Matalache

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TEMA PRINCIPAL

El amor entre la hija de un blanco dueño de una hacienda y un


mestizo, esclavo de la hacienda “Matalache” que a pesar de la
discriminación racial ellos llegaron a amarse.

ESPACIO
LITERARIO NARRATIVO

TIEMPO
Referencial esa finales del siglo XVIII

GENERO
LITERARIO NARRATIVO
ANALISIS
I. UN FAVOR, SIGNO DE LOS TIEMPOS.
Don Juan Francisco dueño de una hacienda de Piura
es visitado por Don Baltazar el cual casi siempre lo
visitaba y le traía algunas noticias de Lima (como la
barrabasadas de Brown) sin embargo la visita esta vez
no era para eso, sino por un problema que ocurría en
su casa con su esposa la Sra. Misiá Jesusita , esta
estaba algo descontenta por la esclava que tenían
Rita por la cual sentía celos y le dijo a su esposo Don
Baltazar que se la llevara por unos meses donde Juan
Francisco y que la empreñara con José Manuel unos
de sus esclavos – el capataz – Matalache

II. LA TINA.

La tina era en 1816 una casa de adobe, ladrillo y paja


la cual no estaba adornada por dentro como lo solían
ser generalmente las casas debido a que estas eran
haciendas de industria; en ella vivían gente de toda
condición así como esclavos(mulatos) dedicados al
trabajo o como gente pudiente (blancos)
Era algo independiente en la ciudad un lugar donde
se fabricaba jabón y curtían pieles, y en este vértigo
del trabajo el negro era el que más contribuía con su
sangre y sudor, los trataban igual o peor que a
animales les daban ración contada y medida, a
cambio de esto once horas de trabajo y lo echo por
esos hombres era una verdadera labor de esclavos
monótona, mediocre, triste.

III. UNA LLEGADA INTEMPESTIVA.


De manera inesperada llego su hija María Luz desde
Lima junto con una carta de sus cuidadores que
decía que no la podrían tener más debido a que
habían llegado piratas a la
cuidad (callao) y también temían por la belleza de
María Luz y le pedían que los disculpa a Don Juan por
la enviada.

A la cual la hizo vivir en la Tina (en el punto más alto),


sacrificándola a las exigencias del negocio y era
cuidada por dos criadas, Rita la más joven y Casilda
la cual fue su criada desde mucho antes.
IV. EL SOL PIURANO.
El Sol para el piurano lo era todo, la mitad de lo que
se hacía era obra del Sol. Este Sol no venía a ser, pues,
para María Luz solo una alegría para sus ojos, sino un
testigo de su miedo y tristeza. Sus pensamientos se
vieron interrumpidos cuando una mañana, pasó por
ahí el mulato José Manuel con un saludo muy
caballeroso
V. UN PASEO POR LA FÁBRICA.
Días después María Luz quería conocer la fábrica por
ello ordenó a Juan Manuel para que la guie,
empezaría por la curtiduría que tenía un olor
insoportable , luego pasó por el molino que es
activado inmediatamente por una mula que guía un
negro Congo en toda su pureza. Pasan por la
pellejera y posteriormente a la almona que era una
pieza fundamental de la Tina. Más tarde al patio de la
Tinas, donde había cuatro enormes vasijas de cobre
sentadas sobre sendos cubos de mampostería, en
cada una de ellas se podía cocinar una tonelada de
jabón, paseo por los corrales y por los hornos de fundir
que servían para hacer ladrillos, allí conoció a la
negra Martina que veía la suerte en las cartas. Luego
pasó al galpón de los negros era una veintena de
esclavos que le miraron fijamente y la desvestían con
los ojos, Salió y pasó por un cuarto oscuro, con una
puerta de cuero enorme la cual nadie quiso dar el
nombre.

VI. LA SIESTA.

La siesta era el rato donde descansaban los esclavos


después del trabajo de la mañana .Para María Luz era
un tiempo de pensamientos de reflexión para con el
trabajo de los esclavos y su vida sin libertad que vio
aquel día en que visitó la fábrica, guiada por el
capataz a través del laberinto de la fábrica en todas
partes había sido un despertar de deseos. Esperaba
que él le extendiera la mano, que su mirada de sus
ojos negros traspasen el amor que ella también sentía,
pero nunca llegaba, y este proceso de amor
silencioso atravesaba su piel, sus manos sus pies, su
cuerpo entero, hermosa como era esperaba el amor
de aquel al que no podía decirle ni confesarle su
amor. Y de repente la duda asalto sus pensamientos:
“¿Y si por aquel hombre hubiera otra mujer
interesada?, ¿Y si esa mujer fuera la pobre mulatilla?,
entonces asaltada por las dudas llamó: ¿Rita?,
inmediatamente se acercó conversaron y
comprendió al fin que a José Manuel no le importaba
y se sintió más tranquila.

