Las Necesidades Básicas de La Infancia PDF
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Greenspan
Las necesidades
básicas de la infancia
Lo que cada niño o niña precisa
para vivir, crecer y aprender
Biblioteca de Infantil 11
Título original: The Irreducible Needs of Children. What Every Child Must Have to Grow, Learn and
Flourish
Copyright © 2000 by T. Berry Brazelton, M.D., and Stanley I. Greenspan, M.D.
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Dedicado a Christina Lowell Brazelton
y Nancy Thorndike Greenspan
En otra sala del mismo centro, una mujer intercambiaba animadamente palabras, sonrisas,
ruidos, risas y gestos con cinco pequeños mientras éstos jugaban con juguetes y reían entre
ellos. Los pequeños gateaban, señalaban con el dedo y se comunicaban entre balbuceos unos
con otros y con la cuidadora, que con sutiles movimientos de la mano, la cara y la voz, mantenía
a los cinco ocupados a la vez. «¿Quién es?» preguntó Greenspan. «Es la subdirectora;
sustituye a una de las empleadas, que está enferma» respondió la directora. «¿Y no es posible
conseguir que el personal que cuida de los pequeños muestre el mismo grado de afecto y
habilidad que ella?», preguntó Greenspan. «Algunas veces tenemos personal de sus
características, pero no es lo normal. Las que son tan buenas enseguida ascienden a otros
puestos. No podemos permitirnos pagar a alguien tan formado para estar con los pequeños»,
respondió la directora.
Días después, en el segundo centro, varias cuidadoras con idéntica actitud de pasividad se
sentaban en sus sillas correspondientes. Una de ellas le decía a una anciana: «Siéntate y deja
de farfullar o te quedarás sin helado». En otra sala se sentaban en silencio seis ancianos con la
mirada perdida en el espacio y dos cuidadoras ocupaban su mesa con aspecto aburrido e
indiferente. Una anciana pedía inútilmente que le rascaran la espalda y después confesó:
«Necesito un poco de contacto humano». A otra se le iluminó el rostro cuando una de las
cuidadoras se dirigió a ella; el agradecimiento mostrado por aquella breve conversación fue
excesivo.
Este segundo ejemplo procede de una de las instituciones geriátricas más
prestigiosas de la ciudad, donde la alimentación, la higiene y la asistencia
médica son excelentes. Así es el «amor institucional». Se proporciona en ambos
extremos de la duración de la vida, tanto a pobres como a ricos, a aquellas
personas que debido a su edad o incapacidad para valerse por si mismas
necesitan el cuidado de los demás. Todos sabemos cómo es ese tipo de
atención, lo que no queremos es admitir que ése es el tipo de atención que
dispensamos a nuestros seres queridos.
Se podría argumentar que aumentando la inversión económica mejoraría la
calidad de los servicios. Por ejemplo, las empresas que cuentan con escuelas
infantiles para los hijos de sus empleados han conseguido dar una sensación de
familia extensa gracias a la implicación de los padres. Las escuelas infantiles
constituidas en régimen de «cooperativa» se benefician de la participación de
los padres. En un geriátrico, un buen profesional es capaz de dejar su toque
personal. Pero éstas son las excepciones. Lo irónico es que si la sociedad en
conjunto se mantiene inalterable, dentro de 80 años los bebés de hoy volverán a
estos entornos impersonales y sentirán una extraña familiaridad.
Greenspan plantea si es posible que estemos moldeando la naturaleza
humana según una nueva concepción materialista y concreta que se refleja en
la impersonalidad de nuestras pautas de atención e interacción con la infancia,
una concepción según la cual nos interesa más el cerebro que la mente y la
biología, y la genética más que la experiencia9. Sus manifestaciones son
evidentes en los tratamientos de salud mental: se medica a niños con tres y
cuatro pastillas distintas para que superen los problemas derivados del estrés y
de los ambientes familiares complejos. Un estudio reciente publicado en The
Journal of American Medical Association10 reveló el alarmante número de
preescolares que tomaban medicación no apta para menores; tres cuartos del
total no acudían a terapia familiar para aprender conductas de adaptación que
les sirvieran ante nuevas situaciones. Cada vez es mayor el número de niños y
niñas que no reciben la ayuda que necesita para enfrentarse al estrés diario de
su vida. Se ha explorado poco el ámbito de los sentimientos y no se ha intentado
lo suficiente trabajar con las familias para modificar las conductas inadaptadas.
Cuando los niños viven relaciones y circunstancias familiares estresantes,
prácticamente fracasan todos los intentos de solucionarlo con medicación y
tratamiento farmacológico, porque el estrés no desaparece. Es posible que se
obtengan resultados temporales, pero no funciona a largo plazo, ya que sólo
provoca el aumento de fármacos y de dosis con respecto al tratamiento inicial.
Greenspan vio recientemente a una niña que tomaba cuatro tipos diferentes de pastillas, la
tercera le había producido un estado de agitación tan extremo, que tuvo que ser hospitalizada.
Se dijo que la hospitalización fue debida a dicho estado de agitación y agresividad. Los síntomas
comenzaron con una leve ansiedad y falta de atención; fue hospitalizada en dos ocasiones por
agresividad y ansiedad. Tras realizar una evaluación completa y comprobar que la conducta
había empeorado con cada nuevo tratamiento, se comenzó a disminuir la medicación, hasta
suprimirla, al tiempo que la niña asistía a sesiones de psicoterapia con su familia. Era inteligente
y expresiva, capaz de participar y sacar ventaja de la combinación de terapia familiar e
individual; ocho meses más tarde se adaptaba perfectamente en la escuela y era capaz de
verbalizar sus sentimientos. La familia, a su vez, aprendía conductas constructivas y de apoyo, y
eliminaba las que causaban ansiedad y debilitaban la relación. Hoy sigue siendo una niña
sociable y adaptada que no necesita medicación, pero hay otros que deben tomarla, combinada
con un trabajo psicoterapéutico con un profesional.
El caso de esta niña no es un caso aislado. Cada vez son más los niños
tratados con medicación o que acuden a psicoterapia breve, y esto es debido al
cambio que los profesionales están experimentando en su concepción de la
naturaleza humana y sus mecanismos. Las presiones que ejercen las
compañías de seguros y las HMO (Health Maintenance Organizations) para que
las intervenciones sanitarias sean breves y eficaces contribuyen a alimentar
esta tendencia.
El modo en que vemos a nuestros niños, a nuestras familias y a nosotros
mismos depende de la concepción que el sistema de salud mental tenga de la
naturaleza humana. Entre 1950 y 1990, la orientación del sistema de diagnóstico
fue cambiando progresivamente hacia la investigación y entre ambas décadas
tuvieron lugar transformaciones fundamentales. El propósito de las
investigaciones consistía en describir las anomalías mentales que se verificaban
en menos tiempo. Lo que se perdió fue la sabiduría acumulada durante los 75
años anteriores acerca del funcionamiento interno de la mente. Todavía existen
psicoterapeutas que trabajan con variables como el papel de las defensas, los
mecanismos de adaptación, la ansiedad y los conflictos, pero al haber sido
eliminados del sistema de diagnóstico, hemos alterado el modo en que
pensamos sobre lo que somos. Hemos llegado a comparar la conducta humana
con una serie de conductas y síntomas organizados en función de distintos
parámetros genéticos y bioquímicos, pero no sólo tenemos que profundizar y
comprender la conducta humana en el nivel biológico, también nos corresponde
profundizar en el nivel social, cultural y psicológico. Son muchos los
profesionales que trabajan en el campo de la salud mental para restablecer una
perspectiva más equilibrada.
Una justificación de esta definición biológica tan limitada del funcionamiento
humano es la interpretación equivocada del papel que los genes desempeñan
en la conducta. Aunque la biología única de un niño (naturaleza) desencadene
una interacción con sus padres en un sentido determinado, es posible mejorar
significativamente la situación si se modifica el ambiente del niño para ajustarlo
al estilo parental. Al fin y al cabo, un gen no es capaz de expresarse ni de
ejercer influencia si no le acompaña el entorno, su pareja inseparable. Además,
las últimas investigaciones sobre el funcionamiento genético demuestran que su
expresión o influencia depende de su interacción con ámbitos diferentes, como
son el celular, el corporal, el social y el geográfico. Y estas interacciones
determinan, en parte, nuestro funcionamiento. Naturaleza y educación, por
consiguiente, se combinan sin fisuras para interpretar a dúo el desarrollo infantil.
La importancia de las primeras experiencias de la vida ha quedado
ampliamente demostrada pero todavía hay quien mantiene que la experiencia
posterior es igualmente importante. Sin embargo, los partidarios de esta teoría
no están distinguiendo esas experiencias tempranas esenciales gracias a las
que se aprende a relacionar e interpretar las claves sociales (se necesitan años
de terapia posterior para recomponerlas, aunque sea con resultados parciales) y
se aprende a pensar a partir de las actitudes, valores y conocimientos
académicos que se adquieren a lo largo de toda una vida. Las explicaciones
simples y unidimensionales como «todo está en los genes», «la mala semilla» o
«la biología marca el destino» son tentadoras por su atractiva sencillez, pero con
frecuencia conducen a plantear malas soluciones y a empeorar las ya de por sí
desafiantes condiciones de la crianza y la educación infantil. Otro ejemplo de
este pensamiento miope lo encontramos en la idea, sostenida hasta hace poco
tiempo, de que los compañeros tenían más influencia en la personalidad que los
propios padres. Las relaciones con los compañeros son importantes, ahora bien,
se construyen sobre las relaciones que el pequeño ha establecido previamente
con sus padres. Los niños que no se benefician de una rica interacción con sus
padres suelen tener problemas para establecer relaciones posteriormente y no
digamos para negociar los inevitables altibajos de las relaciones entre
compañeros.
Las explicaciones psicológicas o biológicas demasiado simplificadas
convencen al público y a los profesionales de que la conducta puede controlarse
reajustando el sistema de premios y castigos. Esto, a su vez, refuerza la
disciplina en lugar del cariño y el amor, pero es tan necesario establecer límites
como demostrar amor y afecto considerado. Como veremos en el capítulo 5, el
amor y la compasión ayudan a los pequeños a querer emular y agradar a las
figuras de autoridad que quieren y admiran, y el establecimiento de límites y
estructuras les ayuda a resistir cuando las tentaciones son más fuertes. Siempre
se debe tender hacia la búsqueda del equilibrio, pero padres y profesionales
están abrazando una vuelta a la disciplina que ignora y pasa por alto todo lo que
sabemos actualmente sobre la infancia. Algunos proponen medidas
disciplinarias extremas incluso para bebés y niños de un año. El mantenimiento
de enfoques simplistas de premios y castigos para acercarnos a los complejos
sentimientos de los niños sólo nos lleva a retroceder a épocas del pasado en las
que «domábamos el demonio que los niños llevaban dentro». Por lo general, los
enfoques tan represivos devuelven una de estas dos pautas: negativismo y
rebelión, o miedo, ansiedad y pasividad. Pero a las familias, que a menudo se
sienten inútiles y desbordadas, les atraen las soluciones duras, punitivas y
simplistas, especialmente a las familias que, en un nivel muy profundo, se
consideran culpables de no haber cuidado y atendido a sus hijos lo suficiente.
¿A qué se debe este desplazamiento hacia formas más impersonales de
interacción, tanto con los adultos como con los niños? Después de los logros
alcanzados en las políticas de atención infantil durante la primera mitad de siglo,
¿por qué nos movemos en dirección contraria y avanzamos hacia un estilo
impersonal que acabará por destruir la capacidad de las generaciones futuras
para criar y educar a sus descendientes? Encontramos un indicio de razón para
este giro tan preocupante en dos aspectos de la evolución humana. A menudo,
asociamos la evolución humana con la supervivencia del más apto, las especies
compiten entre sí por la supervivencia, sin embargo, existe otro aspecto que no
suele asociarse con la evolución per se, pero que constituye un componente
importante en nuestro desarrollo como seres humanos complejos; se trata de la
capacidad para formar familias y cooperar en organizaciones sociales extensas.
Consideremos el nivel de organización social requerido para mantener una
economía, un gobierno y un ejército avanzados, y sobrevivir en el mundo
moderno. Los seres humanos tienen que ser capaces de cooperar, mostrar
empatía y consideración hacia sus iguales en todos los aspectos de la vida.
Para que la familia, la comunidad y la sociedad funcionen, se necesita
cooperación y organización, y esto, por su parte, exige empatía y compasión
para comprender y afrontar sentimientos de forma madura y constructiva. Las
nuevas generaciones sólo podrán llevar a cabo esta labor si se crían en el seno
de familias que les proporcionen afecto y empatía. Para que las sociedades
avanzadas puedan competir económica y militarmente mediante estructuras de
gobierno estables, es preciso que sus hijos reciban los cuidados y atenciones
que les permitan convertirse en adultos responsables. Tras la ventaja
competitiva de la evolución se esconden, básicamente, los cuidados afectivos.
El largo periodo de dependencia que experimenta todo ser humano durante su
infancia ofrece la oportunidad de desarrollar, mediante los cuidados y el afecto,
capacidades psicológicas de base emocional. También sucede entre otros
mamíferos, pero no es frecuente en el reino animal, donde las crías se
defienden solas tras un breve periodo al cargo de la madre.
El cuidado afectivo y el dominio competitivo constituyen las dos caras de la
misma moneda; nos resulta más cómodo concentrarnos en la cara de la
competitividad por la supervivencia y nos incomoda mirar la cara que nos
muestra la importancia de los cuidados afectivos. El término afectividad se
asocia con vulnerabilidad e incapacidad. La vulnerabilidad, la incapacidad y la
necesidad de atención y afecto parecen ser la antítesis de la asertiva
autosuficiencia tan arraigada en la ética competitiva. ¿Quizá nuestra necesidad
de negar nuestra propia vulnerabilidad se traduce en la negación de la
vulnerabilidad de nuestros hijos?
La pregunta ineludible es por qué ahora, por qué ahora es más aparente y
negativo el conflicto en nuestras políticas de atención a la infancia. Tal vez el
progreso económico alcanzado que permite que la mayoría de nosotros
tengamos cubiertas las necesidades básicas ha contribuido a que abandonemos
nuestras necesidades de afecto. En épocas pasadas, la labor de la crianza y la
aceptación de la vulnerabilidad se incluían en la figura materna, se esperaba de
las mujeres que se quedaran en casa el cuidado de los hijos y que fueran felices
cuidando de los demás. Los padres y los maridos llevaban las riendas de la cara
competitiva de la vida. A medida que la educación y el progreso económico han
permitido mayor igualdad y la superación de normas concretas, nos
encontramos en un periodo de transición en el que hemos de buscar un nuevo
equilibrio. Ahora que sabemos la gran importancia y los beneficios a largo plazo
de la implicación familiar en la vida de los pequeños, no podemos seguir
esperando que la madre represente la parte afectiva y el padre el dominio
competitivo.
A lo largo de la historia hemos sido capaces de mantenernos en equilibrio
entre ambas tendencias evolutivas mediante rituales y reglas concretas, pero
nunca hemos reflexionado. En cierto sentido, es posible que no hayamos sabido
integrar ambas tendencias en la naturaleza humana, pero tal vez ahora sea
inevitable y, además, imperativo. La solución obvia es que hombres y mujeres
compartan ambos aspectos, el afecto y la competitividad, y para esto es preciso
que las parejas, mediante una decisión consciente y meditada, reconozcan las
necesidades que tienen los niños. Entretanto, debemos revisar, a la luz de todo
lo que sabemos sobre las necesidades de la infancia, el modelo que existe
desde hace 30 años, y por el que ambas figuras se ocupan del dominio
competitivo de la vida y delegan el cuidado de sus hijos en otras personas.
Durante este periodo de transición, cuando la reflexión consciente y la toma
de decisiones reemplacen a las reglas y rituales, necesitamos una idea precisa
sobre las necesidades básicas de la infancia en torno a la que las familias
puedan organizarse. Si no somos capaces de satisfacer las necesidades
infantiles, estaremos comprometiendo la capacidad de las generaciones futuras
para mantener unidades familiares y ofrecer estabilidad económica y política.
Éste ha sido el propósito que nos ha llevado a identificar las siete
necesidades fundamentales de los pequeños y de sus familias, y que
proporcionan la base sobre la que se construirán las habilidades intelectuales,
sociales y emocionales de más alto nivel.
En los capítulos siguientes, examinaremos cada una de ellas y su
repercusión en la vida familiar, la atención a la infancia, la educación, la
seguridad social, la justicia, los programas de asistencia física y mental.
Formularemos algunas recomendaciones sobre los cambios que deben
introducirse en nuestras políticas en función de estas necesidades.
Esperamos cuestionar el statu quo y que estas recomendaciones ayuden a
mejorar las políticas del siglo xxi.
Notas
1 AA.VV. (1991): Beyond Rhetoric: The New American Agenda for Children and
Families. Informe de la National Commission for Children, Department of
Documents, Washington, DC 20402.
2 AA.VV. (1998): «Children´s Defense Fund». Child Care Challenge. Washington
DC.
3 HELBURN, S.W. y otros (1995): Cost, Quality and Child Outcomes in Child
Care Centers. Informe público. Denver. Departartment of Economics, Center
for Research in Economic and Social Policy. University of Colorado-Denver.
4 GALINSKY, E.; HOWES, C.; KONTOS, S.; SHINN, M. (1994): The Study of
Children In Family Child Care and Relative Care: Highlights of Findings.
Boston, MA: Families and Work Institute.
5 YOUNG, K.T.; MASRLAND, K.W.; ZIGLER, E. (1997): «The Regulatory Status
of Center-Based Infant and Toddler Child Care». The American Journal for
Orthopsychiatry, 67(4), pp. 535-544.
6 FULLER, B.; KAGAN, S.L. (2000): «Remember the Children: Mothers Balance
Work and Child Care Under Welfare Reform». Growing Up in Poverty Project
2000. Informe 1. California. University of California, Berkeley.
7 NATIONAL INSTITUTE OF CHILD HEALTH AND HUMAN DEVELOPMENT,
NICHD (1998): Study of Early Child Care, Executive Summary, NIH. Pub, n.º
98-4318. Washington DC. National Institute of Health.
8 FUNDACIÓN KAISER (2000): Kids and the Media in the New Millennium.
Publicación n.º 1536. California. Menlo Park.
9 GREENSPAN, S.I. (1997): The Growth of the Mind. Cambridge, MA. Perseus
Books. (Trad. cast.: El Crecimiento de la mente y los ambiguos orígenes de
la inteligencia. Barcelona. Paidós, 1998.)
10 ZITO, J.M.; SAFER, D.; dosREIS, S.; GARDNER, J.F.; BOLES, M.; LYNCH,
F. (2000): «Trends In The Prescribing Of Psychotropic Medications To
Preschoolers». Journal of the American Medical Association, 283 (8), pp.
1025-1030.
1
La necesidad de relaciones afectivas
estables
Debate
Relaciones tempranas
Interacciones emocionales
Divorcio y custodia
Centros infantiles
Sig: Si las parejas son capaces de prestar los cuidados adecuados a sus
hijos, es mejor que hasta los dos años de edad no se los deje en centros a
tiempo completo, esto es, entre 30 y 40 horas a la semana. En las
investigaciones y en mis observaciones clínicas, he comprobado que la mayor
parte de los centros –y, con frecuencia, la relación entre el bebé y la cuidadora–
es peor de lo deseable. Además, el ratio de cuatro bebés por adulto, o de seis
cuando tienen una año, unido a los constantes cambios de personal, los bajos
salarios, la preparación insuficiente y el cambio de cuidador cada año dificultan
el desarrollo de relaciones afectivas estables y de calidad durante esos primeros
años. La pregunta es, ¿son capaces las parejas de ocuparse de la crianza de
sus hijos como antes sin depender de servicios externos?
Tbb: Yo también soy partidario de que hasta los dos años no acudan a
ningún centro, pero en la actualidad son multitud las parejas que no pueden
hacerse cargo de sus hijos a tiempo completo.
Sig: ¿Es una de las razones por las que las parejas no pueden hacer una
diferencia en el modo en que hoy se cría a los hijos?
Tbb: Las expectativas están cambiando en una sociedad cuya tasa de
divorcio ha subido hasta el 50%. Las expectativas ante el matrimonio han
variado y creo que lo mismo sucede en la forma en que las madres asumen el
papel de ama de casa. En la generación anterior, se esperaba que la mayoría de
las madres se quedara en casa, era más sencillo para ellas asumir el papel. Hoy,
esa expectativa ha cambiado totalmente y es difícil volver atrás.
Sig: Desde la perspectiva infantil, sin embargo, observemos su primer año de
vida si asiste a un centro durante 40 horas o más a la semana. ¿Cómo
desarrolla el bebé las relaciones en esta situación?
Tbb: Los bebés son capaces de establecer varias relaciones de apego
significativas aunque espero que las primarias correspondan a la madre y al
padre, y las secundarias, al resto de personas.
En una ocasión, visité un centro en el que todas las madres se encontraban
presentes; pasado un rato, se quedó una madre sola y todos los bebés
gravitaban a su alrededor; me dirigí a las personas que trabajaban en el centro y
les dije: «Realmente parece que os ignoran», a lo que respondieron «Cuando
hay una madre presente, nosotras no existimos». Los niños diferenciaban entre
las personas y las madres, aunque no fuera la suya, bastaba con que fuera una
madre.
Sig: En los centros infantiles que visito, veo a cantidad de pequeños
emocionalmente hambrientos, que se acercan a cualquier adulto y se quedan
junto a él. Ese acercamiento a las madres es simplemente un acercamiento a
cualquiera que les preste atención, bastante indiscriminado. Lo podemos
observar también en los orfanatos, donde existen tantas carencias emocionales.
Un minuto aquí y allá de interacción recíproca durante la comida y el cambio de
pañales no es suficiente para cubrir la necesidad de seguridad y la sensación de
que alguien les cuida.
Si vamos a dar a las parejas opciones flexibles, hay que mejorar los centros
infantiles y reducir el número de horas que los pequeños pasan allí durante la
semana.
Tbb: Repito que la decisión debe ser única para cada situación, se deben
sopesar los aspectos a favor y en contra, no se puede ir diciendo a la gente lo
que debe hacer. Hay personas que son mejores padres y madres si tienen una
salida, una vía de escape, pero es necesario que el bebé disponga de una
segunda persona de apego óptima.
Sig: Cuando hablo con estudiantes de la universidad, les suelo preguntar
sobre sus expectativas respecto a los hijos. Cuando piensan en su carrera y en
el matrimonio, ¿tienen en cuenta la crianza de los hijos además de las
demandas profesionales? ¿Su pareja es neurocirujano o van a ser ambos
neurocirujanos? ¿Han decidido tener varios hijos? Dos neurocirujanos en una
familia con hijos es más difícil y exigente de lo que piensan. Por otra parte, si
dos personas se casan y ambas quieren un desarrollo profesional, uno como
escritor y otro como psicólogo, pueden tener más control del tiempo, ya que
cada uno podría trabajar dos tercios o uno de ellos media jornada y utilizar los
centros infantiles las horas restantes. Pero muchas de estas parejas, padres
potenciales, no lo han considerado, desean tener descendencia, desarrollarse
profesionalmente y no ven ningún problema. Lo que se les hace creer hoy día es
que los centros infantiles durante los primeros años ofrecen cuidados tan
buenos o incluso mejores de los que ellos prestarían: «Tendré un bebé, tomaré
dos meses de permiso, llevaré al bebé a un centro y seré abogado y mi mujer
abogada; trabajaremos hasta las ocho de la tarde, recogeremos al pequeño,
iremos a casa y jugaremos una hora». En este tipo de familias, los niños no
reciben los cuidados básicos que requiere el afecto.
Tbb: Cuando me encuentro con una de esas familias, percibo mucho
sufrimiento porque se ignoran los intereses del niño hasta tal punto que por
fuerza surge el mecanismo de negación, ciertos temas son tan dolorosos que los
padres se ven obligados a protegerse con mecanismos de defensa.
