EL PROYECTO ARQUITECTONICO

PALACIOS ALDECOA, LUIS FERNANDO

 Palacios Aldecoa, Luis Fernando / EL PROYECTO
ARQUITECTONICO

Capítulo I

La naturaleza del proyecto

Antes de iniciar cualquier proyecto, es necesario definir en forma

concisa la esencia del mismo, es decir, con qué objetivos será
creado, cual es la misión que persigue y por qué se considera
justificable desarrollarlo.
(Usuario-Objeto-Objetivo)

¿Qué es un proyecto?, y ¿Cómo se hace?

En las siguientes páginas vamos a intentar responder a esas

preguntas. Para ello estudiaremos en qué consiste un proyecto;
veremos cómo se ha desarrollado en la historia; estudiaremos los
factores que hay que tener en cuenta para iniciarlo; contemplaremos
cómo se origina, analizando algunos ejemplos relevantes;
estudiaremos las fases; examinaremos las técnicas más usuales;
observaremos distintas formas de entenderlo por parte de varios
arquitectos actuales, y finalmente hablaremos de su enseñanza y
aprendizaje. Todos estos acercamientos parciales al proyecto tienen
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ARQUITECTONICO

como objetivo fundamental facilitaros el camino de iniciación en esa

labor compleja que es proyectar arquitectura; no sustituyen al
aprendizaje práctico que tendrá de realizar en la clase de proyectos
o trabajando en un estudio, pero pueden transmitir conceptos, ideas
y experiencias que espero hagan su camino más fácil.

Transformar la realidad

“Los arquitectos no inventan nada, solo transforman la realidad”

Álvaro Siza
Cuando decimos arquitecto, no se puede dejar de pensar, a una
persona, con una capacidad increíble de dibujar, un artista, y
caracterizado por su buen gusto por decorar, sus edificaciones o su
creatividad e imaginación para diseñar edificaciones u otros objetos.
Pero lejos de ser un buen dibujante, una persona que por naturaleza
tiene buen gusto, que una persona con creatividad, es una persona
pensante, que lleva a cabo un proceso racional y sistematizado, para
empezar a crear y diseñar, sus edificaciones, muebles, ambientes
urbanos entre otras cosas.
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Los arquitectos no inventan nada, sus creaciones no son sacadas de

la manga. Esta es la reflexión, de cómo se rige y de donde parte este
proceso racional y sistemático, del diseño y que fines pretende
alcanzar:

La arquitectura, tiene muchas formas de ser relacionada con la

filosofía, debido que la filosofía es el estudio del todo, (Ella curia,
Ignacio. Filosofía ¿para qué?). Pero la forma más general de
relacionarla puede ser, explicada desde la perspectiva de “realidad
historia “(Ella curia, Ignacio. La realidad historia como objeto de la
filosofía).

La realidad histórica es una totalidad, dinámica, globalizante e

individualizadora, dialéctica y estructural. Esta, perspectiva de la
filosofía, tiene como base el espacio y el tiempo; como ente
generador de la realidad. El espacio es todo lo que rodea, y cada
realidad va cambiando según las fuerzas de la historia, las
necesidades, la política, la religión, la economía, la sociedad, la
cultura, la naturaleza, psíquicas, entre otros determinantes de cada
historia.
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La manera de relacionar la arquitectura con esta perspectiva

