Guerras Del Acre y Purús
Guerras Del Acre y Purús
Guerras Del Acre y Purús
Las Guerras del Acre y Purús (conocida en Brasil como Revolução Acreana —"Revolución Acreana"—)
fueron una series de conflictos limítrofes entre Bolivia y Brasil, cuyo desenlace afectó también territorios en
disputa con el Perú. El conflicto en general tuvo dos fases desarrolladas durante el periodo 1899-1903, en
el que se disputó el territorio del Acre, rico en árboles de caucho y yacimientos auríferos. Concluyó con
el Tratado de Petrópolis y la consecuente anexión de los territorios sobre los que Bolivia reclamaba
soberanía.
La región del Acre (actual Estado de Acre) poseía ricos yacimientos auríferos, abundancia de
recursos madereros, principalmente el árbol del caucho que, a finales del Siglo XIX y casi mediados
del Siglo XX, fue muy importante para la industria del automóvil y el transporte, ya que la goma
sintética para la fabricación de llantas o ruedas y otros objetos no fue descubierta hasta prácticamente
la Segunda Guerra Mundial. Por eso, se suele llamar también a esta guerra como La Guerra del Caucho, ya
que uno de los motivos por los cuales se movilizó el gobernador Torres del Amazonas fue el impuesto que
se dio a las exportaciones de caucho.
Antecedentes
El nombre de Acre dado al territorio en cuestión se debe a uno de los ríos de la región, llamado Aquiry en
idiomas nativos y río Acre en español y en portugués.
Tras los tratados de Madrid (1750), San Ildefonso - Tratado de Permuta (1777) y Badajoz (1801) todo el
territorio del Acre, con una superficie de aproximadamente 355.242 km² quedó confirmado dentro de la
soberanía española, siendo entonces fijados sus límites con las posesiones portuguesas (y luego
brasileñas) en el paralelo que corre desde las nacientes del río Yavarí hacia el este hasta encontrar
la vaguada del río Madera, es decir el paralelo que servía como límite septentrional del Acre era el 7° o el 7°
7' S;1 tal límite se mantuvo para el Brasil hasta por lo menos 1839.
En 1776, al crear la monarquía española el Virreinato del Río de la Plata, quedaron poco precisos los
límites del mismo respecto a los del Virreinato del Perú, de modo que, al producirse la independencia
de Perú y luego la de Bolivia, ambos estados se disputaron el territorio. Brasil, aprovechando la debilidad
política de ambos vecinos, había incorporado gran parte del Acre a la provincia (luego estado brasileño) de
Amazonas, cuyos límites eran desde el ya citado paralelo 7°S hacia el Este y hacia el Sur.
Según el Perú, el límite en 1870 entre el Perú y Brasil era corrido hacia el sur hasta el paralelo que
corresponde a las nacientes del río Purus, esto es, hasta casi el 10°S pero, para el estado boliviano, Brasil
mantenía el extremo norte en el paralelo 7°S —desde la tierra de los Guarayous— si bien con
importantísimas anexiones en el Este, en donde impusieron una frontera diagonal a Bolivia. Tal primera
anexión quedó como un hecho consumado (o fait accompli) admitido internacionalmente y así luego
aceptado por Bolivia bajo el mandato del presidente Mariano Melgarejo al firmar el llamado Tratado de
Amistad más conocido como Tratado de Ayacucho del 23 de noviembre de 1867 por el cual se entregaban
102 400 km² de territorio a Brasil (principalmente el noroeste del Acre original que pasó así a ser parte
del Amazonas brasileño)
Visión boliviana
Bolivia durante 1899, dicho país consideraba dentro de su frontera al territorio acreano y a otras zonas fronterizas, así
fue durante y hasta la firma del Tratado de Petrópolis.
