PTF Caoba de Peten
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Se autoriza la reproducción total o parcial de esta publicación para fines educativos o sin
intenciones de lucro, sin ningún otro permiso especial del titular de los derechos, con la condición
de que se cite la fuente de donde proviene.
Instituto Nacional de Bosques. 2019. Paquete Tecnológico Forestal para Caoba de Petén
Swietenia macrophylla King versión 1.0. Guatemala, Departamento de Investigación Forestal. 85
p. (Serie técnica DT-026-2019).
ELABORADO POR:
Departamento de Investigación Forestal del Instituto Nacional de Bosques (INAB), con la asesoría
y redacción principal del Dr. Daniel Marmillod (consultor), e incorporaciones y sistematización de
experiencias (2018) por José Israel Cojóm Pac (consultor) y Joel Nicolás Eliézer Cutzal Chavajay
(Departamento de Investigación Forestal del INAB).
Se agradece a Mario René Salazar Arana (Director de Desarrollo Forestal del INAB) y Edwin Oliva
Hurtarte (Departamento de Gobernanza Forestal del INAB), por la revisión del presente
documento.
1-ii
1. Presentación
En este documento se pone a disposición del sector forestal, datos e información para la
planificación de actividades dentro del ciclo del cultivo, desde la colecta de frutos, cosecha de
semillas, métodos de propagación, selección adecuada de los sitios para el establecimiento de
plantaciones, manejo silvicultural de plantaciones, ejemplos de buena y mala elección de sitios,
diagnóstico y manejo de plagas y enfermedades, registro de las existencias de plantaciones a
nivel nacional y simulación de la productividad de las plantaciones en busca de la maximización
de productos forestales a partir de modelos de crecimiento. La serie de Paquetes tecnológicos
forestales publicada por el INAB, pretende propiciar el aumento de la rentabilidad y
productividad de las plantaciones forestales de especies consideradas prioritarias, brindando
insumos que estimulen la competitividad de las plantaciones forestales en un país de vocación
forestal.
iii
2. Junta directiva del instituto nacional de bosques
iv
3. Tabla de contenido
vi
Lista de tablas
Tabla 1. Descripción de las fuentes semilleras de la especie caoba de Petén, inscritas en el Registro
Nacional Forestal de Guatemala. ................................................................................................................. 23
Tabla 4. Número de PPMF y especies asociadas, monitoreadas por INAB en plantaciones mixtas
con Caoba en Guatemala, clasificadas por el grado de mezcla inicial. ........................................... 60
Tabla 6. Incremento medio anual (IMA) de variables de crecimiento para Swietenia macrophylla
en Guatemala, según categorías de sitio. .................................................................................................. 61
Tabla 9. Distribución del área plantada (en hectáreas) de caoba de Petén por departamento y
municipio en Guatemala. ............................................................................................................................... 68
Tabla 10. Descripción porcentual del área de proyectos y los rangos de edad actuales en el total
de reforestaciones por incentivos en Guatemala, con la especie caoba de Petén Swietenia
macrophylla. (De mayor a menor área/edad). ........................................................................................ 70
Tabla 11. Detalle de productividad actual (inventario forestal) de proyectos de caoba de Petén
Swietenia macrophylla en proyectos incentivados en Guatemala. .................................................... 71
Tabla 12. Proyección del volumen de raleos (m3) para caoba de Petén en Guatemala, periodo
2019-2025. ............................................................................................................................................................ 72
Tabla 13. Proyección del volumen total (m3) de raleo para caoba de Petén en Guatemala,
periodo 2030-2048 ............................................................................................................................................. 74
vii
Lista de figuras
Figura 1. Daño que provoca el barrenador del tallo Hypsipyla grandella en los meristemos apicales
de las plántulas de caoba, finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala. ........................................ 4
Figura 2. Plantaciones de Caoba de Petén Swietenia macrophylla en finca Hacienda Rio Dulce,
Livingston, Izabal, Guatemala. ......................................................................................................................... 5
Figura 3. Vista de los claros ocasionados por mortalidad de hule Hevea brasiliensis, aprovechado
con dos plantas de caoba (1.5 años de edad) en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla,
Guatemala. .......................................................................................................................................................... 7
Figura 4. Desarrollo del árbol de caoba aislado (1.5 años de edad) sin daños por barrenador del
brote, dentro de plantaciones de hule Hevea brasiliensis, Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla,
Guatemala. .......................................................................................................................................................... 7
Figura 5. Plantación mixta de cedro y caoba intercalada en el mismo surco y palo blanco entre
surcos, con una edad de 5 años, en Hacienda Magdalena, Retalhuleu, Guatemala ..................... 8
Figura 6. Plantación mixta de árboles en contorno de Cedro y Caoba, con una edad de 2 años,
El Chal, Petén, Guatemala................................................................................................................................ 9
Figura 7. Plantación mixta y sistema agroforestal de Caoba, rosúl, madrecacao y cacao, con una
edad de 4 años, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.......................................................... 10
Figura 8. Plantación mixta y sistema agroforestal de caoba, rosúl, madrecacao y cacao, con una
edad de 4 años, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.......................................................... 10
Figura 9. Sistema agroforestal de caoba Swietenia macrophylla King y cacao Theobroma cacao,
Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala. ........................................................................................ 11
Figura 10. Sistema Agroforestal de Caoba y Cacao, en Hacienda Río Dulce, Livingston, Izabal,
Guatemala. ........................................................................................................................................................ 12
Figura 11. Tendencia de las reforestaciones con la especie caoba de Petén mediante los
programas de incentivos PINFOR y PROBOSQUE, periodo 1998 al 2018. ............................................. 15
Figura 12. Tendencia de las reforestaciones con la especie caoba de Petén mediante el
programa de incentivos PINPEP desde 2012 al 2017. ............................................................................... 15
Figura 13. Tendencia de las reforestaciones en sistemas agroforestales con la especie caoba de
Petén mediante el programa de incentivos PINPEP desde 2012 al 2017............................................. 15
viii
Figura 14. Mapa de distribución potencial de Swietenia macrophylla King en el territorio de
Guatemala. (Fuente: Romero, 2019). ........................................................................................................... 20
Figura 15. Semilla de caoba Swietenia macrophylla King recolectada en Finca Hacienda Rio
Dulce, Livingston, Izabal, Guatemala. .......................................................................................................... 24
Figura 16. Producción de vivero forestal de caoba de Petén con base a productos biológicos y
fertilización a base de compuestos orgánicos en San Francisco, Petén, Guatemala. .................... 29
Figura 17. Sistema agroforestal de caoba con cacao a una edad de 4 años, Finca Hacienda Rio
Dulce, Livingston, Izabal, Guatemala. .......................................................................................................... 37
Figura 18. Sistema agroforestal de 4 años de edad con, rosúl, madrecacao y cacao en asocio
con caoba de Petén (arreglo de 12*3 metros), Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala. . 37
Figura 19. Uso de cultivo de cobertura para manejo y control de malezas, Hacienda Rio Dulce,
Livingston, Izabal, Guatemala. ....................................................................................................................... 39
Figura 20. Árboles de caoba de seis (izquierda) y cuatro (derecha) años de edad podados
anualmente, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala. (Altura estimada en 12 metros) ..... 41
Figura 21. Poda manual con machete en árbol de caoba dañado por barrenador del brote, Finca
Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala..................................................................................................... 43
Figura 22. Aplicación de tapacil (sellador) a las heridas provocadas por la poda, Finca Kampura,
Livingston, Izabal, Guatemala. ....................................................................................................................... 43
Figura 23. Tallo de caoba de dos meses de edad con cicatrices del daño ocasionado por babosa
común (no identificada), El Chal, Petén, Guatemala.............................................................................. 47
Figura 24. Daño del minador en el haz de la hoja de caoba con distintos grados de severidad, en
finca particular de San Francisco, Petén, Guatemala. ............................................................................ 47
Figura 25. Raíz de planta de caoba en vivero, con posibles colonias de Metarhizium en San
Francisco, Petén, Guatemala......................................................................................................................... 48
Figura 26. Brote de caoba con daños ocasionados por la larva del barrenador del brote Hypsipyla
grandella, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala. .................................................................... 49
Figura 27. Larva del barrenador de las meliáceas Hypsipyla grandella (Fotografía de Rony
Alexander Albanés Barahona, del INAB). .................................................................................................... 50
ix
Figura 28. Trampa biológica para el control etológico del barrenador del brote en una finca de
Izabal, Guatemala. (Fotografía proporcionada por Wenner Mejía). ................................................... 54
Figura 29. Fustes únicos y rectos de Caoba de 4 años, en finca Kampura, Livingston, Izabal,
Guatemala. ........................................................................................................................................................ 55
Figura 30. Plantación de caoba de un año de edad, sin daños aparentes por barrenador del
brote, con tratamiento de control biológico, San Francisco, Petén Guatemala. ............................. 57
Figura 31. Familia de curvas de crecimiento en altura dominante [m] para plantaciones de
Swietenia macrophylla en Guatemala (fuente: Departamento de Investigación Forestal del INAB,
2018). .................................................................................................................................................................... 62
Figura 32. Familia de curvas de crecimiento en diámetro [cm] para plantaciones de Swietenia
macrophylla en Guatemala (Fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB, 2018). ...... 63
Figura 33. Familia de curvas de crecimiento en área basal [m2/ha] para plantaciones de Swietenia
macrophylla en Guatemala (fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB 2018) ......... 64
Figura 34. Familia de curvas de crecimiento en volumen total [m 3/ha] para plantaciones de
Swietenia macrophylla en Guatemala (fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB
2018) ..................................................................................................................................................................... 64
Figura 35. Distribución de área de proyectos de incentivos forestales (%) por departamento, para
la especie de Swietenia macrophylla en Guatemala. ............................................................................ 69
Figura 36. Descripción porcentual del área de proyectos y los rangos de edad actuales (2018) en
el total de las áreas reforestadas por incentivos en Guatemala, con la especie caoba de Petén
Swietenia macrophylla. (De mayor a menor área/edad). ..................................................................... 71
Figura 37. Distribución del volumen total de producción actual de proyectos de incentivos
forestales (%) por departamento en Guatemala, para la especie caoba de Petén (Swietenia
macrophylla). ..................................................................................................................................................... 72
Figura 38. Distribución del volumen total de raleos (a los 5, 10, 15 y 23 años respectivamente),
proveniente de proyectos de incentivos forestales, para la especie de Swietenia macrophylla en
Guatemala. ........................................................................................................................................................ 73
x
4. Introducción
Nombre científico1
Swietenia macrophylla King
SINÓNIMOS: Swietenia belizensis Lundell, Swietenia candollei Pittier, Swietenia krukovii Gleason,
Swietenia tessmannii Harms
Nombres comunes
Basado en López (2008), Aguilar Cumes y Aguilar Cumes (1992) citados por Castañeda y Cabrera (2006), SEDUMA (2014),
Cordero y Boshier (2003), Salazar et al. (2000), Bauer y Francis (2000).
OTROS NOMBRES COMUNES: Caoba de hoja grande, Caoba del sur, Caoba del atlántico
(América Central, México y Colombia); Mogno, Aguano, Araputanga (Brasil); Caoba hondureña,
Honduran Mahogany (Puerto Rico); Acajou du honduras (Guadalupe); Oruba (Venezuela); Mara
(Bolivia); Mahoni (Surinam).
Descripción morfológica
Basado en Cordero y Boshier (2003), Niembro (2010), López (2008)
PORTE DEL ÁRBOL: Árbol no deciduo, de 30 a 45 metros de altura y diámetro a la altura del
pecho de 1.5 metros, aunque pudo alcanzar excepcionalmente hasta 70 metros de alto y 3
metros de diámetro (Vivero et al. 2006). Fuste largo y recto, cilíndrico, libre de ramas en los primeros
12-18 m, con estribaciones bien desarrolladas. La copa, abierta y redonda, tiene ramas gruesas y
ascendentes, con denso follaje, y puede alcanzar hasta 20 m de diámetro.
CORTEZA EXTERNA: Fisurada, de color gris y textura lisa de joven; en árboles maduros se torna
marrón oscuro y textura escamosa. La corteza interna tiene un alto contenido de taninos.
HOJAS: Compuestas, agrupadas al final de las ramillas, alternas, de 12-45 centímetros de largo;
no tienen crecimiento terminal. Cada hoja tiene entre 3-6 pares de foliolos opuestos. El que el
árbol sea deciduo o perenne, depende de la disponibilidad de agua.
DISTRIBUCIÓN NATURAL: La caoba de Petén crece de manera natural desde la latitud 23° N
hasta un poco más abajo de la latitud 18° S en el Neo trópico. Es nativa de los bosques tropicales
estacionalmente secos, desde el sur de México (península de Yucatán), Belice, la costa atlántica
de Guatemala, Honduras y Nicaragua, hasta el norte de Costa Rica. Más al sur se encuentra en
el Pacífico de Panamá, para llegar a América del Sur, donde su área de distribución forma un
gran arco desde Venezuela, las regiones amazónicas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil,
hasta casi alcanzar Belén do Pará.
Como la mayoría de las especies de árboles tropicales, la caoba de Petén tiene presencia en
bajas densidades a escala de paisaje, con amplias variaciones de una región a otra, y aun dentro
de un mismo sitio. La densidad de población en América Central, especialmente en el gran
bosque lluvioso maya que atraviesa Guatemala, Belice y México, tiende a ser mucho mayor que
en Suramérica. En la zona atlántica de Centroamérica, la especie es común en los bosques
húmedos y de galería entre 0 a 150 msnm (Stevens et al. 2001 citado por López 2008).
En Guatemala, la caoba de Petén se encuentra, en forma natural, en las tierras bajas del norte y
atlántico del país. Dicha área abarca el territorio de Petén y algunas pequeñas áreas de la Franja
Transversal del Norte, en los departamentos de Quiché, Alta Verapaz e Izabal En esta área
predominan las zonas de vida bosque húmedo subtropical cálido bh-S(c) (el norte de Petén),
bosque muy húmedo subtropical cálido bmh-S(c) (el sur de Petén, Alta Verapaz y Quiché), y
bosque muy húmedo tropical bmh-T (Izabal).
En Petén, en un bosque dominado por Manilkara zapota, los socios arbóreos incluyen además de
la caoba, a Aspidosperma megalocarpon, Astronium graveolens, Brosimum alicastrum,
Calophyllum brasiliense, Cedrela odorata y Vitex gaumeri (Holdridge et al. 1950, citado por Bauer
y Francis 2000).
En el año 1991 se realizó un inventario forestal por muestreo en la totalidad de los bosques de
Petén, donde se identificaron y midieron todos los árboles y palmas mayores de 25 cm de
diámetro. Swietenia macrophylla estuvo presente con 0.996 árboles/ha, en bosques dominados
por Brosimum alicastrum, Manilkara zapota, y Dialium guianense, y acompañada por Vitex
gaumeri, Terminalia amazonia, Spondias mombin, Pseudobombax ellipticum, Calophyllum
brasiliense, Brosimum costaricanum, Bucida buceras, Ceiba pentandra y Vatairea lundellii
(UNEPET/SEGEPLAN 1992, citado por López 1999).
2
En las áreas de aprovechamiento anual 2005-2006 de 11 concesiones forestales ubicadas en la
Reserva de la Biosfera Maya, la caoba mostró una abundancia media de 2.25 árboles con
dap≥30 cm/hectárea, según los datos de los respectivos censos comerciales (Grogan et al. 2017).
En Petén la extracción de la caoba por su madera inició desde 1820, pero tomó importancia
económica significativa a partir de 1860-70. Después de que la especie fue explotada y difícil de
extraer de Belice, compañías inglesas concentraron sus operaciones en el sur-este de Petén,
alrededor de Dolores, en la cuenca del río Mopán. Simultáneamente, firmas de Tabasco, México
y después EUA se enfocaron en las riberas de los ríos La Pasión y Usumacinta, en el oeste de Petén.
Ya son más de 150 años que se aprovecha la caoba en bosques naturales guatemaltecos. Si bien
durante largo tiempo hubo poca o ninguna preocupación para un manejo sostenible del recurso
(siendo el periodo 1983-1993 caracterizado por el último saqueo “espectacular” de la caoba en
Petén), las cosas cambiaron.