filosófica es precisamente partiendo de la misma base en común el
“espacio”, ha este se le agrega, la manera en que la arquitectura ha
ido evolucionando, en cuanto a uso de espacio, nuevos estilos de
arquitectura (escolásticas de la arquitectura). Esta evolución de la
arquitectura que se ha dado respecto al tiempo, ha sido por la
generación de nuevas necesidades, según las fuerzas de la historia.
Es esta la idea fundamental, que puede ser, sin afán de ser
pretenciosa, la relación más real, general y verdadera entre estos dos
entes.
A partir de la reflexión de Álvaro Siza de lo que en verdad hace un
arquitecto; surge la pregunta más inmediata. ¿La filosofía tiene
relación con la arquitectura?, definitivamente la arquitectura tiene
relación con la filosofía. Sin bastar esta respuesta, vuelve a surgir una
nueva pregunta ¿Por qué tienen relación? Y ¿con que tienen
relación?, la arquitectura ocupa un lugar en el espacio y tiempo, y
esta se ve limitada por las fuerzas de la historia (fuerzas económicas,
políticas, sociales, culturales, entre otros.). ¿Pero cómo esto puede
ser tangible? Desde la realidad histórica, entonces, ¿Que es la
realidad histórica?, la realidad histórica como Ella curia en su libro lo
describe, tiene como base fundamental el espacio y el tiempo. ¿Qué
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es el espacio?, y ¿Qué es el tiempo?, el espacio es una propiedad

de todo lo real, todo lo material ocupa un lugar en el espacio, y
algunas circunstancias que son reales, pero no tangibles, ocupan un
momento en el tiempo, “cada cosa tiene su espacio”, el espacio al ser
dinámico sigue un ritmo y marca su tiempo, Entonces la arquitectura
marca su línea del diseño según su tiempo y ritmo.

Ya que el espacio es dinámico, genera nuevas necesidades de

espacio, y la renovación de fuerzas históricas, según el tiempo de la
época. Cada uno de estos espacios y tiempos se constituye fundado
en el anterior. La filosofía y la arquitectura están relacionadas por la
realidad histórica y las fuerzas históricas que marcan un ritmo y
tiempo, junto a un espacio dinámico, unitario, cambiante. Este
contexto que está limitado por dichas fuerzas históricas, es de las que
se vale el arquitecto para diseñar y organizar los espacios, para dar
solución a las fuerzas históricas, según el tiempo en el que se den.
Entonces el arquitecto, a la hora de diseñar y organizar el espacio,
se da cuenta que el diseño va surgiendo solo; desde el momento en
que el arquitecto estudia a su cliente el entorno en el que este se
desenvuelve, las limitantes sociales o fuerzas históricas, que
determinan la época en el que el cliente existe. El arquitecto no está
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en su ser inventar, por inventar como la mayoría de la gente puede

pensar; tiene un pensamiento racional, y se rige por procesos de
razonamiento, de ¿qué es lo que necesita el cliente?, ¿qué tiene que
representar mi edificio?, ¿qué partes del edificio tienen que
hablarme?, es este proceso que el cliente y los demás no lo pueden
ver, el punto exacto de la unión entre filosofía y arquitectura.

El proyecto

El proyecto es en primer lugar un deseo de transformar la realidad

que nos rodea para resolver nuestras necesidades, permitir la
realización de ciertas actividades y lograr un entorno más adecuado.
Esta forma de proceder en innata en la naturaleza del ser humano
que, a diferencia de otros animales, interviene siempre sobre su
entorno para adaptarlo a las necesidades de su vida individual y
social.
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El proyecto nace, pues, como un primer enfrentamiento del hombre

con el problema de resolver unas necesidades, mediante la creación
de algo que antes no existía: «La primera tesis de trabajo es definir
una aproximación, ya que el proyecto es algo que no existe, algo que
imaginamos, aquello que está en el intelecto. A través de la
inteligencia, de los conocimientos y de la experiencia que poseemos
de la arquitectura, imaginamos una realidad, siendo después a través
de su construcción cuando se realiza su verificación. En el plano en
los dibujos hemos figurado una situación que no es modelo acabado
y que se halla en pleno fluir.»
El proyecto sirve de apoyo al pensamiento a través de la observación
crítica de la realidad, generando espacios o perfilando lugares donde
cobijar nuevas o viejas funciones, siendo el soporte desde el cual
pensar y construir la arquitectura. Da forma a nuestros sistemas
espaciales, valorando una particular relación con la naturaleza y
materializando la idea según un desarrollo técnico y una cultura. Todo
ello tiene que ver con proyectar, con pensar gráficamente, con dibujar
construyendo.
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Al final del proceso del proyecto llegamos a un documento, que

