Bienestar Economico
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8. Bibliografía............................................................................................. 12
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1. LA FUNCION DE BIENESTAR SOCIAL
Los criterios de compensación que se estudiaron antes sólo consideran los aspectos de
''eficiencia" y no el de distribución. El principio de compensación sólo pregunta si se podría
compensar a los perdedores; no exige que sean realmente compensados. Se argumenta que, si
debe realizarse la compensación y en qué forma, si es que en realidad debiera realizarse. es un
tema moral. Otro problema son los criterios de compensación es que permiten la comparación
entre unas pocas alternativas, pero no informan de la condición que logra el bienestar máximo
posible. Se pensó que estos problemas se podrían solucionar considerando una función de
bienestar social que fue sugerida por primera vez por el economista Abram Bergson en 1938.
La función del bienestar social es, en cierta forma, una curva de indiferencia social y proporciona
las diversas combinaciones de las utilidades de las diferentes personas que dan por resultado el
mismo nivel de bienestar social. Para mostrar esto en forma de diagrama, sólo se considerarán
dos personas A y B en la sociedad, cuyas utilidades serán representadas por UA y UB. LA función
de bienestar social es
𝑊 = 𝑓(𝑈𝐴 , 𝑈𝐵 )
En la siguiente figura se presentan las curvas de indiferencia social. Muestran las diferentes
combinaciones de 𝑈𝐴 , y 𝑈𝐵 que determinan el mismo nivel de bienestar social. Las curvas de
indiferencia social tienen pendiente negativa. porque si A mejora B tiene que empeorar y
viceversa. El hacer que tanto A como B estén mejor, o que uno esté mejor y el otro igualmente
bien, daría como resultado un movimiento a una curva de indiferencia más alta. En la figura W2
representa un nivel de bienestar social más alto que W1. Obsérvese que no es necesario que las
curvas de indiferencia social sean convexas al origen.
Grafica 1
Samuelson encontró prometedoras las curvas de indiferencia social y dijo que “se había sentado
la base para la economía de la buena sociedad” Una vez que se establecen la función de
bienestar social y las curvas de indiferencia social se está bien preparado para comparar diversas
políticas las que maximicen el bienestar social, sujetas a los recursos económicos disponibles.
En una dictadura la función del bienestar social y las curvas de indiferencia social reflejan los
criterios de valor del dictador. En una democracia los criterios de valor de las personas se pueden
expresar mediante el voto. Sin embargo, Arrow señaló que no existe forma de evaluar el
bienestar social mediante un voto democrático. A este resultado normalmente se le conoce
como el teorema de imposibilidad de Arrow, que será explicado mas adelante.(G. Maddala,
1996, capitulo 18)
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OPTIMALIDAD EN EL SENTIDO DE PARETO
Grafica 2
Una fbs de Pareto es una función de bienestar
social de Bergson que expresa los juicios de valor
de individualismo, no paternalismo y
benevolencia, y una asignación óptima en el
sentido de Pareto maximiza una fbs de Pareto
sujeta a las restricciones de materiales y de
producción. En el grafico mostrado, las
combinaciones de utilidad factibles son aquéllas
situadas sobre, o dentro de, la frontera de
utilidad FF'. La fbs de Pareto W (u1, u2) da lugar a
las curvas de indiferencia de bienestar, como WI1
y WI* que tienen pendiente:
𝑑𝑢2 𝑊1
1
| = − <0
𝑑𝑢 𝑊2
debemos tener que W(𝑢̂1 , … , 𝑢̂𝐻 ) > W(𝑢̅1 , … , 𝑢̅𝐻 ), de modo que 𝐴̅ no maximiza W en el conjunto
de asignaciones factibles y no es óptima en el sentido de Pareto. En términos del Gráfico anterior
sean cuales sean los juicios de valor concretos acerca de los méritos relativos de los individuos
(la forma de las curvas de indiferencia de bienestar) una asignación óptima en el sentido de
Pareto debe dar lugar a un punto sobre la frontera de utilidad. Por tanto, las condiciones que
definen las asignaciones eficientes en el sentido de Pareto son relevantes sean cuales sean las
formas concretas de las fbs de Pareto. Si una asignación viola estas condiciones, sabremos que
ha de existir una asignación factible mejor para todas las funciones de bienestar de Pareto. En
el Gráfico todas las funciones fbs de Pareto alcanzarían un valor más bajo en que en o en α0 que
en α1 o en α2.
