Poetas Ecuatorianos Del Siglo Xix
Poetas Ecuatorianos Del Siglo Xix
Poetas Ecuatorianos Del Siglo Xix
OBRAS
Durante su vida, dedicó parte de su tiempo a la creación de novelas, cantos, obras,
poemas, entre otros tipos de obras literarias. Entre sus más conocidas obras están: Canto
a Bolívar; Al General Flores, vencedor en Miñarica; y Alfabeto para un niño. Diseñó
la bandera y el escudo de Guayaquil, además de componer la letra para su
posterior himno.
En 1808 se inspiró y compuso el prólogo a la tragedia El Duque de Viseo de Quintana y
su silva titulada El Árbol, que terminó en 1809 y contiene dos partes, una filosófica y de
gran sentido estético y otra menos cuidada con la que cierra el poema, pareciendo como
si hubiera unido dos versos distintos.
La poesía de Dolores Veintimilla se enmarca dentro del Romanticismo. Esta escuela llega
al Ecuador cuando ya en Europa había empezado su declive, es decir, lo mejor de su
producción había pasado y autores de menor talento empezaban a producir obras en la
que se abusaba de recursos propios de esta escuela desgastándola o reduciéndola a la
simple exaltación del amor (el mejor Romanticismo no se concentraba solo en eso). Vale,
sin embargo, que recordemos algunas características de este movimiento.
• Primacía del sentimiento frente a la razón (postura contrario a la Ilustración).
• El racionalismo no basta para explicar a la naturaleza y al individuo.
• Se concibe al mundo como un organismo viviente, en constante cambio. Por lo tanto, el
cambio es un valor positivo.
OBRAS
Dolores Veintimilla dejó pocas obras, las cuales fueron publicadas en conjunto
por Celiano Monge en Quito después de la muerte de la poetisa.
Entre la prosa sobresalen “Fantasía” y “Recuerdos”. Son obras en las que dialoga con el
pasado y en las que culpa al tiempo por haber dado una temprana muerte a sus ilusiones.
En el verso es donde mejor logra plasmar su dolor.
Con “Aspiración”, “Desencanto”, “Anhelo”, “Sufrimiento”, “La noche y mi dolor”,
“Quejas”, “A mis enemigos”, “A un Reloj” y “A mi madre”.
Cómo característica de estilo se puede contar que prefirió el verso rimado y musical, y
que casi no se valió de metáforas u otras imágenes literarias para plasmar su dolor en sus
escritos.
OBRAS
Su obra poética es una de las más ricas, fecundas y más cuidadosamente trabajadas entre
los poetas ecuatorianos del siglo XIX, y entre sus principales composiciones, que abarcan
varias épocas y géneros, se destacan: “Cien Sonetos Nuevos”, “Interrogaciones”,
“Himnos, Dianas y Elegías”, “De la Penumbra a la Luz”, “Canto a la Vida”, “Noches de
Dolor en las Montañas”, “La Bandera del Ecuador”, “Odisea del Alma”, “Los Caballeros
del Apocalipsis”, “Cantares Americanos”, “Nuevas Poesías” y muchas más de singular
belleza que están reunidas en una obra titulada “Clamores del Occidente”.
La poesía del siglo XX en el Ecuador es, a juicio personal, la verdadera poesía
ecuatoriana. La que surgió, efectivamente, desde una visión auténtica y con un sentido
original. Libre de las ataduras, de los dogmas y de las cosmovisiones de los países que
alienaron e influyeron el panorama de nuestra lírica hasta el inicio del siglo XX,
aplacándola y consumiéndola en derroteros impuestos. Dejándonos sumergidos en las
visiones siempre comprometidas por otras visiones imperiales y supuesta (y
políticamente) “correctas”.
Siglo XX
La situación política y social del Ecuador, entre finales del siglo XIX y las primeras
décadas del 1900, está marcada por los conflictos, la guerra civil y las controversias que
se desarrollan en el país y que acrecen la corrupción de la clase política y la violencia
callejera. El país andino será escenario de sangrientos combates y conspiraciones Entre
los bandos políticos del régimen liberal de Eloy Alfaro y las Montoneras conservadoras.
Sin embargo, los años que van del 1895 al 1912, en particular, llevaron las más grandes
e importantes trasformaciones del país, tanto ideológicas como administrativas, desde su
independencia.
Benjamín Carrión, refiriéndose al tema en cuestión, dijo: Antes de 1900, no hubo sino
raras prolongaciones de la literatura española.
El Ecuador nace como una entidad poética casi a la par con el modernismo americano.
