El Sistema Límbico

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EL SISTEMA LÍMBICO

Es un sistema formado por varias estructuras cerebralesque gestionan


respuestasfisiológicas ante estímulos emocionales. Está relacionado con
la memoria, atención,instintos sexuales, emociones(por
ejemplo placer, miedo,agresividad), personalidad y laconducta. Está formado por
partes del tálamo, hipotálamo,hipocampo, amígdala cerebral,cuerpo
calloso, septo y mesencéfalo.
El sistema límbico interacciona muy velozmente (y al parecer sin que necesiten mediar
estructuras cerebrales superiores) con el sistema endócrino y el sistema nervioso
autónomo.

Evolución, filogenia
El sistema límbico es una de las partes más antiguas del cerebro en
términos filogenéticos y evolutivos pues sus primordios ya se encuentran en los peces,
el "cerebro límbico" sería precedido evolutivamente por elpuente de Varolio y tronco
encefálico (un antecedente aún más primitivo en filogenia es el bulbo raquídeo). En tal
caso el sistema o "cerebro límbico" es prácticamente la mayor parte del cerebro de
los tetrápodosprimitivos: anfibios y reptiles.

Esbozo desde la perspectiva fisiológica


El Sistema Límbico está formado por una serie de estructuras complejas, que se ubican
alrededor del tálamo y debajo de la corteza cerebral. Es el responsable principal de la
vida afectiva, y es partícipe en la formación de memoria, en las que participan el
hipotálamo, el hipocampo, la amígdala y cuatro áreas relacionadas. Las funciones
principales del Sistema Límbico son: la motivación por la preservación del organismo y
la especie, la integración de la información genética y ambiental a través del
aprendizaje, y la tarea de integrar nuestro medio interno con el externo antes de
realizar una conducta.

Partes
 Lóbulo límbico: circunvolución del cuerpo calloso, la circunvolución subcallosa y
el giro parahipocampal.
 Formaciones hipocámpicas: hipocampo dorsal (corresponde al indusium
griseum) e hipocampo ventral (formado por asta de Amón, cuerpo franjeado,
giro dentado y el subículo).
 Complejo amigdalino: Corteza periamigdalina, núcleo amigdalino y estría
terminal.
 Área septal.
 Formaciones olfatorias: bulbo, pedúnculo olfatorio, estría olfatoria y lóbulo
piriforme.
 Núcleo dorso mediano y núcleo anterior del tálamo óptico.
 Corteza orbitofrontal.
 Núcleo accumbens

Hipotálamo
El hipotálamo se ubica justo debajo del tálamo, dentro de los dos tractos ópticos, y
justo encima, e íntimamente relacionado con la glándula pituitaria.

Es una de las partes más ocupadas del cerebro y está relacionada principalmente con
la homeostasis. Regula, y tiene el control último, de las funciones del sistema
nervioso simpático y sistema nervioso parasimpático, recibe información desde varias
fuentes:Nervio Vago:información sobre la presión sanguínea y la distensión intestinal
(esto es, cuan lleno esta el estómago);Nervio óptico:información sobre luz y
oscuridad; desde la formación reticular en el tronco cerebral, información sobre la
temperatura de la piel; desde neuronas pocos usuales que forman los ventrículos,
información sobre el fluido cerebroespinal incluyendo las toxinas que inducen al
vómito; desde otras partes del sistema límbico y el nervio olfatorio, información que
ayuda en la regulación del hambre y la sexualidad, además de sensores propios que
entregan información acerca del balance iónico y la temperatura de la sangre.

Envía órdenes al organismo de dos formas: - Por el sistema nervioso autónomo, lo que
le confiere el control último de sus funciones - Por la glándula pituitaria, con la que
está conectado química y biológicamente.

Hipocampo
El hipocampo consiste en dos "cuernos" que describen una curva que va desde el área
del hipotálamo hasta la amígdala, está relacionado con la transformación de lo que se
encuentra en tu mente ahora (memoria a corto plazo), en lo que recordarás por un
largo período de tiempo (memoria a largo plazo).
También es aquel en donde se encuentra la memoria a corto, largo plazo y el
aprendizaje.

La información está recogida por el fórnix que la lleva a los cuerpos mamilares. Desde
aquí va al núcleo anterior del tálamo que envía la información hasta la corteza
cerebral. Está formado por varias estructuras cerebrales que se activan ante estímulos
emocionales.

