Camina Sobre El Mar

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Luego del milagro de la multiplicación, Jesús se despidió de la multitud, y también

envió a los discípulos para que se adelantaran…


(Mateo 14:22) Enseguida hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran
delante de Él a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud.

Caminando sobre el agua,. En el curso de este evento, Jesús realiza no un milagro sino
tres. El mismo camina sobre el agua, hace que Pedro camine sobre el agua y luego calma la
tempestad. La gente estaba contenta por la comida provista por Jesús y quería forzarlo a
ser su rey, según la expectativa popular de un Mesías político (Joh_6:15).

Jua 6:15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey,
volvió a retirarse al monte él solo.

Al darse cuenta de este propósito, Jesús no demoró en obligar a los discípulos a partir en
la barca a la otra orilla, mientras despedía a la gente. “Obligar” ( G315) es un término fuerte
que implica resistencia. Sería que los discípulos simpatizaban con los intentos de la
multitud de forzar a Jesús a ser su rey, o que no querían dejar la multitud excitada, o que
ya soplaban vientos anunciando una tormenta.

Evidentemente Jesús aún quería pasar un tiempo solo para orar.


(Mateo 14:23) Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar;
y al anochecer, estaba allí solo.

Aquí el Señor nos enseña otro principio: necesitamos apartar tiempo para estar
solos con Dios—no como un "deber religioso" sino como una necesidad espiritual.
Cada creyente necesita desarrollar una relación íntima y personal con el Señor,
pues de allí viene la vida y la revelación (Salmo 63:1-2). Dios no sólo creó al
hombre con el soplo de su aliento (Gen. 2:7; Salmo 33:6), sino que nos da vida
espiritual de continuo (Job 33:4; Salmo 104:30; Juan 20:22) la cual obtenemos a
través de la conexión que tenemos con Él.
(Job 33:4) El Espíritu de Dios me ha hecho, y el aliento del Todopoderoso me da
vida.

JESÚS CAMINA SOBRE EL AGUA


Mientras Jesús estaba apartado hablando con el Padre, los discípulos estaban
luchando con viento contrario en el lago…
(Mateo 14:24) Pero la barca estaba ya a muchos estadios de tierra, y era azotada
por las olas, porque el viento era contrario.

El texto no dice que tuvieron miedo. Aparentemente habían aprendido a confiar en


Dios luego de una experiencia similar (Mateo 8:23-27); pero no sospechaban que
Jesús los alcanzaría a medio lago...
(Mateo 14:25-26) Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando
sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían:
¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.

Primer punto=VIGILIA
Palabra que designa una medida hebrea y también al guarda.
1. Medida hebrea de tiempo para dividir la noche. En el Antiguo Testamento se dividía en
tres vigilias de cuatro horas: la primera se contaba desde la puesta de sol, la segunda se
llamaba vigilia de medianoche y la tercera hasta la salida del sol (Jue 7.19; Éx 14.24; 1 S
11.11). En el Nuevo Testamento usaban la división romana de cuatro vigilias de tres horas,
las que se enumeran en Mc 13.35 (cf. Mt 14.25; Hch 12.4).
2. En sentido figurado, traducido "guarda" en la RV (Sal 141.3) y "vigilia" en la RV-1909.
14 . 25 La cuarta vigilia se extendía de 3:00 a.m. a 6:00

Segundo punto= FANTASMA=La palabra griega fán·ta·sma aparece solamente


en los dos relatos que cuentan que Jesús anduvo sobre las aguas del mar de Galilea en
dirección a sus discípulos que estaban en una barca. (Mt 14:26; Mr 6:49.) En ambos
pasajes se dice que los discípulos exclamaron asustados: “¡Es un fantasma!”. La palabra
fán·ta·sma por lo general se ha transliterado “fantasma”. Otras versiones la traducen
“aparición” (ENP), “espíritu malo” (Mt 14:26, Sd) y “aparecido” (Mod).
Un fantasma es una ilusión, una imagen formada en la mente de algo inexistente
tomado como real, que puede ser debida a la imaginación excitada o a cualquier otra
causa.
Para asegurar a los discípulos que no era un fantasma sino que era real, Jesús dijo: “Soy
yo; no tengan temor”. (Mt 14:27; Mr 6:50.)

El Íncubos es una variante del demonio masculino, en muchos países tiene


distinto nombre de acuerdo con el folclore popular regional. Aparece a
mujeres con el fin de mantener relaciones sexuales y a hombres con el fin de
asustarlos. Siempre mientras se duerme.

