transición


del bienestar de
los trabajadores
1 1
1
1 1 Nivel en que los trabajadores
1 1 son indiferentes acerca

----:-----
1
--- 1 de la dirección
--~--------

1
1 1
L-----;~---7--~-~--------- Tiempo 1 1
o 2 3
1 1
1 1
Fig. 12 1 1
1 1
1 1
1 Lo que es verdad tanto si el camino es cuesta arriba como cuesta abajo. Aun en el
Duración de la
caso de que la situación de los trabajadores se estuviera deteriorando bajo el capitalismo, transición
el camino de la transición puede profundizar todavía más la crisis. Fig. 13
204 Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 205

LA FORMA DEL COMPROMISO DE CLASE trabajo y beneficios.>> (New York Times, 6 de mayo de1976, pág. 17).
Esta dependencia de la acumulación sobre los beneftcws puede des-
Hasta el momento no hemos hecho más que definir el problema. cribirse formalmente de muchas maneras, entre las que elegiré un mo-
La cuestión ahora es si, bajo el capitalismo, se dan realmente condicio- delo macroeconómico extraordinariamente sencillo:
nes para el compromiso de clase. Esta cuestión encierra dos preguntas
diferentes, la de si los trabajadoreS pueden realmente mejorar su bie- Y(t + 1) = (1 + sjc)P(t) + W(t) ( 1)
nestar cooperapdo con los capitalistas, y la de si un paso hacia el so-
cialismo implica necesariamente un temporal deterioro del bienestar en que Y(t) representa el producto nacional neto, P(t) los beneficios
de los trabajadores. Antes de contestar, no obstante, es necesario com-
netos, W(t) los salarios, s la tasa de ahorro sobre los beneficios, y e la
prender cómo será el compromiso de clase bajo el capitalismo. relación capitaljproducción, y en que la tasa de ahorro sobre los sala-
En una sociedad capitalista los beneficios son condición necesaria
rios se da por hecho que es prácticamente nula. El? cualquier momento,
para la inversión, y la inversión es condición necesaria I:ara la conti- t, la partes de los beneficios P(t) es ahorrada e mvemda en una eco-
nuidad de la producción, el consumo y el empleo. Como dtce el ex can-
nomía en que son necesarias e unidades de capital para producir una
ciller de la República Federal Alemana, Helmut Schmidt, «<os benefi- unidad de producción. La tasa de crecimiento de esa econ<;>~ía depende
cios de las empresas de hoy son las inversiones de mañana, y las in- de la tasa de beneficios y de la de ahorro sobre los beneftctos:
versiones de mañana son el empleo de pasado mañana», y donde dijo
empleo igualmente habría podido decir producción o consumo (Le Mon- D.Y(t)jY(t) =sP(t)/cY(t) =sP(t)/K(t) = sp(t) (2)
de, 6 de julio, 1976, pág. 5). En cualquier sociedad una parte del pro-
ducto tiene que retirarse del consumo actual para que pueda continuar en que D.Y(t) representa el aumento del producto entre un tiempo t y
la producción y aumentar el consumo, pero el carácter distintivo del ca- otro (t + 1), K(t) = cY(t), el stock de capital acumulado, y
pitalismo es que la mayor parte de la inversión sale de los beneficios, p(t) = P(t)/K(t), la tasa de beneficios. De aquf que la tasa de ahorro, s,
o sea de la parte del producto que es sustraída a los productores inme- caracterice la conducta de los capitalistas, ya que, dada la tasa de bene-
diatos. De aquí que, bajo el capitalismo, los beneficios privados sean ficios del producto nacional, sus decisiones de invertir y por tanto aho-
condición necesaria para la mejoría de la situación material de todos rrar determinan la tasa de crecimiento de la economía.
los grupos sociales. Si los capitalistas no se apropian de los beneficios, Si bien los beneficios son condición necesaria para el desarrollo, no
el stock de capital disminuye, la producción cae, y con ella caen tam- son condición suficiente para la mejora de ~a s~tuación material_de ni~­
bién el empleo y el consumo. De hecho es asf como los capitalistas jus- gún grupo determinado. Primero, los capttalJstas pueden no m~ernr
tifican cada vez más la propia institución de los beneficios, como ilus- los benefiCios para aumentar la productividad: a pesar de las preswnes
tra el siguiente anuncio pagado de la Mobil Oil Company: pueden muy bien consumir .los beneficios, invertirlos improductivam~n­
«Las ganancias han de elevarse a niveles que estén sustancialmente te, guardárselos, o exportarlos. Segundo, aun en el caso de que l~s m-
por encima de los de años anteriores si nuestro país no quiere verse viertan para aumentar la productividad, ningún grupo determmado
en problemas aún más profundos. [Si esto no ocurre] todos los grupos puede estar seguro de que va a ser beneficiario de esa inversión. Los
empezarán a lUchar para conseguir un trozo mayor de ese estático pas- propios capitalistas pueden retener ese ir:c:erilento, o P"';l~den entrar en
tel. Las mujeres, los negros y otros movimientos raciales, los jóvenes toda una serie de diferentes alianzas pohncas. Su relacwn de mercado
de todo origen serán los más dañados. A los licenciados de las univer- con los trabajadores termina una vez completado el ciclo de producción
sidades se les hará todavfa más dificil la lucha por el puesto de trabajo. y pagados los salarios, y no hay nada en la estructura del sistema de
Cada vez en mayor número se verán obligados a aceptar trabajos por producción capitalista que garanuce a los obreros que se vayan~ bene-
debajo de su escala salarial. Tanto las minorías como el resto se verán ficiar de alguna manera de esa parte del producto que se les renene en
cada vez más oprimidos. El crecimiento económico es la última y me- forma de beneficios.
jor esperanza tanto para los pobres como para todos los demás. La Estas condiciones estructurales limitan cualquier compromiso entre
mera redistribución de la renta no basta. Hemos de ir creando un pas- capitalistas ·y trabajadores. Puesto que la apropiación de los be?eficios
tel cada vez mayor, y esto sólo se puede hacer por medio del crecimien- es una condición necesaria pero no suficiente para cualquter meJOra del
to económico, y sólo los negocios privados rentables pueden hacer las bie~estar material de los obreros, el compromiso de clase sólo es po-
.inversiones de capital que producen crecimie9--to-econ¿mico, puestos de sible con la condición de que los obreros tengan una certeza razonable
206
Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 207
de que los futuros salarios aumentarán como función de los beneficios
actuales. Cualquier compromiso habrá de tener la siguiente forma: los dente que tenga que ser menor que (1 + s/c) en ve~ d: simpl~mente 1
r:~bajadores. consienten la perpetuación de los beneficios como institu~ para que el compromiso sea tolerable para los capitalistas. St r = 1, en
cwn a cambw de la perspectiva de mejorar su bienestar material en el el tiempo (t + 1) los capitalistas pagarfan como aumento salarial todos
fu~r~ .. Sobre la base de este compromiso los capitalistas retienen su los beneficios apropiados en el tiempo t. Pero, mientras tanto habrían
postbthdad de apropiarse parte del producto porque los beneficios de invertido esos beneficios con una tasa marginal de rédito s/e, y_ tras u_n
que se aproptan se espera que los ahorren, los inviertan, los transfor- periodo seguirfan teniendo la cantidad (s/ c)P(t). De aquí que sólo cuan-
men e~ potencial de producción, y una parte !es sea entregada como do r ~ 1 + s¡e se confiscan todos los beneficios en el tiempo (t + 1). Este
gananctas a los obreros.
nivel de res, pues, inmediatamente «Confiscarorim> respecto de los be-
. La lógica general de esta cooperación no siempre se explica con cla- neficios actuales reinvertidos, aunque.sigue dejando en manos de los ca-
rtdad. De hecho, durante el primer período de desarrollo de los movi- pitalistas el stock de capital acumulado.
mientos de clase este compromiso sólo se bilsaba en el derecho de aso- El coeficiente r indica el índice de transformación-de los beneficios
ci~ción, de negoci.ación de convenios colectivos, y de huelga de los tra- en aumentos salariales en el que los trabajadores entran en un deter-
baJadores. Postenormente aparecieron normas explícitas que relacio- minado compromiso. Este coeficiente puede interpretarse, pues, como
naban los salarios con los precios, con la posición de competitividad de representación de la militancia económica de los asalariados organiza-
