Paternidad Espiritual
Paternidad Espiritual
Paternidad Espiritual
INTRODUCCIÓN
El tema de la paternidad espiritual es tan crucial en este tiempo de avivamiento con resultado
de crecimiento de la iglesia. El tema es central porque el Cuerpo de Cristo necesita verdaderos
padres y verdaderas madres que ayuden a desarrollar hijos saludables y maduros Aunque
hablamos, entonces, de paternidad espiritual, estamos incluyendo también el ministerio de
algunas mujeres como madres espirituales dentro del cuerpo de Cristo. Concebimos, pues, a la
paternidad espiritual como paternidad y maternidad, pero por razones de conveniencia
hablaremos de paternidad espiritual.
Al hablar de paternidad espiritual es necesario recordar que por sobre todas las cosas,
todos los que hemos recibido a Cristo como Señor de nuestra vida, somos hijos de Dios.
Esta relación esta por encima de cualquier otra relación de paternidad, incluyendo la
relación de paternidad natural. Dios es Padre de todos.
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que
habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también
herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. (Romanos 8:15-17)
Como resultado de esta relación de hijos de Dios, todos somos hermanos, pues somos
hijos del mismo Padre Celestial. Sin embargo, aunque esta es una verdad eterna,
también es cierto que en virtud del desarrollo espiritual y del llamado de Dios para
algunos de sus hijos, en la Iglesia hay algunos que han sido constituidos para ser padres
o madres espirituales, han sido establecidos como ancianos o ancianas con llamado al
gobierno dentro del cuerpo de Cristo. Por lo tanto lo que veremos adelante tiene que ver
con las características que estos padres y madres espirituales desarrollan como parte de
su llamado.
En el libro de Malaquías hay una profecía en la cual el Señor expresa que El enviaría el
espíritu de Elías y que el espíritu de Elías vendría para hacer volver el corazón de los
padres hacia los hijos y el de los hijos hacia los padres. El espíritu de Elías tiene que ver
con el Espíritu Santo trayendo un mover en medio del pueblo de Dios, para desarrollar a
los hijos del Reino como ministros competentes. También el Espíritu de Elías tiene que
ver con el espíritu apostólico-profético que le da paternidad al pueblo de Dios, la iglesia,
habilitándola para alcanzar su madurez y pleno desarrollo.
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y
terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos
hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.(Malaquías 4:5-6)
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Ese es el mismo espíritu que vino en doble porción sobre Eliseo, para desarrollar un
ministerio poderoso y que tuvo un alcance mayor que el del “padre Elías”. Haciendo las
mismas tareas, pero con un mayor alcance.
Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo Pide lo que quieras que haga por ti, antes que
yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea
sobre mí. El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te
será hecho así; más si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro
de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a
caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. (2 Reyes
2:9-11)
1. Fuente
a. De amor
Ser amado es una de las necesidades mas grandes que los seres humanos
experimentamos. Los padres espirituales son fuente de amor, del amor del Padre
Celestial, ya que el amor de cualquier padre espiritual solamente es un pálido
reflejo del amor de Dios.
b. De seguridad
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a
sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos
querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias
vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos .Porque os
acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de
día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de
Dios”. (1ª Tesalonicenses 2:7-9)
“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea
formado en vosotros” (Gálatas 4:19)
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2. Alimentador
Nutrir para el crecimiento. El padre tiene alimento preparado, es “la mesa de la casa”.
Por eso el hijo, aunque tenga muchas opciones de alimento, busca comer de la mesa
del padre. El padre, debido a que conoce las necesidades de su hijo, sabe cual es el
alimento necesario para el saludable crecimiento, qué dosis es la apropiada y cuando
darle el alimento. Esto es parte del cuidado paternal. Solamente los verdaderos
padres alimentan adecuadamente a sus hijos espirituales.
“desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por
ella crezcáis para salvación”. (1ª Pedro 2:2)
3. Sostén
4. Proveedor
Aunque los hijos hayan crecido, en términos generales, los padres siempre son
buscados por los hijos en búsqueda de apoyo en momentos de necesidad, porque
saben que los padres son fuente de recursos. Un padre es un proveedor de recursos
materiales, pero también de recursos espirituales. Los padres pueden proveer visión,
unción, dirección, consejo, etc. Hay momentos en los que incluso los padres pueden
ser fuente de provisión de dinero para sus hijos espirituales.
