Historia de Las Doctrinas Politicas Gaetano Mosca

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 20

COLECCIÓN CLÁSICOS DEL DERECHO

TÍTULOS PUBLICADOS

Filosofía del Derecho, Gustav Radbruch (2007).


Tratado de filosofía del Derecho, Rudolf Stammler (2007).
Teoría General del delito, Francesco Carnelutti (2007).
La autonomía en la integración política. La autonomía en el
estado moderno. El Estatuto de Cataluña. Textos parlamen-
tarios y legales, Eduardo L. Llorens (2008).
El alma de la toga, Ángel Ossorio y Gallardo (2008).
La filosofía contemporánea del Derecho y del Estado, Karl
Larenz (2008).
Historia de las doctrinas políticas, Gaetano Mosca (2008).
COLECCIÓN CLÁSICOS DEL DERECHO
Directores:
JOAQUÍN ALMOGUERA CARRERES
GABRIEL GUILLÉN KALLE

HISTORIA DE LAS
DOCTRINAS
POLÍTICAS
GAETANO MOSCA

TRADUCCIÓN DE LA TERCERA EDICIÓN ITALIANA,


CORREGIDA Y AUMENTADA, CON UN APÉNDICE, POR
LUIS LEGAZ Y LACAMBRA
Catedrático de la Universidad de Santiago
Esta obra ha sido publicada con una subvención de la Dirección Gene-
ral del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura para su
préstamo público en Bibliotecas Públicas, de acuerdo con lo previsto en
el artículo 37.2 de la Ley de Propiedad Intelectual.

Editorial Reus, S. A., para la presente edición


Preciados, 23 - 28013 Madrid
Tfno.: (34) 91 521 36 19 - (34) 91 522 30 54
Fax: (34) 91 531 24 08
E-mail: [email protected]
http://www.editorialreus.es

ISBN: 978-84-290-1535-5
Depósito Legal: Z. 4238-08
Diseño de portada: María Lapor
Impreso en España
Printed in Spain

Imprime: Talleres Editoriales COMETA, S. A.


Ctra. Castellón, Km. 3,400 – 50013 Zaragoza

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o


transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización
de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita
fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
ÍNDICE

NOTA DEL TRADUCTOR SOBRE LA PERSONA-


LIDAD CIENTÍFICA Y POLÍTICA DEL SENADOR
PROFESOR GAETANO MOSCA.............................. 9
PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN .................... 15
I. Relaciones necesarias entre el estudio de
las doctrinas y el de las instituciones po-
líticas .......................................................... 17
II. Los primeros agregados humanos ............ 21
III. Los grandes imperios orientales .............. 25
IV. Doctrinas políticas de los pueblos orienta-
les .............................................................. 33
V. Las instituciones políticas de la Grecia an-
tigua............................................................ 43
VI. Las primeras doctrinas políticas de la an-
tigua Grecia................................................ 51
VII. Las doctrinas políticas de Platón y Aristó-
teles ............................................................ 59
VIII. Indicaciones sobre las últimas teorías po-
líticas griegas ............................................ 71
IX. Las instituciones y las doctrinas políticas
de la antigua Roma.................................... 77
X. Indicaciones sobre las causa de la caída
del imperio romano y de la disolución de
la antigua civilización................................ 87
XI. La Edad Media. Límites dentro de los que
se extiende e indicaciones sobre las prin-
cipales características del pensamiento
medieval .................................................... 95
XII. El pensamiento político medieval hasta fi-
nes del siglo XI .......................................... 99