VII. EL MILAGRO DE MARIA LUZ.

Todo cambió, la veintena de esclavos eran tratados


humanamente, el trato en el trabajo mejoró, ya no
había esclavos castigados cruelmente por la más
mínima falta. El mismo Don Juan parecía enterado de
esta transformación y ello tenía un nombre: María Luz,
quien fue en realidad un sol en medio de esa noche.
Don Juan sumergido en sus recuerdos, piensa en el
momento en que se quedó viudo y como tuvo que
arreglárselas solo, al borde del suicidio y esto tenía un
motivo y era su hija, pero su ambición podía más por
esto de los negocios por ella deja a una pariente de
una situación económica ínfima a María Luz, llevársela
resultaría peligroso.

Los tíos la criaron sin afecto a veces regañones a


veces complacientes, así fue desarrollándose María
de la Luz que realmente fue su nombre. El que
cambio precisamente fue José Manuel, su inteligencia
creció de golpe, tuvo mayor razón de la dignidad, y
su corazón empezó a sentir la necesidad del
acoplamiento espiritual, que los negros podían amar
como los blancos comprendió que la elección y la
exclusión por voluntad también era una ley de los
negros. “A María Luz le tocó hacer ese milagro”.

VIII. MATALACHE.

¿Quién era José Manuel?, no era ni un blanco ni un


negro, para el primero le faltaba el color y la libertad.
Para lo segundo sobrábale su nariz ligeramente roma,
sus labios anabelfos o delgados, su diferencia moral e
intelectual de los demás, sus sentimientos de amor, el
derecho de elegir a la compañera y formar con ella
una sociedad como los blancos, con hogar e hijos, y
un sinfín de preguntas y la única respuesta que él
sabía darse es que su padre no era un negro, tal vez
haya sido algún señor de allá del valle de Tangarará o
tal vez el mismo señor de esas tierras. La respuesta la
sabía su madre, pero se lo había llevado a la tumba,
por ello la preferencia al señor Sojo, a la muerte de su
madre le rodeó de distinciones y preferencias le puso
un maestro que le enseño a: leer, escribir, contar y
capaz de manejar asuntos de escritorio. Don José
Manuel lo protegía incluso de su ascendencia un día
lo oímos decir: “¡ese negro están blanco como yo, y
tan digno de respeto como usted”!
Tenía un conocimiento único de su formación por ello
orientaba a los demás negros con sabiduría sobre su
situación.
Sobrevino la muerte de don José Manuel Sojo, y se vio
cambiado la suerte del otro José Manuel, el mulato,
todos sus bienes y propiedades fueron vendidos, uno
de los compradores fue: don Francisco Javier de
Paredes marques de Salinas, quien adquirió la
hacienda de Tangarará, y con ello todos sus
semovientes entre ellos los esclavos, la suerte de José
Manuel cambió completamente pasó de ser el
protegido que se encargaba de las cuentas y
correspondencias a ser un esclavo más del montón.
Posteriormente viendo el peligro que José Manuel
representaba contra sus intereses lo vendió a don
Diego Farfán de los Godos para que sirviera como su
esclavo para la Tina. Es así como nuestro José Manuel
llega a Piura a trabajar en las arduas tareas, vendido
como un esclavo más.

IX. UNOS PIES DIVINOS Y UNAS MANOS HÁBILES.

Donde María Luz puso su toque de dama hermosa fue


nada más ni nada menos que en el oratorio olvidado
desde hace tiempo atrás. Y su llamado fueron
desfilando los maestros artesanos para la reparación
de lo que la polilla y el tiempo habían malogrado.
Tuvo una dificultad en la renovación del frontal y
demás piezas de cuero complementarias, su padre se
da cuenta de la necesidad de su hija, del empeño y
devoción que le pone al reparar el otro lugar que
servía de oración y le sugiere la presencia de José
Manuel pues él era experto haciendo ese tipo de
trabajos. Ella lo manda llamar, ambos ya solos,
conversan y llegan al acuerdo de que José Manuel se
encargará de realizar la reparación del frontal dentro
del plazo de un mes. También le propone
confeccionar un par de zapatos para María Luz.