la industria dentro del sistema -internacional y, sobre todo durante el dos.
periodo. expansionista que va de 1950 a 1970, con los aumentos de la Pero el acuerdo sobre el índice de transformación de beneficios en
producttvtdad. ~o obstante, sea ~ual fuere la norma explícita subyacen- aumentos salariales serfa demasiado débil desde el punto de vista de
te en_ un determma~o «pacto sooab, la lógica de cooperación_ tiene que los obreros porque deja abierta la cuestión de si los capitalistas ahorra-
relacwnar los salanos futuros con los beneficios actuales. La única ra- rán e invertirán suficiente para hacer posible tal aumento. La queja
zón concebible por la que los obreros puedan consentir voluntariamen- constante de los movimientos obreros es que los capitalistas son o de-
te no reclamar la totalidad del producto social es tratar los beneficios masiado perezosos o demasiado ineficientes para que se les confíe el
~ctuales como una forma de inversión «por delegación» de los traba- control sobre la inversión. Ya en 1910, un socialista francés observaba
¡adores.
la «timidez», «inseguridad», y «falta de iniciativa» de los capitalistas.
De aquf que el compromiso de clase haya de basarse en alguna nor- Y continuaba: ~<Pedimos a los empresarios franceses que se parezcan a
ma del tipo de:
la clase empresarial estadounidense ... Queremos un país ocupado, acti-
vo, lleno de movimiento, una verdadera colmena siempre despierta.
t;. W(t) ~ F[P{t- i)j, i ~O, l...k ...,
Sólo así aumentará nuestra propia fuerza>> (Griffuelhes, 1910: 331). Y
de nuevo, en 1975, Chiaramonte se quejaba en un informe oficial al Co-
en que Ll W(t) representa el incremento de los salarios entre un tiem- mité Central del Partido Comunista Italiano (PCI) sobre la «desconcer-
po t Y. otro (t + 1) es~ablecido en un determinado convenio, P(t- i) la tante falta de ideas acerca del futuro económico e industrial del país y
hts~orta de los beneftclOS, y F la regla que relacwna los beneficios an- de las perspectivas de produción de sus propias industrias [ capitalis-
tenores con los aumentos salariales actuales convenidos en un deter- tas]. Siguen adhiriendo a las líneas de política de producción, técnica y
minado convenio. Por mor de la simplicidad, y sin que adolezca dema- organizativa adoptadas hace varias décadas ... » (1973: 31).. . ,
siado la generalización, simplifiquemos la regla en la forma: La inversión no puede quedar bajo el control de los capttahstas: esta
t;. W(t) ~ rP(t).
es la segunda condición de un compromiso ~ompleto; Mientras en los
(3) estadios tempranos de desarrollo de las relaciOnes capttal-mano de obra
. . r:-
El coef Ktente r representa, pues, la parte de los beneficios actuales
el conflicto se centraba estrictamente en el derecho a la huelga como
recurso para conseguir aumentos salariales, el rasgo esencial del com-
que han de transformarse inmediatamente en auméntos salariales a la promiso socialdemócrata y keynesiano ha sido la at~nción de la~ orga-
luz de un determinado convenio . nizaciones obreras a la inVersión real de los beneftctos. Anunoada la
. .Téngase en cuenta que el compromiso sólo es posible con la con- polftica de austeridad, habiendo repetido que el PCI «no quiere empeo-
dtcwn de ;¡ue O< r< (1 + sjc). Evidentemente, r ha de ser mayor que rar la situación, o agravar la crisis», Chiaramonte prosigue, «lo que no
O SI se qmere que esta regla tenga significado. Puede no ser tan evi- quiere decir en absoluto que pensemos que sea suficiente limitar la? pe-
ticiones de aumento de sueldo y de un mayor control de los traba¡ado-
208
Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 209
res sobre las condiciones de trabajo a la obtención automática de un au-
mento de las inversiones y la reconversión» (Chiaramonte, 1975: 34). o
Lo qu~ extge el PCI a cambio de la <<austeridad» es el control sobre las
mvers10nes. O como la Conferencia de la Confederación Sindical Irlan- P(t+ 1) = (1 +slc-r)P(t). (5)
desa de<;ia.en 1973.' «todos los trab.ajad?res h.an de tener la garantía de
que el hmtte salanal ha de conductr a mverstones productivas y renta- Tenemos tres posibilidades que considerar (Figura 14) 2 : .
bles Y_n~ h~cia aumentos todavía mayores de la renta personal del sec- Si los obreros deciden un r de manera que r < sj e, los salarios cre-
tor pnvtlegt~do d~ la sociedad....» (J~cobsen, 1980: 268). cerán exponencialmente siguiendo el' crecimiento de los beneficios. En
Dada !a. mcerttdu~bre de SI y como van a invertir los capitalistas este caso diremos que los obreros no son militantes o que ofrecen una
sus bene~ICl?S, cualqmer compromiso de clase tiene que estar formado restricción salarial.
po~ los stgmentes elementos: consentimiento. del beneficio como insti- Si los obreros deciden un r de manera que s1e< r < (1 + s1e), los
tuctón por parte de !os obreros, es decir, que se comporten de tal ma- salarios crecerán rápidamente en un primer momento y luego se es-
nera que hagan po~tbles altas tasas de beneficios; y compromiso por tancarán en un punto conforme los beneficios declinan hacia O. A esta
parte de los capitalistas para mantener un índice de transformación de estrategia le llamaremos moderadamente militante.
l?s beneficios en aumentos salariales y una determinada tasa de inver- Si los trabajadores deciden un r de manera que r> (1 +sic), los
SIÓn a partir de esos beneficios. obreros serán altamente militantes. Los salarios experimentarán una rá-
pida subida conforme los beneficios netos se hacen rápidamente nega-
tivos. Puesto que esta estrategia no puede conducir al compromiso, no
CONDICIONES DEL COMPROMISO DE CLASE hay razón parg esperar que los salarios subsiguientes guarden relación
alguna con ..l6s beneficios. Si lo hicieran, los salarios oscilarían a partir
H~sta aquí no hemos hecho más que especificar cómo sería el com- de aquí alrf:dedor de un determinado nivel mientras que los beneficios
p;omtso de das~. Ahora Rodemos pasar al tema principal de este ca- oscilarían alrededor del O.
pitulo, a saber, s1los traba¡adores organizados en lucha por sus intere- U na forma de revisar estas consecuencias de las estrategias obreras
ses materiales optarían por ese tipo de compromiso o decidirían luchar es observar que los trabajadores no militantes estarían mejor después
por la transformación del sistema de producción. de un tiempo h 2 , aproximadamente una generación si medimos el tiem-
¿Cómo tomarían esta decisión lo~ trabajadores organizados? Hay po en años; los moderadamente militantes estarían mejor durante el
dos co.sas a ten~r en cuenta: los salanos que esperan obtener en el fu- período comprendido entre h 1 y h2 ; y los altamente militantes estarían
turo SI se .mantiene el compromi~o y el riesgo de que no se cumpla el mejor durante el periodo inicial hasta h 1• Los valores de h 1 y h2depen-
c?mprom!so. Supongamos, en prtmer lugar, que los salarios siguen el den de la relación entre r y sfc. El periodo h 1 puede ser de tan sólo
ntmo esttpulado en el compromiso, es decir, W(t) = W(t) para todo dos años, mientras que el h 2 puede llegar a los treinta años.
T < t < T + h, en q',le h es el h?rizo~te con que los trabajadores con- Al considerar los efectos de sus acciones, los obreros no pueden sa-
stderan el futuro. S1 los capitalistas mvterten con un índice s en una ber con seguridad, sin embargo, que se vaya a mantener el compromi-
eco~omia caracterizada por la productividad del capital 1/e, el periodo so. Así pues, su decisión ha de depender de la probabilidad de que los
de ttempo de los salartos de compromiso dependerá de la relación en- capitalistas cumplan las condiciones del acuerdo en caso de que se lle-
tre r y s/c. Recordemos que gara a él. Como quiera que el futuro cada vez se hace menos predecible
conforme más lejos en él se mira, los salarios que los trabajadores ha-
AY(t) = AP(t) + AW(t) = (slc)P(t) (de 1) brán de obtener en cada· momento del futuro pesarán cada vez menos
en la decisión de los trabajadores, conforme más se adentren en el fu-
AW(t) = AW(t) = rP(t) (de 3) turo. De aqui que dé por hecho que aun cuando los trabajadores valo-
raran los aumentos salariales lo mismo independientemente de la mag-

y sacaremos la conclusión de que 2 La ecuación (5) es una ecuación diferencial lineal de primer orden de la forma