A partir de 1994, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) logró otorgar paulatinamente
concesiones forestales en casi toda la zona de usos múltiples de la Reserva de la Biósfera Maya
(RBM), área que concentra la mayor parte de la caoba de Petén en Guatemala. Las actividades
extractivas de cada concesión están reguladas por criterios de manejo sostenible (CONAP 2012,
Manzanero 2005a+b, Grogan et al. 2017), buscando la certificación del Forest Stewardship
Council (FSC).
Los resultados de una investigación reciente sobre el estado de conservación de las poblaciones
de caoba en 11 concesiones forestales de la RBM, están demostrando que, “con un alto grado
de certeza, las poblaciones de Swietenia recuperarán, en promedio, la densidad comercial pre-
cosecha durante el primer ciclo de corta entre cosechas. Este resultado pareciera ser sostenible
a lo largo de repetidos aprovechamientos, con las prácticas de manejo forestal que actualmente
se usan en la ZUM” (Grogan et al. 2017).
Según Whitmore (2003), Swietenia macrophylla constituye una gran promesa para el futuro, por
las propiedades únicas de su madera de alta calidad, y a la vez su crecimiento rápido, sus altas
exigencias por plena luz (es considerada intolerante a la sombra), y su habilidad para adaptarse
a una variedad de condiciones de sitio (conjunto de características que lo hacen un buen sujeto
para plantaciones). La principal desventaja de la especie, fuera de sus condiciones naturales es
su susceptibilidad al barrenador del tallo Hypsipyla grandella.
3
Esta palomilla puede atacar diversas estructuras del árbol, pero el daño principal lo causa el
barrenar al brote principal en árboles jóvenes, lo cual provoca ramificación, bifurcaciones, y así,
el valor comercial del árbol resulta disminuido o anulado. La inminente incidencia de esta plaga
en plantaciones puras o significativas proporciones en arreglos mixtos y la falta de un manejo
adecuado, le han generado fama para considerarse sin aptitud para programas de reforestación
(ver figura 1), por lo que de ninguna forma puede considerarse el cultivo de esta especie sin las
consideraciones mínimas para la prevención y control de dicha plaga.
Figura 1. Daño que provoca el barrenador del tallo Hypsipyla grandella en los meristemos apicales
de las plántulas de caoba, finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.
Plantaciones puras
Esta modalidad ha sido una de las opciones preferidas para el silvicultor, debido a que simplifica
la toma de decisiones respecto al manejo silvicultural y la especie ha demostrado plena aptitud
al favorecerse por la competencia intraespecífica3, sin embargo, ha reducido el interés debido a
los daños ocasionados por plaga Hypsipyla grandella que aprovecha la disponibilidad de
alimento.
Figura 2. Plantaciones de Caoba de Petén Swietenia macrophylla en finca Hacienda Rio Dulce,
Livingston, Izabal, Guatemala.
Otras de las plantaciones puras (ver figura 2) de la Hacienda Rio Dulce, reportan diámetro
promedio de crecimiento de 16.7 centímetros de diámetro en 4 años, correspondientes a 4.2
centímetros de incremento anual en diámetro. Aunque no está de más indicar que al menos el
20% de los árboles presentan diámetros de 20 centímetros.
Estos resultados, aunado al valor de la madera de caoba (según dato proporcionado por Wagner
Mejía4, es de 12 a 13 USD por pie tablar) en la finca han promovido la meta de establecer al
menos 100 hectáreas de plantaciones puras de caoba, por su alta expectativa de mercado.
4MSc. Wagner Mejía. 19 de noviembre de 2018. Motivo del establecimiento de áreas de Caoba de Petén en plantaciones.
(entrevista). Livingstón, Izabal, Guatemala. Regente Forestal de Hacienda Río Dulce.
5
Otro ejemplo con resultados considerables se identificó en terreno particular de San Francisco
Petén, donde se estableció una plantación pura de caoba de Petén en el año 2018 y en términos
de 6 meses, esta alcanza una altura 1.5 a 2 metros. Lo impresionante es que, debido al manejo
de plagas, no se identificaron daños por barrenador del brote, por lo que la especie puede
expresar su potencial; la descripción del manejo se expondrá en los capítulos siguientes.
Plantaciones mixtas
Entre los principales objetivos de plantar caoba de Petén (ciclo de corta 5 largo) en arreglos
donde comparte con otras especies secundarias, principalmente latifoliadas de ciclo o turno6
corto (como la Melina, Gmelina arborea), consiste en iniciar a recibir un flujo de ingresos en un
menor tiempo, como producto del aprovechamiento de la especie secundaria, pretendiendo
que transcurra el tiempo para aprovechar la especie primaria y de mayor valor económico.
Ha sido frecuente el uso de caoba en arreglos combinados con más de una especie, para
aprovechar la tierra durante el turno largo de la caoba, al diversificar el cultivo y así generar un
flujo regular de ingresos por los productos y subproductos de las especies asociadas.
Otro de los objetivos es utilizar especies distintas a la caoba de Petén para “esconder” o reducir
la incidencia del barrenador del brote, bajo el principio de manejo integrado de H. grandella,
que al no disponer de alimento continuo y promover la mezcla de especies, el insecto no logra
trasladarse con facilidad de un árbol a otro y reducirá su presencia, tal como lo menciona Hilje y
Cornelius, 2001; sin embargo, de acuerdo con las experiencias documentadas, el principio de
manejo integrado no se cumple solo con establecer el arreglo mixto, es decir, “si no se toman las
medidas de prevención y control adecuado para el barrenador del brote, este afectará los
árboles con una significativa incidencia”.
Así mismo, en la figura 4, puede observarse la condición actual de la sanidad de las especies, es
decir, las especies que se observaban en campo no expresaban signos ni síntomas del ataque
de Hypsipylla grandella, probablemente por su poca abundancia y frecuencia dentro de las
plantaciones de Hule, esta práctica puede replicarse en escenarios similares, con el ánimo de
aprovechar claros amplios y agregar valor de especies preciosas a las plantaciones de Hule.
5
Ciclo de corta: Periodo de tiempo en que, en un área sujeta a aprovechamiento forestal, es posible volver
a realizar una nueva intervención, luego del crecimiento de todos los árboles de la masa residual intervenida.
6
Turno: Número planificado de años que transcurre entre la formación o regeneración de una masa y el
momento de su corta final.
6
Figura 3. Vista de los claros ocasionados por mortalidad de hule Hevea brasiliensis, aprovechado
con dos plantas de caoba (1.5 años de edad) en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla,
Guatemala.
Figura 4. Desarrollo del árbol de caoba aislado (1.5 años de edad) sin daños por barrenador del
brote, dentro de plantaciones de hule Hevea brasiliensis, Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla,
Guatemala.
7
Ampliando el tema de aptitud de la caoba de Petén para su asocio con otras especies, es
importante destacar que se han obtenido distintas experiencias, dentro de las cuales se discutirán
algunos casos observados en campo.
El primer caso corresponde a la mezcla de la caoba con cedro Cedrela odorata L., y Palo blanco
Tabebuia donnell-smithii Rose, combinación que se ha establecido considerando que dos
especies comparten características similares (por ser meliáceas), desde la semilla, crecimiento,
preferencia por el barrenador del brote, turno de corta, hasta características y valor de la madera
(aunque el cedro no supera el precio de la caoba); esta decisión debe tomarse con precaución,
para que el asocio no comparta el fracaso al no tomar las medidas correspondientes para la
prevención y control de plagas. Este tipo de combinaciones ofrecen algunas complicaciones, si
no se planifica adecuadamente su diseño, ya que, se observó en la mayoría de las plantaciones
visitadas que, aun teniendo la misma edad, el cedro presenta mejores dimensiones (diámetro y
altura) que la caoba, en consecuencia, el manejo de la caoba se ve comprometido, debido a
que en los raleos o aclareos, el silvicultor puede preferir dejar el cedro en vez de la caoba,
arriesgando el valor comercial de la plantación.
Figura 5. Plantación mixta de cedro y caoba intercalada en el mismo surco y palo blanco entre
surcos, con una edad de 5 años, en Hacienda Magdalena, Retalhuleu, Guatemala
8
En la figura 5, la fotografía representa el asocio de cedro y caoba intercalada en el mismo surco,
en este caso, el árbol al frente es de cedro y el posterior es de caoba, logrando observar que el
cedro presenta un mayor diámetro, en comparación con la caoba; ofreciendo según lo indicado
por el Sr. Ricardo Bressani7, cierta complicación para la toma de decisiones cuando se realicen
los raleos, debido a que es lógico ralear los árboles con menor diámetro, pero a la vez se vuelve
un criterio ilógico ralear los árboles que representan un mayor valor comercial futuro.
Figura 6. Plantación mixta de árboles en contorno de Cedro y Caoba, con una edad de 2 años,
El Chal, Petén, Guatemala.
Figura 8. Plantación mixta y sistema agroforestal de caoba, rosúl, madrecacao y cacao, con una
edad de 4 años, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.
10
Sistemas agroforestales:
La caoba de Petén se ha usado en sistemas agroforestales que, además de sombra, permiten
obtener madera. Por lo general, los árboles jóvenes son respetados por los propietarios cuando
se corta el bosque para hacer potreros o usos agrícolas; por ello, los individuos de diversos
tamaños son frecuentes dentro de las fincas. En algunos países (p. ej. Indonesia, Trinidad y
Tobago), ha sido plantada con fines de protección del suelo.
El Instituto Hondureño del Café (IHCAFE), en Honduras, promueve un sistema que asocia Inga spp
con Swietenia macrophylla como sombra para café Coffea arábica, donde la caoba reemplaza
progresivamente a Inga como sombra permanente. El sistema está diseñado para dar valor al
cafetal y reducir el problema del barrenador del tallo de la caoba.
Figura 9. Sistema agroforestal de caoba Swietenia macrophylla King y cacao Theobroma cacao,
Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.
11
La Figura 9, representa el primer sistema agroforestal establecido por la Finca Kampura, donde la
experiencia adquirida en el manejo del cultivo agrícola (variedad, enmiendas de suelo,
fertilización, entre otros) y del forestal (raleo, poda, entre otros) ha sido de gran aporte para
continuar cubriendo otras superficies de la finca. Una característica que facilitó la aptitud de la
caoba para este sistema fue su positiva respuesta a la poda, la cual se realizó para manejar la
sombra para el cacao, pero que además, le permitió a varios árboles evitar el raleo, mientras que
aumentaban algunos centímetros en diámetro y en consecuencia un mejor valor en el mercado.
A continuación, en la Figura 10, se muestra el sistema agroforestal de la Finca Hacienda Rio Dulce,
donde la combinación con el cultivo agrícola persigue principalmente facilitar de condiciones
adecuadas al cultivo forestal, generando algunos ingresos periódicos que dinamizan los flujos de
caja y reduciendo algunos costos, tales como las limpias.
Figura 10. Sistema Agroforestal de Caoba y Cacao, en Hacienda Río Dulce, Livingston, Izabal,
Guatemala.
12
Usos
Basado en Bauer y Francis (2000), Cordero y Boshier (2003)
Swietenia macrophylla es la especie tropical maderable número uno en el mundo (Grogan et al.
2015), donde es considerada como la mejor madera para la ebanistería. De hecho, ha sido
comercializada y utilizada internacionalmente por más de 400 años.
El duramen (la madera), de color rojo a amarillo, se seca para alcanzar un vivo color pardo rojizo
o pardo dorado con un lustre fino. La albura es de blanca a amarilla, de un valor mucho menor.
La textura es de fina a tosca, la fibra de recta a ondulada y a menudo con una figura atractiva,
especialmente al ser aserrada en plano radial. La madera de la caoba de Petén puede ser
secada al aire o al horno con rapidez sin torsión o cuarteadura. El peso específico de la madera
secada al horno varía entre 0.40 y 0.68 g por cm 3 (0.40-0.85 según Niembro 2010). La madera
cultivada en plantaciones es por lo usual un poco más liviana, blanda y débil que la madera
procedente de árboles del bosque natural. La caoba de Petén es fácil de trabajar a mano y con
instrumentos eléctricos. Sin embargo, la fibra con astillas o desgarres es común con el material
veteado. La madera es fácil de encolar, agarra los clavos y los tornillos bien y toma un pulido
excelente.
Se usa principalmente para muebles finos y chapa decorativa, pero su facilidad para trabajarla
y su alta resistencia en comparación a su peso la hace apta para un gran número de usos como
construcción ligera, embarcaciones, instrumentos musicales, modelos y maquetas. Tiene enorme
valor comercial para la industria de tableros de calidad, aunque la variación en color, su grano
ondulado, nudosidad y daños por el perforador, así como su escasez limitan un poco su aptitud
para chapas de calidad.
También tiene un rango de usos menos frecuentes en medicina, tintes y taninos en la corteza. La
infusión de la corteza y semillas se usa contra diarrea y fiebre. La semilla es muy amarga, usada
para el dolor de muelas. Contiene también aceites usados en la preparación de cosméticos.
8 INAB (Instituto Nacional de Bosques, GT). 2018. Base de datos PINFOR-PROBOSQUE 2018 (Programa de Incentivos
forestales y Programa de Incentivos para la Recuperación, Establecimiento, Restauración, Producción, Manejo y
Protección de Bosques en Guatemala) 1998-2018. Guatemala, departamento de Incentivos forestales del INAB.
9 INAB (Instituto Nacional de Bosques, GT). 2017. Base de datos PINPEP (Programa de Incentivos forestales para Poseedores
El país es el principal exportador de caoba de la región hacia los Estados Unidos. El 70% de la
madera de esta especie importada por los Estados Unidos en el 2011 desde la región
centroamericana, con un valor de 6 millones de dólares, provenía de Guatemala. Durante el
periodo 2008-2012, el país exportó un total de 22 mil m3 de madera de Swietenia macrophylla,
por un valor 27 millones de dólares (Navarro et al. 2014).
La aptitud de crecimiento de la especie ha sido uno de los motivos para incrementar las áreas
de introducción mediante sistemas agroforestales, de esa cuenta, hasta finales del año 2017, de
acuerdo con la base de datos de PINPEP del INAB, se registra la existencia de 66.05 hectáreas de
Caoba de Petén en sistemas agroforestales –SAF-, la modalidad de SAF preferida por los
poseedores es la de “árboles en línea”.
Las siguientes tres figuras, expresan la tendencia de la dinámica de las reforestaciones con Caoba
de Petén, en la figura 11, se puede observar que en el año 1998 (área/año: 1) se inició con la
reforestación superior a 23 hectáreas, la tendencia redujo significativamente a partir del año 2011
(área/año: 14) donde el área reforestada anual fue de 6.50 hectáreas, manteniéndose esa
tendencia hasta el año 2016 (área/año: 19), el anterior descenso se debe probablemente a que
el programa de incentivos PINFOR estaba en su etapa final, ya que, para el año 2017 y 2018
(área/año: 20) con el funcionamiento del programa PROBOSQUE ya se tenían registros de
reforestación superiores a 80 hectáreas; la puesta en marcha del programa PROBOSQUE ha
promovido nuevamente el aumento de cobertura con esta especie. Con respecto a la figura 12,
expresa la tendencia de la preferencia de los poseedores de tierra para establecer sistemas
agroforestales, mediante el programa PINPEP, aspecto que contribuye a la ganancia de área y
amplía la oportunidad de introducir especies de alto valor comercial a los sistemas productivos.
14
ÁREA REFORESTADA /AÑO (1998-2018)
ÁREA REFORESTADA (HECTÁREAS)
140.00
120.00
100.00
80.00
60.00
40.00
20.00
0.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
ÁREA/AÑO 23. 54 68 117 119 88 63 57 35 64 69 44 68 6.6 7.6 41 6.5 22 4.7 80
Figura 11. Tendencia de las reforestaciones con la especie caoba de Petén mediante los
programas de incentivos PINFOR y PROBOSQUE, periodo 1998 al 2018.
60
ÁREA REFORESTADA
(HECTÁREAS)
50
40
30
20
10
0
2012 2013 2014 2015 2016 2017
ÁREA/AÑO 8.82 23.23 61.96 38.61 8.66 25.12
Figura 12. Tendencia de las reforestaciones con la especie caoba de Petén mediante el
programa de incentivos PINPEP desde 2012 al 2017.
