Un Modo de Orar Olvidado

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UN MODO DE ORAR OLVIDADO

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¿Quién es Gregga Braden?

Gregg Braden es un verdadero "científico new age" que está uniendo elegantemente los rieles de la
ciencia con los de la espiritualidad, y es además un gran divulgador que recuerda a mucho a Carl
Sagan por su presencia y amenidad. Ha viajado por todo el mundo investigando las pirámides y
centros de poder de cada cultura, así como los últimos descubrimientos de la genética y los
recientes fenómenos físicos planetarios que nunca antes se habían presentado en la historia de
nuestra ciencia.
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En su primer libro y video Awakending to zero point (del cual todavía no hay traducción al español
por desgracia), comienza precisamente formulando la relación que hay entre el magnetismo de la
tierra y la velocidad en que se manifiestan nuestros pensamientos en esta ilusión que pensamos
realidad. Dice que algunos de "nuestros científicos" (Gregg siempre habla de la tierra y de sus
habitantes en todas sus épocas como un todo del cual nunca se excluye) están preocupados porque
el magnetismo de la tierra está disminuyendo drástica y rápidamente, e incluso han especulado ya
en secreto de un posible cambio de polos magnéticos del planeta o algún otro tipo de efecto
secundario menos drástico pero de igual magnitud planetaria previsto justamente para el año en que
termina el calendario maya, y las profecías hopis señalan como el principio de un nuevo comienzo:
el 2012.

Dice que entre mayor sea el magnetismo, mayor es el tiempo que pasa para que lo que pensamos y
sentimos, se manifieste en nuestro mundo. Por consiguiente, entre menor sea el magnetismo, menor
será el tiempo en que nos encontremos con la manifestación de nuestros deseos, o nos estrellemos
con la manifestación de nuestros miedos (esto también lo dice Lazaris por cierto, aunque de otra
manera).

Luego explica Gregg que genéticamente nuestro ADN cambia con las frecuencias que producen
nuestros sentimientos, y demuestra cómo es que las frecuencias energéticas más altas, que son las
del amor, impactan el ambiente de una forma material produciendo cambios no sólo en nuestro
ADN (específicamente en lo que nuestros científicos llamaron "ADN basura" porque no
encontraban su utilidad), sino en el ambiente que nos rodea, de una forma material.

Gregg une estos dos tipos de información para postular que entre más amor dejemos fluir por
nuestros cuerpos, más adaptados estaremos para afrontar lo que sea que pueda pasar en el 2012 y
para conducir a nuestro planeta, mediante nuestros pensamientos positivos en conjunto, hacia el
mejor futuro posible.

Para apoyar esta idea, asegura que en función de lo que ha observado y experimentado en los
diversos centros de poder que estudió, ha encontrado evidencias de que prácticamente todas las
culturas se habían estado preparando de alguna manera u otra, para lo que ya está ocurriendo en
nuestros días. Cuenta por ejemplo que en una pirámide egipcia encontró una sala que simula
justamente el tipo de magnetismo que se calcula que tendremos hacia el 2012, y ha visto que
probablemente estábamos preparándonos y entrenándonos para experimentar lo que sea que pueda
ocurrir próximamente. También habla de algunos templos que encontró no recuerdo donde, en los
que los iniciados practicaban el domino de cada sentimiento, esto es de cada frecuencia vibratoria
posible, y se preparaban también de alguna forma para estas fechas.

Luego Gregg habla de la "ciencia de la compasión" que en diversas épocas nos han venido a
enseñar nuestros maestros, como Krishna, Mahoma, el Buda, y Jesucristo. Especialmente habla de
éste último como el modelo más cercano que tenemos como occidentales para aprender a permitir
que el amor fluya por nuestros cuerpos y nos ayudemos unos a otros a elevarnos, tal como los
miembros de una parvada cuando vuelan juntos.