Y(t + 1) = aY(t), con la solución Y(t) = a1 Y(O). Para cualquier Y(O) >O, Y(t) será una fun-
AP(t) = (s/c- r)P(t) (4) ción de tiempo monótonamente creciente si a> 1: decrecerá monótonamente hasta O si
O< a <1; oscilará alrededor de O si a< O (Goldberg, 1973).
2!0
Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 211
Salarios
convenio, ¿a los capitalistas, a los trabajadores, o a ambos? El con~rol
del partido sobre el Estado y las perspectivas electorales serán impor-
tantes para la valoración del riesgo.
3) Los riesgos normales inherentes a la inversión debidos a las fluc-
tuaciones económicas internas e internacionales, la competencia en el
interior y el exterior, los cambio$ técnicos y otros factores económicos.
Además, el grado de riesgo que afrontan los capitalistas al invertir
depende en parte de la rigidez de sus acuerdos salariales. Si los salarios
son altamente rígidos, los capitalistas se encontrarán sólo ante el ries-
go inherente a toda inversión. Si el paquete salarial puede reducirse
muy por debajo de las condiciones del acuerdo cuando los tiempos son
Ir> (1 +sic) malos, la mayor parte del riesgo la soportarán los obreros. En cierro
1 grado, pues, la incertidumbre a que se enfrentan los capitalistas es in-
1
1 versamente proporcional a la de los trabajadores.
1 Supongamos que a, a> O, es la proporción con que los trabajadores
1
1 dejan de confiar en el futuro por su grado de incertidumbre. Cuanto
1 más alta sea a, menos seguro será en t = O que el acuerdo se cumpla en
1
1 el futuro y con más rapidez se descontarán los futuros salarios. Dado
1 el nivel salarial de un determinado acuerdo y el grado de certidumbre
1 de los trabajadores, el problema de los obreros será encontrar un nivel
1
o de militancia econó!l}ica que optimice el valor actual de sus futuros sa-
h,
larios, o '
Fig. 14
t =h
max W*= I (1 + a)->W(t), a> O (6)
r t=O
nitud de sus salarios actuales y fueran indiferentes respecto a consumir
h_asta un determinado punto hoy y hasta otro en el futuro, descontarían
sm duda el futuro por mor de la seguridad. donde el ritmo salarial anticipado, W(t), está dado por las ecuaciones
Puesto que d.oy por sentado más abajo que los capitalistas también (3) y (5) 3•
d~sc_uentan su bienestar futuro al no tener seguridad, podemos tratar Observemos que W + depende de la militancia de los obreros, r, de
stmtlar~ente los determinantes de riesgo con que se enfrenta cada cla- su horizonte, h, de su grado de descuento, a, de la productividad del ca-
se. El nesgo está asociado con la situación polftica y económica del mo- pital, 1/ e, y de la conducta respecto al ahorro de los capitalistas, s. Así
mento en que se roma la decisión, a saber: pues, w• = F(r; h, a, e; s). La productividad del capital, el horizonte, y
l) Gra~o del m?nopolio bilate~al. Excepto en el caso en que Jos la tasa de descuento están fijados; forman las condiciones objetivas del
obreros esten orga.ntzados monopohsticamente, no podrán estar segu- momento. La conducta de los capitalistas en relación con el ahorro es
ros de que determmados grupos de entre ellos no firmen sus propios algo a lo que los trabajadores tierien que ajustarse. La militancia eco-
acuerdos con sus. re~pectivos patronos a costa de otros trabajadores. nómica es la variable· estratégica de los trabajadores, cuyo problema es
Dad~ que los cap1tahsras no pueden evitar totalmente el competir en- escoger un r que maximice W * ante la estrategia inversionista de los
tre SI, cada em_p~esa se enfrenta al peligro de que otras compañías bus- capitalistas, representada por s. Supongamos que r*(s) es la solución
quen su beneflc10 a costa del acuerdo
2) Institucionalización de las rela~iones mano de obra-capital y pro- 3 Obsérvese que los trabajadores resuelven este problema repetidamente en cada T,
babd~dad de que el E?tad'? obligue al acuerdo. La cuestión es a quién T =O, 1... y debiéramos haber escrito W*r como una suma que fuera de t = T a t = T +h.
podra y a qu1én querra ob!Jgar el Estado para prevenir desviaciones del Por conveniencia damos por hecho que estamos estudiando una de esas decisiones en
T+O.
212 Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 213
de la ecuación (6); es decir, el valor de r que maximiza W* dado que
los capitalistas invierten a un ritmo s, cuando h, a y e están dados. Lue- ran de manera que W(t + 1) = (1 + a)W(t), o lo que es lo mismo
go r *(s) es la mejor respuesta estratégica para los trabajadores (Har- AW(t) = aW(t). Ahora bien, sabemos que si se cumpliera exactamente
sanyi, 1977: 102). un convenio el ritmo de los salarios seguiría la regla !1 W(t) = rP(t) para
Los obreros han de sopesar el valor del aumento salarial inmediato todo t. De aquí que el valor actual para trabajadores que descuentan el
con las posibles ganancias futuras resultantes de una menor militancia futuro con un índice a de los salarios que obtendrían en cualquier pe-
económica. Los beneficios apropiados por los capitalistas que están in- ríodo de un convenio caracterizado por un nivel de militancia r, sería
virtiendo a un ritmo s aumentarán la producción en sjcJ o exactamente constante si y sólo si rP(t) = aW(t). El valor presente de
!1Y(t)/P(t) = sje. Observemos también que el rédito máximo de la in- los salarios de cada período sería creciente si rP(t)>aW(t); en caso
versión de una unidad de beneficios, cuando todos los beneficios se in- contrario sería decreciente.
vier.ten, está dada por la productividad del capital, 1/e. Tenemos, pues, Supongamos que rP(t) = aW(t) para todo t. Tomando las diferen-
el stg~tente teorema: Cuando el horizonte es suficientemente amplio, cias de ambos lados y dividiendo por P(t) da r!1P(t)/P(t) = a!1W(t)/Pt.
1~ meJor respuesta de los trabajadores será un nivel de compromiso r Pero AP(t)jP(t) =(sje- r) y !1W(t)/P(t) =r. De aquí que el valor ac-
st la tasa de descuento, aJ es menos que la de rédito s/c. En caso con- rual de los futuros salarios estipulados en un convenio sería constante
trario serán altamente militantes. Expuesto formalmente: si a= (s/ e- r). Si a< (s/e- r) o r< (sje- a), irían creciendo a lo largo
del tiempo. Si a> (s/ e- r) o r > (sje- a), irían decreciendo.
Teorema de la mejor respuesta de los trabajadores Ahora bien, si los trabajadores han de beneficiarse algo de los be-
Para todo h > H, donde H es un número positivo, neficios presentes, r ha de ser positivo. La cuestión, pues, es si existe,
bajo las condiciones dadas por s j e y a, un valor positivo r tal que el
r*(s) > (1 + sje) si a> 1je para cualquier s valor presente de los futuros salarios sea creciente. Tal r existe sólo si
r(s)>(1+sje)sia>s/eos<ae (sje-a) >O, o sje>a. Bajo estas condiciones los trabajadores llegarán
r(s)<(1+sje)sia<sjeos>ae a un acuerdo por c9-alquier h > 12. Si el horizonte es suficientemente
largo (donde la suficiente largura depende de sje y a), los obreros op-
,En el caso en que e~, horizonte fuera infinito, la mejor respuesta tarán por una est'ra_r:egia de restricción de salarios de manera que
esta dada por una funoon bang-bang. Cuando a> s¡e, la mejor res- r < (s¡e- a), dado que el ritmo temporal de salarios descontados,. que
puesta para los obreros es la militancia máxima. Cuando a< s¡e, la me- era creciente, acabaría llegado el momento por estancarse o ?eclmar.
JOr respuesta será cercana a cero4. Si, por otro lado, s¡e< a, entonces el valor acrual de los salanos futu-
¿Qué ocurre cuando h es un número finito? Nuestros experimentos ros decrecería para cualquier r positivo y los trabajadores estarán me-
numé~icos indican que para e = 4, H es aproximadamente igual a 12, jor si son altamente militantes, con aumentos salariales inmediatos lo
es decir que, para h > 12, una estrategia maximamente militante será mayores posible.
mejor cuando a> s/e y una estrategia de compromiso será mejor cuan- El significado intuitivo de este teorema es aparente. Dado que sjc
<
do a< s/~·.(Si h 12, la mejor estrategia de respuesta es ser máxima- es el índice de crecimiento de la inversión por unidad de beneficio, cons-
mente mthtante en todos los casos.) Pero para cualquier horizonte fi- tituye la tasa máxima a que pueden crecer los salarios bajo un conve-
nito, esta estrategia no salta súbitamente de una militancia máxima a nio. Si el crecimiento salarial máximo concebible es más bajo que la
>
una militancia cero, sino que para s ac, r *(s) es una función positiva, tasa de descuento de los aumentos salariales, los obreros estarán peor
monótomamente decreciente y continua. Cuanto más alta sea la tasa de si consienten la apropiación de los beneficios. Pero si la producción cre-
ahorro sobre el productO ac, menor será el nivel de militancia como me- ce más deprisa de lo que los trabajadores descuentan el futuro, éstos
jor respuesta obrera. saldrán mejor parados si eligen una estrategia de compromiso y espe-
Un~ fOJ;ma de explicar este teorema es que los trabajadores, hoy, ran futuros aumentos salariales.
valoranan Igualmente los salarios que esperan recibir en cada año del La Figura 15 nos muestra algunos ejemplos de funciones W*(r,s)
convenio si para cualquiera dos períodos sucesivos, los salarios crecie- para h = 30. El segmento inferior refleja W* cuando~.> s¡ e y el supe-
rior cuando a< sjc. Cuando a> sjc, W* es una funCton ae r monóto-
4
La prueba de este y otros teoremas puede verse en Przeworski y Wallersteiri (1982· namente creciente, pero cuando a< s/e, W* tiene un máximo en un
236-7). . . nivel de compromiso de militancia.
La Figura 16 presenta la función r*(s) derivada numéricamente, es
214
Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocraóa 215
w•
h=30 decir, el nivel de militancia que optimiza W * dado el riesgo y la con-
a=O,ll
C"'4
ducta de ahorro de los capitalistas. En tanto en cuanto a> 1/e, esta fun-
ción será mayor que ( 1 + s/e) para todos, Si damos por hecho que e= 4,
luego pata a = 0,24, la tasa de ahorro tendrá que ser de por lo menos
0,96 para que la mejor respuesta de los trabajadores sea un valor de
compromiso de r; para a= 0,01, bastará con una tasa de ahorro de 0,04.
Los resultados todavía no constituyen una predicción de la conducta
obrera, no obstante, dado que las estrategias .sue los obreros elijan de-
penderán de la conducta de los capitalistas. Estos pueden no tener in-
terés en incrementar su tasa de ahorro hasta los niveles necesarios para
que haya compromiso incluso cuando éste seria posible. De hecho, los
capitalistas pueden responder a las amenazas de los obreros con otra
s=O,l amenaza: si los trabajadores amenazan con aumentar la militancia, los
capitalistas pueden amenazar con bajar la tasa de ahorro. Es esto, pues,
lo que falta por investigar.
¿Cuál sería el objetivo de los capitalistas al hacer un acuerdo con
los trabajadores? Evidentemente su principal preocupación será la de
o mantener los beneficios como forma de que una parte del producto sea
retirado del consumo actual. No obstante, la defensa de la institución
Fig. 15 de la propiedad pri-•¡ada no es suficiente, hay que obtener beneficios.
Además, parece pocp razonable dar por hecho que los capitalistas no
son sino <~avaros lógicos». En última instancia no sólo les preocupa po-
h=30
,~(s) Cz4 der reinvertir los beneficios sino también poder consumirlos. No son
simples máquinas de invertir de los trabajadores; tienen sus intereses
0,35
a:::Q,05 particulares. Parece razonable, por tanto, dar por hecho que los capi-
talistas intenten optimizar su consumo, C(t) = (1- s)P(t), en un pedo-
0,30
do de h años. Además los capitalistas descontarían el consumo futuro
de acuerdo con el grado de certidumbre a que se enfrenten.
0,25 Si la tasa de descuento para los capitalistas es b, el problema ante
el que se encontrarán será el de elegir el valor de la tasa de ahorro que
0,20 optimice el valor actual de su futuro consumo descontado dado que los
trabajadores eligen el nivel de militancia, o
0,15 t =h
max C* = (1- s) I (1 + b)-'- Prt), (7)
0,10 S t=O
0,05 donde el ritmo anticipado de los beneficios negociados, Í'( t), está dado
por (5), La tasa de ahorro, s, es la variable estratégica de los capitalis-
o tas y s*(r)' es su mejor respuesta estratégica, es decir, el valor des que
o 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 O,B
maximiza C * dado un determinado valor de r, en condiciones dadas
0,9 1,0
Fig. 16 por h, b, y c.
' La mejor respuesta estratégica de los capitalistas está dada por el
siguiente teorema. Cuando su horizonte es suficientemente largo, su
216 Adam Przeworski Capitalismo y sodaldemocracia 217