20
(HECTÁREAS)
15
10
0
2012 2013 2014 2015 2016 2017
ÁREA/AÑO 3.93 8.62 12.87 19.1 19.3 2.23
Figura 13. Tendencia de las reforestaciones en sistemas agroforestales con la especie caoba de
Petén mediante el programa de incentivos PINPEP desde 2012 al 2017.
15
Estado de protección legal de la especie en el país
Basado en CONAP (2009), CONAP (2006)
La caoba es una especie protegida por el CONAP (Consejo Nacional de Áreas Protegidas), a
través del listado de especies amenazadas –LEA- para Guatemala. Según esta institución, la
especie se ubica en la categoría 3, la cual incluye a las especies que, si bien no se encuentran
en peligro de extinción actualmente, podrían llegar a estarlo si no se regula su aprovechamiento.
Vivero et al. (2006) precisan además que, con base en las categorías y criterios de la UICN, la
caoba es considerada vulnerable en Guatemala, por la reducción del tamaño de sus
poblaciones, consecuencia tanto de la disminución drástica de su área de distribución natural
como del nivel de aprovechamiento actual o potencial.
5. Selección de sitio
Clima
TEMPERATURA: En el área de distribución natural de la caoba, la temperatura media anual oscila
entre 22-28°C. Bajo cultivo, la especie ha dado buenos resultados en áreas con temperaturas
desde 12 a 37°C. En Quiché y Alta Verapaz, la caoba prospera con temperaturas entre 16 y 24°C.
11
Petenes: proviene de un vocablo maya que significa “campos llanos junto al mar a manera de islotes”
16
Bajo cultivo, ha dado buenos resultados en áreas con precipitaciones de hasta 5000 mm por año.
Los mejores sitios para plantación en Quiché y Alta Verapaz cuentan con precipitaciones entre
4400 y 6500 mm por año.
ZONA DE VIDA: En Guatemala, la especie es propia de las zonas de vida bosque húmedo
subtropical cálido (bh-S(c)) (parte norte de Petén y frontera con México) y bosque muy húmedo
subtropical cálido (bmh-S(c)) (tierras bajas de Petén e Izabal); incursiona en el bosque pluvial
subtropical (bp-S) al norte de los departamentos de Quiché y Alta Verapaz.
Fisiografía
ALTITUD: La caoba tiene un buen crecimiento en altitudes que van entre 50-500 (0-600) msnm,
aunque puede llegar hasta los 1400 (1500) msnm. En Quiché y Alta Verapaz, la especie ha sido
instalada en elevaciones entre 400 y 1400 msnm.
PENDIENTE DEL TERRENO: La especie crece bien en terrenos planos a ondulados, con una
pendiente de 0 a 20%, pero puede desarrollarse en pendientes fuertes e inestables.
POSICIÓN EN EL PAISAJE: En Tikal, es común encontrar en las partes más altas del paisaje (cimas,
lomas y colinas) parches de bosque dominados por especies emergentes demandantes de luz
como Swietenia macrophylla. Sin embargo, allí no se encuentra regeneración natural alguna de
la caoba bajo el dosel, y es probable que la dominancia actual sea el resultado de grandes
perturbaciones ambientales antiguas (como huracanes), y que la especie irá desapareciendo
de estos sitios, mientras no vuelva a ocurrir una perturbación mayor del dosel.
Al inverso, en las partes inferiores del paisaje (sabal, base de colina, bajos), Swietenia macrophylla
muestra capacidad de regenerarse en ausencia de grandes disturbios: en estos lugares están
presentes a la vez árboles altos, latizales y brinzales. Este comportamiento conllevó Schulze y
Whitacre (1999) a caracterizar la caoba del Petén como una generalista de los sitios inferiores del
paisaje, pero altamente tolerante a condiciones extremas de humedad del suelo.
Suelo
Dentro de su área de distribución natural, crece en suelos aluviales de origen mixto, en suelos
volcánicos y en suelos derivados de piedra caliza, granito, andesita y otras rocas sedimentarias,
ígneas y metamórficas. La especie prefiere suelos aluviales profundos, bien drenados y fértiles,
preferiblemente alcalinos a neutros, aunque también puede crecer en suelos ácidos, con pH
(potencial hidrógeno) de hasta 4.5; aunque Santos (2019) indica que los mejores crecimientos en
plantaciones forestales puras se obtienen en suelos ligeramente ácidos con pH de 4.8 a 5.20; así
mismo, que los sitios donde se desarrolla Caoba de Petén en Guatemala (23 muestras de suelo)
indican que la especie se está desarrollando adecuadamente en texturas de suelo que van de
arcilloso a franco arcilloso.
17
Bajo condiciones de plantación, ha mostrado un crecimiento satisfactorio en suelos erosionados
y deficientes en fósforo, en suelos lateríticos pobres y cascajosos, en arcillas acidas y profundas y
en suelos arcillosos derivados de piedra caliza. En Honduras, se le ha plantado con éxito en todas
las texturas de suelo desde las arenas hasta la arcilla densa y ha mostrado resultados satisfactorios
en áreas pobremente drenadas en donde otras especies han fracasado. Los mejores resultados
para esta especie en Honduras se obtuvieron cuando se plantó en margas aluviales bien
drenadas.
El principal resultado indica que en las plantaciones puras de Caoba de Petén, la calidad de sitio
se ve influenciada en mayor medida por cuatro variables edáficas, las cuales son: saturación de
bases, magnesio, potasio y pH (encontrando sitios con índices altos y excelentes en pH
ligeramente ácidos en un rango de 4.8 a 5.20); la expresión numérica del análisis consta en una
ecuación derivada un análisis de regresión múltiple que se describe a continuación:
12 Alvarado y Leiva (2012), citando a Webb et al. (2001), describen en un cuadro los síntomas de la deficiencia foliar
desarrollados a nivel de invernadero por Swietenia macrophylla, utilizando la técnica del elemento faltante. Pero la “guía
visual para los trastornos nutricionales de Swietenia macrophylla y Cedrela odorata” de Webb et al. (2001), ilustrada con
muchas fotografías, constituye sin duda la herramienta más práctica para un diagnóstico de campo.
13Sistema de monitoreo de distintos ecosistemas forestales distribuidos fuera de áreas protegidas en Guatemala, liderada
por el Instituto Nacional de Bosques (INAB), donde se registran los cambios y la dinámica de crecimiento de plantaciones
forestales, bosque natural de coníferas, bosque natural latifoliado y bosque manglar, por medio de dispositivos de
muestreo denominados “parcelas permanentes de medición forestal (PPMF)”.
Las parcelas permanentes de medición forestal sujetas al análisis forman un arreglo de plantación pura, en un rango de
14
15El modelo de la regresión lineal múltiple ha sido validado mediante el coeficiente de determinación (R 2), siendo su valor
0.96; lo que explica que el 96% de la variabilidad del índice de sitio es explicado por el modelo.
18
Lo anterior constituye un insumo importante para analizar a conciencia, debido a que existen
condiciones inherentes al sitio que deben considerarse para una adecuada selección de
especies a reforestar y que no pueden ser modificados (temperatura, precipitación, pendiente,
altitud), estas condiciones deben sustentar en primera instancia el criterio de selección de Caoba
de Petén apoyándose de los requerimientos explicados en el presente capítulo, aunado a ello,
una herramienta útil a consultar la constituye el mapa de distribución potencial de Caoba, que
se encuentra disponible en el sitio web http://ppm.inab.gob.gt/ (en formato shape).
Después de verificar que el sitio a reforestar cumple con los requerimientos climáticos y
fisiográficos para la especie, es prudente analizar los factores edafológicos del lugar, previendo
evitar condiciones adversas específicas (factores limitantes) y analizando a detalle la
disponibilidad de nutrientes y el pH del suelo, sabiendo que las variables edáficas que explican la
productividad de las plantaciones con fines industriales (expresado como índice de sitio) son las
descritas en el modelo descrito con anterioridad.
El 38.96% del territorio nacional se considera apto para fines de producción, conservación y
restauración de la especie, con base a registros de temperatura promedio anual, precipitación
promedio anual, altitud, drenaje, pH y pendiente del terreno; Petén, Alta Verapaz e Izabal son los
tres departamentos con mayor área potencial (45.29%, 12.51% y 10.63% respectivamente),
abarcando más del 65% del área potencial del país; en cuanto a la relación que existe entre el
área potencial para la especie y las existencias de plantaciones forestales por departamento,
Zacapa, Guatemala y Alta Verapaz son los departamentos donde se ha aprovechado mejor la
aptitud de la especie (0.16%, 0.14% y 0.07% respectivamente). En el mapa puede observarse la
coincidencia entre los puntos de presencia registrados y el área de distribución potencial.
19
Figura 14. Mapa de distribución potencial de Swietenia macrophylla King en el territorio de
Guatemala. (Fuente: Romero, 2019).
Swietenia macrophylla crece mejor en zonas bajas, con precipitación media anual de 2000-4000
mm, distribuidos uniformemente o con una estación seca no mayor de 4 meses, temperatura
media anual de 24-28°C. El máximo crecimiento se obtiene en suelos profundos, fértiles, húmedos,
bien drenados y con pH neutro a ligeramente alcalino. Crece mejor en sitios de pendiente suave
y en suelos francos o franco-arcillosos.
Aunque la caoba de Petén tolera mejor las deficiencias nutricionales, no se recomienda como
opción para recuperar sitios sobre cultivados y degradados cuyos suelos estén muy
compactados, tengan poca materia orgánica o son muy poco profundos. También deben
evitarse los sitios con suelos someros, muy ácidos y drenaje deficiente.
20
Es preferible plantar en terrenos planos o con pendientes moderadas, y suelos de texturas
intermedias. En regiones más secas, los suelos arenosos deberían evitarse. Además, pareciera que
en suelos con altos niveles de calcio la incidencia del ataque de Hypsipyla grandella es menor,
pero este hallazgo aún requiere mayor sustento experimental. En todo caso, no tiene sentido
seleccionar sitios de excelente calidad si no se mantiene adecuadamente la plantación en los
primeros años (ningún tipo de vegetación acompañante, o maleza, debe encimar los plantones).
Es una especie relativamente resistente a vientos. En sus etapas jóvenes es muy sensible a
incendios, mientras que los árboles maduros resisten mejor y se puede usar el fuego controlado
para reducir la competencia y crear condiciones favorables para la regeneración. La caoba
presenta adecuada adaptabilidad para ser plantada en sistemas agroforestales multiestrato.
Las plantaciones en fajas de enriquecimiento no han dado muy buenos resultados porque les
falta luz. Sin embargo, no debe descartarse la posibilidad de plantar caoba en fajas de
enriquecimiento de bosques y bosques secundarios, a condición de que se haga en ellas un
mantenimiento continuo en que, sobre todo, se permita la entrada de suficiente luz.
En varios países no se planta caoba por la amenaza de la palomilla Hypsipyla, plaga que aleja a
los cultivadores. Sin embargo, las experiencias que se han hecho demuestran que es posible
cultivar esta importante especie si se aplica un manejo adecuado a la plantación, observación
confirmada en Ixcán-Lachua en Guatemala por Castañeda (2013).
En Hacienda Río Dulce, Izabal, Guatemala, los propietarios pretenden la certificación de sus
unidades productivas, esto ha permitido la innovación utilizando un programa de manejo
integrado de plagas –MIP-. El MIP enfatiza los aspectos de prevención, coexistencia con la plaga,
y sostenibilidad económica y ecológica. Su aplicación ha permitido el crecimiento de DAP
promedio de 16.7 cm en 4 años, correspondientes a 4.2 centímetros de incremento anual en
árboles que no presentan daños por el barrenador del brote.
Pero, “es esencial como primer paso escoger un sitio de buena calidad”, consideración critica
para el manejo del barrenador de las meliáceas Hypsipyla grandella. Hay evidencias de que los
árboles de mayor crecimiento compensan mejor el ataque, rebrotando más rápido y con menos
rebrotes. Además, puesto que los ataques de la palomilla se presentan como episodios
periódicos, los árboles de mayor rapidez en su crecimiento tendrán mayor oportunidad de
desarrollar secciones intactas del tallo relativamente largas.
Ward y Lugo (1998) coinciden en la importancia de la selección de los sitios para plantaciones
para lograr mayor reducción real en el nivel de ataque del barrenador, y enfatizan en la
necesidad de mejorar los conocimientos acerca de los requerimientos de sitio detallados de la
caoba de Petén.
21
6. Producción de plántulas y genética
Las poblaciones de caoba que pertenecen al grupo norteño (México, Belice y Guatemala)
mantienen bajos niveles de heterocigosis y altos coeficientes de endogamia, comparados con
otras poblaciones de la especie en Centro y Suramérica, comportamiento que se explica por
ubicarse en el límite norte de la distribución de Swietenia macrophylla.
Hay mayor variabilidad entre progenies dentro de poblaciones que entre poblaciones, lo que
indica la presencia de caracteres con altas heredabilidades, la existencia de variabilidad
genética aditiva y la habilidad de la especie para responder a la selección natural. En particular,
heredabilidad y coeficiente de variación genética aditiva fueron altos para el crecimiento en
altura y diámetro, lo que abre la posibilidad de obtener ganancias genéticas considerables. Al
inverso, no se encontró variación aditiva ni heredabilidad con la resistencia a la palomilla
Hypsipyla grandella, medida mediante presencia o no de ataques del barrenador. Ward y Lugo
(1998) habían encontrado el mismo resultado negativo, lo que les hizo preguntarse acerca de la
validez del interés en seguir buscando procedencias de árboles resistentes al ataque.
En vez de árboles resistentes a la plaga, parece más promisorio buscar mediante la selección
genotípica individuos que puedan crecer rápidamente y tiendan a responder al ataque de H.
grandella con apenas un rebrote (o unos pocos): es la estrategia de mejoramiento propuesta por
Hilje y Cornelius (2001).
Es interesante hacer notar que hay progenies en los primeros y últimos lugares de los diferentes
países, lo que indica que hay una variación muy importante dentro de las poblaciones y que se
podría iniciar programas de mejoramiento a escala local, utilizando un buen rango de individuos
dentro de las poblaciones.
22
Lo anterior indica que no haya variación entre poblaciones, y es importante tomar en
consideración las condiciones ambientales del sitio a reforestar para elegir la correcta
procedencia. Considerando la alta variación encontrada dentro de las poblaciones estudiadas
es urgente su conservación y el uso de las mismas en programas de reforestación o agroforestales.
Una de las áreas más importantes para su conservación es el Parque Nacional Tikal, en Petén,
Guatemala.
Rodales semilleros
Basado en el Registro Nacional Forestal de Guatemala, Castañeda y Cabrera (2006), Cabrera (2006), Hernández (2004)
Las fuentes semilleras de la caoba de Petén inscritas en el Registro Nacional Forestal y con estado
activo, ascienden a tres hasta el 19 de enero de 2019, (bajo el nombre científico Swietenia
macrophylla) son las siguientes:
Tabla 1. Descripción de las fuentes semilleras de la especie caoba de Petén, inscritas en el Registro
Nacional Forestal de Guatemala.
Además, el BANSEFOR (Banco de semillas forestales) del INAB, maneja fuentes semilleras de
caoba de Petén en Santa Elena, Santa Ana y Uaxactún en el departamento de Petén, y El Estor
en el departamento de Izabal.
Si bien Uaxactún está pegado al Parque Nacional Tikal, llama la atención que la población de
caoba de Tikal no haya sido incorporada a las fuentes semilleras controladas de Swietenia
macrophylla en Guatemala, a pesar de su reconocido valor regional.
Un criterio importante y básico para el éxito de una plantación, es que la semilla debe provenir
de rodales o fuentes semilleras cercanas, ya que aunque no se tenga documentado, es
coincidente en campo encontrar buenos crecimientos provenientes de semillas de árboles
padres cercanos, en comparación de semilla proveniente de otras regiones, aunque se ubique
dentro de la mismo rango de distribución natural.
