Lidia Fernandez

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Fernandez: Componentes constitutivos de las instituciones educativas

Las instituciones y lo institucional


Se señala la existencia de las instituciones en el nivel simbólico de la vida social, a través de
representaciones y diferentes cristalizaciones de significados que se transmiten explícita o
implícitamente. Las instituciones representan a aquellos custodios del orden establecido que dan
al individuo la protección de una lógica con la cual organizar su mundo, de otro modo caótico y
amenazante.
Cuando el interés que orienta el empleo de los enfoques institucionales es intervenir en la
realidad para provocar algún tipo de impacto, el foco del análisis nos lleva necesariamente de la
consideración de las instituciones en sí, a la de la operación institucional. Las ciencias sociales y
psicológicas tienden a acordar sobre la existencia de diferentes ámbitos de complejidad en todo
fenómeno humano.
La presencia de lo institucional (el conjunto de representaciones y concepciones que
expresan la operación de las normas y la penetración de los establecimientos relevantes para los
individuos) da carácter y explica los rasgos de los movimientos grupales y organizacionales. Las
significaciones psicoemocionales y políticas tienden a ligarse en configuraciones que resisten la
expresión en los niveles manifiestos del comportamiento.
El análisis de un establecimiento escolar puede realizarse con diferentes propósitos. La
existencia de un estilo que opera como mediador entre las condiciones y los resultados. En la
categoría condiciones quedan incluidos todos aquellos aspectos preexistentes al fenómeno en
estudio, que establecen con él alguna relación de determinación. En la categoría resultados deben
incluirse el fenómeno en estudio y aquellos otros aspectos que aparecen como derivados de esas
condiciones. El término resultados se usa para aludir a aspectos u objetos derivados de la
producción institucional en los niveles material y simbólico. Incluyen los productos institucionales
vinculados a los fines: aquellos destinados a asegurar el cumplimiento eficaz de la tarea y los
resultantes de la participación. Cuando se habla de estilo institucional se alude a ciertos aspectos o
cualidades de la acción institucional que, por su reiteración, caracterizan al establecimiento como
responsable de una cierta manera de producir, provocar juicios e imágenes, enfrentar y resolver
dificultades, relacionarse con el mundo material, interpersonal y simbólico, mantener ciertas
concepciones, etc. El concepto de estilo procura servir para dar cuenta de los aspectos dinámicos
del funcionamiento institucional. Es la contracara del concepto de cultura institucional.
El conocimiento de un establecimiento institucional puede producirse a través de varios
caminos: la observación directa de su vida cotidiana, el análisis de la información que
proporcionan sus documentos y su personal, el estudio de los registros y datos con los que
controla su tarea, el análisis de sus resultados. El procedimiento no es tan simple. El acceso al
conocimiento de lo institucional se verá obstaculizado por lo menos por tres tipos de dificultades:
La negación y resistencia a conocer. Conciente o inconscientemente los miembros de un
establecimiento producirán diferentes ocultamientos para proteger el statu quo institucional.
Los efectos de la propia implicación no controlada. El material institucional conmueve nuestras
propias imágenes y vínculos institucionales.
La complejidad provocada por la multisignificación de los hechos. Minucioso trabajo de
descodificación en el que la problemática más importante se plantea con respecto a la
confiabilidad de la interpretación.
Los analizadores: recursos disponibles para enfrentar el tercer tipo de dificultad. Un
analizador es un dispositivo artificial o natural que “produce la descomposición de una realidad en
sus elementos sin intervención del pensamiento consciente”. El concepto es utilizado en las áreas
institucional y psicológica para designar tanto acontecimientos y hechos no programados como
técnicas expresamente diseñadas para provocar la expresión de un material que permite
desentrañar significaciones antes ocultas. Los tests, las entrevistas, las encuestas, en general
cumplen la función de analizadores. Desencadenan la aparición de un material no controlado que
expresa el estilo y la idiosincrasia del que lo produce.
Los esquemas referenciales que nos sirven de marco conceptual para el análisis deben
aceptar la contradicción y los diferentes significados de un mismo hecho. No sirven en esta área
los esquemas unidireccionales o mono causales. En el análisis de lo institucional, el esquema
conceptual debe servir de analizador y ordenador, no de filtro de los sentidos múltiples.
Componentes constitutivos básicos sin los cuales el establecimiento no puede tener
origen: un espacio material con instalaciones y equipamiento, un conjunto de persona, un