mejor respuesta será invertir siempre y cuando la tasa con que des- e• h"'30
cuenten el futuro sea más baja que los réditos de sus inversiones; en h =0,14
C"4
caso contrario estarían desinvirtiendo. Los réditos de la inversión son
igual a la productividad del capital o el aumento de producción por uni-
dad de beneficios invertida, 1/ e, menos la parte de esta unidad de be-
neficio pagada a los trabajadores, r. De aquí que los capitalistas decidi-
rán que les conviene invertir a un porcentaje positivo si y sólo si
b < (1/ e- r). Expresado formalmente:
Teorema de la mejor respuesta de los capitalistas
Para todo h > H en que Hes el mismo- número que el teorema de
1

la mejor respuesta de los trabajadores,

s*(r) <O si b > 1jc para cualquier r


s*(r) <O si b > (1/ e- r) o r > (1/c- b),
s *(r} >O si b (1/ e- r) o r (1/ e- b).

Cuando el horizonte es infinito, la mejor respuesta estratégica de


los capitalistas es una función bang-bang, igual a la máxima inversión
o la máxima desinversión según que la tasa de descuento de los capi-
talistas, b, sea menor o mayor que (1/ e- r). Para horizontes finitos, la
función de mejor respuesta para los capitalistas habrá que derivarla nu-
méricamente. Para h > 12 (cuando e= 4), s *(r) es una función conti- o 0.1 0.2 0,3 0,4 0.5 0,6 0,7 0.8 0.9 1,0
nua monótonamente decreciente con O< s *(r) < 1 cuando S

r< (1/c- b). Cuanto más se restrinja la militancia obrera por debajo Fig. 17
de la cantidad (ljc-b), más alta será la tasa de ahorro de mejor res-
puesta de los capitalistas.
El significado intuitivo del teorema de la mejor respuesta de los ca- pero ambas clases actúan sin duda estratégicamente, y es razonable ¿~r
pitalistas puede verse de la siguiente manera. La cantidad (l/c-r) re- por hecho que ambas anticipan que su oponente va .a actuar estrategt-
presenta la tasa máxima de crecimiento de los beneficios, y por tanto camente. Ambas han de tener en cuenta no sólo la acción de su opo~
el consumo a partir de los beneficios, dado el nivel de militancia r, es- nente sino también sus reacciones, no sólo la actual estrategia del con~
tipulado por determinado convenio. Si la tasa máxima de crecimiento erario sino también su probable respuesta a la estrategia propia. S~, por
de los beneficios concebible es menos que la tasa con que los capitalis- ejemplo, la mejor respuesta estratégica obrera ante una determmada
tas descuentan el futuro, los capitalistas harán mejor en desinvertir. tasa de ahorro positiva es la alta militancia, no_ podrán esperar que l?s
Pero si dicha tasa máxima excede la tasa de descuento de los capitalis- capitalistas continúen ahorrando si ellos prostgue~ con su estrareg1a.
tas, la estrategia de inversión positiva es óptima. Los trabajadores han de tener en cuenta que la meJor respuesta de los
La Figura 17 muestra algunos ejemplos de funciones C*(s,r) para capitalistas ante un alto nivel de militancia~; desi?vertir.. .
h = 30, e= 4. La Figura 18 muestra el segmento positivo de la función Un par de estrategias (r,s) es una solucwn al ¡uego st nmguna de
s • ( r) bajo las mismas condiciones. las dos clases pueden mejorar con una estra;egia alternat~~a dada la res-
Hasta el momento hemos estudiado la mejor respuesta de cada cla- puesta anticipada de su oponente. De aqut que la solucwn s~a un par
se ante la actuación de la contraria, es decir, la solución al problema de (r s) que, una vez decidida se mantendrá estable durante el nempo en
optimización a que se enfrenta una y otra clase cuando su oponente se q~e las condiciones Continúen siendo las mismas. Obsérvese que la m~
wmporta de determinada manera. La mejor respuesta estratégica es la tersección de las funciones de mejor respuesta (r*(s *)J s *(r*)) cons-
estrategia óptima si el contrario no está actuando estratégicamente, tituye una solución. Ambas clases estarán respondiendo óptimamente
218
Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 219