también denominamos con el nombre de proyecto: una suma de
determinaciones y representaciones gráficas y escritas que permiten
construir la obra proyectada. Hasta hace algunos años, este
documento era un conjunto, a veces muy extenso, de planos y
papeles encuadernados en carpetas o cajas. Ahora casi siempre es
un conjunto de archivos digitales que se transmiten en dispositivos
de almacenamiento masivo.
Capítulo II

Proyectar es como jugar al ajedrez. Hay que pensar mucho antes de

hacer el movimiento de apertura, porque si éste no es exacto, si no
es aquél necesario o, si se quiere, si no forma parte de un restringido
número de opciones compatibles con el programa prefijado, hay que
comenzar de nuevo.
Franco Purini, comporre l’architettura

Fase analítica
La fase de análisis no consiste en una recogida convencional y una
asimilación pasiva de datos. El proyectista analiza el lugar, el
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programa y los otros condicionantes no con un afán de erudito de

recolección de datos, si no seleccionando aquellos elementos que le
sirven para su proyecto, resaltando determinandos aspectos y
descartando otros, en una selección que forma parte del proceso
proyectual: En la creación arquitectónica hay más datos que
incógnitas o resultados a obtener. Por esto es esencial en el proyecto
decidir que datos se priman y cuales se devalúan.

Pero además de seleccionar los datos que vamos a utilizar en nuestro

proyecto, en esta fase tenemos que elaborarlos para que puedan
sernos útiles en el proceso que vamos a comenzar. Es decir, tenemos
que traducirlos a un lenguaje útil, cruzarlos, compararlos y extraer
conclusiones. La información en bruto no nos sirve; al elaborarla la
hacemos nuestra y la preparamos para que pase a formar parte de
ese proyecto que está por nacer.

El lugar (El análisis de sitio y su entorno en el desarrollo de

proyectos arquitectónicos)
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ARQUITECTONICO

El lugar es uno de los más decisivos concionantes previos del

proyecto. Al configurar el sitio físico y el entorno de la obra
arquitectónica, la naturaleza del lugar está indisolublemente unida a
esa arquitectura que surge a su vez como creadora de lugares y
modificadora del entorno. (Tabla 1)

El programa

“Creo que es muy importante que el arquitecto no siga el programa,

sino que lo use simplemente como punto de partida cuantitativo, no
cualitativo. Por la misma razón el programa no es arquitectura: es
meramente una serie de instrucciones; es como la receta de un
farmacéutico. Y es que en un programa hay un vestíbulo que el
arquitecto debe convertir en un lugar de entrada. Los pasillos deben
convertirse en galerías. Los presupuestos deben convertirse en
economía, y las superficies deben convertirse en espacios”.
Louis Kahn, “Declaraciones sobre la arquitectura”, 1967.
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"El programa es la estructura del proceso" de diseño. Conforme a

este se va a ir construyendo la propuesta de diseño puesto que es la
lectura del usuario y su modo de vida.
El programa arquitectónico es la "declaración de los locales y áreas
de que se compondrá o se compone una edificación, definiendo la
estructura espacial y su organización, así como la manera de
agruparse de cada una de las áreas y locales, y la definición de los
locales y áreas en sus dimensiones superficiales o análisis de áreas".
Es la base teórica donde se fundamenta el proceso de diseño está
constituido por un contexto o ambiente físico inicial (el lugar), un
sujeto, usuario o destinatario, quien será el individuo respecto del
cual se definan las unidades de requerimientos (el cliente), y un
objeto arquitectónico por diseñar, que será el resultado creativo del
proceso.
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ARQUITECTONICO
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