proyecto vinculado a un modelo de mundo y persona social valorados y expresados en un
currículo, una tarea global que vehiculiza el logro de los fines y sufre alguna forma de división del
trabajo, una serie de sistemas de organización que regulan las relaciones entre los integrantes
humanos y los componentes materiales comprometidos en la realización de la tarea. Todo esto
funcionando en un especial espacio geográfico, en un particular tiempo histórico y en el nivel
simbólico de una singular trama de relaciones sociales.
Cultura institucional, diferentes grados de complejidad.
En el segundo nivel de complejidad nos encontramos con el modelo institucional. Derivado
en parte de los modelos generales, recibe y expresa las características elaboradas en la historia
propia del establecimiento, y los niveles de las formas de funcionamiento deseadas. Incluye:
supuestos acerca del modo como se dan los proceso implicados en la tarea institucional, definición
de modos de ser y actuar en distintos roles elaborados en función de los supuestos anteriores y
del modo como se concibe el valor del conocimiento y las funciones de los actores implicados,
definición de un ámbito de operación, definición de un encuadre de la tarea en términos de poder-
autonomía y en términos de tipo de comunicación, definición de una forma y estilo de control:
qué, a quién y cómo se controla; amplitud y penetración del control deseado, definición del tipo
de resultados valorados, caracterización de la institución deseada.
La ideología institucional. Conformada por la organización de concepciones y
representaciones que justifican el modelo y el estilo que éste expresa. Incluye: concepciones
acerca de la educación, la escuela y el aprendizaje y representaciones acerca de la institución y sus
diferentes componentes. Estructura además, las representaciones que acompañan a estas ideas y
define así un nivel simbólico indispensable de comprender para reconocer los significados que
adquieren los sucesos institucionales. Existe en cada establecimiento escolar un conjunto de estas
representaciones que combinan las imágenes generales con aquellas que expresan el registro de
hechos o personas particulares. Estas concepciones y representaciones se diferencian de las del
primer nivel de complejidad, en primer lugar, porque tienen mayor contenido idiosincrático, pero
sobre todo porque estructuran un conjunto que, además de sostener y legitimar modelo y
resultados, procura sostenerse a sí mismo por la congruencia entre sus afirmaciones.
La novela institucional. Es una producción cultural que sintetiza el registro que se tiene del
origen y las vicisitudes sufridas a lo largo del tiempo. La novela institucional da indicios de la
manera en que se resolvieron sucesivas crisis provocadas por la exacerbación de contradicciones
fundantes y se convierte en un verdadero código de significación que provee de nuevos sentidos al
modelo y la ideología institucional y permite captar con mayor alcance el porqué de su lenguaje y
de la pregnancia simbólica de sus ambientes y objetos.
La identidad institucional constituye una definición consensuada de lo que el
establecimiento es, a la que concurren la definición de su función tal como está expresa en el
proyecto y el modelo institucional; la definición de lo que ha sido, tal como lo testimonia la novela
institucional, y la definición de lo que va siendo según queda visto en las recurrencias de la acción
que conforman su estilo. La recurrencia en el tiempo de determinadas características va
configurando una serie de constancias dinámicas, el “estilo institucional. Operativamente, el estilo
puede considerarse el resultado institucional que condensa la cultura del establecimiento y
funciona como mediador entre condiciones y resultados.
El estilo institucional representa la mejor respuesta que los miembros del establecimiento
han podido dar a las contradicciones constitutivas de su funcionamiento, es fuertemente
defendido y se convierte en objeto preferencial de vinculación. Las producciones culturales que
ubicamos en el segundo nivel protegen el estilo y, con él, la forma singular de cumplir con los fines
institucionales, manteniendo invariantes las condiciones vinculadas a la identidad del
establecimiento. La existencia de un modelo institucional se hace evidente al observador en el
análisis de los criterios en los que la gente basa sus decisiones. El modelo es una creación cultural
sofisticada que permite a la escuela preservar su idiosincrasia al fijar una selección de aquellos
hechos, características, sucesos, que puedan o no ser tolerados en su ámbito. La ideología
institucional preserva el modelo y la realidad que éste expresa de cuestionamientos que pueden
conmover la certeza de los individuos respecto de su adecuación, su capacidad, su potencia.
Protege, además, el tipo de transacciones que se han hecho para resolver contradicciones
constitutivas y demandas paradójicas del ambiente.

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