La personalidad de la poesía modernista del Ecuador se amparó en el desamor trágico,
en el contexto de la tragedia modernista que tanto bien hizo a las piezas líricas
musicalizadas a ritmo de pasillo que han sido y seguirán siendo interpretadas con un
sentimiento nacionalista, haciéndonos creer que somos los “profesionales del llanto” y
los suicidas eternos.
Ellos son:
Arturo Borja (Quito, 1892-1912)
Se casó en Quito el 15 de octubre de 1912, con Carmen Rosa a quien dedicará los poemas
“Por el camino de las quimeras” y “En el blanco cementerio”.
Su poema Para mí tu recuerdo, fue musicalizado, como pasillo, por el compositor Miguel
Ángel Casares Viteri, pasando a ser interpretado por destacados vocalistas como Carlota
Jaramillo. Su escasa producción fue recogida y publicada por sus amigos en el libro
titulado La flauta de Ónix (1960) en la que se incluyen “Primavera Mística y Lunar”,
“Visión Lejana”, “Vas Lacrimae”, “Las Flores Lejanas”, entre otras.
Medardo Angel Silva (Guayaquil 21)
Nació el 8 de junio de 1898 y murió de forma trágica el 10 de junio de 1919.
Vivió́ en medio de limitaciones materiales marcadas por la pobreza y la orfandad. Su obra
como poeta ha sido interpretada a través de uno de los géneros más populares de Ecuador,
el pasillo. Fue el único autor relevante del movimiento modernista que no perteneció́ a la
aristocracia de Quito o de Guayaquil.
Sus padres fueron el Sr. Enrique Silva Valdez y de la Sra. Mariana Rodas Moreira.
Estudió en la escuela de la Filantrópica. Creció viendo los cortejos fúnebres del
Cementerio General de Guayaquil (cercano a su casa).
Varios historiadores afirman que el paso de los carruajes fúnebres por aquel lugar impactó
de tal manera al poeta en aquella etapa de su vida, que la muerte se convertiría, debido a
esto, en uno de sus más recurrentes elementos poéticos.
Aunque Silva no se graduó de bachiller, su condición de autodidacta lo llevó a ser maestro
escolar e incluso a leer en francés. Fue maestro, trabajó en una imprenta y además fue
editor en diario El Telégrafo, el de mayor circulación en aquella época.
En 1913 trató de iniciarse públicamente en la carrera literaria, pero no tuvo éxito, pues
todos sus intentos fracasaron. Dos años más tarde, a pesar de las dificultades su nombre
ya era considerado en los círculos poéticos y literarios de Guayaquil.
A principios de 1918 reunió sus mejores poemas, y haciendo un esfuerzo económico que
estaba casi fuera de su alcance los editó en forma de libro bajo el título de "El Arbol del
Bien y del Mal". Escribió bajo los seudónimos de "Jean D'Agreve" y "Oscar René”.
El 8 de junio de 1919, el autor del célebre poema "El alma en los labios" se habiá reunido
con varios amigos para celebrar sus 21 años. Para aquel entonces la muerte y las ideas del
suicidio rondaban su mente.
Dos días después, el 10 de junio de 1919 acosado por fantasmas del suicidio, visitó la
casa de la familia Villegas, a cuya hija -Rosa Amada- pretendía amorosamente, y luego
de conversar con ella durante cortos minutos, sacó un revólver Smith & Weisson calibre
38 y puso fin a su vida.
El poema “Alma en los labios” se crea en Quito en diciembre de 1918. Medardo Ángel
Silva con 18 / 19 años fue profesor de un adolescente guayaquileña Rosa Amada Villegas
Morán, que vivía en la calle morro, en casa del comandante Garay en Guayaquil.
En 1918 se prohibió la relación.
Obras de Medardo Ángel Silva
Voces en la sombra
Vesper marino
Tapiz
Sin razón
Se va con algo mío
Romanza de los ojos
Palabras de otoño
Otras estampas románticas
Llamé a tu corazón...
Las alas rotas
La muerte perfumada
La investidura
Intermezzo
El alma en los labios
Divagaciones sentimentales
Citeres
Aniversario
Amanecer cordial
Amada
Al angelus
A una triste...
1. Emocion vesperal
2. Ego sum
3. Hastio
4. Vox clamans
5. Nocturno
6. Anhelo
7. Las danaides
Unción (1923)
El Milagro (1951)
Poemas de Ayer y de Hoy
Canto a Guayaquil (1960)
Poesías Completas (1972)
3. 2017: Kazuo Ishiguro, (británico nacido en Japón) es autor de novelas como 'Los
restos del día'
4. 2016: Bob Dylan (Minnesota)
5. 2015: Svetlana Alexiévich
6. 2014: Patrick Modiano (Francia). «Por el arte de la memoria con la que ha
evocado los más inasibles destinos humanos y descubierto el mundo de la
ocupación».
