Asesinos Canibales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 62

Centro Integral de Psicología

VICTIMAS FAVORITOS NIÑOS

ALBERT FISH: Declaración de Albert Fish en el caso del niño Billy Gaffney
“Me hice de varias herramientas y un látigo de fabricación casera, con el mango
corto. Corté uno de los cinturones por la mitad y rajé cada mitad en seis tiras de
unos veinte centímetros de longitud. Flagelé su cuerpo desnudo hasta que brotó
sangre de sus piernas. Le corté las orejas, la nariz, le rajé la boca de oreja a oreja,
le arranque los ojos. Le clave un cuchillo en el vientre y acerque mi boca a su
cuerpo desnudo para beberme su sangre. Entonces murió. Reuní cuatro sacos de
patatas viejos y metí en ellos un montón de piedras. Rajé al niño. Yo llevaba una
bolsa de viaje, introduje la nariz, las orejas, y algunos pedazos de su vientre en la
bolsa. Luego lo corté por la mitad; más o menos por debajo del vientre. Después le
corté las piernas, a unos cinco centímetros del trasero. Guardé ese trozo también
en la bolsa, envuelto en mucho papel. Le corté la cabeza, los pies, los brazos, las
manos y las piernas, los metí en las bolsas de patatas, até los extremos y los
lance a las aguas cenagosas que se divisan desde la carretera que conduce a
North Beach. Regresé a casa con mi carne. Tenía la parte delantera la que más
me atraía, su pene, sus testículos y un poco de carne con grasa del trasero para
hornearlos y comérmelos. Hice un guiso con sus orejas, su nariz y algunas otras
partes de su rostro y su vientre. Añadí cebollas, zanahorias, nabos, apio, sal y
pimienta. Estaba delicioso. Luego rajé los dos glúteos, corté el pene y los
testículos, los lavé, puse varias tiras de tocino en cada glúteo y los introduje en el
horno; a continuación pelé cuatro cebollas y cuando la carne llevaba un cuarto de
hora asándose, vertí media taza de agua para tener algo de salsa y añadí las
cebollas. Golpeaba sus nalgas a intervalos frecuentes con una cuchara de madera
para que la carne estuviera más tierna y jugosa.”

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 1


Centro Integral de Psicología

QUERIDA SEÑORA BUDD:

"Hace algunos años, mi amigo el capitán John Davis, zarpo de california hacia
Hong-Kong, que por aquel entonces padecía los problemas del hambre, las
calles se habían vuelto muy peligrosas para los niños entre 9 y 12 años
porque tenían la costumbre de matarlos y cortarlos en pedazos y vender su
carne como alimento. Antes de zarpar mi amigo, rapto a 2 niños los mató
corto en pedazos guiso su carne, y se la comió".

Albert Hamilton Fish (19 de mayo de 1870 - 16 de enero de 1936). Fue un


asesino en serie y caníbal estadounidense. Es también conocido como el
"hombre gris", "el hombre lobo de wysteria" y posiblemente como "el
vampiro de Brooklyn". Él afirmaba haber abusado sexualmente de más de
100 niños, y fue sospechoso de al menos 5 asesinatos. Fish confesó 3
homicidios que la policía fue capaz de investigar para encontrar al homicida y
confesó haber acuchillado al menos a 2 personas más. Fue sometido a juicio
por el asesinato de Grace Budd, fue condenado y ejecutado. Nació con el
nombre de Hamilton Fish en Washington D.C., hijo de Randall Fish (1795-
1875). Según él, fue nombrado así a causa de Hamilton Fish, un familiar
lejano. Su padre era 43 años mayor que su madre. Fish era el hijo más joven y
tuvo tres hermanos vivos: Walter, Annie y Edward Fish. Él quiso llamarse
"Albert" después de la muerte de un hermano, y escapar del sobrenombre
'ham and eggs' ('huevos con jamón') que le fue aplicado en un orfanato en el
cual transcurrió una buena parte de su infancia.

Muchos miembros de su familia padecieron enfermedades mentales, y


alguno sufrió manía religiosa. Su padre fue capitán de un barco de río, pero
para 1870 se desempeñaba como fabricante de fertilizantes. El viejo Fish
murió de un infarto de miocardio en la estación six street del ferrocarril de
Pensilvania en 1875 en washington D.C. La madre de Fish lo envió a un
orfanato. Ahí fue azotado y golpeado frecuentemente y, después de un
tiempo, descubrió que disfrutaba del dolor físico. Los golpes le provocarían
erecciones frecuentes por lo que los demás huérfanos lo molestaban. Para
1879, su madre consiguió un empleo en el gobierno y fue capaz de cuidarle.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 2


Centro Integral de Psicología

Sin embargo, las experiencias vividas anteriormente le afectaron. Comenzó a


tener relaciones homosexuales en 1882, a la edad de 12 años con el hijo de
un telegrafista. La juventud también llevó a Fish a prácticas como urofagia y
cropofagia. Fish comenzó a visitar baños públicos en donde podría ver chicos
desnudos, y gastar una buena parte del fin de semana en esas visitas. Hacia
1890, Fish llegó a la ciudad de Nueva York. Decía que se había vuelto una
prostituta masculina. También afirmó que comenzó a violar a muchachos
jóvenes, un crimen que siguió cometiendo aún después de que su madre le
arregló un matrimonio. En 1898, se casó con una mujer nueve años menor
que él. Tuvieron seis hijos: Albert, Anna, Gertrude, Eugene, John y Henry Fish.
Fue arrestado por malversación de fondos y sentenciado a prisión, purgando
su delito en la cárcel estatal de Sing Sing en 1903, donde mantuvo relaciones
sexuales con distintos hombres. Durante 1898 trabajó como pintor de casas,
y afirmó que cometió abuso sexual con al menos 100 niños, generalmente
menores de 6 años de edad. Recordó un incidente en el cual un amante
masculino lo llevó al museo de cera en donde Fish quedaría fascinado con la
disección de un pene; poco después desarrollaría un interés mórbido por la
castración. Durante una relación con un hombre retardado mental, Fish
procuró castrarlo después de atarle. El hombre se asustó y huyó.

Fish comenzó a intensificar sus visitas a burdeles en donde podía ser azotado
y golpeado con mayor frecuencia. En enero de 1917, su esposa lo abandonó
por John Straube, un hombre hábil que abordó a la familia Fish. Seguido a
este rechazo, Fish comenzó a escuchar voces; por ejemplo, en una ocasión se
envolvió en una alfombra aduciendo que seguía las instrucciones de Juan el
apóstol.

Fish cometió lo que pudo ser su primer ataque en la persona de un niño


llamado Thomas Bedden en Wilmington (Delaware) en 1910. Tiempo
después acuchilló a un muchacho con discapacidad mental hacia 1919 en
Georgetown, Washington D.C. el 11 de julio de 1924, Fish encontró a Beatrice
Kiell, una niña de 8 años de edad, jugando sola en la granja de sus padres en
Staten Island. Le ofreció dinero para que lo acompañara y le ayudase a buscar
ruibarbo en las campos vecinos. La niña estaba a punto de abandonar la
Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 3
Centro Integral de Psicología

granja cuando su madre ahuyentó a Fish. Fish se alejó, pero regresó después
al granero de la familia Kiell donde trató de dormir por la noche para ser
descubierto antes por Hans Kiell quien le dijo que se fuera.

El juicio de Albert Fish por el asesinato premeditado de Grace Budd comenzó


el lunes 11 de marzo de 1935 en White Plains, New York, con Frederick p.
Close como juez y como abogado fiscal de distrito Ellbert F. Gallagher. James
Dempsey fue el abogado defensor de Fish. El juicio duró diez días. Fish alegó
locura y clamó el haber escuchado voces de dios ordenándole matar a los
niños. Numerosos psiquiatras testificaron acerca de los fetichismos sexuales
de Fish, incluyendo coprofagia, urofilia, pedofilia y masoquismo, pero existía
desacuerdo en determinar cuál de ellos signaba la locura de Fish. El jefe
experto de la defensa Fredric Wertham, un psiquiatra especializado en
desarrollo infantil y que realizaba exámenes en las cortes criminales de nueva
york, afirmó que Fish era un demente. Otro testigo de defensa fue Mary
Nicholas, hijastra de Fish, con 17 años de edad. Ella describió cómo Fish la
instaba a ella y a sus hermanos a juegos que involucraban masoquismo y
abuso sexual infantil.

Fish llegó en marzo de 1935 y fue ejecutado el 16 de enero de 1936 en la silla


eléctrica en la correccional de Sing Sing. Entró a la cámara de ejecución a las
11:06 p. m. Y fue declarado muerto tres minutos después.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 4


Centro Integral de Psicología

ANDREI CHIKATILO: declaró que le gustaba comerse las partes más


blandas del cuerpo de sus víctimas.

Posiblemente el peor asesino en serie de la unión soviética. Su actividad criminal


lo llevó a realizar al menos 53 asesinatos. Fue conocido como el "carnicero de
Rostov". Vivía una doble vida, por un lado hombre casado trabajador y miembro
de la sociedad comunista del momento, y por otro su lado oscuro dotado de gran
habilidad para ganarse la confianza de los niños y disfrutar con impunidad de sus
horrendos crímenes. Hombre con problemas sexuales, impotente, vivió en Rostov
del don, una ciudad a unos 800 km de Moscú, donde atrajo principalmente a sus
víctimas. Actuaba principalmente en estaciones de ferrocarril y de autobuses.
Tenía propensión al destripamiento, la mutilación, el canibalismo y el sadismo.

Después de doce años de actuar impunemente, finalmente fue descubierto en


1990.en una ocasión estuvo detenido y al comparar su sangre con el semen
encontrado en una víctima al no emparejar quedó en libertad (puede darse esa
posibilidad). Otra vez libre continuó con sus crímenes. Sin embargo los
investigadores tenían la certeza de que él era la persona a la que buscaban, y al
detectarlo en otra ocasión al salir de un bosque cerca de una estación confirmaron
sus sospechas.

Nació en una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían millones de


personas cuyos cadáveres se amontonan en las calles y campos. Lo más cruel
para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre
como su hermano mayor, Stephan había sido raptado y devorado, aunque no era
un caso aislado en aquellos duros años treinta. Este hecho marcaría notablemente
al niño, quien se sentía en esos momentos más solo que nunca, de hecho no

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 5


Centro Integral de Psicología

existe ningún documento que informe acerca del nacimiento o muerte de Stephan
pero la manera en como su madre se los contaba hacia que la historia pareciera
verídica. En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía (sus
primeras gafas las tuvo a los treinta años), y hasta los doce se orinó en la cama.
Siempre era humillado por los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que
fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar.

No era de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas
contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más
tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual,
por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron
los primeros rumores de su impotencia.

Como todos los ciudadanos soviéticos sirvió en el ejército y luego se dedicó a los
estudios, obteniendo tres títulos: en lengua y literatura rusa, en ingeniería y en
marxismo-leninismo.

En 1971 se graduó de maestro. Sentía una creciente atracción por las menores de
doce años, y se colaba en los dormitorios para verlas en ropa interior mientras se
masturbaba con la mano dentro del bolsillo. Más tarde Chikatilo se refugió en el
estudio del comunismo, pero su fijación con el dogma político rayaba en la
demencia. A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era
incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en
contadísimas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su
esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado
castrándolo al nacer. Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que
nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista
que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad.

El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató por primera vez cuando tenía 42 años.
Abordó en la calle a una niña de nueve años de edad y la convenció para que se
fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Sabía cómo
hablar a los niños, él mismo había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez
allí la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó
sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo
fatal entre sangre y sexo. Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el
estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo
que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación. Chikatilo había intentado satisfacer
su necesidad sexual movido por la esperanza de llegar a ser igual que los demás,
pero no lo era. Su flacidez y las burlas de las mujeres que se lo recordaban a cada
momento, era más de lo que podía soportar. También se dio cuenta de que su
placer no consistía en acariciar los genitales ajenos, sino en maltratarlos.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 6


Centro Integral de Psicología

Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o
casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso
les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo
taciturno e inerte que era. La acusación de haber molestado sexualmente a sus
estudiantes le costó el trabajo, pero consiguió uno nuevo en una fábrica en el que
tenía que estar viajando constantemente. Este constante movimiento le ayudaba a
escoger sus nuevas víctimas.

Tres años pasarían antes de que Chikatilo asesinara por segunda vez. El 3 de
septiembre de 1981 asaltó a su segunda víctima, llamada Larisa Tkachenko,
prostituta de 17 años de edad. La convenció de ir con él al bosque para tener
relaciones sexuales, pero falló en el intento por lo que ella se río de él, esto lo
enfureció, perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó sobre el cadáver,
mordisqueo su garganta, le cortó los senos y en su frenesí se comió los pezones.
Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras bailaba una danza de guerra alrededor
del cuerpo, dejó el cuerpo sin vida con un palo enterrado. En esos momentos supo
que volvería a matar. Los dos primeros asesinatos de Chikatilo tuvieron cierto
carácter fortuito. Es posible que, en ambos casos, sus intenciones fueran
solamente de índole sexual. Los gritos de terror le excitaban, pero era el asesinato
en sí lo que presentaba para él el acto sexual supremo. Su tercera víctima fue
Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque. Le
mutiló los ojos, y esto se volvería algo común en sus asesinatos, la firma mortal de
Chikatilo.

Mientras las violaba, se enfurecía tanto por llegar tan rápidamente al orgasmo que
les machacaba la cara a golpes. Para ocultar su impotencia, a veces, con la ayuda
de una ramita, colocaba el semen en la vagina de la víctima. En el caso de los
niños, los atacaba nada más hallarse a solas con ellos en el bosque: un golpe
para aturdirlos con las manos atadas y unos golpes de cuchillo poco profundos
para establecer su dominio sobre ellos. Posteriormente los mutilaba a mordiscos,
les cortaba los genitales o solamente extirpaba los testículos, que guardaba a
modo de trofeo. En algunas ocasiones realizaba estas amputaciones cuando la
víctima se hallaba aún con vida, aunque no consciente. En ninguno de los casos
se encontraron las partes del cuerpo seccionadas en las cercanías de la escena
del crimen, además practicaba actos de canibalismo, en sus declaraciones
confesaría que le gustaba tragarse las partes del cuerpo más blanditas. En 1981,
se convirtió en funcionario de abastecimiento de una fábrica, y el trabajo, que le
obligaba a recorrer una buena parte de la región, le proporcionaba la fachada
perfecta.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 7


Centro Integral de Psicología

TSUTOMU MIYAZAKI: este sujeto no solo mutiló a cuatro niñas de edades


comprendidas entre cinco y siete años, luego de descuartizarlas tenía relaciones
sexuales con los cuerpos, para luego comerse los cadáveres en porciones.

Este asesinó japonés nació con una deformidad en las manos que lo
acomplejó e hizo ser marginado, además de que tenía un miembro
anormalmente pequeño, por lo que evitaba a las mujeres. Refugiado en el
anime, los cómics y la pornografía, su único vínculo cálido era su abuelo, por
lo que al morir éste, él se convirtió en asesino necrófilo de niñas…

La vida de Tsutomu Miyazaki comenzó en Itsukaichi, Tokio, un fatídico 21 de


agosto de 1962, día en que éste nació prematuramente. Pesaba apenas 2,2
kg, y las articulaciones de sus manos estaban fusionadas del tal forma que le
era imposible doblar las muñecas hacia arriba. Aquello marcó su vida.
Cuando tenía cinco años, un compañero de clase se burlaba con frecuencia
de sus “manos divertidas.” Debido al complejo que desarrolló con respecto a
sus manos, siempre evitaba mostrarlas en las fotos familiares.

Desde el momento en que llegó a la escuela primaria Itsukaichi, Miyazaki fue


en cierto modo invisible, por lo que sus compañeros y profesores lo
recuerdan como un niño tranquilo, solitario e incapaz de hacer amigos. Pero

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 8


Centro Integral de Psicología

Tsutomu, al igual que otros niños, tenía sueños para su futuro, tal y como
muestra en estas palabras de un ensayo escrito en tercer grado: ‹‹Cuando
sea grande, quiero comprar un coche e ir conduciendo. Me detendré en un
restaurante y comeré un poco de curry, arroz o algo. Incluso podría visitar a
mis parientes››. Sin embargo, lo cierto es que muchas veces terminaba
culpando a sus manos deformes por no conseguir sus metas. Se sentía
frustrado, y su refugio eran las historietas y el manga, que leía avidamente
hasta altas horas de la noche.

Por otra parte, Tsutomu era definitivamente un niño inteligente. Encerrado


en su propio mundo, estudió duro y llegó a alcanzar la mayor puntuación
entre los estudiantes que dieron el examen de ingreso para entrar en la
Meidai Nakano High School. Cada día, por tres años, Tsutomu dedicó dos
horas al estudio, consiguiendo siempre altas calificaciones. No obstante,
posteriormente empezó a desmotivarse por los estudios y, en lugar de unirse
a los grupos de estudios, se retiraba a dibujar cómics en un rincón apartado.

