Variables Economicas Colombia 2014-2018

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VARIABLES ECONÓMICAS EN COLOMBIA

2014 – 2018

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

INTRODUCCIÓN

Conocer las variables macroeconómicas permite saber cuáles son las


actividades con mayor potencial y qué aspectos son más vulnerables, de
manera que sea posible tomar decisiones que favorezcan a los ciudadanos de
un país y fortifiquen la economía.
A pesar de que la macroeconomía se centra en los índices de crecimiento y
desarrollo de un país, no afecta sólo a los gobiernos, sino que también afecta
directamente a las individualidades.

Variables Macroeconómicas en Colombia (2014 – 2018)


PRODUCTO INTERNO BRUTO (PIB)

2014: El crecimiento de la economía colombiana durante 2014 fue de 4,6%. Esta cifra
es inferior en 0,3 puntos porcentuales a la registrada en 2013, cuando alcanzó 4,9%, y
0,1 pp por debajo del 4,7% proyectado por el Gobierno. De acuerdo con la información
entregada por el director del Departamento Nacional de Estadísticas, Dane, Mauricio
Perfetti, la construcción creció el año pasado en 9,9% frente a 2013 y fue la rama con
mayor aumento, seguida por servicios (5,5%); actividades financieras e inmobiliarias y
comercio (4,9%) y comercio (4,6%). La única rama que presentó variación negativa fue
explotación de minas y canteras con 0,2%.

2015: Con relación al comportamiento de la economía en el año 2015, todas las ramas
crecieron positivamente pero solo cuatro de ellas estuvieron por encima del promedio:
servicios financieros 4.3%, comercio 4.1%, construcción 3.9% y agricultura 3.3%. Por
su parte, los sectores que menos crecieron fueron explotación de minas y canteras
0.8%, industria manufacturera 1.2% y transporte 1.4%. Según el Dane, la única rama
en terreno negativo fue la exploración de minas y canteras, que tuvo un desempeño de
-1.4%.

2016: La cifra es superior a las expectativas del mercado que reflejaban un


crecimiento de 1,87% en promedio, según la encuesta de Citibank del mes de enero.
Mientras que el Gobierno acertó con la expectativa de 2% para todo 2016. el sector
de servicios financieros fue el que más creció en todo el año con 5%, luego
siguen construcción con 4,1% e industria manufacturera con 3%”. Los sectores
negativos fueron transporte y explotación de minas y canteras con –0,1% y –6,5%
respectivamente. Con estos resultados se tiene que durante 2016 la
Industria manufacturera registró un comportamiento positivo y 15 de las 24
ramas de actividad crecieron positivamente.

2017: El sector agropecuario fue el que más creció, con un alza del 4,9%, Le siguió el
de establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las
empresas que vio su PIB elevarse en 3,8%. El dato confirma la desaceleración de la
economía colombiana pues en 2015 el PIB creció en 3,1%, y 2% en 2016

2018: De acuerdo con la entidad, las tres actividades líderes que contribuyeron al
resultado anual fueron administración pública y defensa, educación y salud (4,1%);
comercio al por mayor y al por menor, transporte, alojamiento y servicios de comida
(3,1%), y actividades profesionales, científicas y técnicas (5%), que en conjunto
contribuyeron en 1,6 puntos porcentuales al PIB de 2018.

“A través de las actividades económicas logramos una recuperación muy importante


de algunos sectores”, destacó Oviedo, quien resaltó que la economía colombiana logró
“sacar de la crisis” a las industrias manufactureras, que cerraron 2018 con un
crecimiento de 2%, luego de que en 2017 reportaran un resultado negativo de -1,8%.

Otra actividad que destacó el director del Dane fue la construcción, que logró pasar a
terreno positivo con un crecimiento real de 0,3%, luego de que en 2017 reportaran una
caída de -2%.

INFLACIÓN

2014: La caída en el precio del petróleo ha ocurrido en un contexto de crecimiento


mundial débil y desigual. Mientras la recuperación económica de los Estados Unidos
continúa y se consolida, la expansión de la zona del euro y Japón sigue débil. Los
países emergentes crecen a un menor ritmo o lo hacen a tasas históricamente bajas.
Con ello, es factible que en 2015 el crecimiento promedio de nuestros socios
comerciales sea un poco mayor que el de 2014, pero menor que lo estimado en meses
anteriores.
2015: Las últimas cifras disponibles sugieren que en el cuarto trimestre de 2015 el
crecimiento del producto habría sido similar al registrado en el tercero. La demanda
interna se habría desacelerado, en especial por un estancamiento proyectado en la
inversión y un menor consumo de bienes durables. Las exportaciones netas habrían
tenido un aporte positivo al crecimiento. Para todo 2015 se proyecta un crecimiento de
3% como cifra más probable, contenida en un rango entre 2,8% y 3,2%