23
Semilla
Descripción
Basado en Niembro (2010), Cordero y Boshier (2003), Salazar et al. (2000), Hernández (2004), Navarro 1999
Existe una relación aproximada de (1300) 1,800-2,500 semillas por kilogramo, con porcentaje de
germinación del 80 al 95%, y porcentaje de pureza del 91 al 99%.
Figura 15. Semilla de caoba Swietenia macrophylla King recolectada en Finca Hacienda Rio
Dulce, Livingston, Izabal, Guatemala.
Recolecta
Basado en Cordero y Boshier (2003), Castañeda y Cabrera (2006), Utrera (2010), Hernández (2004), Niembro (2010),
Navarro (1999), Cabrera (2006), Wightman et al. (2005), Wightman et al. (2006), Snook y López (2003), Salazar et al. (2000),
Martínez (2015)
24
En el Parque Nacional Laguna Lachuá, Guatemala, la caoba de Petén se defolia desde principios
del mes de marzo hasta finales de abril, según los años, y después de un mes pueden observarse
hojas nuevas. Inicia su floración desde principios del mes de abril hasta finales de mayo. La
producción de frutos es anual e inicia a principios de junio. La maduración tarda
aproximadamente de 6 a 7 meses (Castañeda y Cabrera 2006), y la caoba alcanza la
maduración de sus frutos entre diciembre y marzo.
En los Estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, en México, el árbol florece de abril hasta
junio y los frutos maduran de enero hasta marzo del año siguiente. Los frutos maduran durante la
estación seca, cuando el árbol comienza a perder parte de su follaje y el aire cálido seca los
frutos y promueve la dehiscencia. Los frutos se recolectan antes de que abran las valvas, desde
enero hasta marzo.
En plantaciones forestales, la caoba de Petén puede florecer y comenzar a producir semilla a los
10-12-15 años de edad.
El mejor momento para la recolección es justo antes de que las cápsulas se abran y dispersen las
semillas. La madurez ideal para la colecta se da cuando las cápsulas están casi maduras (color
café claro a café oscuro) y el pedúnculo se desprende fácilmente, algunos Indicadores son: fácil
apertura de la cápsula al ser golpeada contra una superficie dura, la presencia de frutos abiertos
en el árbol o la caída de las valvas del fruto y semillas.
La cantidad de semillas producida varía considerablemente de un árbol a otro y de año con año,
probablemente en respuesta a las condiciones de crecimiento. Sin embargo, a excepción de
uno que otro año cuando se desarrollan solamente unas pocas frutas, la caoba de Petén puede
clasificarse como una productora de abundantes semillas (Bauer y Francis 2000).
Aves como loros se alimentan de sus frutos inmaduros (cápsulas), lo que hace que los frutos
caigan del árbol y que la cantidad de frutos que llega a la madurez final sea relativamente poca.
25
PRÁCTICA DE RECOLECCIÓN: Los frutos se recolectan directamente del árbol, antes que las
capsulas se abran. El árbol puede ser escalado haciendo uso de equipo apropiado como
espolones, cinturón con arnés, casco y lazo de seguridad con un largo de 40 m; alguna
herramienta con la que se debe contar es: una vara de aluminio de 4.5 metros de largo con un
gancho tipo S en el extremo y un machete.
El escalador corta los frutos teniendo cuidado de no dañar las ramas. Los árboles a los que se le
han cortado ramas para cosechar los frutos, no recuperan su capacidad de producción en
muchos años. Los frutos se transportan en sacos de yute o pita.
Acondicionamiento
Basado en Hernández (2004), Cordero y Boshier (2003), Salazar et al. (2000), Niembro (2010)
POSTMADURACIÓN DE LA FRUTA: Los frutos se dejan secar a la sombra, dispersos sobre lonas o
en cajas de madera con base de malla metálica, en un lugar seco, cubierto y bien ventilado,
hasta por cinco días para que las cápsulas se abran naturalmente en un proceso lento a partir
del segundo día.
SECADO DE LA FRUTA: Después se pueden poner al sol por periodos de hasta cuatro horas
diarias durante tres días.
EXTRACCIÓN DE LA SEMILLA: La semilla se extrae en forma manual. Las capsulas que no han
abierto se golpean sobre una superficie dura para remover las valvas. Se friccionan las semillas
manualmente para desalarlas (las alas se rompen 1 cm encima de su base).
LIMPIEZA DE LA SEMILLA: Se trata de eliminar las impurezas, como serían trozos de frutos, ramas,
hojas y semillas abortivas, se remueven usando cedazos, un ventilador de casa o un soplador de
columna vertical.
Conservación y viabilidad
Basado en Cordero y Boshier (2003), Wightman et al. (2006), Salazar et al. (2000), Román et al. (2012), Hernández (2004)
Las semillas son ortodoxas y conservan su poder germinativo hasta por (seis) siete u ocho meses
almacenadas a temperatura ambiente en bolsas de papel. Secadas hasta un contenido de
humedad de 3-(4)-7%, y almacenadas en bolsas o botes plásticos herméticamente sellados, las
semillas conservan su viabilidad por cuatro años refrigeradas a 4°C, y hasta por ocho años a 3°C.
26
Hernández (2004) reporta la conservación de semillas con contenido de humedad de 6-12% en
cuarto frio con temperatura de 5-6°C (o en la parte baja de un refrigerador), pero no indica
cuanto tiempo mantiene la semilla su poder germinativo en estas condiciones.
Tratamientos pre-germinativos
Basado en Cordero y Boshier (2003), Salazar et al. (2000)
Producción de plantas
Métodos de propagación
Basado en Cordero y Boshier (2003), Negreros-Castillo et al. (2005), Snook et al. (2005a), Salazar et al. (2000), Wightman et
al. (2006), Román et al. (2012), Bauer y Francis (2000), Niembro (2010), Navarro y Hernández (2001), Teni (2007).
Propagación sexual
La producción de la caoba de Petén en vivero es sencilla: sin requerir ningún tratamiento previo,
las semillas pueden sembrarse en camas germinadoras para repique posterior o directamente en
eras o bolsas, en un lugar ligeramente sombreado y sustrato con buena humedad.
Bajo condiciones favorables, la germinación comienza a los 10 días de la siembra y continúa por
20 días. La germinación se considera completa 6 semanas después de sembradas. La
germinación se ve influenciada por: (1) la edad de las semillas (las semillas frescas germinan con
mayor rapidez, todas germinan después de unos 15 días) y en un mayor porcentaje
(frecuentemente, hasta un 90 por ciento), (2) la profundidad de la siembra (la profundidad
generalmente recomendada es de justo debajo de la superficie del sustrato) 2 a 3 (5) cm), (3) la
estructura del suelo (los suelos bien drenados son los mejores), y (4) la provisión de humedad
(deberá ser abundante).
Cuando aparecen las primeras hojas, las plantitas están listas para el repicado a bolsas o en eras,
para la producción de pseudoestacas o plantas a raíz desnuda. Justo después del repicado
requieren sombra fuerte (70%), para reducirla a un 30% al cabo de una semana y exponerlas a
plena luz a las 3-4 semanas.
27
PLANTAS A RAÍZ DESNUDA: Después de una primera etapa de vida en germinador, las plantitas
se repican a espaciamientos de 15 x 20 cm en eras, para la producción de plantas a raíz desnuda.
Cuando se provee condiciones como: luz plena, un suelo bien drenado y una provisión
abundante de agua, el crecimiento es rápido y las plántulas alcanzan una altura de 60 a 90 cm
en 6 meses.
PLANTAS EN BOLSAS: Para la siembra directa en el envase, se coloca 1-2 (2-3) semillas por bolsa.
Las plantitas en bolsa están listas para llevar al campo a los cuatro (5-6) meses cuando miden 30-
50 cm de altura. En el caso de sistemas agroforestales, se recomienda llevar al campo árboles
con una altura aproximada de 60 cm cuando el café o cacao está pequeño y de 80 cm cuando
el cultivo perenne tiene varios años de establecido (según dimensiones requeridas de las plantas,
se deberá elegir un tamaño adecuado de bolsa, con el fin de evitar deformación de raíces).
PSEUDOESTACAS: Después de una primera etapa de vida en germinador, las plantitas se repican
a espaciamientos de 15 x 20 cm en eras, para la producción de pseudoestacas. Se puede
preparar la pseudo-estaca, una vez que la planta haya alcanzado un diámetro al cuello de la
raíz de al menos 2 cm (de manera práctica, se dice que debe tener el diámetro del dedo pulgar):
se recorta con 15-20 cm de tallo y 20-40 cm de raíz.
Sin embargo, Wightman et al. (2006) advierten que las pseudoestacas de caoba no dieron
buenos resultados de supervivencia ni de crecimiento en plantaciones experimentales, y
recomiendan producir plantones en bolsas u otros contenedores.
Propagación asexual
ESTACAS: Aunque estudios antiguos (Burgos 1954, citado por Bauer y Francis 2000; De Vastey 1962,
citado por Zanoni 1975; Zanoni 1975) indican que, con condiciones ambientales adecuadas, la
especie puede propagarse por estaca, los resultados presentados no son alentadores, y no existe
a la fecha un protocolo sólido para la reproducción de la caoba del Petén mediante estacas.
Cordero y Boshier (2003) afirman que la especie puede propagarse vegetativamente mediante
estaquitas juveniles enraizadas, pero sin dar mayores detalles acerca del método.
28
PROPAGACIÓN IN VITRO: Cordero y Boshier (2003) señalan que la caoba de Petén puede
propagarse vegetativamente mediante cultivo in vitro, sin indicar el protocolo experimental.
Sustratos en vivero
Basado en Wightman et al. (2006), Alvarado y Leiva (2012), Navarro y Hernández (2001), Teni (2007), INAB (sistematización
de experiencias 2018)
El sustrato debe ser un suelo de buena calidad, de textura franca o franco-arenoso “virgen”
(agregue una parte de arena por tres de suelo, si este es arcilloso). El compost debe utilizarse con
cautela, porque tuvo efectos negativos en almácigos experimentales, en México. También en
México, la fertilización de suelos comunes utilizados como sustratos no provocó una respuesta
importante en el crecimiento de las plántulas. Siempre es recomendable la aplicación de un
fungicida a la mezcla para minimizar problemas de mal del talluelo comunes en la etapa de
vivero. En la ecorregión Lachuá, el sustrato se compone de 2 partes de tierra negra que presente
bajo porcentaje de arena, 1 parte de arena y 1 parte de material orgánico. Si la tierra negra ya
contiene arena en el porcentaje adecuado, no es necesario agregarle.
De acuerdo con la experiencia obtenida en San Francisco, Peten, cuyos tratamientos se basan
en el uso reducido de químicos a través de la incorporación de productos biológicos, se
recomienda realizar la desinfección del sustrato con Detruire 16 cuando este se encuentre
contenido en el envase, es decir, aplicarlo directamente sobre las bolsas o recipiente. En
consistencia con el uso reducido de químicos, la utilización de fertilizaciones a base de
compuestos orgánicos, como el Natural Soil 17, ha demostrado que proporciona vigor y promueve
el crecimiento de las plantas.
Figura 16. Producción de vivero forestal de caoba de Petén con base a productos biológicos y
fertilización a base de compuestos orgánicos en San Francisco, Petén, Guatemala.
Producto obtenido a través de fermentación biológica controlada, a base de bacterias y levaduras productoras de
16
ácidos orgánicos a partir de oligosacáridos y polisacáridos. Formulado para el control de hongos del suelo.
Fertilizante orgánico de origen natural el cual contiene un alto contenido de aminoácidos que nutren la planta. Soluble
17
de Pescado 30%; Ácido fosfórico 5.0%; Carbohidratos 7.5%; Ácidos orgánicos 5.0%; ingrediente inerte 50%
29
7. Establecimiento de plantaciones
En su estudio de la vegetación arbórea del Parque Nacional Tikal, Schulze y Whitacre (1999)
caracterizan a Swietenia macrophylla King como una colonizadora de claros grandes,
generalista de las partes bajas del paisaje, absolutamente intolerante a la sombra, pero
altamente tolerante a una amplia gama de condiciones extremas de humedad del suelo.
En los bosques estudiados, es relativamente común encontrar parches en las partes más altas del
paisaje (lomas y colinas) que son dominadas por especies emergentes demandantes de luz tales
como Swietenia macrophylla. En estas áreas, las especies debajo del dosel superior son especies
tolerantes a la sombra, típicas de estos bosques, pero no existe regeneración natural de las
especies demandantes de luz. A menos que se dé un gran disturbio que permita la regeneración
de estas especies, desaparecerán en un futuro las especies actuales dominantes del dosel como
la caoba.
Sin embargo, en las partes bajas del relieve (sabal, bosque transicional, bajo medio), la caoba es
capaz de regenerarse en ausencia de grandes disturbios. Las poblaciones de caoba pueden
expandirse y contraerse alrededor de las tierras bajas en intervalos de varios cientos de años y
además ser estable en grandes áreas y en largos periodos de tiempo. Las plantaciones de caoba
reciclan los nutrientes de manera eficiente y mantienen casi tantas especies del sotobosque
como los bosques secundarios adyacentes.
Instalación
Basado en Wightman et al. (2006), Cordero y Boshier (2003), Snook y López (2003), Argüelles et al. (2005), Juárez (2016),
Hilje y Cornelius (2001), Navarro y Hernández (2001), Prado (2006), Negreros-Castillo et al. (2005), Alvarado y Leiva (2012),
Snook et al. (2005b), Snook et al. (2005a), INAB (sistematización de experiencias 2018)
El aspecto más importante en el manejo de una plantación de caoba tiene que ver con una
plaga provocada por H. grandella. Cómo controlar esta plaga al menor costo, aunado al valor
excepcional de la especie, conllevó a probar plantar la especie caoba en todos los ambientes
posibles, desde condiciones de cultivo agrícola hasta bajo dosel protector del bosque alto.
30
Anteriormente se discutió sobre la aptitud de la especie y su respuesta a distintos arreglos puros,
mixtos o agroforestales; el enfoque de la instalación de la especie debe estar orientada a una
estrategia de manejo integrado de H. grandella, ya que, nuevamente resalta el problema con el
barrenador del brote y de allí la importancia de realizar un adecuado manejo de plagas, cuya
reflexión durante la sistematización de experiencias, permite sugerir un tratamiento biológico
preventivo desde el vivero, a través de la inoculación de Metarhizium, con el objetivo de proteger
la planta durante las primeras semanas en campo definitivo, independientemente del arreglo
(puro, mixto, agroforestal, entre otros) en consistencia con los objetivos perseguidos por el
silvicultor y el proyecto.
En San Francisco, Petén, Guatemala, Juárez (2016) considera la plantación pura “Pilones de
Antigua” un proyecto exitoso, susceptible de aportar lecciones enriquecedoras a silvicultores que
deseen familiarizarse y plantar Swietenia macrophylla, aunque esta opinión debe ser tomada con
precaución, ya que el crecimiento observado es apenas “medio” según el monitoreo realizado
por el departamento de Investigación Forestal del INAB (resultado probable de una mala
elección del sitio: antiguo potrero, con suelo ácido y compactado).
31
En Quintana Roo, México, prevalecieron entre 1950 y 1983 las plantaciones de enriquecimiento
bajo dosel protector. Este consistía en abrir brechas paralelas de 1.5 m de ancho con dirección
E-O y sembrar una planta cada 2-3 m. Nunca se reforestaba en las áreas de corta; por el contrario,
la plantación se establecía en áreas de fácil acceso, en zonas aledañas a las carreteras federales
y caminos rurales. Durante las últimas décadas, varios estudios han comprobado en forma amplia
y científica lo inútil de plantar la caoba bajo el dosel del bosque y lo exitoso de plantarla en
aperturas de tamaño adecuado. Así, se ha observado que las plantaciones de enriquecimiento
en pistas de arrastre y huecos al pie de tocón no han tenido éxito (Argüelles et al. 2005).
En una plantación bajo dosel protector alto establecida en la zona de la sábana de Petén,
Guatemala, con edad de 7 años, Prado (2006) determinó que los crecimientos tanto en diámetro
como en altura total de la caoba se estancaron (4 mm y 30 cm por año respectivamente),
mientras que, en condiciones mixtas, la especie alcanzó incrementos medio anuales de 17 mm
DAP y 109 cm altura total.