En cuanto a la universidad, inicialmente Tsutomu planeaba, sobre todo en


base a su alto rendimiento en Inglés, ingresar a la Universidad de Meiji,
afiliada a su colegio; sin embargo, tras su desmotivación académica acabó en
el rango 40 de los 56 estudiantes de su aula, cosa que le impidió entrar en la
Universidad de Meiji, pero él no se dio por vencido y se puso a estudiar
Fotografía Técnica en una universidad local, graduándose en 1983, para
posteriormente ingresar a trabajar en una imprenta que pertenecía a un
conocido de su padre.

Tsutomu estudió Fotografía Técnica y, tras ahorrar dinero en su trabajo


inicial, fue a vivir con su familia, en un apartamento junto a la casa principal,
con una hermana

Después trabajar algunos años en la imprenta y ahorrar más de 3 millones de


yenes, Tsutomu se trasladó de nuevo a la casa familiar, donde compartió con
su hermana mayor una habitación doble anexada a la casa principal, cerca de
los negocios de impresión de su padre. Adicionalmente Katsumi Miyazaki,
padre de Tsutomu, poseía el _Akikawa Shimbun_, un importante periódico
Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 9
Centro Integral de Psicología

local en el área de Itsukaichi, la zona más interior de Tokio, donde la familia


Miyazaki gozaba de una significativa influencia política.

Pese al status de la familia de Tsutomu, ésta tuvo poca influencia sobre él,
quizá por lo distante que se mostraba pues, por ejemplo, su padre y su
madre eran dos adictos al trabajo, y eso conllevaba una falta de contacto que
intentaban compensar con cosas materiales como el sedán Nissan Langley
que le regalaron, y que usó para sus crímenes… “Si hubiese tratado de hablar
con mis padres acerca de mis problemas, ellos me habrían ignorado”, diría
Tsutomu tras su captura, agregando que incluso llegó a “pensar en el
suicidio”.

Setsuko y Haruko, las dos hermanas menores de Tsutomu, lo encontraban


repulsivo… Únicamente su abuelo Shokichi, hombre reconocido que había
servido en el consejo de la ciudad, se mostró interesado en él.

Paralelamente, Tsutomu evitaba el contacto con las mujeres de su edad, no


solo por el complejo de sus manos deformes sino por una especie de
sentimiento de inferioridad sexual; y es que, según contó sobre él uno de sus
compañeros de secundaria: “Su pene no era más grueso que un lápiz ni más
largo que un palillo de dientes”. Pese a dicha falencia, Tsutomu presentaba
un apetito sexual más elevado que el promedio, al punto de que en la
universidad solía aprovechar los partidos de tenis para fotografiar o filmar la
entrepierna de las jugadoras… Como era de imaginarse, su vida sexual era un
asunto puramente onanista, aunque terminó en el sendero de la parafilia
porque, cansado de la pornografía normal, en 1984 empezó a consumir
pornografía infantil. Se volvió pedófilo, tal y como suele sucederle a quienes
sufren sentimientos de inferioridad sexual.

“Cuando era niño, él no hizo amigos cercanos, por lo que no consiguió


información sobre el sexo en el mundo real. En cambio, se volvió hacia los
vídeos, los cómics, y la pornografía.”, dijo sobre Tsutomu el Dr. Oda.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 10


Centro Integral de Psicología

¿Cómo pues, los vicios antinaturales que tenía Miyazaki lo llevaron a matar?
Según el profesor Ishii de la Universidad Aoyama Gakuin, “la gente crece en
ambientes similares pero nunca se convierte en asesina”

El detonante de los asesinatos parece haber sido la muerte del abuelo de


Tsutomu en mayo de 1988, tres meses antes del primer asesinato. Su abuelo
era el único vínculo humano cálido que tenía Tsutomu en su vida adulta, y su
muerte marcó una ruptura con la sociedad, significando un episodio tan
doloroso en su vida que, tras la cremación de su abuelo, ingirió parte de sus
cenizas para encarnarlo en alguna forma…

La muerte del abuelo también alejó a Tsutomu de su familia, con la que ya


venía mostrándose agresivo. Por ejemplo, una vez su hermana más joven lo
pilló espiándola mientras se bañaba, e indignada le gritó, pero él montó en
cólera, entró al baño, la agarró de los pelos y le golpeó la cabeza contra la
bañera, golpeando después a su propia madre cuando ésta, tras enterarse, le
dijo que debía pasar más tiempo trabajando y menos tiempo con sus vídeos…

En el fondo Tsutomu se sentía desamparado, por lo que tras salir a la luz sus
crímenes él dijo: “Me sentía solo, y cada vez que veía a una niña jugando
sola, era casi como verme a mí mismo.”

La bestia detrás del otaku

Entre 1988 y 1989, Tsutomu mutiló y mató a cuatro niñas, de cuatro a siete
años; después abusó sexualmente de sus cadáveres y, con su tercera y cuarta
víctima, devoró partes de los cuerpos…

Durante el día, Miyazaki era un hombre tranquilo, y un empleado afable y


obediente, pero ese mismo otaku descente y aparentemente inofensivo, fue
el monstruo que seleccionó más o menos de forma azarosa a cuatro
inocentes niñas, siendo incluso tan cruel que, con el mismo cinismo burlón
con que Albert Fish envió una carta a la madre de una de sus víctimas, mandó
cartas a las familias de las víctimas, describiendo mórbida y detallosamente
lo que hizo en cada caso…

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 11


Centro Integral de Psicología

Crónica de los horrores de Miyazaki

Poco después de las 3 pm del 22 de agosto de 1988, la pequeña Mary Konno


de cuatro años de edad, salió de su casa ubicada en el complejo de
apartamentos Iruma, en Saitama. Ella supuestamente iba a jugar con una
amiga, pero ya eran las 6:23 pm y no regresaba, por lo que su padre, el
arquitecto Shigeo Konno, llamó a la Policía para notificar su desaparición, sin
saber que, mientras alguien atendía su llamada, su hija estaba siendo
estrangulada a unos 50 kilómetros, en medio del silencio cómplice de los
árboles…

Volviendo en el tiempo, Mary estaba caminando en medio del complejo de


apartamentos a inicios de la tarde, cuando de pronto un Nissan Langley se
detuvo cerca, el vidrio del conductor se bajó y un hombre joven de mirada
apacible le preguntó: “¿No te gustaría ir a un lugar más fresco?”. Hacía sol,
así que Mary asintió con la cabeza y se sentó junto al desconocido.

En su gran inocencia, Mary jugaba alegremente con los botones de la radio


del coche, mientras Tsutomu avanzaba hacia Hachioji, al oeste de Tokio.
Justo antes de llegar al puente Musashino, Tsutomu giró a la derecha, en
dirección a Itsukaichi.

Había transcurrido una hora cuando Tsutomu se detuvo en un estrecho


camino tierroso, en medio de los bosques que rodeaban la central Shintama,
un complejo de adusta apariencia, que se alzaba en medio de la vegetación
cual si fuera una inmensa y profética lápida.

El hombre y la niña se bajaron del coche y caminaron, hasta donde


comenzaba el camino a Komine Pass, por un sendero montañoso rodeado de
árboles hinoki y sugi. Las cigarras saltaban por uno y otro lado y el ruido de
las palomas se escuchaba en medio de aquel verdor impregnado por un calor
sofocante. En este punto cualquier criatura habría corrido o llorado, pero el
corazón de Mary era tan blanco como las nubes, y ésta siguió caminando con
el monstruo hasta que, tras unos 20 o 30 minutos, ambos se sentaron al
borde del desolado sendero.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 12


Centro Integral de Psicología

Mary estaba cansada y algo perturbada, de modo que empezó a sollozar.


Tsutomu entró en pánico: ¿qué pasaba si la niña gritaba y alguien venía? Para
prevenir eso, mejor era matarla de una vez, así que el monstruo colocó las
manos en el cuello de la niñita mientras el rostro de ésta esbozó una mueca
de pánico antes de congelarse para siempre… Moría la niña y nacía el asesino
de 26 años, quien ahora tomaba el cuerpo inerte de la pequeña, lo
desnudaba, lo acariciaba con lascivia, incapaz de sentir remordimiento o
pesar alguno… Finalmente tomó las prendas de vestir de la niña, la dejó en
posición de reposo y regresó a su coche.

Después de su desaparición, los patrulleros de la Policía advertían con


altavoces a los padres sobre el peligro de no mantener vigilados en todo
momento a sus hijos pequeños. A pesar de que fue etiquetado oficialmente
como un caso de desaparición, desde el principio la Policía inició la
investigación como si de un asesinato se tratase.

La búsqueda infructuosa de Mary Konno finalmente disminuyó después de


cuatro semanas; pero, apenas transcurridas dos semanas desde el decline de
la búsqueda, Tsutomu volvió a cobrarse una vida inocente la tarde del 3 de
octubre de 1988, cuando vio a la niña Masami Yoshizawa de siete años
caminando al borde de una carretera ubicada en la prefectura de Saitama.
Entonces la convenció de subir al coche y se dirigió a las colinas de Komine
Pass, donde cometió su primer asesinato. Allí, viendo que no hubiera ningún
testigo y en un momento en que la niña estaba desprevenida, el asesino le
apretó el cuello, la desnudó una vez muerta y abusó sexualmente del
cadáver; sin embargo, se llevó un gran susto al ver que el cuerpecito de la
niña, aparentemente inerte, se estremeció súbitamente. En ese momento no
pudo seguir, y aterrado corrió al coche y se marchó antes de que el sol
cayese, dejando el cadáver de Masami a una distancia aproximada de apenas
100 metros del cadáver de Mary.

Tras reportarse la desaparición, grupos de búsqueda locales se repartieron


por toda la zona, y pronto la cara de Masami apareció en cientos de carteles
emitidos por la Policía, que terminaría entrevistando a unos 2.300 residentes

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 13


Centro Integral de Psicología

locales. Otra vez más, no se encontraron pistas sobre el paradero de la


víctima.

El 12 de diciembre, el asesinato de una niña de cuatro años de edad,


originaria de Kawagoe, haría la diferencia y pondría a Tsutomu en peligro de
ser capturado, en gran parte porque el cadáver aparecería poco después del
asesinato, y eso desataría una enorme cacería policial bajo la sospecha de
que también Mary y Misami habían caído por la misma causa: un asesino
serial de niños…

Y es que Tsutomu nunca había mostrado mucho aprecio por la vida: ya antes,
había estrangulado un perrito con alambre, lanzado al río un gato y hervido
en agua a otro… Como explicó el Dr. Oda, su inmersión en el insano mundo
de cierto tipo de vídeos, le había “quitado la conciencia de la realidad”, de
modo que “todo se convirtió en un elemento para él, incluyendo a las
personas”, por lo que a fin de cuentas, “las niñas que mató no eran más que
personajes del libro de comics de su propia vida”…

El caso del 12 de diciembre antes aludido era el de Erika Namba, quien


regresaba de la casa de un amigo cuando el asesino la metió en su coche y,
sin hacer caso de sus lágrimas, condujo hasta el área de aparcamiento de la
Casa de la Joven Naturaleza, en Naguri. Allí, Tsutomu obligó a Erika a
desnudarse en el asiento trasero, y empezó a fotografiarla con luz
estroboscópica, hasta que otro coche pasó cerca, iluminando
momentáneamente el rostro de Tsutomu y haciendo que Erika solloce de
nuevo, cosa que encolerizó al asesino, el cual la estranguló, quitándole la vida
a eso de las 7 pm.

Tras matarla, el asesino envolvió cuidadosamente el cadáver en una sábana y


lo puso en el baúl del coche, se deshizo de la ropa de la víctima dejándola en
el bosque cerca de la zona de estacionamiento, y dejó el cadáver con las
manos y los pies atados, a unos 50 km de la casa en donde alguna vez fue una
niña alegre y llena de vida…

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 14


Centro Integral de Psicología

Al día siguiente el cadáver de Erika fue encontrado y quinientos policías


antidisturbios exploraron el bosque en busca de más pistas, pero no
encontraron nada. Sin embargo ya estaba claro que todas las chicas eran de
la Prefectura de Saitama y todos los cadáveres estaban cercanos entre sí, por
lo cual, como dijo un periodista, “tan pronto como encontraron el cuerpo de
la tercera chica, empezaron a tratar el asunto como un caso de asesinato en
serie”.

Las anteriores no eran las únicas pistas raras, ya que la Policía encontró que
las familias de las víctimas tenían algo en común: todas habían sido
molestadas por llamadas telefónicas inusuales, en que el teléfono sonaba
pero la persona al otro lado de la línea no decía nada, siendo capaz de
timbrar por unos 20 minutos hasta que se le contestase, solo para comunicar
ese incómodo silencio. Así mismo, tanto los Namba como los Konno habían
recibido tarjetas postales con alusiones a sus niñas muertas…

Debido a la histeria popular desatada tras la muerte de Erika, Tsutomu no


volvió a matar hasta el siguiente verano, pero antes cometió algunas
atrocidades.

Así, el 6 de febrero el padre de Mary encontró una caja con restos humanos
calcinados, 10 dientes de leche, pantaloncitos de niña, sandalias y una
prenda infantil de ropa interior, además de una hoja de papel con estas
palabras: “Mary. Huesos. Cremación. Investigar. Probar”

El siniestro enviado desató una serie de investigaciones, alboroto social y


alarma mediática, pero en ese marco de acontecimientos se dudaba de que
los restos fueran de Mary, por lo que el asesino, en un gesto desmedido de
megalomanía criminal, envió una confesión escrita de 3 páginas el 11 de
febrero. Junto a la carta de 3 páginas, adjuntaba una foto de la víctima y,
entre otras cosas, escribía lo siguiente: ‹‹Puse la caja de cartón con los restos
de Mary delante de su casa. Hice todo. Desde el inicio del incidente Mari
hasta el final. Vi la conferencia de prensa de la Policía, donde dijeron que los
restos no eran de Mary. Ante las cámaras, su madre dijo que el informe le dio
nuevas esperanzas de que Mary aún podría estar viva. Supe entonces que
Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 15
Centro Integral de Psicología

tenía que escribir esta confesión para que la madre de Mary no siguiera
esperando en vano. Lo repito: los restos son de Mary››. La carta estaba
firmada por un tal “Yoko Imada”, nombre evidentemente ficticio que había
sido elegido porque hacía juego de palabras con “ahora te diré” en japonés.

La confesión causó gran alboroto. Peritos en caligrafía examinaron la nota de


confesión, pero no pudieron establecer el sexo del autor. Más de medio
millón de folletos que citaban la confesión, fueron entregados por la Policía
en hogares de las zonas donde vivieron las víctimas.

La Policía posteriormente identificó que la cámara con que se tomó la foto


adjuntada a la confesión era una Mamiya 6×7, y que el tipo de letra de las
postales estaba hecha con fotocomposición.

El 11 de marzo de 1989 se efectuó el funeral de Mary con los restos


devueltos por el asesino; pero, cuando los Konno volvían del funeral,
encontraron otra carta del tal Yuko Imada, en la que notificaba, a manera de
una especie de crónica forense, los cambios que fue sufriendo el cadáver de
Mary…

Pero… ¿Por qué Tsutomu hacía todas esas cosas? ¿Quería llamar la atención
y vengarse? ¿Acaso había un sentido social en todo eso? Según el profesor
Akira Ishii:

“Nada de eso tenía un significado social, para él era como jugar a un


videojuego, además del punto de causar sensación. No estaba tratando de
obtener el reconocimiento de la sociedad. Tenía una sociedad en su mente,
de la cual él era el núcleo”

En el verano de 1989, la inquietud de Tsutomu había crecido y él trabajaba


menos y pasaba más tiempo editando sus cintas de vídeo. En el primer día de
junio, vio a las niñas jugando cerca de la Escuela Primaria Akishima, y
convenció a una de ellas para fotografiarle las bragas. Cuando empezó a
fotografiarla, algunos vecinos lo vieron y lo persiguieron. Él escapó, pero
cinco días después volvería con mucha más fuerza.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 16


Centro Integral de Psicología

El 6 de junio, en un parque de Ariake cerca de la bahía de Tokio, Tsutomu se


encontró con la niña Ayako Nomoto de cinco años. La niña jugaba sola, y el
monstruo se acercó y la convenció de dejarse fotografiar, a lo que ella
accedió tomándole muchas fotos de forma tal que ella se acostumbrase, se
divirtiese y cogiese confianza. Entonces finalmente le dijo para tomarle más
fotos en el interior de su coche, y la inocente niña aceptó.

El asesino estacionó el coche a unos 800 metros y le entregó a la niña un palo


de goma, pero ésta, al ver las manos deformes de Tsutomu, lanzó un
comentario que al asesino le pareció ofensivo… Lleno de ira, Tsutomu se
puso unos guantes de vinilo, exclamó “¡esto es lo que sucede con los niños
que dicen cosas así!”, gruñó, la agarró por el cuello, la estranguló y,
habiéndola matado, pateó y pateó el cadáver por unos cuatro o cinco
minutos, tras los cuales se calmó y envolvió el cuerpecito inerte en una
sábana, poniéndolo después en el maletero del coche.

Esta vez, el enfermo no se deshizo del cadáver sino que fue, alquiló una
cámara y se llevó el cuerpo a su apartamento, donde esperó dos horas, lo
puso en una mesa, lo abrió de piernas para destacar la vagina, y comenzó a
tomar fotografías y a filmar mientras se masturbaba. Posteriormente y tras
saciarse, ató las manos y pies del cadáver con nylon

Esta vez, tomó el cuerpo a casa, con parada en una tienda de video en Koenji
alquilar una cámara. La casa estaba a oscuras cuando se estacionó al lado del
bungalow de dos habitaciones. Esperó dos horas, luego llevó el pequeño
cadáver en el interior, donde se quitó la ropa y se limpió con una toalla. Él la
puso sobre la mesa baja _kotatsu_, extendió las piernas y se pega la vagina
aparte. A continuación, tomó fotografías y vídeos mientras se masturbaba.

