Dietética China Nutrigenómica Esp

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Dietética china y Nutrigenómica, posibles puntos de

convergencia.

AUTORES Y CENTRO DE TRABAJO

Laura Quiles1, Electra Peluffo2.

1
Departamento de Anatomía y Embriología Humana. Facultad de Medicina y
Odontología. Universidad de Valencia.

2
Master en Medicina Naturista, Homeopatía y Acupuntura. Departamento de Botánica.
Facultad de Farmacia. Universidad de Valencia.

E-mail: [email protected]

KEYWORDS: Dietetics - Traditional Chinese Medicine - Nutrigenomics -


MicroRNAs.

1
RESUMEN

La versatilidad de la dietética china la convierte en un recurso útil a nivel preventivo y


terapéutico. No obstante, sus fundamentos teóricos, basados en criterios cualitativos de
los alimentos, hacen difícil su asimilación por parte de los dietistas occidentales. Por
ello resulta útil encontrar puntos de confluencia y acercamiento entre ambas líneas de
pensamiento dietético. El reciente desarrollo de la Nutrigenómica y sus investigaciones
en el ámbito de la regulación genética por parte de los nutrientes, así como la aparición
de nuevos nutrientes implicados, como los xenomiRs, suscitan posibles explicaciones
moleculares a conceptos empíricos clásicos de la dietética china.

PALABRAS CLAVE: Dietética - Medicina Tradicional China - Nutrigenómica -


MicroRNAs.

ABSTRACT

Chinese Dietetics versatility is a useful resource at both preventive and therapeutic


levels. However, since it is founded on qualitative criteria of food, it is difficult for
Western dietitians to assimilate Chinese Dietetics. Therefore, it would be useful to find
common ground between both dietary teories. Recent advances in Nutrigenomics such
as research on gene regulation by nutrients and discovery of new nutrient entities (i.e.
xenomiRs), offer a potential molecular explanation to well established empirical
concepts from Chinese Dietetics.

KEYWORDS: Dietetics - Traditional Chinese Medicine - Nutrigenomics –


MicroRNAs.

INTRODUCCIÓN

La rápida transformación de los hábitos dietéticos acaecidos en Occidente en las últimas


décadas ha supuesto un progresivo abandono de las costumbres alimentarias

2
tradicionales, lo que sumado a la creciente oferta de una proporción cada vez mayor de
alimentos procesados industrialmente, ha conducido a la pérdida gradual del instinto
natural de las personas hacia una correcta alimentación. Más bien al contrario, en lugar
de por su salutabilidad, en la actualidad se tiende a elegir los alimentos que forman parte
de la dieta en función de su sabor agradable, o de las sensaciones atrayentes que se
publicitan. A una población en general confundida acerca de los principios de una
correcta alimentación, se añade el efecto desinformador que ejerce la periódica
aparición de nuevos regímenes dietéticos, muchos de ellos de dudosa recomendación. A
consecuencia de estas circunstancias, se constata una creciente prevalencia de diversas
patologías crónicas relacionadas en gran medida con incorrectos hábitos nutricionales.
Esta alarmante situación sanitaria queda plásticamente reflejada en el aforismo chino
que reza ”cavamos nuestra propia tumba con los dientes”, frase que también ilustra con
claridad la importancia que la medicina china confiere a la dieta como uno de sus
pilares básicos, al mismo nivel que el tuina, la acupuntura, la fitoterapia o el chi-kung.
Con lo que resulta de interés, y es objetivo de este trabajo, tratar de acercar esta
disciplina a los terapeutas occidentales, buscando las posibles coincidencias que puedan
relacionar los principios fundamentales de la milenaria dietoterapia china con las
actuales conclusiones alcanzadas por las nuevas líneas de investigación en nutrición,
muchas de las cuales parecen converger en sus resultados con antiguos principios
chinos.