Bolivia, desde 1867 y hasta 1903, mantenía unos 253 242 km² del territorio del Acre, con subdivisiones
políticas poco definidas en los territorios llamados Espino (en el norte), Cocama (en el centro)
y Manetenery o Manetery en el sur y este. Esas regiones formaban parte del Territorio de Colonias.
De esta manera, hasta principios del siglo XX, el territorio del Acre (actual Estado de Acre) pertenecía a
Bolivia. Sin embargo, en gran medida a causa de una gran sequía que afectó al Nordeste brasileño durante
el año 1877, se intensificó la inmigración ilegal de brasileños al entonces territorio boliviano; así, desde ese
año, gran parte de su población estaba constituida por brasileños que exploraban seringais, es decir
campos en donde abundaba el árbol del caucho, o que se dedicaban a extraer oro y plata de
los garimpos (yacimientos) y que, en la práctica, acabaron creando un territorio independiente subsidiario
de Brasil porque Bolivia no tenía una presencia notoria en la región.
En 1898, la Comisión demarcadora de límites favoreció a Brasil con más adquisiciones territoriales a
expensas de Bolivia, país que no pudo hacer nada porque, además de no contar con mucho apoyo
internacional, estaba sumida en una sangrienta guerra civil que desgastaba a sus efectivos. La guerra
civil afectó notablemente al ejército boliviano, el cual, de no haber sido así, podría haber contado con más y
mejores efectivos para la defensa del Acre.
En 1899, los bolivianos, con nuevas concesiones territoriales a Brasil (citadas anteriormente en 1898),
intentaron asegurar el control de la zona fundando como capital administrativa a Puerto Alonso. Como
fuerza de policía, se organizó en Cochabamba, un piquete de cuarenta hombres bajo el inmediato comando
del subteniente Víctor Rodmípez (esta era la fuerza inicial de policías de Puerto Alonso tras su fundación).
Se debe señalar que en el año 1899 se había producido un importante avance de colonizadores brasileños
que habían ocupado el área de los ríos Purús y el Acre al sur de la línea de fronteras, debido a la
inmigración anteriormente citada.
Desde Bolivia, los pioneros colonos habían conseguido establecerse en el Abuná y comenzaban a ocupar
el territorio del Acre. Con el propósito de remediar la falta de una presencia importante de residentes
bolivianos, en enero de 1899 se creó la aduana de Puerto Alonso. Era un acto legítimo de soberanía, con
propósitos administrativos. Se trataba de recaudar los derechos de aduanas que al país boliviano
lecorrespondían por la extracción de la goma que explotaban bolivianos y extranjeros dentro de su territorio
Visión peruana
La República Peruana también consideraba en 1865 el Acre como territorio nacional como herencia de la
antigua Comandancia General de Maynas.
El territorio peruano se extendía hasta el río Madera que servía de límite con Brasil; asimismo, según los
peruanos, el límite con Bolivia estaba dado principalmente por el río Beni (reclamación hasta 1880)
mientras que por contraparte (hasta 1902) Bolivia reclamaba como límite con Perú el curso del río Madre de
Dios y el de su afluente el Inambarí, Brasil supo aprovechar los diferendos entre los países andinos y al
mismo tiempo que oficiaba de mediador de "buena voluntad" entre ellos, obtenía territorios. Sin embargo,
entre 1867 y 1909, todo el territorio de Acre pasó al Brasil sin librarse batalla con Perú. Los presuntos
derechos del Brasil sobre esa extensa zona se remontan a que, en 1867, el presidente boliviano Mariano
Melgarejo había cedido territorios peruanos a Brasil —como si fueran de ese país— y lo hizo nuevamente
en 1903 por el Tratado de Petrópolis, luego de una larga guerra fronteriza de casi 30 años. Desde entonces
Brasil quiso hacerse por la fuerza de dichas tierras, deseando extenderse inclusive hasta el río Purús y
el río Yarúa.