Dos días más tarde, el olor del cadáver se hizo insoportable. Tsutomu sabía
que debía deshacerse del cadáver, así que le cortó la cabeza, las manos y los
pies, dejando el torso en un baño público del cementerio de Hanno, tostando
las manos y comiendo un poco de éstas en su patio trasero, y arrojando todo
el resto en una colina del bosque de Mitakeyama, a unos 230 metros de su
casa.
Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 17
Centro Integral de Psicología

No obstante lo último tampoco resultaba seguro ya que la Policía podía


encontrar los restos fácilmente, por lo que, unas dos semanas después del
crimen, fue a la colina, rescató los restos, los metió en una bolsa que guardó
detrás de su habitación, y finalmente esparció esos restos por el bosque,
quemando el pelo del cadáver, la ropa, las sábanas usadas para envolverlo
anteriormente y la bolsa de plástico.

Cinco días más tarde, después que la Policía había distribuido 10.000 folletos
con la descripción y la fotografía de Ayako Nomoto, el torso mutilado de la
niña fue encontrado en el cementerio e identificado como perteneciente a
ella tras los exámenes forenses.

Con toda la alarma policial y la preocupación social que existía en torno al


problema, Tsunomo debió desistir de sus crímenes, pero ni con eso se
abstuvo de volver a la acción el domingo 23 de julio de 1989. En ese día,
Tsutomu vio a dos hermanas que jugaban cerca de un lavado público en
Hachioji, tras lo cual detuvo su coche y se bajó. “Quédate aquí”, dijo la niña
mayor a la menor cerca de un río, tras lo cual salió corriendo a casa de su
padre, quien inmediatamente corrió hacia el lugar de los hechos solo para
encontrar a su hija menor desnuda junto a un desconocido que le
fotografiaba la vagina… Furioso, el padre de la niña agarró a Tsutomu y lo tiró
al suelo, pero éste se apartó y salió corriendo hacia la orilla pantanosa del río,
sobre la que corrió hasta volver a su coche, pero allí estaban esperándolo
algunos policías que lo detuvieron bajo el cargo de “obligar a una menor a
cometer actos indecentes”

El fin de Tsutomu Miyazaki

En el cuarto del asesino, en el que habían más de 5000 vídeos, mucho anime,
manga, pornografía y fotos de víctimas…

Tras capturarlo, la Policía creía haber encontrado por fin a su asesino en


serie.

Diecisiete días más tarde, Miyazaki confesó haber asesinado a Ayako


Nomoto, cuyo cráneo fue hallado al día siguiente en las colinas de Okutama.
Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 18
Centro Integral de Psicología

También confesó el asesinato de Erika Namba y el de Mari Konno, de los


cuales los videoclips fueron encontrados entre las 6.000 cintas en la
habitación de Miyazaki. Posteriormente, el 6 de septiembre se encontraron
los restos de Masami Yoshizawa en los bosques cerca Komine Pass, en
Itsukaichi.

En 1989, Tsutomu Miyazaki fue declarado culpable de lo que se conoció


como “Los crímenes del Otaku”

Después de la condena de su hijo, el padre de Tsutomu, que se había negado


a pagar la defensa legal de su hijo por razones morales, no toleró el deshonor
y, como es relativamente habitual entre los japoneses que experimentan el
oprobio público, se suicidó.

Durante la década de 1990, Tsutomu permaneció encarcelado mientras se lo


sometía a una serie de evaluaciones psiquiátricas, concluyéndose, en 1997,
por parte de un equipo de psiquiatras de la Universidad de Tokio, que
Miyazaki, a pesar de que sufría de trastorno de personalidad múltiple y
esquizofrenia extrema, aún era consciente de la gravedad moral y de las
consecuencias humanas de sus crímenes, y por ende era responsable de
ellos.

Poco después se lo condenó a muerte en la horca. Sin embargo estuvo en el


corredor de la muerte por muchos años, intentando reducir su condena a
cadena perpetua, además de que solicitó que, si lo matan, le apliquen
inyección letal y no ahorcamiento, pena a la cual temía profundamente. En
cuanto a su vida en prisión, siguió siendo la misma que antes: leyó mangas,
cómics, y vio series y películas de anime, en la pequeña tv donde esperó la
condena inapelable de la muerte, ratificada por la Corte Suprema de Justicia
el 17 de enero del 2006, y aplicada en junio del 2008, mes en el cual un
martes, junto a dos criminales más, Miyazaki fue ahorcado, ya que la Corte
Suprema de Justicia consideró, en base a los análisis psiquiátricos, que el
asesino no tenía ningún trastorno mental cuya naturaleza lo pudiese librar de
responsabilidad penal.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 19


Centro Integral de Psicología

JOSÉ DORÁNCEL VARGAS GÓMEZ: también llamado “el Comegente”, y


quien aseguró que “la carne de los hombres sabe mejor que la de las mujeres”,
afirmando que la carne femenina es más dulce, “es como comer flores y te dejan
el estómago flojo”

Considerar a Dorancel como el primer asesino en serie de Venezuela es cuando


menos absurdo, en el pasado año 2009 se produjeron 16.094 homicidios en
Venezuela, 2.897 en Caracas, la que se considera la capital del asesinato del
mundo. Según estas cifras mueren asesinadas dos personas a la hora.
Probablemente amparados en estas alarmantes cifras existan otros asesinos en
serie que gracias a la ineficacia de las fuerzas policiales puedan asesinar sin ser
descubiertos. Dorancel Vargas Gómez nació en la región de Caño Zancudo del
estado de Mérida, Venezuela, el 14 de mayo de 1957, proveniente de una familia
dedicada a la agricultura. Los escasos recursos económicos de su hogar lo
obligaron a dejar los estudios cuando cursaba los últimos años de la escuela
primaria. A raíz de esto, cambió sus actividades de granjero por la vida de ladrón.
Durante ese tiempo fue encarcelado por delitos menores como robo de gallinas y
ganado. Sin embargo su primera detención de gravedad no fue hasta años
después.

En 1995 fue arrestado gracias a la denuncia de Antonio López Guerrero, un amigo


de Cruz Baltazar Moreno, quien sirvió de almuerzo a Vargas, y de quien solo
sobraron sus pies y manos. Tras ser detenido, Vargas fue internado en el Instituto
de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca. Después de 2 años de tratamiento fue

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 20


Centro Integral de Psicología

liberado una vez que la evaluación psicológica confirmó que no era una amenaza.
No obstante Dorancel no recibió ningún tratamiento para su enfermedad mental, y
su familia no pudo prestarle el apoyo necesario. Así el comegente huyó de su casa
para visitar a la persona que lo denunció, Antonio López, después de comérselo
se trasladó a la ciudad de San Cristóbal en el estado Táchira, donde
aparentemente llevó una vida normal como vagabundo.

Al vivir en las calles mendigando, la policía pronto perdió su rastro, y Dorancel


pasaba sus días merodeando por los márgenes del río Torbes, también en las
cercanías del parque 12 de Febrero, con su compañero de celda Manuel. Al
parecer el comegente construyó una rústica casa en un rancho abandonado, lugar
donde se dedicó a sazonar a sus víctimas, aunque prefería dormir en un estrecho
túnel bajo el puente Libertador. Es en este sector donde Dorancel hace amistad
con los pueblerinos del área. Su siguiente víctima fue Manuel, su amigo y
compañero de la cárcel, a quien cocinó en deliciosas empanadas, de acuerdo al
testimonio de las personas que lo comieron sin saberlo. Cuando los oficiales le
preguntaron por qué lo mató, Dorancel respondió: “como era tan buena persona
seguro tenía que estar bien sabroso”. A partir de noviembre de 1998 el “Hannibal
Lecter de los Andes” comenzó a matar personas cada semana. Dorancel
permanecía cerca de la orilla del rio Torbes, donde cazaba obreros y deportistas
que habitaban o trabajaban en el sector. Cuando sus víctimas estaban
desprevenidas, el comegente los atacaba con un tubo metálico de más de un
metro de largo. Pudo haber asesinado y comido al menos 40 personas. Dorancel
proseguía a descuartizarlos bajo el puente Libertador, guardaba las partes que él
se comía y tiraba las manos, pies y cabezas en el monte camino a la granja
abandonada donde los cocinaba. Los familiares de las víctimas pronto fueron a la
policía para denunciar a los desaparecidos, pero los oficiales no pudieron hallar
relación entre las víctimas, excepto que muchos de ellos eran hombres adultos.
Debido a su pobreza, el comegente no contaba con una nevera para guardar la
carne por lo que mataba a 2 personas por semana para no padecer hambre.
Pronto la policía local fue asediada con reportes y denuncias de familiares y
amigos de los desaparecidos. Los oficiales comenzaron a sospechar de los
indigentes del sector. Cuando descubrieron la presencia de Dorancel en la región
próxima, este se convirtió en el principal sospechoso por sus antecedentes
penales y mentales.

El 12 de febrero de 1999, un miembro de la Defensa Civil atendió una llamada de


emergencia hecha por dos jóvenes que decían haber encontrado ollas con restos
humanos en el parque 12 de Febrero. Los oficiales acudieron rápidamente al
sector y hallaron restos de manos, pies y cabezas, acrecentando la lista de
muertos con 6 cadáveres más. Debido al estado de descomposición los miembros

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 21


Centro Integral de Psicología

fueron trasladados de inmediato a la morgue del cementerio Municipal: “El Vigía”


del estado de Mérida. Los investigadores especulaban teorías sobre los cuerpos,
creyendo al principio que habían sido liquidados por ajustes de cuentas entre
narcotraficantes. También se pensaba que era el ritual de alguna secta satánica.
Finalmente los datos se unieron a los reportes de personas desaparecidas desde
noviembre de 1998 y pronto se dieron cuenta de que estaban tratando con un
asesino en serie, el primero de Venezuela. La policía empezó a rastrear las
cercanías del puente en busca de más cuerpos y así se tropezaron con el rancho
de un demente. Tras investigarlo descubrieron varios objetos, ropas, libros,
cuadernos y documentos cuyo origen el dueño de la granja no pudo justificar.
Cuando revisaron la cocina de la pequeña choza, encontraron en los recipientes
carne y vísceras de personas preparadas para el consumo, además se tropezaron
con 3 cabezas humanas, también varias manos y pies. Su propietario, Dorancel
Vargas Gómez, fue arrestado y escoltado por el Cuerpo Técnico de la Policía
Judicial y la Policía Montada, quienes lo trasladaron a la comisaría más cercana
donde fue interrogado. Para sorpresa del sargento Gumersindo Chacón, el
comegente narró sin remordimiento todas sus fechorías.

En la comisaría Dorancel Vargas, de 42 años, confesó que tras vivir bajo el puente
por 11 años, se alimentó de personas que descuartizaba para después cocinarlas
en rústicas ollas. “El Hannibal Lecter de los Andes” aseguró haberse comido a 10
personas en un periodo de 2 años, sin embargo la lista de personas
desaparecidas y los restos encontrados sugieren que el número puede ascender
hasta 40 víctimas. Gracias a la evaluación psiquiátrica realizada, se descubrió que
este asesino en serie llevó a cabo sus atroces actos debido a su enfermedad
mental. Demostró tener preferencias para sus víctimas los cuales eran hombres
entre 30 y 40 años, pero jamás comía niños y mujeres.

Durante la declaración de sus actividades a la policía, el comegente dio todos los


detalles de su modus operandi. Tras dejar inconscientes a sus víctimas Dorancel
les cortaba la cabeza, pies, manos y genitales externos, pero también dijo:

“Cuando más apuraba el hambre hacía una sopita con ellos”.

El comegente afirmó que le gustaba más alimentarse de hombres diciendo: “estos


son más sabrosos, saben recio como cochino salado, como jamón, da gusto
comer un buen macho, las mujeres son dulces, es como comer flores y te dejan el
estomago flojo, como si no hubieses comido”. Estupefactos, los oficiales
continuaron escuchando el testimonio del caníbal, quien explicó que los hombres
delgados tenían mejor sabor que las mujeres y que lo más delicioso se encontraba
en la zona del vientre, carne que cocinaba con hierbas exóticas. El demente
caníbal dijo que con la lengua puede hacer un guisado muy bueno y que los ojos

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 22


Centro Integral de Psicología

son buenos ingredientes para hacer una sopa. El escritor Sinar Alvarado descubrió
que Dorancel era atormentado por lo que él llamaba espíritus que no lo dejan
dormir e incluso vienen a molestarlo. Cuando los oficiales le preguntaron por qué
se comió a la gente, Dorancel respondió: “No me arrepiento de nada, como dice la
iglesia, yo compartí mi pan con el prójimo y muchos me alabaron por el relleno de
mis empanadas. Por necesidad me he metido en esta vaina. No me arrepiento, al
contrario, me alegro porque me gusta la carne. Lo único que no me da apetito son
las cabezas, manos y pies de los seres humanos, pero me los comía en una
sopita cuando me daba hambre”. Pronto la prensa hizo un espectáculo sobre el
comegente, es así que Sinar Alvarado escribió un libro sobre la vida del asesino:
“Retrato de un caníbal”. En el 2004 se entrevistó con el comegente, éste le
preguntó: “¿Usted ha comido peras?, es igual, claro que como gente, cualquiera
puede hacerlo, pero hay que lavarla bien y condimentarla bastante para evitar el
contagio de enfermedades… y sólo me como las partes con músculos,
particularmente los muslos y las pantorrillas”.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 23


Centro Integral de Psicología

JEFFREY DAHMER: fue apodado como "El Carnicero de Milwaukee" por


asesinar a 17 hombres y jóvenes entre 1978 y 1991. No sólo es conocido por la
gran cantidad de asesinatos, sino también por practicar la necrofilia y el
canibalismo. Tracy Edwards fue su última víctima y logró escapar esposado.
Cuando fueron al departamento de Dahmer descubrieron que tenía varias
fotografías de cadáveres, restos humanos y una cabeza en el congelador. La
biografía de este asesino en serie fue llevada al cine, con la película "Dahmer".

Es un asesino en serie cuyo perfil psicológico es el prototipo del hombre carente


de todo aquello que hace tolerable la vida. Su actitud negativa le impidió tener
amigos, relaciones, trabajo, intereses, ocupaciones, dinero, esperanzas o
simplemente un lugar donde vivir. Nunca llegó a socializase y su interior emocional
se fue degradando mientras llenaba su enorme vacío con fantasmas.

Nació el 21 de mayo de 1960 en el hogar de un matrimonio problemático,


compuesto por un investigador químico y una neurótica emotiva y autocompasiva
esposa. Era un niño tímido y solitario que temía el abandono y daba la impresión
de estar desamparado. El joven Jeffrey no hacía más que gritar pidiendo atención
desde temprana edad pero esos gritos nunca fueron oídos ya que sus padres
estaban demasiado absortos en sus propias guerras personales que los llevaron a
un amargo divorcio en 1978. Su familia cambió de vivienda seis veces antes de
establecerse en 1968 en Ohio. La mayor parte de su infancia la pasó escondido en
un cobertizo de madera en una colina cazando insectos en frascos y
conservándolos en formol. Pronto se interesó por la anatomía animal. Sentía gran

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 24


Centro Integral de Psicología

curiosidad por saber qué tenían por dentro y llenó el sótano de su casa con
huesos de conejos, pollos y otros animales. Luego pasó a las ardillas, mapaches y
otras piezas más grandes, transportaba los cuerpos hasta el bosque, donde los
dejaba pudrirse, luego sumergía los restos en lejía para limpiar y blanquear los
huesos. Su madre tras una temporada en el hospital, como consecuencia de la
ingestión de grandes cantidades de tranquilizantes y otras drogas, tuvo que
guardar cama por el resto de sus días, hecho que conduciría a Jeffrey a un
aislamiento inquebrantable. A los diecisiete años, tras observar un joven que a
diario pasaba haciendo ejercicio delante de su casa, sintió un deseo desenfrenado
de poseerlo; como no se atrevía a abordarlo para entablar una conversación, optó
por coger un bate de béisbol y se dispuso a esperarlo con la idea de atacarlo
cuando pasara pero afortunadamente el joven dejó de ir a correr por esa zona,
salvándose así de ser la primera víctima del atormentado Jeffrey Dhamer. Un año
después, su padre abandonó el hogar, y al poco tiempo, el 18 de junio, el chico
toma venganza recogiendo en la carretera a un muchacho a quien llevó a su casa
y asesinó, luego metió el cuerpo en un saco de basura y lo arrojó por un barranco.

