Matriz Moderna
Matriz Moderna
Matriz Moderna
“La modernidad incluye un ‘concepto’ racional de emancipación que afirmamos y asumimos. Pero, al
mismo tiempo, desarrolla un mito irracional, una justificación de la violencia genocida. Los posmodernos
critican la razón moderna como razón del terror, nosotros criticamos a la razón moderna por el mito
Según lo que plantea el autor Enrique Dussel, nos encontramos ante una situación donde se quiere
hacer ver que la modernidad es la creación de una nueva forma de vivir, de gozar la vida, sin embargo la
realidad es otra ya que la modernidad nace del deseo predominante que viene acompañado de
violencia.
Por estas y muchas razones mas la modernidad esta expuesta a múltiples discusiones, ya que para unos
autores la modernidad es considerada como la cultura más avanzada del capitalismo y que siempre ha
Mientras que otros auntores como Dussel critican a la modernidad debido a los múltiples sucesos con los
puede negar el hecho de que el Descubrimiento de América estuvo asociado con la llamada modernidad
América. Ya Hannah Arendt (1974) sostenía que el descubrimiento de América era una característica de
la modernidad. Con esto podríamos entender que no se refería a la modernidad de América Latina, sino
centralmente a la europea.
El proceso de conquista y colonización de América fueron hechos en los que se plasmó la modernidad
europea, sin embargo hay que tener en cuenta que la modernidad europea se presenta como coloniaje.
Aunque debido a esto y por contradictorio que parezca fue en este espacio colonial donde se comenzó a
emancipación espiritual del ser humano frente a la arbitrariedad del poder y la irracionalidad,
imponiendo todo lo que ellos deseaban, abusaron de su poder frente al conocimiento de la naturaleza,
valores sin embargo en América latina todo lo oscuro de la modernidad salió a relucir y con esto se
En ningún momento se reformó, modernizó o valoró el conocimiento de los pueblos americanos sobre la
naturaleza, su sociedad o sobre sí mismos. La conciencia moderna europea arrasó con los derechos de
las personas y de las sociedades precolombinas, negándoles precisamente el principio que había sido el
racionales y modernas dadas para someterlos a servidumbre fueron justificando lo injustificable; parecía
que la modernidad recién nacida eliminaba sus propios estandartes ideológicos. Por ello, América Latina
fue el espacio donde la ambición y la intolerancia humana señalaron los límites del discurso político, la
conviene reiterar que para América Latina su descubrimiento y su conquista solo significaron su
subordinación como un espacio colonial sujeto a un centro político mundial y que su organización
territorial sufrió por la articulación a los mercados e industrias centrales de Europa (Skidmore et al.,
1996: 53 y ss.).
Los primeros años de la conquista fueron de tragedia y dolor (Gutiérrez, 1992). Los cálculos del genocidio
son monstruosos. Decenas de millones de seres humanos, en su mayoría indígenas, murieron en trabajos
forzados, en guerras, por enfermedad y demás. A lo largo del período colonial millones de seres humanos
fueron esclavizados y traídos de África a América Latina, ellos reemplazaron la portentosa mortandad
dejada por el genocidio contra los indígenas (Skidmore, 1996: 35 y 36). La marca de esta espantosa
defensora de los derechos civiles acabó reimplantando la esclavitud de los negros y reduciendo a
servidumbre a los indígenas. La inicial modernidad europea había producido una reformulación
sustantiva sobre la idea de la persona humana al colocar el eje del conocimiento, de la política y de la
moral en el individuo. Aparece entonces un defensor para los indígenas Bartolomé de las Casas el cual
emprende la defensa del indio como sujeto político y sujeto de la evangelización lo hace precisamente
bestialidad y la no humanidad del indígena. Las razones de este debate son de gran importancia porque
realmente diferentes.
Este proceso de colonización trajo los peores horrores para la población indígena, en ningún momento
se les respeto, fue algo realmente escalofriante pues el poder se apoderó de los europeos. Fue el poder
militar el que mantuvo y controló a las poblaciones nativas en su deseo por sacudirse del poder colonial
(Konetzke, 1995).
