Dietética China Nutrigenómica Esp
Dietética China Nutrigenómica Esp
Dietética China Nutrigenómica Esp
convergencia.
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Departamento de Anatomía y Embriología Humana. Facultad de Medicina y
Odontología. Universidad de Valencia.
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Master en Medicina Naturista, Homeopatía y Acupuntura. Departamento de Botánica.
Facultad de Farmacia. Universidad de Valencia.
E-mail: [email protected]
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RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
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tradicionales, lo que sumado a la creciente oferta de una proporción cada vez mayor de
alimentos procesados industrialmente, ha conducido a la pérdida gradual del instinto
natural de las personas hacia una correcta alimentación. Más bien al contrario, en lugar
de por su salutabilidad, en la actualidad se tiende a elegir los alimentos que forman parte
de la dieta en función de su sabor agradable, o de las sensaciones atrayentes que se
publicitan. A una población en general confundida acerca de los principios de una
correcta alimentación, se añade el efecto desinformador que ejerce la periódica
aparición de nuevos regímenes dietéticos, muchos de ellos de dudosa recomendación. A
consecuencia de estas circunstancias, se constata una creciente prevalencia de diversas
patologías crónicas relacionadas en gran medida con incorrectos hábitos nutricionales.
Esta alarmante situación sanitaria queda plásticamente reflejada en el aforismo chino
que reza ”cavamos nuestra propia tumba con los dientes”, frase que también ilustra con
claridad la importancia que la medicina china confiere a la dieta como uno de sus
pilares básicos, al mismo nivel que el tuina, la acupuntura, la fitoterapia o el chi-kung.
Con lo que resulta de interés, y es objetivo de este trabajo, tratar de acercar esta
disciplina a los terapeutas occidentales, buscando las posibles coincidencias que puedan
relacionar los principios fundamentales de la milenaria dietoterapia china con las
actuales conclusiones alcanzadas por las nuevas líneas de investigación en nutrición,
muchas de las cuales parecen converger en sus resultados con antiguos principios
chinos.
DIETÉTICA CHINA
Se atribuye a Kǒngzǐ 孔 子 -Confucio- (551-479 a.C.) la frase: ”No comas sólo por
placer, aunque puedas encontrarlo. Come para ser más fuerte. Come para conservar la
vida que el cielo te ha concedido”. También entre sus Analectas se encuentran
referencias precisas acerca de cómo comer (Lún Yǔ 10-8). Hacia esta búsqueda de la
salud y la longevidad a través de la alimentación se orienta la dietética china. Prueba de
ello son los antiguos tratados de farmacopea y dietoterapia china que han llegado hasta
nuestros días, como el texto ”Sobre Prescripciones Valiosas” en el que Sūn Sīmiăo 孙思
邈 (581-682), dedica un capítulo a la dietoterapia titulado ”Terapia con alimentos”, o el
libro ”Reglas Esenciales de Dietética”, en el que el médico y dietista imperial Hu Sihui
忽思 recoge las directrices para mantener la salud mediante la correcta nutrición, o el
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Bencao Gangmu 本草綱目 “Compendio de Materia Médica” escrito por Lǐ Shízhēn 李
時珍 (1518-1593), en el que se sistematiza la fitoterapia china y la dietoterapia. Aunque
milenarios, los ancestrales principios de la dietética china persisten plenamente
enraizados aún hoy en la cultura china. Por el contrario, Occidente ha olvidado una
tradición semejante reflejada en textos hipocráticos de los siglos V-IV a.C. que han
perdido toda vigencia práctica y sólo valoran los historiadores de la medicina. Nos
referimos en este caso a los tratados de dietética 17 y 18 y los escritos de carácter
patológico general, en especial “Sobre los Aires, las Aguas, los Lugares”.
La muy antigua dietética oriental asienta sus pilares básicos en el principio del
equilibrio entre el yinyang de los alimentos con el del organismo. Se trata de una
disciplina médica fundamentalmente preventiva. Sūn Sīmiăo 孙 思 邈 , uno de los
grandes médicos de la dinastía Tang, ya apuntaba al empleo de la Farmacopea sólo
cuando la Dietética resulta insuficiente (Flaws, 2008), aunque la dietética china también
resulta un recurso valioso en el tratamiento de las enfermedades una vez establecidas.
Los cinco sabores más las cuatro energías (fría, fresca, tibia y caliente) son la
base de las combinaciones culinarias y también de la Farmacoterapia china. Los sabores
constituyen las calidades de las esencias que componen un ser o un alimento.
La teoría de los cinco elementos queda reflejada a nivel de los alimentos en los
cinco sabores (ácido, amargo, dulce, picante, y salado) porque cada uno posee
propiedades capaces de influir específicamente en su correspondiente órgano-víscera
(zang-fu) y meridianos subsidiarios. Así el ácido corresponde a la madera y favorece a
hígado y vesícula biliar, el amargo al fuego (corazón e intestino delgado), el dulce a la
tierra (bazo-páncreas y estómago), el picante al metal (pulmón e intestino grueso) y el
salado al agua (riñón y vejiga) (Su Wen 23-150-2). Respecto a esta clasificación se debe
tener en cuenta que el término “sabor” hace referencia a la naturaleza del alimento y no
necesariamente a su palatabilidad. En la práctica, un régimen saludable proveerá un
balance equilibrado entre los cinco sabores, mientras que el consumo excesivo de un
determinado sabor resultará perjudicial para su zang-fu específico, así como para sus
tejidos y meridianos asociados y para el fluir energético en el cuerpo.