El Súcubos es la variante femenina del demonio, tiene bastante más


historias a sus espaldas que el Íncubos, con nombres de demonios
conocidos tales como Lilit, Rusalka, Abrahel, y el más conocido Lilito, que
se presentaba a los artistas, con cuerpo de mujer de una belleza
incomparable, para que la esculpieran. Se utilizaban las tallas deSúccubus
para ponerlas en las fachadas de los burdeles y así poder reconocer tal local.

Jesús calmó a sus discípulos haciéndoles saber que era Él…


(Mateo 14:27) Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no
temáis.

Como buen discípulo, Pedro quería hacer lo mismo que su Maestro, y le pidió que
se lo permitiera.
(Mateo 14:28-29) Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que
vaya a ti sobre las aguas. Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca,
caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.

14.28 Pedro no estaba probando a Jesús, pues es algo que se nos dijo que no
hiciéramos (4.7). A pesar de que fue el único en la barca que reaccionó con fe, su
pedido impulsivo lo condujo a experimentar una demostración poco común del poder
de Dios. Pedro comenzó a hundirse porque no siguió mirando a Jesús sino que miró
las olas gigantes que se levantaban a su alrededor. Luego su fe fluctuó cuando se dio
cuenta de lo que estaba haciendo. Quizá no caminemos sobre las aguas pero sí
caminaremos a través de situaciones adversas. Si nos concentramos en las olas de las
circunstancias difíciles que se levantan cerca de nosotros sin buscar la ayuda de Dios,
también terminaremos desesperados y hundiéndonos. A fin de mantener su fe en
medio de las tormentas, mantenga los ojos en el poder de Cristo y no en su
incapacidad.

Pedro logró caminar sobre las aguas como Jesús. Pero cuando quitó la vista del
Señor y colocó su mirada en las circunstancias, las cosas cambiaron…
(Mateo 14:30) Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a
hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame!

Pedro de nuevo volvió la vista al Señor, y Él lo salvó.


(Mateo 14:31) Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le
dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?

No podemos burlarnos de Pedro, porque ¿acaso no nos pasa lo mismo a


muchos? A veces nos dejamos llevar por las circunstancias de la vida en lugar de
poner nuestra confianza en Dios. No debemos olvidar que Dios es más grande
que nuestros problemas, y Él tiene todo bajo control.
(Mateo 14:32) Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó.

Este milagro llevó a los discípulos a reconocerlo como el Hijo de Dios, y lo


adoraron (algo que no se hace a ningún humano, sino sólo a Dios).
(Mateo 14:33) Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En
verdad eres Hijo de Dios.

Toda esta experiencia fue durante la “cuarta vigilia”, que equivale al período de
tiempo entre las 3:00 y las 6:00 de la mañana. Al amanecer llegaron a
Genesaret…

EN GENESARET
Terminada la travesía, bajaron a tierra en Genesaret, que era un puerto de
comercio. Aparentemente Jesús no frecuentaba mucho ese lugar, porque como
suele suceder en los puertos, hay mucha contaminación espiritual. Pero las
noticias de los milagros de Jesús habían llegado hasta allí, y la gente lo buscó.
(Mateo 14:35-36) Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús,
enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los
que tenían algún mal. Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su
manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

El hecho de tocar el borde del manto de oración (hebreo, Talit) es significativo,


porque la Biblia dice que los flecos (heb. Tzitzit) sirven como recordatorio de los
mandamientos:
(Números 15:38-40) Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en
los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los
bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os
acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no
miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os
prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis
santos a vuestro Dios.

La necesidad de sanidad los llevó a buscar un milagro en Jesús; y en Él


encontraron también la sanidad espiritual.

MATEO 15:1-14. Tradición de los ancianos

A pesar de la tensión entre Jesús y los fariseos, éstos seguían buscándolo


para escuchar lo que enseñaba.
(Mateo 15:1-2) Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos
de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de
los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
Los fariseos sabían que tanto Jesús como los discípulos guardaban los
mandamientos de Dios, pero les intrigaba por qué no practicaban muchas
de las tradiciones religiosas que los judíos venían haciendo por años.

Como ya vimos en el estudio del Sermón del Monte (ver: Mateo 5:17-48:
Jesús y la Ley), Jesús mismo aclaró que él no vino a derogar la ley:
(Mateo 5:17) No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas;
no he venido para abolir, sino para cumplir.

Jesús cumplió la Torá, y vivió según las normas del Reino de Dios. No sólo
la cumplió, sino que enseñó la Torá a sus seguidores, y señaló que la Torá
no ha perdido vigencia (Mateo 5:18-19). Jesús se sometió a la Ley de Dios
pero no a la tradición rabínica, y eso era lo que confundió a los líderes
religiosos de su tiempo.