Sig: Pero ¿apoyamos el uso de estos mecanismos o les ayudamos a superar
la situación? Cuando las parejas deciden con antelación, algunas planifican con
flexibilidad su tiempo para dedicarse a la familia, a veces es el padre y a veces
la madre quien se queda en casa. Las parejas que son ambivalentes y tienden a
utilizar la negación suelen buscar dónde informarse, pero reciben una
información equivocada, se les dice que no hay diferencia. Si los futuros
progenitores estuvieran mejor informados sobre la necesidad de las relaciones
afectivas estables, tal vez fueran más realistas a la hora de planificar su futuro,
se darían cuenta de las dificultades para cultivar esta relación cuando ambos
trabajan y dejan a sus hijos en un centro infantil a tiempo completo. Si
conocieran las diferencias, elegirían otras alternativas, por ejemplo, si pueden
permitirse económicamente tener a alguien en casa que congenia con el bebé y
mantienen a esa persona durante años, aumentan las posibilidades de éxito. En
los centros infantiles, los cuidadores cambian cada año, la movilidad laboral es
tan elevada que se puede llegar hasta dos cambios por año. Para cuando el
pequeño cumple un año, ha conocido a tres cuidadores diferentes. La
precariedad laboral y la falta de formación contribuyen a esta situación. El
personal de un centro infantil no es la figura metapelet de un kibbutz de Israel,
una persona estable en la vida de un niño hasta que cumple cuatro o cinco
años. Esta persona no tiene que ser necesariamente la madre, puede ser el
abuelo o la abuela, pero los pequeños necesitan una persona que permanezca
en su vida durante mucho tiempo.
Tbb: Para mejorar los centros infantiles, tres bebés por adulto es el máximo
aconsejable hasta el primer año, pero lo normal son cuatro por persona.
Pensemos en una madre de trillizos y en las dificultades que le presenta criar a
tres hijos.
Sig: ¿Recomendamos que el bebé se mantenga con la misma persona
durante los tres o cuatro primeros años? Por ejemplo, un grupo de personas
permanecería con el grupo de bebés hasta que llegan a la etapa del gateo.
Tbb: Estaría bien siempre y cuando le gustaran los tres bebés, pero fallaría
si no le gusta uno de ellos; en ese caso ¿se le cambiaría de grupo? Podrían
evaluarse la compatibilidad entre cuidadora y bebé, igual que entre padres y
bebé. Cuando cumplen uno, dos o tres años y teniendo en cuenta que un adulto
sólo se encarga de cuatro pequeños, un cuarto niño se añadiría al grupo de
tres. Este cuarto niño no disfrutaría del contacto con la misma persona.
Sig: El cuarto niño podría ser uno que llegara nuevo al centro. Para ponerlo
en práctica es preciso ampliar la matrícula a niños de dos y tres años porque la
mayoría de pequeños comienza a asistir a un centro a los tres años, en mayor
medida que durante los dos primeros años. Por consiguiente, es preciso
incentivar al personal de estos centros a fin de mantener la estabilidad con
mejor formación y salarios.
Tbb: Es preciso aumentar los salarios y mejorar la posición, pues hoy en día
se les considera «niñeras» con cierto desprecio.
Sig: Es algo que tenemos que corregir. Tenemos que dar a conocer los
elementos que conforman los cuidados que precisan los niños: la creación de un
diálogo continuo en el que se reflejen y se acepten emociones diferentes.
A veces se encuentran personas cálidas, afectivas y emocionalmente
receptivas, aun sin haber tenido ocasión de formarse y, a veces, se encuentra a
gente joven que quiere adquirir experiencia con niños y que son de naturaleza
sensible y flexible.
Tbb: El personal laboral de los centros infantiles necesita recargarse de
energía constantemente porque ocuparse de los hijos ajenos es un trabajo muy
exigente. Los padres podrían ser estas personas capaces de recargar de
energía a los profesionales, y juntos podrían formar un equipo que comparte el
desarrollo óptimo del niño.
Sig: Este punto debe abordarse desde la perspectiva de la prevención
porque pertenece al ámbito de la salud pública.
Tbb: Cuando se debatía en el Congreso el destino de una partida de 22.000
millones de dólares a la mejora de los servicios de atención infantil, tuve la
oportunidad de desplazarme a Washington para explicar que si se limitaban a
repartir esa cantidad entre los Estados, el dinero se absorbería sin cumplir el
objetivo. Sería mejor conceder el dinero en función de opciones basadas en la
calidad (que sabemos cómo conseguir), una vez que cada Estado hubiera
elegido su opción. A la hora de definir qué opciones arrojan mejores resultados,
dijeron: «Ah, tenemos que investigar». Les expliqué que existían investigaciones
abundantes y que lo que único que hacía falta era la voluntad para llevarlas a la
práctica; entonces preguntaron si les podía indicar qué programas eran más
eficaces, a lo que respondí que solo no, pero que podía convocar a un grupo de
colegas que garantizara su calidad. Si no andamos con cuidado, los gobiernos
estatales consumen en las altas esferas todo el dinero que se les ofrezca para
atención infantil. El único sector capaz de marcar una diferencia y con poder de
financiación e incluso motivación, si lo sabemos presentar adecuadamente, son
las grandes empresas privadas. Si consiguiéramos que abrieran un centro en
cada lugar de trabajo que contara con asistencia sanitaria preventiva, un centro
infantil, otro de actividades extraescolares y un centro para mayores,
llegaríamos a muchas personas. No creo que se deban utilizar las escuelas para
hacer esto, pero Ed Zigler, de Yale, ha ideado un modelo llamado Escuelas para
el siglo xxi. En dicho modelo, todas estas modalidades de atención se
dispensan en edificios escolares que han dejado de utilizarse como tal para
pasar a ser centros destinados a las familias en sus barrios o localidades (véase
el listado de organizaciones en el Anexo 3).
En nuestro modelo momentos clave, recomendamos que en cada comunidad
se abran centros para familias que cuenten con escuelas infantiles, asistencia
sanitaria preventiva, actividades extraescolares y atención para personas
mayores (véase el listado de organizaciones en el Anexo 3). Las familias
percibirían que se crean los pilares de la comunidad.
En el Hospital Infantil de Boston se ha puesto en marcha nuestro modelo
momentos clave con objeto de formar a profesionales multidisciplinares
destinados a aquellas comunidades preparadas para implementar un modelo
relacional y con trabajo de calle (véase el listado de organizaciones en el Anexo
3). Pretendemos mejorar la asistencia sanitaria preventiva y los cuidados
infantiles con varios objetivos: en cada visita de los padres con el niño o la niña,
el especialista en cuidados infantiles o en atención primaria identifica los puntos
fuertes y débiles de los padres. El desarrollo del niño es el idioma en el que se
comunican el profesional y los padres, que son considerados los expertos en el
desarrollo del pequeño, con una clara intención de reforzar su posición. Es una
relación transaccional, no jerárquica, que cada día ofrece la oportunidad de
comentar los progresos físicos y psicológicos del niño. Los 25 centros que han
incorporado nuestras pautas están consiguiendo que las comunidades cambien
para acercarse más a los padres. Nuestro objetivo es ofrecer un programa
preventivo para el 40% de personas que no cuentan con servicios adecuados.
Sabemos cómo hacerlo, ahora bien ¿lo lograremos?
Tbb: ¿Qué podemos decir de las madres que están en la cárcel? Durante el
primer año, las probabilidades de que se rehabiliten gracias a la fortaleza que
les transmite su hijo son muy elevadas y las de herir al bebé por estar con su
madre son muy reducidas, por esta razón soy partidario de que sigan juntos.
Sig: Tiene sentido si la madre va a permanecer en la cárcel uno o dos años.
Si sale trascurrido ese tiempo, el programa debería ser de dos años o procurar
que la madre permanezca en régimen domiciliario. Lo que no es recomendable
es que el niño pase un año con ella, después se separen durante otro año para
volver a reunirse. Si la condena es de un año, recomiendo que su hijo
permanezca con ella y es aconsejable cuando el embarazo y el parto han tenido
lugar en prisión, pero no cuando los pequeños tienen cinco o seis años.
Tbb: Jean Harris implantó un programa de estas características en el estado
de Nueva York (Sing Sing) que dio muy buenos resultados.
Sig: Si la madre cumple condena de 10 años por un delito grave, la situación
se complica. Tal vez el pequeño podría criarse con la abuela y visitar a la madre
con asiduidad.
Tbb: Preferiría que el bebé permaneciera con la madre durante el primer año
porque sería terapéutico para ella.
Sig: Es ciertamente terapéutico para la madre, pero ¿para el pequeño?
Tbb: La experiencia saldría bien si el pequeño fuera después con la abuela,
pero si no hay nadie de la familia que pueda hacerse cargo después del primer
año, debe decidirse qué es lo mejor para el bebé, ya que tal vez no sea
permanecer con la madre. En cualquier caso, cuanto antes se tome la decisión,
más estable será el entorno que se ofrezca a ese pequeño.
Sig: Si la madre tiene que permanecer en la cárcel uno, dos o tres años y
tiene buena conducta, podría vivir en régimen domiciliario para atender a su hijo.
El programa ha de orientarse, por encima de todo, a mantenerles unidos hasta
que la madre abandone la cárcel, no sólo durante un año; ahora bien, si la
madre tiene diez años de condena y no hay abuela, estoy de acuerdo en que lo
mejor es la adopción. En las circunstancias en las que la madre o una tía
pueden criar al pequeño, la duda está en si es conveniente que el bebé esté
junto a su madre durante un año en la cárcel y apegarse a ella para luego
formar una nueva relación con la abuela, o si es preferible que viva con la
abuela y simplemente visite a la madre.
Tbb: Es mejor tener el amor y después perderlo, que no haber amado nunca.
Sig: Pero el bebé podría enamorarse de la abuela o de la tía.
Tbb: Que un bebé esté bien cuidado con alguien privado de libertad es una
realidad. ¿Recuerdas el estudio21 de Skeels y Skodak acerca de las madres
que vivían en instituciones? Se trataba de mujeres con problemas graves que
residían en centros institucionales y cuya única actividad era jugar con los
bebés. Pasaban con el bebé la mitad del tiempo que estaba despierto. Creo que
es importante señalarlo, tal vez privadas de libertad eran mejores madres de lo
que hubieran sido de otro modo. Para el pequeño es muy buen comienzo,
después, la abuela puede hacerse cargo, pero cuando la madre ha cometido
delitos muy graves, me preocupan esos abuelos con los que supuestamente
viviría el pequeño.
Dividimos los tipos de implicación que los adultos tienen con sus hijos durante
los primeros años de vida en una serie de categorías amplias.
Un tipo, inadecuado para los pequeños cuando están despiertos,
consiste en permanecer en la casa con el bebé, pero sin verle porque
se está en habitaciones diferentes.
Otra modalidad consiste en estar en la misma habitación de forma que
la madre ve al pequeño y ambos pueden oírse, pero no están
necesariamente jugando, interactuando o facilitando el uso de juguetes
u objetos. Cada uno estaría dedicado a su actividad, el pequeño puede
estar sentado en su silla o jugando mientras la madre cocina o hace
otras tareas.
El tercer tipo consiste en que la madre o persona que le cuida está
disponible a intervalos, facilitando la interacción del pequeño con el
ambiente, tal vez sea viendo imágenes o ayudándole a explorar un
juguete o el entorno. La madre ayuda al pequeño a mirar, tocar,
examinar, vocalizar y, en última instancia, verbalizar sobre la
experiencia.
La cuarta categoría consiste en la interacción directa de la madre con el
niño; en este caso, atiende a los intereses del niño: hacer ruidos o
gestos, dar objetos y recibirlos; o si es un preescolar (3 1/2-5 años),
jugar a ser un perro o un gato y construir la historia que el pequeño
elige. En esta cuarta categoría, la madre participa activamente y pasa a
convertirse en el objeto de juego o el juguete u objeto de interés del
pequeño; la madre puede abrazarle, frotarle la espalda, acunarlo,
besarlo, acariciarlo, jugar, etcétera. Con un niño que ya habla, es
posible comunicarse o negociar sobre juguetes, cuentos, la hora de
dormir o decisiones sobre la comida, actividades, etcétera. Lo que
caracteriza a este cuarto tipo de implicación, que hemos llamado
«tiempo base»23, consiste en que se responde a la iniciativa infantil en
una comunicación continua y directa entre niño y adulto. Muchos de los
mejores momentos mágicos que se disfrutan con los bebés se clasifican
dentro de esta categoría.
Preescolar
Los niños de esta edad necesitan relaciones afectivas y cálidas con sus padres
tanto como durante los años previos. Ahora aumenta el tiempo de juego con los
compañeros y con otras relaciones que enriquecen su vida. Durante estos años,
los cuatro tipos de disponibilidad pueden emplearse para caracterizar el tiempo
del niño. Es muy probable que vaya a la escuela y disfrute de otras actividades
de grupo y de juego entre compañeros, y que esté menos tiempo con los adultos
que en la etapa anterior. Habrá ciertos momentos en los que se encuentren en
una habitación diferente de la de sus padres, con un cuento, jugando con sus
juguetes o simplemente pasando el rato; lo mejor es, no obstante, incluso
durante los años preescolares, mantener a los niños al alcance visual y auditivo;
permanecer en habitaciones comunicadas está bien, en lugares diferentes de la
casa, por contra, no. Durante estos años, el tiempo restante de las actividades y
horarios escolares debería pasarse en alguno de los tres tipos antes descritos y
que incluyen estar disponible mientras se hacen las actividades propias (menos
de un tercio del tiempo); disponible para comentar o ayudarle es sus actividades
y disponible para la interacción directa. Además del programa preescolar, los
niños deberían jugar con un amigo todos los días o cuatro veces a la semana
como mínimo.
Aunque los niños estén enfrascados en sus juegos de forma autónoma, los
padres deben estar a su alcance. Los niños necesitan tener la seguridad de que
pueden ir de una habitación a otra o hacer otra cosa y encontrarse a sus padres
en el mismo lugar cuando vuelven. Los padres, por tanto, no están totalmente
ocupados en sus cosas o hablando interminablemente por teléfono, sino que
están leyendo el periódico, conversando, es decir, transmitiendo a los niños una
sensación de que están a su disposición de una manera relajada que no hay
necesidad de medir. Muchos padres ocupados se lamentan: «Ahora que tengo
tiempo para ellos, no quieren hablar conmigo, ni contarme nada de la escuela ni
hacer deberes ni jugar». Parece que estos padres contaran cada minuto que
arrancan al trabajo para dedicarlo a los hijos. La cuestión es que los niños
necesitan sentir una disponibilidad relajada y sin condiciones, que no deje
dudas de la presencia de los padres; cuando sucede así, tienen la seguridad de
que en sus idas y venidas, siempre mantienen una base a la que volver.
A medida que los niños crecen, los padres tienen que ser hábiles y plantear
actividades divertidas para todos. Con tres años, el juego imaginativo y otras
actividades que gusten al niño captarán siempre su atención. Cuando cumplen
siete, ocho, nueve y diez años, las actividades pueden ser aún más retadoras,
tienen sus propios intereses y los padres deben unirse a ellos en el deporte o la
danza, la interpretación de personajes favoritos de televisión o juegos que
comparten con sus compañeros en la escuela. Durante la adolescencia, esta
interacción es aún más difícil. A menudo, llevarlos en el coche a algún sitio
ofrece la ocasión de entablar una conversación.
Es frecuente dejar que los niños se entretengan por su cuenta con actividades
para las que no tienen edad suficiente, por ejemplo, hay padres que dejan a su
hijo de dos o tres años frente a la pantalla de la televisión. Unos minutos viendo
un vídeo de Barrio Sésamo puede gustar, pero dos horas frente al televisor
presenta más aspectos nocivos que positivos para un pequeño de esa edad. De
igual manera, algunas madres sienten que, como su pequeño de ocho meses es
un «niño muy fácil», que se queda tan contento mirando a su alrededor en su
sillita de la cocina, lo practican mientras ellas acaban las tareas pendientes. El
niño, sin embargo, no recibe interacción suficiente y, aunque no lo exija, le viene
bien que le presten atención e interactúen con él.
Algunos niños de buen contentar pueden perderse, en un sentido, porque
facilitan mucho el hecho de dejarles hacer cosas por su cuenta. A veces, los
pequeños de 18 a 24 meses se entretienen de maravilla con las piezas de un
puzzle o unos bloques, con camiones o coches. Es frecuente que inicien un
juego repetitivo más que creativo con estos objetos. Si son buenos y dóciles,
con buen desarrollo del lenguaje, los padres creen que nada va a ir mal porque
su hija es autosuficiente, tranquila y relajada, ¿por qué no hacer las tareas de
casa, las llamadas telefónicas pendientes, etcétera?
La verdad es que dejar demasiado tiempo solos a los niños de uno, dos o
tres años no es el mejor modo de estar con ellos. Como máximo, no deberían
estar solos más de un tercio del tiempo que están despiertos, repartido en
periodos cortos, de 15 minutos aquí y allá. La disponibilidad para facilitar
información significa que, en general, se produce una sucesión de periodos de
independencia y de interacción facilitadora. El niño que busca a su madre, a su
padre, a sus hermanos o a una cuidadora creará este ritmo por sí solo, pero
muchos no toman la iniciativa y acaban por inhibirse.
Hasta los tres años no deben permanecer frente al televisor más de media
hora diaria, y un niño mayor de tres años no debería estar en el ordenador más
de media hora. No obstante, los padres comprobarán que la vida se simplifica
cuando permanecen disponibles para facilitar informalmente la exploración y el
aprendizaje de los hijos mientras se encargan de hacer las tareas de la casa o
se dedican a actividades de ocio.
Al mismo tiempo, como ya hemos señalado, es preciso que los padres
conecten con los intereses de sus hijos. Lo ideal es dedicar una serie de estos
periodos de 20 minutos a seguir el son de la música que marque el niño. El
adulto se une al juego infantil de manera directa e interactiva; o tal vez el
pequeño quiere explorar y la madre sigue su iniciativa, sea en el supermercado,
en el jardín o sencillamente le ayuda mientras juega con los cacharros de la
cocina. La clave son los periodos de 20 o 30 minutos de duración a lo largo del
día.
Recomendaciones
Al presentar las recomendaciones siguientes, ambos somos conscientes del
hecho de que existen numerosas situaciones en las que los cuidados no
parentales llegan a ser la opción más deseable por no decir necesaria. A las
madres solteras que trabajan para llevar un plato de comida a la mesa no les
queda otra opción sino dejar a sus hijos al cuidado de otras personas durante
40 horas a la semana, aunque sean las mejores cuidadoras del mundo. En estos
casos, el objetivo es procurar unos servicios óptimos y formar un equipo con la
persona que cuida de los pequeños que ofrezca atención y cuidados integrados
al bebé o niños hasta tres años. Existen familias en las que el estrés emocional
de alguno de sus miembros hace muy recomendable la asistencia de los hijos a
un centro durante más de 30 horas. El equilibrio brindará un sistema de apoyo
mucho más fuerte para este pequeño y cada caso debe sopesarse
individualmente para que los padres tomen la opción más adecuada a su
situación concreta.
Relaciones estables
Durante los tres primeros años, todo niño necesita de los cuidados y
atenciones de dos adultos, sus cuidadores primarios, con los que
establecerá una relación íntima y estable.
Hasta la edad preescolar, deben estar en todo momento a la vista de un
adulto, salvo cuando están durmiendo.
Hasta los cinco años, no deben pasar más del un tercio de su tiempo
dedicados a actividades independientes. A estas actividades se
dedicarán periodos de 10 o 15 minutos repartidos a lo largo del día,
nunca deben ser periodos largos y concentrados.
Los dos tercios del tiempo restante deben dedicare a dos tipos de
actividades, aquellas en las que el adulto facilita la interacción del
pequeño con su entorno y la interacción directa como son los abrazos,
el juego imaginativo compartido o jugar a hacer muecas y gestos
divertidos. Los bebés y niños hasta tres años de edad necesitan al
menos cuatro periodos de 20 minutos o más de interacción directa. Los
preescolares necesitan al menos tres de estas oportunidades de juego
interactivo. En una familia con dos progenitores, ambos deben tomar
parte en estos juegos alegres y espontáneos. Durante el tiempo de
facilitación, los adultos están a disposición de su hijo, para ayudarle en
sus exploraciones, aunque también estén realizando tareas por su
cuenta, como cocinar o poner la lavadora. Parte de este tiempo, puede
ir al supermercado con los padres o ayudar a preparar la cena.
Durante los años escolares, el tiempo disponible es el que queda
después del horario escolar y las actividades extraescolares y de juego
con los compañeros. Aquí también recomendamos que se destine dos
tercios del tiempo a las actividades de facilitación o a interactuar
directamente. El tiempo de facilitación podría emplearse para ayudar al
niño con los deberes o con sus aficiones e intereses. El tiempo de
implicación directa, del que deben mantenerse al menos dos periodos
de 20 minutos y en los que el padre y la madre deberían participar,
pueden incluir los juegos de dramatización u otras actividades en las
que los niños tomen la iniciativa.
Recomendamos que los padres y madres que trabajan dispongan al
menos dos tercios de las horas de la tarde, entre las 5:30 h o las 6:00 h
y las 9:00 h, y uno de los dos tendría que estar disponible a última hora
cuando los pequeños están es casa jugando con sus hermanos o
haciendo los deberes. Los padres deben estar disponibles de forma que
los niños no tengan necesidad de medir cada minuto de tiempo que
dedican a cada actividad y que las directrices arriba presentadas
puedan darse por sentado.
Permiso de maternidad
Centros infantiles
Televisión
♦ Durante los tres primeros años de edad, no debería superar media hora. A
los tres años se puede añadir otra media hora de televisión o de ordenador
compartida con la madre o el padre.
Se debe mantener a las madres con sus bebés y alimentar esta relación
si hay razones para creer que la madre podrá integrarse en la sociedad
pasado un periodo razonable y seguir criando a su hijo.
Adopción
Acogida
Custodia
Plan parental
Un plan correcto para una familia debe tener en cuenta las siguientes
consideraciones:
Las necesidades del desarrollo y de la edad del niño.
Los apegos psicológicos de cada niño.
El modo en que las tareas de la crianza se compartieron durante el
matrimonio.
La conservación o desarrollo de una relación íntima con cada
progenitor.
Una planificación coherente y predecible que minimice la transición
entre los hogares.
El temperamento y la capacidad del niño para enfrentarse a los
cambios.
Exigencias laborales y horarios de trabajo de cada progenitor.
La necesidad de revisar el plan periódicamente para identificar aspectos
problemáticos y revisar las necesidades y los cambios en las
circunstancias de cada niño.
Evaluación
Debate
Sig: La necesidad de un nivel de seguridad existe antes del nacimiento.
Muchos bebés corren riesgos antes de nacer, están expuestos a todo tipo de
agresiones que amenazan el desarrollo de su sistema nervioso central. El
tabaco, el alcohol y otras sustancias nocivas minan el crecimiento del sistema
nervioso; cada vez es más lo que sabemos sobre el modo en que interfieren con
la capacidad posterior para procesar sensaciones (visuales y auditivas) y para
organizar ideas, pensamientos y planes e implementar acciones adecuadas.
Tbb: En lo relativo a las experiencias intrauterinas, la educación tiene una
poderosa influencia sobre la conducta de las madres. No ha llegado a las
madres pobres, estresadas o deprimidas de todas nuestras ciudades, pero ha
tenido un potente efecto en la clase media y trabajadora. Hoy las madres saben
que si fuman o beben, sus bebés se verán afectados y lo general es que se
abstengan. Resulta francamente alentador constatar que la educación es capaz
de modificar hábitos. Sabemos mucho sobre los efectos que ciertas sustancias
tienen en el feto. Para los seis u ocho meses de embarazo, podemos identificar
el estrés en los fetos y llegará el día en que encontremos fetos tan estresados
que podremos sacarlos del útero para ofrecerles un ambiente más propicio. Me
gustaría que hubiera una Escala de Evaluación de la Conducta Neonatal
destinada a los fetos; podríamos exponerlos a estímulos externos, como señales
visuales y auditivas, o acunarlos o estimularlos para ver la riqueza de sus
respuestas. Los científicos franceses J.P. Lecaunet y M. Busnel estudian la
respuesta visual del feto y hace tiempo que se investiga la respuesta auditiva11,
pero es largo el camino que queda por delante. Me gustaría ver la capacidad del
feto para abrirse positivamente o cerrarse a un estímulo, lo he visto en fetos de
siete meses utilizando ultrasonido.