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Sin embargo, debernos tener la precaución de recordar que la eficiencia en el sentido de Pareto
no implica optimalidad en el sentido de Pareto. Todas las combinaciones de utilidad de FF´ son
eficientes en el sentido de Pareto, pero no podemos designar una de ellas como óptima hasta
que hayamos implementado los juicios de valor de Pareto con comparaciones interpersonales
explícitas. Debemos estar dispuestos a hacer juicios sobre la forma en que, moviéndonos desde
α2 hasta α*, la reducción de la utilidad del individuo 2 sea más que compensada por el aumento
en la utilidad del individuo 1, de manera que α* sea una asignación «mejor» que α2. (H. Gravelle,
2006, capitulo 13).
Arrow llamo al procedimiento por el cual se obtiene un orden social a partir de orden de
preferencias individuales, una función de bienestar social. Por ello, el Teorema de Imposibilidad
de Arrow (TIA) establece que cuando se tienen una conjunto de alternativas para que un cierto
número de personas voten por ellas (o establezcan un orden de prioridad entre ellas), no es
posible diseñar un sistema de votación que permita generalizar las preferencias de los individuos
hacia una “preferencia social” de toda la comunidad; de manera tal, que al mismo tiempo se
cumplan ciertos criterios “razonables” de racionalidad y valores democráticos. O en términos
más sencillos: en ausencia de una unanimidad plena y bajo hipótesis que parecen razonables, el
interés colectivo no puede existir. (G. Maddala, 1996, capitulo 18)
1. U: Condición de dominio universal. La regla de votación por mayoría no tuvo éxito para
un patrón de órdenes de preferencias individuales, pero proporciona un orden social
para (a, b, c) para todo i. Para ello supondríamos que una FBS debe funcionar en todas
las combinaciones posibles de las preferencias individuales. El dominio privado es
irreductible y en él sólo cuentan las preferencias. Aquí interesa resaltar que la condición
de Arrow no existen necesidades, solo preferencias. Todos los juicios de hecho son del
tipo medio-fin, y no existen juicios del tipo vida-muerte.
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3. P: Principio de Pareto. La ordenación de las preferencias sociales depende de las
ordenaciones individuales y no son impuestas por otros criterios, como la tradición o el
azar. De nuevo, es el ideal burgués de la constitución de la sociedad a partir de la suma
de los intereses individuales. Además, las ordenaciones son ordinales lo que conduce a
este criterio de comparabilidad muy general como lo es el óptimo de Pareto.
Las preferencias de los agentes son transitivas, reflexivas y completas. Pero la clave de la
racionalidad arrowiana es la transitividad, pues implica individuos calculadores.
Tenemos entonces que la imposibilidad de Arrow es en efecto válida para una “sociedad de
mercado”, y es la percepción crítica más aguda (en la tradición neoclásica) de la imposibilidad
de resolver, a través del mercado (como única institucionalidad), el conflicto entre la elección
individual y la elección social (totalitarismo o caos). Es una “paradoja” para la teoría económica
dominante, pues invalida el mito de la mano invisible. (H. Gravelle, 2006, capitulo 13)
También conocido como el “teorema de la mano invisible”. Establece que si existen mercados
para todas las mercancías que entran en la producción y en las funciones de utilidad y todos los
mercados son competitivos, el equilibrio de la economía es eficiente en el sentido de Pareto.
Dicha de otra manera, si las preferencias locales se satisfacen inicialmente y si la relación entre
compras, bienes y precios (x*, y*, p) establece un equilibrio competitivo, entonces (x*, y*) es
una distribución óptima en el sentido de Pareto. Por preferencias no satisfechas o “no saciedad
local” se implica que una compra cualquiera (ya sea de un bien o conjunto o canasta de bienes)
no ha agotado los deseos de compras del consumidor. Técnicamente, eso se expresa diciendo
que para cualquier “canasta de compra” adquirida existe otro u otros, arbitrariamente similares,
tales que serían preferidos. Más formalmente, para cualquier transacción x en el universo de
posibles transacciones (X) de preferencia positivas (E) habría un x*, tal que (x*-x)<E y,
consecuentemente, se prefiera x*.
