INFORME 2 Granulometria
INFORME 2 Granulometria
INFORME 2 Granulometria
MECÁNICA DE SUELOS I
PROFESOR: Ing. Bermúdez Darío
PRÁCTICA No. 02
GRUPO No. 01
INTEGRANTES:
1.Caillagua Cuichán Olger Alexander
2.Macas Guallichico Angel Fernando
3.Patajalo Villalta Miguel Francisco
4.Romero Zapata Gustavo David
5.Yar Quel Jefferson Franklin
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1. INTRODUCCIÓN
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2. OBJETIVOS
GENERALES
Determinar de manera adecuada la distribución granulométrica de las partículas
de muestras de suelo.
ESPECÍFICOS
Distinguir los distintos tipos de suelo, realizando la identificación y descripción
de cada una de las muestras.
Determinar la graduación de las muestras de suelo, mediante el cálculo del
coeficiente de uniformidad y el coeficiente de curvatura.
Realizar una curva granulométrica mediante la cual seamos capaces de interpretar
los resultados obtenidos.
Equipos
Herramientas
Materiales
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N° Nombre Cantidad Proyecto
1 Muestra de suelo 1 - Residencia Castillo
2 Muestra de suelo 2 - Rio Hollín
4. PROCEDIMIENTO:
Descripción, identificación y cantidad de agua del suelo:
Color: Observar a simple vista el color principal de la muestra que puede ser gris,
café, amarillo, rojo, azul, negro, verde blanco o anaranjado y su tonalidad
respectiva grisáceo, café, amarillento, rojizo, azulado, negruzco, verdoso,
blancuzco o anaranjado.
Olor: Tomar la muestra de cada tipo en la mano y oler de una manera prudente
en la cual se busca determinar si la muestra de suelo es de carácter orgánico e
inorgánico o ninguno.
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Tipo: Observar y Palpar cada tipo de muestra para determinar si es de tipo fino o
grueso.
Plasticidad: Determinar esta propiedad agregando agua a un poco de suelo, donde
se formará una masa pequeña tratando de hacer lo más plástica posible y se
clasificará como baja, media o alta dependiendo de la plasticidad que se haya
alcanzado con el agua.
Consistencia: Se tomará una cantidad pequeña de suelo preferiblemente un grumo
si el tipo de suelo lo tiene y se somete a una fuerza pequeña con los dedos y se irá
aumentando dicha fuerza con el objetivo de romper el grumo o intentar
desintegrarlo y esto se registrará como blanda, media o dura.
Condición de humedad: Observar y tocar el suelo por un tiempo prolongado para
determinar si el suelo está húmedo, mojado o seco.
6. Llenar los vasos metálicos con las muestras de suelo a criterio propio pero que no sea
menos de la mitad de este y tampoco hasta el tope o su volumen completo, se deberá
llenar dos recipientes para cada tipo de suelo.
7. Determinar y registrar la nueva masa en gramos de cada recipiente o vaso con su
respectiva muestra en la balanza y este valor será registrado en el casillero de húmedo
(masa del recipiente + muestra de suelo).
8. Colocar los vasos con sus respectivas muestras en el charol metálico y proceder a
ingresar las muestras en el horno durante 24 horas a una temperatura constante de
110ºC ± 5ºC.
9. Extraer los vasos del horno y dejar enfriar lo suficiente para que puedan ser
manipulados para proceder al pesaje.
10. Determinar y registrar la masa de cada vaso metálico con su respectiva muestra con la
balanza y este valor registrar en el casillero de seco (masa del recipiente + muestra de
suelo seco).
11. Realizar todos los cálculos respectivos a la práctica que irán en el informe y los
requeridos en el formulario.
Lavado:
12. Colocar en los recipientes metálicos 180 gr y 150 gr de suelo de la primera y segunda
muestra que son arena y suelo fino respectivamente, para tener más precisión en este
valor se debe pesar en la balanza digital la cual ya está previamente encerada.
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13. El suelo ya pesado colocar en el recipiente de plástico y sobre este verter una cantidad
razonable de agua y empezar a lavar el suelo con las manos y utilizaremos las palmas
y las yemas de los dedos, realizar esto de forma rápida y cuidadosa evitando que el
suelo o fragmentos de suelo salgan de la bandeja.
14. Colocar el tamiz #200 en la parte de abajo y en la superior el tamiz asignado que es #
40.
15. Conforme se vaya lavando el suelo ir vertiendo en los tamices que están ya
sobrepuestos, realizar esto hasta que en el suelo se denote que ya no hay suciedad y en
lo posible ver que el agua salga cada vez más transparente.
Observar que mientras más se vaya lavando quedarán partículas más grandes las cuales
se debe tomar y colocar en el recipiente metálico.
16. Repetir el paso anterior hasta que en el tamiz #200 se haya depositado una cantidad
considerable de suelo de partículas finas y por consiguiente este deberá ser devuelto a
la bandeja de plástico de forma cuidadosa y observando que todas las partículas finas
sean devueltas a la bandeja de plástico, en este caso no usar el chorro directo de la
llave sino usar la pera de caucho.
17. Lavar el suelo nuevamente con una cantidad de agua menor hasta conseguir que el
agua sea lo más transparente, si existen grumos aplastar estos con las yemas de los
dedos hasta hacerlos lo más finos posibles.
18. Verter por último el suelo ya completamente lavado con el agua contenida en el
recipiente metálico y luego botar el agua que quedo en el recipiente de manera que no
se derrame nada de la muestra de suelo para proceder al secado en el horno a
temperatura constante.