Amígdala cerebral

La amígdala cerebral es una masa con forma de dos almendras que se sitúan a ambos
lados del tálamo, en el extremo inferior del hipocampo. Cuando es estimulada
eléctricamente, los animales responden con agresión, y cuando es extirpada, los
mismos se vuelven dóciles y no vuelven a responder a estímulos que les habrían
causado rabia; también se vuelven indiferentes a estímulos que les habrían causado
miedo o respuestas de tipo sexual..

Zonas relacionadas
Circunvolución del cíngulo : Es la parte de la corteza cerebral que está cerca del
sistema límbico, proporciona una vía desde el tálamo hasta el hipocampo, y está
asociado con las memorias a olores y dolor.
Área septal: Se halla frente al tálamo, al parecer posee unas neuronasque son
centros del orgasmo, una para los hombres, cuatro para las mujeres.

Área tegmental ventral está en el tronco cerebral, consiste en vías


de dopamina (dopaminérgicas), que parecen ser centros del placer (felicidad).

Corteza prefrontal: Es la parte del Lóbulo frontal que se encuentra frente al área
motora, además de relacionarse con pensar en el futuro, hacer planes, y realizar
acciones, está también vinculada a las mismas vías de dopamina que el área
tegmentaria ventral, aunque se encuentra fuera del sistema límbico al ser un área
evolutivamente reciente.
PARTE 2

El sistema límbico es una parte del cerebro compuesta por varias


estructuras interconectadas anatómica y funcionalmente que participan en el
procesamiento de las emociones.

Muchas de estas regiones se encuentran inmersas en el interior de


nuestro cerebro, lo que se conoce como estructuras subcorticales (debajo de
la corteza cerebral). Aunque hay algunas áreas del sistema límbico que
pertenecen a la corteza cerebral, como la corteza orbitofrontal o el
hipocampo.

La misión del sistema límbico es controlar aquellos aspectos relacionados con


la preservación de uno mismo y la supervivencia de la especie. Por ejemplo,
las respuestas emocionales, la motivación, el nivel de activación, e incluso
algunos tipos de memoria.
Historia de los estudios del sistema límbico
El concepto de sistema límbico ha sufrido cambios notables a lo largo del
tiempo.

Al parecer, el término nació en 1664 con Thomas Willis, que definía a un


grupo de estructuras que rodeaban el tallo cerebral como “cerebro limbus”
(“limbus” significa borde o frontera).

En 1878, Paul Pierre Broca introdujo “El gran lóbulo límbico”. Se refería a una
zona del cerebro que ocupa desde el borde curvado del giro cingulado hasta
el giro parahipocampal. Aunque éste lo relacionó principalmente con el olfato.

Sin embargo, el primer autor que habló del rol que esta estructura tiene
sobre el plano emocional fue James Papez. Este neurólogo fue famoso por
proponer un modelo anatómico para las emociones (circuito de Papez) en
1937.

Pero el verdadero concepto de “sistema límbico”, que es el que utilizamos


actualmente, se debe a Paul MacLean que en 1952 amplió las estructuras
implicadas y definió el circuito de forma más compleja. Propuso además la
interesante Teoría del Cerebro Triúnico, defendiendo que el cerebro humano
estaba compuesto por tres cerebros, fruto de nuestra evolución como
especie.

Así, el primero y más básico sería el cerebro reptil; luego el sistema límbico
o cerebro intermedio, que es el viejo cerebro mamífero que origina las
emociones. Por último, situado en el exterior, se encuentra el cerebro más
recientemente adquirido: el neocórtex.

Indicó también que el sistema límbico no puede trabajar sin la ayuda del
neocórtex (o nuestra parte “racional”), con el que establece numerosas
conexiones para el procesamiento emocional.
Componentes del sistema límbico y sus
funciones

Curiosamente, no existe un acuerdo universal sobre las estructuras concretas


que forman el sistema límbico. Las más comúnmente aceptadas son:

Corteza límbica
Cuerpo calloso
Se sitúa alrededor del cuerpo calloso, y es una zona de transición, ya que se
intercambia información entre la neocorteza y estructuras subcorticales del
sistema límbico.

Es un área de asociación, es decir, la que integra información de varios tipos


y la reúne para darle un significado. Así, podemos dar una interpretación a
algo que nos ha ocurrido y clasificarlo como agradable, desagradable,
doloroso, o placentero.
¿Qué áreas incluye?