Esta competición entre lo que unos están dispuestos a ofrecer y lo que otros están dispuestos a
demandar (pagar) hace que se negocie hasta llegar a un precio de equilibrio, que es el precio al
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que se venderán los productos, y cuya oferta satisface toda la demanda. En este punto de
equilibrio, cualquier variación del precio que beneficie a unos, forzosamente perjudica a otros.
NOTA: Debe tenerse presente que lo opuesto no es cierto; es decir, no todo Pareto Óptimo es un
Equilibrio Competitivo, ya que precisamente éste último es sólo uno del conjunto de Pareto
Óptimo obtenido a partir de la incorporación de la relación de precios. Para que se cumpla el
primer teorema fundamental del bienestar no necesariamente importa que las preferencias sean
convexas. EL siguiente gráfico muestra un ejemplo de ello.
El modelo básico de intercambio puro, se basa en los
Grafica 3 siguientes supuestos:
Existe una economía con 2 bienes, con n = 1 y 2
Hay 2 consumidores, denominados: i = A y B
La demanda del consumidor i se expresa de la
siguiente forma: Xi = (X1i, X2i), donde Xni es la
demanda del bien n por parte del consumidor i.
La demanda de los consumidores se basa en sus
preferencias, la cuales son racionales (completas
y transitivas).
Cada individuo puede consumir como máximo
todas sus dotaciones: wi = (w1i, w2i).
La dotación total del bien n es wn = wnA + wnB .
Establece que si todos los consumidores tienen preferencias convexas y todas las empresas
tienen conjunto de posibilidades de producción convexas, cualquier asignación eficiente en el
sentido de Pareto puede alcanzarse como resultado del equilibrio de un conjunto completo de
mercados después de una adecuada redistribución de dotaciones iniciales. Esa aserción es más
“fuerte” o amplia que la establecida por el primer teorema. Para lograrla es necesario una serie
de condiciones o supuestos más restrictivos que en el caso anterior. El teorema nos dice que
hay un sistema de precio walrasiano pe tal que cuando la asignacion inicial de recursos es 𝑥̃ ,
cada consumidor “i” maximiza su utilidad 𝑢𝑖 (𝑥𝑖 ) bajo la restriccion presupuestaria 𝑝̃𝑥i ≤ 𝑝̃𝑥̃i
escogiendo el plan de consumo 𝑥̃i . Por lo tanto (𝑝̃, 𝑥̃) es un equilibrio walrasiano, 𝑥̃ es una
asignacion de Walras y 𝑝̃ es un sistema de precios de Walras.
Grafica 4
Bajo los supuestos del segundo teorema del bienestar, si 𝑥̃ es eficiente en el sentido de Pareto
entonces podemos encontrar un sistema de precios pe que soporta a 𝑥̃ como asignacion de
Walras imponiendo una redistribución de la dotación inicial 𝑤 que la transforme en una
asignación 𝑤̃ que satisfaga 𝑝̃𝑤
̃i = 𝑝̃𝑥̃i para todo i ∈ I. (X. Martin, 2008, capitulo 4)
Por ejemplo, si yo reparto 1 millón de soles entre todos los alumno de la clase, como ahora
tendria cada uno más dinero, seguro que estarían dispuestos a pagar un poco más por las
manzanas. Habrá más gente dispuesta a pagar 100 soles por una manzana que antes, por el
simple hecho que ahora tienen más dinero para comprar. Entonces, lo que va a ocurrir es que el
precio de equilibrio que había antes va a aumentar. Puesto que los agricultores siguen teniendo
las mismas manzanas para ofrecer (el año que viene ya considerarán aumentar la cosecha), el
precio al que habrá que vender las manzanas será más alto para satisfacer la mayor demanda.