El 25 de octubre de 1902, la guarnición peruana de Amuheya rechazó a un destacamento brasileño que le
exigía abandonar su puesto. En 1903, una lancha con personal peruano del comisariato de Chandles fue
tiroteada en el Acre. En 1904, el coronel brasileño José Ferreira arribó al río Santa Rosa, afluente del
Purús, y saqueó caucho y siringa a extractores peruanos. En noviembre de ese año, la guarnición
de Amuheya se rindió ante fuerzas brasileñas superiores, tras dos días de combates. Considerando
imposible defender militarmente la región, la pérdida peruana se hizo efectiva por el Tratado Velarde-Rio
Branco de 1909 y un recorte territorial complementario se fijó con el Tratado Polo-Sánchez Bustamante que
se llevó a cabo con Bolivia, también de 1909.
Primeros enfrentamientos
Fundación de Puerto Alonso o Puerto Acre
El Presidente de Bolivia de ese entonces Severo Fernández Alonso, trató de no descuidar la política
exploratoria del país y en septiembre de 1898, mandó una delegación exploratoria al Acre, encabezada por
el abogado chuquisaqueño José Paravicini.2
La delegación partió de la ciudad de La Paz y después de casi 4 largos meses de travesía en medio de la
inmensa selva inexplorada, esa delegación logró llegar al Acre.2
Una vez allí, José Paravicini fundó Puerto Alonso (actual Porto Acre) el 3 de enero de 1899, en un intento
de asegurar la soberanía boliviana y sentar la presencia del estado en aquella lejana región del país.3
Cabe mencionar que José Paravicini le puso a la localidad el nombre de Puerto Alonso como pequeño
homenaje y justo reconocimiento al presidente chuquisaqueño de ese entonces Severo Fernández Alonso,
quien en esos momentos se encontraba luchando contra los federales paceños en plena guerra civil (cuya
guerra había comenzado por el traslado de la sede de gobierno).
Poco tiempo después, cuando los federales paceños subieron al poder, cambiaron el nombre de Puerto
Alonso a Puerto Acre (actual Porto Acre).
El conflicto bélico del Acre comienza cuando Bolivia, haciendo uso de sus derechos soberanos, decide
establecer una aduana en Puerto Alonso. Esto debido a que (según Bolivia) los empresarios brasileños
caucheros no estaban pagando impuestos al estado por la explotación ilegal de la goma boliviana y muchos
menos por la exportación. Cabe mencionar que esta medida implementada por el gobierno boliviano no fue
del agrado de los intereses empresariales del lugar.
Primera Campaña
Cuando las noticias llegaron a la ciudad de La Paz (sobre lo ocurrido con la pequeña delegación civil de
Pedro Kramer) el gobierno boliviano se puso a organizar la movilización inmediata del Ejercito de Bolivia.
Inicialmente, se dispuso la salida de 3 expediciones militares escalonadas geográfica y cronológicamente.
Primera Expedición
La primera expedición militar, partió de la ciudad de La Paz en el mes de diciembre del año 1899 a la
cabeza del médico cochabambino Andrés Muñoz Quevedo. Esta expedición llegó primero a la localidad
paceña de Sorata, y de ahí partió con rumbo a la localidad beniana de Rurrenabaque (frontera entre el
Departamento de La Paz y Beni).
Partió de Rurrenabaque y llegó hasta la población beniana de Riberalta (en el norte del Departamento del
Beni) donde permaneció unas cuantas semanas para terminar de organizarse hasta abril de 1900.
De Riberalta, la expedición militar continuó con su trayecto hacia el Alto Acre, llegando a la localidad de
"Barraca Mercedes" (actual Departamento de Pando), lugar en el que se completaron sus efectivos
alcanzando a 387 hombres en total.
La expedición militar salió de "Barraca Mercedes" y se dirigieron con rumbo al Bajo Acre donde se
encontraba Puerto Alonso o Puerto Acre.
