Ebook Lector Beta
Ebook Lector Beta
Ebook Lector Beta
Introducción
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Introducción
La corrección comienza justo después de escribir ese preciado «Fin». Leemos
cuidadosamente la historia en varias ocasiones buscando incongruencias,
errores y horrores. Y cuando por fin hemos terminado esta etapa (un escritor que
no reescribe y corrige no es escritor), decidimos: a) publicar el texto, b) enviarlo a
una editorial o c) guardarlo en un cajón.
Hay otra opción que prefiero recomendar: enviarlo a un lector beta, también
conocido como lector cero. Antes de que tu historia vea la luz, debe pasar por el
ojo examinador de una persona con juicio crítico y literario, que sea capaz de ver
lo que tú no viste. Pero no cualquiera puede serlo…
Los lectores beta no solo son esenciales para aquellos escritores que quieren
autopublicar, también son necesarios para los que optan por la forma tradicional,
pues les ayudan a pulir el manuscrito antes de que caiga en las manos de un
agente o una editorial.
Este manual pretende explicarte en detalle todo lo que necesitas saber sobre los
lectores beta, el trabajo que realizan y cómo pueden beneficiarte en tu proceso
de escritura. Dicho esto, ¿comenzamos?
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Capítulo 1: ¿Qué es un lector beta?
Un lector beta (también «beta reader» y antiguamente prelector) es la persona
que lee una obra escrita, generalmente de ficción, con «una mirada crítica, con
el objetivo de mejorar la gramática, ortografía, caracterización y estilo general de
una historia antes de su lanzamiento» (Wikipedia, 2016).
El lector beta tiene como objetivo ayudarte a pulir tu historia. No te dará una
palmadita en la espalda o te dirá que lo has hecho bien. Sí, puede comentarte
tus logros y aciertos, pero eso pasa a segundo plano. Él buscará todas las fallas
que tenga la historia y las señalará para que tú puedas eliminar (o corregir) los
errores que pasaste por alto.
Conseguir una persona que pueda cumplir con esta tarea requiere de un gran
esfuerzo. No puede ser un familiar que solo nos haga comentarios bonitos.
Tampoco un amigo lector que no sepa distinguir una raya de un guion. Mucho
menos una persona que tenga cero conocimiento en teoría literaria.
Ambos conocemos el oficio de escritor. Has invertido mucho tiempo, esfuerzo y tal
vez dinero en escribir tu libro. Has pasado momentos difíciles junto a este (discu-
tiendo con los personajes, ideando otra salida, documentándote), y hasta has
querido renunciar. Pero si continuaste y lograste terminar el manuscrito, esa historia
se convirtió en tu bebé. ¿Qué padre o madre no quiere lo mejor para su hijo?
Seamos realistas, los padres primerizos no saben qué hacer la mayoría del tiempo;
y los que tienen experiencia, igualmente necesitan ayuda. Sé que vas a cuidar y
atender tu obra lo mejor que puedas, por eso la corregirás mil veces antes de
darla por terminada, pero no debes permitir que se te nuble la vista: vas a necesi-
tar la ayuda de otra(s) persona(s) si quieres que llegue a buen puerto.
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El lector beta será el primero que te dé la mano.
› Te ayudará a cumplir esas expectativas que generaste al comienzo de la
historia y que tal vez olvidaste en el transcurso.
› Se asegurará de que los acontecimientos estén narrados y descritos de
forma clara para el lector. (Recuerda que aunque tengas todo el pano-
rama claro en tu cabeza, no necesariamente las palabras lo reflejen).
› Te señalará aquello que necesita una mejor explicación, que no se entiende
o se contradice, lo que requiere un mayor detalle y lo que sobra.
› Supervisará que los personajes sean convincentes, que su personalidad
coincida con sus actos y que hablen según sus características particulares
(sexo, edad, nacionalidad, etcétera).
