Giannetti MuseosVirtuales

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

LOS MUSEOS, LAS TECNOLOGÍAS Y LA VIRTUALIDAD1

Claudia Giannetti

Los cuestionamientos respecto a la función de los museos


contemporáneos y de su arquitectura han derivado en innumerables debates. A
la tradicional defensa del contenedor como espacio que debe adecuarse a la
exhibición de objetos, por lo tanto subordinarse a la obra de arte, se opone la
visión de la estructura arquitectónica como obra y del arquitecto como meta-
artista. El espacio-megaescultórico se transforma en un aparato de discurso
estético autónomo, independiente de las obras que pueda albergar.
Esta controversia es significativa desde diferentes puntos de vista. En
los años sesenta, un sector representativo del arte pretendió levar a cabo una
revolución en contra de los museos, considerados centros de poder y
guardianes de las ideologías sociopolíticas y económicas del contexto
geográfico e histórico. Al contrario, los años ochenta marcaron, desde
importantes segmentos artísticos, una toma de posición pro-museo, que
restableció su status de escaparate imprescindible para la consolidación del
artista y su éxito en el mercado del arte. Su función estratégica como parte del
mecanismo de márketing fue reconocida y defendida por un grupo considerable
de artistas y curators. (No es mera coincidencia que a este proceso esté
vinculada la ascensión de la figura de los comisarios de exposición.) Si antes
se trataba de un proceso de liberalización de la maquinaria museística
entendida como cómplice del poder, a partir de los ochenta se invierte el juego:
el prestigio queda condicionado a la presencia en el museo.
De esta experiencia podemos deducir que el arte y sus instituciones
funcionan como espejos de la sociedad. La etapa posindustrial marca la
definitiva consumación del proceso ya advertido por George Simmel a
principios del siglo XX, que tiene su origen en la intersección entre los
mecanismos tecnoindustriales y la sociedad: la disolución de la “alta cultura” en
la cultura de consumo generalizado. Como resultado, el museo agrega a su
función convencional de núcleo generador de conocimientos y experiencias

1
Publicado en la Revista art.es, nº 3/2004

1
estéticas, la de centro turístico integrado en la explosiva industria del ocio. Al
contrario de lo esperado, este proceso ha sido asimilado sin grandes traumas.
Es en este contexto en el que podemos entender el móvil de las arquitecturas-
espectáculo de algunos museos.
El hecho de que el arte actual renuncia paulatinamente a los formatos y
soportes tradicionales agrega complejidad al debate. Acciones, performances,
instalaciones u obras interactivas implican una ocupación del espacio de
manera temporal, cambiante e incluso virtual. Los nuevos formatos exigen
infraestructuras flexibles, adaptables y, en muchos casos, inmateriales. Esto
significa un cambio radical respecto a la pregunta sobre la función del espacio
museístico o expositivo y la forma en que las instituciones dedicadas al arte
contemporáneo responden al impacto de las nuevas tecnologías y las últimas
tendencia del media art. Habrían innumerables maneras de enfocar las
problemáticas desencadenadas por la virtualidad, la desmaterialización de la
obra y el consecuente paso del espacio expositivo físico al digital. A fin de
discurrir sobre un aspecto específico, que de cierta manera denota este
cambio, nos centraremos en las cuestiones en torno a la red telemática.
Como sistema multidimensional basado en enlaces que articulan un
sentido global y abierto, la red implica un aspecto emergente: su referencia a la
dimensión espaciotemporal. A partir de estructuras espaciales (bi o
tridimensionales) vinculadas a estructuras n-temporales, los nexos (espacio
virtual) y la simultaneidad (tiempo) se imponen en la conformación del sentido
de contexto. La estructura de red de datos permite entender esta nueva
concepción de “arquitectura” inmaterial para la creación y la comunicación
como espacio adaptable, mutable. Con la telemática, la arquitectura renuncia a
la construcción de un espacio físico concreto, y asume una dimensión virtual,
que ya no está más subordinada al continente tangible.
De la primera metáfora de la Torre de Babel hasta la Noosfera de
Teilhard de Chardin (1940), el Global Village de Marshall McLuhan (1964) o la
Introesfera de Joël de Rosnay (1995), la emergencia de un espacio universal
de comunicación y pensamiento colectivo se ha mantenido como lugar utópico
de la existencia humana. Internet, así como las nociones de network y
comunidad virtual podrían cumplir, de cierta manera, esta función. Tal vez uno
de los grandes cambios respecto a las concepciones anteriores consista en la