En la última parte del video Gregg repite de diversas formas que nuestro tiempo de practicar ya se
ha terminado y ahora estamos, por así decirlo, en exámenes finales; e insiste en que cada relación
que se presente en nuestras vidas en estos momentos, debemos verla como un templo sagrado, pues
es una oportunidad para poner en práctica todo lo que hemos aprendido sobre el amor y la ciencia
de la compasión. Dice que en una primera fase estas relaciones van a funcionar como espejos para
ver externamente todo lo que no hemos visto en nosotros mismos y hemos de resolver; y en una
segunda fase nos irán mostrando, no ya lo que hay en nosotros como individuos, sino todo aquello
que rechazamos en otros para que tengamos la oportunidad de aceptarlo e integrarlo. Entonces
comparte dos anécdotas de su vida personal y la manera en que las resolvió e integró, ¡y termina el
video cantando él mismo una canción hopi bellísima!

LA MANERA PERDIDA DE ORAR DE LOS ESCENIOS


Extraído del libro The Isaiah Effect

El descubrimiento del Gran Código Isaiah en las cuevas del Mar Muerto en 1946 ha revelado claves
sobre nuestro papel en la creación que estuvieron perdidas en las ediciones del siglo 4 a.C. Entre
estas claves se encuentran las instrucciones de un modelo “perdido” de orar que la ciencia cuántica
moderna sugiere que tiene el poder de sanar nuestros cuerpos, traer paz duradera a nuestro mundo y,
quizá, prevenir las grandes tragedias que podría enfrentar la humanidad. Cada vez que empleamos
esta tecnología interna para orar, experimentamos “El Efecto Isaiah”.
En las palabras de su tiempo, las tradiciones antiguas, como las de los Escenios, nos recuerdan que
cada oración ya ha sido contestada. Cualquier resultado que podamos imaginar, y cada posibilidad
que seamos capaces de concebir, es un aspecto de la creación que ya ha sido creado y existe en el
presente como un estado “dormido” de posibilidad. Son estas mismas probabilidades de resultados
las que proveen las bases del nuevo modelo de Cadena y de la Teoría-N, y muy posiblemente, son
responsables de las varias dimensiones de lo que ahora creemos nuestra creación. Desde esta
perspectiva, nuestro uso y aplicación de la oración basada en los sentimientos deja de ser menos
acerca de “crear” este o el otro resultado y se convierte más en “acceder” al resultado deseado que
ya está creado. Mientras las antiguas y las modernas tradiciones parecen estar de acuerdo en la
existencia de muchas posibilidades, los cuestionamientos han sido siempre sobre ¿cómo
despertamos un resultado específico y lo hacemos real en nuestras vidas actuales? ¿Cómo podemos
llamar a la posibilidad de paz en nuestro mundo, por ejemplo, o salud en nuestros cuerpos,
posibilidades que ya existen, cuando los eventos de nuestro mundo parecen mostrarnos condiciones
de violencia y desastre? La respuesta a esta pregunta, y la clave del Efecto Isaiah, está fundada en
develar el misterio de la oración basada en el sentimiento.

Los antiguos Escenios nos recuerdan que hay una poderosa relación entre lo que pasa en nuestro
mundo interior de sentimientos y las condiciones del mundo que nos rodea. Quizá increíblemente
sencilla, esta relación establece que la condición de nuestra salud, nuestras sociedades, e incluso los
patrones del clima, son espejos de la manera en que lidiamos con la vida interiormente.
Experimentos recientes en la ciencia de las energías sutiles y la física cuántica ahora arrojan
credibilidad precisamente a esas tradiciones.

A través de un lenguaje que apenas estamos comenzando a entender, Isaiah nos muestra cómo
acceder a las posibilidades ya creadas de salud, paz y cooperación y traerlas a la realidad de
nuestras vidas. Ya que nuestro mundo exterior de acción refleja nuestro mundo interior de
sentimientos, sugiere Isaiah, lo hacemos sintiendo como si nuestras plegarias ya hubiesen sido
respondidas. Es precisamente el poder de este sentimiento el que trae a la vida a nuestras oraciones.
Nuevas investigaciones sugieren que cuando sentimos gratitud respecto al cumplimiento de nuestras
oraciones, nuestros sentimiento producen las mismas condiciones, los campos de efecto, que atraen
nuevas posibilidades en las condiciones de nuestras vidas.