jadores dado que los capitalistas responderán con s *(r) a cualquier r


que escojan los trabajadores. Supongamos que ese valor optimizante de
r sea r ••. El par (r ••,s *(r ••)) también es una so1uci6n al juego. El
0,9
nivel de militancia r •• es la elecci6n 6ptima de los trabajadores dada
la respuesta anticipada de los capitalistas y s*(r**) es por definición
la respuesta óptima de los capitalistas a la estrategia r** de los obre-
ros. Esta es la solución de StackeJberg (1952) con los trabajadores de
jugador dominante. Obsérvese que r ** no está necesariamente en el
conjunto de estrategias de mejor respuesta de los trabajadores, r*(s).
La función r*(s) está definida como el máximo respecto de r de la fun-
ción W*(r,s), con todos los valores des constantes) míeptras que el nú-
mero r** está definido para que sea el máximo con respecto a r de la
funci6n W*(r,s*(r)), en que s = s*(r) es función der.
Supongamos ahora que son los capitalistas los que anticipan que
los trabajadores van a adoptar la mejor respuesta estratégica r*(s) a
cualquier tasa de ahorro, s, que elijan los capitalistas. Los capitalistas
0,4
tratarán de optimizar C*(s,r*(s)). Pongamos que el valor optimizante
des es s**. El par: Q.e estrategias (r*(s**),s'*'*) es otra solución del jue-
go. Dada su antiéip,;;;i6n de la respuesta obrera, los capitalistas habrán
0,3 escogido su mejor estrategia, y los trabajadores estarán respondiendo
óptimamente a la elección de los capitalistas. Esta es la solución Stac-
kelberg con los capitalistas como jugador dominante. De nuevo, s ** no
0,2
tiene por qué estar en el conjunto de mejores ·respuestas estratégicas
capitalistas. La función s*(r) es Ja mejor respuesta de los capitalistas
0,1 al nivel de militancia obrera del momento. El número des** es la elec-
bo:0,21 bo:Q,14 be0,07 b=O
ci6n 6ptima de los capitalistas dado que los trabajadores habrán de res-
ponder a cualquier s con su mejor respuesta, r*(s).
o~~~~~~~LL ___L__~ El equilibrio Nash, que representa la ausencia de convenio, siempre
q 0,5 10 15 20 25
es posible. Lo que falta por investigar son las condiciones de la exis-
Fig. 18 tencia de convenio, las soluciones Stackelberg. Si el horizonte es dema-
siado pequeño, h < 12, no habrá soluciones de acuerdo. Para cualquier
a la estrategia de] momento de su oponente. Es el equilibrio Nash En h > 12, sin embargo, la existencia de soluciones de compromiso depen-
~1 modelo esta solución :e d_a sólo cuando se rompe el acuerdos. La ·me- de totalmente de las relaciones entre las tasas de descuento a y b y de
J?r resl?uesta de los capttaltstas a los altos -niveles de militancia es de- la productividad del capital, 1/c. En lo que viene a continuaci6n damos
smvertlr, y la de los trabajadores es ser altamente militantes. por hecho que h > 12. (En los ejemplos numéricos h = 30.) Hay cuatro
~u~ongamos! no obstante, que los trabajadores anticiparan que los casos que habremos de considerar:
capt;a~tstas*fueran a responder a cualquier r con su mejor respuesta es-
tr~tegiCa s Ir}- En e_se caso el problema a que se enfrentarían Jos tra- a>1/c,b>1/c (1)
ba¡adores sena eJeg1r el nivel de militancia que optimice Ja funci6n
W*(r,s*(r}), es decir, un nivel que optimice el bienestar de Jos traba- Tanto los trabajadores como los capitalistas se enfrentan a un alto
grado de incertidumbre acerca de si se mantendrá o no cualquier com-
5
Hay una excepci~n. En el caso límite en que a= b =O, hay otro equilibrio Nash promiso cualquiera. La situación de Francia en 1936 puede ser proto~
un punto de compromtso. en típica. Antes de 1936, pocos trabajadores estaban organizados, apenas
existía una tradición de negociación colectiva, había varios sindicatos y
220 Adam Przeworski
Capitalismo y socialdemocracia 221
partidos en competencia que se disputaban el apoyo obrero, y el propio
acuerdo de Matignon se firmó bajo la presión de ocupaciones espontá- W"(r.s*(roJ

n;as de fábr~cas. De aquí que ni los trabajadores ni los capitalistas po-


citan tener mnguna esperanza de que el acuerdo durara y, efectivamen-
te, seis semanas después de su firma ambas partes empezaron a echar-
lo abajo: los capitalistas dejando de cumplir las condiciones salariales
(espe:ialmente las relativas a salarios mfnimos y vacaciones pagadas),
y subiendo los precios, y los trabajadores haciendo huelgas y volviendo w~rr ••.s •tr ••;;
a ocupar las fábricas.
En esta~ _circunstancias los trabajadores consideraron mejor ser al-
t~mente _militantes a pesar de la tasa de ahorro elegida por los capita-
hs~~s, m_tentras que los ~apitalistas eligieron desinvertir a pesar de la
mdltancta obrera. Impos1ble llegar a un acuerdo. Las tres soluciones se
reducen a una, el equilibrio Nash, en que r*(s) > 1 + sjc y s *(r) <O.

a> ljc, b< 1/c. (2)

~o~ trabaja?ores son los que mayor riesgo tienen, mientras que los
capttaltst~s esran bastante seguros de obtener los beneficios estipulados
en cualqmer acuerdo. Esto es lo que ocurre cuando el grado de sindica-
ción es bajo .o hay varios sindicatos en competencia, las relaciones mano
de obra-capi;al están débilmente institucionalizadas y los trabajadores r0 r1 , .. . (1/c-b}
tienen poca mfluenC!a sobre el Estado. Los Estados U nidos de hoy po-
drían servir de ejemplo prototfpico. Fig. 19
Cuando b < 1/c, la mejor respuesta estratégica para los capitalistas
es invertir con un rédito positivo siempre y cuando los obreros no sean
dem,asiado militantes: s_*(r) <O ~ir< (1/c- b). La mejor respuesta es- antes. Dado que la IJ0ejor respuesta de los trabajadores a s1 es también
t:ategtca para los trabajadores, sm embargo, es aumentar la militancia el máximo de militancia, éstos considerarán volver a elevar 'su militan-
s!n tener en cuenta. la tasa de ahorro, puesto que a> Ijc. Una posibi~ cia de r = r**. Los capitalistas rebajarán su tasa de inversión a
hdad es que éstos stgan esta estrategia y que los capitalistas respondan s = s*(r**), pero los trabajadores seguirán estando mejor en
'?flla desin~ersión, escen~, que acab~ sin acuerdo. Pero hay otra solu- (r**,s *(r**)) que en cualquier otro nivel menor der. Ahora bien, cuan-
cton alter~at1va que tambten es pos1ble. Supongamos que los trabaja- do los trabajadores consideran aumentar su militancia por encima del
dores comienzan su proceso de toma de decisión considerando un valor nivel r = r **, descubrirán que la mejor respuesta de los capitalistas es
no-~ilitante de r, pongamos r = r 0 . (Consúltese la Figura 19 mientras bajar fuertemente la tasa de inversión, de manera que los trabajadores
se. s!g?e es:a ~rgumentación.) Si lo~ obreros eligen r0 , los capitalistas estarán peor en cualquier r levemente superior a r ** de lo que estarían
ehg1ran S 0 -. s (r0 ). Dado que la me¡or respuesta para los trabajadores en r**. Aunque la mejor respuesta obrera a cualquier tasa de ahorro,
para cualqmer s es inc~ementar la militancia, estudiarán la posibilidad incluida s*(r**), es la máxima militancia, la amenaza de desinversión
de pasar a un nuevo ?~vel ~= r 1•• A su vez, los capitalistas responderán de los capitalistas es efectiva en la región en que r es algo mayor que
a este aumento de mtlitanoa baJando la tasa de inversión as = s *(r ). r **. De hecho, los trabajadores descubrirán que si continúan subiendo
El efecto del ajuste de los capitalistas será bajar a los trab;jadoresi a gradualmente r por encima de r**, se encontrarán cada vez peor con-
una función W*(r,s 1) inferior a W*(r,s 0 ). Si, no obstante, r 1 es sólo le- forme W*(r,s*) (r) continúa decreciendo ante los mayores niveles de
vemente más alta que r0, los capitalistas responderán (véase Figura 18) militancia. La amenaza de desinversión no se hará efectiva, sin embar-
con una peq~eña reducció~ de s~ tasa de inversión, y los trabajadores go, en todo el espectro r > r**. Cuando r alcanza el valor r = 1/c- b,
se encontraran con que estan meJor en este nuevo punto (r,s*(r 1)) que los capitalistas estarán desinvirtiendo lo más posible y la amenaza ha-
brá terminado. Si los trabajadores eligen un r > 1/e- b, el compromiso
223
Capitalismo y socialdemocracia
222 · Adam Przeworski
b 30
se romperá, los trabajadores buscarán la nacionalización del capital, y 'a 40,33
los capitalistas desinvertir. La Figura 20 presenta un gráfico de la fun- W'"(r,s *(r)j b 0,01
ción W*(r s*(r)), que es el orden de elecciones ante el que se encuen- 700
1

