Sentència Del TSJC Contra Torra
Sentència Del TSJC Contra Torra
Sentència Del TSJC Contra Torra
SENTENCIA Nº 149
Ilmos. Sres:
Dª Mercedes Armas Galve
D. Joaquín Elías Gadea Francés
HECHOS PROBADOS
A lo largo del día 22 de marzo, con antelación a las 15:00 horas, se dio
debido cumplimiento a este Acuerdo por las fuerzas requeridas para
ello.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
III.- En tercer lugar, se insta de este Tribunal por la defensa del MHP
Sr. Torra la nulidad de todo lo actuado por la vulneración del derecho a
un Juez imparcial, aunque en la primera de las argumentaciones en que
fundamenta este alegato, la defensa denuncia la imparcialidad de dos
de los Vocales de la Junta Electoral Central, Sres. Andrés Betancor y
Carlos Vidal.
En concreto, se censura el pronunciamiento que, al respecto, dicta el
Ilmo. Magistrado Instructor en el auto que decide la acomodación a
Procedimiento Abreviado, una vez esta cuestión de la falta de
imparcialidad de los meritados Vocales le había sido puesta de
manifiesto por la defensa (junto a la exposición de otros argumentos)
en un escrito en el que, en concreto y examinados los autos, se
advertía de la animadversión de los Vocales hacia el MHP Sr. Torra,
aportando la parte para ilustrarlo diferentes tweets publicados por uno y
otro, además de algunos artículos periodísticos.
La defensa del MHP Sr. Joaquim Torra mantiene en sus alegaciones que
el auto de Procedimiento Abreviado dictado en estas diligencias comete
excesos y conculca lo dispuesto en la Directiva 343/2016, por lo que
debe decretarse su nulidad.
Es cierto que la mencionada Directiva 2016/343 del Parlamento Europeo
y del Consejo, de 9 de marzo de 2016, por la que se refuerzan en el
proceso penal determinados aspectos de la presunción de inocencia y el
derecho a estar presente en el juicio, hace especial mención a que se
vulneraría el principio a la presunción de inocencia “…si las
declaraciones públicas de las autoridades públicas, o las resoluciones
judiciales que no fuesen de condena se refiriesen a un sospechoso o
acusado como culpable mientras no se haya probado su culpabilidad
con arreglo a la ley. Dichas declaraciones y resoluciones judiciales no
deben reflejar la opinión de que esa persona es culpable”.
Imaginamos que los excesos a los que se refiere la parte tienen que ver
(porque nada nuevo se ha dicho al respecto en las cuestiones previas)
con la utilización en el auto de P.A. de vocablos como “argucia”,
“persistencia” o “voluntad obstativa”, que también le han servido a la
parte, como hemos visto, para denunciar la falta de imparcialidad del
Ilmo. Instructor.
Pues bien, nos encontramos exactamente ante un acto procesal (el auto
de acomodación) adoptado por autoridad judicial competente, y basada
en indicios suficientes de criminalidad que llevan al instructor a decidir
la continuación del trámite, para lo cual ha comprobado, previamente,
en la fase de investigación, la existencia de esos indicios que justifican
la resolución en cuestión.
Dentro de esta cuarta cuestión, se menciona por la defensa del MHP Sr.
Torra la existencia, con anterioridad al presente juicio, de una corriente
de opinión formada a partir de declaraciones en medios de
comunicación, de diferentes personas que ostentan cargos públicos de
relevancia, según la cual se daba por sentado que el acusado iba a
resultar finalmente condenado en estos autos, circunstancias que,
entiende la defensa, vulneran, una vez más, el derecho fundamental a
la presunción de inocencia.
El MHP Joaquim Torra conoció, desde el principio, los hechos por los que
venía imputado, que no han variado en absoluto durante toda la
instrucción, de modo que en su declaración en autos en calidad de
investigado ninguna indefensión pudo causársele, como se alega por su
defensa.
No asistimos, pues, a una alteración de los hechos de la investigación, y
no hay indefensión, porque el investigado ha tenido ocasión de
defenderse de cada uno de los elementos objetivos del hecho por el que
ahora es enjuiciado.
Confunde la defensa el carácter sorpresivo (sic) de la calificación de los
hechos como denegación de auxilio con lo que realmente vincula al
instructor y a las partes, que es la inalterabilidad, en la fase intermedia,
de los hechos objeto de investigación.
No se trata, como intenta la defensa en el plenario, de entrar a dilucidar
si los elementos constitutivos del delito del artículo 412 C.P. tienen
encaje en los hechos, porque tras los escritos de calificación de las
partes, esa labor corresponde al Tribunal sentenciador; en la fase
intermedia del procedimiento debe asegurase que los hechos que se
atribuyen provisionalmente al investigado son los que se han
investigado; y ello ha sido exactamente así en el caso que nos ocupa.
Incardinado este precepto dentro del Título XIX del Libro II del Código
Penal de delitos contra la Administración Pública, el bien jurídico
protegido en todos los artículos que lo conforman es el correcto ejercicio
de la función pública, esto es, su funcionamiento dentro de la legalidad.
Todos tienen en común el quebrantamiento voluntario de las
obligaciones contraídas por los servidores públicos integrantes de la
Administración Pública. Se protege a ésta pero no en cuanto tal sino
porque su regular funcionamiento redunda en beneficio de la sociedad a
la que sirve; es decir, se la preserva desde la óptica de la función
pública como actividad de prestación de servicio a los ciudadanos.
Así se deriva del artículo 103.1 de la Constitución Española de 1978
cuando establece que la Administración Pública sirve con objetividad a
los intereses generales. Este precepto constitucional, junto con el
artículo 106 CE, contiene unos principios de actuación (eficacia,
jerarquía, descentralización, desconcentración, coordinación y
sometimiento pleno a la Ley y al Derecho, que garantiza ese correcto y
regular ejercicio de la función pública) cuya vulneración, en los casos
más graves, es castigada conforme al Código Penal.
Por lo demás, que el MHP, al que iban dirigidos los Acuerdos, tuvo
siempre pleno conocimiento de los mismos, lo demuestran los escritos
que presenta sucesivamente y que, en realidad, son los que llevan a la
JEC al dictado de los Acuerdos de 18 y 19 de marzo, en respuesta a las
cuestiones que el President fue planteando y sobre las que luego
volveremos.
FALLAMOS