Identidad Cristiana en Los Padres Apostólicos
Identidad Cristiana en Los Padres Apostólicos
Identidad Cristiana en Los Padres Apostólicos
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José Alberto Hernández (2018) Patrología Didáctica, Verbo Divino, Navarra-España.
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Didajé I,1-4
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Primera Carta a los Corintios 46,5-9
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Carta a los Efesios 4
hayan fundamento en ciertas líneas del pensamiento filosófico circundante de su época: estoicismo,
epicureísmo, neoplatonismo, pero elevados a una dimensión superior otorgada por la fe. 6
e. El Pastor de Hermas (140-150 d.C)
Pertenece al grupo de los apócrifos cristianos. El estilo literario es de una versatilidad tal que
representaba a un instrumento accesible para la vida de fe, aunque algunos piensan que se trataba
más bien de una narración novelesca o legendaria. La obra está compuesta de diversos aspectos de
cristología, eclesiología y el bautismo. Con elementos de origen filosófico que describen la
convivencia de los “elegidos de Dios”.7
f. “Un testimonio cercano: La Carta a Diogneto” (Inicio del s. II)
Los cristianos en el mundo
Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su
lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar
insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al
talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en
autoridad de hombres. Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las
costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin
embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su
propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo
como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra
extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben.
Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el
Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y
todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son
pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les
sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y
bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son
castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.
Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos
que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El
alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se
encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no
procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está
encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su
religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno,
sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin
haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres. 8
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Cfr. José Alberto Hernández (2018) Patrología Didáctica, Verbo Divino, Navarra-España.
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Cfr. José Alberto Hernández (2018) Patrología Didáctica, Verbo Divino, Navarra-España.
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De la Carta a Diogneto Cap. 5-6