Dicho de otro modo, para los siete meses sabemos si un feto necesita
protección o no, y creo que estamos en los albores de una tecnología que será
de gran ayuda. Los japoneses, por ejemplo, cuentan con ultrasonido
tridimensional que permite ver el feto completo, es decir, no sólo se percibe la
complejidad de los movimientos fetales, sino si el feto está atento y cuánto
tiempo mantiene la atención, si se queda dormido o está dormido, cómo usa la
habituación. Todo lo que hemos aprendido sobre la evaluación de los recién
nacidos se podría aplicar al útero e identificar a los fetos que sufren estrés.
En los estudios que he mencionado antes, en los que utilizábamos
ultrasonido con fetos de siete meses, identificamos conductas que demuestran
una reacción saludable. Algunas reacciones complejas nos ayudarían a
distinguir a los fetos estresados. Si el feto muestra semejante conducta, es
prueba de que en el útero tiene lugar un importante aprendizaje. Cuando el bebé
está estresado, esperamos respuestas más automáticas y menos disponibles a
la modulación y la elección. Si hubiera motivos para que existiera estrés, por
ejemplo, desnutrición o exposición a sustancias tóxicas como drogas o alcohol,
sería una forma de descubrir si existen riesgos para el aprendizaje.
No obstante, la pregunta es ¿cuándo se puede comenzar a proteger a un
feto? ¿Podemos encarcelar a las madres para que abandonen su adicción? ¿Es
el aborto la solución en algunos casos? Cuando la gente que me escribe me
pregunta si soy partidario del aborto, les digo que sí, pero no porque sea un
derecho de la madre, sino porque lo considero un derecho del niño. El niño tiene
derecho a no nacer en un entorno inhóspito. He visto demasiados niños con
privaciones y víctimas de abusos como para saber que no quiero ese tipo de
vida para nadie. Junto con la pregunta del aborto hay que hacer la del
embarazo, pero en cualquier caso, existe una gran necesidad de establecer
programas de apoyo para las madres y de mejorar la oferta vital libre de abuso y
maltrato para los niños.
Sig: En cuanto a ayudar a los padres a proteger a los fetos del abuso de
drogas, alcoholismo, tabaco, surge el problema de si debería estar tipificado
como delito. ¿Se permite abusar de los fetos? En algunas comunidades de alto
riesgo, el 50% de los fetos ya está perjudicado por el abuso de sustancias o de
alcohol. Es muy serio saber que se está causando un riesgo irreversible en el
sistema nervioso de un niño. Una vez que el niño nace, nos preocupamos por
problemas que no son ni la mitad de graves que los efectos de las sustancias
nocivas en el feto.
Tbb: Constatamos estos datos en los casos de contaminación por plomo.
Antes de prohibir la gasolina con plomo, sabíamos si una madre vivía cerca de
una autopista por la conducta del bebé12.
Sig: Tenemos un conocimiento científico incipiente sobre la forma en que las
sustancias químicas presentes en el ambiente influyen negativamente en el
crecimiento del sistema nervioso central y del sistema inmune, tanto en el
periodo prenatal como postnatal. Se hicieron muchos estudios para conocer sus
efectos sobre el cáncer, pero nuevos estudios han probado que el riesgo para el
sistema nervioso, en cuanto a las funciones integradoras, y para el sistema
inmune ocurre con menores niveles que en el caso del cáncer. Tenemos que
estudiar estas toxinas desde la perspectiva de los riesgos para los bebés. Theo
Colburn realizó unos estudios pioneros que mostraban que la vida en los
Grandes Lagos estaba contamina por pesticidas y los peligros potenciales que
entrañaban para la salud humana13.
Tbb: Al parecer puede afectar al parto. Peter Nathanielsz ha demostrado que
un feto anestesiado corre peligro al no participar activamente en el parto14. Las
contracciones dependen de un feto activo, de lo contrario, se frenan y la
posibilidad de que el feto sufra daños cerebrales aumenta. Sostiene que los
fetos que se han visto afectados por consumo de drogas, sustancias tóxicas o
anestesia tienen un mayor riesgo de sufrir parálisis cerebral. En estos estudios
se emplea mi evaluación neonatal. En 1983, Greta Fein y el Instituto Cerril
Palmer, de Detroit, mostraron que el DDT esparcido en la hierba que comen las
vacas y la leche que las mujeres embarazadas tomaban de esas vacas,
afectaba de forma significativa al CI de los niños en edad preescolar15.
Necesitamos disponer de este tipo de información16.
Sig: Es preciso comprender mucho mejor el peligro que las drogas, el alcohol
y las sustancias tóxicas suponen para al sistema nervioso. Sabemos que los
pesticidas y otras toxinas provocan retraso mental severo, síntomas autistas y
otros problemas, pero hay menor conciencia de los peligros para el sistema
nervioso derivados de la mala alimentación, el tabaco, el alcohol, etcétera; la
mayoría de los niños no van a resultar mentalmente retrasados, más bien
presentarán problemas sutiles (como una dificultad para manejar estímulos
visuales y auditivos) que no son obvios en el nacimiento; van a ser niños
sobrecargados fácilmente, distraídos, hiperactivos, con síntomas del trastorno
de déficit de atención. Otros también presentarán problemas para satisfacer el
apetito sensorial, con baja reacción al dolor y acabarán con conducta antisocial
y agresividad. Cuando no puedan procesar lo que oyen y ven, o comprenderlo
con facilidad, comenzarán a fallar en la escuela, tendrán dificultades para
entender las matemáticas o para aprender a leer; posteriormente tendrán
dificultades para integrarse en el mundo de la alta tecnología y obtener un
trabajo con el que ganar un salario y pagar impuestos y, quizá lo más importante,
no sabrán regular sus emociones. La regulación de los sentimientos es una
función de alto nivel del sistema nervioso, vital para ser padres, colaborar en la
sociedad y mejorar en las generaciones futuras. Éstos son algunos de los
riesgos que corremos.
Tbb: Gran parte del daño sucede a una edad muy temprana, pero la
probabilidad que tenemos de proteger el desarrollo emocional y neurológico es
muy elevada. Los efectos del alcohol y las drogas son potentes en la etapa
intrauterina, menores en el parto y remiten cuando el niño cumple tres o cuatro
años. Los factores determinantes, por así decirlo, y los factores previsibles
suceden pronto y luego se reducen; por tanto, cuanto antes se intervenga,
mejores resultados se obtendrán.
Sig: El Centro de Control de Epidemias, de Atlanta, está realizando un
estudio epidemiológico sobre los trastornos del espectro del autismo. Los
médicos informan de que cada vez hay más niños que presentan un
funcionamiento atípico del sistema nervioso, algunos con rasgos autistas, otros
con autismo puro. En cuanto a las diferencias individuales, son niños que
ocupan los últimos puestos de la escala de adaptación. ¿Hasta dónde queremos
forzar el sistema legal para proteger a la infancia?
Tbb: Creo que surgirán inconvenientes, la gente se resistirá a ser
supervisada durante la asistencia prenatal. Me preocupan los enfoques
punitivos, soy más partidario de conseguirlo a través de la educación y los
incentivos positivos, utilizando la pasión que los padres aportan al embarazo,
conquistándoles en ese momento.
Pero hay otra cuestión, Joshua Sparrow, del Hospital Infantil de Boston, ha
estado trabajando sobre el efecto que estos avances tecnológicos (ultrasonido,
amniocentesis, etcétera) provocan en las percepciones que las madres tienen
de sus hijos y de sí mismas17. Cuando evaluamos si un feto está bien, parece
que estamos cuestionando si la madre está bien, algo que puede tomarse como
un juicio y un ataque contra la intimidad de las personas. Una evaluación fetal
para comprobar si el feto está estresado significa que alguien está juzgando si la
madre lleva el embarazo de forma correcta. Mejor que tengamos esto en cuenta,
porque también es nuestra obligación proteger a la madre y su ego de forma que
pueda criar y dar cariño a su hijo. La madre tiene que ser parte de nuestro
empeño, comprender el auténtico significado de este trabajo diagnóstico y
encontrarle la utilidad según aprende a criar a su hijo. Con nuestro modelo
momentos clave, queremos llegar a los padres durante el embarazo para
convencerles del trabajo que tienen que hacer en la fase anterior al nacimiento,
una época mágica para ambos.
Sig: Cuando controlamos la salud de la madre, deberíamos prestar más
atención psicológica a ella y al padre. Controlando el aspecto físico (tensión
arterial, análisis de sangre) conseguimos salvar a un porcentaje de bebés. El
aspecto psicológico de la atención prenatal, que puede ser igualmente
importante, es mucho más barato. Un técnico sanitario bien preparado, un
profesional de salud mental o un consejero pueden hacer una gran labor en este
campo. Las clases de preparación al parto son de gran ayuda. Tal vez
deberíamos valorar la necesidad de implantar un programa óptimo que incluyera
esta asistencia psicológica y social antes del parto.
Tbb: El objetivo es construir las capacidades de los padres para criar al hijo
que hayan tenido. El sistema actual está concebido para optimizar la carga física
o genética de este niño. Sabemos que cuando mostramos y explicamos la
conducta fetal, las madres colaboran y se sienten más cercanas a su hijo;
cuando la madre descubre las capacidades de su recién nacido, hablamos en
un idioma que ella entiende.
Las visitas prenatales son muy productivas; siempre pido a las madres
embarazadas que me describan dos niños de sus sueños, el bebé perfecto y el
bebé imperfecto, «Nunca sueño con un bebé imperfecto» «Ah, ¿no? La mayoría
lo hace» «¿Lo hace?» Entonces la madre me cuenta el sueño que tiene, pero
que no quiere reconocer; le digo que también podemos tratar ese miedo y ahí se
presenta una oportunidad de explorar, sin emitir juicios, las preguntas y
experiencias de los padres con bebés en riesgo. Si pueden compartir sus
preocupaciones conmigo, les ayudaré a criar a su hijo, tenga las características
que tenga. Les digo que guarden un cuaderno con todas las horas del día y el
ciclo de sueño del niño, y que permanezcan atentas a las turbulencias de las
paredes intrauterinas durante el día. A partir de las pautas que me describen, les
digo que el bebé responde de forma diferente a estímulos visuales y auditivos.
Entonces, hasta la madre más circunspecta se anima y dice: «¿Ah, sí?,
cuénteme más». Comienzo a explicarle y asiente cuando le digo que si entra en
una habitación ruidosa, el bebé se excita, pero que se calma en una habitación
tranquila. La madre ya sabe todo esto, lo único que hacemos es confirmarlo y
ayudarle a establecer el apego, que será más sólido cuando antes comience. Lo
ideal es que el pediatra o el médico de familia realizara estas visitas prenatales;
pero si no es posible, deberíamos preparar a otro tipo de profesionales que
atendiera a los padres. Un bebé se merece una madre y un padre capaces de
criarle y darle cariño. Si los profesionales estamos a su lado, podemos
transmitirles una sensación de estar arropados por una familia extensa, una
realidad que se ha perdido en nuestra cultura moderna.
Sig: ¿Qué más podemos hacer en el ámbito de la educación prenatal?
Tbb: En la actualidad, la educación prenatal consiste en preparar a la madre
para el parto, no se le ayuda a convertirse en mejor madre. Marshall Klaus y
John Kennell han estudiado el papel de una doula*, una persona que
permanece junto a la madre durante el parto. Han demostrado una reducción
significativa de medicación y de las complicaciones18 durante el parto, gracias a
este apoyo consistente. Una persona de apoyo (padre o doula) favorece
también la predisposición de la madre a apegarse al hijo que le nazca. La
presencia del padre en el parto ha demostrado que contribuye a que éste
desarrolle su capacidad de apego.
También mostramos a las futuras madres la evaluación de un recién nacido
con la esperanza de que sepan cómo es, ya que en el hospital se dispone de
poco tiempo. Cuando ven a su bebé durante la estancia en el hospital, dicen
«Oh, también mi hijo hace eso». En ese momento, la evaluación cobra más
sentido porque han visto previamente las increíbles habilidades de un bebé.
Sig: ¿Cuál es nuestra postura sobre la educación de prácticas saludables (el
tabaco, el alcohol) y también sobre cómo dar afecto y proteger a un bebé
durante el embarazo y cuando ha nacido? ¿Cuándo deberíamos comenzar con
esta educación, en la escuela, en secundaria, en la universidad?
Tbb: En todas las etapas. El programa de Sally Scattergood, de Filadelfia, es
formidable19. En él, los escolares de primer curso tienen ocasión de cambiar
pañales, dar la comida y observar el desarrollo de bebés. Es una oportunidad
para tratar a los bebés como «personas» y experimentar el papel de criarlos y
cuidar de ellos, ya que la mayoría de nuestros niños no tiene muchos hermanos.
No me consta que haya estudios sobre los efectos a largo plazo en los
embarazos adolescentes ni en la capacidad de estos niños para criar a sus
propios hijos, pero podemos apostar que constituye una variable decisiva en la
imagen que tienen de sí mismos para cuidar de un semejante.
Sig: El desarrollo humano debería ser una asignatura del currículo en todas
sus etapas, como lo son la historia, el segundo idioma y la biología. Actualmente
los niños saben más de ranas y de otras especies animales que de seres
humanos, de los que aprenden indirectamente algo a través de la literatura, el
único vehículo que teníamos a nuestro alcance para profundizar sobre la
naturaleza humana cuando no existía la ciencia del desarrollo humano y no
sabíamos cómo crecen y maduran los niños. Pero ahora poseemos un
conocimiento directo, ¿por qué no transmitirlo igual que la historia o la literatura?
No creo que provoque una fuerte oposición, tal vez la única resistencia proceda
de la tradición. Imaginemos que los niños estudian esta asignatura desde los
primeros años escolares.
Tbb: Incluiría el aprendizaje práctico, ya que todos los programas que tienen
éxito es porque parten de un enfoque práctico. En algunos programas de
prevención de embarazos implantados en la costa oeste de Estados Unidos, los
adolescentes tenían contacto con bebés, les cambiaban los pañales, les daban
de comer, les veían crecer. En realidad, las oportunidades de ver la conducta
humana en una persona más joven es una forma estupenda de captar el interés
de un niño de cualquier edad.
Sig: Tal vez surja cierta resistencia debido a la preocupación sobre si nos
inmiscuimos en temas religiosos y familiares, pero si lo evitáramos, imaginemos
lo que sería lograr que los escolares aprendieran sobre el desarrollo humano
igual que aprenden matemáticas. La media del alumnado de secundaria sabe
sumar, restar, multiplicar, decimales y fracciones; si conocieran los rudimentos
del crecimiento infantil no sólo cuidarían mejor de los más pequeños, sino que
cuando fueran padres, en lugar de tener que leer los libros de Brazelton por
primera vez durante el embarazo, tendrían una intuición y un montón de
experiencia acumulada.
Tbb: Recordemos que el embarazo es un periodo de grandes aprendizajes,
pero esas clases ofrecerían la oportunidad de desarrollar el concepto de
relación, de altruismo, de pensar en los demás, no sólo en uno mismo. Lo
utilizaría como una herramienta para llegar a los niños y que aprendan los
mecanismos de su interior en paralelo con los del niño con el que están jugando:
«Eres tan bueno cuidando de este bebé porque ahora sabes cómo eras tú de
pequeño». Si lo hiciéramos así, las personas estarían abiertas a las relaciones,
en lugar de centradas únicamente en la paternidad o en la maternidad.
Sig: En esta misma línea, cuando recibo la visita de un niño con problemas,
pido a los padres que traigan a los hermanos para enseñarles a guiar los juegos
entre ellos. Una vez que el hermano se involucra con el niño problemático,
aparece la alegría, el placer y el dominio de la situación. En principio, los niños
evitan a su hermano porque no saben tratarlo; he comprobado que, cuando los
niños tienen que cuidar de otros pequeños, presentan una curiosidad natural
que les ayuda a abrirse, a manipular la parte central, delicada y vulnerable de su
interior. La enseñanza práctica es lo que arroja resultados mejores, sin duda,
porque abre la parte afectiva de los humanos. Algunas personas lo llevan en su
interior intuitivamente, en las mujeres es más habitual que en los hombres, pero
éstos también tienen un lado afectivo y, aunque algunos lo oculten y huyan de
sus manifestaciones, muchos otros parecen querer expresar esa faceta, si se les
da la oportunidad.
Seguro que hay oposición, porque estás dirigiéndote a la parte emocional de
la vida, pero si para los 20 años las personas tuvieran un conocimiento intuitivo
de la crianza y del desarrollo infantil, sería un buen punto de partida comparado
con el que tenemos ahora, cuando muchos padres huyen de la crianza porque
es nuevo e impresiona; algunos se refugian en el trabajo, están atemorizados y
no saben qué hacer.
Tbb: Creo que debemos separarlo de las incursiones en la religión, en la
opción política de las personas o la autoridad de las familias. Cuando voy a
Washington a testificar, mi exposición va seguida de una madre de una familia
que dice: «Si hacemos lo que indica Brazelton (en cuanto a los cuidados y
atención a la infancia, cuidados preventivos, asistencia sanitaria) eliminaremos
todas las opciones de las familias». Existen tales perjuicios en este país, que las
familias deberían ser autosuficientes y no permitir la injerencia ajena. En el
currículo escolar, haría hincapié en el aprendizaje sobre uno mismo y sobre las
relaciones, porque enseñar a ser padres a posteriori es demasiado peligroso.
Exponerles a la crianza no debería ser una opción partidista ni política.
Sig: ¿Qué cambios queremos promover en las actitudes sociales? Queremos
evitar los embarazos adolescentes, pero si una adolescente piensa que ha
hecho algo terrible lo ocultará hasta el último momento; también es posible que
tome drogas y que el chico se mantenga ajeno a la situación. ¿Cuál sería una
actitud social sana hacia los embarazos adolescentes?
Tbb: En primer lugar, hay que saber si la madre va a tener el niño; si decide
hacerlo, suelo confiar en el hecho de que las madres quieren para sus hijos algo
mejor de lo que ellas tienen. Podríamos decirles: «¿No es algo deseable que
este bebé nazca con el mejor cerebro del mundo? La única manera de que lo
consiga es si dejas de fumar, de beber o de lo que sea». Sería un modo de
inspirar esperanza en las madres.
Sig: Tenemos que trabajar más en el campo de la prevención. Una
asignatura sobre desarrollo infantil debería debatir temas como cuándo se está
preparado para la maternidad y la paternidad, qué clase de apoyo necesita un
bebé, si se debe esperar a ser mayor… Cuando una adolescente está
embarazada, aunque sea sin desearlo, y tiene la voluntad de llevar el embarazo
hasta el final, tenemos que transmitirle un mensaje claro de que el niño es un
motivo de alegría, tenemos que promocionar bebés saludables con el mejor
sistema nervioso posible y para ello, la madre debe sentirse apoyada, sentir que
es la más bella del baile, que lleva dentro este ser precioso, un futuro presidente
de Estados Unidos; de no sentirse así, esa madre no se cuidará; si siente que
ha hecho algo malo, será ambivalente, a veces querrá cooperar y otras, hacer
daño. Si conseguimos que las madres se sientan felices y valoradas, sin
impulsar por otro lado, los embarazos en la adolescencia, habríamos logrado
nuestro objetivo. Es preciso que se produzca un cambio en la sociedad,
tenemos que transmitir el mensaje de que cada bebé es un bebé del mundo y de
la sociedad; y a la madre, tenemos que decirle: «Queremos esperar a que
tengas hijos cuando estés preparada, pero si estás embarazada y vas tener a tu
hijo, que sepas que lo que vas a hacer es maravilloso y que te ayudaremos todo
lo que podamos».
Tbb: Creo que ya se está trabajando en esa dirección, aunque no hemos
llegado a segmentos importantes de la población, por ejemplo, no llegamos a las
madres latinas ni a otras minorías que también han sido desatendidas, pero la
necesidad existe. La mortalidad infantil durante el primer año (reflejo de la
vulnerabilidad del recién nacido) está directamente relacionada con los cuidados
prenatales y las oportunidades de intervención. Las cifras de mortalidad infantil
demuestran que no llegamos a las madres latinas o que nuestro enfoque no
encaja con sus valores culturales. O ambas cosas. Tenemos que organizar
nuestro sistema de trabajo de calle y tener en cuenta las creencias y prácticas
culturales que las minorías aportan a la fascinante tarea de ser padres.
Sig: Aunque estemos hablando de actitudes sociales, déjame pasar a
considerar la malnutrición en otros países del mundo. ¿Podemos decir algo
distinto de la pregunta obvia, por qué continúa produciéndose? ¿Por qué se nos
mueren tantos niños? Nos consideramos a nosotros mismos una especie con
cierto grado de humanidad compartida. Lo que aquí se expone es relevante para
la mayoría de los países industrializados, pero estas necesidades irreductibles
son universales. El mundo se parece más de lo que se diferencia.
Tbb: En las visitas que realizamos a clínicas de Kenia, vimos a familias
incapaces de alimentar a todos sus hijos con el trozo de tierra que poseían,
utilizaban todos los recursos, pero estaban al borde de la desnutrición.
Mostraban el mismo círculo vicioso de desnutrición y fracaso para apegarse y
criar a sus hijos que vimos en las familias de Guatemala20. Podíamos distinguir
a recién nacidos cuya madre comía sólo 1.400 calorías al día, de los hijos de
mujeres con una ingesta de 2.000 calorías. Éstos eran más despiertos, atentos,
controlaban su conducta para prestar atención y utilizar la habituación para
abrirse o cerrarse a estímulos. Eran unos bebés preparados para conseguir que
su madre y su padre establecieran un apego firme con ellos. Los niños
desnutridos, por el contrario, estaban en guardia, rechazaban los estímulos
sociales y reaccionaban negativamente ante sus padres. Cuando visitamos sus
casas después del parto, vimos que sólo les alimentaban cuando lo pedían
(cuatro veces al día en una etapa en la que el bebé necesita de seis a ocho
tomas diarias). Los efectos de la privación intrauterina iban acompañados de los
de la privación extrauterina, y el ciclo de fracaso y pobreza quedaba establecido
desde la infancia. En la etapa escolar, estos bebés mal alimentados puntuaban
10 o 15 puntos menos en el CI. Hay otros muchos factores que contribuyen al
hambre y a la pobreza mundial, pero éstos son los que nosotros vamos a
intentar solucionar.
Sig: Se acepta que compartamos un nivel de civilización y de humanidad,
pero el mundo no comparte un interés general por salvar a la infancia. ¿Qué nos
hace cerrar los ojos ante situaciones que no permitiríamos en Estados Unidos?
¿Estamos desbordados por nuestros propios problemas y nos sentimos
impotentes? ¿Somos capaces de identificar el factor que nos paraliza
colectivamente?
Tbb: Creo que se debe a falta de control. Estamos aquí hablando y, al mismo
tiempo, siento que no soy capaz de comenzar a pensar en los problemas.
Cuando trabajamos en Kenia, en Guatemala y en el sur de México, aprendimos
gran cantidad de cosas, pero es seguro que no ejercimos ninguna influencia en
ningún sentido. Tal vez debamos promover la creación de una agencia u
organismo internacional encargado de vigilar los derechos de la infancia, del
mismo modo que tenemos fuerzas para el mantenimiento de la paz.
Sig: Un organismo podría, por lo menos, mantener informes y evaluar los
modelos implantados en cada país para cubrir estas siete necesidades. Del
mismo modo que existen iniciativas mundiales para proteger los valores
democráticos mediante incentivos como comercio y préstamos, es preciso elevar
el cuidado infantil a un nivel superior del que se encuentra.
Tbb: Son muchos los aspectos que dominan el tratamiento que las personas
dan a los niños; por ejemplo, una razón por la que Francia, Suecia y otros
países europeos estén adelantados es porque desean aumentar la natalidad,
fomentan la procreación, lo contrario de lo que sucede en África. En las islas
japonesas que visité, los habitantes del campo querían más niños, y estaban
dispuestos a muchos sacrificios que los habitantes de la ciudad no harían por
criar a sus hijos.