Fijaos que el reparto de 1 millón de soles que yo he hecho es eficiente Pareto (si quito un sol a
alguno de ustedes y se lo doy a otro, alguno sale perjudicado), y aun así, el precio de las
manzanas llega a un nuevo equilibrio. Ese precio de equilibrio es diferente del anterior, si. Pero
es un precio de equilibrio. Si hago el reparto de 1 millón de soles de forma distinta, puede que
el precio de equilibrio también varíe. Lo que cuenta aquí es que, cualquiera que sea la
distribución de dinero que yo haga (siempre que sea eficiente Pareto) el mercado la va a
absorber y a asimilar en una nueva posición de equilibrio. En términos más prácticos y realistas,
lo que viene a decirnos este segundo teorema es que, si existe en el mercado competencia
perfecta, cualquier distribución de riqueza que haga el Estado (obviamente el Estado hace eso
recaudando impuestos y luego invirtiendo ese dinero en carreteras, hospitales, universidades,
pensiones, etc.) y siempre que sea eficiente Pareto, el mercado sostiene esa distribución (es
decir encuentra unos nuevos precios de equilibrio cuya oferta satisface toda la demanda).
4. MAXIMIZACIÓN DE BIENESTAR
El problema de maximización de bienestar se analiza a través de la función de bienestar.
𝑗
Supongamos que 𝑥𝑖 es la cantidad que tiene el individuo i del bien j y que hay n consumidores y
k bienes. La asignación x consiste en una lista de la cantidad que tiene cada uno de los agentes
de los diferentes bienes. (H. Varian, 2005, capítulo 31)
Si tenemos una cantidad total 𝑋1 , … , 𝑋 𝑘 de los bienes 1, … , k para distribuir entre los
consumidores, podemos plantear el siguiente problema de maximización del bienestar:
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¿Qué propiedades tiene una asignación de este tipo?
En este caso, las curvas de indiferencia son llamadas líneas isobienestar, ya que describen las
distribuciones de la utilidad que genera el mismo bienestar.
En conclusión, asignación que maximice el bienestar debe ser eficiente en el sentido de Pareto,
y viceversa.
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Teoría de la mejor opción
La teoría de la mejor opción, afirma que, si no se pueden satisfacer las condiciones para lograr
un óptimo de Pareto, se debe tratar de lograr todas las condiciones que sean posibles, aunque
no necesariamente la mejor opción. En resumen, si no se pueden cumplir una de las condiciones
del óptimo de Pareto, sólo se logrará una mejor opción desviándose de las otras condiciones
óptimas. En ciertos casos no se cuenta con el conocimiento necesario para determinar nuevas
condiciones. Por lo tanto, al estudiar una industria es común suponer que las condiciones
marginales satisfacen las otras industrias. Es decir, se reconoce la existencia de la mejor opción
y después te ignora por conveniencia.
Otra opción es utilizar la solución de la tercera mejor opción, en la cual se afirma que sólo se
deben de poner en práctica políticas que fomenten la libre entrada y salida de mercados en lugar
de tratar de Regular o dividir por la fuerza los monopolios existentes. (G. Maddala, 1990,
capítulo 18)
Los estudios anteriores sugieren que la aplicación de las teorías de la economía del bienestar a
situaciones prácticas es complicada. En 1971 Harbeger presentó una carta abierta a la profesión
económica, en el cual pedía la aceptación de tres principios básicos con los cuales establecer un
marco de trabajo para la economía de bienestar aplicada. Estos eran:
1. El precio de demanda competitivo para una determinada unidad mide el valor de esta
unidad para el solicitante.
2. El precio de oferta competitivo para una determinada unidad mide el valor de esa
unidad para el proveedor.
3. Al evaluar los beneficios netos o Los costos de una determinada acción, los costos y
beneficios que corresponden a cada miembro del grupo pertinente Normalmente se
deben sumar sin tomar en consideración a quien se acumulan.
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Cuál curva se desplaza depende de si el impuesto grava a los vendedores (la curva de la oferta
se desplaza) o a los compradores (la curva de la demanda se desplaza).