DIETÉTICA CHINA

Se atribuye a Kǒngzǐ 孔 子 -Confucio- (551-479 a.C.) la frase: ”No comas sólo por
placer, aunque puedas encontrarlo. Come para ser más fuerte. Come para conservar la
vida que el cielo te ha concedido”. También entre sus Analectas se encuentran
referencias precisas acerca de cómo comer (Lún Yǔ 10-8). Hacia esta búsqueda de la
salud y la longevidad a través de la alimentación se orienta la dietética china. Prueba de
ello son los antiguos tratados de farmacopea y dietoterapia china que han llegado hasta
nuestros días, como el texto ”Sobre Prescripciones Valiosas” en el que Sūn Sīmiăo 孙思
邈 (581-682), dedica un capítulo a la dietoterapia titulado ”Terapia con alimentos”, o el
libro ”Reglas Esenciales de Dietética”, en el que el médico y dietista imperial Hu Sihui
忽思 recoge las directrices para mantener la salud mediante la correcta nutrición, o el
3
Bencao Gangmu 本草綱目 “Compendio de Materia Médica” escrito por Lǐ Shízhēn 李
時珍 (1518-1593), en el que se sistematiza la fitoterapia china y la dietoterapia. Aunque
milenarios, los ancestrales principios de la dietética china persisten plenamente
enraizados aún hoy en la cultura china. Por el contrario, Occidente ha olvidado una
tradición semejante reflejada en textos hipocráticos de los siglos V-IV a.C. que han
perdido toda vigencia práctica y sólo valoran los historiadores de la medicina. Nos
referimos en este caso a los tratados de dietética 17 y 18 y los escritos de carácter
patológico general, en especial “Sobre los Aires, las Aguas, los Lugares”.

La muy antigua dietética oriental asienta sus pilares básicos en el principio del
equilibrio entre el yinyang de los alimentos con el del organismo. Se trata de una
disciplina médica fundamentalmente preventiva. Sūn Sīmiăo 孙 思 邈 , uno de los
grandes médicos de la dinastía Tang, ya apuntaba al empleo de la Farmacopea sólo
cuando la Dietética resulta insuficiente (Flaws, 2008), aunque la dietética china también
resulta un recurso valioso en el tratamiento de las enfermedades una vez establecidas.

La principal ventaja de este antiguo sistema nutricional consiste en su gran


flexibilidad y adaptabilidad, de modo que la dieta se diseña en cada caso en función de
las necesidades fisiológicas y la naturaleza de cada persona, adecuándola tanto a su
estado energético, como a las condiciones del entorno en que vive, al escoger aquellos
alimentos que promueven el flujo natural de la energía propio de cada estación y cada
lugar, compensando los efectos de los agentes climáticos. De este modo cada dieta se
adapta dinámicamente a las necesidades de cada individuo, según su edad, estado
energético, época del año, e incluso hora del día.

Esta versatilidad convierte a la dietética energética en un recurso preventivo y


terapéutico de inestimable valor y aplicable en cualquiera de las diversas culturas
culinarias existentes. No obstante, mientras que su implantación en Oriente es antigua,
en Occidente son escasos los terapeutas que implementan sus tratamientos con correctas
pautas dietéticas adaptadas a cada paciente, en comparación con aquellos que aplican
otras técnicas propias de la medicina china, con mayor aceptación y extensión. Quizá
esta falta de asimilación en Occidente de los conocimientos nutricionales propios de la
tradición oriental, pueda en parte atribuirse a su divergencia metodológica respecto a la
comparativamente reciente dietoterapia occidental. Mientras que en Occidente la terapia
nutricional diseña sus dietas en base a un criterio cuantitativo de los alimentos, en
4
función de su aporte calórico y su proporción de macronutrientes y micronutrientes, la
dietética china se distingue de la occidental en que aplica un criterio cualitativo: la dieta
equilibrada no es necesariamente aquella que contenga la cantidad adecuada de calorías
y nutrientes, sino aquella que ayuda a mantener el equilibrio yinyang del organismo
aportando aquellos alimentos cuyas cualidades energéticas sean las apropiadas. Para
ello es necesario conocer las propiedades de cada alimento, así como las de sus
combinaciones, tomando también en cuenta la estación del año, el método de cocción
empleado, y la ubicación geográfica.

ENFOQUES COMPARATIVOS: NUTRIGENÓMICA Y DIETÉTICA CHINA

A la complejidad de los principios en los que se basa la dietética china ha de sumarse la


lejanía en el modo de expresión de sus conceptos respecto a la forma analítica de
pensamiento occidental. Por otra parte, las indicaciones de que consta el sistema
dietético tradicional chino también podrían contribuir a orientar los estudios que
actualmente se realizan en el campo de la nutrición. Este podría ser el caso de las
recientes investigaciones llevadas a cabo en torno al efecto que ejercen sobre el
organismo los microRNAs presentes en los alimentos, denominados xenomiRs, que se
han evidenciado recientemente como un nuevo componente nutricional con
implicaciones metabólicas similares a las observadas por la dietética china.