Cabe resaltar que jamás que los indígenas y los esclavos aceptaron su condición sin más, ellos se
defendieron ante éstas atrocidades por las cuales estaban pasando. En este período latinoamericano de
alrededor de trescientos años, se puede evidenciar que muchísimos fueron perseguidos, reprimidos y
ejecutados por exigir derechos, justicia y libertad que no son otra cosa que banderas programáticas de
una modernidad distinta a la europea. La lucha por la libertad y por los derechos de las personas
comenzó desde el mismo momento en que empezó la conquista. Por eso podemos hablar del
surgimiento de una nueva manera de pensar y de vivir. La modernidad latinoamericana empezó ahí: una
La modernidad es precisamente el producto de una relación, por cierto desigual, pero no algo
puramente externo que le haya acontecido al continente denominado americano por los europeos, sino
que se inicia a partir de una relación, como lo es la conquista con que el español logra su encuentro con
el otro, con el rostro indio a quien implantó en la comprensión de su propio mundo obligándolo a
renunciar al suyo; asemejándolo como “nada” lo negó como vida, como hombre, en últimas como otro;
encontraba encerrado en su mismidad y fue a ella a la que sometió al indio, “el mundo indio se hizo
hispano; mejor aún el mundo español se hizo hispanoamericano; después el mundo europeo se hizo
La expansión del proyecto de la modernidad por parte de Europa, y más concretamente por España
hacia occidente, se consolida con la cristianización del Imperio romano y por él el reino de Granada,
considerando las proporciones cronológicas claro está. Como ya se sabe, dicha expansión conlleva al
la que el español empieza una dominación ontológica del territorio de los aborígenes a colocarle el
nombre a algo que ya lo tenía. La práctica nominal significa en sí misma una dominación ontológica.
En una conferencia de 1971 recogida en la obra Caminos de liberación latinoamericana (1972), titulada
La cristiandad colonial latinoamericana, se hace mención a una serie de hechos dentro de los cuales se
encuentran:
Primero la caracterización del indio como seres que practicaban un estilo de vida ligada a la
supervivencia, vegetarianos, algo débiles y con niveles de natalidad baja.Con la entrada del español toda
aquella gente frágil es presa de las enfermedades que exportan los hispanos de Europa: la tuberculosis,
la sífilis y otra cantidad de males. El indio es diezmado rápidamente; los españoles encuentran ante sí
poca resistencia física. Mucha mayor dificultad es el encontrar una gran diversidad de lenguas sin
ninguna organización política porque ahí no hay república ni imperio, son un conglomerado de clanes o
de tribus. Se hace la tarea imposible de evangelizar. Y por ello se tiene una visión totalmente negativa del
Cómo segundo elemento se puede señalar que ante la posibilidad de sobrevivir el indio es sometido a un
tipo de tecnología de poder como lo fue la encomienda. Como consecuencia de esto el indio, sujeto-
sujetado, padece en este proceso cosificación de la muerte por la manera violenta con que es tratado.
Así, su anormal civilización respecto a la norma civilizatoria que era el modelo establecido por la
El cristianismo fue implementado de manera violenta en la colonia y fue de alguna manera legitimada;
una voluntad de poder imponiéndose sobre una voluntad sometida. En últimas, el proyecto de la
modernidad comportó en sí el cristianismo como una matriz de poder donde la práctica de la violencia
A raiz de esto Enrique Dussel nos habla sobre el Mito de la modernidad, la cual se despliega
representando una expresión de progreso y emancipación, y por ende la violencia no es tomada aquí
como transgresión sino como un método para sacar del atraso en el que aparentemente se encontraban
los indios. Y es así como Dussel define en qué consiste el llamado Mito de la modernidad:
[…] La dominación (guerra y violencia) que se ejerce sobre el otro es, en realidad, emancipación, utilidad,
bien del bárbaro que se civiliza, que se desarrolla o moderniza. En esto consiste el Mito de la
modernidad, en un victimizar al inocente (al otro) declarándolo causa culpable de su propia
victimización, y atribuyéndose el sujeto moderno plena de inocencia con respecto al acto victimario. Por
último, el sufrimiento del conquistado será interpretado como el sacrificio o el costo necesario de la
El Mito de la modernidad se funda bajo las premisas del eurocentrismo, el desarrollismo, la violencia
justificada, la emancipación requerida provoca una inversión –si acaso no ontológica– de la víctima, pues
victimario es inocente en cuanto que fue quien contribuyó a que saliera (emancipación) de su estado de
atraso.