Después de esto, entró en una crisis depresiva y renunció a seguir viviendo, pero
su padre lo envió a la universidad. Allí también fue rechazado por su continuo
estado de embriaguez, y en diciembre de 1978 su padre lo obliga a alistarse en el
ejército pero sus continuas borracheras no cesan. Al licenciarse va a vivir con su
abuela, donde muestra una posible reinserción social, pues comienza a ir a la
iglesia, a leer la biblia e incluso reduce su dosis de alcohol y encuentra trabajo en
una fábrica. Pero poco duró este cambio. Al poco tiempo comenzó de nuevo a
masturbarse insistentemente e incluso robó un maniquí de una tienda, que hacía
las veces de compañero sexual. También empezó a frecuentar las saunas de
Milwaukee, lugar donde se daban cita algunos homosexuales con el fin de tener
relaciones anónimas e impersonales, pero le resultaba difícil conseguir la erección
mientras sus parejas estaban despiertas, por lo que optó por drogarlos con
somníferos antes de mantener una relación sexual. Después de esto, ninguno de
sus amantes cuando volvían en sí, querían volver a saber nada de él, por lo que
creyó más oportuno buscar un cadáver para satisfacer sus instintos sexuales. Una
noche tras asistir al funeral de un joven de dieciocho años, fue a desenterrarlo al
cementerio, pero no lo consiguió porque el suelo estaba congelado debido a las
bajas temperaturas. En septiembre de 1986 es arrestado por exhibicionismo
indecente, hecho que lo llevó a su primer análisis psicológico, siendo
diagnosticada una personalidad peligrosa.

Un año después mataba por segunda vez. En esta ocasión se trataba de un joven
negro al que ofreció una bebida dopada. Dhamer se despertó al día siguiente
encima del cuerpo ensangrentado, pero afirma no recordar nada de lo que pasó

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 25


Centro Integral de Psicología

aquella noche. Lo que sí recuerda es cómo tras levantarse, mete el cadáver en el


armario y sale a comprar una gran maleta para trasladar el cuerpo a casa de su
abuela. Allí cuenta que lo guardó en el sótano y lo desmembró, envolviendo la
cabeza en una manta y guardándola en una estantería para hervir más tarde el
cráneo y blanquearlo.

Después de eso, Dhamer comienza a matar siempre que se le presenta la


ocasión. Seguía el mismo modus operandi: primero, el flirteo ofreciendo dinero a
cambio de sexo, luego les ofrecía una bebida con somnífero y, finalmente, los
estrangulaba. Después de matar a su víctima se quedaba abrazando el cadáver,
pensando en cómo conservar las cabezas y formar una especie de altar en la
habitación adornando con los huesos.

Dhamer seguía la predecible pauta de los asesinos en serie. Empezó matando


cautelosamente asustado por sus crímenes. Luego el ritmo aumenta y se convirtió
en una máquina de matar más efectiva. Está demostrado que estos asesinos con
el tiempo se vuelven arrogantes y despreocupados convencidos de que no pueden
ser apresados por ningún mortal, creyendo tener máximo poder y autoridad sobre
los demás. Dhamer mostraba muchas características de asesino organizado:
acechaba a sus víctimas, les engañaba para llevárselos a su departamento con la
promesa de dinero y favores y, después de la muerte ocultaba las pruebas de los
crímenes, pero también daba muestras de ser un criminal desorganizado:
realizaba actos sexuales con sus víctimas después de la muerte, consumía su
carne y sangre, las mutilaba y conservaba algunas partes como recuerdos.

El juicio comenzó el 27 de enero de 1992. Desde el principio quedó claro que le


impulsaba un trastorno mental, a pesar de que él hacía todo lo posible por
disimularlo. Dhamer se mostró tan sincero y cooperador como muchos otros
asesinos en serie, sin embargo, ni él mismo podía entender cómo había sido
capaz de cometer todas aquellas atrocidades. Todos los presentes pudieron darse
cuenta de hasta qué punto sus compulsiones y fantasías se habían apoderado de
su mente, empujándole a seguir asesinato tras asesinato. Después del veredicto
habló por primera vez al tribunal, dijo: "señor juez, todo ha terminado, me siento
muy mal por lo que hice a esas pobres familias y comprendo su merecido odio.
Asumo toda la culpa por lo que hice. He hecho daño a mi madre, a mi padre y a mi
madrastra, pero les quiero mucho".

El carnicero de Milwaukee fue sentenciado a un mínimo de 900 años, pero murió


en la cárcel en 1994 asesinado a golpes por un recluso.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 26


Centro Integral de Psicología

YOO YOUNG-CHUL: este joven se comía los órganos de sus víctimas y


luego enterraba los restos de los cuerpos.
Yoo Young-Chul (también conocido como “Yoo Young-Cheol”) nació un 18 de abril
de 1970 en medio de una familia de clase obrera (por ende, con escasos recursos
económicos), en el pueblo de Waha, dentro del condado Gochang de Corea del
Sur. El nacimiento de Yoo fue algo no programado por sus padres, quienes vieron
en el bebé otra carga más que se sumaba a todos los problemas con que tenían
que lidiar por vivir en la pobreza. Tan grande fue ese rechazo inicial que, no
muchos años después cuando vivía con su abuela, Yoo le dijo a su abuela que su
madre había considerado matarlo.

Poco después del nacimiento de Yoo sus padres se separaron, por lo que Yoo fue
a vivir con su abuela, criándose con ella hasta que tuvo seis años, momento en el
cual Yoo se mudó a vivir con su padre en Seúl (capital de Corea del Sur). Aquello
fue en parte posible ya que el padre de Yoo había regresado hace poco en
condición de veterano de la Guerra de Vietnam (terminada en 1975), trayendo
consigo un buen capital obtenido en su servicio militar. Dicho capital pudo haber
rendido grandes frutos, pero el padre de Yoo lo invirtió malamente en
especulaciones comerciales, aunque destinó otra parte del mismo para un local de
cómics que había montado.

Aparentemente la vida de Yoo no sería tan mala, puesto que la tienda de cómics
de su padre sí tenía clientela, mas la realidad era otra: Yoo no era la única boca

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 27


Centro Integral de Psicología

que alimentar en el hogar, estaban también sus dos hermanos mayores y su


hermana menor, además vivían en el distrito de Mapo, una zona tan pobre que no
tenía ni electricidad ni agua potable, de modo que la gente se veía obligada a
sacar agua de un pozo público. Sumado a eso, la madrastra de Yoo, una mujer
cruel y abusiva que golpeaba salvajemente a su hermanita menor. Los hermanos
de Yoo se salvaban de los golpes porque la mujer veía algo arriesgado golpearlos,
ya que estos eran mayores y podían defenderse; y en cuanto a Yoo, si éste no
recibía golpes de su madrastra era porque ella le tenía cierto recelo ya que él solía
mirarla con odio y desprecio, fija, largamente y sin temor alguno.

Poco fue el tiempo que Yoo aguantó la vida en casa de su padre. Anteriormente
ya había escapado de casa uno de los hermanos mayores de Yoo, hecho que en
parte ayudó a motivarlo para que a los ocho años se escapara con su hermana
menor a vivir con su madre, lo cual era fácil dado que ésta también vivía en el
distrito de Mapo.

Ya en casa de su madre, Yoo fue enviado a la Escuela Primaria Gongdeok, donde


se comportó tranquila y educadamente, mostrándose además como un chico muy
responsable y colaborador para su edad pues, al no tener mucho tiempo su
madre, él asumió gran parte de las tareas domésticas.

Fue en esos días de estudiante de primaria cuando Yoo tuvo una de las
experiencias tempranas que más habría de contribuir a la frustración por su
pobreza y al resentimiento social que lo marcó de por vida. Puntualizando, a pesar
de que en el distrito de Mapo existía mucha pobreza, en general los niños traían
algo relativamente aceptable como comida. Sin embargo y debido en parte a las
dificultades económicas y de tiempo que tenía su madre, un día Yoo aparece en la
escuela portando como almuerzo un pegote de arroz pegajoso mezclado con
masa de fríjoles (no fríjoles enteros, sino hechos una masa con apariencia de sopa
espesa). Así, cuando los otros niños vieron lo que Yoo trajo para comer, pensaron
inmediatamente en un pedazo de excremento y empezaron a burlarse de Yoo
desde ese día, diciendo siempre y con tono burlón a la hora de la comida escolar:
“¡Te traje mierda para el almuerzo!”. Hechos como estos fueron creando el Yoo
que años después, estando arrestado, confesó que de niño solía ver con anhelo
una casa grande (de gente adinerada) que estaba por donde él vivía, que se
sentía inseguro por ser pobre y que al crecer llegó a pensar que los ricos tenían la
culpa de su miseria y de la miseria de los pobres en general, llegando así a odiar
profundamente a la gente adinerada.

Volviendo a la vida de Yoo en casa de su madre, algo importante es que el afecto


de Yoo por su padre no se había desvanecido, ya que fue principalmente a causa
de su madrastra que Yoo había escapado con su hermana. Por ello, Yoo tenía la

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 28


Centro Integral de Psicología

costumbre de visitar a su padre, aunque las cosas dieron un giro cuando su


madrastra lo dejó, pues esto sumió a su padre en el alcoholismo y, poco después,
en una muerte ocasionada por accidente de tráfico.

Tras la muerte de su padre, Yoo, tratando en cierta medida de escapar de su


dolor, focalizó sus energías en el estudio hasta convertirse en uno de los mejores
estudiantes de la clase.

En 1984 Yoo entró a la secundaria, sintiéndose desde un inicio atraído por las
artes. Le gustaba leer poesía y, pese a ser daltónico (el daltonismo es un defecto
genéticamente hereditario que impide distinguir bien los colores), amaba la pintura
y el dibujo y no le faltaba talento (años después hallaron dibujos manga en su
apartamento, hechos por él y dotados de gran calidad). Además adoraba la
música, por lo que formó parte de un grupo de góspel en una iglesia y más tarde
creó con sus amigos la banda musical Evergreen.

Las cosas parecían así estar relativamente bien para Yoo, aunque su pobreza lo
seguía marcando y una muestra de eso eran los desmayos que le daban en
atletismo por la poca energía que tenía a causa de lo mal que se alimentaba.

Los primeros pasos criminales de un hombre frustrado

Como estudiante de secundaria, Yoo había aplicado para hacer su especialización


en artes, pero no lo consiguió y tuvo que resignarse con ingresar a una secundaria
técnica en 1987. Naturalmente esto contribuyó a aumentar su frustración y sus
resentimientos, lo que a su vez incrementó la determinación que le llevó a cometer
el primero de sus robos cuando en 1988 robó una guitarra y una grabadora Sony
de la casa de un vecino que no era pobre como él. No era un simple robo, él
amaba la música y la vida le había negado la posibilidad de fomentar esa vocación
a través del bachillerato técnico, de modo que muy probablemente existía en él el
sentimiento de ser una víctima y por tanto la idea de no estar actuando mal del
todo… Pero su pequeño crimen le costó bastante, dado que lo atraparon, lo
llevaron a un centro de detención juvenil y nunca pudo terminar la secundaria
técnica…

Tiempo después, en la navidad de 1991, Yoo conoció a la Sra. Hwang, una


masajista con la que habría de emprender una relación sentimental para luego
terminar casándose el 23 de junio de 1993. Poco duraron los felices días iniciales
de Yoo con la Sra. Hwang, ya que ese mismo diciembre de 1991 la desgracia
volvió a caer sobre él cuando el propietario del lugar que alquilaba para vivir subió
la renta y Yoo, desesperado y con cierto ánimo revanchista de compensar el
abuso sufrido, entró a la oficina del propietario y robó una cámara y más de 500

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 29


Centro Integral de Psicología

dólares en efectivo, siendo atrapado por un guardia de seguridad y posteriormente


condenado a diez meses de prisión.

En la cárcel Yoo fue visitado por su madre y, entre las cosas que hablaron, Yoo
contó su plan de formar un hogar y le pidió que por favor cuidara de quien sería su
esposa y del hijo suyo que estaba por nacer y con el cual quería pasar mucho
tiempo cuando por fin saliera de la prisión.

Tras salir de la cárcel, Yoo manejó su vida relativamente bien hasta que en 1993
cayó en la tentación del robo al ver un coche solo con las llaves puestas y en
modo encendido. Otra vez la Policía lo atrapó y otra vez Yoo fue a parar a la
cárcel, aunque con una suave condena de apenas ocho meses.

Al salir de la prisión, Yoo se metió en tratamiento psiquiátrico en el Hospital Mental


Nacional del barrio Gok Joong. Su insania psicológica era evidente, pero además
de lo que resultaba obvio se ha dicho que posiblemente (no se ha confirmado) Yoo
tenía cierto grado de epilepsia y, casi con certeza según el autor Lee Eun-Young
(quien escribió un libro sobre Yoo), un trastorno maníaco depresivo que, aunque
acentuado por los estímulos negativos del entorno, parecía tener un origen
genético ya que el segundo hermano de Yoo era maníaco depresivo al punto de
que en 1994 se había suicidado (con 32 años) tras deprimirse y caer presa del
alcohol.

Hasta 1995 Yoo estuvo en tratamiento psiquiátrico, mas ese mismo año fue
detenido y multado por vender pornografía ilegal, y luego, otra vez más, en el año
1998 Yoo fue pillado en sus andanzas criminales. Esta vez no era simple robo: era
robo posibilitado por la falsificación de documentos que le permitían hacerse pasar
por funcionario del gobierno… La condena por eso fue de dos años.

Otros habrían escarmentado al pasar de condenas de ocho y diez meses a una


condena de dos meses, pero ese no era el caso de Yoo. Así, en marzo del 2000
Yoo vio a una adolescente de 15 años que le resultó irresistible y, no pudiendo
tenerla por las buenas, obedeció a su impulso criminal y la violó… Hasta ese
momento la Sra. Hwang le había perdonado sus delitos y seguía casada (se
habían casado en 1993) con él. Según dicen, esa tolerancia no era tanto un
producto de la compasión sino por el típico interés económico, ya que los robos de
Yoo les permitían salir de apuros económicos. Sea como sea, el punto es que la
violación de la quinceañera resultó indignante para la Sra. Hwang, moviéndola así
a emprender una separación que culminó en divorcio en el 2002

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 30


Centro Integral de Psicología

La liberación de un resentido social

Esta vez Yoo la estaba pasando muy mal en la cárcel, ya que además del divorcio
él había sufrido porque tenía prohibidas las visitas de su querido hijo. Estaba solo
y amargado. Sumado a eso, tras los barrotes Yoo había leído con gran atención
un libro sobre la vida y los crímenes de Jeong Du-Young, un asesino en serie que
acabó con nueve personas adineradas en la provincia de Gyeongnam durante
junio de 1999 y abril del 2000. Jeong, al igual que lo haría Yoo después, había
comenzado su epopeya de sangre tras ser liberado de la cárcel. La lectura de los
crímenes de Jeong fue un ingrediente clave en la formación del veneno ideológico-
emocional que convirtió a Yoo en un ser despiadado y brutal. En efecto, tras dicha
lectura en Yoo se había fortalecido y desarrollado la idea y el sentimiento de que
en la sociedad coreana los ricos eran los grandes culpables de la miseria de los
pobres y por tanto de la miseria en que él había nacido y crecido. Eran
explotadores, generadores de desigualdad social, acaparadores de una riqueza
injustamente distribuida en virtud de su actitud de sanguijuelas. Por todo eso, para
Yoo los ricos valían lo que un perro y como perros merecían morir.

El odio ardía dentro de Yoo cuando en septiembre del 2003 las puertas de la
cárcel se abrieron y él salió de nuevo al mundo aunque esta vez con la
determinación de matar en la mirada. Pero, para llevar a cabo sus planes de
venganza, hacía falta practicar. Él nunca había matado y carecía de la naturaleza
psicópata en virtud de la cual Alexander Pichushkin arrojó súbitamente por la
ventana a su primera víctima o Edmund Kemper inauguró su cadena de muertes
disparándole inesperadamente a su abuela con un rifle. Tenía primero que
acostumbrarse a la violencia, a la sangre y al súbito apagarse de la víctima tras el
golpe letal. Para ese fin los perros resultaban perfectos. Así, Yoo empezó su
entrenamiento apaleando perros callejeros, rompiéndoles las cabezas como luego,
martillo en mano, haría con sus futuras víctimas humanas…

Castigando a los ricos

Era una mañana —Yoo eligió la mañana porque en Corea del Sur la gente joven
suele irse a trabajar de mañana, quedando por lo general solo la gente mayor en
casa— del 24 de septiembre de 2003 cuandoYoo tomó el metro con destino a
Apgujeong-dong, el distrito más adinerado de Seúl.

Ya en las calles del barrio Sinsa (dentro Apgujeong-dong), Yoo buscó una iglesia
(50,6% de los surcoreanos son cristianos) y exploró los alrededores de la misma
en busca de una casa de aspecto opulento.

No sería difícil encontrar una casa de ricos poco segura, ya que en Corea del Sur
es común que las grandes casas de dos pisos cuenten con un recinto amurallado

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 31


Centro Integral de Psicología

no muy alto (igual o un poco más alto que un hombre promedio) tras del cual yace
un gran patio lleno de bonsáis, césped y otros elementos de jardinería. De ese
modo, en poco tiempo Yoo encontró una casa aparentemente propicia.

Yoo observó durante varios minutos la casa para asegurarse de que no era
peligroso entrar. Aparentemente no habían sistemas de seguridad y sólo estaban
personas de edad avanzada (y por tanto poco peligrosas). Yoo entonces trepó por
la pared del lado que daba a un callejón en el que no solía pasar gente que lo
viera. Cargaba guantes para evitar dejar huellas y tenía un martillo casero y un
cuchillo con hoja de unos quince centímetros de largo.