7. 2013: Alice Munro (Canadá). «Maestra del cuento corto contemporáneo»
8. 2012 Mo Yan (China). «Quien combina los cuentos populares, la historia y lo
contemporáneo con un realismo alucinatorio».
9. 2011: Tomas Tranströmer (Suecia). «Porque a través de sus imágenes densas y
translúcidas nos permite el acceso a la realidad».
10. 2010: Mario Vargas Llosa (Perú/España). «Por su cartografía de las estructuras
de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión y la
derrota».
11. 2009: Herta Müller (Rumania/Alemania). «Quien, con la concentración de la
poesía y la franqueza de la prosa, describe el paisaje de los desposeídos».
12. 2008: Jean-Marie Gustave Le Clézio (Mauricio/Francia). «Escritor de nuevas
desviaciones, aventuras poéticas y éxtasis sensual, explorador de una humanidad
más allá y por debajo de la civilización reinante».
13. 2007: Doris Lessing (Reino Unido). «Esa narradora épica de la experiencia
femenina que, con escepticismo, ardor y poder visionario, ha sometido a
escrutinio a una civilización dividida ».
14. 2006: Orhan Pamuk (Turquía). «Quien, en la búsqueda del alma melancólica
de su ciudad natal, ha descubierto nuevos símbolos para el choque y el
entrelazamiento de culturas».
15. 2005 Harold Pinter (Reino Unido). «Quien en sus obras desvela el precipicio
bajo la charla cotidiana y obliga a la entrada en las salas cerradas de la
opresión».
16. 2004: Elfriede Jelinek (Austria). «Por su flujo musical de voces y contra-voces
en novelas y obras teatrales que, con extraordinario celo lingüístico, revelan lo
absurdo de los clichés de la sociedad y su poder subyugante».
17. 2003: J. M. Coetzee (Sudáfrica). «quien en innumerables disfraces retrata la
sorprendente implicación del forastero».
18. 2002: Imre Kertész (Hungría). «Por una redacción que confirma la experiencia
frágil del individuo contra la arbitrariedad bárbara de la Historia».
19. 2001: V. S. Naipaul (Trinidad y Tobago). «Por haber unido la perceptiva
narrativa y el control incorruptible en obras que nos obligan a ver la presencia de
historias suprimidas».
20. 2000: Gao Xingjian (China/Francia). «Por una obra de validez universal, con
puntos de vista penetrantes e ingenio lingüístico, ha abierto nuevos caminos para
la novela y el teatro chinos».
21. 1999: Günter Grass (Alemania). «Cuyas juguetonas fábulas negras retratan el
rostro olvidado de la Historia».
22. 1998: José Saramago (Portugal). «Quien, con parábolas sostenidas por la
imaginación, la compasión y la ironía, continuamente nos permite aprehender
una vez más una realidad elusiva».
23. 1997: Dario Fo (Italia). «Por emular a los bufones de la Edad Media en la
autoridad flagelante y por defender la dignidad de los oprimidos».
24. 1996: Wislawa Szymborska (Polonia). «Por su poesía que con precisión irónica
permite que los contextos histórico y biológico salgan a la luz en los fragmentos
de la realidad humana».
25. 1995: Seamus Heaney (Irlanda). «Por las obras de una belleza lírica y una
profundidad ética, que exaltan milagros diarios y vidas pasadas».
26. 1994: Kenzaburo Oe (Japón). «Quien con fuerza poética crea un mundo
imaginario, donde se condensan la vida y el mito para formar una imagen
desconcertante de la condición humana de hoy en día».
27. 1993: Toni Morrison (Estados Unidos). «Quien en novelas caracterizadas por
fuerza visionaria y sentido poético, da vida a un aspecto esencial de la realidad
estadounidense».
28. 1992: Derek Walcott (Santa Lucía). «Por una obra poética de gran luminosidad,
sustentada por una visión histórica, [siendo] el resultado de un compromiso
multicultural».
29. 1991: Nadine Gordimer (Sudáfrica). «Quien, a través de su magnífica épica
escritura ha sido de gran beneficio para la humanidad».
30. 1990: Octavio Paz (México). «Por una apasionada escritura con amplios
horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integridad
humanística».
31. 1989: Camilo José Cela (España). «Por una prosa rica e intensa que con una
compasión moderada forma una visión retadora de la vulnerabilidad del
hombre».