…y así pudiéramos seguir enumerando las formas en que un lector beta te puede
ayudar. Obviamente, dependiendo del tipo de camino por el que quieras llevar a
tu hijo será el profesional que necesites consultar; pero sea el que sea, todo libro
necesita distintas correcciones antes de ser publicado.
Antes de que una editorial decida publicar un libro, este pasa por las manos de un
editor. Pero con todo el trabajo que tienen y el poco tiempo que manejan, estos
delegan la tarea a su equipo de lectores profesionales, quienes emiten un informe
de lectura donde valoran el manuscrito y señalan si vale la pena o no su publica-
ción (según la línea editorial).
Además, recuerda que por más bueno que seas en el idioma español, es casi
imposible leer un texto propio con ojo 100% crítico. Si buscas información sobre los
escritores profesionales, todos tienen un lector beta, esa persona que lee primero
que nadie cada libro que escriben.
En fin, es preferible tener un equipo de lectores beta que te ayuden en las distintas
etapas del proceso (y aprendiendo de la experiencia), que publicar un libro que
todavía es un borrador. ¿Cierto?
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Capítulo 2: Perfil del lector beta ideal
El lector beta ayuda a identificar los posibles problemas que tiene un texto al
momento de leerlo, haciéndolo hasta diez veces mejor de lo que era antes. No es
fácil encontrar uno, pero sí posible. Por eso quiero enumerar algunas característi-
cas que hacen a un lector beta el idóneo.
Características personales
1. Pertenece al público objetivo de tu libro (edad, sexo e intereses). Solo así
reaccionará de forma similar a la del público previsto. Y si no pertenece a
ese lector objetivo, tiene la capacidad de ponerse en su lugar.
2. Le gusta opinar, y al mismo tiempo sabe cómo hacerlo sin echar a la basura
tu trabajo. No tendrá miedo de señalar tus errores, pero lo hará con tacto.
No es lo que se dice, es cómo se dice. Puede hacer una crítica directa, pero
esta jamás será con la intensión de humillar, denigrar, ofender o menosca-
bar. Tiene cuidado con los tonos que usa y no se cree el dios sabelotodo de
la crítica literaria.
3. Es objetivo. Se centra en su función: buscar fallas desde la perspectiva del
lector. Esto no quiere decir que haga trizas tu trabajo y que te señale cinco
errores por oración (si esto sucede es porque tú no corregiste bien).
4. ¡Cuidado si escoges a tus padres o compañero(a) de vida! No recomiendo
que el lector beta sea cercano a ti, pues se le dificultará señalar los errores
porque no herir tus sentimientos. Este valorará más el bienestar de la relación
que hacerte daño. Pero si logran separar la relación del oficio y ambas
partes deciden ser francos, ¡adelante!
5. Es consecuente. No te abandona a mitad de camino y tampoco incumple
con los tiempos pautados. Contesta tus preguntas y se responsabiliza por su
trabajo.
6. Está interesado. Que no lo haga porque te conoce y quiere hacerte un
favor. Que lo haga porque quiere ayudarte a pulir tu obra y, de verdad,
anhela leerla. Solo así hará una lectura crítica.
7. Dice la verdad… y nada más que la verdad. El lector beta no está para
halagarte a ti o a tu obra, está para señalar cualquier error o discrepancia
que haya detectado en la lectura. De nada te servirá si evita mencionar
que ya se esperaba ese final, que no lo sorprendiste, que lo aburriste o que
no logró entender una parte.
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Características de lectura y escritura
1. Es un lector holístico y habitual. Lee constantemente una variedad de libros,
sin limitaciones. Ha leído clásicos, contemporáneos, «bestsellers», autopubli-
cados, textos no literarios, novelas, poemarios… El punto es que no se limita
a un solo tipo de lectura, sino que tiene una perspectiva ampliada sobre el
mundo lector.
2. ¡Ojo! A veces se suele buscar un lector beta que no lea mucho para ver qué
le provoca la lectura. Si llega a emitir algún comentario positivo o te dice
que le encantó, que no paró de leer… ¡has hecho un buen trabajo!