En el jardín no había nadie y al parecer no se percataron de su presencia una vez


que hubo cruzado el muro. Avanzó con cautela, abrió la puerta principal, vio que
había una pareja de ancianos en el dormitorio principal y subió a ver si había
alguien en el segundo piso.

Tras constatar que no había nadie arriba, Yoo bajó y entró en el dormitorio de los
ancianos. Lo miraron presas del temor. No sabían si todo iba a reducirse a un
asalto, pero Yoo velozmente eliminó las dudas al apuñalar en la garganta al
indefenso Sr. Lee de 72 años. Lee había tenido el honor de ser profesor honorario
en la Sookmyung University, y ahora tenía el infausto honor de ser la primera
víctima de quien habría de convertirse en el mayor asesino serial en la historia de
Corea del Sur. La anciana (68 años) esposa de Lee lanzó un grito de horror al ver
lo sucedido, pero Yoo intentó calmarla diciéndole que todo estaba bien,
aparentando que no tenía intención de matarla y levantando el cuerpo sangrante
de su marido. Ya menos nerviosa, la esposa de Lee experimentó su último y
doloroso instante de vida cuando súbitamente el martillo de Yoo le destrozó el
cráneo con un golpe contundente.

Yoo miró la trágica escena para asegurarse de que sus víctimas estaban muertas,
cerró con llave la puerta del cuarto, tomó una toalla, limpió la sangre de sus
pantalones y salió al jardín, donde recordó que había dejado el cuchillo en la
habitación de los ancianos. Entonces volvió, tumbó la puerta de una patada, tomó
su cuchillo, esparció la ropa del armario para confundir a la Policía y salió
nerviosamente, sabiendo que en la puerta había dejado una huella que solo pudo
eliminar parcialmente. No dinero ni joyas: su recompensa era la venganza.

No pasó mucho tiempo antes de que el instinto asesino volviera a él un 9 de


octubre de ese mismo 2003. Esta vez tomó el metro hasta Bulgwang y luego un
taxi hasta Gugi Tunnel. Allí el procedimiento fue el mismo de la vez anterior:
buscar una iglesia, encontrar una casa de ricos aparentemente segura cerca de la

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 32


Centro Integral de Psicología

iglesia, trepar el muro de la casa sin ser visto, atravesar cuidadosamente el jardín
y matar a quien toque matar una vez dentro…

Yoo, que había saltado el muro tras asegurarse de que no hubiera nadie en el
primer piso, no pensó que, al abrir la puerta principal de la casa, alguien lo había
escuchado. Así, inquieta por ver quién había llegado, la abuela Kang de 85 años
salió del baño y fue a recibir a la inesperada visita. Junto a la puerta se encontró
con Yoo, quien salvajemente le propinó unos tres o cuatro golpes en el cráneo. La
pobre anciana se desplomó con la cabeza vuelta un amasijo de sangre y huesos
rotos. Entretanto, la señora Lee (la ama de casa) de 60 años había bajado pero no
tuvo tiempo de hacer nada porque Yoo le dio dos patadas en el estómago.
Viéndola doblada del dolor, Yoo le preguntó si había más gente en casa y la
señora dijo que su esposo y su hijo estaban arriba, recibiendo como premio a su
colaboración una lluvia de martillazos…

Martillo en mano, Yoo subió al segundo piso y rápidamente le salió al paso el Sr.
Yoo Go de 35 años, hijo de la Sra. Lee. Al ver al Sr. Yoo Go, el asesino lo obligó a
arrodillarse y después le hizo añicos la cabeza con nueve martillazos. Faltaba
solamente el esposo de la Sra. Lee y Yoo lo buscó pero no logró encontrarlo. El
tiempo corría y el riesgo de ser pillado aumentaba, de modo que Yoo disfrazó de
robo la escena del crimen, limpió las huellas que había dejado y salió de la casa.

Apenas una semana después, el 16 de octubre Yoo fue a dar una oscura visita al
muy adinerado barrio Samsung del distrito Gangnam. Nuevamente el proceso fue
el mismo de las veces anteriores, empezando por hallar una iglesia y terminando
por escalar el muro de una casa lujosa aparentemente segura.

En el jardín, Yoo pudo ver que alguien se aproximaba: era la Sra. Yoo de 69 años,
esposa del millonario dueño de la casa. Ella había salido a ver el correo y Yoo se
había escondido, apareciéndosele por atrás cuando volvía a entrar.
Amenazándola con su cuchillo, Yoo le preguntó si había alguien en casa y la
señora dijo que no. Aprovechando la oportunidad, el asesino arrastró a la Sra. Yoo
hasta el baño y allí le martilló la cabeza…

Después desperdigó objetos en el dormitorio de la víctima, limpió huellas, se quitó


la sangre y se fue de la casa, nuevamente sin llamar la atención.

Para su siguiente crimen Yoo esperó hasta el 18 de noviembre. Eran


aproximadamente las once de la mañana cuando Yoo se dirigió a Hyehwa-dong.
Allí siguió el mismo proceso de siempre, con la diferencia de que esta vez había
una pequeña estación de policías en un callejón cercano a la casa que tenía
pensado asaltar.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 33


Centro Integral de Psicología

Mientras avanzaba cautelosamente por el jardín, Yoo escuchó el llanto de un bebé


e interpretó que al menos debía haber dos personas en la casa. Se aproximó,
abrió la puerta principal y no vio a nadie, subió al segundo piso y tampoco vio a
nadie. De pronto, mientras bajaba las escaleras Yoo escuchó la voz de la ama de
llaves, la Sra. Bae de 53 años. Con tono de inquietud y disgusto, la Sra. Bae le
preguntó quién era y Yoo, en vez de responder, la amenazó con su cuchillo y le
obligó a encaminarse al dormitorio principal. Dentro del dormitorio y acostado en
su cama estaba el dueño de la casa, el Sr. Kim de 87 años. La Sra. Bae, con el
bebé en brazos, miró aterrada como Yoo destrozaba el cráneo del Sr. Kim. Tras
matar al anciano, Yoo le arrebató el bebé a la ama de llaves, puso al bebé en un
sofá de la habitación, lo cubrió con una sábana y luego la asesinó a martillazos. Al
bebé no le hizo daño alguno pues, si bien en su afán de justicia vengadora había
cometido crímenes aborrecibles y crueles contra ancianos indefensos, la crueldad
de Yoo nunca elegía presas no vinculadas a su rencor.

Después de salir de la habitación, Yoo hurgó un rato en la casa y encontró una


caja fuerte que le resultó tentadora, por lo que usó un palo de golf y unas tijeras
para abrirla, cortándose en el intento y derramando su sangre de forma tal que
aquello le despertó el temor a ser atrapado por su ADN. Nervioso y olvidándose
del bebé que había dejado en el sofá, Yoo tomó una abrigo negro, se lo puso, le
prendió fuego a la habitación para que no lo pudiesen capturar rastreando su ADN
y luego salió. Ya afuera y a la distancia, Yoo observó la casa por
aproximadamente media hora, intentando y no pudiendo ver las llamas del
incendio en el que el bebé se calcinó. Se habría quedado un poco más, pero una
mujer que parecía ser de la familia entró y Yoo escapó nerviosamente de la
escena del crimen, olvidando que había dejado algunas huellas y que una cámara
de seguridad lo había filmado por detrás (por suerte para él).

Inactividad temporal y cambio de planes

Tras el crimen del 18 de noviembre, Yoo dejó de asesinar por cierto tiempo en el
cual, mediante una I.D. falsa (arriba) de policía, se dedicó a extorsionar a
proxenetas y a prostitutas (la prostitución era ilegal) para cubrir con eso sus
gastos.

Tras el episodio en casa del Sr. Kim, Yoo decidió descansar de su sangrienta
campaña y se forjó un I.D. (documento de identificación) falso de policía. Con ese
I.D., Yoo recorrió las diversas zonas rojas (zonas con clubs nocturnos, discotecas
y otros tipos de antros) de Seúl buscando proxenetas y prostitutas a quienes
extorsionar, cosa que le era posible ya que en Corea del Sur la prostitución es
ilegal, aunque muy abundante…

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 34


Centro Integral de Psicología

Logró así conseguir el equivalente a unos 4.000 dólares, los cuales depositó en
una cuenta y ya con eso pudo alquilar tranquilamente un apartamento que le
costaba 450 dólares al mes. Allí, y esto se sabe porque el apartamento fue
revisado mucho después tras su captura, Yoo tenía una computadora en la que
veía frecuentemente pornografía y dvds de películas que compraba, tales como
Public Enemy, Very Bad Things y Normal Life. También, cerca de su cama Yoo
tenía una especie de mini biblioteca en la que estaban: un álbum con recortes
periodísticos sobre juguetes que tenía pensado comprarle a su hijo; anuncios de
pistolas; listas de cantantes pop con sus canciones; notas sobre coches,
computadoras y equipos musicales; un álbum de arte lleno de retratos y desnudos
femeninos que mostraban su talento para el manga; y un cuaderno de su hijo lleno
de dibujos hechos con lápices de colores. Por otra parte se veían abundantes
tarjetas de sexo a domicilio. Estaban por casi todas partes: en cajones, en el
suelo, en estantes, etc. La mayoría de la gente desechaba esas tarjetas (en las
que se veía una foto erótica de la chica y un número para llamar) pero Yoo las
coleccionaba porque era un asiduo consumidor del sexo pagado.

En aquel entonces la gente del barrio consideraba a Yoo como un buen tipo, e
igualmente los policías de la pequeña estación que estaba cerca (apenas a
cincuenta pasos de su apartamento) no sospechaban nada de él y lo veían con
buenos ojos.

En noviembre de ese mismo año (2003), llamando a los servicios de sexo Yoo
conoció a la Sra. Kim, con quien estableció una relación sentimental y terminó
haciendo una propuesta de matrimonio. Yoo no se lo esperaba pero, muy poco
antes de la propuesta, la Sra. Kim había averiguado sobre su pasado criminal y
consecuentemente rechazó la propuesta matrimonial.

El rechazo de la Sra. Kim fue el inicio de una nueva pasión en Yoo: el odio por las
“prostitutas”. Tan enojado se sentía por el rechazo que incluso pensó en matar a
su ex esposa, pero no lo hizo para evitar el sufrimiento de su hijo.

Poco después de su fracaso sentimental, en enero del 2004 Yoo fue detenido por
un pequeño robo en un sauna, pero todo lo que le hicieron fue llevarlo a la
comisaría de Sodaemun, donde los negligentes policías ni siquiera se tomaron la
molestia de revisar sus antecedentes penales, liberándolo en poco tiempo tras
darle sus respectivas amonestaciones.

Las primeras prostitutas asesinadas

Tras el rechazo de la Sra. Kim, el odio predominante en Yoo dejó de ser el odio a
los ricos y pasó a ser el odio hacia las mujeres que trabajaban en el comercio
sexual y, al igual que la Sra. Kim, eran jóvenes y atractivas. Si la chica era fea o

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 35


Centro Integral de Psicología

vieja no servía: tenía que ser joven y algo atractiva, tenía que representar a la Sra.
Kim en cierta forma y medida. Ese tipo de mujer pasaría a ser el modelo de
víctima de ahora en adelante. Los ricos ya habían sufrido bastante, ahora debían
pagar las rameras.

Eran abundantes las nuevas víctimas potenciales de Yoo, ya que Seúl era y es
una ciudad en que, según revelan las investigaciones, el colectivo de las mujeres
que venden sexo no está únicamente conformado por las profesionales
permanentes sino por quienes ocasionalmente se venden, pudiendo estar en esa
categoría estudiantes de secundaria que están ahorrando para comprar el último
modelo de celular, amas de casa que quieren pagar rápido la matrícula escolar del
hijo o la tarjeta de crédito, etc… Yoo solo tendría que llamarlas y ellas irían donde
él, buscando dinero y encontrando una muerte terrible…

Fue así que, el 6 de febrero del 2004, Yoo salió de su casa a las siete de la noche,
tomó un taxi y se dirigió hasta el barrio Imoon-dong, abundante en mujeres que
ofrecían su “mercadería” bajo el amparo de la noche. Caminando en el barrio
Imoon-dong, Yoo vio al otro lado de la calle a una mujer de formas atractivas
vestida de manera provocativa y, al ver que la mujer permanecía parada, pensó
que era una prostituta. Entonces Yoo cruzó la amplia calle de cuatro carriles hasta
llegar al restaurante cerca del cual estaba parada la mujer, en un callejón.

Ya al otro lado, Yoo se acercó a la mujer (Sra. Jeon, de 25 años) y le preguntó a


dónde iba. “Voy de compras”, respondió la mujer mientras el granizo descendía en
aquella noche helada. Pese a la respuesta, Yoo siguió pensando que la mujer era
una prostituta y le mostró su I.D. falso de policía, exigiéndole que le acompañe a
un bar. La suspicaz mujer reaccionó entonces de una forma algo impetuosa y
despreciativa: “¡Tú no eres un policía, loco bastardo!”, chilló ella.
Instantáneamente la ira afloró en la cara de Yoo y la mujer, dándose cuenta, corrió
antes de que Yoo la atacara, pero él fue más rápido que ella y la alcanzó antes de
que entrara al restaurante. Le dio cinco rápidas puñaladas en el pecho y escapó
de la escena del crimen. Poca gente caminaba por la calle en aquellos momentos
y los conductores de los autos estaban inmersos en su mundo. Nuevamente Yoo
escapaba, impunemente entre la indiferencia y el despiste de los ciudadanos.

El crimen visceral de aquel 6 de febrero había sido magnífico, pero peligroso y


poco inteligente. Yoo tuvo suerte de no ser atrapado tras dar rienda suelta a su ira,
pero no podía volver a permitirse un asesinato de ese estilo. Por eso, el 5 de
marzo llamó a un servicio de sexo para que le enviaran una chica a su
apartamento. En poco tiempo la chica estuvo allí, y todo fue normal, hasta que
Yoo le dio un martillazo letal e inesperado en la cabeza. La chica se desplomó
sobre el suelo haciendo un charco de sangre, y Yoo, imperturbable, fue por su

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 36


Centro Integral de Psicología

sierra y empezó a cortarla hasta dividirla en dieciocho partes…Después metió las


partes en fundas y llevó las fundas hasta una pequeña montaña detrás de la
Universidad de Seogang. Allí enterró el cadáver.

Vengándose de un estafador

Yoo nunca asesinaba sin deseo de venganza, y este caso no fue la excepción.
Sucedió así que Yoo solía comprar viagra para sus sesiones de sexo pagado,
pero esta vez quiso probar suerte e intentó ahorrar dinero, yendo así al mercado
Goblin de Hwanghak-dong, un lugar con unas 500 tiendas y numerosos
vendedores ambulantes. Vendían casi todo tipo de cosas en ese mercado lleno de
precios baratos, y la viagra no podía faltar: el problema es que a veces era viagra
falsa, y a Yoo le tocó la mala suerte de caer en la trampa del Sr. Ahn. Así, llegada
la noche Yoo constató con frustración y coraje que la viagra no funcionaba en el
momento necesario; por ende no solo se había arruinado la diversión sino que el
dinero se había perdido, tanto en el puesto comercial del Sr. Ahn como en el pago
por un servicio sexual que no pudo disfrutar durante todo el tiempo acordado. Yoo
estaba realmente enfadado y le iba a hacer pagar al Sr. Ahn: no ya con monedas y
billetes, sino con sangre.

Sin embargo Yoo esperó un tiempo y, recién la noche del 13 de abril, se apareció
de nuevo ante el Sr. Ahn, mostrándole su falso I.D. de policía, amenazándolo e
intentando obtener un soborno para no sancionarlo por estafa. Ahn dudó de la I.D.
de Yoo y dijo que, antes de aceptar, tenía que ir a la estación policial más cercana
para confirmar que la I.D. era real. Enfadado, Yoo lo confrontó, lo esposó y lo
metió en su propia furgoneta (la de la víctima), conduciendo hasta su casa, donde
se bajó y colocó el martillo, el cuchillo y los guantes en una bolsa. Después fue a
un estacionamiento subterráneo que estaba cerca, mató a Ahn dentro de la
furgoneta, caminó hasta su casa para lavarse las manos y cambiar el cuchillo,
regresó al estacionamiento, limpió la sangre con un trapo que trajo y a la una de la
madrugada condujo hasta Wolmi Island, un puerto turístico a 25 kilómetros de
Seúl. Una vez allí, estacionó la furgoneta en una gasolinera abandonada que
estaba cerca de la playa, le cortó las manos a Ahn con una sierra, las metió en
una bolsa plástica, arrojó la bolsa en las rocas que estaban junto al muelle de la
playa, roció la furgoneta con gasolina, se alejó, le prendió fuego y la miró arder en
medio de la madrugada.