Comprender que los resultados empatan con los sentimientos puede ayudarnos a entender lo que
ocurre cuando parece que nuestras oraciones no son respondidas. Cuando oramos por salud en
nuestras relaciones, por ejemplo, mientras experimentamos enojo, celos o furia en nuestras
relaciones, ¿por qué nos sorprende ver esas mismas cualidades reflejadas como enfermedad en
nuestros cuerpos, nuestras familias, escuelas, lugares de trabajo y en las condiciones sociales
alrededor de nosotros? La ciencia ha demostrado que cada sentimiento que experimentamos, crea
una química única en nuestros cuerpos (la química del amor y del odio se discute en los libros The
Isaiah Effect y Walking Between the Worlds). Las buenas noticias son que los mismos principios
resultan ciertos para los sentimientos de afirmación de la vida. Conforme respondemos a los retos
de la vida a través de compasión, entendimiento, amorosa tolerancia y paz, podemos esperar
experimentar estas condiciones en nuestros cuerpos, y ver el efecto extendido al mundo que nos
rodea.

Albert Einstein dijo una vez que no podemos resolver un problema con el mismo pensamiento que
creó el problema. El poder de la indenominada oración basada en el sentimiento, representa una
oportunidad para dirigir los grandes retos de nuestro tiempo conforme a un nuevo paradigma de
entendimiento consciente y sentimientos que reflejen aquello que deseemos experimentar.

En lugar de imponer nuestras creencias respecto a una situación específica, nuestro perdido modo
de orar nos recuerda que nada necesita ser “creado”, ya que cualquier resultado que podamos
imaginar para dicha situación ya está presente. Podremos servir mejor sintiendo primero el
resultado de cada condición que elijamos experimentar en nuestro mundo, tal como la paz y la
cooperación entre gobiernos y naciones, o la prosperidad que sólo puede venir con la igualdad de
trato para toda la gente y para todas las razas y el honrar a toda forma de vida. Es la apreciación y
gratitud que sentimos en presencia de tales condiciones lo que crea los efectos cuánticos
permitiendo que la creación empate con nuestros sentimientos.

Comparando los Modos de Orar a través del ejemplo de la Paz Global

(OL) = Oración basada en la lógica: solicitando intervención

(OS) = Oración basada en los sentimientos: sabiendo que nuestra oración ya ha sido contestada

1. (OL) Nos enfocamos en nuestras condiciones presentes donde no creemos que la paz exista.

1. (OS) Presenciamos todos los eventos, aquellos de paz y aquellos que vemos como ausencia de
paz, como posibilidades sin juicios de correcto e incorrecto, malo o bueno.

2. (OL) Podemos sentirnos desamparados, impotentes o enojados ante los eventos y condiciones
que presenciamos.

2. (OS) Liberamos nuestro juicio sobre las situaciones Bendiciendo las condiciones que nos han
causado sufrimiento. La Bendición no condena ni consciente el evento o condición. En cambio,
reconoce que el evento es parte de la única fuente de todo lo que es (Por favor vea el libro Walking
Between the Worlds: The Science of Compassion, para más detalles).
3. (OL) Empleamos nuestras plegarias de petición invitando a la divina intervención de un poder
superior para que traiga paz sobre los individuos, condiciones y lugares donde creemos que la paz
está ausente.

3. (OS) Experimentando los sentimientos de que nuestra oración ya ha sido contestada,


demostramos el antiguo principio cuántico que establece que las cndiciones de paz en nuestros
cuerpos se ven reflejadas fuera de nuestros cuerpos.