5
XIII. Doctrinas políticas durante la segunda fase
de la lucha entre el Papado y el Imperio.
Los Municipios y los señoríos .................. 107
XIV. Continúa la lucha entre la Iglesia y el Es-
tado. Dante Alighieri, Marsilio de Padua
y Ockam .................................................... 115
XV. Los escritores políticos de la segunda mi-
tad del siglo XIV y del siglo XV ................ 121
XVI. Situación política de la Europa occiden-
tal y especialmente de Italia a fines del si-
glo XV ........................................................ 125
XVII. Florencia en los siglos XIV y XV. La vida
pública de Nicolás Maquiavelo ................ 133
XVIII. Exposición sintética y crítica de El Prín-
cipe ............................................................ 143
XIX. Escritores políticos del siglo XVI. Guicciar-
dini y los maquiavelistas prácticos .......... 159
XX. Tomás Moro y los movimientos comunis-
tas en Alemania en el siglo XVI ................ 169
XXI. Girolamo Vida. Los monarcómacos. Bo-
din y Botero .............................................. 179
XXII. Campanella, Paruta, Boccalini y Hugo
Grocio ........................................................ 187
XXIII. La Magna Charta y el desenvolvimiento
de las Constituciones inglesas hasta el ad-
venimiento de los Estuardo ...................... 195
XXIV. Los primeros Estuardo y la dictadura de
Cronwell .................................................... 211
XXV. Las sucesivas vicisitudes de la historia
constitucional inglesa bajo los últimos
Estuardo y Guillermo de Orange .............. 223
XXVI. El Gobierno parlamentario y las reformas
constitucionales en la Gran Bretaña du-
rante los siglos XVIII y XIX ........................ 233
XXVII. Los escritores políticos ingleses del siglo
XVIII y Benito Spinoza .............................. 241

6
XXVIII. Bossuet-Fénelon; Vauban-Saint Pierre;
D’Argenson. Indicaciones sobre Francia
en el siglo XVIII. Primeros escritores fran-
ceses de aquel siglo. Boulanvilliers.......... 251
XXIX. Montesquieu, Vico .................................... 257
XXX. Juan Jacobo Rousseau .............................. 265
XXXL. Los escritores socialistas de fines del si-
glo XVIII. C. G. Babeuf y la conjura de los
iguales. Indicaciones sobre los escritores
contrarios a la Revolución francesa.......... 281
XXXII. Carlos Enrique Fourier, Ricardo Owen,
Enrique de Saint-Simon y el sansimo-
nismo .......................................................... 291
XXXIII. Los escritores socialistas franceses de la
primera mitad del siglo XIX los primeros
escritores anarquistas ................................ 305
XXXIV. Los escritores patrióticos italianos............ 317
XXXV. Tocqueville, Comte y Herbert Spencer .... 327
XXXVI. Los primeros escritores socialistas alema-
nes y Fernando Lassalle ............................ 337
XXXVII. Carlos Marx, El capital y el materialismo
histórico...................................................... 347
XXXVIII. Enrique George y Jorge Sorel .................. 367
XXXIX. La doctrina del superhombre y las teorías
racistas........................................................ 373
XL. La teoría de la clase política .................... 397
APÉNDICE: Breve reseña histórica de las doctrinas
políticas en España, por L. Legaz y Lacambra .... 413
Lista de las principales publicaciones del profesor
G. Mosca.............................................................. 523

7
NOTA DEL TRADUCTOR SOBRE LA
PERSONALIDAD CIENTÍFICA Y
POLÍTICA DEL SENADOR PROFESOR
GAETANO MOSCA

El profesor Gaetano Mosca, cuya Historia de las


ideas políticas presenta al público de habla española
la Editorial Revista de Derecho Privado, nació en Pa-
lermo el 1 de abril de 1858, de modesta familia per-
teneciente a la clase media burguesa. Se doctoró en
Derecho en 1881, y el mismo año publicó en la Re-
vista Europea su tesis doctoral sobre los factores de la
nacionalidad. Es un trabajo incompleto, pero en el que
ya pueden advertirse los gérmenes del método que
desde entonces habrá de ser adoptado constantemente
por el autor.
Después de doctorarse, Mosca siguió durante un
año el curso complementario político-administrativo en
la Universidad de Roma. La permanencia de casi un
año en esta ciudad y el contacto con los maestros cu-
yos cursos siguió (Messedaglia, Salandra, Palma), in-
fluyeron mucho sobre la formación intelectual del jo-
ven discípulo.
El fruto de esta permanencia en Roma y de las en-
señanzas recibidas se reveló en el trabajo sobre la Te-
oría de los gobiernos y sobre el gobierno parlamenta-
rio, que fue publicado por Mosca a fines de 1883. La
publicación de este volumen valió a su autor el aplauso
de Marco Minghetti, que dirigió al joven Mosca una