Finalmente la primera expedición a la cabeza de Andrés Muñoz Quevedo llegó a Puerto Alonso el 22 de
septiembre de 1900. Cuando llegaron a la localidad, esta se encontraba totalmente deshabitada y las
instalaciones portuarias, aduaneras y administrativas que antes estaban ahí, se encontraban vacías. La
expedición militar se puso inmediatamente a rehabilitar todas estas instalaciones que los
revoltosos brasileños habían saqueado.
Cabe mencionar, que solamente durante el viaje, muchos bolivianos fueron muriendo en medio camino,
debido a las fuertes enfermedades tropicales (fiebre amarilla o malaria) que contraían durante el largo y
penoso viaje de centenares y centenares de kilómetros a pie rumbo al Acre.
Segunda Expedición
La segunda expedición militar, partió también de la ciudad de La Paz el 4 de julio de 1900 a la cabeza
del coronel y ministro de defensa de ese entonces Ismael Montes Gamboa. Esta expedición estaba
compuesta por 321 hombres del batallon "Independencia 2 de Linea".
Llegaron a la "Barraca Mercedes" en noviembre de 1900. En ese lugar se encontraron con la tercera
expedición que había salido desde la ciudad de Cochabamba también en la misma fecha.
Tercera Expedición
La tercera expedición partió desde la ciudad de Cochabamba también el 4 de julio de 1900, a la cabeza
del Vicepresidente de Bolivia Lucio Pérez Velasco. Esta expedición estaba compuesta por 127 hombres del
"Piquete Perez Velasco". Se encontraron con la expedición de Ismael Montes en la "Barraca Mercedes"
para unir fuerzas.
En total, durante toda la Primera Campaña del Acre Bolivia había movilizado alrededor de 835 hombres
entre militares y soldados (incluyendo a los que se habían enfermado en medio camino).
La República boliviana mandó al Acre tres columnas de soldados, nombrándose delegado nacional en el
Acre y Bolivia a Andrés S. Muñoz, quien salió de La Paz por la ruta del río Beni. Poco después, tropas al
mando del vicepresidente de la República boliviana, Lucio Pérez Velasco, partieron de Cochabamba por la
ruta del Chapare y el ministro de Defensa, el doctor Ismael Montes, encabezó otro contingente por la difícil
ruta de Larecaja; se trataba de rivales políticos que competían por prestigio, pero que, llegados al Acre,
aunaron sus fuerzas y lograron restablecer el orden en la litigada zona.
Antes de la llegada de las columnas bolivianas, en el Acre los secesionistas tomaron Puerto Alonso, de
donde desalojaron violentamente a las autoridades bolivianas. Lo consiguieron rápidamente porque la
región no contaba con suficientes tropas militares y policiales bolivianas. El autoproclamado presidente Luis
Gálvez Rodríguez de Árias organizó eficientemente la recién creada nación; sin embargo, debió hacer
frente a un infructuoso golpe de Estado, aunque el poder le fue restituido.
Durante este periodo, son destacables los combates de Papirí, Cajueiro, Combate de Amapá y Humaitá.
También es muy notorio el combate de Riosinho, en donde se destacó el centinela Maximiliano Paredes,
vigía que se percató de movimientos extraños y, al no recibir respuesta al grito «¡Alto!» ni reconocer
presencia de soldados bolivianos, decidió disparar, evitando una emboscada de los sececionistas a los
soldados bolivianos; pero murió entre la ráfaga de disparos; tras los disparos, los soldados bolivianos de la
2.a División entablaron combate de inmediato, que se generalizó durante más de dos horas, tras el cual
fueron derrotados los atacantes secesionistas.