19. Repetir del paso 13 al 18 con las dos muestras de suelo.
Tamizado:
20. Una vez retiradas las muestras de arena y del suelo fino del horno, se pesan las mismas,
para obtener la masa inicial antes del tamizado.
21. Se comienza el proceso con el tamiz 3/8, se pasa la muestra y se pesa la masa retenida
en el tamiz.
22. Separar las masas retenidas y continuar con la masa restante.
23. Se realiza lo mismo con el tamiz 4, 10, 40, 100 y 200.
24. En el caso del suelo fino si existe masa que pasa el tamiz 200, se pesa esta masa.
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7. ANÁLISIS DE RESULTADOS
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8. CONCLUSIONES
9. RECOMENDACIONES
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Para prevenir la mezcla de muestras y la obtención de resultados incorrectos, todos
los contenedores deberán estar enumerados y se precederá a registrar la
numeración de los contenedores en las hojas de datos.
Se recomienda realizar el lavado y tamizado de los suelos de una manera
cuidadosa procurando que no haya pérdida de la muestra.
Durante la práctica es recomendable no tener pérdidas del suelo fuera de los
tamices cuando se hace el lavado, de igual forma se debe tener cuidado al manejar
el tamiz 200 debido a que la malla es muy fina y podría romperse.
No lavar o refregar el suelo o partículas que quedan en el tamiz #200 ya que su
malla es fina y delicada, esto se debe realizar solo en la bandeja plástica.
Si en el proceso de lavado ocurre un accidente que involucre una perdida bastante
de suelo es recomendable repetir la práctica ya que en la granulometría y
contenido de agua va a variar mucho en sus resultados.
10. BIBLIOGRAFÍA
Bowles, J. E. (1998). Manual de Laboaratorio de Suelos en Ingeniería Civil. McGraw-
Hill.
Henry, D. (1990). Fundamentals of Soil Science. John Wilwy and Sons.
Kirkham, D. (1972). Advanced Soil Physics. John Wilwy and Sons.
Malagón, D., Montenegro, H. (1990). Propiedades Físicas del Suelo. Instituto
Geográfico Codazzi, A.
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Rocci, S. (2018). Una clasificación de suelos, basada en granulometría. Obtenido de
Materiales de Construcción CSIC:
http://www.materconstrucc.revistas.csic.es/index.php/materconstrucc/article/do
wnload/1821/2221
UNE-EN 933-2. (1999). Ensayos para determinar las propiedades geométricas de los
áridos. Parte 2: Determinación de la granulometría de las partículas. Tamices de
ensayo, tamaño nominal de las aberturas.
11. ANEXOS:
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En los suelos propiamente dichos (que tienen el inconveniente de alterar su
resistencia por la acción del agua) el cemento ejerce, ante todo, una intensa acción
superficial que neutraliza en cierto modo la del agua, haciendo que el suelo así
"modificado" pierda su plasticidad, aumente su resistencia en estado húmedo, y
pierda, en definitiva, su susceptibilidad al agua (Rocci, 2018).
Por lo pronto, hay materiales cuya misma naturaleza los hace no aptos para la
mezcla con cemento, cualquiera que sea la dosificación de éste: entre los áridos, los que
son excesivamente gruesos (elevado índice de huecos, compactación imposible); entre
los suelos, los excesivamente cohesivos (cuya mezcla con el cemento es imposible de
realizarse homogéneamente, al menos con los medios de que se dispone hoy día). En un
diagrama granulométrico como el de la figura 1 existirán, por lo tanto, dos zonas,
indicadas "no apto": si la curva granulométrica del material pasa por una de ellas, aunque
sea tan sólo parcialmente, dicho material no es tal que su mezcla con cemento proporcione
resultados satisfactorios. En la zona de la izquierda, ello será debido a que contiene
demasiada fracción gruesa; en la zona de la derecha, a que contiene demasiada fracción
cohesiva (esto es, finos arcillosos) (Rocci, 2018).
Otra distinción importante es la que se puede establecer entre los "áridos" (que
darán origen, a partir de cierta dosificación, a un hormigón magro) y los "suelos" (que
darán origen, en análogas condiciones, al suelo-cemento). Claro está que los primeros son
más gruesos que los segundos, pero aquí no es tan sencillo diferenciar, puesto que
interviene la proporción relativa de las fracciones gruesas y finas. Por lo tanto, se ha
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recurrido al original criterio de la ''línea frontera". La que nos ocupa se designa en la
figura 1 por la letra A. En principio, toda curva que pase por debajo de ella dará origen a
un hormigón magro, y la que pase por encima dará origen a un suelo – cemento (Rocci,
2018).
De esta manera hemos visto cómo aplicando una clasificación cualitativa, basada
en el empleo de la línea frontera, se puede predecir, de forma aproximada, no sólo las
características más salientes del material en cuanto a su aptitud para la mezcla con
cemento, sino también los campos de validez de los diversos criterios de dosificación. La
combinación de esta clasificación cualitativa con un ensayo granulométrico aproximado,
puede hacer que los reconocimientos en el campo cobren una mayor envergadura,
permitiendo llegar a más conclusiones acerca de la conveniencia de emplear
determinados materiales (Rocci, 2018).
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No basta, sin embargo, el examen de la granulometría y su encaje dentro de uno u
otro tipo de material, de los anteriormente definidos; intervienen otras variables, que no
hemos considerado aquí, pero que pueden tener una influencia decisiva: principalmente,
la plasticidad de la fracción fina, y el contenido en materias orgánicas que inhiben la
acción del cemento (Rocci, 2018).
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