Por un rato disfrutó de las llamas que se alzaban en la oscuridad sobre las ruinas
del estafador Ahn y de su furgoneta; pero, pasados algunos minutos, el sonido
relajante de las olas dejó de ser el único y los bomberos aparecieron, por lo que
Yoo tuvo que dejar discretamente la escena y escaparse en un taxi.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 37


Centro Integral de Psicología

El sangriento récord de Yoo Young-Cheol

El asesinato del 5 de marzo había salido a la perfección, constituyéndose por ello


en el modelo que Yoo seguiría para su campaña en contra de las prostitutas. De
ese modo, en el año 2004 y entre principios de abril y mediados de julio, Yoo
cometió los siguientes crímenes en su apartamento de Mapo (en Seúl):

Abril, fecha desconocida: Una escort (chica de compañía, prostituta a domicilio),


cuya identidad no pudo ser esclarecida, fue asesinada a martillazos en la cabeza,
decapitada, descuartizada y posteriormente enterrada en un sitio cercano al
templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Mayo, fecha desconocida: Escort de 25 años, asesinada a martillazos, decapitada,


descuartizada y enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-
gu.

Junio 1: Escort de 35 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Junio, a inicios de mes: Escort de edad no esclarecida, asesinada a martillazos,


decapitada, descuartizada y enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en
Seodaemun-gu.

Junio 9: Escort de 26 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Junio 18: Escort de 27 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Junio 25: Escort de 28 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Julio 1: Escort de 26 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Julio 9: Escort de 24 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Julio 13: Escort de 27 años, asesinada a martillazos, decapitada, descuartizada y


enterrada en un sitio cercano al templo Bongwon en Seodaemun-gu.

Como se ve, el método seguido por el asesino fue exactamente el mismo en todos
los casos. Ahora, un detalle importante es que, según confesó Yoo tras su
captura, él no tuvo sexo con ninguna de sus víctimas por temor a ser identificado a
través del ADN. Además, el asesino contó que, una vez que las chicas llegaban a

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 38


Centro Integral de Psicología

su apartamento, él les pedía que tomen un baño para así preparar el martillo y
golpearlas en la cabeza cuando saliesen. La única pertenencía que tomaba de las
chicas era el teléfono móvil, para de esa forma evitar usar su número en futuras
llamadas. Sumado a eso, Yoo les quitaba la piel de los dedos para impedir que las
identifiquen.

En cuanto al proceso de enterramiento, él sepultaba todos los cuerpos


descuartizados en una ladera llena de vegetación cerca del templo Bongwon, un
templo en la periferia de la urbe. Los huecos eran siempre poco profundos y los
puntos de enterramiento solían estar marcados para evitar poner más de un
cuerpo en el mismo sitio. Yoo llevaba las fundas con trozos de cadáver en una
maleta a sus espaldas, y por cada víctima necesitaba efectuar dos viajes,
terminando recién en torno a las cuatro de la madrugada.

Se corre el rumor del asesino suelto

Corea del Sur ya era un país fuertemente metido en el mundo cibernético para
cuando Yoo cometió sus asesinatos. Fue por eso que los rumores sobre sus
crímenes se esparcieron como un virus en los foros de internet, a lo cual se sumó
la atención de la Prensa y la salida de un documental sobre los crímenes que
estaban teniendo lugar.

En ese contexto, a principios de julio del 2004 y en medio de las producciones


periodísticas que surgían en relación a las mujeres asesinadas, el 9 de julio el
reportero Bae No-pil publicó un artículo muy premonitorio e influyente en el Joong
Ang Daily: Homicidios de Seúl: ¿asesino serial en el trabajo?

Había entonces empezado a generarse un temor generalizado de la población


hacia el misterioso asesino de mujeres. Ese temor hacía que muchas mujeres
lleguen a casa antes de lo habitual y que suban las ventas de pistolas de gas,
armas y sprays de pimienta

Por su parte, la Policía decía que le faltaban evidencias y testigos para encontrar
al asesino, alimentando con esto el temor de la población.

Por último, algo que contribuyó a la obsesión popular por el asesino fue el
antecedente de que el año anterior se había estrenado la película Memories of
Murder, basada en una serie de diez asesinatos reales que tuvieron lugar en
Corea del Sur durante octubre de 1986 y abril de 1991. Tal era el caso que el
asesino susodicho nunca fue encontrado y que además mató solamente mujeres.
En el film, aunque no en la realidad, el misterioso asesino elegía siempre mujeres
de rojo que mataba en noches lluviosas: así, esta fue la causa del mito popular del

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 39


Centro Integral de Psicología

“Asesino de la Noche Lluviosa” y de la superstición de que las mujeres debían


evitar la ropa roja, al menos por las noches…

La captura

El jueves 15 de julio, Yoo fue arrestado por golpear a una prostituta en un motel
del sureño barrio Yeoksam de Seúl. Los policías en ese momento no sabían que
tenían al asesino serial en sus manos, y Yoo fue más astuto que ellos y fingió una
pierna herida y ataques epilépticos para apelar a la compasión de los policías,
quienes en un momento del interrogatorio se descuidaron, cosa que fue
aprovechada por Yoo para escapar, pese a que estaba esposado.

Tras huir, Yoo se apareció en casa de su madre. Estaba deprimido, acabado,


desmoralizado. Dijo por ello su madre sobre aquel día: ‹‹Me encontré con mi hijo
un 15 de julio. Él solo dijo: “¡Quiero morir! ¡Quiero morir!”. Yo no era capaz de
decir nada. Lloré.››

Entretanto, esa misma noche los proxenetas locales sabían que algo estaba
pasando, por lo que aunaron fuerzas y, con la ayuda del oficial Yang Pil-ju,
planearon tenderle una trampa. Aquello fue posible gracias a que Yoo había tenido
el descuido de llamar a más de una víctima con el mismo número de celular, de
modo que los proxenetas, que solían revisar los horarios en que sus trabajadoras
entraban y salían con los clientes, pudieron notar que un número de celular
determinado figuraba como el número del cliente que contactó con ciertas chicas
justo antes de que éstas desapareciesen.

La madrugada del viernes 16 de julio, Yoo fue capturado después de que varios
proxenetas coordinarán un plan con la Policía. Entre otras cosas, el plan incluía
enviarle una prostituta vieja y fea para que pida una joven y bonita y, en su espera
por la nueva chica, de tiempo para desplegar ciertas maniobras. Ya en la estación
de Policía, Yoo fue sometido a un interrogatorio y confesó sus atroces crímenes.

Yoo debió haber permanecido quieto después de escapar de la Policía, pero tuvo
la torpeza y la impulsividad de planear un crimen la madrugada del viernes 16 de
julio. Ocurrió entonces que, intencionalmente, el proxeneta de la agencia
contactada le mandó una mujer vieja y poco atractiva, sabiendo que Yoo la
rechazaría y pediría una chica joven y de buen aspecto, tal y como en efecto
sucedió entre la una y las dos de la madrugada.

Fue justo en ese largo intervalo de tiempo (el proxeneta le dijo a Yoo que debía
esperar cierto tiempo para que llegue la chica pedida) que los proxenetas
contactaron con el oficial Yang y coordinaron todo con la Policía. Así, a eso de las
cuatro de la madrugada, policías y proxenetas se pusieron alertas cuando el

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 40


Centro Integral de Psicología

celular de la chica que serviría de cebo sonó y Yoo, desde el otro lado de la línea,
le solicitó que se metiera por un callejón y que siguiese tales y cuales desvíos,
dando con ello a notar que existía algo extraño en la ubicación programada para el
encuentro.

Momentos después interceptaron a Yoo en un callejón oscuro y lo condujeron a la


comisaría, donde Yoo confesó todas sus horrendas proezas…

Un asesino implacable y rencoroso

Después de que todo se supo y los cuerpos se desenterraron, la forense Bak


Hwe-gyeong confesó sentirse desconcertada ante la maldad que se evidenciaba
en los cráneos destrozados y los cuerpos desmembrados de las víctimas. Para
ella, los asesinatos de Yoo mostraban no solamente ira y rabia sino odio y locura.
“¿Cómo puede un ser humano ser tan malvado?”, fueron sus palabras.

Según un experto en Psicología Criminal que lo entrevistó, Yoo era un sujeto


antisocial que desconfiaba de las convenciones sociales y mostraba poco
remordimiento por sus crímenes, llegando incluso a decirle que habría matado a
100 mujeres más.

Hay en la medicina popular de Corea la creencia de que el hígado es símbolo de


valentía y vigor, y Yoo no desconocía esa creencia. Fue por eso que, cuando se le
preguntó por qué devoró los hígados de cuatro de sus víctimas (según
confesiones del asesino), él respondió con frialdad: “Eso hizo refrescar mi mente y
mi cuerpo”.

Habían muchas cámaras periodísticas cuando Yoo (a la izquierda en la foto


superior) estaba indicando dónde cavar para desenterrar los cadáveres que había
puesto en cierta zona con vegetación; y entonces, frente a los reporteros y las
cámaras de televisión, Yoo hizo una pausa, miró a una de las cámaras y sentenció
lapidariamente: “Las mujeres no deben ser putas, y los ricos deberían saber lo que
han hecho”.

Para acabar, existe una historia que ilustra a la perfección el resentimiento que
carcomía a Yoo. A saber, cuentan que habían muchas cámaras periodísticas
cuando Yoo estaba indicando dónde cavar para desenterrar los cadáveres que
había puesto en aquella zona llena de arbustos, maleza y trozos de madera
mohosa y agusanada dejados por inundaciones pasadas; y entonces, frente a los
reporteros y las cámaras de televisión, Yoo hizo una pausa inesperada, miró a una
de las cámaras y sentenció lapidariamente: “Las mujeres no deben ser putas, y los
ricos deberían saber lo que han hecho”.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 41


Centro Integral de Psicología

Un juicio poco regular

En apenas diez días la Policía finalizó las investigaciones necesarias para


entregar el caso a los fiscales, por lo que el lunes 26 de julio del 2004 Yoo fue
transferido a la oficina del fiscal. Mientras Yoo se dirigía a su destino, una masa
enorme de curiosos, reporteros y fotógrafos pululaba en torno a él.

El 26 de julio del 2004 se inició el juicio de Yoo. No fue un juicio normal pues
estuvo lleno de irregularidades y eventos chocantes como cuando, a comienzos
del proceso y mientras el asesino subía escoltado por unas gradas de cemento, la
Sra. Jeong (51 años, madre de una víctima) gritó: “¡La investigación falsa e
incompetente de la Policía mató a mi hija. Si lo hubieran arrestado antes, mi hija
no habría muerto!”. Tras eso y con paraguas en mano, fue corriendo hacia el
asesino, pero uno de los policías escoltas le dio una patada (arriba la foto) lateral,
haciéndola rodar por las escaleras de cemento…

Su juicio no fue un juicio cualquiera pues, además de recibir una enorme atención
por parte de la Prensa y la sociedad coreana, presentó ciertos hechos llamativos y
poco regulares. Cabe así, tomando en cuenta lo anterior y lo sustancial del juicio,
destacar en orden cronológico los siguientes sucesos:

A inicios del proceso y mientras el asesino subía escoltado por unas gradas de
cemento, la Sra. Jeong (51 años, madre de una víctima) gritó: “¡La investigación
falsa e incompetente de la Policía mató a mi hija. Si lo hubieran arrestado antes,
mi hija no habría muerto!”. Tras eso y con un paraguas en mano, fue corriendo
hacia el asesino pero uno de los policías escoltas le dio una patada lateral en el
pecho, haciéndola rodar por las escaleras de cemento… Afortunadamente las
cámaras captaron lo sucedido y el evento se pasó por televisión, causando una
indignación nacional tan grande que al día siguiente la Policía ofreció disculpas
públicamente. Pero, aún después de las disculpas, un policía hizo la paranoica
afirmación de que la Sra. Jeong había sido contratada por Japan’s Fuji TV para
descubrir el rostro del asesino quitándole la máscara. Ante esta declaración, un
miembro de Japan’s Fuji TV río públicamente.

El 29 de julio, Yoo se declaró en huelga de hambre y se negó a hablar, cosa que


resultaba pésima para la fiscalía.

El 6 de septiembre Yoo apareció por primera vez ante el tribunal y, pese a que
había dicho que no hablaría, admitió su culpabilidad, describió la forma en que
desmembró a las víctimas y dijo que había matado a dos personas más aparte de
las que le imputaban.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 42


Centro Integral de Psicología

El 20 de septiembre Yoo fue traído nuevamente al Tribunal de Distrito de Seúl.


Allí, cuando el tribunal estaba a punto de levantar la sesión, Yoo saltó por encima
de la barandilla dirigiéndose hacia los jueces y gritando que él no iba a asistir a la
próxima audiencia. Los jueces se levantaron con rapidez de sus sillas para no ser
alcanzados, y Yoo, justo cuando alcanzó las mesas, resbaló y fue inmovilizado
por veinte guardias, esposado y sacado de la sala.

El lunes 4 de octubre a la medianoche, Yoo intentó ahorcarse en su celda con un


cable eléctrico que sacó de un ventilador de pared, pero los guardias lo detuvieron
antes de que consiguiese matarse.

El 25 de octubre, cuando Yoo entraba en la sala del tribunal una persona del
público lo insultó. Enfurecido, Yoo se abalanzó sobre su ofensor pero diez
guardias forcejearon con él y lo dominaron, dejando como únicas secuelas un
tribunal sacudido y dos sillas de madera rotas. Tras la escena de descontrol, Yoo
fue obligado a firmar una declaración escrita en la que se comprometía a no volver
a causar agitaciones en el juicio, posteriormente lo sacaron de la sala por un rato
y, cuando volvió, Yoo miró a los familiares de las víctimas y dijo: “Eran mujeres
anormales. Ellas merecían ser capturadas.”

.La sentencia final

La pena de muerte para Yoo Young-Chul fue pedida por la fiscalía el 29 de


noviembre del 2004. Tras oír su sentencia, en vez de gritar como Chikatilo o Ted
Bundy, esta vez Yoo no se dejó llevar por la cólera sino que, con reflexiva actitud,
profirió unas palabras que la sociedad sur coreana y el mundo no deberían olvidar:
“Mis acciones no pueden justificarse. Si viviésemos en una sociedad donde las
personas como yo pudiesen vivir una buena vida, no habría otro Yoo Young-Chul.
Estoy agradecido por la solicitud de pena de muerte de los fiscales. Estaré
arrepentido de lo que he hecho hasta que muera.”

El 29 de noviembre del 2004 se confirmó la pena capital para Yoo. Él, tras oír su
sentencia, dijo algo que Sur Corea y el mundo deberían recordar: “Mis acciones no
pueden justificarse. Si viviésemos en una sociedad donde las personas como yo
pudiesen vivir una buena vida, no habría otro Yoo Young-Chul”. Actualmente él
está en el corredor de la muerte, esperando su final junto a otros 60 convictos.

El 9 de junio el veredicto final del Tribunal Supremo ratificó la pena de muerte.


Días más tarde, el Ministerio de Justicia envió a la Asamblea Nacional una carta
oficial en que se criticaba a los movimientos legislativos que exigían la derogación
de la pena de muerte. Entre otras cosas, en esa carta la pena de muerte era
justificada a través de palabras que aludían indirectamente a Yoo: ‹‹Si los
asesinos brutales no son condenados a la pena capital, se estaría yendo contra el

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 43


Centro Integral de Psicología

sentimiento público de justicia y el rencor de las víctimas, y sus sentimientos de


venganza personal aumentarían.››

Actualmente Yoo Young-Chul está en el corredor de la muerte, esperando su final


junto a otros 60 convictos. Se le imputaron 20 asesinatos aunque él mismo
confesó que hubo más muertes.

STEPHEN GRIFFITHS: era un estudiante de doctorado en Criminología, de 40


años, que se autodenominó como "EL CANÍBAL DE LA BALLESTA". Fue
sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de tres prostitutas en Bradford en
Yorkshire (norte de Inglaterra). En el juicio, afirmó que se comió partes crudas y
otras cocinadas de sus víctimas. estudiante de criminología que mató a tres
prostitutas y se comió partes de los cuerpos. Actualmente, cumple cadena
perpetua.

El asesino también aseguró haber comido la carne de sus víctimas, tanto


cruda como cocida. Un extremo que no ha podido ser confirmado por la
Policía.

Uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX, el filósofo alemán
Friedrich Nietzsche, dijo en una de sus reflexiones: "El que lucha con monstruos,
debe tener cuidado de no convertirse a su vez en monstruo". El asesino en serie
de esta entrada podría ser un claro ejemplo del acierto de esta advertencia.
Aunque como observaremos, Stephen Griffiths era ya un monstruo que se dedicó

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 44


Centro Integral de Psicología

a estudiar a otros monstruos que le guiasen en su sangrienta senda, encontrando


en las vidas de Jack el Destripador y Yorkshire Ripper su forma de vivir.

'El Caníbal de la Ballesta'. Esta fue la respuesta que ofreció Stephen Griffiths
cuando se le preguntó su nombre durante una audiencia en una corte. Se apropió
así del apodo con el que había bautizado la prensa sensacionalista al criminal más
buscado de Reino Unido entre Junio de 2009 y abril de 2010. Cuando los
magistrados le pidieron la dirección de su domicilio respondió: "Eh... Aquí,
supongo".

Stephen Griffiths (24/12/1969) de origen inglés fue detenido el 24 de Mayo de


2010 y condenado a cadena perpetua por el asesinato de las tres mujeres que
ejercian la prostitución en Bradfort (West Yorkshire, norte de Inglaterra). El
'Caníbal de la Ballesta' , que ya había sido condenado a tres años de cárcel
cuando tenía 17 años por un robo llevado a cabo con un cuchillo contra un guardia
de un supermercado, también tuvo que ser ingresado varias veces en hospitales
psiquiátricos. Las prostitutas de su barrio le conocían, aunque advertían que
nunca se iba a la cama con ellas.