9
carta muy lisonjera. Desgraciadamente, a los pocos
meses, Minghetti enfermó y murió.
Un año después de la publicación de este libro
vieron la luz los Apuntes sobre la libertad de prensa y
las Cuestiones Constituciona1es, trabajos en los que
la originalidad del pensamiento científico es bastante
inferior a la que resplandece en la Teoría de los go-
biernos.
Tras la publicación de los mencionados trabajos,
Mosca obtuvo la libre docencia en Derecho constitu-
cional, en la Universidad de Palermo. Al mismo tiempo
tomó parte en distintos concursos, unos para la obten-
ción de bolsas de ampliación de estudios en el Extran-
jero, y otros para las cátedras de Derecho constitucio-
nal en las Universidades de Módena, Pavía, Catania
y Parma, siempre con resultado negativo, cosa muy ex-
plicable, dada la mentalidad de los examinadores, com-
pletamente distinta de la del concursante.
En 1884, Mosca, para no ser gravoso a su fami-
lia y para subvenir a los gastos de publicación de sus
trabajos, aceptó el encargo de las enseñanzas de His-
toria y Geografía en una Escuela Técnica de Palermo.
En 1886, ante la falta de profesor titular, fue encar-
gado de la enseñanza del Derecho constitucional en la
Universidad de Palermo. En 1887 ganó el concurso de
Revisor en la Cámara de Diputados, y al año siguiente
consiguió trasladarse como libre docente de Derecho
constitucional de la Universidad de Palermo a la de
Roma.
De 1887 a fines de 1895, la carrera científica de
Mosca, aparentemente, hizo un alto en el camino: du-
rante este período hay una sola publicación suya, apa-
recida en el Giornale degli Economisti y titulada «Pro-
teccionismo, librecambio y transformación agraria de

10
Sicilia», en la que, por única vez, se omitió el nombre
de su autor, pues apareció firmada por «Un librecam-
bista siciliano».
A finales de 1895 se publicaron los Elementos de
ciencia política, fruto de varios años de trabajo; esta
publicación valió a Mosca el nombramiento, por con-
curso, de profesor extraordinario de Derecho consti-
tucional en la Universidad de Turín. Como resultas de
un nuevo concurso, fue más tarde nombrado profesor
ordinario en la misma Universidad, y después en la de
Padua. En 1902 fue llamado para enseñar Derecho
constitucional y administrativo en Milán, en la Uni-
versidad Bocconi, y de 1902 a 1904 estuvo también en-
cargado de la enseñanza de la Economía política en
la Universidad de Turín.
El período comprendido entre 1896 y 1908 fue
para Mosca el más fecundo en publicaciones, pues, li-
bre de otras preocupaciones, pudo dedicarse entera-
mente a su predilecta vida científica. Durante este pe-
ríodo es cuando publicó dos adiciones de los Apuntes
de Derecho constitucional; el trabajo sobre la munici-
palización del pan en Palermo durante los siglos XVII
y XVIII; el titulado Pequeña polémica, en el que el au-
tor reivindicaba la prioridad de su doctrina de la clase
política sobre la de la Élite de Pareto, amén de una
serie de artículos en el Corriere del1a Sera, entre ellos
muchos de asuntos científicos.
En 1908, Mosca fue elegido Diputado; sentóse a
la derecha y fue uno de los seis diputados que votaron
contra el proyecto de ley para la adopción del sufra-
gio universal y uno de los dos que hablaron en con-
tra. En 1912 publicó el trabajo titulado Italia y Libia,
en el que, fácil profeta, previó que los indígenas se uni-
rían a los turcos para combatir la ocupación italiana.