Sig: Al desarrollar directrices para cubrir algunas necesidades básicas de la
infancia, por ejemplo, nacer con un sistema nervioso sano y todo lo que
comporta, podríamos establecer un criterio para la opinión pública mundial
porque éste es un aspecto ético que debería ser pactado con unanimidad
internacional21.
Tbb: Más cerca de nuestras casas, existen una serie de problemas de
seguridad que aún no hemos abordado; son puntos básicos a los que hay que
prestar atención; por ejemplo, para comenzar, los padres deberían saber que
deben bajar la temperatura del agua caliente en un hogar con niños pequeños.
Cuando adquieren movilidad, con ocho meses, cada familia debería adoptar una
serie de medidas de seguridad; recomiendo que se tomen la molestia de
examinar la casa en busca de puntos de peligro potencial. Cuando el niño se
escapa de su madre en la tienda, a la calle, ¿qué hay que hacer? Otro problema
que surge cuando cumplen cuatro o cinco años es el de los pedófilos. ¿Cuándo
es el momento de enseñar a un niño a protegerse ante peligros como éste?
Creo que a los cuatro o cinco años de edad es demasiado pronto porque es
cuando el niño está evaluando por sí mismo a los adultos y necesita toda su
energía para identificarse e imitar a los que son importantes para él. Si se le
priva de esta experiencia sembrando la duda sobre los demás, se le puede
hacer tanto bien como mal. Es nuestra decisión protegerles hasta la edad de
seis o siete años, pasada esa edad no podemos controlarlo todo. En esa etapa,
se puede empezar a hablar de qué hacer cuando un desconocido se les acerca
o les habla o no se sienten cómodos. Deberían poder acudir a un adulto y decir:
«No me siento cómodo con esto» y conseguir la intervención del adulto. Los
niños pequeños no deben verse nunca en una situación en la que tener que
escapar de desconocidos, deben estar siempre acompañados de adultos de
confianza. A los seis y siete años, se les puede enseñar cuándo escapar o qué
tienen que hacer en este sentido.
Sig: Los niños que mantienen un buen sistema de comunicación no verbal
con sus padres reaccionan con más fuerza a las órdenes orales y al lenguaje
corporal y, a menudo, permanecen más próximos a sus padres que los niños con
habilidades orales poco desarrolladas o hiperactivos. Los padres saben si sus
hijos reaccionan bien a sus claves verbales y si pueden llevarlos a un lugar lleno
de gente.
El concepto integral de la protección y seguridad física y de entornos
seguros depende del conocimiento de las diferencias individuales. No
recapacitamos lo suficiente cuando enviamos a los niños a la escuela, pero
estas diferencias son muy importantes para la clase de peligros que el niño
puede encontrarse. La vulnerabilidad individual del sistema nervioso central es
parte de la necesidad de seguridad y protección física.
Tbb: Lo imprevisible del negativismo y los problemas de autonomía abren la
puerta a nuevos peligros durante el segundo año de vida; algunos niños muy
sanos pueden salir disparados como un cohete y, sin embargo, un exceso de
restricción y control puede acabar con la curiosidad y el negativismo natural del
niño. Los castigos severos no son la solución; una madre que sabe cuándo y
cómo establecer límites seguros lo transmite rápidamente a su hijo. Lo llamamos
referenciar, un niño sabe cuándo sus padres dicen no por el tono de su voz o
por conductas no verbales. Éste es el primer paso para criar un niño seguro.
Sig: Sí, en los primeros años de vida, los niños que están en sintonía no
verbal captan el tono de voz que anuncia el peligro, son niños que van a vivir
más seguros.
Tbb: A menos que haya alguna urgencia de escapar de mamá. Lo principal
es que los padres deben saber que es un problema de su incumbencia y lo que
deben hacer para proteger a sus hijos.
Sig: En los niños de tres años observamos un buen ejemplo del
funcionamiento de un sistema no verbal. Muy pocos niños de esta edad
entrarían en el salón y derramarían pintura por la alfombra y las sillas, no es así
como se comportan.
A menudo, los padres se lamentan: «Es que no puedo controlarlo», pero
compruebo que no cambian el tono de voz lo suficiente para dar indicaciones
adecuadas o no están muy unidos al niño. Les pregunto: «¿No tira la pintura por
la alfombra del salón?», «No, nunca haría eso», «¿Y por qué no?», «Porque
sabe que no lo permitiría». Entonces les digo, «¿Por qué no sabe lo mismo
sobre los pellizcos que da a su hermano?». Es frecuente ver la discrepancia
entre el padre y la madre, uno puede estar tenso y desaprobar con la mirada y
movimientos de cabeza, el otro puede decir con dulzura: «Por favor, no hagas
eso». Los niños captan si se les da permiso para seguir adelante y hacer lo que
quieren.
Tbb: En cuanto a la seguridad de los niños, sería útil inspirarnos en los
logros que hemos alcanzado en otros ámbitos (los coches, los aviones, el
airbag, etcétera); tal vez estos avances sirvan de modelo para buscar soluciones
a otros problemas y la sociedad podría tomar parte, por ejemplo, los fumadores
pasivos y las armas.
Sig: Llegamos a la polémica sobre qué decisiones corresponden a la
educación, a la justicia y a la familia. De nuevo, si podemos hacer que
constituya parte del proceso educativo, comenzando en la escuela primaria, la
persona llegaría a incluirlo en su modo de pensar, es decir, lo interiorizaría y con
un sistema de creencias formado, más adelante, en la edad adulta, no habría
necesidad de convencerles.
Recomendaciones
Seguridad básica
Asistencia en el parto
Cada uno de estos tipos requiere una relación parental coherente con sus
particularidades y necesidades si se desea que desarrolle toda su potencialidad.
Esta coherencia entre las interacciones o la enseñanza y la potencialidad
individual también ayuda a los niños con autismo o retraso mental. Hemos
trabajado con niños diagnosticados con trastornos autistas que han desarrollado
habilidades sociales, emocionales y cognitivas notables8. El hecho de que
algunos hayan reaccionado tan bien revela una prognosis mucho más
esperanzadora de lo que nunca se había pensado. En general se cree que el
retraso mental es resultado de daños biológicos profundos tan severos, que los
niños se sitúan en los percentiles más bajos en todas las habilidades mentales,
motoras, verbales, espaciales, etcétera. Una observación más próxima, sin
embargo, descubre que estos niños también son diferentes, algunos con
capacidad verbal más fuerte y otros más débil que la capacidad espacial o
motora, etcétera. Trabajar estas diferencias, potenciar las capacidades y
remediar las carencias ha logrado que muchos niños se desarrollen mucho más
de lo esperado.
La necesidad de adecuar las experiencias a las diferencias individuales es
especialmente importante durante la primera infancia. Por ejemplo, hay un
porcentaje de niños que tienen problemas para aprender a leer y corren el
riesgo de fracasar en otros aprendizajes que requieren la lectura, como la
historia o las ciencias sociales, lo que les desanima y provoca problemas de
conducta y una elevada probabilidad de abandono de los estudios.
Si los niños no responden a los métodos de lectura convencionales, incluso
cuando se les enseña con mayor sistematización y refuerzo, suele ser debido a
dificultades para procesar los sonidos. No discriminan sonidos sutiles, lo que les
dificulta relacionar lo que escuchan con las letras que ven. Algunos tienen
problemas para percibir las letras, pero la inmensa mayoría no puede discriminar
sonidos. Para ellos, un método basado en el reconocimiento fonético, que les
enseña a discriminar los sonidos primero y a relacionarlos después con la
percepción visual de la forma de las letras, parece dar mejores resultados. En
una serie de estudios de investigación, este método ha funcionado con niños
para los que es difícil aprender a leer: aprenden y además disfrutan con la
lectura9. De igual modo, hay niños que no llegan a dominar conceptos
matemáticos no porque no puedan memorizar los datos, sino por una dificultad
espacio-visual que les impide imaginar el concepto de cantidad. En estos casos,
el método que combina un fuerte interés emocional en objetos concretos, como
galletas o monedas, con la habilidad para visualizar cantidades o distancias (o
cantidades de tiempo) parece sentar las bases para mejorar en matemáticas. Un
último ejemplo, los niños con problemas de planificación y secuenciación tienen
dificultades para escribir cuatro o cinco frases seguidas y relacionadas.
Comprender esta dificultad fundamental equivale a comenzar a remediarla, en
lugar de insistir en la memorización de reglas gramaticales.
La actual tendencia educativa de vuelta a lo básico y a la ampliación de los
horarios escolares se aparta, lamentablemente, del reconocimiento de las
diferencias individuales en aras de una metodología que sirva para todos. Si nos
limitamos a profundizar en lo que no da buenos resultados, no conseguiremos
gran cosa; tampoco se ayudará a los niños y niñas por el simple hecho de
evaluarles. Asimismo, aumentar la responsabilidad sin innovar los métodos
educativos tampoco arrojará mejores resultados, como dice el refrán, «no por
mucho pesarla, la vaca va a engordar». La evaluación constituye una parte
importante del aprendizaje si el profesorado consigue saber cuándo sus
métodos son buenos para los alumnos y si ayuda a los alumnos y a los padres a
saber lo que se aprende y se domina y lo que no. La mejor evaluación es
aquélla en la que el niño aprende y se evalúa constantemente como una
demostración, ante sí mismo y los demás, de que domina los contenidos.
Cuando nos fijamos en las diferencias individuales en la educación,
prestamos atención al núcleo de los procesos: el procesamiento auditivo y de
lenguaje, el pensamiento espacio-visual, la planificación y secuenciación motora
(llamadas habilidades ejecutivas) y la modulación sensorial, así como los
diferentes niveles de pensamiento abstracto necesarios para aprender a
dominar los contenidos escolares, por un lado, y el mundo social y emocional,
por otro. A menudo despreciamos estas diferencias individuales o capacidades
de procesamiento fundamentales, que son la base de todo aprendizaje, mientras
que damos demasiada importancia a la memorización. Quienes afirman: «Bueno,
al menos deben saber quién era Grant o Lincoln o Washington» tienen que
percatarse de que ese enfoque no es adecuado. Si los niños sólo conocen unos
cuantos datos aislados, su educación habrá sido deficiente. Claro que deben
saber quiénes son esos personajes, pero tienen que saberlo dentro de un
contexto de conceptos históricos. Para comprender conceptos, han de ser
lectores expertos, con buen pensamiento espacio-visual y una capacidad
avanzada de solución de problemas abstractos; no hay forma de remediar esa
carencia, base de todo aprendizaje. La vuelta a lo básico, por tanto, debe ser la
vuelta a los procesos básicos que sustentan todo aprendizaje.
Para que el sistema educativo y el profesorado se aseguren el dominio de
estos procesos básicos, son necesarios seis planteamientos fundamentales:
1. La unicidad de cada niño.
2. Colaboración entre familias y educadores.
3. Aprender mediante interacciones emocionales dinámicas.
4. No hay lugar para el fracaso.
5. Grupos pequeños.
6. Tiempo dedicado a las capacidades básicas cada día.
5. Grupos pequeños
El modelo basado en las diferencias individuales precisa que las aulas tengan
menos alumnos de los que tienen en la actualidad. Las clases de 25 o 30
alumnos no propician el aprendizaje. En la mayoría de los casos, sólo los niños
y las niñas capaces de aprender sin la ayuda de la escuela progresan en grupos
de ese tamaño. Para que los más dotados desarrollen toda su capacidad, los de
potencial normal mejoren sus resultados y los que tienen problemas de
aprendizaje sean competentes, es preciso reducir el tamaño de los grupos.
Ya hemos señalado que cada niño tiene una manera personal de recibir y
comprender la información, de comunicarse y de pensar. Estas capacidades de
procesamiento son la base de la lectura, las matemáticas, la escritura y toda
modalidad de pensamiento académico y social. En la actualidad, esta base se
trabaja de manera informal como parte de los procesos aplicados a las
diferentes materias; sin embargo, dado que estos procesos son implícitos en
lugar de explícitos, el profesorado y el alumnado no son muy conscientes de
cuáles se adquieren con facilidad y cuáles requieren más dedicación y práctica.
Esta base incluye:
El procesamiento auditivo: la capacidad para captar y entender lo que
se escucha.
El procesamiento espacio-visual: la capacidad para captar y entender lo
que se ve, y negociar con el mundo físico, esencial, para el aprendizaje
de las matemáticas, las ciencias y la lectura.
La modulación sensorial: la capacidad para procesar información y
reaccionar adecuadamente con los cinco sentidos.
La planificación y secuenciación motora: la capacidad para organizar y
secuenciar acciones y pensamientos, un componente muy importante
de lo que se suele denominar funciones ejecutivas.
Debate
Sig: Nuestras prácticas de crianza, nuestros enfoques educativos y nuestros
servicios de sociales, sanitarios y de salud mental raramente reconocen o tratan
las diferencias individuales. Por una serie de razones que no están del todo
claras, tal vez debido a ambientes caóticos durante los primeros años de vida o
a la exposición a sustancias que dañan el sistema nervioso, cada vez más niños
y niñas presentan pruebas extremas de estas diferencias individuales.
Tbb: Tenemos que fijarnos mucho más en estas diferencias tanto en lo
referido a la interacción con los padres como con el resto de la sociedad. La
contribución de la niña es la misma en todos los ámbitos, con la familia, los
maestros, los compañeros, el personal de los centros infantiles, etcétera, y cada
una de estas personas tiene ocasión de saber cómo es una niña y de prestar
atención a sus necesidades específicas.
Servicios preventivos
Sig: Cuando los niños son un poco mayores, ¿cuál sería la responsabilidad
del sistema educativo para aumentar la responsabilidad médica?
Tbb: Creo que nuestros asesores más expertos y mejor formados deberían
trabajar en el sistema escolar (lo sabemos por Head Start). En primer curso
debería haber mucho personal preparado para detectar qué niño crece bien y
qué niño no. Después, tendríamos que encargarnos de ellos mediante sistemas
adecuados.
Sig: ¿Qué tipo de persona o de equipo queremos que implante esta filosofía
en las escuelas?
Tbb: Alguien capaz de ver al niño como un todo, un psicólogo con formación
en el desarrollo que dijera cuál es la etapa de desarrollo, el temperamento y las
diferencias individuales de cada niño y creara una imagen del hogar de cada
niño de la clase.
Sig: ¿Esta persona pertenecería al sistema educativo o al de salud?
Tbb: En mi opinión pertenecería a los dos: primero a través de los sistemas
de salud de cuidados maternales infantiles y después, en cuanto el niño va a la
escuela. Si pertenecen a Head Start, empezarían ahí; lo hemos demostrado
haciendo lo que podíamos, aunque no fuera mucho. Head Start consigue
resultados a largo plazo.
Sig: El modelo momentos clave podría continuar durante toda la
adolescencia, de forma que la persona de la escuela colaboraría con la persona
de salud de los momentos clave.
Tbb: No hemos llegado al sistema escolar, pero sí a los centros infantiles,
con excelentes resultados. El personal del centro infantil pregunta a una madre:
«¿Se despierta tu hija de un año por la noche?» y la madre responde: «Sí, ¿por
qué lo sabes?», «Porque derrocha tanta energía para aprender a andar durante
el día que tiene que despertarse por la noche y tiene que ser muy difícil darle de
comer». La madre piensa: «Vaya, conoce bien a mi hija» y colabora con el
personal del centro de una forma que no había hecho antes.
Sig: Las escuelas públicas tienen que dar un cambio conceptual. El sistema
educativo y, hasta cierto punto, los centros infantiles se consideran a sí mismos
puramente educativos. Tienen que cambiar su alcance, del mismo modo que el
sistema de salud debe ampliar sus miras y considerar las relaciones, las
interacciones y el desarrollo socio-emocional como parte de la asistencia
sanitaria. Del mismo modo, la educación no puede seguir manteniendo una
definición estrecha de la inteligencia; una vez ampliada la definición de
inteligencia, se comprueba la importancia de las relaciones tempranas. Las
relaciones interactivas son la base para aprender a pensar.
Cuando nos referimos a pequeños con diferencias intelectuales
especialmente difíciles no hablamos de una población pequeña. Aunque se han
identificado problemas clínicos en un 15 y 20% de la población escolar, menos
de la mitad de los niños escolarizados son capaces de compartir, de sentir
empatía y proximidad, de usar ideas en el juego imaginativo y de reflexionar en
las discusiones (en lugar de pedir lo que quieren).
Es preciso ampliar el alcance de la educación para que se consideren todas
estas diferencias individuales de las que estamos hablando, las escuelas no
pueden darles la espalda. No pueden decir: «Eso es pedir demasiado a la
educación, nuestro trabajo es enseñar matemáticas y lectura». Para que el niño
comprenda las relaciones espaciales de las matemáticas, tiene que saber
razonar y pensar, y para razonar y pensar tiene que ser capaz de interactuar y
comunicarse con los demás.
Tbb: Cuando tengo oportunidad de hablar con gente en la National
Education Association (NEA), dicen que ahora están colapsados porque tienen
que afrontar problemas sociales y problemas de aprendizaje que consumen toda
su energía y que están sobrepasados de trabajo. Si hubiera especialistas que
les liberaran del trabajo con los niños y familias que necesitan ayuda, estarían
dispuestos a hacer cualquier cantidad de trabajo diagnóstico, porque
ciertamente saben cómo hacerlo.
Sig: ¿Qué les impide contar con esos especialistas ahora mismo? El modelo
preventivo que describes reduciría la cantidad de niños en clases con
necesidades especiales. Prestando atención temprana a los niños con
problemas motores, de atención, de lenguaje, sociales y emocionales, así como
a sus familias, reduciríamos el número de los que crecen hasta necesitar aulas
especiales.
Si se siguiera un modelo preventivo, se podría rediseñar la educación en
este país con menos coste y mejores resultados. En la actualidad, el modelo de
educación especial es justo lo que criticas, un modelo patológico donde se
evalúa el déficit del niño, se etiqueta y no se ponen las bases para el desarrollo.
Los niños son «remediados» en agujeros más profundos.
Tbb: Ahora, para cuando se asiste al niño, ha sufrido tanto, que está
quemado y no queda esperanza.
Recomendaciones
Nacimiento
Visitas domiciliarias
Enfoque preventivo
Los primeros exámenes, en los que se informa a los padres de los puntos
fuertes del bebé, deben orientarse a la identificación de retos o retrasos antes
de que den lugar a pautas de fracaso. Las recomendaciones para intervenir
deben hacerse después de que el especialista haya establecido una relación de
trabajo con los padres.
Servicios de apoyo
Cada pediatra o técnico sanitario que atienda a los bebés debe contar con un
equipo de respaldo formado por especialistas de todas las disciplinas relativas al
desarrollo temprano. Estos servicios deben basarse en la comprensión de las
diferencias individuales de los niños y sus familias.
Seguro médico
Educación
La educación debe construirse sobre la comprensión de las diferencias
individuales para respetar el modo en que cada niño aprende y se relaciona con
los demás y con el mundo. Incluye cómo capta, comprende, piensa y responde a
la información.
El tamaño de las aulas durante toda la etapa educativa hasta la universidad
debe posibilitar que cada alumno y cada alumna siga su ritmo y que los
profesores identifiquen los avances y los retrasos. Esto significa que no debería
haber más de cuatro o seis niños en las clases de dos años; entre cinco y siete,
con tres años; de seis a ocho con cuatro años y 10-12 con cinco años. A partir
de primer curso, las aulas no deberían superar los 12-15 alumnos y en
secundaria, entre 12 y 16.
En el currículo se debe reemplazar la orientación al fracaso por la orientación
al dominio y la maestría. Mediante pruebas adecuadas se debe identificar a los
niños que necesitan otro método para aprender y cambiar el método sin
culpabilizar al niño. Los programas extraescolares de verano y de tutoría
individual deben seguirse para ayudar a dominar las materias de una forma
lógica y progresiva. Un niño o una niña debería repetir una prueba hasta que ser
capaz de hacerla con notable o mejorando siempre el ejercicio, con la exigencia
de que se le ayude hasta que domine la prueba y pueda pasar a la siguiente.
Algunos niños avanzan más deprisa que otros.
Se deben separar los rudimentos fundamentales de la lectura, escritura y
aritmética de los temas que requieren más debate y contenido, en los que los
niños pueden trabajar en grupo. Los rudimentos deben enseñarse de manera
individualizada para que no se acabe la secundaria sin saber leer y operar con
números. Este enfoque exige grupos pequeños de trabajo y mucha tutoría
individual.
Además, los rudimentos básicos del pensamiento y solución de problemas
deben constituir un objetivo explícito de la educación. El currículo debe, por
consiguiente, incluir el trabajo de procesamiento auditivo, espacio-visual,
planificación y secuenciación motora y modulación sensorial. Estas bases
pueden trabajarse en el contexto tradicional de las materias académicas
(matemáticas, lectura, ciencias, lengua).
Además, no deben emplearse los tests ni las pruebas de inteligencia como
primera herramienta para categorizar o etiquetar a los niños. Aunque estas
pruebas tengan una larga tradición, sólo miden capacidades cognitivas
seleccionadas en un momento determinado; tampoco miden todas las
capacidades críticas de procesamiento relacionadas con el funcionamiento
intelectual y los resultados en las pruebas pueden estar afectados
negativamente por algún déficit de procesamiento selectivo, como son los
problemas graves de planificación y secuenciación motora. Por ejemplo, hemos
observado clínicamente a niños con estos problemas mejorar su rendimiento un
30% en estas pruebas de inteligencia en un periodo de cinco años, a medida
que mejoraban en el aspecto motor. Las pruebas de medición de la inteligencia
nunca son tan valiosas como la observación directa de cómo la niña aprende en
el tiempo a través de interacciones de aprendizaje individualizadas y acordes
con su perfil de desarrollo o sus puntos fuertes y sus debilidades. De hecho,
etiquetar y tratar a un niño como si fuera igual a los de su categoría tiende a
disminuir la probabilidad de interacciones de aprendizaje individualizadas. Por el
contrario, trabajar de forma individual e intentar encontrar un método mejor de
comprender la diferencia y de crear interacciones de aprendizaje
individualizadas y dinámicas crea con frecuencia oportunidades continuas de
crecimiento.
La educación debe emplear enfoques de aprendizaje interactivos dinámicos
que propicien la comprensión conceptual en lugar de la memorización rutinaria.
Los padres y educadores pueden colaborar en la individualización de
experiencias educativas y esta cooperación puede ampliarse a la participación
de los padres en la dinámica y control de la escuela.
Salud mental
Las terapias también deben enfocarse en función de las diferencias
individuales22. Hay que evitar la tentación de agrupar pautas individuales
diferentes en síndromes generales y esperar hasta contar con más datos. El
perfil individual debe ser la guía de los programas de intervención, que tienen
que incluir suficientes medidas individuales, familiares y educativas, así como
considerar la intervención biológica. En la actualidad las intervenciones
psicosociales suelen ser insuficientes.
A medida que los niños y las niñas crecen, superan distintas fases de desarrollo.
Cada una de ellas proporciona las bases para la inteligencia, la moral, la salud
emocional y las aptitudes académicas. Por ejemplo, durante una etapa,
aprenden a relacionarse con los demás con compasión y empatía; en otra,
aprenden a leer claves sociales y en otra, a pensar con imaginación y lógica.
En cada etapa son necesarias ciertas experiencias. Para que aprendan a
relacionarse con los demás se necesita que los adultos se relacionen con ellos
afectiva y empáticamente. Aprender a leer claves sociales exige que los adultos
participen en la negociación y el juego interactivo. El pensamiento lógico y
creativo requiere que los adultos sean los compañeros en el juego imaginativo,
en conversaciones donde se opine e intercambien ideas.