Los microRNAs son pequeños fragmentos de 20-30 pares de bases nitrogenadas


(Carthew y Sontheiheimer, 2009) que se encuentran presentes desde virus y bacterias, a
plantas, hongos y animales (Lee et al, 2010). Circulan mediante microvesículas en el
suero y plasma de humanos y animales (Chen et al, 2008; Zhang Y et al, 2010), y
modulan diversos procesos metabólicos críticos, incluyendo la diferenciación celular, el
mantenimiento de la identidad tisular, la proliferación celular, la apoptosis, la
comunicación intercelular y la respuesta inmune frente a virus y bacterias (Bartel, 2004;
Witwer et al, 2013). Es por ello que la disregulación de los microRNAs se ha
relacionado con el desarrollo de diversos tipos de cáncer (Lujambio et al, 2007),
enfermedades metabólicas, cerebrales e infecciosas (Weiland et al, 2012). La cuestión
más interesante suscitada por el estudio de los microRNAs es si los microRNAs
presentes en los alimentos, o xenomiRs, acceden íntegros al interior del organismo
afectando a la regulación genética y metabólica.
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PROMETEDORES RESULTADOS OBSERVADOS

De acuerdo a sus características cualitativas, la dietoterapia china clasifica los


alimentos en diferentes categorías que quedan vinculadas entre sí a la hora de
recomendar una dieta adecuada. La principal clasificación se establace en base a la
naturaleza más yin o yang del alimento, pero a esta categorización se asocian otras
basadas en las cuatro energías, los cinco elementos o los cinco sabores y el movimiento
del qi que el alimento suscita en el organismo.

Dice el Huang Di Nei Jing Ling Shu 黄 帝 内 经 灵 枢 “ Las drogas tóxicas1


combaten los factores patógenos, los cinco cereales nutren el cuerpo, las cinco frutas
ayudan al cuerpo, la carne de los cinco animales beneficia al cuerpo y las cinco verduras
complementan al cuerpo. Cuando se comen juntos, llenan las sustancias vitales” (Ling
Su 56), porque cada sabor que entra en el cuerpo se une a su víscera selectivamente, con
lo que poco a poco aumenta el qi, producto normal del proceso de transformación del
alimento, pero mucho del mismo sabor es causa de enfermedad (Ling Shu 63).

Los cinco sabores más las cuatro energías (fría, fresca, tibia y caliente) son la
base de las combinaciones culinarias y también de la Farmacoterapia china. Los sabores
constituyen las calidades de las esencias que componen un ser o un alimento.

La teoría de los cinco elementos queda reflejada a nivel de los alimentos en los
cinco sabores (ácido, amargo, dulce, picante, y salado) porque cada uno posee
propiedades capaces de influir específicamente en su correspondiente órgano-víscera
(zang-fu) y meridianos subsidiarios. Así el ácido corresponde a la madera y favorece a
hígado y vesícula biliar, el amargo al fuego (corazón e intestino delgado), el dulce a la
tierra (bazo-páncreas y estómago), el picante al metal (pulmón e intestino grueso) y el
salado al agua (riñón y vejiga) (Su Wen 23-150-2). Respecto a esta clasificación se debe
tener en cuenta que el término “sabor” hace referencia a la naturaleza del alimento y no
necesariamente a su palatabilidad. En la práctica, un régimen saludable proveerá un
balance equilibrado entre los cinco sabores, mientras que el consumo excesivo de un
determinado sabor resultará perjudicial para su zang-fu específico, así como para sus
tejidos y meridianos asociados y para el fluir energético en el cuerpo.