– El giro cingulado: envuelve parte del cuerpo calloso, se encarga de


procesar y controlar la expresión de emociones y aprenderlas. Parece
también tener un papel importante en la motivación, estando implicando en
las conductas dirigidas a objetivos. Se ha demostrado que es esencial
también en el comportamiento materno, apego, y reacción a olores.

– El giro parahipocampal: se localiza en el área inferior de los hemisferios


cerebrales, debajo del hipocampo. Participa principalmente en la memoria,
más específicamente, en el almacenamiento y recuperación de recuerdos.

Hipocampo
Se sitúa en la parte media del lóbulo temporal y se comunica con la corteza
cerebral, el hipotálamo, el área septal, la amígdala… gracias a sus múltiples
conexiones. Su tarea más destacada es consolidar el aprendizaje y la
memoria.

El hipocampo se encarga de introducir en nuestro almacén de memoria a


largo plazo aquello que aprendemos.

De hecho, cuando hay una lesión en esta estructura no eres capaz de


aprender ninguna cosa nueva, quedando intactos tus recuerdos del pasado.
Esto se denomina amnesia anterógrada. ¿Por qué no se alteran los recuerdos
más antiguos? Pues porque se almacenan en otros lugares de la corteza
cerebral, que, si no se lesionan, los recuerdos siguen estando allí.

El hipocampo también se activa en la recuperación de recuerdos. De esa


forma, cuando reconocemos algo, como un lugar o un camino se lo debemos,
en parte, a esta estructura. De hecho, es esencial para nuestra orientación
espacial y para identificar las pistas del entorno que son conocidas para
nosotros.

¿Por qué esta estructura forma parte de un sistema emocional? Pues bien,
debes saber que hay un vínculo muy importante entre las emociones y la
memoria. En concreto, un nivel óptimo de activación emocional facilitará la
formación de recuerdos.

Así, recordamos mejor aquellas situaciones que tuvieron significado


emocional para nosotros, ya que las consideramos más útiles para nuestro
futuro que aquellas que no lo tienen.

El hipotálamo
Hipotálamo
El hipotálamo una importante estructura que se localiza en la parte inferior
del tálamo, en el interior de los tractos ópticos. Una de sus funciones más
destacadas es controlar que el funcionamiento de nuestro organismo se
mantenga en equilibrio.

Tiene muchas conexiones con áreas muy diversas del cerebro: lóbulos
frontales, tronco cerebral, médula espinal, hipocampo, amígdala, etc.

Posee sensores que provienen de la mayor parte de nuestro cuerpo: sistema


olfativo, retinas, vísceras… Además de ser capaz de captar la temperatura,
los niveles de glucosa y de sodio, niveles hormonales, etc.

En definitiva, influye en funciones autonómicas, en el sistema nervioso


simpático (típicas respuestas de estrés como aumento de los latidos del
corazón y sudoración), en el parasimpático (regulación de órganos internos
cuando estamos en reposo), funciones endocrinas, y comportamientos como
reacciones emocionales.

Se asocia con el apetito (área hipotalámica lateral) y la saciedad (núcleo


ventromedial del hipotálamo), las respuestas sexuales, y la regulación de
los ritmos circadianos (sueño y vigilia).

La amígdala
La amígdala una de las estructuras del sistema nervioso más estudiadas y
más directamente vinculada con las emociones.

Tiene forma de almendra y se compone de dos núcleos, cada uno situado en


el interior de un lóbulo temporal.

Por un lado, parece que las hormonas del estrés que se liberan cuando
tenemos una vivencia emocional importante, hacen que se consoliden los
recuerdos afectivos. Y todo ese proceso lo realiza la amígdala.

Además, esta área cerebral interviene en el reconocimiento de expresiones


emocionales faciales. Es un proceso que, aunque no lo parezca, se realiza de
manera breve, automática, e incluso inconsciente. Esto es muy importante
para una interacción social adecuada.

Otra función esencial de la amígdala es procesar el miedo en el


condicionamiento conductual. Es decir, aprender que un estímulo o entorno
está asociado a algún peligro, por lo que nuestro organismo debe prepararse
para defenderse.

Por tanto, la amígdala se encargaría de aprender y almacenar las memorias


implícitas del miedo (más inconscientes); mientras que el hipocampo
adquiriría las memorias declarativas (aquellas que se pueden evocar
conscientemente).

Por ejemplo, un daño sólo en la amígdala dejando el hipocampo intacto haría


que nos sujetos no aprendieran a tener miedo de estímulos amenazantes,
pero sí aprenderían las circunstancias o ambiente donde ocurrió ese suceso.