Griffiths terminaria brutalmente con la vida de Susan Rushworth, de 43 años,


Shelley Armitage, de 31, y Suzanne Blamires, de 36. Las tres prostitutas habían
desaparecido respectivamente en junio de 2009, abril de 2010 y mayo de ese
mismo año. La Policía encontró los restos de Blamires en el interior de una bolsa
de deportes, desmembrados, en el rio Aire, lo que les llevó hasta el asesino y
posibilitó su detención. También se encontró una parte del cuerpo de Armitage,
pero nunca se encontró el rastro del cadáver de Rushworth.

El modus operandi de Stephen Griffiths era el de matar a las mujeres con una
ballesta que había adquirido por internet. Después, las descuartizaba. El asesino
también aseguró haber comido la carne de sus víctimas, tanto cruda como cocida.
Un extremo que nunca pudo ser confirmado por la Policía.

Lo más curioso de todo es que Griffiths era licenciado en Psicología y que estaba
ampliando sus estudios con la especialidad de Criminología en la Universidad de
Bradford. Pero sería entonces cuando su oscura personalidad comenzaria a
manifestarse. Se obsesionó con los asesinos en serie. Su tesis se basó en estos
asesinos y Griffith se fue transformado en un personaje similar a los que estudió.

Los que conocían Stephen Griffiths lo han descrito como una persona con
depresiones. Decía que se estaba sacando un doctorado en Jack el Destripador. Y
también contaba que tenía una novia en Shipley. Griffiths era amante de los
animales, tenia lagartos en su casa como animales de compañía que medían
hasta 1.2 metros. Un amigo del presunto asesino llegó a asegurar que un día vio

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 45


Centro Integral de Psicología

cómo Griffiths se tragaba vivo uno de los ratones que criaba en su casa para
alimentar a los lagartos.

Stephen Griffiths, que usaba el seudónimo Ven Pariah en Internet, sea por sus
estudios o por una fijación personal, en sus cuentas en Amazon y en páginas
como Facebook, dio cuenta de un gran interés por la vida de más de 50 asesinos
en serie y libros relacionadas con crímenes. Una serie de ocho DVDs sobre
Criminales Famosos o la obra Los asesinos en serie británicos más sangrientos
están en su lista de obras solicitadas. Entre las 160 fotos que había colgadas en
su página figuraban terroristas y asesinos sexuales.

En Facebook se presentaba como un hombre de 99 años. Un día en que se sentía


con un humor "diabólico" citó una frase del libro de Ezequiel: "El camino del
hombre recto está obstruido por todos lados". La frase se utilizó en la famosa
secuencia de una ejecución en la película Pulp Fiction, de Quentin Tarantino.

Otras frases, como "la humanidad no es meramente una condición biológica. Es


también un estado de la mente. Sobre esa base, soy un seudo-humano en el
mejor de los casos. En el peor, soy un demonio", fueron dejadas por él en la red.

Entre las fotografías colgadas en internet hay una en la que se le ve con el torso
desnudo y mirando desafiante a la cámara. "Ven Pariah ha salido a la luz
finalmente. ¿Qué hará este seudo-humano?, se pregunta uno”, dejó escrito. Lo
que ha hecho pensar en un anuncio de su, por el momento, tercer y último crimen.

Durante el juicio Griffith afirmó que Susan Blamires "fue asesinada en la bañera" y
que ingirió partes crudas de su cuerpo. "Eso es parte de la magia", contó con
tranquilidad.

Ya en prisión 'El Caníbal de la Ballesta' intentó poner fin a su vida y los propios
guardias tuvieron que armarse de valor para intervenir e impedir lo que parecía un
intento real de suicidio.

Tras ver este caso una pregunta flota en el aire: ¿El que lucha con monstruos,
debe tener cuidado de no convertirse a su vez en monstruo?

«Soy un demonio», asegura «el caníbal de la ballesta», que mató a tres prostitutas
inglesas

El acusado de los crímenes es Stephen Griffiths, psicólogo de 40 años, estudiante


de Criminología y obsesionado con los asesinos múltiples

Londres / Oviedo,

Agencias / L. Á. V.
Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 46
Centro Integral de Psicología

Los británicos han puesto rostro al último de sus asesinos múltiples, un psicólogo
de 40 años, estudiante de Criminología y experto en asesinos múltiples, un
mitómano que quería parecerse a sus admirados criminales. «Soy un demonio»,
dejó escrito en su página web, donde aparecía bajo la identidad de Ven Pariah.

Stephen Griffiths ha sido acusado formalmente de asesinar a las prostitutas de


Bradford (en el condado de West Yorkshire) Suzanne Blamires, Shelley Armitage y
Susan Rushworth. Sólo se ha encontrado, flotando en el río Aire dentro de una
bolsa de deportes, parte de los restos de la primera, desaparecida el pasado
viernes. Armitage falta desde el mes de abril, y Rushworth, desde el año pasado.
Cuando ayer compareció ante el juez y le preguntaron su nombre, contestó que
era «el caníbal de la ballesta», con las dos manos juntas, como si estuviese
rezando. En la sala estaban presentes familiares de las víctimas, que se
derrumbaron.

La Policía le considera autor de los tres crímenes anteriores, pero investiga si


pudo matar a más mujeres. Al parecer, Griffiths era un obseso de los asesinos
múltiples, a los que tenía dedicada una página en internet, plagada de detalles
escabrosos. Entre los cincuenta asesinos que consigna, sus preferidos eran Fred
West y su esposa, Rose, los dueños de la «casa de los horrores», con una
veintena de crímenes a sus espaldas. También le inspiraba Ted Bundy, el
norteamericano que mató a 35 mujeres entre 1973 y 1978, sin olvidar a los
adolescentes que cometieron la masacre del Instituto Columbine.

Los textos dejados en su página web hablan a las claras de lo que se cocía en su
cabeza. «La humanidad no es meramente una condición biológica. Es también un
estado de la mente. Sobre esa base, soy un seudo-humano en el mejor de los
casos. En el peor, soy un demonio», dejó escrito en la red. Entre las fotografías
colgadas en internet más recientemente, hay una en la que se le ve con el torso
desnudo y mirando desafiante a la cámara. «Ven Pariah ha salido a la luz
finalmente. ¿Qué hará este seudo-humano?, se pregunta uno», dejó escrito
también, lo que ha hecho pensar en un anuncio de su, por el momento, tercer y
último crimen.

A pesar de sus crímenes, Griffiths era, sin embargo, una persona amante de los
animales. Mantenía a dos lagartos comedores de carne, uno de ellos de un metro
y veinte centímetros de largo.

El británico que admitió haber disparado a sus víctimas prostituta en la cabeza con
una ballesta antes de desmembrar y comer ellos fue sentenciado a cadena
perpetua en prisión el martes, según varios informes de la prensa británica.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 47


Centro Integral de Psicología

Stephen Griffiths, de 40 años, que se hacía llamar “El Caníbal Ballesta,” se declaró
culpable de asesinar a Susan Rushworth, de 43 años, Shelley Armitage 31 años, y
Suzanne Blamires, de 36 años, los informes diario británico The Guardian.

Griffiths fue sorprendido cuando un supervisor de la construcción lo vio en el acto


en la televisión de circuito cerrado en Leeds, en el norte de Inglaterra, informa el
Guardian.

“(El supervisor) vio una imagen de alguien en el tercer piso arrastrando a una
persona en plana de 33 años,” dijo el fiscal Robert Smith.

Poco después, una mujer salió corriendo del apartamento y cayó al suelo, informa
el Guardian. Griffiths le disparó con una ballesta mientras yacía en el suelo, y la
arrastró en el piso por una pierna.

Griffiths supuestamente “tostadas” de la muerte, elevando una lata de bebida a la


cámara de circuito cerrado de seguridad, los informes diario británico Telegraph.

La policía cree que Griffiths también podría ser responsable de tres asesinatos sin
resolver después de haber indicado en una entrevista que él había matado a seis
mujeres en total, los informes del telégrafo.

Afirmó que había cocinado y comido partes de sus dos primeras víctimas, un
punto de ebullición en una olla y se comió el tercero primas, los informes del
telégrafo.

El fiscal dijo Griffiths había admitido haber matado a Blamires en el piso y


desmembrar a su mano. Al parecer, utilizar herramientas eléctricas en las otras
víctimas, los informes del telégrafo.

Griffiths dijo a la policía que había “cortado a sí mismo fuera de la sociedad” y una
“guerra civil” que estaba pasando en su cabeza, los informes del telégrafo.

El fiscal también dijo a la corte 81 piezas diferentes de la Sra. Blamires fueron


encontrados en o por el río Aire en Shipley. Un cuchillo roto y una flecha
incrustadas en su cabeza cortada, los informes del telégrafo.

Griffiths fue conocido como “el bicho raro” por los vecinos en su edificio de
apartamentos, informa el Daily Mail del Reino Unido. También fue conocido como
“Penfold, un personaje de dibujos animados de los niños muestran Danger Mouse,
porque llevaba gafas de sol redondas sea cual sea el clima.

Un vecino dijo Griffiths se hizo amigo de las prostitutas que trabajaban en la zona
de luz roja alrededor de su apartamento, los informes de Daily Mail. También hubo

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 48


Centro Integral de Psicología

sugerencias de que Griffiths, quien nació en Dewsbury, West Yorkshire, mantuvo


lagartos del animal doméstico.

De acuerdo a los vecinos y su página de Myspace, Griffiths, tuvieron un grado


avanzado de la psicología, y estaba estudiando para un doctorado en la
criminología, con un estudio centrado en los homicidios y asesinos en serie, los
informes de Daily Mail.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 49


Centro Integral de Psicología

KROLL, EL CANÍBAL

Joachim Kroll nació en Hindenburg, Alemania. Sólo fue tres años a la escuela y
nunca aprendió a leer ni a escribir. Su madre, que era viuda, falleció cuando él era
un adolescente. A raíz de su muerte, sus cinco hermanos y hermanas fueron
separados y, con el tiempo, perdieron el contacto con Joachim. A saber qué
razones se aunaron para que este hombre pequeño, común y corriente se
convirtiera en asesino en serie y caníbal. En 1955, a la edad de 22 años, Joachim
acechó a Irmgard Strehl, de 19 años, cuando ésta iba por una carretera rural cerca
de la ciudad de Walstedde. Irmgard fue asesinada por estrangulación y luego
violada, un destino que correrían todas las mujeres que fueron víctimas de
Joachim. Su cadáver fue encontrado a varios metros de la carretera.

Durante cuatro años, los extraños impulsos que llevaban a Joachim a matar y a
violar permanecieron latentes. Luego, en rápida sucesión, volvió a las andadas,
dos veces en un mes. Las víctimas fueron Klara Tesmer, de 24 años, y Manuela
Knoot, de 16.Fue al matar a Klara cuando a Joachim le empezó a gustar la carne
humana. Cuando se encontró su cadáver en un bosque cercano, la policía se
quedó horrorizada al ver los grandes trozos de carne que le habían arrancado de
los muslos y los hombros. Años después, Joachim reveló que había envuelto la
carne en un papel y luego se la había comido en la cena. Desgraciadamente, un
tal Heinrich Ott fue arrestado y acusado del asesinato de Klara. A la espera del
juicio, Ott sufrió una depresión aguda y se ahorcó. En 1962, Joachim volvió a
actuar. Su primera víctima fue Petra Giese, de 13 años. Dos meses después, mató
a Monika Tafel, de 12 años. Ambas, originarias de la región de Bruckhausen,
habían sido asesinadas por estrangulamiento, y después violadas. De nuevo, se
encontraron signos de canibalismo. Dos hombres inocentes fueron arrestados,
declarados culpables y encarcelados por estos asesinatos. Vinzenz Kuehn, un

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 50


Centro Integral de Psicología

conocido pederasta, pasó seis años en prisión por el asesinato de Petra Giese.
Walter Quicker, un hombre que amaba a los niños, pero que nunca había tocado a
uno solo, fue declarado sospechoso del asesinato de Monika Tafel. Como no
había ninguna prueba en su contra, fue liberado. La mujer de este hombre
totalmente inocente se divorció de él por el incidente. Sus amigos y conocidos le
hicieron el vacío. Unos meses después del asesinato, se colgó en el mismo
bosque donde se había encontrado el cadáver de Monika Tafel. Tres años
después de estos crímenes, Joachim volvió a matar. Estaba buscando una víctima
femenina en Grossenbaum cuando se topó con una pareja que había aparcado en
un callejón conocido por ser refugio de enamorados. Hermann Schmitz y su novia,
Marion Veen, se estaban besando en el asiento delantero de su automóvil.
Joachim se puso delante del vehículo y empezó a mover los brazos como loco.
Creyendo que este hombre obviamente agitado tenía algún problema, Schmitz
salió del automóvil. Joachim le asestó varias puñaladas. Marion, quien entendió lo
que estaba pasando rápidamente, se pasó al asiento del conductor y puso el
vehículo en marcha.

Joachim logró apartarse de un salto en el último momento. Corrió hacia los


matorrales y desapareció, en medio de la noche. Marion colocó una horquilla
debajo de la corneta para que esta no parara de sonar, esperando así llamar la
atención. Entre tanto, detuvo el vehículo y corrió al lado de Hermann. No había
nada que pudiera hacer. Estaba muerto.

En septiembre de 1966, Joachim asesinó y violó a Ursula Rohling, de 20 años.


Inmediatamente se sospechó de su novio, Adolf Schickel, la última persona vista
en su compañía. Aunque fue arrestado, después lo dejaron en libertad. Adolf tuvo
que hacer frente a las burlas de sus amigos y vecinos, que estaban totalmente
convencidos de su culpabilidad. Cuatro meses después de recuperar su libertad,
se llenó los bolsillos con piedras y se ahogó en un río cercano. Joachim siguió
asesinando. En Bredeney, engañó a una niña de cinco años, Ilona, consiguiendo
que se subiera a un tren. Al cabo de veinte millas, ambos bajaron del tren.
Joachim la estranguló y violó, y luego se llevó partes de su cadáver. A este
hombre enloquecido no le importaba la edad de sus víctimas. Llamó a una puerta
elegida al azar. Cuando Maria Hettgen, de 61 años, abrió, murió a puñaladas.
Poco después, Jutta Rahn, de 13 años, corrió la misma suerte. Se sospechó que
un hombre llamado Peter Schay, sobre el que la policía estaba investigando, era el
asesino, principalmente porque tenía el mismo grupo sanguíneo que el asesino.

No obstante, como no había pruebas de que hubiera participado en el asesinato,


se le dejó libre. Durante varios años, los amigos y vecinos de este hombre
inocente le hicieron el vacío, hasta que Joachim confesó haber asesinado a Jutta.
En 1976, a Oscar Muller, de Laar, Alemania Occidental, su vecino de la puerta de
al lado le dijo que el inodoro de su piso estaba atascado. Oscar fue a verlo con la
idea de arreglarlo. Se quedó horrorizado al darse cuenta de que en el inodoro
flotaban diminutos trozos humanos. Salió del edificio y rápidamente encontró a un
agente de policía. En el barrio había varios policías porque esa misma mañana

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 51


Centro Integral de Psicología

había desaparecido de un parque cercano Monika Kettner, una niña de cuatro


años. Un agente acompañó a Oscar, echó un vistazo al inodoro y llamó a sus
superiores. Un grupo de detectives fue a ver a uno de los vecinos de Oscar,
Joachim Kroll, para registrar su piso. En su frigorífico encontraron trozos de carne
de la niña desaparecida. En el congelador, descubrieron más trozos de carne
humana bien empaquetados. El asesino era consciente de que sus 21 años de
asesinatos iban a concluir. Confesó todos los asesinatos que recordaba, pero
admitió que había muchos otros de los que no se acordaba. La policía cree que no
pasó un solo año en que no se cobrara una víctima, aunque no se acordara de
todas ellas. Mientras contaba con todo lujo de detalles los crímenes de los que se
acordaba, Joachim contó con toda tranquilidad como conoció a Gabriele
Puettmann en un banco de un parque. Tenía la intención de matarla y violarla pero
cuando le enseñó fotos pornográficas, Gabriele saltó y se fue corriendo.

Gabriele nunca le habló a sus padres del incidente pero cuando, once años
después, fue nombrada en la confesión de Joachim, se dio cuenta de lo
afortunada que había sido al lograr escapar de las garras de uno de los caníbales
más conocidos de Alemania. Como en Alemania Occidental no existía la pena
capital, la máxima pena a la que pudo ser condenado Joachim Kroll fue cadena
perpetua.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 52


Centro Integral de Psicología

ROBERT MAUDSLEY: es un asesino británico en serie, que mató a cuatro


personas. Mientras estuvo en la cárcel fue acusado de comerse una parte del
cerebro de una de sus víctimas. Este suceso le valió el apodo de "Hannibal el
Caníbal" entre la prensa británica.