tran los trabajadores cuando los capitalistas responden de acuerdo con


su mejor respuesta. Hay un máximo en :r ** que constituye una solu-
ción de compromiso y un mínimo en 1/e- b.
¿Será la solución el compromiso (r **Js *(r**) )? Desafortunadamen-
te no podemos dar una respuesta sin nuevas suposiciones. El compro-
miso será la solución si los trabajadores tienen buenas razones para te-
mer las consecuencias políticas de la ruptura del compromiso, tema al 600
que volveremos más adelante.

a<1jc,b> 1/c. (3)

Los trabajadores están relativamente seguros de obtener los sala-


1
rios determinados en un convenio mientras que los capitalistas son los 1
que cargan con la inseguridad. Este sería el caso en que los trabajadores 1
1
estuvieran organizados monopolísticamente, las relaciones mano de 1
obra-capital estuvieran institucionalizadas, y los trabajadores represen- 1
tados por partidos que ejercieran influencia electoral. La República de 1
1
Weimar entre 1924 y 1928, Italia entre 1969 y 1976, y Gran Bretaña 1
en varios períodos después de 1951 serían buenos ejemplos. 1
Cuando a< 1jc, la mejor respuesta estratégica de los trabajadores 1
1
es una militancia baja o moderada siempre que los capitalistas invier- 1
tan en un porcentaje suficiente: r*(s) < (1 + sjc) si s > ac. La mejor res- 400
1
pu~sta estratégica de los capitalistas, en cambio, es desinv~rtir sin te- 1
1
ner en cuenta el nivel de militancia. Pero éstos pueden tener en cuenta
la respuesta obrera. La Figura 21 ilustra la función C*(s,r*{s)), la con-
~ecuencia anticipada de la elección de cada nivel positivo de ahorro dado
o 0.1
..
, 1/c-b
0.2 0.3 M 0,5 r

que los trabajadores responden de acuerdo con su mejor respuesta. La


elección de los capitalistas está entre s *<O, es decir, la desinversión, Fig. 20
que supone la ruptura del compromiso (que no aparece), y el mejor
acuerdo que pueden lograr, s ••. Si la ruptura del acuerdo es suficien-
temente peligrosa en lo politice, la solución (r*(s**j, s**) será la ele- mente institucionalizadas; la economía está bien situ~da en el sis;ema
gida. Dado s ••, los trabajadores alcanzan un máximo global (bajo el internacional. Suecia después de 1936 y antes de medmdo~ de la decada
capitalismo) en r*(s**), y este valor representa una estrategia de com- de 1970 sería protodpica. En Su~cia los co~veni?s colecnvos empeza-
promiso dado s ** > ac. Y los capitalistas lo que consiguen es s **, el ron a firmarse con el paso del s1glo antenor a este, y para 1905 una
máximo que pueden lograr en cualquier acuerdo. parte importante de la mano de ob:a estaba. ':'bierta por ellos. Estos
acuerdos se hiciero,n ligando una sene de deciSlOn~s ~e la Corte SuJ?re-
a< 1jc,b < 1/c. (4) ma, que primero obligaban a acuerdos a los capitaltstas,. y postenor-
mente convenios colectivos en 1916. En 1920, se establecieron las ma-
Tanto los capitalistas como los trabajadores están bastante se&uros gistraturas de trabajo y en 1926 los partidos podían ser demandados
de obtener lo pactado en un determinado convenio. Hay un alto grado ante estos tribunales si los convemos eran tnJUStos. En 1938 se centra-
de monopolio bilateral; las relaciones mano de obra-capital están alta-
224

c~(s,r*{s))

250
Adam Przeworski
l Capitalismo y socialdemocracia

dones de compromiso son superiores para ambos jugadores hasta el


punto que ambos siguieran obstinadamente cada cual con su estrategia,
225

trabajadores y capitalistas se encontrarían frente a un problema de coor~


dinación (Schelling, 1960). No voy a continuar con este tema.
200
Para resumir, cuando ambas clases están altamente Inseguras de que
se vaya a mantener el compromiso no podrá llegarse a ningún acuerdo.
Los trabajadores se harán muy militantes, sea cual sea la tasa de aho~
rro, y los capitalistas intentarán des invertir sin tenir· erí cuenta la mi-
litancia.
150
Cuando los trabajadores están altamente inseguros y los capitalistas
bastante seguros, se podrá llegar a establecer un acu~r?o e~ un pur:to
en que los trabajadores no sigan incrementando su mtl1tanCia por mie-
100
do a la amenaza de desinversión de los capitalistas, y éstos mantengan
su tasa de inversión óptima como positiva.
Cuando los trabajadores están relativamente seguros y los capita-
listas corren con un airo riesgo, puede llegarse al acuerdo en un punto
en que los capitalistas se ven obligados a ahorrar por la amenaza de la
50
militancia y el nivel óptimo de militancia no es alto. . .
Cuando trabajadores y capitalistas se enfrentan a una mcerttdum-
bre moderada son factibles tanto el compromiso bajo la amenaza de
desinversión ~apitalista y otro bajo la amenaza 'de militancia obrera.
o Ambos pueden firmarse.
,..
0,2 0.4 0,6 0,8 1.0
ao
h = 30
c=4 MÁS ALLÁ DEL CAPITALISMO
a=O,OS
b=0,36
· ·Qué alternativa hay al compromiso de clase? Nos hem?s referido
Fig. 21 a la ¿ruptura del compromiso sin especificar qué puede ocurr:r _en su lu-
gar. Evidentemente, nuestros resultados acerca de las cond1c10nes del
compromiso de clase son insatisfactorios puesto que no llegan a una
conclusión. La decisión de firmar el acuerdo depende, en última instan-
lizó un sistema de negociación colectiva a escala nacional, sistema que
continúa con algunas modificaciones hasta el momento actual. cia, de la comparación del mejor acu~~do obteni~l~ c?n las consecue~­
cias de no llegar a ninguno. La cuestwn del eqmhbno del poder poh-
En este caso, ni que los trabajadores adopten su mejor respuesta es-
tratégica ni que los capitalistas adopten la suya, Hevará necesariamente tico pasa a ser primordial, el resultado altamente inseguro. Creo. que
a un conflicto. Ambas soluciones -(r**,s(r**)), en que el compromi- cualquier análisis basado en cálculos racional~s de espera?os benefiC:os
so está forzado por la amenaza de desinversión, y (r*(s**),s**) en tiene un valor limitado en momentos de cris1s. Los conflictos están m-
· que está forzado por la amenaza de la militancia- son factibles. Am-
1 herentemente cargados de inseguridad, y esta inseguridad es difícil de
valorar, no sólo para nosotros sino también para los protagomstas ~e
bas clases preferirán que su oponente se aleje· de su mejor respuesta
estratégica. Los trabajadores saldrán mejor parados amenazando a los nuestra historia. No obstante trataré de elucidar lo que puede ocurnr
si se considera la transición al socialismo como alternativa tanto al com-
capitalistas con la militancia pa~a lograr la solución (r*(s**),s**),
mientras que los capitalistas saldran mejor amenazando con la solución promiso como a la militancia económica dentro del capitalismo. .
Aclaremos primero los resultados que puede tener la ausenCia de
(r**,s*(r**)). La clase que se ve obligada a partir de su mejor respues-
ta estratégica acaba pagando el costo del compromiso. Si las dos solu- compromiso. Genéricam~nte son tres: , . . . . .
.. 1) Los trabajadores tienen poder pohtiCo suf1c1ente para naCionali-
226 Adam Przeworski

zar los medios de producción y organizar la acumulación sobre nuevas


bases. Son abolidos los beneficios como categoria económica y legal y
con ellos el capitalismo.
l Capitalismo y socialdemocracia

alternativa atractiva en las mismas condiciones en que pueden llegar a


un compromiso atractivo bajo el capitalismo. Si los obreros tienen po-
der político suficiente para forzar acuerd~/bajo ~1 capitalisrr:o,_ ¿no po~
227