Las plantaciones en fajas de enriquecimiento no han dado muy buenos resultados porque les
falta luz. Sin embargo, Wightman et al. (2006) consideran que no debe descartarse la posibilidad
de plantar caoba en fajas de enriquecimiento de bosques y charrales, a condición de que se
haga en ellas un mantenimiento continuo en que, sobre todo, se permita la entrada de suficiente
luz.
Una plantación bajo un dosel de bosque bajo o charral fue establecida en Santa Elena, Petén,
Guatemala, y documentada por Prado (2006): a diferencia del caso bajo dosel alto
anteriormente citado, este experimento parece muy positivo después de 6 años, quizás por la
facilidad de asegurar plena iluminación vertical sobre los árboles de caoba.
Pero, antes de decidirse por un sistema e iniciar el establecimiento de una plantación, “controle
a consciencia la calidad del sitio para Swietenia macrophylla”: un mal sitio incidirá
negativamente en la capacidad de la caoba de reaccionar con vigor al ataque de la palomilla
y proporcionar los productos y objetivos comerciales perseguidos.
32
Un experimento diseñado para comparar estos cuatro métodos determinó que la preparación
mecánica (3) y el método agrícola tradicional (1) propician una supervivencia de las plantas de
caoba mucho mayor (Negreros-Castillo et al. 2005). Esto se debe a que, con estos dos métodos,
se reduce considerablemente la competencia subsiguiente causada por los rebrotes, los cuales
se controlaron efectivamente mediante la quema y el desarraigo mecánico de la vegetación
previa. A pesar de resultados similares entre los dos métodos, es importante considerar que el
método que se escoja sea el menos perjudicial para el suelo, especialmente evitar que puedan
modificar su grado de acidez o alcalinidad; así mismo, durante la preparación del suelo es
prudente iniciar los labores de monitoreo y combate de plagas, por ejemplo, el combate del
zompopo Atta spp.
En San Francisco, Petén, Guatemala, la preparación del terreno para la plantación “Pilones de
Antigua” incluyó un arado superficial para roturar - oxigenar el suelo de un antiguo potrero, y
conformar surcos con camellones de 30 cm de alto. El movimiento más o menos profundo de
suelo compactado por el pisoteo del ganado es un método usado –y absolutamente necesario–
para poder utilizar potreros para la siembra de caoba, a pesar de que son sitios “no” adecuados
para tal fin. Más bien, Snook et al. (2005) opinan que los campos de cultivo creados por medio
de la técnica de roza-tumba-quema, son áreas muy favorables para la regeneración de la
caoba que debieran aprovecharse más para introducir la especie. Otras experiencias con
caoba en potreros confirman la necesidad de profundizar el movimiento del suelo hasta 50
centímetros de profundidad utilizando subsolador, para facilitar la movilidad (filtración) del agua
de lluvia, evitando así el exceso de humedad al que ha demostrado susceptibilidad la caoba
durante los primeros años.
La caoba requiere de aperturas grandes para crecer bien, por lo menos 500 m 2, pero idealmente
0.5 ha y más. El crecimiento de la caoba responde de forma positiva a la cantidad de luz
disponible y de forma negativa a la competencia, si los individuos de otras especies se establecen
antes que las plántulas de caoba. La competencia más fuerte proviene de plantas originadas en
rebrotes, ya que estas tienen raíces bien desarrolladas. Es por lo tanto esencial preparar el terreno
de una manera que logra impedir la regeneración de otras especies por rebrotes (tratamiento
mecánico y de quema), las plántulas de caoba compiten bien con la regeneración de otras
especies que logran establecerse a partir de semillas. Por esta razón, es esencial sembrar o plantar
la caoba a campo definitivo lo más pronto posible después de tener listo el terreno.
18 De acuerdo con la experiencia de la Finca Hacienda Rio Dulce, aunque la época de siembra en el sitio
es de junio a agosto (máximo septiembre), las actividades de siembra, incluyendo la preparación del terreno
inicia en el mes de julio.
33
MÉTODOS DE SIEMBRA: El material vegetativo que se utiliza en la plantación es básicamente
semilla o planta en bolsa. La semilla, preferiblemente de procedencia comprobada, se entierra 1
cm en el suelo. Cada punto se marca con una estaca y alrededor de ésta se siembran tres semillas
más o menos en forma triangular (5 cm entre semilla y semilla).
Sin embargo, los niveles de supervivencia son muy bajos si se comparan con la siembra de
plántulas de caoba bajo las mismas condiciones ambientales. Estudios en Quintana Roo, México,
confirmaron que el establecimiento de plántulas de caoba a partir de semillas sembradas puede
ser inseguro: hubo casos donde ninguna semilla germinó, debido, posiblemente, a la intensa
radiación solar directa sobre la semilla y/o por falta de lluvia.
En plantaciones de enriquecimiento de bosques, las franjas están espaciadas a 10-12 m entre sí,
y se planta la caoba a lo largo de las franjas, típicamente a espaciamientos de 2-5 m,
dependiendo de la intensidad de manejo que se pretenda dar a la plantación; espaciamientos
menores requerirán raleos en menor tiempo. Espaciamientos mayores se usan en sistemas
agroforestales (ver más adelante).
MEZCLA CON OTRAS ESPECIES: Para crear una sombra lateral educadora de la caoba, pueden
establecerse plantaciones mixtas con otras especies arbóreas que tengan abundante follaje,
como la leucaena o guaba Leucaena leucocephala, que proporcionarán ingresos a menor
plazo, en tanto se completa el turno comercial de la caoba. Pero cuidado, existe el mismo
problema que con las plantaciones en faja: si el rodal acompañante cierra el dosel encima de la
caoba, esta verá su crecimiento estancarse totalmente.
Aunque se han mencionado experiencias con fertilizantes aplicados al suelo, como el caso de la
Finca Hacienda Rio Dulce (Livingston, Izabal, Guatemala) que utiliza roca fosfórica, la mayoría de
los casos están basando sus programas de fertilización en fertilizantes foliares bajo la premisa que
la disponibilidad y asimilación de los nutrientes es inmediata en comparación con los fertilizantes
aplicados al suelo, además, ofrece la ventaja al sincronizarse (por las aplicaciones foliares) con
el programa para control de plagas.
Es importante hacer énfasis que el cuidado intensivo de los primeros años de la plantación tiene
como fin principal que las plantas de caoba alcancen una altura superior a la altura de vuelo del
barrenador del brote de las meliáceas, previendo asegurar la producción futura de trozas de
primera calidad (sin daño del barrenador), en donde se concentra el valor de las plantaciones
establecidas. Una vez el meristemo apical supera la altura de vuelo del barrenador, no significa
que la plaga se elimina, sino persiste en la plantación, atacando ramas tiernas (meristemos
laterales) en alturas aproximadas de 5 a 6 metros (finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala).
En promedio las dosis son de 50 cc por bomba de 16 litros, correspondiente a un valor estrictamente orientativo, ya que
19
debe atenderse las especificaciones del producto y considerar el estado vegetativo del árbol y la frecuencia de
aplicación
20Valor estrictamente orientativo, para definir la dosis debe atender las especificaciones del producto y considerar el
estado vegetativo del árbol y la frecuencia de aplicación.
35
EFECTO DE LA ÉPOCA DE ESTABLECIMIENTO (SOBREVIVENCIA): Se recomienda plantar al
inicio de la época lluviosa, lo cual depende del sitio (mayo-noviembre): observar este consejo
permite incrementar la probabilidad de sobrevivencia de las plántulas hasta en un 80%
aproximadamente.
En Honduras, un sistema asocia Inga spp., con Swietenia macrophylla como sombra para café,
donde la caoba reemplaza progresivamente a Inga como sombra permanente. El sistema es
apto para cualquier maderable con buen valor comercial, amplia variedad de usos y buenas
tasas de crecimiento como Cedrela odorata, Cordia megalantha, Dalbergia glomerata, Guarea
grandifolia, Huertea cubensis, Hyeronima alchorneoides o Swietenia humilis. Sin embargo, un
estudio reciente ha demostrado que, en la zona cafetalera de Honduras, la caoba no tiene un
potencial productivo tan promisorio como el cedro, probablemente por razones ambientales.
Para el caso del asocio de la caoba de Petén con cacao, en la Hacienda Río Dulce se
observaron dos escenarios de densidades: (1) la caoba establecida en densidades de 1111
árboles/hectárea, correspondiente a distanciamientos de 3 m * 3 m; (2) la caoba establecida a
en densidades de 277 árboles/hectárea, correspondientes a distanciamientos de 6 m * 6 m; en
ambos escenarios, el cultivo de cacao posee un distanciamientos de 4 m * 4 m.
36
Figura 17. Sistema agroforestal de caoba con cacao a una edad de 4 años, Finca Hacienda Rio
Dulce, Livingston, Izabal, Guatemala.
Figura 18. Sistema agroforestal de 4 años de edad con, rosúl, madrecacao y cacao en asocio
con caoba de Petén (arreglo de 12*3 metros), Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.
37
DISTANCIAMIENTO DE SIEMBRA EN ASOCIO CON CAFÉ: La densidad de siembra de las
especies maderables es un factor que dependerá de las necesidades del sistema agroforestal y
del distanciamiento de las plantas de café. La densidad inicial puede variar entre 100 y 600
árboles por hectárea. Nótese que son relativamente muy pocos árboles si se compara con la
reforestación tradicional (1111 árboles/hectárea); por esto, debe de asegurarse que los árboles
seleccionados para llevar al campo, sean los de mejor calidad.
DISEÑO DEL SISTEMA AGROFORESTAL CON CAFÉ: Existen dos posibilidades para el
establecimiento de los árboles dentro de cafetales existentes: plantarlos entre las líneas de café
(en las calles) o en las líneas de café. La principal ventaja de plantar entre las líneas de café es
que los árboles reciben mayor cantidad y calidad de radiación solar, posibilitando un mayor
crecimiento inicial en diámetro y altura. La principal desventaja es una mayor probabilidad de
sufrir daños ocasionados por los trabajadores de la finca, especialmente cuando se realiza el
control de malezas (manuales o con herbicidas) y las cosechas. Por otro lado, plantar en la misma
fila del café tiene la ventaja que los árboles son menos dañados por los trabajadores de la finca,
dejando el espacio libre para el paso de los recolectores o la aplicación de insumos, pero una
menor calidad y cantidad de luz llega a los árboles. Por esta razón, se deben realizar podas a las
plantas de café que se encuentren a ambos lados de los árboles maderables.
FERTILIZACIÓN INICIAL CON CAFÉ. Cuando se plantan los árboles se recomienda aplicar 50
gramos de fertilizante al fondo del hueco antes del establecimiento (evitar contacto directo con
las raíces). Otro cuidado que se debe tener a la hora de plantar los árboles es que el pilón21 debe
estar bastante húmedo, de tal forma que el árbol pueda soportar periodos cortos de sequía
inmediatamente después del establecimiento. Los insumos y cuidados al cultivo agrícola
benefician también a los árboles, los cuales pueden crecer más rápidamente y superar la fase
de susceptibilidad al barrenador en menor tiempo. Sin embargo, solamente el 1% de los
productores de café en Honduras fertilizan el cafetal, y ninguno la plantación maderable.
21Término utilizado para referirse a la porción de tierra con raíces que se retira del envase del vivero para
plantarse en campo definitivo.
38
8. Silvicultura de plantaciones
Control de malezas
Basado en Juárez (2016), Cordero y Boshier (2003), Wightman et al. (2006), Snook y López (2003), Snook et al. (2005b) y
sistematización de experiencias (2018).
CONTROLES MECÁNICOS Y QUÍMICOS. Para controlar las malezas, se puede utilizar controles
manuales (cuchillo, chapia mecánica con tractor agrícola, motoguadaña). También es
acertado el control químico (Gramoxone por ejemplo), siguiendo las indicaciones de la etiqueta
(por lo general, de 4 a 6 onzas de herbicida por bomba de espalda), o la combinación de
controles manuales y químicos. Si se realiza control químico se debe tener cuidado de no aplicar
el producto sobre las plántulas de caoba.
Otra opción corresponde al uso de cultivos de cobertura (poco utilizado), aunque los resultados
son seguros, como el caso de la Hacienda Rio Dulce, donde se ha tenido la oportunidad
experimentar con falso maní Arachis pintoi, camote Ipomoea batatas, pepitoria Cucúrbita spp.,
utilizando principalmente Pueraria o Kudzú Pueraria phaseoloides.
Figura 19. Uso de cultivo de cobertura para manejo y control de malezas, Hacienda Rio Dulce,
Livingston, Izabal, Guatemala.
39
Es importante mencionar que el establecimiento de los cultivos de cobertura genera una
considerable inversión inicial, aunque requiere una menor inversión a lo largo de la persistencia
del cultivo. La decisión de haber establecido el cultivo de cobertura radica en que las zona de
Izabal, específicamente, está expuesta a un amplio periodo de precipitación pluvial, e inclusive,
algunos años es difícil que se establezca una época seca muy marcada, lo anterior provoca que
la persistencia de malezas afecte de forma agresiva y constante a la plantación durante todo el
año, debido a ello, se ha optado por establecer cultivo de cobertura, para evitar realizar limpias
manuales o mecánicas con alta frecuencia.
Más, si las condiciones iniciales para la regeneración son las adecuadas (terreno preparado
mecánicamente o mediante roza, tumba y quema), limpiar las plántulas de caoba (quitar la
vegetación a su alrededor) no es necesario para estimular su crecimiento, y por el contrario,
realizar la limpieza puede provocar un enorme incremento del ataque de Hypsipyla. Donde se
deja crecer la vegetación que resulta de la regeneración natural de otras especies alrededor de
las plántulas de caoba, el ataque por la palomilla “no” es significativo.
Poda
Basado en Cordero y Boshier (2003), Wightman et al. (2006), Hilje y Cornelius (2001), Jiménez (2012), Juárez (2016), INAB
(sistematización de experiencias 2018)
PODA DE FORMACIÓN. Swietenia macrophylla produce una copa muy angosta durante los
primeros años, que tarda en cerrar el dosel. La especie muestra una autopoda bastante
satisfactoria, sobre todo en sistemas con sombra lateral, pero en espaciamientos amplios, la
especie tiende a desarrollar una copa baja que deja un fuste corto. Los árboles plantados para
aserrío deben podarse para asegurar un fuste único, largo y limpio de ramas, pero se debe dejar
follaje suficiente para el buen crecimiento del árbol.
40
otras recomendaciones de manejo que se han venido mencionando (no por daños de plagas)
proporciona muy buenos resultados, como el caso de la Finca Kampura, en Livingston, Izabal,
Guatemala, cuyos árboles reciben al menos una poda al año para eliminar las ramas inferiores,
dejando una proporción del 25% de la copa en relación a la altura total del árbol.
Es importante señalar que la realización de podas anuales ofrece la ventaja de evitar daños en
el fuste principal del árbol, debido a que las ramas son delgadas, esto a su vez, favorece que la
herida sane rápidamente y se eviten infecciones u otras complicaciones, logrando así, producir
las trozas con mayor valor económico libre de daños.
Figura 20. Árboles de caoba de seis (izquierda) y cuatro (derecha) años de edad podados
anualmente, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala. (Altura estimada en 12 metros)
41
La altura de los árboles de la figura 20 es el resultado del sitio con un manejo silvicultural intensivo,
incluyendo manejo de plagas, combinado con podas de formación, lo cual proporciona las
condiciones para el desarrollo en altura.
PODA SANITARIA. La caoba es atacada por una palomilla nocturna Hypsipyla grandella. Esta
palomilla pone sus huevos en las hojas de los brotes tiernos del árbol. De estos nacen las larvas,
que enseguida penetran en los brotes terminales y empiezan a comer la médula del brote. Este
brote muere y, como una respuesta a esa pérdida, el árbol produce varias ramas. “La poda
sanitaria controla las ramas secundarias” producidas como resultado del ataque de Hypsipyla.