11
Nombrado Senador en 1919, y disponiendo, por
tanto, de más tiempo que cuando era Diputado, pu-
blicó en 1922 una segunda edición de los Elementos
de ciencia política, con una segunda parte enteramente
original y hasta entonces inédita, de extensión casi
igual a la primera. En 1926 dio a luz en la Revue des
Sciences Politiques un largo artículo, titulado «Encore
quelques mots sur Le Prince de Macchiavelli». Al
mismo tiempo aparecía en el Jahrbuch für Soziologie
la traducción de muchas páginas de la segunda edi-
ción de los Elementos de ciencia política. En 1927 se
publicó un pequeño volumen de Ensayos de historia de
las doctrinas políticas, y en 1928 el editor Payot pu-
blicaba al mismo tiempo en francés, inglés y alemán
un trabajo de Mosca, titulado Evolution actuelle du ré-
gime représentatif.
En 1932 vieron la luz las Lecciones de historia de
las doctrinas políticas, publicadas por la Librería Cas-
tellani. En 1937 apareció una segunda edición de esta
obra y, al propio tiempo, el editor Payot publicó la tra-
ducción francesa de la misma. Poco antes, en 1933,
Mosca había publicado en los Rendiconti dell’ Acca-
demia dei Lincei una comunicación titulada «Datos
históricos y críticos sobre las doctrinas racistas».
Elegido Diputado en 1908, nombrado Senador en
1919, Mosca fue uno de los oradores más autorizados,
tanto en una como en otra Cámara, sobre todo cuando
hablaba de asuntos coloniales. En 1907 fue miembro
del Consejo Superior de Instrucción Pública, una vez
por nombramiento ministerial y otra por el voto uná-
nime de las Universidades italianas.
De marzo de 1914 a junio de 1916 fue Subsecre-
tario de Colonias en el Ministerio Salandra. En 1924
fue designado, por votación entre los senadores, miem-

12
bro del Consejo Superior Colonial, y fue también
miembro de la Comisión Senatorial de Extranjero y
Colonias.
Su Curso de lecciones de historia de las doctrinas
políticas tiene su origen en los cursos libres de Turín
y en los que dio como encargado en la Universidad
Bocconi. En 1924, Mosca fue trasladado de la Univer-
sidad de Turín a la de Roma, reclamado por la Facul-
tad, en la que enseñó la misma disciplina de 1925 a
1933, año en que le fue concedida la bien ganada ju-
bilación, por haber cumplido la edad reglamentaria.
Antes, en los años 1924-25, había explicado un curso
de «Historia contemporánea del siglo XIX» y de «His-
toria colonial», ante S. A. R. el Príncipe de Piamonte.
En 1931 fue nombrado Socio Nacional de la Aca-
demia de los Liceos, y desde 1939 pertenece a la Real
Academia de Italia.
Delineada así, rápidamente, la personalidad del
autor de la Historia de las ideas políticas, digamos dos
palabras acerca de esta obra y su traducción. El lec-
tor advertirá fácilmente el carácter elemental del libro;
no es una obra de investigación, ni dice nada nuevo al
lector ya iniciado en estos estudios. Pero el no iniciado
puede sacar amplio provecho de él. Los estudiantes de
Derecho, y en general los juristas profesionales, que se
resienten siempre de una deficiente formación e infor-
mación sociológica y política, encontrarán en este li-
bro una útil cantera informativa, seria y honradamente
escrita, muy aguda en la observación y la crítica, llana
y asequible en la exposición, y sin el lastre de un fa-
rragoso aparato bibliográfico, tan necesario en una
obra fundamental como inútil cuando sólo se trata de
un trabajo para no iniciados y que, por tanto, no han
de utilizar más que una bibliografía elemental. No es,

