Alienación Del Acto Curativo.
Alienación Del Acto Curativo.
Alienación Del Acto Curativo.
MARACAY – ARAGUA
ENSAYO.
Acercarse a la vida de un personaje como el Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa hace que
inevitablemente nos sintamos cuestionados en nuestra manera de ver y actuar en el mundo.
Su verticalidad ética y su sensibilidad social nos confronta tanto profesional como
humanamente. Llamamos al Dr. Rodríguez Ochoa “Quijote” de la medicina en Venezuela
por la visión crítica que poseía ante la forma como se ejercía, y se ejerce, el acto curativo -
asumido como un bien de intercambio dentro de una sociedad capitalista-, además por su
capacidad de soñar con una sociedad más justa e integrada.
DEL EJERCICIO PRIVADO DE LA MEDICINA O DE LA
ALIENACIÓN DEL ACTO CURATIVO.
En 1979, el Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa pública Del ejercicio privado de la medicina
o de la alienación del acto curativo, donde expresa su visión personal sobre el ejercicio de la
profesión médica. Para él, la consulta privada está en contradicción con el juramento
hipocrático que hacen los galenos al obtener su título profesional. Leyendo este libro, pude
observar la personalidad, los valores y los objetivos profesionales del Dr. Rodríguez: como
promotor incansable de mejoras en la salud de los menos favorecidos económicamente. Su
obra no es más que una denuncia de la tremenda injusticia social existente en Venezuela.
A los enfermos ricos o aspirantes a serlo, para que sepan que al médico de la sociedad
capitalista no le interesa vuestra condición de hombre enfermo fundamentalmente sino
vuestro dinero. A mis colegas, de quienes es vano esperar grandes tareas transformadoras
en una sociedad como esta (excepto unos pocos)”.
En las primeras dos partes de su libro, el Dr. Rodríguez presenta un recuento histórico
de la evolución de la medicina, explicando cómo con la llegada de la llamada “civilización”
el acto curativo se alienó, constituyéndose en un acto principalmente mercantilista, sostuvo
que con la “civilización” la enfermedad dejó de ser “un opuesto de la comunidad al que debía
vencerse y expulsar, para devenir en un opuesto individual, ¡gracias a la conversión del
conocimiento médico en una propiedad privada y subsecuente empleo como valor de
cambio!”. En la tercera parte del libro se presenta irónicamente la actitud de ciertos médicos
que cuentan los enfermos que les hace falta atender para poder adquirir algún bien personal.
“Un médico le pregunta a otro (al verle varios pacientes en espera): “Cómo que te está yendo
bien, no”. Y el otro responde: más o menos, ¿Y a ti? Terminando el primero: ¿la cosa no
estuvo muy buena, chico, porque me vinieron tres nada más? cuenta el Dr. Rodríguez como
experiencia vivida por él en las clínicas privadas.
A partir de la cuarta parte del libro, el Dr. Rodríguez presenta varias situaciones en el
ejercicio de la medicina que han degenerado en graves problemas para la salud de la sociedad,
tales como; la tecnología: donde se impone el avance tecnológico y el conocimiento científico
en las diferentes ramas del saber médico, de tal forma que se impone la especialización, y
gracias a la especialización tecnología el saber medico se parcela y con ello el hombre es
fragmentado, y el acto tecnologizado contribuye a la alienación del acto curativo.
El medico como empleado público, también realiza un acto curativo alienado en un plano
diferente al ejercicio privado, estos consideran a los enfermos como “ciudadanos de
segunda”, los tratan a distancia, les importa poco el servicio, muchos son pedantes, pocos
actúan de humildad. Y el factor fundamental de esta alienación es que la sociedad esta
dirigida por mediocres, producen muchos profesionales a imagen y semejanzas de ella. Y
muchas de esas cosas despreciables que ocurren en los hospitales y instituciones publicas se
debe a la mediocridad y politiquería que impera en el país. Sumado a esto se encuentra la
industria farmacéutica: donde la enfermedad se encuentra en uno de los filones del
capitalismo, donde las empresas cambian o retiran productos de acuerdo a sus conveniencias
y no de acuerdo a las necesidades, todo un negocio redondo en la producción y mercadeo de
fármacos. Donde el éxito de ese negocio es a una bueno porción de una masa medica
corresponsable.
El Dr. Rodríguez concluye su obra expresando que no basta tener un buen código de
Deontología o una moderna Ley del ejercicio de la medicina sino se cambian las bases del
intercambio capitalista sobre las que se asientan el acto curativo. Además, observaba que con
el cuadro político-económico-social que vivía Venezuela en los 70s (y vive aún), no es
posible socializar la medicina, aunque sí creía que era posible echar a andar la desalienación
y generalización del acto curativo.
Finaliza proponiendo que “Para desalienar y generalizar entonces ese trabajo médico, es
necesario devolver a la sociedad lo que le pertenece: el conocimiento.” Donde se rescate
incluso el acto de amor que debe ser la curación,”. Y continua con una frase contundente:
“Ejercitar privadamente (¡aun cuando se cubra de barnices!), es el camino contrario a la lucha
por la desalienación del acto curativo.”
CONCLUSION.