En una plantación de caoba, es mejor podar cada 2 meses durante los primeros 3 años. Esta
recomendación no significa que tendrá que podar todos los árboles cada 2 meses: significa que
usted lleva una tijera de podar cuando supervise su plantación (monitoreo), y poda los árboles
que lo necesiten. Hay dos tipos de poda que son útiles para controlar la plaga Hypsipyla:
Tipo 1. Es fácil detectar el ataque de la plaga porque los excrementos de la larva del insecto, que
tienen apariencia de aserrín, son visibles en el exterior del brote. Cuando los vea al hacer
monitoreo a la plantación, haga una poda sanitaria, así: corte el brote principal atacado en un
punto localizado inmediatamente debajo de donde termina el daño. Abra el trozo que cortó y
mate la larva para evitar que se aloje en otro árbol.
Tipo 2. Cuando encuentre un árbol que haya sido atacado y que tenga más de un rebrote, corte
todos menos el más alto (eje dominante). Estos cortes pueden hacerse solamente cuando este
brote se haya vuelto leñoso (unos tres meses y más después del corte de eliminación de la larva).
Esta práctica evita la formación de bifurcaciones en la parte baja del árbol, la más valiosa desde
el punto de vista maderable.
En el caso de árboles más viejos, que han respondido al daño emitiendo dos o más ejes, debe
efectuarse una poda para dejar solamente el mejor eje (caso que nunca debería ocurrir si
monitorea correctamente su plantación desde la siembra). Aplicando y repitiendo estas medidas
las veces que sea necesario hasta que el ataque se diluya en ramas secundarias donde el efecto
no es tan importante, se pueden lograr fustes limpios de caoba de 3.5 metros o más.
42
Figura 21. Poda manual con machete en árbol de caoba dañado por barrenador del brote, Finca
Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.
Figura 22. Aplicación de tapacil (sellador) a las heridas provocadas por la poda, Finca Kampura,
Livingston, Izabal, Guatemala.
43
Raleo
Basado en Wightman et al. (2006), Lamb (1966) citado por Martínez (2015), Juárez (2016), Fuentes (2014), Jiménez (2012).
La caoba crece rápidamente, en muchos casos, hasta 2 metros de altura por año en los primeros
años. Si se planta con un espaciamiento “convencional” y en un buen sitio, el primer raleo se haría
normalmente a los 4 o 5 años de edad de la plantación (Wightman et al. 2006).
En Petén, Guatemala, ninguno de los tres proyectos sistematizados por Juárez (2016) había
ejecutado un raleo todavía (a pesar de que uno ya tenía siete años de edad, pero mostraba un
crecimiento medio). Las únicas intervenciones recibidas por los rodales fueron cortas sanitarias de
los árboles enfermos, torcidos y muertos. En Honduras, ningún productor de café realiza raleos al
componente maderable de su sistema (lo que obviamente repercute negativamente en la
calidad del producto final).
Para el caso de la Finca Kampura, Livingstón, Izabal, Guatemala, las primeras plantaciones con
distanciamientos de 4 m* 4 m (625 arb/ha) se ralearon hasta los 8 años de edad, cuando los
árboles adquirieron dimensiones adecuadas para el mercado, mientras tanto, la competencia
intraespecífica fue manejada a través de la poda, la que a su vez estuvo sujeta a los
requerimientos del cultivo agrícola (cacao).
Aprovechamiento final
Basado en Cordero y Boshier (2003), Bauer y Francis (2000)
En el bosque natural los árboles requieren 60-100 años para alcanzar un tamaño comercial,
mientras que en plantaciones pueden hacerlo en 30-50 años. En el Bosque experimental de
Luquillo, Puerto Rico, el Servicio Forestal estatal proyecta un turno de 40 a 60 años para la caoba.
Sin lugar a duda, el principal problema que afecta tanto a la caoba como al cedro es el ataque
del barrenador del brote, la palomilla Hypsipyla grandella. La plaga ataca a las plántulas en
vivero y a árboles en plantaciones jóvenes; y aunque rara vez mata al árbol, sí degrada
seriamente la forma del fuste, ya que el árbol se bifurca con lo que se reduce la altura comercial
(Bauer y Francis 2000).
44
A pesar de la aptitud sobresaliente de la caoba como especie de plantación, esta plaga creó el
mito de inmanejable, lo que ha conllevado a abandonar casi totalmente las plantaciones con
meliáceas en el trópico americano (Macías-Sámano 2001, citado por Sosa 2009).
45
Porciones de corteza se
Corteza resquebrajan, se crea
de una fisura en la Soto (2002),
Cáncer Nectria sp. Patógeno ramillas, madera, hasta matar Arguedas
ramas y ramas / incidencia (1997)
fuste fortuita / encontrado
en Livingston.
Ataca árboles vivos,
debilitados por factores
ambientales, creando
sistema de galerías
ubicadas en el líber /
Descortezador, Scolytodes spp. Insecto puede abarcar todo el Hilje et al.
barrenador del COL Corteza perímetro del fuste (1991)
líber provocando marchitez,
defoliación y por último,
muerte / reportado en 1
ha por el SIFGUA.
Atacan al tronco en su
interior donde
desarrollan su colonia y
construyen su nido,
creando túneles de
salida de los adultos,
Madera que parecen como
del tronco, protuberancias
desde el (chiporras) en la
Termitas o Insecto ISO suelo corteza del fuste Godínez
comején hacia comercial / incidencia (2010)
arriba en los árboles mayores
a 50 cm de DAP /
afectan más árboles en
bosques bajos (invierno
con agua excesiva -
verano
extremadamente seco)
Fuente: elaborado con base en los Informes anuales de plagas 2006-2015 del SIFGUA (http://www.sifgua.org.gt/Plaga.aspx),
García (2006). Soto (2002), Sosa (2009), Godínez (2010), Hilje et al. (1991), Arguedas (1997).
El caso fue reportado en El Chal y San Francisco, Peten, Guatemala, donde la problemática fue
abordada de distinta forma. En el caso de El Chal, donde los daños se observaron al día siguiente
del establecimiento en campo definitivo, se probaron algunos métodos de control considerando
los hábitos nocturnos de las babosas, sin lograr controlar y reducir significativamente los daños,
finalmente se utilizó Molux22, que es un producto granulado que se aplicó sobre el suelo alrededor
de la base del árbol, donde las babosas por la acción sistémica debido a la ingestión fueron
muriendo, lográndose el control de esta plaga.
Figura 24. Daño del minador en el haz de la hoja de caoba con distintos grados de severidad, en
finca particular de San Francisco, Petén, Guatemala.
47
Durante la sistematización de experiencias (2018), se observó en plantación ubicada en San
Francisco, Petén, Guatemala, que las plantas de caoba presentaban daño del minador de la
hoja, es importante mencionar que la altura de la planta medía 1.25 m en promedio y mediante
recorrido de campo se determinó que no existía ningún daño del barrenador de los brotes en la
planta, esto debido al control biológico que se aplica en dicha finca; sin embargo, una
significativa proporción de la plantación presenta daño del minador en el haz de las hojas, en
distintos grados de severidad.
De forma preventiva un vivero ubicado en San José Petén, Guatemala, realiza al menos una
inoculación con productos a base de Metarhizium, como por ejemplo el nombre comercial
Specific Meta 23 ; con lo que las plantas se mantienen completamente libres de daños por
barrenador, además que estas aplicaciones previenen y proporcionan protección a las plantas
contra la presencia del barrenador del brote en campo definitivo.
Figura 25. Raíz de planta de caoba en vivero, con posibles colonias de Metarhizium en San
Francisco, Petén, Guatemala.
Es un insecticida biológico compuesto por esporas del hongo entomopatógeno Metarhizium anisopliae
23
García (2006) y Soto (2002) reportan patógenos que afectan el follaje o la corteza, pero sin
detallar prácticas de control.
Esta plaga puede atacar varias estructuras de los árboles (follaje, fuste y frutos), pero su mayor
daño consiste en la perforación de los brotes nuevos, y especialmente del brote principal, lo cual
provoca ramificación. Comúnmente esto sucede en árboles jóvenes y, así, el valor comercial del
árbol resulta disminuido o anulado. Además, el crecimiento se detiene. La mortalidad de árboles
es poco frecuente, y se presenta solamente si los ataques reiterados agotan las reservas en las
plántulas o los árboles jóvenes. En unas plantaciones de caoba del municipio de Cobán (Alta
Verapaz, Guatemala), 50% de los cerca de 14 mil individuos diagnosticados estaban atacados,
y 13% muertos (Caal 2007).
Figura 26. Brote de caoba con daños ocasionados por la larva del barrenador del brote Hypsipyla
grandella, Finca Kampura, Livingston, Izabal, Guatemala.
49
IDENTIFICACIÓN. Los adultos son de color marrón a grisáceo, con una envergadura de
aproximadamente 23-45 mm. Las alas anteriores son de color gris a marrón con tonos castaño
rojizo en la parte inferior y escamas blanquecinas con puntos negros hacia los extremos del ala.
Las venas de ala están claramente cubiertas de negro. Las alas posteriores son de color blanco
a translúcido con márgenes de color oscuro.
La larva, cuando nace, es de color beige con tonos rosados y mide de 2-2.5 mm, pero en el último
instar mide de 21-27 mm y es de color azul claro, azul oscuro o rosado claro, con una cápsula de
cabeza café.
Figura 27. Larva del barrenador de las meliáceas Hypsipyla grandella (Fotografía de Rony
Alexander Albanés Barahona, del INAB).
Los huevos miden 0.5 a 1 mm, son elípticos y aplastados, de color amarillo pálido que vira al rojo.
Por lo general, se colocan sobre brotes jóvenes, verdes y vigorosos, aunque también aparecen
sobre el pecíolo de hojas y hojuelas y sobre los frutos.
CICLO DE VIDA. Las hembras se acoplan sólo una vez y ponen 200-450 huevos durante un
período de cinco a ocho días; son voladores fuertes y pueden recorrer distancias considerables
para localizar el material huésped adecuado.
En los árboles jóvenes, los huevos se depositan solos o a veces en grupos de 3-4 en los brotes, tallos
y hojas, particularmente en haz de las hojas. Concentrados alrededor de los brotes en
crecimiento, los huevos pueden ocurrir en todas las alturas del árbol huésped y a menudo se
colocan en lugares ocultos tales como axilas de las hojas, cicatrices de hojas, venas, lenticelas y
fisuras en la corteza. Los huevos depositados en la fruta se depositan inicialmente por separado
en la superficie del fruto, pero posteriormente se depositan en grupos de hasta 12 en el daño
preexistente en el fruto.
50
Después de tres a cinco días, los huevos eclosionan y las larvas perforan galerías en los brotes
nuevos de árboles jóvenes, de 25 cm o más de longitud, donde comen la médula. Si el alimento
se agota, pueden migrar hacia otra rama o fruto para completar su desarrollo: es así que a veces
también se alimentan de las flores, frutos y corteza de los árboles hospederos. El insecto pupa
generalmente se alimenta dentro de la galería.
Una generación tarda generalmente 1-2 meses, pero puede extenderse hasta cinco meses si las
larvas entran en diapausa, en áreas con bajas de temperatura (de 15 a 30°C) y/o de
precipitación. El adulto sale del brote por alguno de los orificios que presenta el tallo barrenado.
Los adultos son típicamente nocturnos y se aparean dentro de los seis días de su aparición.
SÍNTOMAS. En estadio temprano del ataque, el daño se reconoce externamente por la marchitez
del brote y por la presencia de montículos rojizos de aserrín, seda y excrementos sobre el tallo.
Más avanzado, el ataque produce la muerte de los brotes tiernos, incluyendo el brote central, lo
cual produce ramificación de los árboles y deformación, lo que reduce el valor comercial del
árbol. Cuando el ataque es repetido, se produce un retardo en el crecimiento e incluso la muerte.
Esta plaga ataca principalmente a los árboles en áreas expuestas a pleno sol, por lo cual los
efectos más severos se observan en las plantaciones jóvenes, particularmente aquellas plantadas
con una sola especie. La regeneración en bosques naturales sufre mucho menos daño. El
barrenador es un problema tanto para el vivero como para los sembríos; árboles de tres meses a
catorce años de edad y entre 50 cm y 15 m de altura han mostrado síntomas de ataques de
Hypsipyla.
A pesar de este intervalo largo de tiempo con ataques, se considera que “los primeros tres años
de una plantación constituyen el periodo crítico”, cuando el impacto del ataque es más
perjudicial económicamente, por las siguientes razones: a) la troza basal es la más valiosa; b) es
frecuente que un árbol con una bifurcación baja no produzca madera de valor comercial; c) el
ataque de H. grandella retarda el crecimiento, aumentando los costos de mantenimiento, los
cuales son muy altos en los primeros años; y d) las evidencias indican que “cuando los árboles
superan unos 6 m de altura el riesgo de su daño es menor”.
PRÁCTICAS DE CONTROL. Hypsipyla grandella ha demostrado ser difícil de controlar: esta plaga
puede causar daños significativos incluso a bajos niveles de población y por lo tanto se considera
una gran plaga destructiva del bosque.
Un programa de manejo integrado de plagas (MIP) combina varios métodos para mantener la
plaga del barrenador de las meliáceas a niveles que no causen pérdidas de importancia
económica, sin provocar serios perjuicios ambientales ni humanos. El MIP enfatiza los aspectos de
prevención, coexistencia con la plaga (permitiéndole convivir, pero sin que su daño sea fuerte) y
sostenibilidad económica y ecológica (uso de métodos eficaces, que dejen ganancias
económicas, y que no perjudiquen al ambiente ni a la gente).
51
Un buen programa de MIP enfatiza las componentes de tipo preventivo, priorizando las prácticas
silviculturales, el control biológico, el control etológico y el mejoramiento genético. De acuerdo
con la información proporcionada en Finca Hacienda Rio Dulce (Livingston, Izabal, Guatemala),
que ha establecido un MIP basándose en los hábitos de la plaga, se basa en tres pasos
importantes que son: i) nutrición: para estimular el desarrollo principalmente en altura y sobrepasar
lo antes posible la longitud donde se ubica la mayor ocurrencia de vuelo de la palomilla, ii) control
preventivo: a través de trampas para capturar las palomillas que han sido fecundadas y, iii)
control correctivo: aplicando productos químicos a los brotes, para eliminar a las palomillas ya
fecundadas que buscan los brotes para depositar sus huevos.
Otras experiencias basan el MIP únicamente en la nutrición y control correctivo, aunque este
último con frecuencias o intervalos muy cortas para que cumpla con una funcionalidad
preventiva, como en el caso de la Finca Kampura (Livingston, Izabal, Guatemala).
Practicas silviculturales: las prácticas más promisorias se refieren a la calidad del sitio seleccionado
para plantar las meliáceas, el uso de sombra lateral y las podas.
Los factores a tomar en cuenta para elegir un sitio adecuado para plantar caoba de Petén, los
métodos para generar sombra lateral y las correctas prácticas de poda, han sido desarrollados
en los capítulos “Selección de sitio”, “Establecimiento de plantaciones” y “Silvicultura de
plantaciones” del presente documento. A pesar de que estos temas fueron tratados en su
capítulo técnico respectivo, son parte integrante del MIP y, el silvicultor que pretende controlar la
plaga “debe” integrarlos en el diseño y mantenimiento de su plantación.
Otra opción son las sustancias que inhiben la alimentación o el desarrollo de las larvas. Extractos
alcohólicos de hombre grande Quassia amara, Simaroubaceae y de ruda Ruta chalepensis,
Rutaceae, cuando se aplican sobre los brotes de la caoba evitan que las larvas se alimenten de
estos y mueren de inanición. Por su parte, el Nim 80, que es un aceite proveniente de la semilla
del árbol de nim Azadirachta indica, actúa diferente, pues impide que las larvas pequeñitas
muden su piel y mueran casi de inmediato, sin poder penetrar en el brote.
Aunque los extractos crudos de hombre grande y ruda, así como los productos comerciales a
base del nim, podrían aplicarse directamente a la parte aérea del árbol, sería mejor incorporarlos
al suelo en el momento de la plantación, puesto que ellos se pueden transportar de manera
sistémica dentro de los árboles, quizás podrían formularse como productos de liberación
controlada, para así aumentar su duración y efecto.