Mientras que una lesión exclusiva en el hipocampo afectaría al aprendizaje


de las claves contextuales conscientes, pero no alteraría el aprendizaje del
miedo condicionado.

El área septal
Se sitúa justo encima de la comisura anterior y posee numerosas conexiones
con el hipocampo, el hipotálamo y otras áreas.

Parece que se encarga de inhibir el sistema límbico y el nivel de alerta cuando


se han sobreactivado por una falsa alarma. Gracias a esta regulación, el
individuo será capaz de mantener su atención y su memoria, y estará listo
para responder correctamente a las demandas del entorno.

Es decir, controla estados de activación extremos que serían


contraproducentes para nosotros.

Los núcleos septales, además, tienen una función integradora de aspectos


emocionales, motivacionales, de alerta, de memoria, y sensaciones
placenteras como la excitación sexual.

Más áreas asociadas al Sistema Límbico:

Área Tegmental Ventral


Se sitúa en el tronco cerebral y presenta vías dopaminérgicas (de dopamina)
que son las encargadas de las sensaciones agradables. Si se sufre una lesión
en esta área, los sujetos tendrán dificultades para sentir placer y tratarán de
buscarlo a través de conductas adictivas (drogas, comida, juegos de azar…).

En cambio, si se estimulan partes mediales del área tegmental, los sujetos


indican que se sienten alerta, pero irritables.

Corteza insular

Ínsula
Se localiza dentro de la cisura de Silvio y tradicionalmente parece que tiene
un importante papel en el procesamiento e interpretación del dolor, sobre
todo su área anterior.

Además, procesa aspectos subjetivos de emociones primarias como el amor,


el odio, el miedo, el enfado, la alegría y la tristeza.

Se puede decir que da sentido a los cambios del organismo, haciendo


consciente a la persona de que tiene hambre o que quiere volver a consumir
cierta droga.
Corteza orbitofrontal

Corteza orbitofrontal
Tiene conexiones con áreas del sistema límbico como la amígdala,
encargándose así de codificar datos sobre las señales sociales, y planificar
estas interacciones con los demás.

Parece que participa en nuestra capacidad para averiguar la intención de los


demás por su mirada, gestos y lenguaje.

Sin embargo, no se puede negar su influencia en el procesamiento emocional


y en la valoración de recompensas y castigos.

Se ha demostrado que una lesión en esta área provoca desinhibición


como hipersexualidad, habla soez, chistes pueriles, falta de control de
impulsos con las drogas, adicciones; así como problemas para empatizar con
los demás.

Ganglios basales
Compuesto por núcleo de accumbes, núcleo caudado, putamen, globo
pálido, sustancia negra… Principalmente están involucrados en el control
motor.

Partes como el núcleo de accumbens son fundamentales en las conductas


adictivas, ya que aquí se encuentran los circuitos de recompensa del cerebro
y las sensaciones de placer. Por otro lado, también se encargan de la
agresión, la ira y el miedo.

Condiciones en las que está afectado el


sistema límbico

– Autismo
Parece que los circuitos límbicos implicados en la cognición social (como los
que involucran a la amígdala, el giro cingulado y la corteza orbitofrontal) no
funcionan adecuadamente en los individuos con trastornos del espectro
autista.

– El síndrome de Kluver-Bucy

Esta afectación surge de una extracción bilateral de la amígdala y parte de


la corteza temporal. Se observó que los sujetos presentaban hiperoralidad
(exploraban todo con la boca), hipersexualidad, apaciguamiento, pérdida de
miedo y alimentación indiscriminada.

– Encefalitis límbica

Consiste en un síndrome paraneoplásico que afecta principalmente al


hipocampo, amígdala, ínsula, giro cingulado y cortex orbito-frontal. Los
pacientes desarrollan pérdida de memoria, demencia y movimientos
involuntarios.

– Demencia

Ciertas formas de demencia pueden afectar al sistema límbico o partes


asociadas, produciendo síntomas de descontrol emocional. Por ejemplo, la
demencia fronto-temporal se asocia con síntomas de desinhibición propios
de lesiones en el área orbito-frontal del cerebro.

– Trastornos de ansiedad

Puede ser que en los trastornos de ansiedad exista un fallo en el control que
deben ejercer las estructuras corticales y el hipocampo en la modulación de
la amígdala.