3. Conoce el género en el que escribes. Aunque no sea su favorito, lo ha leído
antes. Sabe reconocer las técnicas y las ideas preconcebidas en este;
conoce cómo se estructura, lo que funciona o no en la trama, e incluso
identifica dónde se han roto las reglas.
4. A menudo son escritores también. A veces son colegas que se intercambian
su trabajo y son lectores betas entre sí. Si es un compañero, sabrá lo que
cuesta escribir un libro, conocerá tu estilo, dominará las técnicas de escri-
tura y te ayudará objetivamente porque aprecia y valora tu trabajo.
Además, puede identificar un personaje mal construido, una escena sin
estructura, los típicos clichés, las incongruencias en la trama y hasta el
momento en que te cansaste y decidiste resolver el conflicto de la manera
más fácil posible.
5. No ha leído tu manuscrito antes. Tampoco está influenciado por otro lector
o por ti. Si sus ojos no están contaminados, podrá hacer un buen trabajo.
6. Domina las reglas del idioma español. Necesita conocer las normas ortográ-
ficas, gramaticales y de puntuación. Solo así podrá corregir los tiempos
verbales, las palabras mal ocupadas, los símbolos gráficos, y así…
7. Organiza sus notas y comentarios. Antes de entregarte el resultado de su
lectura, prepara un informe donde comenta sus impresiones generales, los
aciertos y desaciertos.
8. Va al grano, sin rodeos. Logra ser preciso al momento de señalar un error.
No es lo mismo anotar «diálogo vago» a explicar que «este diálogo específi-
camente no hace avanzar la historia, no aporta al conflicto; al contrario,
ralentiza la lectura describiendo algo que el narrador pudo haberlo hecho
en menos palabras».
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4. Si el libro es sobre un tema especializado, lo domina. Esto sucede más en los
textos no literarios, pero puede darse el caso en la ficción.
5. Si la historia está ambientada en un lugar particular, sería bueno que lo
leyera una persona que conoce esa ubicación, pues sabrá reconocer lo
verdadero de lo falso. Lo mismo sucede con el habla de los personajes, la
vestimenta y la época histórica. Aunque te hayas documentado bien,
puede que se te esté escapando algo. Debes asegurarte de haber
construido un mundo creíble, que coincide con el real.
6. Conoce el mercado editorial y puede recomendarte aspectos que necesita
mejorar tu historia para ser «vendible». Sabe qué motiva a un lector a com-
prar un libro, y qué interesa a un agente o editor de un manuscrito.
7. Tiene ojo crítico. Solo después de una primera lectura es que comienza a
hacer sus comentarios y correcciones (en la segunda). Anota en qué
momento perdió la atención o se descolocó y el por qué. Tal vez haya
incongruencias, no hubo suspenso, los diálogos están mal construidos o los
personajes mal caracterizados, e incluso puede encontrar texto de relleno
que no aporta o hace avanzar la historia.
Editar tu texto. Una cosa es corregir un error ortotipográfico y otra es meterse con
el estilo del escritor (esto solo lo puede hacer un profesional del área y siguiendo
unos parámetros específicos). Si no entiende un concepto, debe anotarlo y
comentarle al autor, incluso sugerir alguna mejora, no tacharlo y cambiarlo por
otro. ¡Y peor aún si se atreve a reescribir el texto o parte de este! Eso ya sería el
colmo…
Imagino que después de haber leído todas estas características tienes una lista de
diez personas que cualifican para ser tu lector beta y que estarían dispuestos a
leerte con solo chascar los dedos. ¿Cierto?
¡No desesperes! Solo recuerda que este es el perfil ideal de un lector beta. Tú
escogerás el que mejor se ajuste a las necesidades de tu libro. Y al final, lo que
necesitas es una persona que disfrute leyendo tu manuscrito y si no lo hizo, que te
explique el por qué. Tampoco es tan complicado…
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Capítulo 3: ¿Cómo encontrar un lector beta?