Posteriormente a este hecho, se produjo el combate de Puerto Alonso, donde la ciudad, que había sido
retomada por los bolivianos, se encontró cercada por las fuerzas revolucionarias que eran mayores en
número. Ante la escasez de víveres y municiones, hubo algunas sugerencias de romper el cerco y retornar
hacia el sur al interior de Bolivia, pero los jefes bolivianos a cargo de la defensa decidieron continuar
haciendo frente a los secesionistas probrasileños; estos, previendo una maniobra envolvente (al ver salir
una columna militar de Bolivia), pensaron que los bolivianos intentaban cortarles la retirada, por lo que los
acreanos dieron la voz de alarma y, desconcertados por las cargas de disparos hechas por los bolivianos,
decidieron retirarse precipitadamente, incluso abandonando pertrechos militares. Los secesionistas que
sitiaron Puerto Alonso eran seiscientos contra menos de doscientos, no tenían cohesión ni disciplina militar.
Luego, en el caserío de Bagé, se entabló otro combate sin que ningún bando pudiera vencer al contrario.
Debe considerarse la dificultad para la movilización en aquella época, puesto que no existían caminos
apropiados, ni medios de transporte en proporción adecuada, motivo por el cual, el transporte de tropas
estuvo a cargo de la Armada de Bolivia que jugó un papel importante.6 La entrega que hicieron los soldados
bolivianos en la defensa de su patria pudo más que los obstáculos que presentaba el terreno, las
condiciones climatológicas, las enfermedades y la logística.
Tras las derrotas sufridas por los revolucionarios acreanos, estos se retiraron (varios a sus residencias) y
los demás reconocieron la autoridad boliviana de la región. Al español Luis Gálvez Rodríguez de Árias lo
apresaron tropas de la marina de Brasil por no cumplir su palabra sobre el impuesto del caucho, ya que no
quitó el citado impuesto y ni siquiera dio a uno de sus socios el 20 %.
Segunda Campaña
El segundo periodo (Segunda Campaña) fue en el gobierno boliviano del general Pando, que se había
decidido a animar a compañías extranjeras para que explotasen las riquezas del Acre y asegurar así la
soberanía boliviana para evitar levantamientos como el ocurrido anteriormente; para ello se realizó un
contrato con la empresa estadounidense llamada The Bolivian Syndicate firmándose el Tratado de
Aramayo. La cancillería de Brasil y la del Perú reaccionaron airadamente, pidiendo explicaciones formales
sobre la presencia de la compañía boliviano-estadounidense en el Acre. El nuevo canciller brasileño,
el barón del Río Branco, emprendió una vigorosa campaña de denuncia del acuerdo, señalando que ni él
mismo permitía la presencia de intereses internacionales extraños en la Amazonia; exigió su inmediata
derogación. Al mismo tiempo reiteraba los intereses brasileños en el territorio en litigio del Acre,
proponiendo al Gobierno boliviano opciones de canje territorial o la adquisición del mismo. En el marco de
esta delicada situación, las autoridades bolivianas de Puerto Alonso incrementaron los impuestos de
aduana. Esta circunstancia y la permanencia de The Bolivian Syndicate en la región determinaron el
alzamiento de los colonizadores brasileros o brasileños: este fue el comienzo de la llamada «Segunda
Revolución del Acre» o «Revolución Acreana» para los brasileños.
El 6 de agosto de 1902 se dio un alzamiento secesionista apoyado por el Gobierno del Amazonas,
acaudillado por el soldado José Plácido de Castro, Jefferson José Torres y otros seringueiros, que se
apropiaron del área de Xapuri y declararon el 27 de enero de 1903 el Estado Independiente del Acre y casi
enseguida pidieron su anexión al Brasil. El alzamiento encontró a la región casi desguarnecida de tropas
militares bolivianas.