“…Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.” (2º
Reyes 2:9)
6. Transmiten vida
Los padres espirituales, al igual que los padres naturales, transmiten vida a sus hijos,
la vida de Dios. Lo hacen al cubrirlos espiritualmente, al interceder por ellos, al
imponerles manos, al entrenarlos en el ministerio, etc. La vida espiritual se transmite
al engendrar los hijos, al dar a luz ministros, siervos de Dios.
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus
propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido
entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque
habéis llegado a sernos muy queridos”. (1ª Tesalonicenses 2:7-8)
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En la iglesia del siglo XXI hay muchos maestros, pero pocos dispuestos a establecer
relaciones de padres a hijos espirituales. Hay miles de tutores (tienen seguidores,
creyentes), pero… ¿Quién es padre?
Los padres espirituales proveen a sus hijos, por lo menos cuatro aspectos muy
importantes para su desarrollo. Estos aspectos son claves pues ayudan al crecimiento de
los hijos:
1. Protección.
Es responsabilidad de los Padres servir como una cobertura, como una protección
para aquellos que son sus hijos espirituales. Esta protección se da tanto en el ámbito
espiritual como en el natural. En el espiritual es fungir como protección contra los
ataques de espíritus de maldad. Es hacer la función de escudo, pararrayos, nube,
paraguas o como dice el salmo 91 como alas de protección“Con sus plumas te
cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su
verdad” (Salmos 91:4).
Un padre espiritual tiene una visión mas amplia, general y de largo plazo que
aquellos que son sus hijos y es una de sus funciones compartir esa visión con ellos.
Es posible que algunos hijos tengan visiones muy especiales reveladas por Dios; sin
embargo, Dios anda buscando personas con un corazón paternal para revelarles Su
visión. Los padres transmiten esa visión a sus hijos.
3. Ejemplo.
También los padres espirituales sirven de ejemplo a sus hijos. Ejemplos en carácter,
conducta, ministerio y en como ser padres de otros.
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“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola
mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al
vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino
amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en
sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo
cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en
la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los
de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo”. (1ª Timoteo 3:3-7)
4. Corrección.
La corrección tiene varios sentidos. Uno de ellos tiene que ver con corregir lo
deficiente, es decir, corregir lo que esta mal en la vida de los hijos, esto tiene el
sentido de punitivo. Es decir, confrontar el pecado para que sea sacado de la vida de
los hijos. Es el concepto de cortar lo malo.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses
ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tito1:5)
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2ª Timoteo 3:16-17)
5. Empoderamiento.
Empoderamiento es proveer a los hijos las condiciones para que tomen decisiones y
ayudarles a desarrollar sus capacidades espirituales, físicas y emocionales. También
implica delegarles fe, equiparlos espiritualmente, activarlos en los dones, etc.
Por otro lado, el empoderamiento también implica el presentarlos delante del Señor,
intercediendo a favor de los hijos para que el Espíritu Santo los llene de Su poder, y
para que el Señor los lleve a nuevas dimensiones en su vida.
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A. ¿Quién es un hijo espiritual?
Los hijos espirituales son aquellos que han sido engendrados por medio del ministerio de
un padre. También son hijos aquellos, que aunque no han sido engendrados, ellos
solicitan a un padre su cobertura y paternidad espiritual.
a. Obediencia
Los hijos deben obedecer a sus padres espirituales. Esto significa apegarse al
principio bíblico de la sumisión a la autoridad espiritual.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. (Efesios 6:1)
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. (Col. 3:20)
Aquellos que quieren tener paternidad espiritual sobre ellos, deben saber que
requiere que un hijo aprenda a someterse a ellos. La obediencia implica hacer todo
aquello que el señor nos mande a través de ellos; no es solamente decir si lo haré y
no hacerlo.
Este principio presupone que los padres espirituales no les van a pedir a sus hijos
que hagan algo que vaya en contra de la Palabra de Dios, como tampoco cosas que
atenten en contra de la integridad de sus hijos espirituales. El sometimiento debe
hacerse en el Señor de igual manera que el ejercicio de la autoridad.