Cuando el niño o la niña supera una nueva etapa de desarrollo, sigue
necesitando los tipos de interacción asociados con la etapa anterior. Estos
nuevos tipos se suman a los anteriores de forma que, cuando llega a la edad
escolar, necesita una serie de experiencias fundamentales sobre las que
sustentar su desarrollo. Muchos padres y madres saben de manera intuitiva
cuáles son estas experiencias y también se dan cuenta de las que domina su
hijo y las que requieren más práctica o atención. Algunos niños, por ejemplo,
precisan más práctica para aprender a relacionarse con cariño y confianza;
pueden ser más relajados y mostrarse más absortos durante el primer año y
progresivamente aumentar la intimidad y las relaciones con los demás durante el
segundo año. Otros necesitan más tiempo para aprender a jugar con
imaginación.
Cada niño tiene su propio ritmo para dominar estas actividades de desarrollo.
Forzar o apresurar el desarrollo en cualquiera de sus etapas puede en realidad
retrasarlo, el coste es enorme porque se construirá una base inestable, del
mismo modo que una casa mal edificada se caerá con el primer huracán que la
azote.
La mayoría de los programas diseñados para la primera infancia, así como la
National Association for the Education of Young Children, (véase el listado de
organizaciones en el Anexo 3*) subrayan la importancia de las prácticas acordes
con el desarrollo. No obstante, el reto de convertir este objetivo en realidad
consiste en descubrir el mejor modo de caracterizar las capacidades de
desarrollo individuales. Ésta es una cuestión importante porque si somos
capaces de presentar a un pequeño las experiencias más acuciantes para su
momento de desarrollo, le estaremos ayudando a superar los desafíos además
de favorecer un desarrollo y un crecimiento sanos. Dado que las destrezas
motoras, cognitivas, de lenguaje, emocionales y sociales se desarrollan a
diferente ritmo, también debemos prestar atención al nivel que se alcanza en
cada una de estas áreas. Si existe un retraso en alguna de ellas, entenderemos
cuánto le cuesta al niño.
Las etapas de desarrollo infantil se han descrito de formas diferentes.
Greenspan ha clasificado seis etapas básicas o capacidades funcionales del
desarrollo:
1. Seguridad y capacidad de mirar, escuchar y estar tranquilo.
2. Relaciones con los demás: capacidad para sentir ternura y cercanía
hacia los demás.
3. Comunicación intencional sin palabras.
4. Solución de problemas y creación de un sentido del yo.
5. Ideas emocionales.
6. Pensamiento emocional.
Y otras tres adicionales, que caracterizan los años escolares1:
7. Pensamiento triangular, la edad de la fantasía y la omnipotencia.
8. La edad de los compañeros y de la política.
9. Un sentido interior del yo.
Todos los niños y las niñas necesitan, sobre todo, en edad escolar, regularse y
estar tranquilos y, al mismo tiempo, interesarse y participar en el entorno. Esto
significa tener interés y prestar atención a las personas, las cosas, los objetos,
los sonidos, los olores, etcétera.
No es sencillo para un niño aprender a estar tranquilo y regulado y
permanecer, a la vez, atento a un mundo lleno de estímulos. Normalmente
comienza a aprenderlo durante los primeros meses de vida; para los tres o los
cuatro meses, los bebés dirigen su atención, sin perder el control, a lo que
tocan, ven y oyen. Algunos sonríen con naturalidad y gorjean, miran y escuchan,
duermen con regularidad y se alimentan bien. Otros (y no son pocos) tienen más
dificultades. Si esta capacidad no se desarrolla a ninguna edad, tenemos que
trabajarlo porque no se puede pasar por alto este momento vital interno.
La tercera capacidad básica se construye sobre las otras dos (hay que prestar
atención y relacionarse con los demás antes de comunicarse con ellos). Desde
muy pequeños, los niños y las niñas aprenden a usar y leer señales que no se
expresan con palabras, sino con expresiones faciales, lenguaje corporal,
etcétera. La habilidad infantil para comunicarse se desarrolla en una secuencia
de etapas que comienza entre los seis y los 18 meses. Primero, la comunicación
es no verbal pero después inician un rico diálogo con sonrisas, gestos, señalan
con el dedo, hacen muecas, risitas, gorjeos y llanto. A los 18 meses son hábiles
lectores de claves no verbales («referenciar»).
Los niños que emplean y comprenden la comunicación no verbal entienden
los fundamentos de la comunicación e interacción humana mucho mejor que los
que no saben hacerlo. Tienden a ser más cooperativos y a prestar más atención
en la escuela. Saben captar claves no verbales y actuar en situaciones que
desconciertan a otros niños. Los niños que no dominan la comunicación no
verbal tendrán mayores dificultades en la escuela y con los amigos porque
todavía están aprendiendo a interpretar las claves no verbales y a descubrir lo
que los demás quieren decir realmente, en lugar de sentirse cómodos y poder
concentrarse en los contenidos escolares. Lo que se debe recordar es que la
habilidad para leer y responder a claves no verbales, que se aprende muy
pronto, es un componente continuo de la habilidad infantil para socializar y
aprender en la escuela.
En esta etapa, los niños y niñas de hasta tres años aprenden cómo funciona el
mundo. Ahora saben reconocer pautas y utilizarlas para solucionar problemas.
El reconocimiento de qué acciones provocan la respuesta deseada de los
padres lleva a una serie de complejas interacciones. Entre los 14 y los 18
meses, una vez que saben conseguir lo que quieren (zumo, un juguete, un
abrazo) comienzan a desarrollar un sentido del yo. Una serie de habilidades
cognitivas y la construcción de la curiosidad que da lugar al pensamiento
científico crecen a partir de estas experiencias emocionales tempranas de
solución de problemas en colaboración con otra persona.
5. Ideas emocionales
6. Pensamiento emocional
Con siete y ocho años, se amplían sus horizontes, su mundo son los otros niños.
Superan la etapa de desarrollo centrada en la familia y entran en el polifacético
mundo de los compañeros donde pasan a las reglas del patio de juegos.
Ahora se definen por el modo en que encajan con sus compañeros de clase.
La imagen de sí mismos comienza a definirse, en parte por la ley del más fuerte
que impera en el patio. Se valoran a sí mismos en todo frente a los demás,
desde la capacidad atlética hasta la popularidad, el aspecto físico, la inteligencia
y la ropa.
Obtienen grandes beneficios de la definición como miembros de un grupo,
por ejemplo, alcanzan una capacidad enorme para el pensamiento complejo.
Para negociar lo intrincado de las distintas relaciones dentro de un grupo, tienen
que aprender a razonar en un nivel muy sofisticado. Aprenden que «Nora quiere
jugar con Emilia no porque me odie o porque sea culpa mía, sino porque Emilia
es hoy su mejor amiga y yo su segunda mejor amiga, y María es su tercera
mejor amiga. Pero esto puede ser distinto si invito a Nora a mi casa unas
cuantas veces y le dejo jugar con los juguetes que me han regalado por mi
cumpleaños».
La capacidad para diagnosticar la dinámica de grupo les ayuda a desarrollar
destrezas sociales y cognitivas que serán de gran ayuda en la escuela, y por
supuesto en el mundo real. Aprenden que casi todo en la vida tiene matices de
grises, no todo son extremos de todo o nada.
Ponderar estas sutiles sombras de grises requiere comprender que los
sentimientos y las relaciones existen en términos relativos. Un niño comienza a
aprender que «Estoy un poco enfadado un día, mucho más enfadado el día
siguiente y furioso otro día».
En esta edad, la competitividad puede ser muy intensa y los juegos se toman
muy en serio («Has hecho trampa y lo sé»). Los niños pueden ser intolerantes
con cualquiera que cambie las reglas (salvo ellos) y cualquier pérdida es
recibida como algo personal. En esta etapa de la vida, la humillación, la pérdida
de respeto y la falta de aprobación constituyen sus peores miedos.
Debate
Sig: ¿Cuáles son las experiencias típicas de un día en la vida de un niño?
¿Estamos sustituyendo las experiencias reales con experiencias virtuales o
sobrecargando a los niños con actividades deportivas en lugar de dejarles que
salgan a la calle a jugar a la pelota?
Tbb: Suele ser el caso de los niños que gozan de buena salud, tienen cada
hora programada, pero tiene que haber una parte del día en que el adulto no
intente convertirlo en mejor estudiante. Necesita tiempo para relacionarse con
sus compañeros.
Sig: Cuando yo era niño, bajaba al parque frente a casa y elegíamos los
bandos para inventarnos nuestros juegos. Ahora hay entrenadores explicando a
los niños qué hacer, y todo está programado. Es una familia muy diferente la que
sale al aire libre y se inventa los juegos y sus propias reglas. A edades
tempranas, es mucho más divertido y creativo que practicar deporte. Tenemos
que preguntarnos qué se pierden los niños que ya no pueden salir a la calle con
sus amigos, mojarse los zapatos en los charcos e inventarse sus propios juegos.
Demasiado a menudo la televisión reemplaza a los juegos de policías y ladrones
en la calle.
Tbb: Tenemos que analizar cómo pasa el día un niño o una niña.
Sig: Pongamos que está en la escuela hasta las 2:30 h o las 3:00 h. Cuando
llega a casa, come frugalmente y los padres le mandan hacer los deberes. No
sale a la calle a jugar, ni a construir una casa en los árboles. A las 4:30 h o las
5:00 h tendrá entrenamiento de fútbol o clase de ballet, a menudo con un largo
desplazamiento en coche; después, la cena, más deberes y a dormir. Ése es su
día. Si queda algo de tiempo, verá la televisión. Queda muy poco para pasar el
rato con una amiga o un amigo. ¿Qué te parece? Dada la naturaleza del sistema
nervioso…
Tbb: Se paga un precio; el pequeño pierde espontaneidad porque no tiene
ocasión de poner sus ideas en práctica. Se aprende tanto de los amigos, de la
comprobación de límites, de descubrir cómo compartir.
Sig: A las familias les digo a menudo: «Cuando John y Susi vienen de la
escuela, tienen que salir a jugar al menos durante una hora». Insisto en que
tengan cuatro o más citas de juegos con sus amigos a la semana. Susi viene de
la escuela y se encuentra con sus amigos en el barrio, o una amiga viene a
jugar a casa o va a casa de su amiga a jugar una o dos horas. Los deberes
empiezan a las 5:00 h. Si hay entrenamiento de fútbol, deja que el niño se junte
con un amigo durante media hora o 45 minutos simplemente para que estén
juntos. La mayoría no tiene ocasiones de aprender de las relaciones con los
compañeros; llevarse bien es una habilidad que requiere su propio proceso.
Para ser capaz de afrontar la competitividad y el rechazo, facetas de las
relaciones entre amigos, los niños necesitan pasar juntos muchas horas. Si no
se experimenta la humillación y la burla, tendrá menos recursos en sus
relaciones adultas. Si no se invierten las horas, no se aprenden las habilidades.
Tbb: Los niños necesitan una amplia variedad de experiencias, tiempo con
los amigos, con los ordenadores, con la familia y tiempo para hacer lo que
quieren. Pero parece que también tenemos que programar el juego en sus
vidas, ya que está fuera de ellas.
Sig: Los niños y los padres también necesitan tiempo libre, en especial en los
años formativos cuando los padres están bien trabajando o bien ayudando a los
hijos con los deberes. Necesitan tiempo sin estructura en la adolescencia e
incluso después. Las familias necesitan pasar tiempo juntos sin deberes de por
medio o actividades programadas.
Tbb: Hay que buscar una hora aquí y allá cuando la niña no tiene nada que
hacer. También recomiendo tiempo con el padre y con la madre por separado.
Ellen Galinsky del Families and Work Institute entrevistó a hijos de padres
trabajadores. Todos estaban de acuerdo en que los padres tenían que trabajar,
lo que echaban de menos era tiempo para estar con su ocupado padre, no para
hacer nada especial, tan sólo para estar juntos5.
Sig: Así es, todos los niños de primaria necesitan llamar a un amigo y hablar
y tiempo con sus padres para no hacer nada. Son momentos que se recuerdan
con agrado porque se comparten con el otro.
Tbb: Recomiendo a los padres que trabajan que, cuando lleguen a casa, no
hagan absolutamente nada más que sentarse con sus hijos y preguntarles:
«¿Qué tal el día?». Después de un rato, los niños estarán nerviosos y queriendo
hacer otra cosa, entonces se les puede llevar a la cocina para que ayuden a
preparar la cena. Les gusta ayudar, sienten que contribuyen y que hacen falta.
Sig: Esto nos lleva al tema anterior sobre la protección y la seguridad. Hay
que proteger a los niños ante el abuso del ordenador y de la televisión. A
menudo ocurre que la familia no comparte tiempo porque la televisión está
encendida. Cuando la gente se preocupa por la televisión se suele referir al
contenido, que es un problema, pero el mayor riesgo está en la pasividad. Los
niños se pierden la actividad interactiva que fomenta el crecimiento y moviliza el
sistema nervioso central en vías integradas. Cuando esta carencia se combina
con la violencia televisiva, el impacto es doble. Las personas llegan a estados
casi de hipnosis, bombardeados por imágenes negativas. Cuando los niños
juegan en la calle a buenos y malos está bien porque están pensando un
sistema de justicia e injusticia, trabajando los temas de la vida, algo muy
diferente de permanecer pasivo y absorto ante las imágenes televisivas.
Tbb: Hemos estudiado lo que pasa con niños de tres años cuando se sientan
frente a la televisión y hallamos que están exhaustos autonómica y
emocionalmente después de 30 minutos. Medimos el ritmo cardíaco y la
respiración para ver el efecto en el córtex. Al principio, el niño estaba estimulado
y después, habituado. Una vez detenido el proceso de habituación, el niño
«explotaba» en un modo de descarga de actividad motora y autonómica. La
habituación es la forma que tiene el cerebro de protegerse para evitar la
sobrecarga.
¿Recuerdas las cajas de Skinner6? Los padres me decían que, cuando los
niños estaban dentro, dormían como troncos y cuando salían se subían por las
paredes. En aquel tiempo pensé que se debía al efecto del sistema
homeostático. Observamos lo mismo al testear el corazón y la respiración de
niños frente al televisor. Entraban en este estado de hipnosis y el
electroencefalograma se mostraba plano. Cuando dejaban la televisión, se
volvían locos. Para mí era el efecto del coste de estas situaciones artificiales.
Sig: Si no se les observó después de ver la televisión sino que se midieron
sus constantes cuando estaban viéndola, se podría pensar que estaban en un
estado de reposo, de entrada y salida. No parecía un estado sin estímulo.
Tbb: Siempre lo consideré un proceso activo de protección. El latido del
corazón disminuía y se regularizaba; no había variación; la respiración también
se hacía más lenta, sin variación, a pesar del bombardeo de imágenes. Después
el electro parecía corresponder al estado de sueño.
Sig: La falta de variabilidad era signo de estrés en el sistema. Cuando veo la
televisión tarde por la noche, me cuesta volver al trabajo, me siento cansado y
no me queda energía. Finalmente lo consigo, pero cuesta mucho salir de ese
modo pasivo. Si evitara el descanso con la televisión e hiciera algo diferente
para relajarme, sería mucho más fácil reemprender la tarea. Parece que hay
algo relajante en no hacer nada pero es un estado psicológico difícil de romper.
Tbb: ¿Queremos poner un límite a la televisión? En mi opinión, una hora al
día para niños en edad escolar y dos horas durante el fin de semana es más
que suficiente. Deja que el niño escoja los programas, pero la madre o el padre
tiene la última palabra. La televisión debería verse como uno de los principales
competidores de la mente y el corazón de los niños, deberíamos tomarlo muy en
serio.
Sig: Una hora al día es realista, pero si hablamos de lo ideal, lo dejaría en
media hora durante la semana y una hora o dos los fines de semana. Lo que
sucede a menudo es que los padres llegan a casa y ponen la televisión para ver
las noticias, toda la familia ve las noticias y al final es muy adictivo.
Tbb: Otros medios tienen también el mismo efecto, como los juegos de
ordenador.
Sig: Los niños, si no tienen nada mejor que hacer, son capaces de pasar
cuatro horas jugando con el ordenador, en juegos repetitivos que no requieren
esfuerzo. Si se les da la oportunidad, muchos prefieren juegos más interactivos.
Grabamos en vídeo a niños jugando con el ordenador y jugando a cosas más
tradicionales como las cartas. Con el ordenador, había muy poca expresión o
interacción; con los juegos de cartas, los niños volvían a la vida, hablaban,
reían, solucionaban problemas... sucedían muchas más cosas.
Tbb: Pero he visto a niños con problemas de aprendizaje mostrase
increíblemente vivos mientras jugaban a juegos de ordenador.
Sig: Sí, tenemos programas que empleamos con niños con problemas de
desarrollo, unos programas de lenguaje y de matemáticas que incluyen juegos
de ordenador. Están bien, pero incluso si estos niños pasan horas al día
jugando, se vuelven inflexibles y absortos. Si dedican media hora y luego
reciben abundante interacción, no está mal y puede ser útil.
Tbb: Las técnicas asistidas por ordenador son fabulosas para algunos de
estos pequeños, pero cuando se abusa, se pierde el beneficio. Así que cada
uno de estos elementos, televisión, juegos de ordenador, tiene que evaluarse
según sus efectos.
Deberes escolares
Sig: Además del tiempo para estar y jugar, hay que pensar en los deberes
escolares. Hay niños que dedican cuatro horas, pero como son incapaces de
permanecer sentados tanto tiempo, se levantan cada 10 minutos, de forma que
las dos horas de deberes acaban siendo cuatro, y el padre o la madre pasa la
tarde entera o el sábado forzando al niño a que esté sentado y acabe. No le
queda tiempo para jugar con los amigos, para dibujar o aprender de la
naturaleza.
Tbb: No me gusta dirigir a los niños en su tiempo, prefiero evitarlo. Me gusta
tu idea de desarrollar distintas facetas de la vida infantil. Los deberes, creo,
deberían decidirse entre el niño y los padres. Hemos ahuyentado a los padres
del sistema educativo, lo que me parece un tremendo error. Si hay algo que los
niños deben aprender en casa en lugar de en la escuela, realmente necesitamos
la participación de toda la familia.
Sig: Muchas familias ya lo hacen.
Tbb: Sí, pero sería mejor si el objetivo de los deberes escolares fuera
conseguir la participación de la familia. Debería ser una actividad que
desarrollaran juntos en casa.
Sig: Bien, digamos que lo tomamos como principio básico, pero cada edad y
curso requiere diferentes orientaciones, ¿no es así? ¿Cuánto tiempo debe
dedicar un niño de seis años a los deberes y a los juegos con los amigos?
Tbb: No mucho tiempo a los deberes. No conozco bien los niveles de cada
curso, pero en cuarto curso de primaria es cuando empiezan a adentrarse en el
pensamiento simbólico y a leer bien solos. Entonces pueden hacer las tareas sin
ayuda y en ese momento se podrían institucionalizar los deberes escolares.
Hasta esa edad, el objetivo podría ser implicar a los padres.
Sig: En primer curso aprenden a leer y operaciones básicas, sumar, restar.
En segundo, comienzan a sumar y restar con dos dígitos y la multiplicación
simple, y a elaborar historias completas. Un poco de práctica extra puede venir
bien.
Tbb: Sí, para ellos sería divertido hacer con sus padres tareas de este tipo.
No es obligatorio pero es una oportunidad de que los padres se mantengan al
tanto de lo que sus hijos aprenden y de que los hijos presuman ante sus padres.
Un poco de práctica, una media hora diaria estaría bien.
Sig: La mayoría de las escuelas no son exigentes con los deberes durante el
primero y segundo curso y no se exceden, pero en tercero hay una transición y
en cuarto un aumento que sigue creciendo hasta secundaria. En cuarto, quinto y
sexto (niños de 9, 10 y 11 años), ¿cuánto es demasiado?
Tbb: Todo lo que sobrepase las dos horas. En secundaria, cuando les
absorbe más lo que hacen, tres horas sería correcto.
Sig: Así que digamos que dos horas hasta secundaria y después tres horas.
Creo que esa tercera hora debería ser para algo que el chaval disfruta
haciendo, en contraste con la obligatoriedad de una tarea que no le interesa
demasiado. Dos horas es suficiente para los deberes exigidos, sobre todo
después de seis horas en la escuela.
Tbb: La misma cantidad de deberes no requiere el mismo tiempo a todos los
niños.
Sig: No, claro, una niña rápida puede hacer mucho más en dos horas, pero si
se empieza por obligar a hacer deberes durante cuatro o cinco horas, ¿qué
sucede con el resto de las áreas de desarrollo? Enseñas a la clase a escribir
una redacción pero un niño más lento necesita toda la tarde hasta la noche; no
le queda tiempo para jugar con los compañeros, por tanto, no aprende sobre las
relaciones y no tendrá las experiencias necesarias para escribir una redacción
pensada o una historia creativa.
Tbb: Entonces, ¿dónde estamos?
Sig: Bueno, el niño con necesidades especiales o problemas de aprendizaje
necesitará más trabajo y práctica en algunas áreas, pero si eso se convierte en
una tercera o cuarta hora cada día, se le está pidiendo que pague un peaje que
le robará otras muchas oportunidades. Lo que sugiero es que los niños que
precisan ayuda extra la reciban en la escuela de manera individualizada y que
después dediquen algo más de tiempo los fines de semana.
Tbb: Aquí es donde los padres pueden tomar el relevo: dos horas por las
tardes ayudando a sus hijos debería bastar.
Sig: Estaría bien si en lugar de pedir 20 problemas de matemáticas, por
ejemplo en quinto curso, el profesor pidiera 30 de los cuales 15 son opcionales.
Uno necesitará una hora para acabarlos y otro más lento sólo hará 15 en el
mismo tiempo.
Les suelo decir a los padres: «Habla con la profesora y dile que Johnny va a
hacer 15 problemas, unos cuantos de cada categoría para que domine el
conjunto. Si tiene que trabajar más para aprender, no para repetirse, lo puede
hacer durante los fines de semana». Los profesores están de acuerdo con los
padres cuando hablan con ellos. He visto casos de niños pasar una dolorosa
tercera o cuarta hora de deberes, quedarse sin tiempo para jugar y comenzar a
odiarlos y a mostrarse negativos y resistentes. Esto crea conflictividad en la
familia y las consecuencias son graves.
Tbb: Quizá debería servir de advertencia el hecho de que un niño necesite
más de dos horas con la ayuda de sus padres y, en esos casos, solicitar una
dispensa especial o ayuda. Los padres y profesores podrían considerarlo una
señal, un momento clave, de que tienen que averiguar lo que pasa con el niño.
Sig: Muchos niños con problemas de planificación motora son muy buenos
entendiendo los conceptos pero muy lentos, tardan cinco minutos para escribir
una frase, en lugar de dos minutos. Tendrían que hacer menos deberes y muy
bien diseñados. En la escuela, los ejercicios sin límite de tiempo son perfectos
para niños que son lentos pero brillantes y conceptualmente sofisticados. En vez
de robarles la oportunidad de demostrar lo que saben, hay que darles el tiempo
que necesitan. Al fin y al cabo, no estamos comprobando la velocidad, sino el
conocimiento. El profesorado tiene que abandonar la idea de que deben exigir lo
mismo a todos, deben ser más flexibles.
Tbb: Lo mismo sucede con la participación familiar, que puede variar mucho
según las edades. En algún momento se convierte en una intromisión o
comporta una merma la iniciativa. Los niños necesitan la oportunidad de
experimentar también el fracaso.
Sig: Sobre la participación familiar en los deberes de secundaria, hay padres
que corrigen algo o mucho. Algunos escriben las redacciones de sus hijos, otros
no. En mi experiencia con tres chavales y sus compañeros, veo todas las
posibilidades, a veces la ayuda es mínima: «Te falta una coma» o «Creo que
tienes que volver a leer la redacción». Otros dicen: «¿Qué quieres decir aquí?
No entiendo este párrafo». Pero en ocasiones, cuando el chaval quiere ir a la
cama, dice: «No sé cómo escribir la introducción. ¿Tú qué pondrías?» y el padre
le contesta: «Podrías decir esto si te parece bien».
Tbb: En ese momento el niño no es dueño de su trabajo. Como he
comentado antes, los padres asiáticos nos han enseñado lo que es participar en
la educación de los niños. Muchas de las críticas que hacemos al sistema
educativo se deben al hecho de que los padres no están motivados para
participar. Si queremos que los niños tengan experiencias diferentes y libertad
para explorar, los padres deben participar en la planificación; ayudar a los niños
sin hacerles el trabajo requiere encontrar un equilibrio delicado.