2016: Las nuevas cifras para el cuarto trimestre de 2016 indican que el crecimiento
económico habría sido bajo, aunque algo mayor que el registrado en el tercero. Con
esto, el equipo técnico redujo la estimación de crecimiento más probable del producto
para todo 2016, desde 2% hasta 1,8%, con un rango que oscila entre 1,6% y 2%. En
parte como resultado de la desaceleración, se estima que el déficit en la cuenta
corriente habría sido algo menor que el proyectado un trimestre atrás, y se habría
situado entre 4,3% y 4,7% del PIB, con 4,5% como cifra más probable.

2017: En 2017, inflación en Colombia se ubicó en 4,09%, por debajo del 5,75%
registrado en 2016, pero por encima del rango meta del Banco de la República. 
En 2017 el grupo Alimentos presentó la menor variación anual en los precios con
1,92%, seguido por Vestuario con 1,98% y Vivienda con 4,49%

2018: Barranquilla y Medellín fueron las ciudades que registraron la mayor inflación


del país, con 3,69%, mientras que Valledupar tuvo la menor inflación con un 2,37 %.
La cifra es levemente menor a lo que había proyectado el Banco de la República,
cuyas estimaciones se situaban en 3,2 %. los mayores aportes a la variación anual se
registraron en los grupos de vivienda y alimentos, que en conjunto contribuyeron con
1,98 puntos porcentuales al acumulado anual de dicha variación.

GASTO PUBLICO

El gasto público en Colombia en 2018, creció 1.114 millones, un 1,44%, hasta un total


de 78.723,1 millones de euros. Esta cifra supone que el gasto público en 2018 alcanzó
el 28,1% del PIB, una caída de solo 0,01 puntos respecto a 2017, cuando el gasto fue
el 28,11% del PIB.

La posición de Colombia frente al resto del mundo en 2018, en cuanto a gasto se


refiere, ha empeorado y su situación en la tabla ha pasado del puesto 36 al 38. No
obstante es más importante su posición en el ranking de gasto respecto al PIB y en
este caso ha mejorado. Colombia continua entre los países con un gasto público bajo,
en el puesto 111 de 189 países del ranking de Gasto público respecto al PIB,
ordenado de menos a más gasto.

En 2018 el gasto público per cápita en Colombia, fue de 1.580 euros por habitante. En
2017 fue de 1.574 euros, luego se ha producido un incremento del gasto público por
habitante de 6 euros. Si miramos diez años atrás vemos que entonces el gasto público
por persona era de 996 euros. En la actualidad según su gasto público per cápita,
Colombia se encuentra en el puesto 94 de los 189 publicados.

Además de saber cuánto gasta un país, es importante saber en qué lo gasta. En el


caso de Colombia, según los últimos datos publicados hasta el 2018, dedicó
a educación un 15,32% de su gasto público, a sanidad un 13,37% y a defensa un
11,63%.

TIPO DE CAMBIO

Debido a que el país importa más de lo que exporta, es más vulnerable a choques
externos. Por esto entre 2014 y 2019 el dólar ha pasado de $2.000 a $3.500, y
seguiría subiendo.

La tasa de cambio colombiana ha roto seis máximos históricos en los últimos dos
meses, pero el de este pasado miércoles fue especial: durante algunos minutos el
dólar superó la barrera de los $3.500 (cerrando en $3.495). Se trata de un hito que
confirma que Colombia está viviendo otro gran período de devaluación, que podría ser
tan severo como el que se vivió entre 2014 y 2016, cuando la divisa pasó de los
$2.000 y superar los $3.000, llegando incluso a los $3.440 (registrado el 11 de febrero
de 2016, el récord anterior a los máximos de los últimos meses).

La primera gran devaluación se puede resumir, en una palabra: petróleo. La caída de


más del 50 % que sufrieron las cotizaciones internacionales del crudo entre 2014 y
2016 provocaron una reducción equivalente de las exportaciones colombianas, pues
más del 50 % de las ventas externas del país son combustibles. Un fenómeno que
redujo la cantidad de dólares que entran a la economía colombiana por cuenta del
comercio internacional, apreciando el dólar frente al peso colombiano.

La segunda devaluación que se empezó a sentir con fuerza desde la primera semana
de agosto de 2019 se puede resumir en dos palabras: incertidumbre internacional. La
guerra comercial que libran Estados Unidos y China, los inesperados resultados de las
elecciones primarias en Argentina, el riesgo de un brexit sin acuerdo y la inestabilidad
política en Perú son algunos de los casos que mantienen tensa la economía mundial.