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino
de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien
se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que
resisten, acarrean condenación para sí mismos. (Romanos 13:1-2)
Si un hijo no obedece lo que su padre espiritual le indica que haga, realmente se está
saliendo de la cobertura espiritual: por lo tanto, los padres deben estar atentos a la
obediencia y considerarla un asunto central en las relaciones de paternidad.
b. Rendir cuentas
Los padres deben tener la libertad para corregir a los hijos en aquellas áreas que
ellos disciernen y consideren que están actuando de forma incorrecta. El rendir
cuentas debe ser frecuente, a solicitud de los hijos o a solicitud de los padres.
Debe establecerse periódicamente cuando tener tiempos de rendimiento de cuentas,
pero debe quedar establecido también que este rendimiento de cuentas puede ser
espontáneo; es decir, que de acuerdo con las circunstancias o necesidades pueden
reunirse para tiempos de evaluación.
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“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras
almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso” (Hebreos 13:17)
El rendir cuentas debe ser sobre aspectos de la vida personal de los hijos, de sus
relaciones matrimoniales, para los casados, de sus finanzas, de la relación con sus
hijos, de la doctrina o del ministerio, etc. Esto debe volverse tan natural en la relación
de padres e hijos que no debe ser forzado. Debe ser resultado de una relación de
confianza.
“El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre” (Prov.27:17)
c. Respeto
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto; al que honra, honra. (Rom. 13:7)
“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os
presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por
causa de su obra. Tened paz entre vosotros” (1ª Tes. 5:12-13)
El respeto o la estima como le llama el apóstol Pablo, deben ser como resultado de
su trabajo, de su dedicación y de su amor hacia los hijos. El respetar los padres es
prácticamente una obligación para los hijos, el apóstol le dice a los hermanos de
roma que deben pagar el respeto y la honra que le deben a los que los dirigen;
entonces el respeto debe considerarse como una deuda que los hijos tienen hacia
sus padres espirituales.
d. Financiera
Por último, queremos destacar la responsabilidad que los hijos tienen con sus
padres espirituales en lo financiero. Cuando una persona busca a un padre
espiritual para recibir su cobertura, es importante que lo bendiga financieramente.
Una forma en que lo puede hacer es dándole los diezmos de todo aquello con lo
que el Señor le bendiga y dándole ofrendas cuando el Señor se lo ordene.
Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y
vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los
cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu
mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. (Génesis 14:18-20)
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II. PATERNIDAD APOSTOLICA-PROFETICA
1. Progenitores
Hay hijos espirituales que han sido engendrados espiritual y/o ministerialmente por el
apóstol o el profeta. En este caso la relación es muy estrecha, ya que hay vínculos
no solamente espirituales, sino también emocionales, familiares, pastorales, etc.
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en
Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. (1ª Cor. 4:15)
2. Mentores
Los mentores pueden ser personales o generales (es decir, sobre toda la vida de la
persona) o específicos o particulares ( en un aspecto o algunos aspectos de la
persona por ejemplo el área ministerial, familiar, financiero, etc.). Los mentores no
necesariamente deben estar tan cercanos todo el tiempo con sus mentorizados,
incluso su contacto puede no ser personal, por ejemplo puede ser a través de medios
de comunicación.
3. Consejeros
4. Intercesores
A veces los padres espirituales son los intercesores de los hijos espirituales. No todo
intercesor es padre espiritual, pero todo padre espiritual es intercesor de sus hijos
espirituales.
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5. Entrenadores
Muchos generales del ejército de Dios pueden caer en esta categoría. Ellos han sido
capacitados por el Señor a través de muchos años de ministerio y son de edificación
para los nuevos ministros o para aquellos que están en proceso de entrenamiento.
CONCLUSIÓN
El cuerpo de Cristo necesita que los padres espirituales funcionen plenamente, para que los
hijos puedan ser llevados adelante en el proceso de madurez. Dios está levantando en este
tiempo a hombres y mujeres que tienen el llamado a desarrollarse como padres y madres para
que ayuden a crecer a los hijos que ya son parte del Cuerpo de Cristo y aquellas multitudes
que están a punto de ser engendrados como hijos e hijas espirituales. El clamor universal es
Señor levanta a padres y madres espirituales con las características espirituales y los dones
naturales que ayuden a prepararnos para tu venida. ¡Levántalos Señor!