X. EL CUARTO DE HORA PRECURSOR.

Aquel día María Luz se encontraba ensimismada,


pensando en aquel amor imposible, inalcanzable
pero a la vez cercano, ¡de pronto! Apareció la
nodriza, ¡niña! Exclama mortificada por el silencio de
su ama, le cuenta de que José Manuel canta en las
noches canciones bellas y hermosas que hasta el
corazón más fuerte le saca un suspiro y las ganas de
amar y de bailar. ¿Pero a quien canta cada noche?
Se preguntan y María Luz no pudiendo más guardar el
secreto escondido en lo más profundo de su corazón
le cuenta la verdad a la vieja nodriza, ¡a mi Casilda, a
mí! Es a mí a quien le canta ese hombre todas las
noches, la criada se queda pasmada, entonces le
confiesa toda la verdad, que ella se encuentra
interesada por ese hombre.
XI. PROMESAS CUMPLIDAS.

A las cuatro semanas el trabajo que se le


encomendara a José Manuel estaban concluidas,
asimismo el de las zapatillas.

El frontal era una maravilla, había puesto en ello toda


su inventiva y creatividad, las zapatillas no fueron tan
artísticos, fue más simbólico, más delicado, más
personal y sincero. María Luz recibió aquellos objetos,
tan impacientemente esperados, con visible alborozo:
¡qué lindo!, ¡qué lindo!, era cuanto podía expresar.

La mulata Rita también expresó su admiración por el


frontal, pero tuvo más elogios cuando vio las zapatillas
¡que preciosura!, ¡esto sí que es una preciosura dijo!

XII. UNA APUESTA ORIGINAL.

Don Miguel Jerónimo, pregona de tener el mejor


guitarrista no solo de Piura sino de todo el norte del
Perú, era el negro Nicanor, su capataz. Don Juan
Francisco le replicó diciéndole: “Pero… y no se me
atufe usted, don Miguel al lado de mi capataz su
negro resulta algo así como un chilalo o un
choqueque.”
Nombran como jueces a los tres mejores maestros de
música de la región, entonces surgen las apuestas,
don Juan Francisco propone: “que el que pierda
ceda su guitarrista al amo del victorioso y que el
torneo se haga en la Tina, siendo de su cuenta todos
los gastos”, de lo contrario no había apuesta, don
Miguel Jerónimo acepta.

La contienda se llevaría a cabo en el día del Corpus


por la tarde después de la procesión, sería una
hermosa manera de festejar el día propusieron.
Entretanto María Luz reclama a su padre por la forma
de exponer a José Manuel, su padre le dice que el
negro Nicanor no es nada al lado de su capataz, y
que José Manuel equivale a tres Nicanores juntos.

XIII. UN CORAZÓN QUE SE ABRE Y UNA PUERTA QUE SE


CIERRA.

Lo que había sido una idea confusa en la mente de


María Luz, se volvió realidad, ella asistió al cuarto de la
mulata Rita a la espera de José Manuel, en esa
noche, empuja la puerta y entra en el cuarto oscuro,
“aquí estoy Rita asistiendo a tu llamado”, María Luz ya
no se puede contener más y se descubre, José
Manuel se queda asombrado al saber que es ella, la
dueña de todos sus sentimiento, comienza a besar los
‘pies de su ama, y los dos se entregan a la pasión y al
idilio del amor
XIV. UN DÍA SOLEMNE, UNA FIESTA BRILLANTE Y UNA
MANO PÉRDIDA.

Y llegó el día de Corpus, la gente vibraba de alegría,


mientras tanto en la Tina, el día había sido recibido
con alborozo, y con más razón que en la ciudad, la
enfermera Martina vio en las cartas el triunfo de José
Manuel, el mayordomo agasajo por orden del amo, a
sus compañeros de esclavitud, con una cena
abundante, mientras tanto María Luz llena de fe y de
rodillas pide por el triunfo de José Manuel y se
arrepiente de haber pecado.

Don Juan Francisco paseo por el patio vigilando los


arreglos del tablado y que no falte nada para el
encuentro esperado, a eso de las tres de la tarde
llegan los invitados, Ño Antuco anunciaba
estentóreamente a los que llegaban,
progresivamente llegaron todos, y en esta
constelación de estrellas la más radiante sin lugar a
dudas era María Luz, por su belleza. Conversan ya de
política, ya de los amoríos, ya de los negros esclavos,
y muchos otros temas, entretanto María Luz sostenía
animada charla con las demás doncellas, todas
tenían puesto los ojos sobre José Manuel y los
maravillosos que era con la guitarra.