Calificaciones
Dominar la actividad
Sig: Todo el concepto de construir las bases del aprendizaje y del proceso es
un modelo positivo.
Tbb: Sí, creo que es de aplicación muy amplia. Cuando los niños encuentran
un obstáculo en un curso, por ejemplo, en geometría, en lugar de considerarlo
un fracaso se puede ver como un reto que requiere toda su energía. En el
modelo momentos clave, cuando se produce una regresión o surge una
dificultad, se considera un momento de reorganización: «El niño tiene problemas
con la geometría. ¿Cuánto está sacrificando de otras áreas cognitivas? ¿Cuánto
está sacrificando de las relaciones con los compañeros? La maestra puede usar
este tiempo de vulnerabilidad para reevaluar las presiones y aprovecharlo como
una ocasión de conectar con el niño o la niña y sus padres. Es un enfoque
económico también, ya que no hay que hacerlo todo el año sino cuando surge
un obstáculo. No significa que haya que emprender terapias o intervenir ni nada
por el estilo. Cuando surge una dificultad en el curso, es el momento de
conectar con la familia. Dado el tipo de respaldo que hemos comentado antes,
una maestra puede identificar los problemas que probablemente no ha percibido
antes y ayudar al niño antes de que aparezca el fracaso.
Sig: Exacto. Si surge una dificultad con la geometría, para seguir con el
ejemplo, tal vez exista una dificultad en alguna habilidad básica, digamos en el
pensamiento abstracto o espacial. A menudo no sólo revela un problema con
esa materia sino algo más profundo. Quizá algunos ejercicios ayuden. He visto a
muchos de estos niños con «bloques de matemáticas» en segundo curso a los
que parece que les falta un concepto básico de cantidad. Al trabajar con ellos,
volvemos al principio y hacemos que negocien para conseguir galletas,
monedas o trozos de pizza. Se les dice: «¿Cuánto quieres?» y no saben
contestar porque carecen del concepto básico de cantidad. Así que volvemos a
establecer conceptos de cantidad de forma visual, motora y espacial;
comenzamos con cantidades pequeñas, cortamos la pizza en seis pedazos:
«Vale, a éste le damos dos trozos, y a ella le damos tres. ¿Cuántos trozos van a
comer entre ambos?» El niño tiene la pizza frente a él y ve dos más tres, pero
tiene que contar porque no lo sabe. Después, le pedimos que cierre los ojos.
«Cierra los ojos e imagina los trozos de pizza. Ella toma dos y él tres. Cuántos
trozos toman entre los dos. Hazlo con los ojos cerrados y piensa en la pizza,
pero no la toques». Cuando por fin cierra los ojos y se imagina la pizza,
sabemos que ya ha adquirido el concepto. Trabajamos la suma, la resta, la
multiplicación, la división y las fracciones, siempre con números inferiores a seis.
No les pedimos que lo memoricen sino que se imaginen las cantidades.
Utilizamos estímulos emocionalmente significativos, como la pizza, monedas o
caramelos. Cuando vuelven a clase de matemáticas se sienten más seguros y a
menudo van muy bien.
Tbb: O sea, que así es la terapia.
Sig: Los niños no aprenden a operar porque no han adquirido un concepto
fundamental de cantidad. Vuelven a la normalidad tras identificar el problema y
trabajarlo. Que no hayan adquirido este concepto básico por razones
relacionadas con el sistema nervioso central o por falta de experiencias o por
ambas razones, da igual porque iba a causar problemas. Pero la perspectiva es
muy diferente a simplemente enseñar cada destreza en un curso determinado y
dejar que fracasen.
Tbb: Así es como actuamos en nuestro modelo momentos clave para la
intervención temprana: volvemos al nivel en que están el niño y sus padres y
trabajamos a partir de ahí.
Sig: Sí, funciona en todos los niveles. Cuando la maestra examina a una niña
para ver si sabe 10 datos, ese modelo es un modelo de fracaso, pero si la
maestra busca para ver en qué punto está para pensar históricamente, está
usando un modelo de dominio y la diferencia es grande. La enseñanza se
mueve en esa dirección, pero sólo las escuelas privadas lo ponen en práctica,
por lo general con niños superdotados. La ironía es que todos los niños lo
necesitan, no sólo los muy dotados en algunas materias. Muchos niños
descubren los retos en cada nivel, incluso si la escuela no es perfecta, pero los
niños necesitan este proceso de orientación. El alumno con dificultades lo
necesita más que nadie. La necesidad y la realidad están al revés en nuestro
sistema. Los niños dotados en escuelas privadas y grupos pequeños reciben
instrucción adecuada a sus capacidades pero los niños con problemas, incluida
la pobreza, reciben enseñanza rutinaria en aulas grandes. La mayor parte de los
exámenes y las notas están orientadas al fracaso.
Recomendaciones
Familia
Los niños tienen que jugar con sus amigos después de la escuela y de las
actividades formales al menos cuatro veces por semana o más, para poder
experimentar los complejos procesos del pensamiento y la socialización que
esos juegos posibilitan. También necesitan tiempo libre para explorar y jugar con
amigos, hermanos o padres, así como tiempo independiente sin la dirección
adulta.
Deberes escolares
Del mismo modo que controlamos el crecimiento físico (altura, peso), los padres,
pediatras y educadores deberían controlar las etapas de crecimiento intelectual
y emocional a fin de identificar los puntos fuertes y las necesidades adicionales
de experiencias adecuadas al desarrollo (véanse las directrices de los
momentos clave y la curva de crecimiento del desarrollo funcional en los Anexos
1 y 2).
Escuela
Salud mental
Los enfoques de salud mental también deben tener en cuenta el concepto de las
experiencias adecuadas al desarrollo. No es suficiente el tratamiento de los
síntomas ni de las vulnerabilidades biológicas subyacentes; los programas de
tratamiento deben incluir un apoyo familiar y psicológico adecuado que ofrezca
experiencias consistentes a los niños con problemas de salud mental.
Este punto es muy importante porque la mayoría de los problemas de salud
mental se asocian con una falta de una forma u otra de experiencias adecuadas
al desarrollo. Por ejemplo, los niños que tienen problemas para relacionarse no
han aprendido, por lo general, a leer los signos y claves sociales. Los niños que
presentan reacciones emocionales extremas a menudo no han dominado el
pensamiento relativista, el área de grises, en particular en lo concerniente a los
sentimientos. Cada conjunto de problemas, cuando se analizan desde la
perspectiva del perfil de desarrollo individual, puede llevar a la identificación de
experiencias concretas que hay que trabajar en el programa de intervención y
en la vida del niño. De este modo, la salud mental implica a la familia y a la
escuela, así como a los círculos en los que el niño participa en sus experiencias
diarias8.
Notas
1 Véase GREENSPAN, S.I.; LEWIS, N.B. (1999): Building Healthy Minds.
Cambridge, MA. Perseus Publishing; GREENSPAN, S.I.; SALMON, J. (1993):
Playground Politics. Cambridge, MA. Perseus Publishing; GREENSPAN, S.I.;
BENDERLY, B.L. (1997): The Growth of the Mind and the Endangered
Origins of Intelligence. Cambridge, MA. Perseus Publishing. (Trad. cast.: El
crecimiento de la mente y los ambiguos orígenes de la inteligencia.
Barcelona. Paidós,1998.)
2 BRAZELTON, T.B; GRAMER, B.G. (1990): The Earliest Relationship: Parents,
Infants and the Drama of Early Attachment. Cambridge, MA. Perseus
Publishing. (Trad. cast.: La relación más temprana: padres, bebés y el
drama del apego inicial. Barcelona. Paidós, 1993.)
3 FRAIBERG, S. (1959): The Magic Years. New York. Scribners. (Trad. cast.:
Los años mágicos. Alcoy. Marfil, 1969.)
4 BRAZELTON, T.B. (1992): Touchpoints: Your Child Emotional and Behavioral
Development. Cambridge, MA. Perseus Publishing. (Trad. cast.: Momentos
clave en la vida de tu hijo. Barcelona. Plaza Janés, 2001.); Ídem (1985):
Working and Caring. Cambridge, MA. Perseus Publishing.
5 GALINSKY, E. (1999): Ask the Children: What America’s Children Really
Think about Working Parents. New York. Morrow.
6 Skinner, B.F., catedrático de psicología en la Universidad de Harvard,
desarrolló cunas transparentes cerradas para observar la conducta de recién
nacidos. Tenían motores de aire acondicionado que emitían un zumbido. Los
bebés se habituaban a este zumbido en sueño profundo.
7 Robert Roshental, catedrático de psicología en la Universidad de Harvard,
demostró el efecto de las ideas preconcebidas del profesorado en los
resultados de los niños.
8 Véase GREESNSPAN, S.I.: The Growth of the Mind. Cambridge, MA. Perseus
Publishing. (Trad. cast.: El crecimiento de la mente y los ambiguos orígenes
de la inteligencia. Barcelona. Paidós, 1998.) Ídem: Developmentally Based
Psychology. Madison, Conn. International Universtity Press.
5
La necesidad de establecer límites,
estructura y expectativas
Debate
Sig: Mucha gente cree que cuando se respetan las diferencias individuales y
se trabaja en las etapas de desarrollo, se facilitan tanto las cosas que se acaba
malcriando a los hijos. Sin embargo, el respeto por las etapas de desarrollo y
tener en cuenta las diferencias y los niveles de desarrollo es un aspecto
primordial del establecimiento de límites. Cuando las familias se juntan para
pensar en las consecuencias de no hacer lo que se debe hacer, todos los
miembros participan en la definición y establecimiento de reglas. Una atmósfera
de expectativas, estructura y límites adecuados para la etapa y la edad infantil
es necesaria para la seguridad básica de la que hemos hablado antes.
Tbb: Diría que la disciplina es el segundo aspecto más importante que se
debe trasmitir a un niño. El amor es lo primero, pero muy próxima al amor se
encuentra la disciplina. El objetivo no es castigar sino enseñar. Tal vez la
palabra límites parezca demasiado fuerte. El objetivo a largo plazo es la
autodisciplina, que precisa años de enseñanza porque no sucede de la noche a
la mañana; lo que se improvisa de un día para otro no va a ser mágico, nunca.
Mi idea de disciplina no consiste en castigar al niño con cinco minutos de tiempo
muerto. Cuando un niño se porta mal, primero hay que romper el círculo con los
medios que mejor funcionen a cada adulto, cinco minutos de tiempo muerto o lo
que sea. Una vez que se capta su atención, hay que sentarse con él y decirle:
«Ahora vamos a hablar. No puedes hacer esto, así que cada vez que lo hagas
tengo que impedirlo. ¿Cómo puedo impedírtelo, me puedes ayudar? Dime lo que
debo hacer porque es tu trabajo, no el mío y quiero que asumas esa
responsabilidad». Para los cuatro o los cinco años, el niño puede decir lo que le
ayuda y puede participar en el proceso. Los resultados son fantásticos y así es
como enfocaría el establecimiento de límites. Cada conducta errónea se
convierte en una oportunidad para el objetivo a largo plazo que es el aprendizaje
de límites.
Castigo físico
Sig: ¿Qué hay del castigo físico? Estoy de acuerdo contigo y defiendo que
no se castigue a los niños. Es lamentable y en muchas familias acaba en
maltrato.
Tbb: Si hablo con una madre que sé que golpea constantemente a su hijo,
tengo que adoptar su punto de vista. Tal vez le diga: «Debe ser muy duro tener
un niño por el que te preocupas tanto y que te da tantos problemas. ¿Cómo
puedo ayudarte? ¿Qué podemos hacer para que disminuya la tensión?». Si nos
presentamos ante alguien cuyo hijo está fuera de control, tenemos que darle
alternativas, transmitirle la idea de que es posible controlarlo.
Sig: Necesitamos captar la atención del niño con correctivos acordes con su
etapa de desarrollo, por ejemplo, castigarle sin jugar en el ordenador si está en
edad escolar. Pero la clave reside en captar su atención, hablar del problema y
hacerle comprender las razones y el modo de afrontar las cosas de una forma
diferente.
Tbb: La disciplina comienza a los ocho o nueve meses cuando el niño gatea
hasta el televisor, mirando a su alrededor para asegurarse de que el adulto
sigue ahí. En los siguientes meses (9-18) puede ser adecuado distraerle o
sujetarlo para impedírselo.
Desde el año y medio hasta los tres años y medio, la necesidad de límites
firmes y comprensibles es muy fuerte. Cuando los padres reaccionan a la
provocación de un niño que está comprobando la firmeza de los límites, es fácil
ver una mirada de alivio en el niño. Una cierta calma, límites respetuosos, como
sujetarle o castigarle con unos minutos de tiempo muerto, son un buen
comienzo, pero inmediatamente después hay que darle una explicación: «Cada
vez que hagas eso, tengo que impedírtelo hasta que seas tú quien lo impida».
De los tres años y medio a los seis, las conversaciones serán más
complejas: «Cada vez que haces esto, me enfado y no me gusta estar enfadado
contigo. ¿Se te ocurre algo que me ayude a ayudarte antes de que te metas en
líos?». A continuación, se establecen los límites y se habla de por qué hay que
supervisar los límites hasta que pueda controlarse por sí mismo. Con el castigo
físico no se consigue que el niño se controle.
Tbb: Las parejas que trabajan lo pasan muy mal cuando piensan en que
deben poner límites. Me comentan: «No puedo soportar estar fuera todo el día y
volver a casa a imponer disciplina», pero necesitan darse cuenta de que la
disciplina es importante para sus hijos. Una de las razones por la que los niños
se portan mal, molestan al final del día cuando sus padres llegan a casa es
porque están pidiendo la seguridad que proporcionan los límites. El
establecimiento de límites se ha deteriorado en esta generación y tenemos que
prestar atención a las dificultades que hoy día existen para imponer disciplina.
No quieren asumir la tarea durante el poco tiempo que tienen para estar con sus
hijos4.
Sig: Es un tema importante. Si la madre y el padre trabajan y cuando llegan a
casa el niño se porta mal, rechazan las medidas de disciplina porque se sienten
culpables por haber estado fuera todo el día. Es un problema de dos caras: los
padres se sienten culpables, no creen que se hayan ganado el derecho a poner
límites y el niño puede estar alertando a sus padres, tal como has señalado
antes, es decir, es algo más complicado. Imponer límites requiere dedicar tiempo
a los niños para sentirse con derecho a imponer disciplina. Si están ahí,
levantándose por las noches con el bebé, asistiendo a su crecimiento, no
sentirán culpabilidad porque saben que están en su derecho. Pero si creen que
no dedican tiempo suficiente a sus hijos, es probable que no se sientan bien
pidiendo al niño que se calle porque sus papás tienen que hablar sobre algo
importante.
Tbb: Como hemos comentado, una rutina al final de día sirve para que los
padres asuman su obligación y su derecho. Recomiendo encarecidamente a las
parejas que trabajan que cuando lleguen a casa sigan una rutina en la que
todos los miembros se reúnen y están juntos. Entonces pueden ejercer la
disciplina, si no, no.
Sig: Y si la rutina falla, si ambos padres vuelven a casa a las 7:30 h de la
tarde y ambos tienen una carrera profesional de mucha presión, tendrán que
admitir que el tiempo durante la tarde-noche no es suficiente.
Tbb: Los límites son demasiado importantes para un niño. Debe venir de los
padres en primer lugar y después de los demás adultos. Los padres deben ser
claros al respecto.
Sig: En este sentido, una familia típica con niños pequeños acude a nosotros
y nos pregunta: «¿Cuánto tiempo tenemos que pasar con nuestros hijos cuando
llegamos a casa? Queremos hacerlo bien, ¿cuánto tiempo hay que estar cerca
de los hijos cada día y además poner los límites necesarios? ¿Qué nos
recomienda?».
Tbb: Yo les diría lo siguiente: «Estáis fuera todo el día, les debéis a vuestros
hijos un par de horas cuando llegáis a casa». La primera hora se debe dedicar a
fortalecer la relación y la intimidad y si todo va bien, la siguiente hora se puede
dedicar a establecer límites, organizar las tareas de casa y todo lo demás. Pero
por lo menos se les debe una hora de atención concentrada, para leer, cantar
canciones…Y un mínimo de dos horas es absolutamente necesario.
Sig: Es decir, recomiendas dos horas de interacción directa. Una debe
dedicarse al niño y sus necesidades y la segunda puede emplearse para
organizar las cosas de la casa juntos. Como hemos señalado en los capítulos
anteriores, aproximadamente 2/3 del tiempo libre (después de la escuela y de
los juegos con los amigos) debe dedicarse a diferentes tipos de interacción con
los padres, y uno de los dos tiene que estar en casa por la tarde y ambos deben
estar a partir de las 6:00 h de la tarde. Esta disponibilidad hará que la disciplina
y la orientación sean una parte natural de la vida infantil.
Tbb: Pero esa primera hora es fundamental. Si los padres se muestran
próximos al niño pero la conducta del pequeño es agitada, pueden seguir a su
disposición mientras cocinan o limpian, etcétera.
Sig: Todo esto es importante porque se refiere a los límites. Los límites y las
relaciones estables están íntimamente relacionados.
Tbb: Con esto no queremos decir que las familias donde ambos cónyuges
trabajan no sepan tratar el tema de la disciplina. He visto la parte positiva de la
vida laboral en muchas mujeres de las últimas dos generaciones; algunas me
cuentan que salir fuera de casa parte del día les ayuda en su vida familiar. Las
madres que sienten que cumplen sus objetivos vitales adquieren perspectiva
sobre lo que importa en cuestión de límites.
Recomendaciones
Debate
Vigilantes
Ventajas culturales
Valores compartidos
Sig: Cuando trabajo con grupos de diferentes culturas, intento reforzar todo
aquello que su cultura fomenta en las familias. Por ejemplo, pongamos el caso
de un niño hipersensible que tiene pánico porque la cultura de su familia acepta
y practica el castigo corporal. A sus padres les digo: «El pequeño John tiene una
piel muy sensible. Una azotaina no es nada para ti pero para él es como un
puñetazo que le atemoriza. No creo que quieras asustarle, porque tus creencias
no te obligan a asustar al niño, pero sí te indican que debes usar la disciplina.
Hay formas de disciplinarle y de que sea respetuoso sin asustarle».
Las metas religiosas o culturales amplias son, en general, muy constructivas.
Es muy interesante contemplar las creencias religiosas a la luz de nuestro
concepto psicológico sobre lo que es un ser humano maduro y sano.
Todas las religiones y las culturas ayudan de un modo u otro a sobrevivir, de
lo contrario no se hubieran mantenido, pero es importante que las personas
recapaciten sobre lo que su cultura ofrece para un problema concreto en
relación con los hijos.
Nuestro objetivo de fomentar el desarrollo de seres sanos, creativos,
considerados y respetuosos es compartido por la mayoría de las religiones y
culturas. Casi todas las culturas tienen su forma única de satisfacer las
necesidades infantiles que aquí exponemos y casi todas defienden la creación
de lazos familiares fuertes, el compromiso en las relaciones, el establecimiento
de límites y la combinación de autonomía y compasión.
Tbb: Muchas culturas minoritarias, sin embargo, han abandonado sus
valores para encajar en nuestra sociedad dominante. Creo que hay que hacer
ver esto a los padres y animarles, darles permiso para que busquen apoyo en
sus tradiciones, lo que exige la apertura y la comprensión de todos. Por ejemplo,
en la cultura griega tradicional, los niños no reciben ningún nombre cuando
nacen y la madre no quiere que ningún extraño admire a su hijo por miedo a que
se lo quite. Si el personal médico de nuestros hospitales se encuentra con estas
prácticas y desconoce las razones, pensará que no están estableciendo el
apego.
Las familias latinoamericanas se ven obligadas a abandonar sus tradiciones
familiares para integrarse en nuestra sociedad y el resultado es que no se
sienten apoyadas porque han dejado atrás los lazos familiares que les habrían
fortalecido a la hora de afrontar el inmenso esfuerzo de integrarse en nuestra
sociedad.
Recomendaciones
Para satisfacer las necesidades fundamentales de los niños y las niñas son
necesarios barrios y organizaciones comunitarias estables de familias. El apoyo
y las ventajas culturales pueden provenir de varias direcciones.
Barrios cohesionados
Para fomentar la participación familiar y para que las escuelas sean más
receptivas a la comunidad a la que pertenecen, es esencial que los
padres y la comunidad ejerzan supervisión y control. El trabajo conjunto
de los miembros de la comunidad y de los padres con el profesorado
establecería una estructura en cada escuela pública (similar a la de una
escuela privada), con un consejo local de asesores y comités de trabajo
en todas las áreas importantes (incluido el currículo, las actividades
especiales, el teatro, la danza, la música y las actividades
extraescolares).
Tanto las familias como los barrios se reforzarían si las escuelas
evolucionaran hasta desempeñar un papel más activo en la comunidad
que el simplemente académico. Esto es especialmente cierto en
aquellas comunidades de alto riesgo y supone un programa
extraescolar mucho más ambicioso que incluiría distintas actividades,
desde el trabajo educativo con niños que necesitan apoyo extra en
ciencias, matemáticas, arte, literatura, hasta las asignaturas artísticas
para los interesados en el teatro, la música y el deporte. Todos los niños
y las niñas deben gozar de igualdad de oportunidades para participar en
actividades de gran demanda como son los deportes y el teatro; habría
que crear varios equipos y ligas, y ampliar las oportunidades de
participar en representaciones teatrales. Los servicios sanitarios serían
más accesibles a través de las escuelas e incluso las reuniones de la
comunidad podrían realizarse en el edificio escolar.
Para las familias con riesgo o problemática múltiple, las escuelas
deberían ser instituciones abiertas 24 horas al día.
El personal que trabaja con niños pequeños (en centros infantiles,
asistencia sanitaria, escuelas o servicios sociales) debe hacer todo lo
que está en su mano para colaborar en equipo con los padres, en lugar
de competir con ellos. Ser consciente de esta competición y discutirlo
juntos supone un gran avance hacia la cooperación.
Si el salario no es adecuado y no se respeta su trabajo, el personal de
los centros escolares o el profesorado no podrá dar apoyo a padres
ansiosos o estresados. Dignificar los salarios y la consideración de
estos trabajadores debe ser una prioridad nacional. Garantizar la
formación necesaria y la supervisión posterior sería una forma eficaz de
evitar el abandono de los puestos de trabajo provocado por la
insatisfacción.
El personal que trabaja con familias debe buscar en la tradición las
enseñanzas que valoran la figura de los padres. Los valores y finalidad
última que casi todas las religiones y las culturas compartan superan los
conflictos en torno a los estilos de crianza. Las iglesias que se ocupan
de estas necesidades básicas están contribuyendo a suavizar el estrés
que sufren muchos padres modernos.
Notas
1 WHARTON, R.H.; LEVINE, K.; MILLER, E.; BRESLAU, J. GREENSPAN, S.I.
(2000): «Children With Special Needs in Bilingual Families: A Developmental
Approach to Language Recommendations», en GREENSPAN, S.I. (ed.): The
ICDL Clinical Practice Guidelines. Bethesda, MD. ICDL.
2 Véase GREENSPAN, S.I.; BENDERLY, B.L. (1997): The Growth Of The Mind
And Endangered Origins Of Intellingence, capítulo 4. Cambridge, MA.
Perseus Publishing. (Trad. cast.: El crecimiento de la mente y los ambiguos
orígenes de la inteligencia. Barcelona. Paidós,1998.)
3 ZIBLER, E. (1989): «Addressing the Nation’s Child Care Crisis: The School of
the 21st Century». American Journal of Orthopsychiatry, 59, pp. 484-491;
para información sobre Escuelas Comer, véase ZIGLER, E. (2000): Child
Development And Social Policy: Theory And Applications. New York.
MacGraw Hill, pp. 245-256.
4 Véase GREESPAN, S.I.; WIEDER, S.; LIEBERMAN, A.; NOVER, R.; LOURIE,
R.; ROBINSON, M. (1987): Infants In Multi-Risk Families. New York.