2
necesaria aportación del usuario. Los visitantes de los espacios virtuales dejan
de ser meros espectadores y asumen una función partícipe en su
conformación. Ello implica asumir un doble papel como observadores y
consumidores de la información, pero también como integrantes y parte de la
información. Son usuarios y, simultáneamente, creadores de la red. En este
sentido, la apropiación progresiva del ciberespacio por parte de grupos
activistas o de artistas, así como su empleo como campo abierto para la
creación ha permitido burlar las estructuras ortodoxas y prescindir del espacio
físico como "intermediario" entre el artista y la sociedad.
No obstante, esta peculiaridad del medio telemático ha pasado
inadvertida de gran parte de las instituciones museísticas o centros de cultura
contemporánea, que siguen entendiendo la red como simple extensión de los
medios de difusión. Así, sus webs se limitan, en general, a reproducir en
formato digital lo que se publica en papel y a utilizar el medio como mero
vehículo de información. El usuario sigue siendo tratado como el visitante del
museo, que debe “circular” por los espacios como un observador
contemplativo. Esta tendencia queda reflejada, por ejemplo, en los
planteamientos del Congreso “Museums and the Web”, creado en 1997 en Los
Angeles y actualmente en su séptima edición, en el que la mayoría casi
absoluta de los coloquios está consagrada a temas relacionados con la
educación, las aplicaciones tecnológicas, el diseño de webs de museos o los
modelos informativos online.(1)
Algunos intentos de romper esta dinámica continuista lograron poner el
acento en la potencialidad e idiosincrasia de la red. En 1997, la documenta X
dedicó un apartado específico al net art; en 1998, “Beyond Interface”,(2)
organizada por el Walker Center for the Arts, Minneápolis, ofreció una muestra
online de “net-based artistic activity”. La muestra “net_condition”,(3) organizada
por el ZKM Center for Art and Media de Karlsruhe en 1999, ofreció un amplio
panorama de la creación para Internet desde sus inicios. Aunque este tipo de
eventos relacionados con el arte en red empiece a proliferar, la gran mayoría
de instituciones de arte contemporáneo no se atreve a crear una colección de
net art, con un espacio “expositivo” permanente en la red, o a apoyar la
producción de este tipo de obras.

3
Mientras tanto, los artistas y las comunidades virtuales toman la iniciativa
de generar sus propios canales. La tendencia más actual de la producción para
Internet consiste en superar la primera etapa basada en un modelo participativo
centralizado, en el que todas las aportaciones llegaban a un mismo "espacio" o
formaban parte de un mismo contexto. Actualmente, detectamos la expansión
de modelos distribuidos o descentralizados, en el que la obra "viaja", se
dispersa, se multiplica e incluso se "instala" en los múltiples ordenadores
conectados, quedando a merced de los usuarios. La novedad de este tipo de
obras está en la idea de que el artista y/o su trabajo ya no son los únicos
núcleos receptores y emisores, sino que la distribución del código transforma
los usuarios en nudos de interrelaciones y en multiplicadores. Por otro lado, la
existencia de estos nudos depende de las comunicaciones de unos con otros.
Esto aborda la pregunta sobre el network y la comunidad de una manera
novedosa y peculiar, puesto que la inscribe en la reestructuración del modelo
de sociabilidad, basado hasta ahora en el individualismo en red.(4)

© claudia giannetti 2003

Notas

1. http://www.archimuse.com
2. http://www.walkerart.org
3. http://www.zkm.de
4. Cfr. Claudia Giannetti, Estética Digital - Sintopía del Arte, la Ciencia y la
Tecnología. Barcelona, ACC L’Angelot, 2002, pp. 60-68

También podría gustarte