De pronto llegan tres hombres , eran los tres jurados


escogidos para la competencia, luego toman su
asiento, entre las mujereras corre el rumor de conocer
al famoso Matalaché, “el contentador de criadas”.

Anuncian el inicio de la competencia, entre: Nicanor


de los Santos, alias “Mano de Plata”, contra José
Manuel Sojo, alias Matalaché. El negro Nicanor es el
encargado de iniciar la competencia tiempla su
guitarra y lanza unas redondillas llenas de sarcasmo y
animosidad. Entretanto José Manuel inicia su
participación con una mirada compasiva hacia su
rival, e inicia la tonada, definitivamente José Manuel
es el ganador.
El jurado declara ganador a José Manuel y lo apoda
con el mote de “mano de oro”. El negro Nicanor se
amputa la mano y es auxiliado por Matalaché.

XV. LA TENTACIÓN.

María Luz se encontraba enferma, acuden a ellos


todas las sirvientas que tenía a disposición, pero nadie
podía hacer nada, y en un rato de amargura y
resignación confiesa que espera un hijo de José
Manuel, pretende acabar con su vida, pero la
Martina se lo impide. Don Juan Francisco llega a la
casa y escucha cantar al Congo del molino: “Cógela,
cógela, José Manuel; mátala, mátala, mátala ¡che!
No te comas tú solo, piti; deja una alita siquiera pa
mí”. Don Juan Francisco lleno de ira interroga a todos
por la canción y confiesan que el que sube a los altos
es José Manuel por María Luz, sin lugar a dudas esta
respuesta lo enfado muchísimo
XVI. EL ÚLTIMO JABÓN DE LA TINA.

Don Juan Francisco enloqueció, y mando engrillar


(encadenar) de pies y manos a Juan Manuel, que
cargado por tres esclavos es llevado a la Tina, donde
es arrojado y muerto, ¡sin duda una muerte cruel! A los
quince días, los parroquianos que iban por jabón a la
Tina se encontraban con las puertas cerradas, y sobre
estas un lacónico letrero que decía: SE TRASPASA, EN
SAN FRANCISCO DARAN RAZON.

PERSONAJES PRINCIPALES
José Manuel
María Luz
PERSONAJES SECUNDARIOS
Don Baltazar Rehón de Meneses
Don Juan Francisco
Rita
Casilda
Martina
Los tíos de María
Don José Manuel de Sojo
La Madre de José Manuel.

COMENTARIO CRÍTICO
Esta obra me gustó mucho debido a que trata de un amor
supuestamente imposible entres dos personas, un mulato y una
blanca que pesar de todos los perjucios que se daban en ese
entonces tal asi como las discriminación racial no fue
impedimento para que ellos sintieran un amor mutuo y lo llevaran
acabo aunque esto haiga terminado en costarle la vida a
Matalache

BIOGRAFIA DEL AUTOR


Enrique López Albújar (Chiclayo, 23 de Noviembre de 1872 _
Lima, 6 de Marzo de 1966). Hijo de Manuel López y de Manuela
Albujar. Fue un escritor y poeta peruano conocido como el que
empezó la corriente indigenista del s. XX
En Piura fue donde creció y realizo sus estudios elementales, sus
estudios secundarios los realizo en Lima para luego ingresar a la
universidad de San Marcos; se recibió de abogado, profesor y
periodista influenciado por la predica de Manuel Gonzales Prada
incursiono en la política también fue juez, de distintas regiones
del Perú
Realizo distintas colaboraciones en obras como: La Cachiporra
y La Tunda de Belisario barriga, donde publico versos en contra
del general Cáceres lo cual lo llevo a un juicio del que resultó
absuelto.
Sin embargo nuevas osadías poéticas lo llevaron a prisión y
gracias a las influencias de su padre obtuvo la liberación. Al año
siguiente público su primera obra literaria: Miniaturas .Luego de
un tiempo regreso a la política y colaboraba en diversos
periódicos de Piura. Ejerció como redactor-jefe en el diario la
Prensa en Lima .Siguió publicando obras que entre las más
importantes destacan: De mi casona, Matalache, Nuevos
cuentos andinos
Murió a la edad de 93 años en el año 1966.

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