PETER BRYAN: es un inglés, asesino en serie y caníbal. Cometió tres


asesinatos entre 1993 y 2004. Bryan consideraba que el cuerpo humano era una
fuente de alimento. Incluso le dijo al psiquiatra que esperaba matar a otras ocho
personas más. En 2004, cuando salió de la unidad de salud mental en la que se
encontraba internado, mató a un amigo para después cocinar su cerebro en un
sartén con mantequilla.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 53


Centro Integral de Psicología

RICHARD CHASE
"...si devoré a esas personas fue porque tenía hambre y me estaba
muriendo. Mi sangre está envenenada y un ácido me corroe el hígado. Era
absolutamente necesario que bebiera sangre fresca."

"A veces oigo voces por teléfono... Ignoro qué voces... Amenazas. Suena el
teléfono y alguien me dice cosas extrañas...que mi madre me envenena poco a
poco y que me voy a morir. Me siento observado… Sé que alguien me vigila...."

Desde muy joven, Chase es conocido por su conducta psicótica que alterna
períodos de apatía con otros de agresividad. Esto, según algunos psicólogos
estaría debido en gran parte a unos traumas infantiles por las constantes peleas
entre su padre alcohólico y su madre, así como el posterior divorcio de éstos. A los
21 años, se va de casa para compartir un departamento con unos amigos. Allí,
continuamente drogado, empieza a obsesionarse con la idea de que una
organización criminal trata de acabar con él, hasta tal punto que clava con tablas
la puerta de su habitación, entrando y saliendo de ella por un pequeño agujero que
había hecho en el fondo de un armario de la pared. Poco tiempo después, se
afeita la cabeza y acude asustado al médico alegando que su cráneo se está
deformando poco a poco y los huesos de éste le agujerean la piel. Al mismo
tiempo dice sentir que se muere porque alguien le ha robado la arteria pulmonar, y
nota que su sangre no puede circular. Es internado en un psiquiátrico, saliendo de
éste al poco tiempo, pese a la opinión de algunos médicos que lo consideran

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 54


Centro Integral de Psicología

peligroso, una vez sólo, deja de tomar la medicación que le habían prescrito y su
conducta comienza a empeorar, pues creyendo que su sangre se estaba
volviendo polvo y que necesitaba otra más fresca para sobrevivir, se inyecta y
bebe sangre de conejo, tragándose además crudas las vísceras de los
animales...poco después cae gravemente enfermo, y los médicos tras percatarse
de su obsesión por consumir sangre, lo internan de nuevo diagnosticándole una
fuerte esquizofrenia paranoide además de conducta peligrosa. Un año después,
de nuevo en la calle, descuartiza a numerosos perros, gatos y vacas afín de beber
su sangre y vísceras mezcladas con coca-cola a modo de cóctel, estando
convencido que a causa de la falta de sangre, su estómago se empieza a pudrir,
su corazón disminuye de tamaño y que los distintos órganos se desplazan en su
interior.

A los 28 años, comienza una serie de crímenes disparando dos veces sin motivo
alguno sobre un desconocido, que se convertiría en la primera de sus víctimas. Su
segunda víctima, una joven de 22 años, es salvajemente asesinada a pocos
metros de su casa cuando se encontraba sacando la basura. Chase dispara tres
veces sobre ella, y mientras agoniza, le abre el vientre para arrancarle los
intestinos, que esparce cuidadosamente por el suelo. Luego, le corta el hígado, el
diafragma, un pulmón y los riñones, colocándolos encima de una cama. En un
ataque de histeria apuñala varias veces el cuerpo sin vida y tras beber su sangre,
se pinta la cara con ella. Finalmente, como toque final a su "obra", defeca sobre la
boca del cadáver y abandona la casa, satisfecho. Cuatro días después comete el
más sangriento de sus crímenes entrando en una casa elegida al azar y
disparando a la cabeza de una pareja de 27 años, un niño de 6 años y un bebé de
22 meses. Luego, llevándose el cuerpo de la mujer a una habitación, sodomiza el
cadáver, le arranca un ojo y bebe su sangre. Momentos más tarde, es sorprendido
en su macabra carnicería por alguien que llama a la puerta mientras vaciaba el
cráneo del niño, y huye a toda prisa llevándose el cadáver del bebé.

En su propia casa, decapita el cuerpo tras beberse la sangre y devorar el cerebro


crudo. Esa misma tarde, la policía descubre la matanza y comienza una serie de
investigaciones por toda la ciudad registrando cada rincón de la ciudad tratando de
atrapar al psicópata asesino. Cuando tres policías llaman a la puerta del vampiro
no obtienen respuesta, pero oyendo ruidos en el interior deciden de vigilar el
apartamento. Poco después, Chase sale de la casa con una caja de cartón bajo el
brazo, que arroja al suelo para tratar de huir al ver a los agentes en la puerta. Su
contenido se esparce por el suelo asombrando a los policías: se trata de ropa
ensangrentada y trozos de cerebro humano. El asesino es finalmente detenido. Al
registrar su apartamento, se encuentran además de un espantoso olor a
putrefacción, manchas de sangre cubriéndolo todo, huesos humanos en la cocina

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 55


Centro Integral de Psicología

y el salón, un plato con restos de cerebro encima de la cama y la nevera repleta


de recipientes con órganos humanos y animales en el interior.

En el juicio trata inútilmente de justificar sus macabros crímenes diciendo que


unas voces de seres extraterrestres y otras criaturas lo acosaban continuamente
obligándole a matar... Finalmente es condenado a pena de muerte aunque su
ejecución en la cámara de gas nunca sería llevada a cabo, pues Richard se
suicida pocos meses después en su celda con una sobredosis de antidepresivos
en diciembre de 1980

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 56


Centro Integral de Psicología

COMIERON SOLO UNA VICTIMA

ISSEI SAGAWA
Este japonés había mencionado en algunas entrevistas que era el tipo de hombre
que la mayoría de mujeres no encontraría atractivo. Sabedor de su falta de
atractivo físico y de su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su lado
"la mujer perfecta". El libro "Asesinos Caníbales" de Moira Martingale, describe a
Issei Sagawa como un estudiante japonés inteligente, obsesionado con las
mujeres altas de rasgos occidentales. Su fantasía se hizo realidad mientras
estudiaba Literatura Inglesa en la Universidad de Wako en Tokio, allí se relacionó
con una mujer alemana que daba clases de idiomas. "Cuando me encontré a esta
mujer en la calle, me pregunté si podría comerla". Un día de verano, se coló en su
apartamento e intentó matarla. Para su deleite, ella estaba dormida y tenia ropa
pequeña que cubría algo de su cuerpo. Busco algo para apuñalarla o golpearla y
descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, la mujer se
despertó y lo descubrió, gritó desesperada provocando la huída del intruso por lo
que empezó a investigar y vigilar a sus potenciales víctimas para planear sus
ataques. Su fantasía se vuelve hacer realidad cuando viaja a París y encuentra a
la mujer que nunca pudo sacar de su mente. Su piel blanca, la forma carnosa de
sus nalgas y sus bonitos senos le habían enamorado. Empezó a conquistarla.
Sagawa creía que el amor que sentía por las mujeres que le gustaban lo podía
demostrar comiéndoselas.

Mientras estudiaba en el Censier Institute de Paris en 1981, Sagawa conoce a una


mujer alemana, alta, rubia y bonita llamada Renee Hartevelt. Declaró luego que
cuando se sentó a su lado en clase, se enamoró inmediatamente y no podía dejar
de pensar en la piel blanca de sus brazos. Era la mujer perfecta para lo que tenía

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 57


Centro Integral de Psicología

en mente, pero tenía que ser cuidadoso y preparar mejor su plan. Renee tenía 25
años, hablaba tres idiomas y con un futuro prominente. Sagawa le pidió que le
enseñara alemán, su padre era multimillonario y podría pagarle cualquier sueldo.
Ella aceptó. Le gustó su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura
europea, le escribió cartas de amor, le invitó a conciertos y exposiciones de arte.
Sagawa era bajito, con rasgos femeninos y además cojeaba. Cierto día invitó a
Renee a cenar en su apartamento, le pidió que le leyera un poema de un escritor
alemán, después de que ella salió, Sagawa olió y lamió el lugar donde ella se
había sentado y juró que se la comería, esto le permitiría poseerla para siempre. A
los pocos días la volvió a invitar a cenar, grabó la lectura de su poema preferido
con la voz de Renee, el 11 de julio de 1981 se preparó para hacer realidad su
última fantasía. Al llegar a París, había comprado un rifle calibre 22 para su
protección, hizo sentar en el suelo a Renee al estilo japonés para beber el té, en la
bebida mezcló un poco de whisky, hablaron durante varias horas esperando que el
licor en el té hiciera su efecto. Sagawa declaró su amor a la bella alemana y trató
de llevarla a la cama. Lo rechazó y le explicó que solo quería ser su amiga.
Sagawa se levantó desconcertado y mientras Renee se sentaba en una silla, trajo
un libro de poemas para que lo leyera y el caníbal japonés empezó a ejecutar su
macabro plan, grabó las últimas palabras y le disparó con su rifle en el cuello, cayó
de la silla y le continuó hablando. Desvistió el cadáver y se contentó porque ahora
ya no se negaría a su amor. Con un cuchillo le cortó el pezón izquierdo y un
pedazo de nariz para comerlos. "Corté su cadera", escribió luego en su cuento
titulado, "En la Niebla" y se preguntó donde debería morder primero, seleccionó
las nalgas pero las encontró difícil de morder. Describió paso a paso su ritual, la
apariencia de grasas, músculos y su sabor. Cuando la grasa salía por los cortes
hechos con el cuchillo, la describió de consistencia y apariencia del maíz amarillo,
la olió y encontró que no tenía ningún olor. Siguió cortando para encontrar la carne
mas profunda, puso dos filetes en su boca "su sabor es de un rico pescado crudo
similar al sushi, no he comido nada más delicioso", se encontraba feliz de haber
cumplido su fantasía.

Usando un cuchillo eléctrico empezó a cortar a Renee en partes, hizo varios filetes
para mordisquearlos crudos, el resto lo guardó en su refrigerador. Preparó una
comida rápida de carne humana frita con mostaza, tomó fotografías del cadáver
mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba de él. "cuando yo la
abrazo", grabo en una cinta de audio, "ella suspira y le digo que la amo". Cuando
cocinaba y comía de sus restos, escuchaba la grabación que Renee había hecho
de la lectura del poema, su ropa interior la usaba como servilleta para limpiar su
boca. Al cocinar un seno le dio asco por su apariencia grasosa y encontró que los
muslos eran más deliciosos. Exhausto finalmente, tomó lo que quedaba del
cadáver, lo llevó a su cama y durmió con él.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 58


Centro Integral de Psicología

A la mañana siguiente descubrió que el cuerpo no olía mal y continuó comiendo,


en particular el brazo que le gustó mas del cuerpo, recortó el ano y lo puso en su
boca, pero su olor muy fuerte le hizo escupir, intentó comerlo friéndolo, pero eso
no disminuyó su olor, se dio por vencido y lo devolvió al cadáver. Después de un
cierto tiempo, varias moscas grandes pulularon alrededor del cadáver, Sagawa
tomó esto como señal que había perdido a Renee. La "luna de miel" había
terminado. Con un hacha la cortó en pedazos más pequeños para meterla en una
maleta. Mientras la desmembraba se excitaba y con la mano del cadáver procedió
a masturbarse. Cortó su nariz, sus labios y su lengua a mordiscos y las guardó
para sus fantasías sexuales posteriores. Escribió: "Yo quiero su lengua, no puedo
abrir su mandíbula, pero puedo alcanzarla entre sus dientes. El paso final de
Sagawa fue explorar los órganos interiores los cuales quemaron sus manos con
los ácidos digestivos, con una hacha cortó la cabeza y escribió: "Ahora comprendo
que soy un verdadero caníbal".

Cuando la policía llegó a su apartamento dos días después del asesinato con una
orden de captura, abrieron el refrigerador y encontraron pedazos de un cuerpo de
una mujer, incluso los labios. Sagawa confesó lo que había hecho y añadió que
tenía una historia médica con una enfermedad mental. De hecho, sus
descripciones fueron detalladas y el juez decidió que él no era competente para
juzgarlo: estaba realmente loco. Sagawa fue condenado a un periodo indefinido de
prisión en el asilo Paul Guiraud, los tres psiquiatras que lo evaluaron dijeron que
nunca se curaría. Su multimillonario padre, Akira Sagawa, presidente de Kurita
Water Industries en Tokio, hizo un trato para que en 1984 su hijo fuera transferido
al hospital psiquiátrico Matsuzawa en Japón. El fiscal creyó que allí estaría preso
de por vida, pero solo permaneció preso 15 meses y quedó en libertad en agosto
de 1985, de nuevo, gracias a su padre.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 59


Centro Integral de Psicología

ARMIN MEIWES: «el momento de descuartizarlo y destriparlo lo


contemplé a menudo».

Sin duda alguna esta historia es muy desconcertante, más conocido, por la
prensa, como el "caníbal de Rotemburgo". Este alemán publicó en internet un
anuncio en el que solicitaba a alguien que quisiera ser asesinado y comido. Bernd
Jürgen Armando Brandes, un ingeniero de Berlín –que declaraba ser bisexual, y
consideraba que la violencia y la tortura eran los ingredientes esenciales de su
vida sexual cotidiana– se presentó en casa del caníbal. Primero le cortó el pene,
que intentaron comerse entre los dos. Después descuartizó su carne y la guardó
en el congelador para comérsela en días posteriores. Fue detenido al año
siguiente de cometer el asesinato, cuando ya se había comido más de 20 kilos de
la víctima.

Armin Meiwes, con serenidad e incluso entre sonrisas, ha relatado estos días sin
pudor el ritual caníbal que ejecutó hace dos años en el sótano de su mansión
dieciochesca en la localidad alemana de Rotemburgo. «A él también le dio
placer», dice de su víctima, un ingeniero berlinés de 43 años que siempre «había
soñado con ser comido». La espeluznante acción de este ingeniero técnico -
llevaba una vida normal- se ve superada por la sobrecogedora realidad de que
existe un amplio público -de costumbres también corrientes- que espera con
ansiedad contemplar la sangrienta obra en la pantalla pequeña. El caníbal de

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 60


Centro Integral de Psicología

Rotemburgo grabó en tres cintas de vídeo, de casi cuatro horas, cómo cortó el
pene a Bernd Jürgen B., cómo ambos lo intentaron de todas las maneras posibles
ingerir y cómo finalmente troceó y comenzó a devorar al moribundo.

Armin Meiwes era un chico normal en la escuela, algo retraído y apartado de sus
compañeros. En su familia vivió las sucesivas separaciones de su madre y al final
de su pubertad vivía sólo con ella, sometido a una estricta disciplina. Estos
antecedentes no son nuevos en la historia de los criminales más famosos del
mundo. En su juventud, el caníbal presenció escenas de matanza que podrían
haber influenciado su estado psicológico. Matanzas de animales en las que él
participaba para darse después el gran banquete. A la edad de 18 años, Armin se
muda con su madre a la enorme casa que la familia poseía a las afueras de
Rotemburgo. La casa tenía cuarenta y cuatro habitaciones y los amigos de Armin
la llamaban la casa de los espíritus. Posteriormente ingresó en el ejército, donde
destacó por su disciplina. Apoyaba a los subalternos y se llevaba bien con ellos.
Llevaba a su madre a las excursiones de su brigada y pasaba la noche con ella en
una habitación separada. Tras su servicio en el ejército, trabajó como técnico de
computadoras en un centro informático de Kassel. En su trabajo también se le
consideraba diligente y eficiente. Entre sus aficiones estaban la lectura de libros
de caníbales, muertes y asesinos en serie. Además coleccionaba partes del
cuerpo de muñecas que guardaba en un cofre para ocultarlas de su madre. La
madre falleció en 1999 en la casa de Rotemburgo. Tras su muerte, Armin se
quedó solo. A partir de este punto, Meiwes comenzó a ver por internet, fotos de
crímenes, accidentes, cuerpos abiertos y otras muchas fantasías violentas
componen el archivo fotográfico de su computadora. Foros como "gourmet" o
"caníbal–café" le proporcionan la plataforma ideal para contar y compartir sus
fantasías.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 61


Centro Integral de Psicología

RUDY EUGENE el "Hanibal" de Miami: murió a los 31 años por los disparos de
la Policía de Miami cuando estaba comiendo la cara a un indigente. Las
autoridades encontraron a Eugene desnudo y bajo los efectos del "Ivy ave", una
nueva droga sintética.

NICOLAS COCAIGN: también conocido como el "caníbal de Rouen" quien


enfrenta una cadena perpetua. Mató a su compañero de celda acuchillándole con
unas tijeras, después lo asfixió con una bolsa. Tras matarlo abrió su abdomen, le
quitó una costilla y se comió parte de su pulmón.

ANTHONY MORLEY: Las dotes de este chef británico fueron más allá de los
fogones del restaurante. Este hombre mató a su novio –apuñalándole varias
veces– y le cortó la garganta. Tras el suceso, cocinó su muslo con hierbas frescas
y aceite de oliva y se comió esta parte de la pierna. Fue condenado a cadena
perpetua.

JOSÉ LUIS CALVA: también conocido como "El caníbal de la Guerrero". Fue
detenido en 2007 cuando la policía lo sorprendió en su casa, debido a una
denuncia por desaparición que pusieron los familiares de su esposa a la que había
descuartizado. La policía encontró el tronco de esta mujer en su armario.

Psicóloga Duendy Kira Ramirez Sanchez Página 62

También podría gustarte