52
En una plantación de caoba en el municipio de Concepción las Minas (Chiquimula, Guatemala),
Sosa (2009) estudió la susceptibilidad de la plaga Hypsipyla grandella a extractos de semilla de
nim, y confirmó que el insecticida orgánico ValleNim35 EC24 es altamente efectivo en el control
del gusano barrenador de las meliáceas, en concentraciones de 1:5 y 1:10 v:v. (relación entre la
cantidad de soluto y la cantidad de solvente).
Para el caso de la Finca Hacienda Rio Dulce (Livingston, Izabal, Guatemala), se ha realizado
control semi orgánico correctivo, utilizado productos a base de nim, combinados con insecticidas
sintéticos a base de cipermetrina o fosforados (Forafos25) y un adherente mineral. La periodicidad
es de al menos 1 vez al mes.
B. Barrera para choque de adultos: para el caso del adulto del barrenador del brote, el
recipiente recibe el choque de la palomilla, que funciona como recipiente de colecta,
una vez que esta ubica la procedencia del aroma del atrayente y se dirige hacia el origen
y caen en la mezcla que evita que este alce el vuelo.
C. Recipiente para colecta de adultos: para el caso del adulto del barrenador del brote, el
recipiente recibe el choque de la palomilla, que funciona como recipiente de colecta,
una vez que esta ubica la procedencia del aroma del atrayente y se dirige hacia el origen
y caen en la mezcla que evita que este alce el vuelo.
La experiencia de la finca es la utilización de recipientes plásticos, como por ejemplo los envases
desechables de gaseosas (de 2 o 3 litros) a los que se les realiza un corte en el lateral superior
para el ingreso de las palomillas, que en el fondo contiene la mezcla atrayente. Regularmente se
ubican de 2 a 3 trampas por hectárea, que se renuevan cada 2 meses.
Control químico: el uso de insecticidas para el combate ha tenido poca aceptación, tanto por
su alto costo como por factores operativos, entre los que destacan la rápida penetración de la
larva en el brote tras emerger del huevo, el lavado causado por las lluvias, y los métodos de
aplicación per se. En una revisión de las investigaciones sobre el control químico de Hypsipyla
spp., Wylie (2001, citado por FAO 2007) señaló que no existe un solo plaguicida fiable, de relación
costo-beneficio favorable y ambientalmente amigable, disponible para controlar estos insectos.
Según el autor, el control químico de esta plaga sólo debería ser utilizado en vivero o como parte
de un programa de manejo integrado de plagas, para controlar brotes limitados. En Petén,
Guatemala, los técnicos responsables de las plantaciones sistematizadas por Juárez (2016) usaron
insecticidas químicos, pero sin dar mayores detalles, por considerar la información reservada.
En finca Kampura (Livingston, Izabal, Guatemala), mediante la mezcla de dos productos a base
de cipermetrina con los nombres comerciales Delta Metrina y Super Metrina durante los primeros
3 años de la plantación, han logrado reducir significativamente las poblaciones de barrenador,
a tal grado de lograr homogeneidad de fustes únicos con dimensiones que después de los 4 años
de edad sobrepasan los 13 metros de altura y diámetros promedios de 10.5 centímetros. Las
aplicaciones se realizan cada semana durante el primero y segundo año (hasta que hayan
logrado 7 a 8 metros de altura), y durante el tercer año se realizan aplicaciones cada 15 días.
Todas las aplicaciones se combinan con fertilizantes foliares y realizando podas anuales. A partir
del cuarto año las aplicaciones se realizan con menor intensidad y dejan de realizarse después
del quinto año.
54
Figura 29. Fustes únicos y rectos de Caoba de 4 años, en finca Kampura, Livingston, Izabal,
Guatemala.
Un caso interesante se observó en una finca particular en El Chal, Peten, Guatemala, donde han
estado haciendo aplicación de insecticida cada mes, pero aún se observan daños significativos
ocasionados por el barrenador. Esta situación promovió la reflexión sobre el intervalo de tiempo
entre cada aplicación, sugiriendo la necesidad de realizar al menos dos aplicaciones al mes, sin
que eso represente necesariamente la utilización de más fertilizante, ya que es posible dividir la
dosis mensual en dos, con el objetivo de realizar una aplicación al menos cada 15 días.
55
Concretamente, los intentos previos de control biológico de las especies Hypsipyla no han tenido
éxito, aunque continúa la investigación (posibles agentes, hospederos). Un caso excepcional
corresponde a la plantación establecida en una finca particular, ubicada en San Francisco,
Petén, Guatemala, donde los árboles de un año de edad tienen alturas promedio de 1.75 metros
y no se evidenció ningún daño ocasionado por el barrenador del brote. El manejo de plagas
consiste en el uso de parasitoides y entomopatógenos, que inicia desde el vivero, donde se
inoculan y preparan a los árboles para combatir la plaga durante las primeras semanas de
haberse plantado.
El manejo incluye la desinfección del suelo previo a la siembra con Detruire (preparación de
suelo), con lo cual se previenen las plagas de suelo como se les denomina comúnmente
(principalmente hongos que causan el mal del talluelo). Se realizan inoculaciones con organismos
benéficos tales como Trichoderma, por ejemplo, el de nombre comercial Pro-selective28 y Bacilus
con el nombre comercial Invassione 29 , los cuales contribuyen al control de hongos como el
Fusarium y Phythopthora, entre otros.
Con base en las experiencias del técnico de la finca, su criterio de decisión para la prevención
del daño se basa en analizar el ciclo del insecto, aunado a los índices de temperatura y humedad
que afectan el sitio; así mismo, considera los hábitos de los barrenadores. Se ha concluido que en
dicho sitio, las aplicaciones son recomendadas al momento de la plantación y en los meses de
enero, abril, mayo, octubre y noviembre, para un mínimo de 6 aplicaciones anuales, sujetas a la
retroalimentación del monitoreo de la plaga.
28Cepa del hongo Trichoderma harzanium (i.a.), el cual contiene 1*10^11 esporas de concentración. Es un
fungicida biológico para el control de hongos fitopatógenos del suelo, como ejemplo, Fusaruim sp,
Phythophthora sp, etc.
29Fungicida biológico formulado por varias cepas de bacterias benéficas como Bacillus subtilis y Bacillus ssp.
las cuales funcionan como competidoras contra hongos foliares.
El costo promedio del tratamiento biológico estimado por el técnico Ángel Ibarra es de Q 11.55 (1.5 dólares
30
americanos) al año.
Es un insecticida biológico compuesto por esporas del hongo entomopatógeno Metarhizium anisopliae
32
En este momento, la estrategia más promisoria para el control de Hypsipyla grandella consiste en
aplicar un programa de manejo integrado de plagas cuyo pilar son las prácticas silviculturales,
apoyado en momentos críticos por un control químico o etológico. Según Juárez (2016), los
detalles de las estrategias y métodos para el control del barrenador de las meliáceas en Petén,
Guatemala, son un secreto celosamente guardado por los técnicos responsables de las
plantaciones de caoba.
Vigilancia forestal
Basado en Wightman et al. (2006), Juárez (2016)
Wightman et al. (2006) sugieren supervisar una plantación de caoba cada 2 meses durante los
primeros 3 años. En el transcurso del recorrido bimestral, recomiendan podar los árboles que lo
necesiten.
Si bien no precisan periodicidad ni tiempo, los silvicultores del Proyecto “Pilones de Antigua” en
San Francisco (Petén, Guatemala) consideran clave el monitoreo de la plantación, para proteger
los árboles de ataques de la polilla barrenadora. Su estrategia es contratar a personal en la
época de invierno (lluvias), que es prácticamente la época en la que ataca la plaga, para podar
los brotes afectados y quemar los residuos para evitar posibles focos de proliferación de la plaga.
57
10. Manejo de bosques naturales
Grogan et al. (2017) reseñan de manera sencilla y comprensible los requisitos claves del
manejo forestal sostenible, y describen los parámetros de manejo más importantes como
son el ciclo de corta, el diámetro mínimo de corta y la intensidad de corta. Estos autores
estudian luego el estado de conservación de las poblaciones de cinco especies bajo
manejo forestal en la Reserva de la Biósfera Maya (Petén, Guatemala), y determinan los
impactos de las prácticas silviculturales utilizadas en las concesiones sobre la densidad y
regeneración de estas cinco especies maderables.
Pero el Programa de Incentivos forestales del INAB incentivaba, a finales del 2015, el manejo de
regeneración natural de 8 ha de caoba de Petén. Este hecho justifica el desarrollo en este
capítulo de elementos técnicos para apoyar esta actividad.
“La semilla de caoba germina adecuadamente bajo sombra; sin embargo, las plantas que
resultan no sobreviven bajo el dosel debido a los reducidos niveles de luz”. Esta afirmación no sólo
se basa en datos experimentales, también la práctica así lo sustenta. Quince años después de
iniciadas las plantaciones de enriquecimiento en las áreas de aprovechamiento anual, el grupo
campesino del Ejido Noh Bec (Quintana Roo, México) hizo observaciones de campo para evaluar
qué había pasado en las áreas reforestadas. Se encontró que en las pistas de arrastre y en los
claros de tumba al pie de tocón, el dosel se había cerrado y, por consiguiente, las plantas de
caoba habían muerto o no se habían desarrollado. Por el contrario, en las bacadillas el éxito era
evidente: los árboles de caoba crecían, formando un bosquete coetáneo o en mezcla con otras
especies. Este aspecto conllevó a tratar de determinar el tamaño mínimo del claro requerido
para asegurar la supervivencia de la caoba en desarrollo. Bajo el dosel, el 95% de las plántulas
de caoba mueren en cinco años, mientras que en aperturas de 500 m2 o más sobrevive el 50%.
58
El crecimiento es más variable que la supervivencia. Las plántulas crecen más en aperturas más
grandes, y crecen el doble cuando se instalan poco después de crear la apertura, en
comparación con las que se instalen un año después. “El crecimiento de la caoba responde de
forma positiva a la cantidad de luz disponible y de forma negativa a la competencia, si los
individuos de otras especies se establecen antes que las plántulas de caoba”. La competencia
más fuerte proviene de plantas originadas en rebrotes, ya que éstas tienen raíces bien
desarrolladas.
Es muy importante tomar conciencia de la rapidez del cierre de los claros, por el crecimiento de
otras plantas presentes. Ya a los cuatro años, los claros están casi cerrados. Tenga en cuenta que
los claros grandes se cierran con la misma o mayor rapidez que los menores. Esto puede deberse
a la mayor disponibilidad de luz en los primeros, lo cual favorece el rápido crecimiento de árboles
y plántulas ya presentes dentro o alrededor del claro. Algunos de estos pueden ser ramas o
árboles quebrados o dañados por la tumba, que rebrotan y crean un nuevo dosel. Aunque este
nuevo dosel es menos alto que el dosel original, impide la llegada de luz a las plántulas de caoba.
Cabe notar que las aperturas creadas por el aprovechamiento comercial de madera suelen ser
menores a 300 m2 (Robinson 1998, citado por Snook et al. 2005b). Por tal razón, el grupo
campesino del Ejido Noh Bec (Quintana Roo, México) localiza en la próxima área de
aprovechamiento anual los sitios en donde, previsiblemente, habrá cosecha de árboles en grupo.
En condiciones reales, ubica aproximadamente unos 15 claros por 100 ha de AAA (Área Anual
de Aprovechamiento), con un tamaño promedio de 1800 m2 cada uno (rango 900-3150 m2). A
continuación, en cada claro se cosechan los árboles que quedaron en pie y se retira el ramaje
hasta dejar completamente limpio el sitio. Luego, se planta la caoba a una distancia de 3x3 m;
se siembran unos 200 arbolitos por claro (equivalente a 1111/ha). Objetivo: 10 árboles promisorios
sobrevivirán y crecerán por claro.
Enseñanzas:
2) Las bacadillas abandonadas constituyen buen sitio para introducir la caoba, siempre y
cuando se planta la caoba inmediatamente después de no usarla más.
59
11. Crecimiento y productividad de plantaciones
Tabla 4. Número de PPMF y especies asociadas, monitoreadas por INAB en plantaciones mixtas
con Caoba en Guatemala, clasificadas por el grado de mezcla inicial.
Grado de mezcla No. De Especies asociadas [con N>5 en la parcela] (número de parcelas
inicial de la caoba PPMF de ocurrencia)
Cedro Cedrela odorata (6); Sanjuán Vochysia guatemalensis (5);
Santamaría Calophyllum brasiliense (21); Teca Tectona grandis (2);
Jobillo Astronium graveolens (2); Cojoba arborea (1); Laurel Cordia
Gmezcla < 50% 37 alliodora (1); Cericote Cordia dodecandra (2); Pithecelobium
arboreum (7); Pithecellobium sp (1); Pseudobombax ellipticum (4);
Palo blanco Tabebuia donnell-smithii (5); Matilisguate Tabebuia
rosea (6); Canxán Terminalia amazonia (4); Vatairea lundellii (4);
Virola koschnyi (1)
50 ≤ Gmezcla < 85% 9 Cedro Cedrela odorata (1); Cericote Cordia dodecandra (3);
Matilisguate Tabebuia donnell-smithii (5)
Gmezcla ≥ 85% 26 Varias especies
Total 72
Fuente: Departamento de Investigación Forestal, del INAB, 2016
60
La mayoría de las PPMF ha sido instalada en plantaciones mixtas (2 de 3). Lastimosamente, estas
PPMF mixtas no recibieron hasta la fecha el mismo monitoreo que las puras, lo que imposibilita
estudiar la estabilidad de las mezclas y sacar enseñanzas silviculturales, por ejemplo: ¿Cuáles
especies se revelan buenas acompañantes, al brindar una sombra lateral sin encimar la copa de
las caobas?
Será esencial para poder aprovechar llanamente la información de esta base de datos
dasométricos, completar la descripción real del sitio de cada parcela, dar un monitoreo similar a
las parcelas instaladas en plantaciones puras y mixtas (medir las mismas variables) y reconstruir el
historial de cada parcela (mantenimiento recibido, intervenciones silviculturales, control del
barrenador) un punto particularmente importante para la especie, disturbios que hayan
modificado el desarrollo del rodal, ya sean naturales (huracanes, …) o provocados por el hombre
(incendios, …)).
Crecimiento e incrementos
El análisis de la base de datos dasométricos (PPMF de caoba de Petén en plantaciones forestales
puras, estado al 31 de diciembre 2017) condujo a diferenciar 5 rangos de productividad,
llamadas categorías de sitio (el índice de sitio se determinó a una edad base de 10 años), con
base en la altura alcanzada por el rodal y su edad; los análisis de se realizaron con base a 92
mediciones en 24 parcelas permanentes de medición forestal, siendo la PPMF de menor edad de
1 año y la de mayor edad de 20.4 años.
Tabla 6. Incremento medio anual (IMA) de variables de crecimiento para Swietenia macrophylla
en Guatemala, según categorías de sitio.
Categoría de sitio IMA DAP IMA altura total IMA área basal IMA volumen total
[cm] [m] [m2/ha] (m³/ha)
Pésimo 0.39 0.30 0.09 0.27
Malo 0.53 0.51 0.17 0.66
Medio 0.73 0.72 0.31 1.63
Bueno 1.00 0.93 0.57 4.14
Excelente 1.37 1.14 1.06 10.50
Fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB, 2018
61
El cuadro anterior expresa las estimaciones del incremento medio anual para el índice de sitio
medio de cada categoría, siendo los valores de 5, 9, 13, 17 y 20 años respectivamente (de pésimo
a excelente), con proyecciones hasta 20 años.
Figura 31. Familia de curvas de crecimiento en altura dominante [m] para plantaciones de
Swietenia macrophylla en Guatemala (fuente: Departamento de Investigación Forestal del INAB,
2018).
62
La figura 31, expresa una realidad en el poco análisis para la selección del sitio, ya que, al observar
detenidamente la figura, se puede observar que existen sitios que a los 10 años de edad expresan
una altura dominante de 5.1 metros (sitio pésimo) y otros sitios que a los mismos 10 años de edad
expresan una altura dominante de 20.10 metros (sitios excelentes), al comparar los parámetros
de productividad de ambos sitios, existe una diferencia de 15 metros; la reflexión es que la
correcta selección de sitio (variables climáticas, fisiográficas y de suelo; abordado en el tema
“Selección de sitio” del presente documento) y el estudio del comportamiento ecológico de la
especie, entre otros, son parámetros fundamentales a considerar durante la planificación de las
reforestaciones, de esa cuenta, con adecuado y oportuno manejo, tendremos plantaciones
exitosas con fines industriales.