La incertidumbre internacional es un problema para Colombia, pues provoca que los


inversionistas migren hacia activos más seguros, como el dólar o el oro, y se salgan de
los riesgosos como los activos de las economías emergentes como la colombiana. Por
esta razón, cada vez que ha habido un incidente internacional, como un nuevo
encontrón entre China y Estados Unidos, la tasa de cambio colombiana ha subido. Ha
roto recientemente seis máximos históricos, porque en los últimos meses han
abundado las noticias internacionales de alta tensión.

No es la primera vez que un país vive dos grandes períodos de devaluación en menos
de cinco años, pero tampoco es normal. De hecho, es motivo de atención o incluso de
intervención. Existen una serie de factores internos que provocan que la economía
colombiana sea más vulnerable a choques internacionales, y que por ende su tasa de
cambio sea tan volátil.

El profesor de economía de la Escuela de Ingenieros y columnista de El


Espectador Eduardo Sarmiento; explica que “las fuertes alzas en el dólar en
Colombia se deben al gran déficit de cuenta corriente, que es uno de los más altos de
América Latina. Es un fenómeno que se da cuando se importa más de lo que se
exporta. Por un tiempo se logró contener por la entrada de capitales (inversión) al país,
pero debido a las malas perspectivas mundiales y por el deterioro de la economía
colombiana, el flujo (de capitales) se ha detenido. Por eso el peso se devalúa más que
las otras monedas de la región. La muestra del fracaso de la apertura económica”.
Sarmiento agrega que “reducir el déficit de cuenta corriente requiere un cambio
estructural de la economía colombiana. No se puede lograr con una simple alza de
tasas por parte del Banco de la República para atraer inversión extranjera. Necesita
realizar cambios profundos en el modelo cambiario y comercial del país. Pero por lo
pronto se deben esperar más alzas en la tasa de cambio, pues los problemas que
provocaron las anteriores devaluaciones permanecen”.

En efecto, el déficit de cuenta corriente es un problema creciente para la economía


colombiana: mientras que en 2018 llegó al 3,8 % del PIB, el más reciente reporte del
Banco de la República indica que en el primer semestre de 2019 el indicador se sitúa
en 4,37 % del PIB. La principal causa de este fenómeno es el mal desempeño de las
exportaciones colombianas que cayeron 11,6 % en agosto, y completan una reducción
del 3,8 % en lo corrido del año. Es un fenómeno que inquieta porque el dólar caro y el
competitivo precio del petróleo (de US$60) deberían crear buenas condiciones para
las ventas externas.

Por su parte, las importaciones colombianas registraron un crecimiento del 5 % en julio


de 2019 (el dato más reciente), un alza notable considerando que en el séptimo mes
del año ya se empezaba a sentir los efectos de la más reciente devaluación del peso
(con un dólar cerca de los $3.200). En lo corrido del año las compras externas
acumulan un crecimiento del 5,8 %. Lo que indica que el déficit de cuenta corriente
está creciendo por ambas vías: reducción de exportaciones y aumento de las
importaciones.

Según lo que se ha visto en el último par de meses, el dólar parece sentirse cómodo
por encima de los $3.400, un nivel que hay que analizar, pues el gobierno hizo sus
cuentas fiscales esperando que la tasa de cambio promediara los $3.171 en 2019.
Pero en lo corrido del año, debido a las fuertes alzas de los últimos meses, el
promedio de la divisa es de $3.241. Dado que los analistas indican que podría haber
más presiones alcistas en el dólar, ese promedio podría seguir subiendo.

El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ha mencionado que el efecto de $100


adicionales en la tasa de cambio encarecería los pagos de deuda en $1 billón. Pero
también indicó que la mayor cotización del dólar aumentaría los impuestos asociados
con las importaciones en $720.000 millones, en el sector petrolero el efecto sería de
$319.000 millones y en el caso de Ecopetrol, el Gobierno tendría $300.000 millones
adicionales.

Respecto a la reciente devaluación, se debe seguir atento a las noticias


internacionales. Sobre todo, a las referentes a la guerra comercial, pues es la más
grande fuente de incertidumbre internacional, y este mes China y Estados Unidos
vuelven a negociar. De hecho, octubre estuvo cargado de hechos de alta importancia:
las elecciones presidenciales en Argentina, la reunión de la FED y el desenlace del
brexit. Entonces, por esta presión, no hay que descartar más alzas en la tasa de
cambio, incluso por encima de los $3.500.

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