Epistemología y Pensamiento Intercultural

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVESITARIA
UNIVERSIDAD CATÓLICA CECILIO ACOSTA
DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRÍA EN FILOSOFÍA MENCIÓN PENSAMIENTO
LATINOAMERICANO
ASIGNATURA: FILOSOFÍA INTERCULTURAL

EPISTEMOLOGÍA Y PENSAMIENTO INTERCULTURAL

Autor: José Alfredo Moncada Sánchez


V10626824

San Cristóbal, Diciembre 2019


Epistemología y pensamiento intercultural

Introducción
El pensamiento intercultural reflexionado a lo largo del seminario es una de
las variantes filosófica hacia la constitución de un pensamiento filosófico propio en
nuestro contexto latinoamericano. Una de las claves constante manifestada a lo
largo de las lecturas realizadas, es que la filosofía intercultural, debe ser una
respuesta emancipatoria para el logo de la modernidad que prevalece para la
comprensión de la realidad que nos circunda y anonada el mundo de vida cultural
propio de nuestra existencia. En este sentido, para lograr esta emancipación del
logos es necesario comprender bajo que figura epistemológica hay que diseñar las
categorías interpretativas de la realidad nuestra para entrar con igualdad y a su
vez con diferencia en la globalidad de los saberes. Por tanto, el propósito de estas
líneas es delinear los principios epistémicos que puede fundamentar el
pensamiento intercultural.

Cambios de paradigmas

Ha sido demostrado que el paradigma hegemónico del modernismo está en


un momento de crisis, donde sus preceptos ya no son suficiente para explicar,
comprender e interpretar la realidad total, porque se ha caracterizado en la
simplificación y determinismo de las cosas. ¿Qué significa un cambio de
paradigma? “una transformación radical de la concepción que históricamente se
tiene de la racionalidad y el modo en que ésta impregna de forma y de fondo a los
objetos del conocimiento” (Márquez-Fernández, 2007, p. 100). En este sentido, “el
universo de nuestro mundo conceptual, perceptivo, simbólico y representacional,
se ve modificado sensible y racionalmente en la estructura de sus fundamentos…”
(Ídem.). Por consiguiente, un cambio de paradigma implica la postura del sujeto,
del pueblo o de la sociedad antes las categorías explicativas de la realidad
circundante, partiendo de los principios originarios que caracterizan las culturas
propias otras que las diferencian del resto de la globalidad y, que a su vez forma
parte de la totalidad.
¿Por qué se da una crisis de paradigma? Porque el paradigma llega a un
nivel de obsolescencia que ya sus constructos teóricos no pueden dar razón de la
realidad total, por tanto, surgen nuevas refutaciones epistémicas que buscan dar
“una o más explicaciones comprensivas de la compleja trama de variantes que,
genéticamente tienden a organizar desde diversas perspectivas y ángulos, la
pluralidad de realidades incontenidas y represadas al interior del paradigma en
crisis” (Ídem.).

En los momentos actuales, la postura empirista positivista está en crisis


sobre todo por los principios que la sostiene, como la negación de la relación entre
“objeto y la verdad intersubjetiva” (Op. cit., p. 101). Esta relación actualmente es
significativa, precisamente es de donde surgen “los supuestos teóricos y prácticos
del conocimiento” (Ídem.). Otro motivo, es que “la verdad formal que lo regula es
totalmente tautológico, deja por fuera ese mundo ese mundo de infra e
interrelacionalidad” (Ídem.). Es decir, todo es verdadero cualquiera sea la
interpretación formal que se le dé a las proposiciones, sin considerar las
interpretaciones contextuales donde está inmerso el fenómeno de estudio.

Uno de los principios que caracterizaba la producción del conocimiento


desde el positivismo es la linealidad en la causalidad del conocimiento entre el
sujeto y el objeto. Está linealidad es la que, en estos momentos, está en crisis en
la producción de saberes. En tal sentido, es necesaria otra visión epistemológica
para la construcción de los saberes.

Esta visión epistemológica otra que fortalece a la interculturalidad, es la


transdisciplinariedad y complejidad. Esta posición consiste en una postura
constructivista “en la que el proceso de generación de conocimiento forma parte
de un todo integrado, donde el observador, el fenómeno observado y le proceso
de observación están conectados” (Op. cit., p. 102). Es decir, desaparece la
linealidad del positivismo, de esta manera, el conocimiento construido es holístico,
considerando cada uno de los elementos que participan en el proceso de
construcción de saberes.
Por consiguiente, el sujeto bajo esta concepción epistemológica accede a
los fenómenos de estudios desde los diversos posibles planos a los que se puede
comprender e interpretar la realidad. Pero, para lograr está visión, el sujeto debe
ser capaz de investigar el objeto desde las diferentes relaciones entre el objeto y
el contexto donde se encuentra.

Desde esta perspectiva, la construcción del conocimiento o de los saberes


se hace desde la complejidad, porque el “pensamiento accede al mundo de la
realidad de modos muy diversos con perspectivas totalmente diferenciadas, y que
es en el conjunto complejo de los sistemas de representación, significación y
simbolización con los cuales organizamos la construcción de lo que definimos
como realidad” (Op. cit., p. 103). Esto es, desde la transdisciplinariedad en lo
complejo hay un descocultamiento de aquello que las objetivaciones del
positivismo ignoran.

Un hecho significativo en esta concepción epistemológica es el hecho de


que las leyes y disciplinas ya no son rigurosas, sino las leyes son participes de las
fluctuaciones que discurren alrededor de ellas, por las relaciones con los
fenómenos de donde emanan. Por este hecho, “las propiedades, las
características, las definiciones, las categorías,… no están ni pertenecen a los
entes o las cosas, sino que se originan y gestan en esa red de sistemas en la que
se encuentran insertas” (Op. cit., p. 104). Lo importante es que todo saber emana
de las relaciones que existen entre los objetos o fenómenos de la realidad, con las
subjetividades de los sujetos que hacen vida en los contextos donde están.

A manera de cierre

La transdisciplinariedad y lo complejo son las posturas epistémicas que


pueden acompañar los principios de la interculturalidad, porque la finalidad de
este movimiento filosófico por medio de la alteridad dialógica es romper con el
logos positivista lineal heredado de la modernidad, que ha invisibilizado todo saber
diferente a lo establecido por la hegemonía poder-saber. Ahora bien, en este
proceso emancipatorio donde la palabra es la fuente principal para la alteridad, es
la que por su acción las categorías, principios, definiciones se tornan con
características propias o contextuales en la relacionalidad de los fenómenos,
sujetos y las relaciones de su entorno, para dar un significado contextual a la
realidad y de esa manera entablar un diálogo intercultural con los otros en
igualdad de condiciones y manteniendo la diferencia, para que la complejidad y
transdisciplinariedad fundamenten la totalidad ante esta nueva realidad
epistémica.

Referencia bibliográfica

Márquez-Fernández, A. (2007). Pensar la Complejidad desde la praxis


cognoscente de la racionalidad intersubjetiva. Revista Utopía y Praxis
Latinoamericana. Año 12, Nº 38, p.p. 99-106. Disponible en:
https://produccioncientificaluz.org/index.php/utopia/article/view/2785

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