32. 1988: Naguib Mahfouz (Egipto). «Quien, a través de obras ricas en matices —
a veces con clarividencia realistica, y a veces evocativamente ambiguo — ha
formado un arte narrativo árabe que se aplica a toda la humanidad».
33. 1987: Joseph Brodsky (Unión Soviética/Estados Unidos). «Por una autoría que
todo lo abarca, imbuida con claridad de pensamiento e intensidad poética».
34. 1986: Wole Soyinka (Nigeria). «Quien, en una perspectiva cultural amplia y
con matices poéticos, innova el drama de la existencia».
35. 1985: Claude Simon (Francia). «Quien en su novelística combina la creatividad
del poeta y del pintor con una profunda conciencia del tiempo en la
representación de la condición humana».
36. 1984: Jaroslav Seifert (Checoslovaquia). «Por su poesía, que dotada con
frescura y una inventiva rica, proporciona una imagen libertadora del espíritu
indomable y la versatilidad del hombre».
37. 1983: William Golding (Reino Unido). «Por sus novelas que, con la perspicacia
del arte narrativo realista y la diversidad y universalidad del mito, ilumina la
condición humana en el mundo de hoy en día».
38. 1982: Gabriel García Márquez (Colombia). «Por sus novelas e historias
cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinan en un mundo ricamente
compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un
continente».
39. 1981: Elias Canetti (Bulgaria/Reino Unido). «Por escritos marcados por una
visión amplia, una gran cantidad de ideas y una fuerza artística».
40. 1980: Czesław Miłosz (Polonia). «Quien con una lucidez no comprometedora
expresa la condición expuesta del hombre en un mundo de conflictos graves».
41. 1979: Odysseas Elytis (Grecia). «Por su poesía, que, en el contexto de la
tradición griega, describe con fuerza sensual y con lucidez intelectual la lucha
del hombre contemporáneo por la libertad y la creatividad».
42. 1978: Isaac Bashevis Singer (Estados Unidos). «Por su arte narrativo
apasionado que, con raíces en una tradición cultural judía polaca, traen a la vida
las condiciones humanas universales».
43. 1977: Vicente Aleixandre (España). «Por una creativa escritura poética que
ilumina la condición del hombre en el cosmos y en la sociedad actual, al mismo
tiempo que representa la gran renovación de las tradiciones de la poesía española
entre guerras».
44. 1976: Saul Bellow (Estados Unidos/Canadá). «Por la comprensión humana y el
análisis sutil de la cultura contemporánea que se combinan en su obra».
45. 1975: Eugenio Montale (Italia). «Por su poesía distintiva que, con gran
sensibilidad artística, ha interpretado los valores humanos bajo el signo de una
visión de la vida sin ilusiones».
46. 1974: Eyvind Johnson y Harry Martinson (Suecia). «Por un arte narrativo,
previsor en las tierras y las edades, en el servicio de la libertad» y,
respectivamente, «Por los escritos que atrapan la gota de rocío y reflejan el
cosmos».
47. 1973: Patrick White (Australia). «Por un arte narrativo épico y psicológico que
ha introducido a un nuevo continente a la literatura».
48. 1972: Heinrich Böll (Alemania Occidental). «Por sus escritos que a través su
combinación de una amplia perspectiva sobre su tiempo y una habilidad sensible
en la caracterización ha contribuido a la renovación de la literatura alemana».
49. 1971: Pablo Neruda (Chile). «Por una poesía que con la acción de una fuerza
elemental da vida al destino y los sueños de un continente».
50. 1970: Aleksandr Solzhenitsyn (Unión Soviética). «Por la fuerza ética con la
que ha perseguido las tradiciones indispensables de la literatura rusa».
Estos fueron todos los Premios Nobel de Literatura de los últimos 50 años. La mayoría
de ellos hombres
DEL MODERNISMO A LA VANGUARDIA, PASANDO POR LOS
POSTMODERNISTAS:
En medio de estos caminos, surgía en el Ecuador una expresión que, sin terminar de
limpiarse del influjo de fines del siglo XIX, entraba a descolocar al canon funcional que
el modernismo dibujó en la conciencia colectiva de la poesía.
Nace el posmodernismo (inmediatamente después de la tendencia rubendariana) y se
logran condensar estupendos cultores de poesía: a mí juicio, la mejor fue una mujer:
Aurora Estrada y Ayala[14] (de haber sido 21 y no 20 la muestra, ella hubiera ocupado
este lugar). La gran posmodernista nuestra nos entregó una gran cantidad de poesía abierta
a las nuevas connotaciones y al tiempo. Justo en el límite entre la música y la forma de
los herederos y bastardos de Rubén Darío y la poesía de renovación y escándalo.