Castro tenía como prioridad eliminar la posible presencia del sindicato norteamericano en la región. Puso
nuevamente sitio a Puerto Alonso ocupando también otras posiciones bolivianas. Los secesionistas llegaron
a ocupar la Barranca de Bahía (actual Cobija) y varias zonas de las estancias del industrial cruceño Nicolás
Suárez, el cual organizó de su propio bolsillo una tropa de voluntarios bien experimentados, que denominó
Columna Porvenir, para defender tanto sus propios intereses como los de Bolivia. La lucha en Bahía se
desarrolló de la siguiente manera:
Se llegó a saber por los estancieros bolivianos que uno de los jefes insurrectos, Galdino Marinho, se había
apoderado con 250 hombres, de la Barraca de Bahía, actual ciudad de Cobija. Federico Román, después
coronel y general del ejército boliviano, que se encontraba al mando de la Columna Porvenir, resolvió
atacar el 10 de octubre, las tropas acreanas se rindieron.
Véase también: Combate de Bahía
Monumento en el centenario del Levantamiento Acreano en Rio Branco, capital del actual Estado de Acre.
Posterior a este hecho, y una vez repuestos los secesionistas, se produce la capitulación de Vuelta de la
Empresa, donde las tropas bolivianas al frente del coronel Rojas capitulan frente a los acreanos. Durante
casi un mes los soldados bolivianos, resistieron los embates de los secesionistas que habían aumentado su
efectivo a 1400 hombres. Finalmente, y ante la pésima situación reinante, Rojas se rindió no sin antes exigir
respeto a su honor y al de su ejército, el 15 de octubre de 1902. Los vencedores, admirando el valor de sus
oponentes, respetaron su palabra dejando que los pocos sobrevivientes retornen hacia el interior de Bolivia,
cosa que muy pocos pudieron por las condiciones del terreno. En el combate de Costa Rica es donde la
Columna Porvenir logra la fama de guerrilleros del Acre por el conocimiento que tenían sobre la región y la
selva.
Después de estas acciones se produce la Capitulación de Puerto Alonso, negativo para Bolivia, donde los
194 defensores de su guarnición, tras ocho meses de cerco continuo resistieron 9 días de combates. El
ataque comenzó el 15 de enero de 1903 y concluyó el 24 del mismo mes, fecha en la que se tomó la
decisión de capitular.
Conocidas las noticias sobre los desastres en el Acre, el presidente, José Manuel Pando decidió encabezar
personalmente la defensa del Acre dada su experiencia por esos parajes. Reunió una columna de
seiscientos o setecientos hombres aproximadamente del ejército boliviano que se hallaban en la región
de La Paz con el fin de acudir en socorro de Puerto Alonso, sin saber que este estaba ya a punto de caer.
Los soldados de Pando tomaron la ruta de Larecaja y el río Beni, llegaron a Riberalta y se aprestaron a
combatir en abril de 1903.
La marcha del presidente Pando al Acre suscitó la inmediata reacción del Gobierno del Brasil, que denunció
el hecho como una provocación. Al punto dispuso el envío de contingentes militares hacia la frontera del
Matto Grosso y al Acre, situándose estas cerca de las milicias revolucionarias de Placido de Castro.
El Gobierno boliviano intentó dar marcha atrás de su relación con el The Bolivian Sindicate, solicitando la
anulación del contrato, pero la gestión no tuvo éxito, en gran medida porque el consorcio alegó que había
hecho inversiones. Poco después los administradores extranjeros entablaron conversaciones con el
Gobierno del Brasil, que terminó comprando sus derechos. El Gobierno brasileño decidió movilizar cuatro
mil hombres de su ejército, tras comunicar su cancillería el 21 de enero a La Paz que consideraba propio al
territorio en litigio. Dos meses después, el 2 de abril, la División brasileña ocupó Puerto Alonso. La guerra
internacional a gran escala estaba a sólo un paso.
Las tropas de Pando, que habían llegado a Riberalta hacia mediados de marzo de 1903, se dividieron: una
parte se quedó en la ciudad y la otra se desplazó a Puerto Rico (Combate de Puerto Rico), donde cavó
trincheras; este grupo repelió con denuedo y heroísmo la acometida de los secesionistas, que sufrieron
copiosas bajas frente a los guerrilleros de la Columna Porvenir. Estos empezaron a emprender cruentos
asaltos junto al ejército boliviano. Como consecuencia de la acción de esa columna de voluntarios, los
separatistas se retiraron derrotados de Puerto Rico.