1
Tóxica no en sentido absoluto, sino como dañina pero sin que deba abstenerse de su uso, ya que pueden jugar un papel de
estimulantes beneficiosos y entran en la composición de numerosas indicaciones terapéuticas.
6
Este concepto cualitativo chino de la acción de los alimentos, que parece
completamente ajeno a los principios cuantitativos propios de la clásica dietética
occidental, podría comenzar a establecer conexiones integradoras en los principios
propios de una joven ciencia, la Nutrigenómica, rama de la Epidemiología Genética que
integra la Genética y la Nutrición (Ordovás et al, 2004). Ni la genética por separado, ni
el estudio de los factores ambientales aplicados a la nutrición por si mismos, pueden
explicar las causas y el desarrollo de las enfermedades crónicas (Sing CF et al, 2003), es
por ello que la Nutrigenómica busca facilitar una comprensión genética y molecular de
cómo los nutrientes influyen en el equilibrio entre salud y enfermedad, alterando la
expresión y/o la estructura de la expresión genética. Esta nueva ciencia, que centra su
estudio en los mecanismos moleculares que subyacen en las diferentes respuestas
genéticas de cada individuo a factores dietéticos, puede resumirse en los siguientes
puntos: los componentes de la dieta actúan sobre el genoma humano, ya sea de forma
directa o indirecta, alterando la expresión o la estructura de los genes; bajo ciertas
circunstancias y en algunos individuos, la dieta puede ser un serio factor de riesgo para
padecer enfermedad; algunos genes regulados por la dieta se encuentran implicados en
la aparición, incidencia, progresión y severidad de las enfermedades crónicas; el grado
en que la dieta influye en el equilibrio salud-enfermedad depende de la información
genética de cada individuo; la intervención dietética basada en el conocimiento de los
requerimientos nutricionales, estado nutricional y genotipo puede ser empleada para
prevenir, mitigar o curar enfermedades crónicas (Kaput et al, 2004).

En el ámbito de la Nutrigenómica se ha constatado que más allá de sus roles


nutricionales clásicos, los nutrientes son capaces de modificar la expresión genética y
función de celúlas diana, afectando así a múltiples procesos biológicos fundamentales.
Un ejemplo de este efecto por parte de los micronutrientes, es la implicación de la
vitamina A en la regulación por termogénesis adaptativa de los niveles de grasa
corporal, mediante la activación de las proteínas UCPs (Bonet et al, 2003). También en
el caso de macronutrientes se ha observado este efecto de regulación genética directa,
especialmente por parte de los lípidos, que se encuentran implicados, por ejemplo en la
regulación del perfil lipídico en función de la cantidad de grasa ingerida (Ordovas et al,
2002), o el tipo de grasa presente en la dieta (Warodomwichit et al, 2009).

En este sentido, dada la existencia de interacciones de los macronutrientes y


micronutrientes con acción específica en la regulación genética, así como sobre la
7
producción endógena de microRNAs (Davis y Ross, 2008; Ross y Davis, 2011; Ryu et
al, 2011), podría indicarse que la proporción específica en macronutrientes, vitaminas y
minerales de cada alimento proporcionaría una posible explicación a su específica
cualidad de acción en el ámbito de los zang-fu de la pentacoordinación china.

No obstante, además de los cinco sabores, en la dietoterapia china se reconoce


un sexto sabor, lo insípido o Dan 淡, que no corresponde a ningún elemento, ni zang-fu.
Lo insípido es más bien una levedad que puede indicar una sublimación de los cinco
sabores (Rochat de la Vallée, 2009). En este contexto y siguiendo el pensamiento chino,
el concepto de insipidez carece de antinomia, básica complementación yinyang, porque
lo insípido contiene a los otros cinco sabores, es la plenitud, el fondo indiferenciado y
neutral de las cosas, es decir, es el centro (Jullien, 1998). Es en este concepto en el que
la dietética china parece encontrar su paralelismo con el más reciente y revolucionario
descubrimiento realizado en el ámbito de la Nutrigenómica: el efecto de los microRNAs
exógenos de los alimentos, o xenomiRs, en la expresión genética de los seres vivos.

En 2012, Zhang L et al. descubrieron que los microRNAs de los vegetales eran
transferidos a la sangre y a los tejidos a través de la ingesta y que una vez en el
organismo cumplían con las mismas funciones que los microRNAs endógenos,
regulando la expresión genética y por tanto la función celular de órganos diana
específicos. Este mismo proceso se da también en el caso de xenomiRs procedentes de
fuentes alimentarias animales, pero la gran similitud de estos xenomiRs animales con
los del organismo humano los hace mucho más difíciles de detectar y estudiar (Zhang
HS et al, 2012).