– Esquizofrenia
En la esquizofrenia se da una reducción del volumen de áreas límbicas, las
neuronas del hipocampo no están debidamente organizadas y es más
pequeño, y en la corteza cingulada anterior y el tálamo hay menor número
de células GABAérgicas (inhibidoras).

– Epilepsia límbica

También denominada Epilepsia Medial del Lóbulo Temporal (MLT). En este


tipo de epilepsia, se generan lesiones en estructuras como el giro del
hipocampo, la amígdala o el uncus. Esto afecta a la memoria anterógrada,
es decir, el paciente tiene dificultades para aprender cosas nuevas. Además,
estas personas son más propensas a sufrir ansiedad y depresión.

– TDAH

Hay autores que piensan que algún fallo en el sistema límbico puede ser la
causa del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Parece que el
hipocampo de estos pacientes es más grande, y también que no existen
conexiones efectivas entre la amígdala y la corteza orbitofrontal. Por ello,
pueden participar en el comportamiento desinhibido típico de estos sujetos
(Rajmohany & Mohandas, 2007).

– Trastornos afectivos (depresión)

Según ciertos estudios, existen variaciones en los volúmenes de los lóbulos


frontales, ganglios basales, hipocampo y amígdala en estos
trastornos. Aparentemente hay menor activación en algunas zonas del
sistema límbico.
PARTE 3

El sistema límbico es una de las redes de neuronas más interesantes e


importantes a la hora de estudiar el comportamiento humano, ya que es una de
las partes del cerebro con un papel más relevante en la aparición de los estados
de ánimo.
Es por eso que a veces es llamado "el cerebro emocional". Pero... ¿qué es
exactamente el sistema límbico y cuáles son sus funciones?

¿Qué es el sistema límbico?


El sistema límbico es un conjunto de estructuras del encéfalo con límites difusos
que están especialmente conectadas entre sí y cuya función tiene que ver con la
aparición de los estados emocionales o con aquello que puede entenderse por
"instintos", si usamos este concepto en su sentido más amplio. El miedo,
la felicidad o la rabia, así como todos los estados emocionales llenos de
matices, tienen su principal base neurológica en esta red de neuronas.
Así pues, en el centro de la utilidad del sistema límbico están las emociones,
aquello que vinculamos con lo irracional. Sin embargo, las consecuencias de lo
que ocurre en el sistema límbico afectan a muchos procesos que, teóricamente,
no tenemos por qué asociar con la cara emotiva del ser humano, como la
memorización y el aprendizaje.
El sistema límbico en el aprendizaje
Hace más de 200 años, un filósofo inglés llamado Jeremy Bentham, uno de los
padres del utilitarismo, propuso la idea de una manera de calcular la felicidad
basándose en una clasificación de criterios para diferenciar el dolor del placer. En
teoría, a partir de este cálculo podríamos saber lo útil o poco útil de cada
situación, dependiendo de lo feliz que nos hiciera según esta fórmula.
Simplificando mucho, se puede decir que, de un modo similar al que proponía
Bentham, el sistema límbico es algo así como el juez que determina lo que
merece ser aprendido y de qué modo ha de ser memorizado dependiendo de las
sensaciones placenteras o dolorosas que nos produce cada situación.
Es decir, que del sistema límbico depende el modo en el que se aprende el valor
positivo o negativo de cada una de las experiencias que se viven. Pero, además,
el modo en el que el sistema límbico influya en nuestra manera de aprender irá
teniendo repercusiones en nuestra personalidad.

Algunos ejemplos
Por ejemplo, un ratón que ha pasado por el condicionamiento operante y ha
llegado a asociar la acción de mover una palanca con la aparición de comida en
un cajón de su jaula, aprende que mover la palanca está bien gracias a las
sensaciones placenteras que le produce ver la comida y probarla, es decir,
fundamentándose en algo basado en la euforia de descubrir un trozo de queso
cuando se tiene hambre y en las sensaciones agradables que produce comerlo.
En los seres humanos, también se puede entender que aquellas situaciones en
las que el placer queda más sublimado de manera complejas, como lo que se
siente al escuchar un buen recital de poesía, nos enseña que volver a la
asociación cultural en la que lo hemos escuchado resulta "útil". El sistema
límbico sigue siendo la parte del encéfalo responsable de esto.