2) Los capitalistas tienen poder político suficiente para imponer drían utilizar ese poder para transformar la sooedad al soctaltsmo? S1
una solución no democrática. Las recientes experiencias de Brasil, Chi~ el socialismo es preferible bajo las mi~mas ::ondicio?-es. en q~e lo;; tra-
le, o Argentina demuestran que en tales regímenes los beneficios cre- bajadores pueden llegar a un compromiso baJO el capitalismo, pmas lle-
cen a la vez que los salarlos bajan dramáticamente. Típico de estos re- garán a ese compromiso si actúan en buena lógica. De aquí que las con-
gímenes autoritarios son la privación económica de las clases trabaja- diciones del compromiso capitalista hayan de incluir siempre la supe~
doras y la extendida represión física. rioridad de ese compromiso a la alternativa socialista.
3) Los capitalistas no tienen poder suficiente para imponer una so- Especulemos ahora· con la siguiente posibilidad: supongamos que
lución autoritaria ni los obreros para impo.n~r el socialismo. En este en un momento t =O los obreros deciden nacionalizar todo el capital.
caso el sistema democrático sigue su curso sin compromiso pero en una En un momentO posterior t = T se aprueba la ley de nacionalización y
dificil situación de empate, una crisis «catastrófica» prolongada que des- se socializa todo el capital. Durante el siguiente período, de t = Ta t = h,
cribe Gramsci (1971: 210 y sigs.) con referencia específica al gobierno la institución de los beneficios ha dejado de existir y las decisiones re-
MacDonald en Gran Bretaña. Esta fue quizás la situación en varios paí- lativas a la inversión las hace roda la sociedad por medio de algún tipo
ses europeos tras las derrotas de las huelgas generales de origen eco- de mecanismo de voto razonable.
nómico: Suecia en 1909, Noruega en 1921, Francia en 1920, Gran Bre- Durante el período O< t < T, es decir, hasta que la socialización,
taña en 1926. Estas situaciones se caracterizan por una alta intensidad sea completa, la propiedad privada del capital seguirá int~cta. Enfren-
huelguística y una considerable represión; son un tira y afloja; salarios tados a una inminente nacionalización, los capitalistas des1nvertuán lo
y beneficios oscilan fuertemente. más rápidamente posible. No se puede evitar que desinviert.an .Y no se
No voy a investigar estas alternativas sino tan sólo especificar la les puede romar por sorpresa: incluso Lange (1964), el pnnCipal de-
estructura de lo que implica la elección del socialismo como alternativa. fensor de la estrategia de la nacionalización «en una jugada», admtte
¿Cómo elegirían los trabajadores una estrategia de transición hacia el que habrá alguna desinversión antes de la nacionalización del t?tal del
socialismo? capital. Supongamos que S*(T) es el valor actual de los salanos des-
Observemos primero que los trabajadores se pueden embarcar en contados entre t = O y t = T cuando los trabajadores siguen la estrategia
la estrategia de la socialización en dos situaciones diferentes. La prime- de la socialización y los capitalistas responden desinvirtiendo. Es pro-
ra ya la hemos descrito: el compromiso es imposible, los trabajadores bable que S *(T) no sea lo máximo que los trabajad? res pudier~n ob-
exigen en lo económico, provocan una crisis política, y en esa crisis las tener entre t =O y t =T. Si W*(T) es lo más que podian conseguir baJo
únicas alternativas pueden ser o el socialismo o el capitalismo autori- el capitalismo, la diferencia entre estas dos cantidades será el costo de
tario. Este caso, en que la transición al socialismo se hace desde una la estrategia de la transición durante este período.
crisis económica bajo el capitalismo, es la que los marxistas llaman ca- En t = T el srock de capital se nacionaliza totalmente y de aquí en
racterísticamente la vía al socialismo, y conduce a la politique du pire: adelante la economía funciona de la siguiente manera: todo el conjunto
en esta tesitura cuanto peor sea la situación económica bajo el capita- de la sociedad determinará la tasa óptima de ahorro sobre el total de
lismo, más probable el socialismo. Estoy convencido que esta estrategia la producción, s•., y el volumen de la inversión lo dio !l.K(t) = s•.Y(t) 6•
de amamantamiento de la crisis es irresponsable e infactible. Como Var- Supongamos que q es el riesgo inherente a toda inverstón en una ,so-
ga avisaba en 1927: ciedad socialista. Entonces el problema que hemos de resolver sera el
«Si la clase trabajadora crea unas condiciones en las que los bene- siguiente:
t=h
ficios capitalistas son imposibles pero al mismo tiempo no se derrota
politicamente a la burguesía y no se establece la doctrina del proleta-
max S*= (1- Sw)Y(T) L (1 + q)~\!-TJ(l +S w/c)II-T¡
Sw t =T
riado, la burguesía, por medio de 'un terror implacable, aplastará a la
clase obrera para mantener el orden económico del sistema capitalista 6 Espero que el lector no confunda este modelo de socialismo co~ una desc~i_~?ción
de la Unión Soviética u otros países de la Europa del Este. En esos patses las de:Jstones
y hacer posible la explotación de la mano de obra>> (Pirker, 1965: 133-4; de inversión surgen de un juego entre los planificadores centrales y los empr~sanos, con
trad. por David Abraham). un conocido efecto consistente en que invierten por encima de la preferencw. de la po~
No obstante, los trabajadores pueden ver el socialismo como una blación.
228 Adam Przewor~ki

Supongamos que la tasa de ahorro que resuelve el problema es s *,


y el resultante bienestar de los trabajadores bajo el socialismo es
S*(h- T).
l Capitalismo y socialdemocracia