No hay truco mágico, y para colmo te desaconsejo a familiares y amistades. Pero
igual te ayudaré en esta difícil tarea. Lo más fácil es buscar un lector en un grupo
de escritores. Sí, ya sé que están plagados de egos y rivalidades, pero no todos
son malos.
¿Qué mejor que otro escritor para ayudarte en este proceso? No solo entenderá
tus traumas y frustraciones, sino que te dará el coraje que necesitas para conti-
nuar corrigiendo. El consejo es hacerte amigo de otros escritores, y si saben más
que tú, mejor.
La mayoría de las veces el lector beta estará a kilómetros de distancia. Que eso
no te frustre, es una oportunidad de recibir una crítica desde la perspectiva de
una persona con una realidad de vida distinta a la tuya.
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¿Cómo acercarte y generar confianza?
› Sé genuino. Que la amistad sea verdadera. No le hagas caso a una persona
porque quieres que sea tu lector beta. Lo estarías utilizando y eso es feo.
› Sé paciente. No es que lo conocerás un día y a la próxima semana le esta-
rás pidiendo este favorcito. Tampoco es que lo presiones a que lea en una
semana lo que le toma dos. Que la amistad se dé sin el objetivo de que sea
tu lector beta.
› Sé generoso. Ayuda a la gente. Si conoces alguna técnica o recurso, com-
pártelo. Si puedes sacar a alguien de una duda, hazlo. Si en algún momento
necesitas a esa persona después, te ayudará porque te lo mereces, te lo
ganaste con antelación.
Recuerda que antes de buscar a un lector beta debes saber bien lo que le quieres
pedir. Lo ideal es hacerle una pauta, tipo cuestionario, pero eso ya lo veremos
más adelante.
Solo recuerda que, cuando termine el proceso, deberás reunirte nuevamente con
esa persona para conversar sobre la obra. Esto te ayudará a darte cuenta de la
visión que tiene como lector. ¿Qué fue lo que entendió de la historia? ¿Se dio
cuenta de esos detalles que quisiste mostrar? Una buena conversación también te
puede ayudar a detectar los puntos fuertes y débiles de tu manuscrito.
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El camino rápido: contratar el servicio
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Capítulo 4: ¿Está listo tu libro para una lectura beta?
Tal vez no estás seguro de buscar la ayuda de un lector beta. Como te expliqué
antes, todos los autores necesitan uno (como mínimo), sobre todo si son nuevos,
incluso si después la historia pasará por las manos de un riguroso editor.
1. El primer borrador
Concéntrate en escribir tu obra maestra (y todo lo que eso conlleva). Sabiendo
de antemano que necesitarás un lector beta, tal vez puedes ir analizando alguno
que otro prospecto.
2. Reescritura y autoedición
Si terminaste el paso anterior en su totalidad, deja descansar el texto. Stephen King
recomienda seis semanas, pero que mínimo sean cuatro.
3. El borrador final
Este es el que le enviarás a tu lector beta. Cuando pienses que ya tu historia
merece ser publicada, justo ahí, le entregas el texto a tu lector y luego te pones
una camisa de fuerza, no vaya a ser que cometas una locura. ¡Necesitas alejarte
de ese libro!
4. El proyecto final
Llegaron los informes y correcciones del lector beta. ¡Tranquilo! ¡Respira! Y no te
atrevas a leer nada si has tenido un mal día. Yo en tu lugar, me daría una ducha
caliente y saldría a comprar chocolates y frutos secos (siempre tengo en mi escri-
torio). Solo cuando estés relajado deberías leer lo que te enviaron.
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Créeme, vas a querer tirar a la basura tu manuscrito y sentirás que tanto esfuerzo
no valió la pena. Convérsalo con la almohada y cuando te sientas preparado,
regresa al paso dos, pero esta vez teniendo en cuenta las sugerencias de tu lector
(las que entiendas correctas, y si no te convencen, busca información al respecto
o dialógalo con otra persona).