Es por ello que los xenomiRs pueden ser considerados como un nuevo
micronutriente, al mismo nivel que las vitaminas y los minerales, desempeñando un
papel activo en la modulación genética (Zhang L et al, 2012). Dado que la dieta humana
es extremadamente variada e incluye diferentes proporciones de múltiples especies de
plantas y animales en función de cada región geográfica, y puesto que las plantas
codifican cientos de miles de xenomiRs (Rajagopalan et al, 2006), actualmente se
trabaja para determinar cuántos de estos xenomiRs tienen un potencial regulador de la
expresión genética. Igualmente se podría deducir que este efecto específico en la
modulación del metabolismo propio de los xenomiRs, también permitiría integrarse con

8
la clasificación tradicional china de los alimentos en función del movimiento del qi que
suscitan en el organismo.

Por otra parte se ha observado que el procesado y cocinado, del mismo modo a
como sucede con otros micronutrientes, puede afectar en la cantidad de xenomiRs
presentes en los vegetales (Chen et al, 2010; Zhang L et al, 2012), y actualmente se
estudia qué técnicas culinarias en cada caso afectan a qué xenomiRs y en qué medida.
Resulta interesante constatar cómo, de forma similar, en la dietoterapia china, además
de las cualidades de cada alimento, se toma también en consideración el modo en que
estos se cocinan (Rochat de la Vallée y Père Larre, 1993), y los cambios en su sabor y
naturaleza durante la preparación, ya que cada técnica culinaria puede influir en el qi del
alimento haciendo variar su naturaleza, hasta el punto de condicionar un uso terapéutico
o preventivo diferente, que dependerá de la estación del año o del estado energético de
cada persona.

Generalmente, la dietética china, tanto con fines preventivos como terapéuticos,


tiende a emplear combinaciones de alimentos, que en función de sus propiedades dan
lugar a varios tipos de combinaciones clasificadas de acuerdo con la teoría de las “7
consecuencias”, que incluyen desde el uso aislado de alimentos, a combinaciones
sinérgicas del tipo de la Interpotenciación (xiang xu) entre alimentos de igual naturaleza
que alcanzan un refuerzo mutuo de sus efectos y la Interasistencia (xiang xi), al añadir
al alimento principal otro auxiliar que refuerza su efecto, o por el contrario
combinaciones antagónicas del tipo de la Inhibición (xiang wei) al disminuir un
alimento el efecto de otro, la Interdetoxicación (xiang sha) al eliminar los efectos
indeseables de un alimento con otro, el Antagonismo (xiang wu) entre alimentos que se
inhiben mutuamente en sus efectos, o la Incompatibilidad (xiang fan) o combinaciones
prohibidas por sus posibles efectos nocivos. Sería recomendable analizar con atención
las combinaciones entre alimentos descritas ancestralmente en Oriente, de cara a diseñar
futuras investigaciones en torno a las previsibles interacciones que en sus efectos
puedan tener los xenomiRs de los diferentes alimentos.

CONCLUSIONES

9
Cabe destacar la solidez y completa vigencia de la ancestral sabiduría china que, al ser
analizada desde un prisma analítico, desvela la evidencia acertada de sus conocimientos
empíricos, que van así encontrando su base científica, tan necesaria para el pensamiento
occidental.

Del mismo modo que el reciente descubrimiento del funcionamiento de los


xenomiRs de los alimentos contribuye a dotar de explicación molecular a aspectos
empíricos de la dietética china, también se puede deducir que las tradicionales
indicaciones de la dietética china, podrían resultar de gran utilidad como referencia al
planificar futuras investigaciones en el ámbito de la Nutrigenómica. De este modo la
confluencia entre las explicaciones propias de la ancestral dietética china y la moderna
Nutrigenómica contribuye a una comprensión más certera en Occidente de los
principios de la dietética china, alejados del modo de pensamiento biomédico.

En definitiva, ambas vertientes de pensamiento conducen finalmente a una


misma reflexión: el ecosistema en el que vivimos está interconectado, las especies no
están aisladas, sino que están interrelacionadas entre sí. Existe una comunicación entre
todos los organismos vivos, así como entre los organismos y su hábitat, y este es un
hecho que debe conducir los principios de la dietética.

Esta posible confluencia entre la milenaria dietética china y las nuevas


investigaciones en el campo de la Nutrigenómica obliga a una mayor indagación de las
posibles convergencias entre ambos sistemas, tanto de cara a dotar de una base
molecular a las teorías empíricas chinas, como para orientar futuras investigaciones en
el ámbito de la Nutrigenómica a partir de las afirmaciones de la dietética china, que
esencialmente se basan en la convicción de larga trayectoria de que el hombre
microcosmos reproduce al macrocosmos.

CONFLICTO DE INTERESES

Las autoras declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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