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Tóxica no en sentido absoluto, sino como dañina pero sin que deba abstenerse de su uso, ya que pueden jugar un papel de
estimulantes beneficiosos y entran en la composición de numerosas indicaciones terapéuticas.
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Este concepto cualitativo chino de la acción de los alimentos, que parece
completamente ajeno a los principios cuantitativos propios de la clásica dietética
occidental, podría comenzar a establecer conexiones integradoras en los principios
propios de una joven ciencia, la Nutrigenómica, rama de la Epidemiología Genética que
integra la Genética y la Nutrición (Ordovás et al, 2004). Ni la genética por separado, ni
el estudio de los factores ambientales aplicados a la nutrición por si mismos, pueden
explicar las causas y el desarrollo de las enfermedades crónicas (Sing CF et al, 2003), es
por ello que la Nutrigenómica busca facilitar una comprensión genética y molecular de
cómo los nutrientes influyen en el equilibrio entre salud y enfermedad, alterando la
expresión y/o la estructura de la expresión genética. Esta nueva ciencia, que centra su
estudio en los mecanismos moleculares que subyacen en las diferentes respuestas
genéticas de cada individuo a factores dietéticos, puede resumirse en los siguientes
puntos: los componentes de la dieta actúan sobre el genoma humano, ya sea de forma
directa o indirecta, alterando la expresión o la estructura de los genes; bajo ciertas
circunstancias y en algunos individuos, la dieta puede ser un serio factor de riesgo para
padecer enfermedad; algunos genes regulados por la dieta se encuentran implicados en
la aparición, incidencia, progresión y severidad de las enfermedades crónicas; el grado
en que la dieta influye en el equilibrio salud-enfermedad depende de la información
genética de cada individuo; la intervención dietética basada en el conocimiento de los
requerimientos nutricionales, estado nutricional y genotipo puede ser empleada para
prevenir, mitigar o curar enfermedades crónicas (Kaput et al, 2004).
En 2012, Zhang L et al. descubrieron que los microRNAs de los vegetales eran
transferidos a la sangre y a los tejidos a través de la ingesta y que una vez en el
organismo cumplían con las mismas funciones que los microRNAs endógenos,
regulando la expresión genética y por tanto la función celular de órganos diana
específicos. Este mismo proceso se da también en el caso de xenomiRs procedentes de
fuentes alimentarias animales, pero la gran similitud de estos xenomiRs animales con
los del organismo humano los hace mucho más difíciles de detectar y estudiar (Zhang
HS et al, 2012).
Es por ello que los xenomiRs pueden ser considerados como un nuevo
micronutriente, al mismo nivel que las vitaminas y los minerales, desempeñando un
papel activo en la modulación genética (Zhang L et al, 2012). Dado que la dieta humana
es extremadamente variada e incluye diferentes proporciones de múltiples especies de
plantas y animales en función de cada región geográfica, y puesto que las plantas
codifican cientos de miles de xenomiRs (Rajagopalan et al, 2006), actualmente se
trabaja para determinar cuántos de estos xenomiRs tienen un potencial regulador de la
expresión genética. Igualmente se podría deducir que este efecto específico en la
modulación del metabolismo propio de los xenomiRs, también permitiría integrarse con
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la clasificación tradicional china de los alimentos en función del movimiento del qi que
suscitan en el organismo.
Por otra parte se ha observado que el procesado y cocinado, del mismo modo a
como sucede con otros micronutrientes, puede afectar en la cantidad de xenomiRs
presentes en los vegetales (Chen et al, 2010; Zhang L et al, 2012), y actualmente se
estudia qué técnicas culinarias en cada caso afectan a qué xenomiRs y en qué medida.
Resulta interesante constatar cómo, de forma similar, en la dietoterapia china, además
de las cualidades de cada alimento, se toma también en consideración el modo en que
estos se cocinan (Rochat de la Vallée y Père Larre, 1993), y los cambios en su sabor y
naturaleza durante la preparación, ya que cada técnica culinaria puede influir en el qi del
alimento haciendo variar su naturaleza, hasta el punto de condicionar un uso terapéutico
o preventivo diferente, que dependerá de la estación del año o del estado energético de
cada persona.
CONCLUSIONES
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Cabe destacar la solidez y completa vigencia de la ancestral sabiduría china que, al ser
analizada desde un prisma analítico, desvela la evidencia acertada de sus conocimientos
empíricos, que van así encontrando su base científica, tan necesaria para el pensamiento
occidental.
CONFLICTO DE INTERESES
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REFERENCIAS
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