Toxicidad de Cloruro de Sodio en El Tomate
Toxicidad de Cloruro de Sodio en El Tomate
Toxicidad de Cloruro de Sodio en El Tomate
“”
UNIVERSIDAD PERUANA
“LOS ANDES”
CÁTEDRA:
ECOTOXICOLOGIA
CATEDRÁTICO:
INTEGRANTES:
CICLO:
IX
HUANCAYO – 2016
INTRODUCCION
FUNCIÓN
El sodio no es un elemento esencial para las plantas, pero puede ser usado en pequeñas
cantidades, al igual que los micronutrientes, como auxiliar para el metabolismo y la síntesis de
clorofila. En algunas plantas, puede ser empleado como sustituto parcial de potasio y es útil en
la apertura y el cierre de estomas, lo cual ayuda a regular el equilibrio interno de agua. El cloruro
es necesario en pequeñas cantidades y coadyuva en el metabolismo de las plantas, la
fotosíntesis, la ósmosis (movimiento de agua hacia dentro y fuera de las células de las plantas)
y en el equilibrio iónico en el interior de sus células.
DEFICIENCIA
Los síntomas de deficiencia de sodio no son muy evidentes puesto que no se trata de un
elemento esencial. La deficiencia de cloruro, puede presentarse si, de manera permanente, el
sustrato contiene menos de 2 ppm de esta sal. Sus síntomas se presentan como manchas
cloróticas acompañadas de puntos necrosados localizados entre las venas o en las orillas de las
hojas más jóvenes. En casos avanzados, la deficiencia de cloruro puede provocar
marchitamiento. Ambas deficiencias son raras, puesto que estas sales se encuentran en la
mayoría de las fuentes de agua, así como en los fertilizantes (como impurezas).
TOXICIDAD
La toxicidad del sodio se presenta en forma de necrosis o quemaduras en las puntas y las orillas
de las plantas, tal como ocurre en la toxicidad asociada con micronutrientes. La toxicidad del
cloruro comienza por un amarilleamiento prematuro de las hojas y la cual conduce a la necrosis
de las puntas o las orillas de las plantas de más edad; también produce bronceado. El geranio,
la lechuga y la flor de Nochebuena son plantas sensibles a la toxicidad del cloruro; el clavel, la
lengua de barba (Penstemon), el tomate y la verbena también lo son, aunque en menor grado.
Dado que tanto el sodio como el cloro pueden encontrarse en niveles altos, pero no tóxicos, en
el sustrato de cultivo, pueden competir con los elementos benéficos para ser absorbidos por las
raíces de las plantas. El sodio compite con el potasio, el calcio, el magnesio y el amonio; mientras
que el cloro lo hace con el nitrato, el fosfato y el sulfato. Lógicamente, si los niveles de sodio o
de cloro son altos y los de los demás elementos son bajos o normales, la planta no podrá
diferenciar a unos de otros, sólo se limitará a absorber lo que se encuentre en el sustrato de
cultivo. Como consecuencia de lo anterior, es posible que la planta no reciba los niveles
suficientes de algún elemento benéfico, lo cual sería causa de la respectiva deficiencia (en el
tejido).