4. (OL) A través de nuestra petición, inadvertidamente afirmamos las mismas condiciones que
menos deseamos. Cuando decimos "Por favor que haya paz", por ejemplo, estamos declarando que
la paz no está presente en la situación actual. Haciendo eso, en verdad estamos dándole combustible
a la condición que escogimos cambiar.

4. (OS) Reconocemos el poder de nuestra oración y sabemos (sentimos) que el foco de nuestra
oración ya se ha convertido en pasado.

5. (OL) Continuamos solicitando la intervención hasta que vemos que el cambio ha sucedido en
nuestro mundo o desistimos y abandonamos el camino de la oración.

5. (OS) Nuestra oración ahora consiste de: a) reconocimiento de que la paz ya está presente en
nuestro mundo viviendo conforme al conocimiento de que tales cambios han ocurrido; b)
reforzando nuestra oración dando gracias por la oportunidad de escoger la paz en vez del
sufrimiento.

Fuente original: Página web de Gregg Braden: www.greggbraden.net

Traducción: Karina Malpica

RECUPERADO EL ANTIGUO MODO DE ORAR


Gregg Braden
Gran parte de los condicionamientos en las tradiciones occidentales durante el ultimo siglo y medio
nos ha invitado a “pedir” que circunstancias específicas en nuestro mundo cambien a través de la
intervención divina; que nuestras plegarias sean respondidas. En nuestras bien intencionadas
peticiones, sin embargo, inadvertidamente podríamos estar dándole poder a las mismas condiciones
que estamos orando para pedir que cambien. Por ejemplo, cuando pedimos “Querido Dios, por
favor, permite que haya paz en el mundo”, en efecto estamos estableciendo que la paz no existe en
el presente. Las tradiciones antiguas nos recuerdan que las plegarias en las que pedimos son sólo
una forma de orar, entre otras formas. También existen otras que nos llevan a encontrar paz en
nuestro mundo a través de la cualidad de los pensamientos, sentimientos y emociones que creamos
en nuestro cuerpo. Una vez que permitimos las cualidades de paz en nuestra mente y damos
combustible a nuestra oración a través de sentimientos de paz en nuestro cuerpo, el quinto modelo
de oración establece que el resultado ya ha ocurrido.

La ciencia cuántica ahora toma esta idea y la lleva un paso adelante, estableciendo que son
precisamente esas condiciones de sentimientos a las que la creación responde, igualando el
sentimiento con que hacemos la oración en nuestro mundo interior, con condiciones similares en el
mundo exterior. Aunque el resultado de nuestra oración pueda aún no haber aparecido en el mundo
exterior, estamos siendo invitados a reconocer nuestra comunión con la creación y a vivir como si
nuestra oración ya hubiese sido escuchada.

A través de las palabras de otros tiempos, los antiguos nos invitan a recobrar el modo antiguo de
orar como un estado permanente de conciencia en el que nos convertimos, en vez de una forma
prescrita de acción que llevamos a cabo ocasionalmente. En palabras que son tan simples como
elegantes, se nos recuerda que nos “rodeemos” de la respuesta a nuestras plegarias y los
“envolvamos” en las condiciones que escojamos experimentar. En el moderno idioma, esta
descripción nos sugiere que para efectuar cambios en nuestro mundo, primero necesitamos
experimentar los sentimientos de que el cambio ya ha ocurrido.

Conforme la ciencia moderna continúa validando la relación entre nuestros pensamientos,


sentimientos y sueños con el mundo que nos rodea, se hace más claro ese puente olvidado entre
nuestras plegarias y aquello que experimentamos. La belleza de esa tecnología interna se halla en
que está basada en condiciones humanas que ya poseemos. Desde los profetas que nos vieron en sus
sueños, se nos recuerda que honrando la vida, cumplimos nuestro deber con la supervivencia de
nuestras especies y el futuro del único hogar que conocemos.

Fuente original: Página web de Gregg Braden: www.greggbraden.net

Traducción: Karina Malpica

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