En esas circunstancias y a escasos días de afrontar una guerra convencional contra los más de ocho mil
soldados regulares del Brasil, reunidos en Puerto Alonso al mando del general Silveira, y contra los
numerosos milicianos de Castro, el Gobierno boliviano en La Paz decidió entre seguir la campaña militar o
poner fin al conflicto por la vía diplomática. Al final, se decidió la segunda opción, ya que el país estaba
desgarrado por una guerra civil. El presidente boliviano Pando y sus agotados cuatrocientos cincuenta
combatientes (el resto había sido diezmado por las enfermedades) se hallaban en una situación
desventajosa: acabaron reconociendo el modus vivendi en el territorio del Acre que había sido firmado con
el Brasil el 21 de marzo de 1903 y, como primera acción, las tropas regresaron a La Paz junto al general
Pando. El pacto era provisional, puesto que el 17 de noviembre de 1903 se firmó el Tratado de Petrópolis.
Tratado de Petrópolis
El Tratado de Petrópolis es un tratado de paz firmado entre Bolivia y Brasil en la ciudad brasileña
de Petrópolis el 17 de noviembre de 1903, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de 191 000
km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado del Acre, al Brasil, ya en 1877 por el
"Tratado de Paz y Amistad" o Tratado de Ayacucho. Bolivia había cedido otros 164 242 km² de la región del
Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de Amazonas.
Entre los principales motivos de la entrega del territorio están la Fiebre del caucho, sucedida a finales del
siglo XIX y principios del siglo XX, y la sublevación de los habitantes de la región, que en su mayor parte
eran brasileños.
Por el tratado, Brasil se comprometía a los siguientes términos:
Conceder territorios próximos al Acre (de hecho, Bolivia los había entregado a Brasil años antes), que
suman 3 000 km² (Brasil se quedaba con más del 90% del Acre y dejaba de reclamar algunos
pequeños territorios que Bolivia había considerado propios desde su fundación).
Construir un ferrocarril entre las ciudades de Riberalta y Porto Velho, para la exportación del caucho de
aquella época (Ferrocarril Madeira-Mamoré).
Permitir a Bolivia acceso no soberano a los ríos brasileños para el transporte de mercaderías hasta el
Atlántico.
Permitir a Bolivia construir aduanas en las ciudades brasileñas de Corumbá, Belém y Manaus, así
como en otras ciudades brasileñas fronterizas.
Pagar al gobierno boliviano la cifra de dos millones de libras esterlinas, lo que equivaldría al año 2010 a
293 774 770,80 dólares estadounidenses, a cambio de ceder el territorio del Acre.
Brasil ha cumplido con todas las obligaciones del tratado. El ferrocarril fue finalizado en 1912, a pesar de no
haber conseguido alcanzar la ciudad de Riberalta debido a las condiciones del terreno, y costó al Brasil 33
millones de dólares estadounidenses y la vida de 3 600 trabajadores brasileños. Llamado Estrada de Ferro
Madeira-Mamoré, el ferrocarril funcionó hasta 1972, cuando fue desactivado por no ser más rentable
económicamente para ambos países —casi dos años después de terminado el Madeira-Mamoré—. En
1914, Bolivia construyó un ferrocarril en colaboración con Chile, para llevar su producción al Pacífico.
Durante el período de 1912 a 1972, se llegó a transportar una cantidad considerable de mercancías, tanto
brasileñas como bolivianas, por el ferrocarril Madeira-Mamoré
TRABAJO PRÁCTICO
MATERIA.- Historia.
TEMA.- Guerra del Acre.
CURSO.- 6to”A” de Secundaria.
AÑO.- 2019.