International University Press.; GREENSPAN, S.I. (1992): Infancy And Early
Childhood; The Practice Of Clinical Assessment And Intervention With
Emotional And Developmental Challenges. Madison, Conn. International
University Press.
5 GREENSPAN, S.I. y otros: Infants In Multi-Risk Families; Ídem (1997): The
growth of the mind, capítulo 13. Cambridge, MA. Perseus Publishing. (Trad.
cast.: El crecimiento de la mente y los ambiguos orígenes de la inteligencia.
Barcelona. Paidós, 1998.)
6 KARR-MORSE, R.; WILEY, M. (1997): Ghosts from the Nursery. New York.
Atlantic Monthly Press.; PROVENCE, S.; NAYLON, A. (1983): Working With
Disadvantaged Parents And Their Children: Scientific And Practical Issues.
New Haven. Yale University Press.; KARR-MORSE.; LALLLY, J.R. (1981):
Infant Caregiving: A Design For Training. Syracuse, Ny. Syracuse University
Press.; BERRUETA-CLEMENT, J.R.; SCHEWEINHART, L.J.; BARNETT,
W.S.; EPSTEIN, A.S.; WEIKART, D.P. (1984): Changed Lives: The Effects Of
The Perry Preschool Program On Youths Through Age Nineteen. Ypsilanti,
Mich. High/Scope.; RAMEY C.T.; CAMPBELL, F.A.: «Preventive Education
For High-Risk Children: Cognitive Consequences Of The Carolina
Abecedarian Project». American Journal of Mental Deficiency, 88, pp. 515-
523; GREENSPAN, S.I. y otros: Infants in Multirisk families.
7
Proteger el futuro
Estamos, por tanto, vinculados los unos con los otros, sea por miedo,
comunicación o economía. ¿Cuál es nuestro funcionamos como aldea o familia
verdaderamente global?
En el pasado, superábamos los conflictos internacionales mediante la
cooperación o mediante la intimidación; si la cooperación no prosperaba,
siempre quedaba la intimidación. Los países con mayor poderío militar ganaban
por la supervivencia del más adecuado pero, como puso de manifiesto la
experiencia de Estados Unidos en Vietnam y de la Unión Soviética en
Afganistán, estamos comprobando que estas estrategias fracasan a pesar de la
superioridad militar. En cualquier caso, los países más pequeños y poderosos
estarán pronto equipados con armamento nuclear capaz de infligir un daño
tremendo en su propio suelo o en el de otro país. En otras palabras, cuando la
mayoría de los países pueden destruir el planeta con su armamento, el peligro
de usar la intimidación es muy elevado.
Normalmente, cuando los grupos crecen mucho, es difícil organizarse. Se
hace uso del mecanismo psicológico primitivo que con frecuencia vemos que
domina las relaciones internacionales, posturas polarizadas «nosotros contra
ellos», falta de reconocimiento o recelo, intento de manipulación e intimidación.
Estas tácticas primitivas, utilizadas entre naciones o individuos, eran útiles para
mantener la organización en el pasado. En el mundo del futuro, debido a la
mayor interdependencia, dichos mecanismos no lograrán que se construya la
cooperación necesaria para proteger el futuro de las generaciones venideras.
Por consiguiente, el futuro sólo se puede proteger desarrollando una nueva
psicología capaz de manejar el hecho de la interdependencia. La familia global
necesita métodos y pautas de comunicación que no se descompongan en
distorsiones, enfrentamientos o conductas de aislamiento, evitación y recelo.
¿Cómo puede desarrollarse tal psicología de cooperación? ¿Cómo podemos
movilizar nuestra interdependencia sin precedentes para abrazar la diversidad,
ampliar nuestro sentido compartido de humanidad y trabajar en cooperación?
Al intentar facilitar conductas para grandes grupos capaces de trabajar juntos
de cara al futuro, tenemos que analizar los factores que tienden a aumentar el
enfrentamiento, la sospecha, el aislamiento y la agresión.
Éste es el círculo completo: los factores que amplían nuestro sentido de
humanidad compartida son la base que hemos estado discutiendo hasta ahora.
Necesitamos profundizar en esta base más que en ningún otro momento de la
historia. Tenemos que cambiar el rumbo, interrumpir la tendencia a la
impersonalidad y a la fragmentación, y abrazar unos cuantos principios básicos
sobre la naturaleza humana que puedan facilitar la colaboración entre las gentes
del futuro:
La seguridad de tener las necesidades físicas cubiertas. Los grupos
preocupados por la supervivencia se reunirán en torno a unas
necesidades muy concretas y no tienen el lujo de reflejarse en los
objetivos mundiales a largo plazo. Asegurarse de que toda la población
mundial tiene comida, vivienda y asistencia médica es una base
fundamental, igual que lo es para la infancia. Aquí, la ganancia
económica no puede seguir siendo una cuestión puramente personal,
sino que pasará a ser una preocupación mundial. Las estrategias que
favorecen la capacidad de cada comunidad para crecer
económicamente ayudarán a asegurar un entorno más seguro y sano
para todos.
Una filosofía y una ética mundial a favor de relaciones humanas
estables, y que conserve y asista a las familias y las comunidades.
Sólo los individuos seguros y bien educados son capaces de unirse
para abrazar una ética más humanitaria y compartida. Las personas que
sufren privación, al igual que las personas estresadas o hambrientas,
adoptan una visión más estrecha y concreta basada en su propio miedo
y ansiedad. La falta de afecto básico reduce drásticamente su
capacidad para cuidar de otros seres humanos. Nos hemos
concentrado en la «supervivencia del más apto» y hemos negado la
importancia del cuidado afectivo que permite que los seres humanos
formen y mantengan relaciones y familias, cooperen en grupo y
comunidades, y trabajen juntos en aras de objetivos políticos,
económicos y militares. En una sociedad compleja, los cuidados
afectivos son la base de la colaboración necesaria para la
supervivencia. Con un mundo interdependiente que demanda que
abracemos las diferencias de los demás para proyectarnos hacia el
futuro más allá de nuestra vida y la de nuestros hijos a fin de proteger el
planeta, no podemos subestimar la importancia del afecto en la
evolución humana. Los cuidados afectivos estables en familias estables
son, por tanto, un requisito para educar niños capaces de asumir un
gran sentido de responsabilidad y liderazgo.
Familias, entornos educativos y comunidades que ayuden a los niños a
convertirse en miembros comunicativos y reflexivos de la sociedad.
Como hemos comentado en los capítulos anteriores, es necesario
construir, sobre esta base afectiva, las interacciones adecuadas al
desarrollo y a las diferencias individuales. Necesitamos personas con
acceso a una educación superior de solución de problemas. También
necesitamos favorecer comunidades estables que asistan a las familias,
y un sistema educativo y otras instituciones que capaciten a las
personas a desarrollar las aptitudes necesarias para solucionar las
dificultades compartidas del mundo.
3. Organizaciones
1. El modelo momentos clave
T. Berry Brazelton
Doctor en Medicina
Referencias
Salud: ¿está bien mi hija? Necesitan que se les asegure que su hija
está sana. Y si no lo está, necesitan sinceridad y apoyo para afrontar el
problema.
Emociones parentales: las madres y los padres experimentan
emociones intensas, a menudo polarizadas y confusas, respecto al
nacimiento. Regocijo, alivio, ansiedad, amor, rabia, soledad, alegría y
dudas, todos estos sentimientos pueden manifestarse. El bebé es un
potente provocador de la variedad emocional de los progenitores, con
sus puntos fuertes y su vulnerabilidad.
El bebé real: se descubren las características únicas del bebé: sexo,
tamaño, color, temperamento, y los progenitores comienzan a darles
sentido, sustituyendo al bebé idealizado de sus sueños con el bebé real
que han tenido.
Apego: la relación con el bebé progresa y se desarrolla durante el
primer año, pero los lazos emocionales entre la madre y el bebé toman
ímpetu durante el contacto de los primeros minutos y horas que pasan
juntos.
Cognición: en esta etapa la habilidad para pensar pasa del aquí y ahora
al simbolismo. Esto se comprueba mejor en el tremendo aumento del
uso del lenguaje, no sólo para conseguir lo que quiere, sino también
para describir y organizar lo que experimenta. También se observa en el
juego imaginativo, que se vuelve más sofisticado.
Sentido del yo: este periodo viene marcado por un gran cambio en la
conciencia de sí mismo. La frustración que expresa cuando no consigue
imitar a un adulto, su conocimiento creciente de las conductas buenas y
malas, y la expresión de orgullo ante sus éxitos y la consideración de
los demás, todo ello marca el desarrollo de un sentido del yo más claro.
Batallas por el control: las nuevas habilidades van acompañadas del
deseo de ejercitarlas. Un notable crecimiento de las capacidades
personales e intelectuales abren un conflicto entre el niño y los adultos.
Cada límite supone un reto para la autonomía infantil. A los padres les
pilla desprevenidos la intensidad que el niño, hasta ahora fácilmente
manejable, aporta a estos conflictos.
Lenguaje: a esta edad cuenta con un conjunto de palabras que utiliza
repetida y eficazmente, pero su comprensión continúa siendo mayor que
su capacidad para expresarse. Los adultos pueden explicarle cosas y
controlar su conducta con más facilidad, pero todavía está atado a lo
físico y sensorial. Las expectativas de comprensión del lenguaje deben
combinarse con el conocimiento de que continúa necesitando el
contacto directo con las personas y las cosas.
¿Muestra el bebé interés por las cosas que le rodean, mira las cosas y
se vuelve hacia los ruidos?
Organizaciones en España
Consorcio ECPAT España. Federación de Asociaciones para la
Prevención del Maltrato Infantil
Tel.: 914 682 662
www.ecpat-esp.org
Comité español de Unicef
Hay dirección en cada Comunidad.
www.unicef.es
Confederación española de asociaciones de padres y madres de
alumnos
Tel.: 917 014 710
www.ceapa.es
Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria
www.aepap.org
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
Tel.: 933 170 333
www.semfyc.es
SEGO - Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia
Tel.: 913 509 816
www.sego.es
Sociedad Española de Puericultura
Tel.: 91 429 47 97
www.sociedadpuericultura.com
Colegio Oficial de Psicólogos de España
Hay dirección en cada Comunidad.
www.cop.es
Federación de matronas de España
Tel.: 933 101 564
www.federacion-matronas.org
Instituto de Calidad Pedagógica de la Comunidad Valenciana
www.icp-es.org
Asociación Europea de Padres
www.epa-parents.org
Asociación para la Libre Educación
www.educacionlibre.org
Red Local a favor de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia
www.redinfancia.org
Unión de asociaciones familiares
Tels.: 914 463 162/914 463 150
www.unaf.org
Federación familias para la adopción
www.adopcion.org
Asociación Nacional de Educación Prenatal (ANEP)
Tel.: 958 57 60 70
www.pangea.org/anep
Federación de planificación familiar de España
Telf.: 915 913 449
www.fpfe.org
Fundación Infancia y Aprendizaje
Tel.: 916 589 100
www.fia.es
Instituto de Infancia y Mundo Urbano
www.ciimu.org
Observatorio de la Infancia y la Adolescencia de Cataluña
www.gencat.net/benestar/oiac
Instituto Catalán de Acogimiento y Adopciones
www.gencat.net/benestar/icaa/index.htm
Web de menores del Ararteko (Defensor del Pueblo Vasco)
http://www.ararteko.net/webs/menor-cast.htm
Sobre los autores
T. Berry Brazelton
Doctor en Medicina, fundador de la Unidad de Desarrollo Infantil en el
Hospital de Boston, es catedrático emérito de Pediatría clínica en la Harvard
Medical School. Actualmente es catedrático de Pediatría y Desarrollo Humano
en la Universidad Brown, fue también presidente de la Sociedad para la
Investigación sobre el Desarrollo Infantil y de Zero to Three (Cero a Tres: Centro
para bebés, niños pequeños y sus familias).
Ha practicado la pediatría durante más de 45 años e introdujo a padres y
madres en el concepto de la «orientación anticipatoria» y en la formación
pediátrica. Autor de más de 200 ponencias, el doctor Brazelton ha escrito 28
libros para profesionales y legos, incluidos Momentos clave (traducido a 18
idiomas) y la ya trilogía clásica Infants and Mothers (Bebés y madres), Toddlers
and Parents y On Becoming a Family. También es coautor, con Bertrand
Cramer, M.D., de The Earliest Relationship (La relación más temprana).
Uno de los avances más conocidos del doctor Brazelton es la Escala para la
evaluación del comportamiento neonatal (NBA). Conocida como «la escala
Brazelton», se usa mundialmente en la investigación y en la práctica clínica para
evaluar no sólo las respuestas físicas y neurológicas de los recién nacidos, sino
también su bienestar emocional y las diferencias individuales. Cada vez más se
utiliza para ayudar a las madres y padres a comprender y relacionarse con sus
bebés, y avanzan las investigaciones para aplicarla y fomentar el alta médica
temprana tras el parto. Para continuar su investigación e implementar sus
hallazgos, el doctor Brazelton es fundador y codirector de dos programas en el
Hospital Infantil: el Instituto Brazelton (que continúa el trabajo en la NBA) y el
Brazelton Touchpoints Center (Centro Brazelton de momentos clave), donde se
forma a profesionales en todo el país en el enfoque preventivo y de trabajo de
calle del programa momentos clave).
Entre sus numerosos reconocimientos, el doctor Brazelton ha recibido el
Premio C. Anderson Aldrich por su distinguida contribución en el campo del
desarrollo infantil, concedido por la Asociación Americana de Pediatras; el
Premio Woodrow Wilson por su distinguido servicio público, concedido por la
Universidad de Princeton y diez doctorados honoríficos. El Congreso de Estados
Unidos le nombró para formar parte de la Comisión Nacional de la Infancia y
recientemente pasó a ser un leyenda viva en la Librería del Congreso, en
Washington, D.C.
Stanley I. Greenspan
Doctor en Medicina, es catedrático clínico de Psiquiatría y Pediatría en la
facultad de Medicina de la Universidad George Washington y presidente del
Consejo Interdisciplinario sobre desarrollo y Problemas de Aprendizaje. También
practica la psiquiatría infantil, es presidente fundador de Zero and Three (Cero a
Tres: Centro para bebés, niños pequeños y sus familias), y psiquiatra infantil
supervisor en el Instituto Psicoanalítico de Washington.
Conocido defensor de la infancia, ha dirigido el Centro de Estudio de Salud
Mental y el programa clínico de desarrollo infantil en el Instituto Nacional de
Salud Mental.
El doctor Greenspan es autor o editor de más de 30 libros y 100 artículos.
Entre sus muchos e influyentes trabajos se encuentran The Growth of the Mind
and the Endangererd Origins of Intelligence (El crecimiento de la mente y los
ambiguos orígenes de la inteligencia), con Beryl Lieff Benderly; The
Challenging Child, con Jacqueline Salmon; Infancy and Early Childhood, con
Nancy Thorndike Greenspan; Playground Politics; The Child With Special
Needs, con Serena Wieder y Robin Simona; Intelligence and Adaptation: An
Integration of Psychoanalytic and Piagetian Developmental Psychology y The
Development of the Ego and Developmentally-Based Psychotherapy.
Entre los numerosos honores y premios que ha recibido se encuentran el
Premio Ittleson de la Asociación Americana de Psiquiatría por su sobresaliente
contribución a la investigación en el campo de la psiquiatría infantil; el Premio
Ittleson de Ortopsiquiatría por su contribución pionera a la salud mental en
Estados Unidos (es la única persona galardonada con ambos premios) y el
Premio Edward A. Strecker por su sobresaliente contribución en el campo de la
psiquiatría en Estados Unidos.
Índice analítico
A
abandono, 14, 81, 82
miedo al, y efecto del divorcio, 13-14, 45-48, 81, 114
abandono escolar y modelo de diferencias individuales, 119, 120
aborto, 89
abrazos, 37
absortos y centrados en sí mismos, niños, 148
abuso de sustancias en la infancia/adolescencia, 81
protección del feto contra el, 89-90
abuso sexual, 44
Academia Americana de Pediatras, 83
acogida, 14
Comisión de acogida (Massachusetts), 54
padres de acogida, 56, 74
recomendaciones para la, 74
y relaciones afectivas, 54-58
actividad, dominar la, 139-140
crear oportunidades para, 182-183
e identidad cultural, 197
hincapié en, 173
modelo para, 168-170
actividades extraescolares, 14, 157-158, 173, 198-200
administración de la asistencia sanitaria, 131-133
adopción y relaciones adoptivas, 54-60
recomendaciones para la, 74
afecto/relaciones afectivas, 15-17, 21-23, 33-58, 64-38, 70-75,112, 171, 181,
217-218
con madres en régimen penitenciario, 58-60, 73
diferencias individuales y, 113
e interacciones emocionales, 39-45
en orfanatos y casas de acogida, 60-63
importancia de, y límites, 185-186
relaciones tempranas, debate, 33-36
y acogida, 54-58, 74
y adopción, horas del bebé despierto, debate, equilibrio en, el día de un niño,
recomendaciones para, estables, y custodia, 74-75
y autorregulación de las emociones, 30-33
y centros infantiles, 49-53, 70-73
y comunidad global en entornos institucionales o de grupo, 73
y demasiado tiempo solos, 69-70
y disciplina, 180
y divorcio y custodia, 45-48
y embarazo, 87
y permisos de maternidad/paternidad, 72
y televisión, 73
y tiempo relajado para estar, 68
afecto negativo, probar la tolerancia ante el, 43
Afganistán, 216
África, 97
estudios de niños en, 38-39
Agencia de Protección Ambiental, 83
Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, 82
Agente naranja, 82
airbag, 100
alcohol, 83, 84, 88, 89, 90, 91
exposición prenatal al, 81
protección ante el, 88-91, 101
alimentación, 226, 227
amor, 20, 184
bebés y aprender a amar, 42
y expectativas, 181
Véase también afecto
altruismo, 30, 58
ambiente, sustancias tóxicas en el, 82-84
amigos imaginarios, 231
amniocentesis, 92
amor institucional, 16, 17
ansiedad de separación, 56
anticoncepción, 102
apego, 177
aprendizaje, 229
a través de relaciones interactivas, 135
diferencias individuales y, 114-120
en recién nacidos, 26
raíces del, 57
y afecto, 25-27
armas biológicas, 214, 216
armas nucleares, 214, 215, 216
armas, 100
asertividad, 157
asistencia médica, 126
asociaciones de padres y profesorado, 137
atención a los mayores, 17, 18
autismo, 29, 83, 91, 111-113, 141, 142
autodisciplina, 184
autoestima/imagen de uno mismo, raíces de, 28, 35, 57
y castigo físico, 178
y compañeros, 153-154
y diferencias individuales, 118
y la escuela en casa, 136
y recién nacidos, 26
autonomía, 30, 39, 57, 229, 230, 231
Ayres, Jean, 108
B
Babkin, reflejo mano-boca, 26
bajo peso en el nacimiento, 81, 82
barrios cohesionados, 208
bebés, seguridad básica para los, 102.