hace problemática. Incluso en el caso de que todas las condiciones para


229

la ampliación de la reproducción del capital se dieran <:<por sí mismas»,


«por la mera repetición de actos aislados de producción>> (Marx, 1967,
El valor total del socialismo para los trabajadores que toman esa de- !: 577-8), la supervivencia de las relaciones capitalistas dejaría de estar
cisión estratégica en t = O dependerá también, sin embargo, del riesgo garantizada en el momento en que los trabajadores se organizaran co-
de que la transición al socialismo sea abortada o subvertida por la pre- lectivamente para abolirlas. Tendremos que buscar más allá del siste-
sión de las fuerzas armadas, los gObiernos extranjeros, las compañías ma de producción los mecanismos por los que se mantiene el capita-
extranjeras o incluso los propios obreros, en caso de que rechazaran los lismo. De aquí que de este modelo de conflicto de clase siga necesaria-
costos que tendrían que aguantar durante el período O< t < T. (Véase mente una descripción funcionalista de la reproducción capitalista. Pues,
Kolrn, 1977, para algunas de estas consideraciones.) Aun cuando la ley si el conflicto insalvable por la realización de los intereses materiales
de nacionalización fuera aprobada por un parlamento siguiendo todos es característico de toda sociedad característica y si el capitalismo ha ve-
los requisitos constitucionales, los capitalistas tendrían numerosas ma- nido soportando este conflicto durante por lo menos cien años, habrá
neras de contratacar. Si la probabilidad de que la transición socialista que encontrar algún mecanismo exterior a las relaciones de clase que
llegue a un final feliz es (l - f) y la probabilidad de que el resultado explique tanta durabilidad. Cuandoquiera que el conflicto de clase ge-
final sea una dictadura es/, podemos decir que kS*(h- T,k < l, es el nera una amenaza para la reproducción de las relaciones capitalistas
valor esperado del intento revolucionario, donde kS*(h- T) = (1- f) aparece algún mecanismo, frecuentemente se piensa que el Estado, en
S*(h- T) + f (bienestar material bajo la dictadura capitalista). Obsér- su rescate, reprimiendo, organizando la dominación ideológica o coop-
vese _que k es probable que sea más cercana a la unidad cuanto mayor tando.
sea la parte de capital que ya es propiedad pública y mayor sea la fuer- El gradual rechazo de las teorías instrumentalistas del Estado (Mi-
za electoral de los partidos socialistas. liband, 1970) y su sustitución por un modelo en que éste aparece como
El valor total de la prosecución de la estrategia de transición al so- relativamente autónomo de las relaciones de clase no alteró esta lógica
cialismo para los trabajadores en t =O podemos decir que es funcional. Según la versión instrumentalista, el Estado actuaba prede-
S*= S*(T) + kS*(h- T), donde S*(T) y S*(h- T) están dados más ciblemente en defensa de los intereses de los capitalistas o similares.
arriba. Obsérvese, repetimos, que éste es el valor actual de la transición Según la versión estructuralista, el Estado aparece como autónomo de
socialista para los trabajadores en el momento t =O en que deciden si los intereses particularistas de los capitalistas y basado en el apoyo po-
han de embarcarse o no en ese camino. De aquí que este valor haya pular (Poulantzas, 1973). Pero, sin embargo, este Estado se las arregla
que compararlo con W*(r,s), lo más que los trabajadores podrían con- para reprimir, organizar la dominación ideológica e intervenir cuándo
seguir en una democracia capitalista, donde (r,s) representa o un com- y dónde es necesario de formas diseñadas de antemano y que dan por
promiso o una situación de tira y afloja. resultado el mantenimiento del capitalismo cuandoquiera que surge el
No continuaré con esto, principalmente porque creo que este cál- conflicto. Tanto las teorías instrumentalistas del Estado como las que
culo implica demasiados imponderables para poderlo tomar en serio lo suponen autónomo son funcionalistas, y aunque la instrumentalista
en la práctica. Quería aclarar la naturaleza de esta decisión, pero no pre- está reñida con los hechos, tiene por lo menos la virtud lógica de ex-
tendo que ésta sea una descripción de cómo se toma en realidad la de- plicar por qué el Estado -la gente concreta que funciona en organiza-
cisión de adentrarse o no adentrarse por la vía del socialismo. ciones concretas- hace todo lo necesario para reproducir las relacio-
nes capitalistas.
De hecho, en última instancia, incluso el Estado como institución
CONFLICTO DE CLASE Y ESTADO desaparece de este análisis funcionalista. Puesto que, se da por hecho,
el Estado responde invariablemente a las exigencias funcionales de la
Supongamos por un momento, como hizo Marx, que el conflicto reproducción capitalista y puesto que sus líneas políticas tienen la fun-
por los intereses materiales fuera imposible de solucionar y que la lu- ción de cumplir estas exigencias, podemos pasar de los requisitos a la
cha de los trabajadores por mejorar su situación material les llevara ine- reproducción sin preocuparnos para nada del Estado. La propia idea
vitablemente a la comprensión de que tales intereses sólo pueden me- del Estado está basada en una reificación. El Estado está «preparado
jorar si y sólo si se aboliera totalmente la institución de los beneficios. para llevan; está cortado con anterioridad a los conflictos de clase, apa-
Dada esta suposición, la reproducción de las relaciones capitalistas se reciendo totalmente ataviado cuando quiera que estos conflictos amena-
230 Adam Przeworski

zan la reproducción de las relaciones capitalistas. El Estado es siempre


l Capitalismo y socialdemocracia

el propio Estado- se nos presentan ahora como expresión de un com-


231

dado, ya en su apariencia funcional, antes de que ocurra ningún con- promiso: son un tanto instrumentales respecte de los intereses de una
flicto, antes de que problema alguno pida su solución. . coalición de clase que incluye tanto a los capitalistas como a los traba-
De hecho, la siempre presente dificultad de cualquier perspectiva jadores organizados. Cuando los obreros ponen en práctica estrategias
fundonalista es explicar las razones por las que los conflictos entre- gru- que conducen al compromiso, el Estado hace lo que parece necesario
pos específicos en circunstancias históricas concretas siempre ·traerán para reproducir el capitalismo porque esto es lo que deciden tanto obre-
consigo el que el Estado realice sus funciones. Es verdad que una vez ros como capitalistas. La organización del Estado como institución y la
que se institucionaliza la forma en que una sociedad responde al cam- política que tal institución pone en práctica son expresión de un deter-
bio de sus condiciones históricas, la mayor parte de esa respuesta es au- minado compromiso de clase. ·
tomática. En otras palabras, cada sociedad organiza los mecanismos de El compromiso de clase implica una determinada organización de
su reproducción como sistema. Sin embargo es igualmente evidente que las relaciones políticas, una determinada relación entre una clase y otra
la actividad de las instituciones y las propias instituciones son la solu- y de ambas con el Estado, un determinado conjunto de instituciones, y
ción de los conflictos. En circunstancias históricas concretas, determi- una determinada serie de líneas políticas. El Estado habrá de obligar al
nados grupos entran en conflictO y la solución de tales conflictos es una cumplimiento de las condiciones de un determinado compromiso y a
determinada organización y un conjunto específico de líneas políticas proteger a aquellos sectores de una y otra clase que entran en el com-
del Estado. Lo que no parece claro es por qué esta politica ha de ser promiso de la conducta no cooperativa de los miembros de su clase. El
predeciblemente la que tenga la función de reproducir las relaciones ca- Estado ha de inducir a los capitalistas individuales a tomar las decisio-
pitalistas. Evidentemente la respuesta a esta pregunta no puede ser que nes que exige el compromiso de clase, cambiando las condiciones ele-
el Estado reproduce las relaciones capitalistas porque esa «es» su fun- gidas que se enfrentan para conseguir los efectos requeridos en la com-
ción. Esta respuesta puede ser doble: o el sistema capitalista está orga- petencia de unos capitalistas con otros. Por último, y puesto que el Es-
nizado de manera que se reproduce a pesar de todos los conflictos, y tado del compromiso de clase en un Estado democrático ha de velar por-
esos conflictos, incluido el de clase, adquieren la categoría de un ritual que la coalición de clase que hace el compromiso gane el apoyo popular
superfluo, como en Sahlins, o los resultados de los conflictos de hecho en las elecciones, lo que implica que los intereses de aquellos no inclui-
determinan la polftica del Estado, en cuyo caso el peso de la explica- dos en esa particular coalición también se tengan en cuenta. Todas es-
ción pasa a esos conflictos y cualquier idea de función se hace redun- tas indicaciones nos llevan, pues, al tipo de Estado en que pensaba Key-
dante. nes cuando decía que <do importante no es que el Estado asuma la pro-
Estos problemas -una explicación poco plausible de la reproduc- piedad de los instrumentos de producción. Si el Estado es capaz de de-
ción, la incapacidad pata explicar por qué el Estado pone en práctica terminar el aumento de los recursos que se han de destinar al incre-
determinada política, o la reificación del Estado- son inherentes a cual- mento de esos instrumentos y la tasa básica de rédito para sus propie-
quier perspectiva fundonalista. Nuestra pretensión, no obstante, es que tarios, habrá realizado todo Jo necesariO>> (1964: 378). Lo necesario, es
esta perspectiva se hace necesaria debido a un modelo incorrecto del decir, organizar el compromiso de clase.
conflicto de clase en las sociedades democráticas capitalistas. El propio
problema de la reproducción se nos presenta como funcional porque el
modelo del conflicto de clase insalvable lleva a la conclusión de que el
capitalismo no podría haber sobrevivido como elección de la clase tra-
bajadora. De hecho ésta aparece en este modelo como víctima pasiva
de la represión y de la dominación ideológica o, en el mejor de Jos ca-
sos, repetidamente traicionada por sus líderes.
Si nuestro modelo de conflicto de clase es válido, la necesidad de
este tipo de construcción desaparece. La política puesta en práctica por
el Estado en las sociedades capitalistas -la política diseñada para vi-
gorizar y reforzar el sistema capitalista de organización social- ha de-
jado de verse como función de un Estado autónomo que se encuentra
ame la amenaza de una clase obrera revolucionaria.. Esta política -y

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