Narracion de Historias
Narracion de Historias
Narracion de Historias
1. Estos son los siete puntos esenciales para la buena narración de una
historia:
a. Seleccionar el relato.
b. Conocerlo.
c. Sentirlo.
d. Analizarlo y bosquejarlo.
e. Modificarlo de acuerdo con las necesidades
f. Presentarlo en forma sencilla, directa y expresiva.
g. Tener un propósito.
b. ¿Cómo lo conozco?
El conocimiento de la historia implica que debes de leerla
cuidadosamente y releerla varias veces. También debes obligar a tu
memoria a que la retenga en líneas generales (la memoria es una
facultad dócil: retiene lo que le ordenas que guarde, pero es
completamente ineficaz si desconfías de ella). Una vez aprendida, debes
practicarla en voz alta, esto es muy importante, pues proporciona una
fluidez y naturalidad que difícilmente puedes alcanzar de otra manera.
Si tienes la suerte de contar con un amigo o pariente, de buen juicio,
bien provisto de paciencia y que este dispuesto a escuchar tus prácticas,
tanto mejor. Las críticas que recibas son de un valor positivo, ya que
con ellas iras eliminando errores que afean la narración.
Este requisito implica no sólo el conocimiento de los puntos resaltantes,
sino también de algunos detalles y expresiones faciales, que añaden
mucho a la belleza del relato y que conviene que recuerdes.
c. ¿Cómo sentirlo?
Tienes que sentir la historia. No sólo hay que repetir las palabras, sino
también ver la escena en nuestra mente y sentirla en nuestro ser: a esto
se le llama "VIVIR EL RELATO".
Tienes que emplear la imaginación. Al narrar un acontecimiento
histórico, no debes usar esta facultad para inventar hechos, sino para
darles vida. Si se trata de un relato antiguo, debes hacer lo posible por
sentir la época en que se desarrolló. Si se refiere a un país lejano, debes
reconstruir su ambiente, hasta donde sea posible.
Este requisito de la narración de historias recibe a veces el nombre de
sentido dramático. El don que crea el drama está presente, en mayor o
en menor grado, en casi cada persona y su cultivo correcto y de
dirección adecuada constituyen una parte resaltante de la preparación
del narrador de historias. Y no sólo de éste, sino también del maestro y
del predicador.
Siendo que el relato es tan poderoso para dar placer, enseñar la verdad
e inspirar a la imitación es necesario que aprendamos debidamente este
arte y en la medida de lo posible, escójanse relatos de acuerdo con lo
que podríamos llamar la regla de las tres "ies": Ser Interesantes,
Instructivas e Inspiradoras.