13
desde luego, un libro que pueda considerarse completo.
A menudo se echan de ver omisiones chocantes. No es
nuestra misión completar estas lagunas. Solamente nos
hemos creído obligados a ello cuando se ha tratado de
remediar la deficiencia que Mosca padece en común
con, casi todos, los escritores extranjeros: la omisión
casi absoluta del pensamiento español. Precisamente
en este punto es donde esa omisión está más injustifi-
cada que en ninguna otra rama del saber, pues escri-
tores políticos de acusada personalidad los ha habido
en todo tiempo en España.
Esa deficiencia la suplimos con un apéndice que
contiene una sucinta reseña histórica de las ideas po-
líticas de España. Destinada a integrarse en un libro
de índole elemental y divulgadora, hemos dado, volun-
tariamente, el mismo carácter a nuestra exposición, en
la que tampoco existe ni aparato bibliográfico, ni pro-
fundidad en la investigación, ni novedad en la mate-
ria expuesta.

Luis LEGAZ Y LACAMBRA

14
PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

El volumen que ahora se publica es un resumen


fiel y más bien amplio de las lecciones de historia de
las instituciones y de las doctrinas políticas que, con
ligeras variantes de un curso a otro, he dado en la uni-
versidad de Roma. En ellas he comenzado por recoger
los datos más antiguos del pensamiento político y, a
través de las diversas épocas históricas, he llegado
a las doctrinas más recientes que han apasionado y
apasionan aún a los hombres nacidos en las postrime-
rías del siglo XIX y en los comienzos del XX.
Naturalmente, dada la amplitud de la materia tra-
tada, no ha sido posible dar una noción adecuada y,
sobre todo, exacta en todas sus partes de todos los pen-
sadores que, en un período tan largo, se han dedicado
al estudio de los problemas políticos; por eso he tra-
tado preferentemente de atraer la atención de los alum-
nos sobre aquellos autores que, como Platón, Aristó-
teles, Santo Tomás, Maquiavelo, Rousseau y Marx,
mejor se prestan para dar una idea de una fase histó-
rica en la que pensaron y vivieron y de la influencia
que ejercieron sobre sus contemporáneos y sobre la
posteridad.
En el día de hoy no son raras las monografías que
tratan de los escritores políticos de una época deter-
minada, o de alguno de ellos que se haya distinguido
por la originalidad o, a veces, por la extravagancia de
sus doctrinas, y no voy a discutir la utilidad de este
género de trabajos; pero, dedicado a la enseñanza de

15
jóvenes casi siempre ayunos de una preparación espe-
cial sobre la materia enseñada, me ha parecido prefe-
rible, desde el punto de vista didáctico, darles una pri-
mera idea, aunque sea sucinta, de todas las fases
atravesadas por el pensamiento y, paralelamente, por
las instituciones políticas.
Faltaría a un deber si, antes de cerrar este breve
prólogo, no recordase la obra de mi ayudante, doctor
Leonardo Donato, que ha recogido magníficamente,
con mucha inteligencia y competencia, mis lecciones
y que, con toda diligencia, se ha hecho cargo de su
impresión.

Gaetano MOSCA
Roma, junio de 1933

16
I
RELACIONES NECESARIAS ENTRE EL
ESTUDIO DE LAS DOCTRINAS Y EL
DE LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS

En toda sociedad humana llegada a un cierto grado


de cultura se pueden distinguir dos órdenes de fuerzas
que aseguran su cohesión: uno de naturaleza intelec-
tual y moral, y otro de naturaleza material. Las del pri-
mer orden consisten en una identidad o semejanza de
algunas ideas fundamentales y de algunos sentimien-
tos entre los individuos que forman parte del mismo
consorcio político, como serían, por ejemplo, la comu-
nidad de religión, la conciencia de pertenecer a un pue-
blo distinto de todos los otros, la fidelidad tradicional
hacia una dinastía; mientras que las fuerzas materiales
actúan mediante aquellas jerarquías de funcionarios
que, disponiendo de los medios necesarios de coerción,
saben y pueden guiar la acción de las masas hacia los
fines queridos a veces por las mismas masas, pero que,
en todo caso, están de acuerdo con los propósitos de
la clase dirigente.
Ahora bien, especialmente cuando un pueblo ha
alcanzado un nivel intelectual relativamente elevado,
ocurre casi siempre que las fuerzas materiales se es-
fuerzan por justificar su acción merced al auxilio de
alguna, al menos, de las fuerzas intelectuales y mora-
les, mientras que, a su vez, éstas procuran casi siem-
pre conquistar el poder para realizar en la práctica

