El documento habla sobre el yelmo de la salvación como parte de la armadura espiritual de un cristiano. En tres oraciones:
El yelmo de la salvación representa la seguridad y esperanza que los cristianos tienen en la salvación que Dios les ofrece a través de Jesucristo. Protege la mente de los cristianos al ayudarlos a someter sus pensamientos a Dios y alejar los malos pensamientos. Al recibir la salvación, los cristianos deben ocuparse en ella con temor a Dios para que el
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El documento habla sobre el yelmo de la salvación como parte de la armadura espiritual de un cristiano. En tres oraciones:
El yelmo de la salvación representa la seguridad y esperanza que los cristianos tienen en la salvación que Dios les ofrece a través de Jesucristo. Protege la mente de los cristianos al ayudarlos a someter sus pensamientos a Dios y alejar los malos pensamientos. Al recibir la salvación, los cristianos deben ocuparse en ella con temor a Dios para que el
El documento habla sobre el yelmo de la salvación como parte de la armadura espiritual de un cristiano. En tres oraciones:
El yelmo de la salvación representa la seguridad y esperanza que los cristianos tienen en la salvación que Dios les ofrece a través de Jesucristo. Protege la mente de los cristianos al ayudarlos a someter sus pensamientos a Dios y alejar los malos pensamientos. Al recibir la salvación, los cristianos deben ocuparse en ella con temor a Dios para que el
El documento habla sobre el yelmo de la salvación como parte de la armadura espiritual de un cristiano. En tres oraciones:
El yelmo de la salvación representa la seguridad y esperanza que los cristianos tienen en la salvación que Dios les ofrece a través de Jesucristo. Protege la mente de los cristianos al ayudarlos a someter sus pensamientos a Dios y alejar los malos pensamientos. Al recibir la salvación, los cristianos deben ocuparse en ella con temor a Dios para que el
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Cuando pienso en tu amor y en tu fidelidad no
puedo hacer mas que postrarme y adorar
cuando pienso en como he sido y hasta donde me has traido me asombro de ti No me quiero conformar he probado y quiero mas
Yo quiero enamorarme mas de ti
Enseñame a amarte y a vivir conforme a tu justicia y tu verdad Con mi vida quiero adorar Todo lo que tengo y lo que soy Todo lo que he sido te lo doy que mi vida sea para ti como un perfume a tus pies
Cuando pienso en tu Cruz y en todo lo que has dado
Tu sangre por mi por llevar mi pecado Cuando pienso en tu mano que hasta aquí hemos llegado me asombro de ti No me quiero conformar he probado y quiero mas Cor EL YELMO DE LA SALVACIÓN
Gálatas 3: 27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo,
de Cristo estáis vestidos. Efesios 6:17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios; Tener la seguridad de que Dios ha derramada salvación.
Porque dice Isaías 59:14-17 14 Y el derecho se retiró, y la
justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. 15 Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho. 16 Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. 17 Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, Cuando el hombre pecó destinados a la muerte eterna, destituidos de la Gloria de Dios. El pecado entró al mundo por un hombre y por el pecado la muerte así la muerte paso a todo nosotros porque todos pecamos. Es el quinto elemento de la armadura de Dios.
El numero 5 significa gracia. Somos salvos por la gracia de Dios, no
por obras sino por gracia. Él dice Tomad el Yelmo de la salvación estamos en una guerra espiritual y la Palabra dice que tomemos toda la armadura de Dios. Génesis: 3:15 Él te herirá en la cabeza y tú en el calcañar. Por eso El venció por que el Yelmo es la esperanza de la salvación y el diablo ya no tiene esperanza nosotros si. Por eso el Señor le dio el golpe en la cabeza y destruyó todo su imperio para darnos a nosotros la victoria. Queria vencerlo no puedes salvar los seres humanos, están cautivos, están perdios andan en su deseos y conscupienceisas, no te buscan por… pero Jesus es el Dios que primero se visito la armadura para vencerlo…
El yelmo protegía otra parte vital: la cabeza. En nuestras cabezas nacen
ideas y pensamientos, captamos el mundo interior y el exterior, damos forma y sentido a nuestras sensaciones, etc. Es la “sede” de la mente. Ya vimos que el principal campo de batalla se encuentra allí. Por eso debemos afirmarnos en que …”tenemos la mente de Cristo”… y para eso debemos madurar cada día, llevando cautivo todo pensamiento a Él. Porque nuestros pensamientos son, por lo general, carnales, errados y confusos. Debemos proteger nuestra mente porque dice la escritura que “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Sometidos al Espíritu Santo nos dará una memoria sobrenatural, pues nos hará recordar todas las cosas que Jesús ha dicho. En la cabeza también están nuestros ojos y la boca, que deben ser muy vigilados. En cuanto a los ojos, sabemos que influyen tanto en la formación de ideas y pensamientos, que Jesús dijo que podría ser mejor sacarlos para entrar en el reino de Dios y ya Santiago habló claramente sobre la lengua.
1 Tesalonicenses 5:8
“Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos
vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”
El apóstol Pablo dice: “Tomad también el yelmo de la
salvación…” La palabra tomad en este versículo es diferente a la palabra que también se traduce “tomad” en los versículos 13 y 16. En los versículos 13 y 16 la palabra que se traduce tomad es [ἀναλαμβάνω – analambano G353] y significa “tomar o recoger algo y llevarlo consigo para usarlo.” La palabra traducida “tomad” en el versículo 17 viene del término Griego [δέχομαι – Decomai G1209] y significa “tomar, en el sentido de ‘recibir’ o ‘aceptar’ algo, y en este caso, como ya hemos mencionado, es la salvación que Cristo ofrece y que nosotros escogemos recibir o rechazar. Al recibir la salvación y estar plenamente convencidos de la esperanza que tenemos, nosotros hacemos todo lo posible para llevar nuestros pensamientos en cautiverio a la obediencia de Cristo (II Cor. 10:5) e impedir así ser distraídos por Satanás. Por lo tanto, para que el yelmo de la salvación pueda protegernos, nosotros debemos ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Fil. 2:12) y mantener alejados, de nuestras mentes, los malos pensamientos.