en centros infantiles, 50
protección física/cuidados para los, 87
recomendaciones para las relaciones estables, 64-66
y sustancias tóxicas, 88-91
y tiempo despiertos, 36-39
Véase también recién nacidos
bebés imaginarios, 225
Bebés y madres (Brazelton), 38, 111
Bélgica, 82
Bowlby, John, 25, 112
Boxer, Barbara, 101
Brandt, Kristie, 221
Burlingham, Dorothy, 25
Busnel, M., 89
C
cajas de Skinner, 161
calentamiento global, 214
calidez, 20, 57, 149, 177. Véase también afectividad/relaciones afectivas,
seguridad
calificaciones, 165-168, 172-174
cambios de personal en centros infantiles, 51
y afectividad, 70
Camboya, nurseries en, 37
cáncer, 90
cárcel, necesidades afectivas y madres en la, 58-60, 73
casas de acogida y relaciones afectivas, 60-63,
castigo físico, 178, 184-185, 189
Caudill, William, 38
Centro de Control de Epidemias, 91
centros de recursos para padres, 53
centros infantiles, 14-15, 133
implicación de la comunidad en, 209-210
recomendaciones sobre, 73
reducir el número de niños/adulto en los, 70, 73
relaciones en, 70-71
y relaciones afectivas, 49-53
centros institucionales, madres en, 59, 60
cerebro, impacto de las relaciones emocionales en el, 40
confianza, 171
aprendizaje temprano de la, 57
y afectividad, 42-43
Chess, Stella, 108
Child Care Action Campaign (Nueva York), 205
Chomsky, Noam, 29
CI y desnutrición, 97
CI, pruebas y recomendaciones sobre el, 140
claves emocionales y recién nacidos, 26, 27
y sentido del yo, 26
clordano y leche materna, 83
Coburn, Theo, 90
Comer, James, 198
compasión, 20
aprendizaje temprano de la, 57
interacciones emocionales y sentimiento de, 30
y afecto, 25
competitividad en la vida y paternidad, 22
componentes orgánicos volátiles, 83
compromiso mundial con la infancia, 101
comunicación, formas impersonales de, 16
intencional, 150-151
y relaciones afectivas, 27
comunidades, 21, 104
apoyo a los esfuerzos de colaboración en las, 218
barrios cohesionados en las, 208
filosofía mundial para favorecer la, 217
implicación de, en centros infantiles y escuelas, 209-210
necesidad del apoyo y estabilidad de las, 193-211
ventajas culturales en, 205-207
y familias con problemática múltiple, 209
y programas federales/estatales, 193-194, 209
y valores compartidos, 207-208
Conferencia de la Casa Blanca sobre desarrollo infantil, 12
Consejo Interdisciplinario sobre Desarrollo y Trastornos de Aprendizaje, 117
continuidad cultural y educación, 102, 193, 195, 197
control de impulsos en recién nacidos, 26
enseñar el, 179
cooperación, nueva psicología de, 216
Corea, agencias de adopción en, 55
niños en, 39
orfanatos en, 62
crecimiento cognitivo, importancia de las interacciones emocionales y, 25, 28,
35, 40
crecimiento intelectual, 12
educación emocional y, 26, 31,32
crecimiento social, importancia de la interacción emocional y, 40
y relaciones afectivas, 26, 27
crecimiento y desarrollo emocional, 25-26
impacto de las primeras relaciones afectivas en, 33-34
interacción emocional y, 39-41
proteger el, 91
y acogida y adopción, 58
crianza, impersonalidad en el estilo de, 16
cuestionario de crecimiento funcional del desarrollo, 233-236
cuidadores institucionales y síndrome del trabajador quemado, 60
cuidadores y centros infantiles, 15, 49
apoyo del programa momentos clave para los, 131
apoyo para los, 204-205
cambios de personal en los centros infantiles, 51
diferencias individuales y reacciones de los, 111-114
recomendaciones para los, 63
Véase también padres
cuidados impersonales, tendencia creciente a los, 21-23
cuidados infantiles en familias, 15
e interacciones afectivas, 70-71
cuidados institucionales, 13-16
impacto de los, 13, 14
recomendaciones sobre los, 73
y relaciones estables, 60-63
cuidados pediátricos tempranos, 102-103
curva de crecimiento de desarrollo, 88
custodia compartida, 48
recomendaciones de visitas en el tribunal de familia de King County, 75-76
y mantenimiento de relaciones primarias sólidas, 45, 46-48
custodia, recomendaciones para la, 74-75
D
Damasio, Antonio, 28
DDT, 90
y leche materna, 83
deberes escolares, 156, 162-165, 172
deportes, 199
depresión posparto, 124, 226
derechos de visita y mantenimiento de relaciones primarias sólidas, 45
y relaciones afectivas estables, 74-75
desafíos ecológicos, 214, 215
desarrollo funcional, enfoque de diferencias individuales, 141, 142
desarrollo humano como asignatura, el, 104
desarrollo neurológico, proteger el, 91
desarrollo profesional y maternidad/paternidad, 50. Véase también parejas
trabajadoras
desierto de Kalahari, recién nacidos en, 62
desnutrición, 97, 109
día infantil, estructura óptima de un, 64-70
diferenciación, 42
diferencias culturales y apoyo familiar, 102, 205-207
diferencias individuales, 107-109, 122-138, 139, 181
diferencias. Véase diferencias individuales
dificultades de lectura, 112, 113
dióxido de nitrógeno, 83
dioxinas en la leche materna, 82
directrices para los tribunales de familia, 47
disciplina y castigo físico, 178, 184-185, 189, 190
y padres que trabajan, 186-188
diversidad y continuidad cultural, 194, 195
divorcio y acceso fácil a ambos progenitores, 46-48
doulas, 93, 102, 126, 127
drogas, 60, 84, 89-91, 101, 110
E
educación, 16
acorde a las diferencias individuales, 113
comprensión de las diferencias individuales en la, 139
para futuros padres, 124
para las necesidades de protección física, 94
tamaño de las aulas y, 135-137
y cuidado prenatal, 87, 91
y necesidades fundamentales de la infancia, 23
y promoción del aprendizaje dinámico interactivo, 141
Véase también experiencias adecuadas al desarrollo
educación especial, 134
enfoque de diferencias individuales en, 141-142
educación pública y enseñanza sobre desarrollo humano, 104
sobre sustancias tóxicas, 101-102
embarazo, apoyo afectivo durante el, 87
no deseado, 102
programas de prevención, 94
embarazos adolescentes, 94
emoción como precursora de la cognición, 36
emociones negativas, 44
empatía, 177-181
y educación, 25, 110
enfoques conductuales, límites de los, 141
enfoques dinámicos e interactivos de aprendizaje, 141
enfoques orientados al fracaso, 140
enseñanza de la historia, 195
Erikson, Eric, 25
escala de evaluación de la conducta neonatal, 62, 89, 108, 138
Escalona, Sybil, 108
escuela en casa, 141
y diferencias individuales, 137-138
escuelas,
control de las, 198, 200
experiencias acordes con el desarrollo en las, 173
participación de la comunidad en las, 209-210
y diferencias individuales, 133-134
escuelas infantiles en régimen de cooperativa, 18
escuelas privadas, dominio de la tarea en, 170
tamaño de las aulas en, 135
escuelas religiosas y debates sobre financiación pública, 194
escuelas-chárter, 194
«Escuelas para el siglo xxi», 53
establecer límites, 20, 177-181
Estados Unidos, 14-15, 81, 82, 83, 216
estrés, impacto del, 18, 33-34
estrés emocional y cambios psicológicos en el cerebro, 26
estudios faciales, 43
etapa edípica, 153
etnicidad y valores culturales, 205-208
Europa del Este, orfanatos en, 54
Europa, 98
evaluación del feto y sentimientos parentales, 92
evaluación neonatal de las diferencias individuales, 127
poder de las relaciones interactivas en la, 33
evolución humana, dos caras de la, 21
expectativas, principios que guían las, 178-183
recomendaciones respecto a las, 189
experiencias adecuadas al desarrollo, 147-176. Véase también modelo
momentos clave
externo, sistema de retroalimentación del sistema nervioso central, 40, 41
F
facilitar el aprendizaje en escolares de primeros cursos, 67
familia extensa, 226
familias, apoyo para las, 208-210
capacidad para formar, 21
cuidados impersonales en, 16
estrés/tensiones en las, 11
experiencias acordes al desarrollo en, 157, 170-173
fijar límites en las, 189-190
impacto de la economía en, 17
multiproblemáticas, 200
plan parental para, 76
sistemas preventivos para las, 124-129
y acogida, 54-58
y educadores, 116
y necesidades fundamentales de los niños, 23
familias con problemática múltiple, apoyo para, 103
familias monoparentales, 71
Families and Work Institute, 160
Family Resource Coalition, 125
Family Support America (Chicago), 205
fantasía, edad de, 152-154
vida de fantasía, 153, 231
Fein, Greta, 90
feto, impacto de sustancias en el, 88-91
Field, Tiffany, 40
filosofía internacional para favorecer la comunidad humana, 217-218
formación del profesorado, 173
formación en desarrollo infantil, 123
mediante el programa momentos clave, 129-130
Forty-four Juvenile Thieves, 112
fracaso, modelo, 170
no hay lugar para el, 116-118
Francia, 82, 98
Freud, Anna, 25
fumadores pasivos, 100
funciones/habilidades ejecutivas, 115, 119
fundación Kaiser, 16, 85
futuro, proteger el, 213-218
futuros padres, diferencias individuales/educación temprana de, 143
G
Galinsky, Ellen, 160
Gardner, Howard, 28
genes, interpretación incorrecta del papel de los, 19-20
gestos y recién nacidos, 27
gráfico de crecimiento funcional del desarrollo, 237
gramática e implicación emocional, 29
Guatemala, 97, 98
H
habilidades de comunicación no verbal, 100, 149-150
habilidades motoras, 119-120, 228, 229
habituación, 34, 89, 97
Harris, Jean, 59
Hawai, programas extraescolares, 158
Head Start, 122, 133
herbicidas, 83, 84
hermanos, 172
y experiencias adecuadas al desarrollo, 157
y juego, 67-68
y papeles afectivos, 95
hipersensibilidad en los niños, 113
historia, enseñar, 195
HMO, 126, 130, 132
cobertura de identificación, evaluación e intervención, 139
y enfoques terapéuticos a corto plazo, 19
horarios de sueño, 227, 228
Hospital Infantil de Boston, 92, 129
modelo momentos clave desarrollado en el, 53
humillación, evitar la, 189
I
ICDL. Véase Consejo Interdisciplinario sobre Desarrollo y Trastornos de
Aprendizaje
ideas emocionales, 151-152
iglesias, apoyo a las familias ofrecido por las, 210
individualización, 41
infancia saludable, requisitos fundamentales para, 11
Infants and Young Children (Brazelton), 221
infertilidad y padres adoptivos, 58
intimidad, 177
aprendizaje temprano de la, 57
y afectividad, 110
instituciones y establecimiento de límites, 190-191
intencionalidad en los recién nacidos, 35
interacción cara a cara, 37-38
interacción social, necesidad infantil de, 15
interacciones afectivas directas con bebés y pequeños, 65, 67
interacciones emocionales, debate sobre, 39-45
poder e importancia, 25-33
interacciones personales, pérdida creciente de las, 14-15
interacciones recíprocas con bebés y pequeños, 29-33
interdependencia económica global, 215
interdependencia global, 214, 215-217
Internet, 215
interno, sistema de retroalimentación del sistema nervioso central, 40, 41
intervención temprana, 128-131
Israel, metapelet en los kibbutz, 51
J
Japón, 98
estudios de Caudill con niños de, 38
Jordania, 82
Journal of American Medical Association, The, 18
jueces de casos infantiles, papel fundamental de los, 63
juego con un amigo, preescolares y, 66
juego imaginativo, 27, 155
juego imaginativo, 27, 36, 64, 103, 113, 171, 230
juego recíproco, importancia del, 40
juego, 229
juegos e iniciativa infantil, 40-41
justicia (sistema judicial) y necesidades fundamentales de la infancia, 23
K
Kenia, 98
desnutrición en, 97
Kennell, John, 93, 126
Klaus, Marshall, 93, 126
Konner, Melvin, 62
L
Lecaunet, J.P., 89
leche materna, toxinas en la, 82-83, 101
lenguaje y unicidad cultural, 194-195
desarrollo y aprendizaje, 25, 229, 230
Ley de protección ambiental para la infancia, 101
límites basados en el miedo, 178,179
M
madres, acogida, 54-58
adolescentes drogadictas, 60
adolescentes, 96
adoptivas, 56
apoyo psicológico para las, 92, 93, 102
cambio de expectativas de las, 49
con subsidio social, 15
diferencias individuales y reacciones de las, 111
en prisión, 28-60, 73
interacciones de los recién nacidos con las, 26-27
papel de las, en la crianza, 22
y depresión posparto, 124
madres biológicas y adopción, 55, 56, 74
Mahler, Margaret, 30, 35
Mahoney, Margaret, 132
maltrato físico, 44
maltrato infantil, 14, 44, 81, 89, 112, 184
protección contra el, 82
matrimonio, cambio de expectativas en el, 49
matronas, 102
medicación, niños con, 18, 19
protección ante el uso incorrecto de la, 103-104
medicación psiquiátrica, protección ante el uso indebido, 103-104
México, 98
interacción madre-hijo en, 37
mercurio, exposición prenatal al, 81
miedos y fobias, 231
minorías, programas de trabajo de calle para, 97
modelo basado en las relaciones y diferencias individuales, 117
modelo de sentar las bases y del proceso, 168
modelo DIR. Véase modelo basado en las relaciones y diferencias individuales
de desarrollo
modelo momentos clave, 44, 61, 124, 125, 128-131, 201, 221-232
evaluación de las diferencias individuales con el, 122, 128
implantación del modelo en Estados Unidos, 205
momentos clave del recién nacido, 225-226
momentos clave prenatales, 225
y asunciones de los profesionales, 223
y colaboración escolar, 133-134
y dominio, 168-170
y niños bien cuidados, 87
modelo patológico, cambiar el, 131
momento clave prenatal, 225-226
moral, cuidados afectivos y desarrollo de la, 180
desarrollo de la, 178
interacciones emocionales y, 29
mortalidad infantil, 97
Murphy, Lois, 108
N
Naciones Unidas, 81
Nathanielsz, Peter, 90
National Association for the Education of Young Children, 148
National Commission for Children, 11
National Education Association (NEA), 134
National Institute of Child Health and Development, 39
naturaleza y crianza, dúo de desarrollo entre, 20
y diferencias individuales, 109
NBA, fundamentos para comenzar, 55
NEA Véase National Educational Association
necesidades de protección física, 81, 82, 86-87
educación para las, 95
necesidades de regulación, 81
necesidades de seguridad física, 26, 99, 102
necesidades del desarrollo, comprender/controlar, 172-173
necesidades fundamentales de los niños, identificar las, 11, 12
neonatos, intencionalidad de los, 35
niños, ajuste entre progenitores y, 124
en orfanatos, 13, 14
estudio en centros infantiles, 14-16
impacto de traumas en, 44
políticas globales de protección de, 213-218
unicidad de los, 115
y compasión, 20
y compromiso internacional, 101
y medicación, 18, 19
Véase también bebés; recién nacidos; padres; niños pequeños
niño activo y agresivo, 113
niños antisociales, 112-113
niño bien cuidado, 87
y evaluación de diferencias individuales, 138, 139
niños de primaria, recomendaciones de visitas en la custodia compartida, 75-76
recomendaciones para relaciones afectivas con, 66-68
niños de voluntad fuerte, 113
niños pequeños, desnutridos, 97
diferencias individuales en los, 109
en centros infantiles, 15-18
en orfanatos, 13
necesidades fundamentales de, 23
recomendaciones para relaciones estables con, 71-72
recomendaciones sobre relaciones afectivas con, 64-68
y recomendaciones de visitas: custodia compartida, 75-76
vuelta a la disciplina con, 20
Véase también bebés; recién nacidos
niños superdotados, 118, 170
niños violentos y antisociales, 112-113
noches fuera de casa, y mantener sólidas relaciones primarias, 45, 46, 47
Norton, Dolores, 38
nutrición, 26, 89
O
O’Brien, Maureen, 221
ocasiones de momentos clave, 123
omnipotencia, 152, 153
ordenadores/juegos de ordenador, 82
impacto no investigado de los, en los niños, 85
límite de tiempo dedicado a, 156, 160-162, 174
tiempo que los niños pasan frente al, 16
orfanatos, 13, 14
en Corea, 62
en Europa del Este, 54
privación emocional en, 50
y relaciones afectivas, 60-63
Organización Mundial de la Salud, 83
orientaciones sobre la práctica clínica (ICDL), 117
P
padres, 124
adolescentes, 96
apoyo psicológico para, 92, 93, 102
diferencias individuales y reacciones de los, 109
implicación con los bebés, 226-227
interacciones con recién nacidos, 25
papel afectivo y, 22
y custodia, 48
padres adoptivos, 74, 56-58
padres y madres, 18
adoptivos, 55-58
acogida, 74
ajuste entre niño y, 124
diferencias individuales y reacciones de los, 110-112
diferencias individuales/educación sobre el desarrollo temprano para, 143
disponibilidad de, 36-39, 156, 157
educando a futuros, 124
equipo y establecimiento de límites, 189-191
etapas de aprendizaje entre bebés, 30
imaginados, 225
temperamento y diferencias entre, 38
y apoyo para los, 93-94, 102, 131, 201-205
y horas del bebé despierto, 36-39
y profesión, 49-53
Véase también cuidadores, niños, parejas que trabajan
Países Bajos, 82
Papousek, Hanns, 38
Papousek, Mechtilde, 38
parejas trabajadoras, recomendaciones sobre relaciones estables con, 72
y centros infantiles, 49-53
y disciplina, 186-188
y experiencias apropiadas al desarrollo, 157
y tiempo para estar, 160
parto, educación para el, 92, 93, 125-126
apoyo psicológico durante el, 87, 93, 102
pasar tiempo juntos, 160
PCB y leche materna, 83
pedófilos, 99
pensamiento abstracto, 115, 116, 28
pensamiento creativo, 28, 147
pensamiento emocional, 152
pensamiento lógico, 142
pensamiento triangular, 152-153
pensamiento y afectividad, 25, 26, 110
perfil de desarrollo individual y grupos pequeños, 173
permanencia de la persona, 228
permanencia del objeto, 228
permiso de maternidad/paternidad, 72
pesticidas, 82, 83, 90, 91, 101
Piaget, Jean, 28
pintura, sustancias tóxicas en la, 101
plan parental/evaluación, directrices de visitas en el tribunal de familias de King
County, 75-76
plomo, envenenamiento con, 81, 83, 84, 90, 101
pobreza, 98, 112
políticas de cuidado infantil, impacto del progreso económico en, 21-23
políticas globales para proteger a la infancia, 213-218
preescolares,
en centros infantiles, 15
recomendación para relaciones afectivas con, 66
recomendaciones para relaciones estables con, 71-72
y directrices para las visitas, custodia compartida, 75-76
y medicación, 18-19
preocupación internacional por el cuidado infantil, 98
primera infancia, necesidades fundamentales/básicas en la, 12
importancia de las experiencias tempranas en, 20
privación emocional y centros infantiles, 112
privación extrauterina, 98
privación intrauterina, 98
problemas de aprendizaje y exposición a sustancias tóxicas y, 82-83
procesamiento auditivo y lenguaje, 110
procesamiento espacio-visual, 118, 121
productos de limpieza, toxinas en los, 101
programa Healthy Steps, 132
programa televisivo Lo que todos los bebés saben, 42
programas con tutores, 200
programas de rehabilitación y diferencias individuales, 119, 142
programas estatales para las comunidades, 209
programas federales para las comunidades, 209
progreso económico, impacto de, en las políticas de cuidados infantiles, 22-23
protección de la infancia, 26, 99, 213-218
Proyecto 2000 Crecer en la pobreza, 15
pruebas y calificaciones, 166
pueblo vertical, 201-202, 209
R
reacción de pelear o escapar (fight/flight), 31
realidad, poner a prueba la, 36
recién nacidos, adopción de, 74
aprendizaje de los, 26-27, 30
diferenciación, significado afectivo y, 39-40
diferencias individuales de, 108, 109
evaluación de las diferencias individuales, 138
momentos clave de los, 225
Véase también bébés
referencia social, 228
referenciar, 100
reflejo tónico cervical, 26
regulación de la alimentación, 91
Reino Unido, 82
relaciones con los compañeros, 20, 153-154, 156, 158, 159, 172, 232
relaciones en los centros infantiles, 70-71
relaciones estables y acogida, 55-56
recomendaciones para las, 71-72
relaciones, expectativas imbuidas en las, 189
relaciones interactivas y diferencias individuales, 133, 134
aprendizaje a través de las, 135
relaciones tempranas, debate sobre, 33-36
respeto, 179, 181, 194
responsabilidad individual y respeto por las diferencias individuales, 117
retraso mental, 91
retraso y diferencias individuales, 113
retraso/problemas infantiles, fondos federales para, 128
Ritalin, 120
Rooting, reflejo, 26
Rosenthal, efecto, 165
Rumania, orfanatos en, 13, 14
Rusia, programas de apoyo a las familias en, 62
S
salarios para trabajadores de centros infantiles, 49, 52, 210
para profesores, 210
salud mental y experiencias adecuadas, 174-175
y enfoque basado en diferencias individuales, 142-143
salud reproductiva, 102
Scattergood, Sally, 94
seguimiento, 173
seguridad, 26, 99, 171
de los bebés, 102
de tener las necesidades físicas cubiertas, 217
e identidad cultural, 197
en la comunidad, 195-196
y capacidad para mirar, escuchar y estar calmado, 149
y disponibilidad relajada, 68
Véase también afecto/relaciones afectivas
seguridad alimentaria, 101
seguridad en la comunidad, 196, 197
momentos clave de, 97-100
necesidad de, 81, 88, 99, 100, 101
seguro médico, 126, 129, 130
cobertura de identificación, evaluación e intervención, 139
seguros, cobertura de identificación, evaluación e intervención, 139
«Separación-individuación», 30, 35, 41
servicios preventivos y diferencias individuales, 124-132
Shinn, Millicent, 38
Shostak, Marjorie, 62
sida, 214
síndrome del fracaso de crecimiento, 85
síndrome de «el niño vulnerable», 44
sistema de bienestar y necesidades infantiles básicas, 22-23
sistema de salud, y necesidades fundamentales de los niños, 23
sistema de salud mental y funcionamiento humano, 19
modelo de diferencias individuales y, 120
necesidades fundamentales de los niños, 22-23
sistema de servicios sociales y experiencias apropiadas al desarrollo, 174
y diferencias individuales, 119, 142
y necesidades infantiles fundamentales, 23
sistema legal y experiencias adecuadas al aprendizaje, 174
y enfoque de diferencias individuales, 141, 142
sistema nervioso, funcionamiento atípico del, 91
sistema nervioso central, entornos caóticos y efectos en, 85
e interacción recíproca, 41
impacto de sustancias tóxicas en, 82-84
sistema público de enseñanza, 133
sobrecargados/hiperactivos, niños; y modelo de diferencias individuales, 120
sobreprotección, peligros de la, 44
solidaridad familiar, 48
solución de problemas y sentido del yo, 151
sonrisas, 40, 102
Sparrow, Joshua, 43, 92
Spitz, René, 25
Spock, Benjamín, 177
succión, reflejo, 26
Suecia, 98
sustancias tóxicas/toxinas, 214
educación pública/conciencia sobre, 101
efectos de, en el sistema nervioso, 90, 91
exposición prenatal a las, 81, 83, 84
proteger a los niños contra, 82-85
recomendaciones relativas a la exposición a, 101
y diferencias individuales, 108, 109
T
tabaco, 81, 83, 84, 88, 91, 94
tamaño de las aulas, 173
y diferencias individuales, 118, 135-137, 139-140
Tailandia, 82
techo (cobijo), 26
tecnología e interacción humana, 135
televisión, global, 215
tiempo de los niños frente al, 16
temperamento, 109-110, 226
diferencias en el, 38
investigación sobre el, 108
tipos de, 113
tendencia genética y experiencias ambientales, 26
terapias a corto plazo y compañías aseguradoras de salud (HMO), 19
Thomas, Alexander, 108
tiempo base, 65, 138, 185
tiempo de construir las bases, 118
tiempo de interacción directa para niños de primaria, 64, 65
trastorno de déficit de atención, 91
niño con problemas de atención, 113
trastornos del desarrollo, aumento de, en los niños, 86
trauma y autonomía, 57
emociones negativas distintas de, 43-45
y retraimiento/falta de afecto, 42-43
Tribunal de familia de King’s County (Estado de Washington), recomendaciones
de visitas en custodia compartida, 75-76
tribunales, sentencias y medidas judiciales tomadas para la infancia en los, 63
tristeza y modelo de diferencias individuales, 121
tuberculosis, 213-214
TV, impacto de la, 82, 85
límites, 156-157, 160-162, 174
recomendaciones sobre, 73
tiempo en solitario y, 69-70
U
ultrasonido, 89
Unión Soviética, 216
United Cerebral Palsy Foundation, 129
V
valores compartidos, debate sobre, 207-208
valores culturales y derechos de los niños, 62
Vietnam, 216
vigilantes, 137
debate sobre, 203-205
violencia,
alternativas a la, 178
entre y hacia los niños y adolescentes, 81
protección ante la, 82
vuelta a la disciplina, 21
W
Weld, William, 54
Whiting, Beatrice, 38
Whiting, John, 38
Z
Zigler, Edward, 53, 198
Índice
Cubierta 2
Introducción 7
1. La necesidad de relaciones afectivas estables 20
Debate 27
Relaciones tempranas 27
Las horas que el bebé está despierto 30
Interacciones emocionales 32
Divorcio y custodia 37
Centros infantiles 41
Hogares de acogida y de adopción 45
Madres en régimen penitenciario 49
Orfanatos y casas de acogida 50
Introducción a las recomendaciones 54
Un día en la vida de un niño 54
Disponibilidad relajada, «tiempo para estar» 58
Cuando el tiempo en solitario es excesivo 58
Las relaciones en los centros infantiles 59
Recomendaciones 60
Relaciones estables 61
Permiso de maternidad 62
Centros infantiles 62
Entornos institucionales o de grupo 62
Televisión 63
Madres en régimen penitenciario 63
Adopción 63
Acogida 63
Custodia 64
King’s County. Juzgado de familia de King’s County (Estado de
64
Washington)
Régimen de visitas en custodia compartida 64
Plan parental 65
Evaluación 66
Notas 67
2. La necesidad de seguridad, regulación y protección física 71
Debate 77
Recomendaciones 88
Los niños, un compromiso internacional 88
Exposición a sustancias tóxicas 88
Campaña de concienciación pública 88
Seguridad básica 89
Asistencia en el parto 89
Cuidados pediátricos tempranos 89
Apoyo a familias de problemática y riesgos múltiples 90
Protección contra el uso inadecuado de medicación psiquiátrica 91
Educación y enseñanza del desarrollo humano 91
Tres niveles de programas para la comunidad 92
Notas 93
3. La necesidad de experiencias adecuadas a las diferencias
95
individuales
Debate 107
Identificación temprana de las diferencias 108
Servicios preventivos 110
Diferencias individuales en el sistema escolar 117
Tamaño de las aulas y diferencias individuales 119
Las diferencias individuales cuando el hogar es la escuela 121
Recomendaciones 122
Nacimiento 122
Visitas domiciliarias 123
Bienestar del bebé 123
Enfoque preventivo 123
Servicios de apoyo 123
Seguro médico 123
Educación 123
Educación especial, niños con necesidades especiales 125
Servicios sociales y sistema legal 126
Salud mental 126
Educar a los padres y a los futuros padres sobre las diferencias individuales y el
127
desarrollo temprano
Notas 128
4. La necesidad de experiencias adecuadas a la etapa de desarrollo 130
Debate 140
Tiempo para estar juntos 141
La televisión y los juegos de ordenador 142
Deberes escolares 143
Calificaciones 146
Dominar la actividad 149
Recomendaciones 151
Familia 151
Juego con los compañeros 152
Deberes escolares 152
Comprender y respetar los cambios en las necesidades del desarrollo infantil 153
Escuela 153
Tiempo de televisión y ordenador 154
Servicios sociales y sistema legal 154
Salud mental 154
Notas 156
5. La necesidad de establecer límites, estructura y expectativas 157
Debate 162
Castigo físico 163
Equilibrio entre límites y afecto 164
Parejas que trabajan y disciplina 165
Establecer límites en equipo 167
Recomendaciones 167
Establecer límites en las familias 167
Los límites en los entornos institucionales 168
Notas 170
6. La necesidad de comunidades estables y de continuidad cultural 171
Debate 180
Vigilantes 180
Ventajas culturales 181
Valores compartidos 183
Recomendaciones 184
Barrios cohesionados 184
Programas estatales y federales 185
Familias con problemática múltiple 185
Centros infantiles y escuelas 185
Notas 187
7. Proteger el futuro 188
Anexos 194
Anexo 1. El modelo momentos clave 195
Anexo 2. Gráfico de crecimiento funcional del desarrollo y cuestionario 206
Anexo 3. Organizaciones 212
Sobre los autores 218
Índice analítico 220