17
aquel tipo de organización política que se proponen
alcanzar.
El conjunto de las jerarquías que dirigen material
y moralmente una sociedad forma lo que comienza hoy
a llamarse, al menos en Italia, la clase política, y la
doctrina y las creencias que dan una base moral al po-
der de los dirigentes corresponde a lo que también suele
llamarse fórmula política.
La fórmula política debe adaptarse necesariamente
al vado de madurez intelectual y a los sentimientos y
creencias dominantes en una época y en un pueblo de-
terminados y, al mismo tiempo, debe encontrar su co-
rrespondencia en el modo como se forma y organiza
la clase dirigente en esa época y en ese pueblo. Por
ejemplo, una clase política que justifique su poder ha-
ciendo de él una emanación de la voluntad divina, debe
formarse y organizarse necesariamente con sistemas
distintos de los que adopte otra clase que funde su po-
der en el consentimiento, presunto o real, de la volun-
tad popular. Y por esto, cuando cambia la formación y
la organización de la clase política, debe cambiar tam-
bién la fórmula política, y al modificarse esta última
debe también modificarse la primera.
Esta acción recíproca del pensamiento sobre el he-
cho político y de éste sobre el pensamiento, pone de
relieve la razón de la imposibilidad de estudiar la his-
toria de las doctrinas políticas sin estudiar al propio
tiempo la de las instituciones políticas, ya que no po-
demos conocer bien una doctrina determinada sin te-
ner en cuenta el tipo de organización política a que se
refiere, para defenderlo o para combatirlo. En otras
palabras, sin la noción exacta de la organización po-
lítica de una época y un pueblo determinados, es harto
problemático adquirir una noción exacta de las doctri-

18
nas que se han formulado en aquella época y en aquel
pueblo.
Tanto el pensamiento como las instituciones de
épocas más o menos remotas, podemos conocerlas es-
tudiando el pasado de todos los pueblos que han tenido
o tienen lo que se llama comúnmente una civilización,
y que han adquirido, por tanto, un puesto en la historia
de la Humanidad. Todavía es bastante común la creen-
cia según la cual la historia no podría suministrar más
que datos inseguros y enseñanzas ineficaces; y, a decir
verdad, mientras la historia se ha limitado a referir las
gestas de las personalidades que han ejercido la direc-
ción política y militar de los pueblos, no puede negarse
que aquella creencia ha tenido su buena parte de razón.
Pues incluso entre los contemporáneos es bastante di-
fícil valorar con alguna precisión cuál ha sido la acción
de los hombres representativos de una época, cuáles los
motivos que los han movido y cuál la entidad de los
obstáculos que han superado; y también es verdad que,
dada la infinita variedad y complejidad de los aconte-
cimientos humanos, no es posible casi nunca encontrar
dos situaciones tan perfectamente idénticas, que la an-
terior en el orden cronológico pueda dar luz bastante
para el estudio de la posterior. Pero hay toda una parte
de la historia que suministra datos casi del todo segu-
ros, y ésta es precisamente la que mayor interés ofrece
para los estudios de la ciencia política.
Efectivamente, con el auxilio de los documentos,
o sea de los libros, códices, inscripciones y monumen-
tos que nos quedan de las pasadas civilizaciones, po-
demos llegar a reconstruir con la suficiente exactitud
el pensamiento de hombres que vivieron dos o tres mi-
lenios antes que nosotros, y el funcionamiento de las
instituciones por las que se regían. Y, mediante el co-

19

También podría gustarte