Las partes del sistema límbico


Cabe recordar que el sistema límbico no es exactamente una región
anatómicamente exacta del encéfalo, sino que es más bien una red de
neuronas distribuidas por el cerebro y que quedan mezcladas entre muchas
estructuras diferentes. Es decir, que el concepto de sistema límbico tiene más que
ver con la función que tienen estas zonas que con su naturaleza como parte
concreta y bien delimitada del cerebro.
Sin embargo, sí se pueden señalar partes del encéfalo que tienen un papel de
suma importancia dentro de la red de interconexiones que es el sistema límbico y
que, por tanto, sirven para hacernos una idea sobre cuáles son las zonas por las
que pasa este circuito. Las partes del sistema límbico son las siguientes:

Hipotálamo
Una de las zonas del diencéfalo más involucradas en la regulación de las
emociones, por su conexión con la glándula pituitaria y por lo tanto con el
sistema endocrino y todas las partes del cuerpo en el que se liberan todo tipo de
hormonas.
Para leer más sobre esta parte del encéfalo puedes leer este artículo sobre el tálamo

Hipocampo
El hipocampo tiene una función muy importante en los procesos mentales
relacionados con la memoria, tanto en la memorización de experiencias e
informaciones abstractas como en la recuperación de recuerdos. Los hipocampos
están localizados en la cara interior de los lóbulos temporales, muy cerca del
tálamo y las amígdalas.
El hipocampo está encuadrado dentro de lo que se conoce como corteza del
lóbulo límbico, o arquicorteza, que es una de las partes de la corteza cerebral más
antiguas; es decir, que apareció muy pronto en la línea de evolución que ha
llevado a la aparición del ser humano.

Amígdala
Las amígdalas cerebrales están situadas al lado de cada hipocampo, y por lo
tanto hay una en cada uno de los hemisferios del cerebro. Su papel está
relacionado con la respuesta emocional aprendida que despiertan ciertas
situaciones, y por lo tanto están involucradas con el aprendizaje emocional, por
lo cual tienen un rol en el sistema límbico.

Corteza orbitofrontal
En los límites del sistema límbico se encuentra la corteza orbitofrontal, que es la
válvula de salida de las órdenes "emocionales" hacia zonas del lóbulo
frontal encargadas de la planificación y creación de estrategias. Por tanto, tiene
un importante papel a la hora de aplacar los "impulsos irracionales" que
llegan del sistema límbico y hacer pasar solo parte de estas señales, aquellas que
servirán para definir bien los objetivos de las acciones con metas a medio o largo
plazo.

¿Es correcto hablar de un "cerebro emocional"?


En la cultura popular existe la idea muy extendida de que el cerebro humano
tiene una parte emocional y otra racional. El cerebro emocional, que
habríamos heredado de nuestros antepasados más primitivos, sería aquél gracias
al cual tenemos emociones, sentimientos e impulsos difíciles de reprimir,
mientras que el racional se encargaría del análisis más concienzudo y lógico de
las situaciones que vivimos o imaginamos.
Sin embargo, tal y como hemos visto, el sistema límbico está profundamente
interconectada con otras áreas del cerebro no directamente identificadas con
aquello que conocemos como las emociones, por lo cual la idea de que tenemos
un cerebro emocional es, en buena parte, una manera excesivamente
imaginativa de entender esta red de conexiones.
Además, hay que tener en cuenta que si hablamos de un cerebro emocional es
para contraponer este concepto a la idea de un cerebro racional, que estaría
representado por las zonas más superficiales del lóbulo frontal y el parietal. Sin
embargo, si en el caso del sistema límbico al menos sabemos que es un conjunto
de estructuras bastante antiguas en nuestra línea evolutiva, la idea de que hay en
nosotros una parte de nuestro cuerpo hecha para pensar racionalmente con cierta
autonomía es directamente una ilusión.

La racionalidad no es innata
Existen antepasados nuestros que vivían tan solo con un sistema límbico y sin
capacidad para pensar siguiendo las pautas de lo que entendemos como
racionalidad, pero en la historia del ser humano el pensamiento racional es
más bien una excepción. No solo no pensamos racionalmente la mayor parte del
tiempo, sino que hasta hace unos pocos miles de años la racionalidad no existía y,
de hecho, en algunas culturas poco occidentalizadas los adultos tienden a no
llegar a la cuarta etapa del desarrollo cognitivo propuesta por Jean Piaget.
Es decir, que aquello que llamamos racionalidad es más un producto de la
historia que el fruto de un conjunto de estructuras cerebrales diseñadas para ello.
El sistema límbico es, en todo caso una de las regiones del cerebro que permiten
la aparición del pensamiento racional, y no al revés

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