Las figuras 31, 32, 33 y 34, ilustran la dinámica de crecimiento de Swietenia macrophylla, y se
basan en las funciones definidas, y un perfil teórico de manejo del rodal, fijado de la siguiente
manera: Densidad inicial de 1111 árboles/ha, que se reduce a 600 árboles/ha al cuarto año
producto de un primer raleo de aproximadamente un 45% de intensidad. Esta densidad
permanece estable hasta el año siete, donde se realiza un segundo raleo con una intensidad
cercana a 35% que deja un remanente de 400 árboles/ha. Este número de individuos se mantiene
hasta el año once, momento en el que se realiza un tercer raleo del 25% que deja un remanente
de 300 árboles por hectárea para la cosecha final.
El perfil de manejo descrito con anterioridad se definió de forma teórica, este mismo irá
adaptándose a las condiciones reales de desarrollo de la especie, en la medida que pase el
tiempo y se registren más mediciones de las PPMF. Cordero y Boshier (2003) indican que en
plantaciones, los árboles de caoba de Petén pueden alcanzar un tamaño comercial en 30-50
años (40-60 en Puerto Rico).
Figura 32. Familia de curvas de crecimiento en diámetro [cm] para plantaciones de Swietenia
macrophylla en Guatemala (Fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB, 2018).
63
Figura 33. Familia de curvas de crecimiento en área basal [m2/ha] para plantaciones de Swietenia
macrophylla en Guatemala (fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB 2018)
Figura 34. Familia de curvas de crecimiento en volumen total [m 3/ha] para plantaciones de
Swietenia macrophylla en Guatemala (fuente: Departamento de Investigación Forestal, INAB
2018)
64
Al sustituir el valor de la altura dominante de la última medición de las parcelas permanentes de
medición forestal en la ecuación del índice de sitio generada para Caoba de Petén (cuadro 7),
se obtuvieron los valores descritos en el cuadro 8, los cuales fueron clasificados por categoría de
sitio con base a los parámetros de índice de sitio expuestos en el cuadro 5.
Índice de Categoría de
Departamento Municipio Finca
Sitio Sitio
HIDROELECTRICA RIO LAS
Guatemala Chinautla 7.35 Malo
VACAS
Alta Verapaz Tucurú Guaxpom 6.13 Pésimo
Fray Bartolomé de
Alta Verapaz Rancho Noe 9.51 Malo
las Casas
Izabal Livingstón Hacienda Rio Dulce 23.63 Excelente
Izabal El Estor Finca Tablitas 12.90 Medio
Izabal El Estor Finca Tablitas 12.54 Medio
Izabal El Estor Finca Tablitas 16.57 Bueno
Izabal El Estor Finca Tablitas 15.91 Bueno
IZABAL Livingstón Río Seja 13.48 Medio
IZABAL Livingstón Río Seja 15.36 Bueno
Zacapa Gualán La Estrella 9.28 Malo
Concepción Las
Chiquimula Finca San Jose Las Minas 10.08 Malo
Minas
Petén Santa Ana Chultunes 10.73 Malo
Petén Santa Ana Chultunes 9.36 Malo
Petén Flores Finca Virginia 7.43 Malo
Petén San Francisco Pilones De Antigua 9.56 Malo
Petén San Francisco Pilones De Antigua 9.79 Malo
Petén San Francisco Pilones De Antigua 9.44 Malo
Petén San Francisco Nabah 8.88 Malo
Petén San Luis Prendisa 12.99 Medio
Petén San Luis Prendisa 13.38 Medio
Petén San Francisco Finca El Ramonal III 13.10 Medio
Hacienda El Establo La
Retalhuleu Retalhuleu 13.86 Medio
Cuchilla
Retalhuleu Retalhuleu Tomatales 9.88 Malo
Fuente: Departamento de Investigación Forestal del INAB, 2016
65
12. Existencias
Herramientas
A pesar de existir en Guatemala ecuaciones volumétricas desarrolladas específicamente para
Swietenia macrophylla, muchos estudios usan para la especie funciones generales.
Así, para fines de censos, el inventario forestal nacional de Guatemala 2002-03 (FAO 2004) usó
para la caoba de Petén las siguientes ecuaciones generales para especies latifoliadas,
elaborada en Quintana Roo por la Dirección General de Inventario Nacional Forestal de México
y citada en el Manual Técnico Forestal del INAB (1999):
Ecuación volumétrica general para latifoliadas del Manual técnico forestal (INAB 1999)
𝑉 = 0.108337266 + 0.000046499 ∗ 𝑑 2 ∗ ℎ𝑐
Dónde:
V = volumen bruto sin corteza desde la altura del tocón o encima de las gambas., en m3
d = diámetro a la altura del pecho (DAP) o diámetro por encima de las gambas, en cm
hc = largo del fuste desde el tocón (o encima de las gambas) hasta la base de la copa en m.
𝑉 = 𝑔 ∗ ℎ𝑐 ∗ 𝑓1.3
Dónde:
V = volumen bruto sin corteza desde la altura del tocón o encima de las gambas, en m3.
g = área basal de la sección normal del individuo (altura del pecho o por encima de las gambas,
en m2).
hc = largo del fuste desde el tocón (o encima de las gambas) hasta la base de la copa, en m.
f1.3 = factor de forma, igual a 0.65 para todas las latifoliadas.
𝑉 = 0,7854 ∗ 𝑑 2 ∗ ℎ𝑡 ∗ 𝑓1.3
33Hurtado Domingo L. 5-14 set. 2016. Cálculo del volumen en MIRA-SILV (correos electrónicos). Guatemala,
Instituto Nacional de Bosques, departamento de Investigación Forestal.
66
Donde:
V = volumen total con corteza, en m3.
d = diámetro a la altura del pecho (DAP) en m.
ht = altura total del árbol en pie, en m.
f1.3 = factor de forma, igual a 0.45 para todas las especies (latifoliadas y coníferas).
El Manual Técnico Forestal del INAB (1999) propone una fórmula específica para estimar el
volumen bruto comercial de Swietenia macrophylla, basada en un estudio mexicano realizado
en Quintana Roo:
Ecuación volumétrica para Swietenia macrophylla del Manual Técnico Forestal (INAB 1999)
𝑉 = 0.0000444909 ∗ (𝑑 2 ∗ ℎ𝑐 )1.005447155
Dónde:
V = volumen bruto sin corteza desde la altura del tocón o encima de las gambas, en m3.
d = diámetro a la altura del pecho (DAP) o diámetro por encima de las gambas, en cm.
hc = largo del fuste desde el tocón (o encima de las gambas) hasta la base de la copa,
en m.
Ecuación volumétrica para todas las especies latifoliadas sin gambas (FAO 1970)
𝑉 = 0.0567 + 0.5074 ∗ 𝑑 2 ∗ ℎ𝑐
Dónde:
V = volumen aserrable en m3.
d = diámetro a la altura del pecho (DAP), en m.
hc = largo del fuste medido desde una altura de tocón de 0.5 m hasta un diámetro superior de
25 cm o hasta el punto de inicio de la copa, en m.
Martínez y Trujillo (2011) desarrollaron un modelo de estimación del volumen aserrado y diseñaron
unas tablas nacionales de conversión volumétrica de madera en rollo en pie a madera aserrada,
según las reglas de la NHLA (National Hardwood Lumber Association) para la clasificación de
madera, las cuales se aplican en el ámbito internacional. Su uso aún no está generalizado.
Dónde: VA = volumen aserrado, en m3; d = diámetro a la altura del pecho (DAP), en cm.
67
Superficies de plantaciones e inventario de producción actual de caoba
Aunque las estadísticas son amplias, en la presente evaluación se utilizó el registro de plantaciones
forestales de los programas de incentivos forestales, a partir de la fecha de plantación
correspondiente al año 2000. Desde entonces hasta el año 2018, se han establecido 980.3
hectáreas. El cuadro 8 da mayores detalles acerca de las áreas plantadas en Guatemala con
Swietenia macrophylla, incentivadas por PINFOR-PROBOSQUE (Programa de Incentivos forestales
y, Ley de fomento al establecimiento, recuperación, restauración, manejo, producción y
protección de bosques en Guatemala) y PINPEP (Programa de incentivos forestales para
poseedores de pequeñas extensiones de tierra de vocación forestal o agroforestal), en
hectáreas.
Tabla 9. Distribución del área plantada (en hectáreas) de caoba de Petén por departamento y
municipio en Guatemala.
68
San Raymundo 3.61 3.61
Escuintla 10.75 10.75
Escuintla 9.57 9.57
Guanagazapa 1.18 1.18
Chiquimula 2.04 2.04
Concepción Las Minas 2.04 2.04
Baja Verapaz 2.00 5.53 7.53
Cubulco 1.13 1.13
Granados 0.11 0.11
Salamá 2.00 0.43 2.43
San Miguel Chicaj 3.86 3.86
Alta Verapaz 396.08 1.38 397.46
Chahal 14.89 14.89
Chisec 68.59 68.59
Cobán 93.13 93.13
Fray Bartolomé De Las Casas 99.86 99.86
Lanquín 0.25 0.25
Panzós 36.63 0.15 36.78
Raxruhá 7.11 7.11
San Cristóbal Verapaz 0.43 0.43
San Miguel Tucurú 8.03 1.23 9.26
San Pedro Carchá 22.25 22.25
Santa María Cahabón 33.60 33.60
Senahú 11.30 11.30
Total 962.08 17.95 980.03
Fuentes: INAB (Instituto Nacional de Bosques), 2018. Base de datos PINFOR-POBOSQUE (Programa de Incentivos forestales
y Programa de Incentivos para la recuperación, establecimiento, restauración, manejo, producción y protección de
bosques en Guatemala) 1998-2018. Base de datos PINPEP (Programa de incentivos forestales para poseedores de
pequeñas extensiones de tierra de vocación forestal o agroforestal) 2007-2017.
Figura 35. Distribución de área de proyectos de incentivos forestales (%) por departamento, para
la especie de Swietenia macrophylla en Guatemala.
69
El 86% del área plantada se ubica en una zona continua que se extiende desde el municipio de
Ixcán (Quiché) hasta el municipio de Puerto Barrios (Izabal), a lo largo de la Franja Transversal del
Norte, incluyendo además al valle del Polochic, y de los municipios norteños de Petén (San
Andrés, San José y Flores) hasta Gualán en Zacapa. Las plantaciones de Swietenia macrophylla
incentivadas están en 28 municipios de los departamentos de Petén, Izabal y Alta Verapaz.
Además, la caoba de Petén aparece plantada de manera muy dispersa y en pequeñas áreas
en la zona sur-oriente del país, desde Chiquimula hasta Escuintla.
El municipio con mayor extensión de plantación de caoba de Petén es Fray Bartolomé de las
Casas, con 99.86 ha, seguido por Cobán y Sayaxché, con unos 80 ha, luego por Chisec y Gualán
(unos 65 ha cada uno), además de Flores y Livingston (unos 50 ha cada uno).
Tabla 10. Descripción porcentual del área de proyectos y los rangos de edad actuales en el total
de reforestaciones por incentivos en Guatemala, con la especie caoba de Petén Swietenia
macrophylla. (De mayor a menor área/edad).
70
Figura 36. Descripción porcentual del área de proyectos y los rangos de edad actuales (2018) en
el total de las áreas reforestadas por incentivos en Guatemala, con la especie caoba de Petén
Swietenia macrophylla. (De mayor a menor área/edad).
Tabla 11. Detalle de productividad actual (inventario forestal) de proyectos de caoba de Petén
Swietenia macrophylla en proyectos incentivados en Guatemala.
Volumen
Altura Volumen Volumen total
No. DAP total de
Departamento Total total de raleo en
Proyectos (cm) proyectos
(m) (m3/ha) proyectos (m3)
(m3)
Zacapa 6.00 16.83 16.23 92.71 30,486.52 317.61
71
Figura 37. Distribución del volumen total de producción actual de proyectos de incentivos
forestales (%) por departamento en Guatemala, para la especie caoba de Petén (Swietenia
macrophylla).
Tabla 12. Proyección del volumen de raleos (m3) para caoba de Petén en Guatemala, periodo
2019-2025.
72
Figura 38. Distribución del volumen total de raleos (a los 5, 10, 15 y 23 años respectivamente),
proveniente de proyectos de incentivos forestales, para la especie de Swietenia macrophylla en
Guatemala.
En el Cuadro 11 y la Figura 38 se hace la diferencia entre cada uno de los raleos efectuados, es
decir, el volumen de un primer raleo a la edad de 5 años, otro raleo cuando las plantaciones
llegan a 10 años, el tercer raleo a los 15 años y en los cálculos se está estimando un cuarto raleo
cuando la plantación llega a 23 años. En ese sentido, se observa que la mayor cantidad de
volumen correspondiente a un primer raleo será el en año 2022, con un valor de 158.23 m3,
equivalentes al 59% del total del volumen de raleo de ese año, mientras que el mayor volumen
de un cuarto raleo se estima en el año 2024 con un valor de 398.65 m3, equivalentes a 64.65% del
total del volumen de raleo de ese año, se hace referencia a ambos raleos (3 y 4) considerando
que las dimensiones del árbol permitirán la obtención de productos forestales para fines
industriales.
73
Tabla 13. Proyección del volumen total (m3) de raleo para caoba de Petén en Guatemala,
periodo 2030-2048
35000
30000
25000
Volumen Total (m3)
20000
15000
10000
5000
0
2030 2031 2032 2033 2034 2035 2036 2037 2038 2039 2040 2041 2042 2043 2044 2045 2046 2047 2048
Año proyectado para corta final
Figura 39. Proyección del volumen total (m3) de producción en Guatemala de Swietenia
macrophylla para el periodo 2030 al 2048, de plantaciones existentes desde el año 2000 al año
2018.
74
El procedimiento para el cálculo del volumen proyectado se describe a continuación:
a. En primer lugar, se procedió a solicitar las bases de datos de proyectos reforestados en los
diversos programas de incentivos forestales que administra el INAB (PINFOR-PROBOSQUE-
PINPEP), la base de datos utilizada contempla las reforestaciones desde el año 2000 al
año 2018.
75
13. Conclusiones
6. Las distintas categorías de sitio constituyen criterios de evaluación del estado actual y de
la productividad de las plantaciones forestales instaladas a nivel nacional, con base a la
altura dominante de la especie (cuadro 5) o con base al incremento medio anual de las
principales variables dasométricas de un rodal (cuadro 6). De forma complementaria, los
modelos de crecimiento (cuadro 7) son herramientas que permiten simular el
comportamiento de las plantaciones a través de distintos perfiles de raleo, y así conocer
la mejoría de los atributos de los árboles derivados de un adecuado manejo.
76
14. Recomendaciones
1. Establecer plantaciones forestales de Caoba de Petén sin dejar de considerar tres factores
importantes que contribuyen a alcanzar el éxito de la productividad futura de las
plantaciones de la especie con el mercado más sólido a nivel mundial, estos factores son:
la procedencia genética de la semilla, el comportamiento ecológico de la especie
(heliófita, intolerante a la sombra), el manejo integrado de plagas y la correcta selección
del sitio para la especie en sus componentes climáticos, fisiográficos y edáficos.
3. Los arreglos mixtos son una adecuada opción para la reducción de la incidencia del
barrenador de los brotes Hypsipyla grandella cuando consideramos lo siguiente: las
especies acompañantes deben ser de una tasa de crecimiento igual o menor que la
Caoba de Petén, con la condicionante de que la especie reciba luz vertical, la sombra
lateral favorece el crecimiento en altura de la especie y permite la generación de brotes
verticales secundarios si llegara a verse afectado por la plaga. Así mismo, la correcta
elección de especies acompañantes de Caoba de Petén simplifica la toma de decisiones
con respecto al manejo silvicultural, haciendo viable y poco compleja la práctica de los
raleos, en comparación con lo complejo que significa generar un criterio de raleo en
plantaciones puras, especialmente cuando Caoba de Petén está siendo suprimida.
77
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