Cuando termines, volverás a estar en el paso tres. Aquí tienes la opción de volverle
a pasar el texto a tu lector beta o buscar otro. Yo recomiendo dos lecturas como
mínimo, y lo ideal es que sean de dos lectores distintos. Si eres muy perfeccionista,
máximo cuatro lecturas, que de lo contrario no terminarás nunca. ¡Ah!, y si vas a
autopublicar, que sean más de dos, por favor.
¡Que conste! Si este libro recién terminado llega a las manos de un profesional,
encontrará errores. No hay libro que no los tenga. Pero te aseguro que serán
muchísimo menos, en comparación con otros autores que no respetan ni su
trabajo ni a sus lectores y se creen que ellos solos, al 100%, pueden correr todas
las bases.
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Capítulo 5: Cuestionario del lector beta
Como te expliqué anteriormente, si quieres que tu lector beta haga un trabajo
que genuinamente te ayude a pulir tu historia, debes darle las pautas a seguir. En
otras palabras, le vas a ofrecer una guía de lectura con diferentes preguntas que
contestará mientras lee tu manuscrito. De esta forma sus observaciones se van a
centrar en lo que quieres mejorar.
Esto no significa que el lector beta solo leerá y contestará estas preguntas. Al
contrario, este cuestionario será una herramienta más de trabajo. El lector también
puede corregir sobre el texto errores ortotipográficos (si lee digital, el Control de
Cambios de Word ayuda muchísimo; y si lee en papel, que escriba con tinta de
color o señale con un destacador) y hacer comentarios o sugerencias sobre
aspectos que no hayas considerado en el cuestionario.
¡Ah!, y recuerda que estas preguntas son sobre la totalidad del manuscrito. Si lo
deseas, puedes crear algunas preguntas para cada capítulo.
Cuestionario
I. Nivel de entretenimiento
1. ¿El inicio te pareció lo suficientemente entretenido e intrigante para seguir
leyendo?
2. ¿Te orientaste con rapidez o te sentiste perdido?
3. ¿La historia te mantuvo con ganas de seguir leyendo?
4. ¿Alguna parte de la historia te pareció aburrida? Si es así, ¿cuál y por qué?
5. ¿Te saltaste alguna parte o en algún punto tuviste ganas de dejar de leer?
Si es así, ¿cuál fue?, ¿qué lo provocó?
6. ¿Hay escenas que contienen demasiada información? ¿Cuáles?
II. Argumento
1. ¿Te parece que el argumento es sólido?
2. ¿Hay algún cabo suelto o agujeros argumentales? Si es así, ¿cuáles?
3. ¿Te parece que la ejecución del argumento es original? ¿Aporta algo que
otras obras no? ¿Qué?
4. ¿Hay algún cliché o tema trillado?
5. ¿El final te dejó satisfecho o te pareció más bien flojo?
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III. Personajes
1. ¿Pudiste empatizar con el personaje principal? ¿Sentiste sus penas, alegrías?
2. ¿Los personajes te resultaron verosímiles y bien diferenciados a nivel de
personalidad?
3. ¿Son las interacciones entre los personajes realistas?
4. ¿Entiendes sus motivaciones?
5. ¿Podrías reconocer a cada personaje por la forma en que habla y actúa?
6. ¿Adviertes los cambios internos de cada uno a lo largo de la historia o te
parece que permanecen estáticos?
7. ¿Hay algún personaje perfecto, cuyos numerosos atributos resultan chocan-
tes y que siempre obtiene lo que quiere?
8. ¿Qué personaje te gustó más y por qué?
9. ¿Qué personaje odiaste más y por qué?
10. ¿Hubo algún personaje innecesario, o que más bien resultara un estorbo
para la narración de la obra?
IV. Diálogos
1. ¿Son todos los diálogos necesarios? Es decir, ¿tienen un propósito?
2. ¿Pudiste ver lo que hacían los personajes cuando hablaban?
3. ¿Son los diálogos consistentes con el estado anímico de los personajes?
4. ¿Son los diálogos realistas, creíbles?
V. Estilo
1. ¿El estilo es claro y conciso, o más bien pesado?