El resultado fundamental para nuestros propósitos es que el impuesto crea una brecha entre el
precio que los compradores pagan y el precio que los vendedores reciben. Debido a la brecha
creada por el impuesto, la cantidad vendida se reduce por debajo del nivel al que se vendería
sin el impuesto. En otras palabras, el impuesto a una bien causa que el tamaño del mercado de
dicho bien se reduzca. (N. Gregory Mankiw, capítulo 8)
Grafico 7
6. CRITERIOS DE COMPENSACIÓN
Planteado inicialmente por Kaldor y Hicks en 1939 para discutir la prohibición de las leyes del
trigo en Gran Bretaña, este criterio afirma que el estado A es socialmente preferible al estado B,
si tanto los ganadores y perdedores en A se encuentran mucho mejor que en B; o mejor dicho,
si los ganadores en A puedan compensar las pérdidas de los perdedores afectados por el cambio
a A, los cuales se encontrarán mucho mejor que en B. (G. Maddala-E.Miller, Microeconomía,
1996, capitulo 18)
5. El hecho de colocar los estados económicos en un orden preferencial puede dar origen
a paradojas (explicado por Scitovsky y Arrow).
6. Existen medidas en las que, aunque los ganadores no puedan compensar a los
perdedores, resulten ser mejoras (ejemplo: imposición progresiva). Esto conlleva a decir
que este criterio no es una condición necesaria para ser una mejora.
7. El bienestar existente no está determinado por el pago posible de la compensación; a
veces los mejores estados se revierten en los peores (Samuelson, Little, etc.). Esto
conlleva a decir que este criterio tampoco es una condición suficiente para ser una
mejora. (Instituto de Estudios Políticos, Revista de Economía Política, enero-abril 1959,
vol.X,pp.5-23)
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De lo dicho anteriormente, se deja entrever que existen planteamientos o modificaciones de
otros economistas con respecto al criterio de Kaldor y Hicks, entre los cuales destacan:
1. Scitovsky (1941): Afirma que si bien los ganadores pueden compensar a los perdedores,
también se puede dar el caso de que los perdedores sobornen a los ganadores para
revertir el cambio que originó al estado A, y aun así, ambos estarían mejor en B que en
A; esto conlleva a unos casos donde A sea preferida y otros donde B sea preferido. Para
esto, planteó el doble criterio de Scitovsky, que sugiere que A es preferible a B, si los
ganadores puedan compensar a los perdedores, y a la vez, estos no puedan sobornar a
aquellos.
2. Gorman (1955): Afirma que el criterio de Scitovsky se pueda transformar en un círculo
vicioso, esto debido a que plantea que si A es mejor que B, B mejor que C, y C mejor que
D, existe la posibilidad de que D sea mejor que A, cuando lógicamente A debería ser
mucho mejor que D. (G. Maddala-E.Miller, Microeconomía, 1996, capitulo 18)
Su estudio parte de una división “justa” de una canasta de bienes, en las que se dividen
equitativamente entre n personas sin alguna predilección; por lo tanto, esta división es simétrica
(todos se conforman con su parte). Sin embargo, en la realidad, esta división no es eficiente
según Pareto ya que muchas veces las personas involucradas tienen gustos y preferencias
distintas, lo cual origina que se den los intercambios de bienes. El comercio arbitrario haría que
la asignación sea eficiente, aunque no necesariamente siga siendo equitativa; es por eso que se
plantea el problema de si es posible obtener y cómo llegar a una asignación que sea equitativa
y cumpla el óptimo de Pareto, una asignación justa.
Envidia y Equidad
La envidia, en el tema de asignaciones, se refiere al hecho de que en un reparto equitativo, un
agente A tiene una sensación de poseer una canasta de bienes menos valiosa que la del agente
B; esto haría que la asignación no sea eficiente, por lo que fallaría el objetivo de ser justa.
Grafica 8
Al final, se concluye que el mecanismo del mercado hace que la asignación inicial dé lugar a una
asignación equitativa para evitar la contradicción, y como también es eficiente, esto hará que la
asignación finalmente sea justa. (H. Varian, Microeconomía Intermedia, 1999, capitulo 31).
8. BIBLIOGRAFIA
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