TRADICIÓN RABÍNICA
Por años los rabinos interpretaron la Torá y los profetas, y sus
conclusiones se convirtieron en reglas y normas dentro de la religión
judía. Éstas están codificadas en el Talmud y otros escritos, pero no están
escritas en la Torá (por ejemplo: los lavamientos de manos y ciertas
prohibiciones en el día de reposo). Muchas veces Jesús no coincidía con la
interpretación de los rabinos, y por ello no practicó la tradición rabínica.

Los fariseos no entendían por qué Jesús no seguían la tradición rabínica, y


por eso le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de
los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan (Mat. 15:1-
2).

Ellos se referían a la costumbre de lavarse las manos antes de comer,


conocida en hebreo como: Netilat Yadayim. Sin duda es una buena
costumbre de higiene lavarse las manos; sin embargo, estos religiosos se
referían al lavamiento ceremonial que va acompañado de una oración
prediseñada, el cual se hace luego del lavamiento normal de manos. Esta
ceremonia era una costumbre popular originada de un mandato rabínico,
pero no se encuentra en la Torá. La única mención bíblica sobre
lavamiento es para los sacerdotes en el contexto de los sacrificios (Exo.
30:17-21).

Ante la pregunta de los fariseos, Jesús les dio vuelta al argumento:


(Mateo 15:3-6) Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros
quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios
mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre
o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera
que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con
que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así
habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.

Jesús no habló con sutilezas a los fariseos, sino fue directo al grano. Ellos
venían a reclamar a Jesús por no cumplir con la tradición de los ancianos,
pero Él los confrontó y les hizo que ver por seguir la tradición muchas
veces dejaban de cumplir con la Ley de Dios. Para ilustrar su punto, usó el
ejemplo del mandamiento de “honrar a padre y madre”, el cual es uno de
los 10 mandamientos (Exodo 20). Jesús señaló que muchos religiosos
preferían usar su dinero para comprar ofrendas para el Templo en lugar
de cubrir las necesidades de sus padres.

Jesús señaló la hipocresía de acciones como esas, que dan apariencia de


ser piadosas, pero en el fondo lo que se busca es impresionar a la gente en
lugar de quedar bien con Dios. Para respaldar su punto, Jesús citó al
profeta Isaías (Isa. 29:13):
(Mateo 15:7-9) Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en
vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.

LAVAMIENTO
Después de este llamado de atención, Jesús vuelve al punto del
“lavamiento de manos”…

En la tradición judía, los rabinos mandan a que uno haga un lavamiento


ritual de manos antes de comer alimentos. Aunque es una buena práctica
de salud, el problema es que lo catalogan como “una norma” en lugar de
“una buena costumbre”, lo cual da un tinte religioso que no debe tener. El
problema con “normar” las costumbres es que se añaden mandamientos a
los que Dios ha dado, y eso está claramente prohibido.
(Deu. 4:2) No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de
ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo
os ordene.

Los mandamientos de Dios nos ayudan a entender cómo funciona el


mundo y también nos llevan a entender la mente de Dios; por el contrario,
las normas “extra bíblicas” lo que hacen es alejarnos del corazón de Dios.

Después de su llamado de atención, Jesús va al meollo del asunto, y dice


que si de verdad nos importa tanto la contaminación, lo que más nos
debería preocupar es el corazón…
(Mateo 15:10) Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No
lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca,
esto contamina al hombre.

¿A qué se refería Jesús: al lavamiento de manos o al tipo de comida? Los


discípulos tampoco entendieron bien, y por eso le preguntaron:
(Mateo 15:15) Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.

Muchas veces no entendemos la Palabra del Señor porque la leemos a


través de los lentes de nuestros paradigmas. Pero ahora leamos qué
explicó Jesús y lo que debe procurarnos limpiar…
(Mateo 15:16-20) Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin
entendimiento? ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al
vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón
sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos
pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos,
los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan
al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al
hombre.

Jesús nos enseña que la contaminación más grave que podemos tener no
es la física sino la espiritual.

Los discípulos se preocuparon un poco por la opinión de los fariseos,


porque sabían que no les vino en gracia lo que Jesús les dijo. Pero se
preguntaban si Jesús estaba consciente de ello.
(Mateo 15:12) Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes
que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
Jesús si estaba consciente que les habló muy fuerte, pero lo hizo a
propósito para abrir los ojos de sus seguidores…
(Mateo 15:13-14) Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó
mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos;
y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

¿A quién
seguimos?

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