2. ¿Entendiste todas las oraciones y expresiones? ¿Alguna parte te resultó
confusa?
3. ¿Algo chirrió, desencajó o te descolocó? ¿Hay partes monótonas, irritantes
o disruptivas?
4. ¿El ritmo de la historia fluye a una velocidad acorde con la situación?
5. ¿El uso de recursos sensoriales te parece suficiente? ¿Pudiste ver lo que
ocurría y percibir sonidos, olores y demás sensaciones?
6. ¿Hay repeticiones? ¿Cuáles? ¿Dónde están ubicadas?
7. ¿Consideras la apertura y el cierre de cada capítulo acertado? Si no es así,
¿por qué?
A grandes rasgos, ¿qué te gustó del libro y por qué? ¿Qué dudas te quedaron?
Y si tienes algún otro comentario sobre la lectura, bienvenido sea.
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Capítulo 6: Detalles prácticos y logísticos
Aunque parezca excesivo, cuentas claras conservan amistades, así que te reco-
miendo dialogar con tu lector beta sobre todos los detalles que te enumero en
esta sección.
Tiempo
Formato
Comentarios y correcciones
Solo recuerda que sería ideal tener una retroalimentación por escrito y, al mismo
tiempo, tener una dialogada.
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Dificultades con los lectores beta
Es normal escuchar a alguien que haya tenido problemas con un lector beta, una
mala experiencia. Casi siempre es porque eligieron a la persona equivocada o
porque no le dieron la orientación necesaria para que hiciera su trabajo. Por eso
es necesario escoger bien a tu lector e informarle qué es lo que esperas que
haga.
Remuneración
Sin embargo, algunos lectores piden otros favores a cambio. Puede que esté
interesado en que tú también seas su lector beta o te pida algún otro trabajo,
como escribirle una reseña o invitarlo a comer. No sé, puede ser lo que sea. El
punto es que lo hables con tiempo, no vaya a ser que al terminar la lectura te
salga con una sorpresa.
Recomendaciones finales
Tampoco te creas que por haber corregido tu obra diez veces no habrá errores.
De ser así, ¿por qué se la pasarías entonces a un lector beta? Acepta las sugeren-
cias y las correcciones con humildad. Si sabes que te has equivocado, corrígelo. Si
no estás de acuerdo con un comentario, háblalo o busca información al respecto
para asegurarte de que estás en lo correcto.
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No dejes que el ego del escritor se apodere de ti, rechazando toda corrección y
llegando a denigrar a quien te está ayudando. Esto tiene que ver con el punto
anterior. Si no estás preparado para recibir críticas, no busques un lector beta.
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Capítulo 7: Mis servicios como lectora editorial
Como sabes, uno de los servicios editoriales que ofrezco es el de lectora editorial
(justo es el más solicitado). Consiste en la elaboración de un Informe de Lectura
que sopesa la calidad literaria de la obra mediante un análisis completo de los
elementos narrativos que la componen. Hago constantes comentarios y sugeren-
cias (argumentados y justificados) al manuscrito con el objetivo de ayudarte a
editarlo antes de autopublicarlo o enviarlo a una editorial.
Te ofrezco un punto de vista objetivo, profundo y profesional para que corrijas los
errores y potencies tus aciertos. Además, cuando este servicio lo solicita un apren-
diz de escritor, también incluyo algunas de las características del «coaching»
literario, pues van de la mano.
Desde ya te advierto que prefiero trabajar con el documento en Word, así puedo
utilizar el Control de Cambios para irte dejando comentarios sobre el texto. Pero si
deseas otro formato, podemos dialogarlo.
El precio de este servicio es de $45 dólares por las primeras 50 páginas (formato
.doc, DIN A4, Arial 11, espaciado 1.5 y márgenes en 2.54 cm). De la página 51 en
adelante se cobra un dólar adicional por cada una. El plazo de entrega depende
de la extensión del manuscrito y de mi carga laboral. Sin embargo, este puede
oscilar entre una a cuatro semanas.
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