Como Ser Un Sol
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Este aviso fue puesto el 17 de octubre de 2018.
Sol
Índice
1Características
2Luz solar
3Composición
4Estructura del Sol
o 4.1Núcleo
o 4.2Zona radiante
o 4.3Zona convectiva
o 4.4Fotosfera
o 4.5Cromosfera
o 4.6Corona solar
o 4.7Heliosfera
5Actividad solar
o 5.1Eyección de masa coronal
o 5.2Cambio de polaridad solar
6Nacimiento y muerte del Sol
7Importancia de la energía solar en la Tierra
o 7.1Reacciones termonucleares e incidencia sobre la superficie terrestre
8Observación astronómica del Sol
o 8.1Exploración solar
o 8.2Cálculo histórico del tamaño del Sol y su distancia
9Véase también
10Notas aclaratorias
11Referencias
12Bibliografía
13Enlaces externos
o 13.1Generales
o 13.2Observación del Sol
Características[editar]
El Sol es una estrella de tipo-G de la secuencia principal que abarca aproximadamente el
99,86% de la masa del sistema solar. El Sol tiene una magnitud absoluta de +4,83,
estimada como más brillante que el 85% de las estrellas de la Vía Láctea, la mayoría de
las cuales son enanas rojas. El Sol pertenece a la Población I, o a las estrellas ricas en
elementos pesados. La formación del Sol pudo haber sido provocado por ondas de choque
de una o más supernovas próximas. Esto fue planteado debido a la gran abundancia de
elementos pesados en el sistema solar, como el oro y el uranio, en relación con las
abundancias de estos elementos en la llamada Población II de estrellas, siendo éstas
pobres en elementos pesados. Estos elementos podrían haberse producido por reacciones
nucleares endotérmicas durante una supernova, o por transmutación a través de
la absorción neutrónica dentro de una estrella masiva de segunda generación.
El Sol es, con diferencia, el objeto más brillante en el cielo, con magnitud aparente de -
26,74. Es unos 13 000 millones de veces más brillante que la segunda estrella más
brillante, Sirio, que tiene una magnitud aparente de -1.46. La distancia media del centro del
Sol al centro de la Tierra es de aproximadamente 1 unidad astronómica (alrededor de 150
millones de kilómetros), aunque la distancia varía a medida que la Tierra se mueve desde
el perihelio en enero hasta el afelio en julio. En esta distancia media, la luz viaja desde el
horizonte del Sol hasta el horizonte de la Tierra en unos 8 minutos y 19 segundos,
mientras que la luz desde los puntos más cercanos del Sol y de la Tierra tarda
aproximadamente dos segundos menos.
El Sol no tiene un límite definido y en sus partes externas su densidad disminuye
exponencialmente al aumentar la distancia desde su centro. No obstante, a efectos de
medición, se considera el radio solar como la distancia que engloba desde su centro hasta
el borde de la fotosfera, la superficie visible aparente del Sol. Con base en esta medida, el
Sol es una esfera casi perfecta con un achatamiento estimado de 9 millonésimas, lo que
significa que su diámetro polar difiere de su diámetro ecuatorial por tan solo 10 kilómetros.
El efecto mareal de los planetas es débil y no afecta significativamente a la forma del Sol.
El Sol rota más deprisa por su ecuador que por sus polos. Esta rotación diferencial es
causada por el movimiento de convección debido al transporte de calor y al efecto
coriolis producido por la rotación del Sol. En un marco de referencia definido por las
estrellas, el periodo de rotación es de aproximadamente 25,6 días en el ecuador y de 33,5
días en los polos. Visto desde la Tierra en su órbita alrededor del Sol, el período de
rotación aparente del Sol en su ecuador es de unos 28 días.
Luz solar[editar]
Artículo principal: Luz solar
La constante solar es la cantidad de energía que el Sol deposita por unidad de tiempo y
superficie y que es directamente expuesta como luz solar. La constante solar es igual a
aproximadamente 1368 W/m² (vatios por metro cuadrado) a una distancia de una unidad
astronómica (ua) del Sol (es decir, en la Tierra o a la misma distancia del Sol que ella). La
luz del Sol en la superficie de la Tierra es atenuada por la atmósfera terrestre, de modo
que, llega menos energía a la superficie (cerca de 1000 W/m²) en condiciones claras
cuando el Sol está cerca del cenit. La luz del Sol en la parte superior de la atmósfera
terrestre está compuesta (por energía total) de aproximadamente un 50% de luz infrarroja,
un 40% por luz visible y un 10% de luz ultravioleta. La atmósfera terrestre filtra más del
70% de la radiación ultravioleta solar, especialmente en las longitudes de onda más cortas.
La radiación ultravioleta solar ioniza la parte superior de la atmósfera del lado diurno de la
Tierra, haciendo a la ionosfera conductora de electricidad.
El color del Sol es blanco con un índice de color-espacio (CIE) cercano al (0,3; 0,3) cuando
se ve desde el espacio o desde lo alto en el cielo; en cambio, cuando se está desde una
zona baja del cielo la dispersión atmosférica del Sol tiene un color amarillo, rojo, naranja y
magenta. A pesar de su blancura típica, la mayoría de la gente se imagina el Sol como
amarillo; las razones de ello son objeto de debate. El Sol es una estrella G2V,
con G2 indica que su temperatura superficial es de aproximadamente 5778 K (5505 °C),
y V que, como la mayoría de las estrellas, es una estrella enana de la secuencia principal.
La luminancia media del Sol es de aproximadamente 1,88 giga candelas por metro
cuadrado, pero como se ve a través de la atmósfera de la Tierra, esto se reduce a
aproximadamente 1,44 Gcd/m². Sin embargo, la luminancia no es constante a través del
disco del Sol (oscurecimiento del limbo).
Composición[editar]
El Sol está compuesto principalmente por los elementos químicos hidrógeno y helio; que
representan el 74,9% y el 23,8% de la masa del Sol en la fotosfera, respectivamente.
Todos los elementos más pesados, llamados metales en astronomía, representan menos
del 2% de la masa, con el oxígeno (más o menos el 1% de la masa del
Sol), carbono (0,3%), neón (0,2%), y el hierro (0,2%) siendo el más abundante.
El Sol heredó su composición química del medio interestelar a través del cual se formó. El
hidrógeno y el helio en el Sol fueron producidos por nucleosíntesis del Big Bang, y los
elementos más pesados se crearon por nucleosíntesis estelar en generaciones de
estrellas que completaron su evolución estelar y devolvieron su material al medio
interestelar antes de la formación del Sol. La composición química de la fotosfera se
considera normalmente como representativa de la composición del sistema solar
primordial. Sin embargo, desde que se formó el Sol, parte del helio y de elementos
pesados se han asentado gravitacionalmente desde la fotosfera. Por lo tanto, en la
fotosfera de hoy en día, la fracción de helio es reducida, y la metalicidad es solo el 84% de
lo que era en la fase protoestelar (antes de que la fusión nuclear comenzara en el núcleo).
Se cree que la composición protoestelar del Sol ha sido de un 71,1% de hidrógeno, 27,4%
de helio, y de un 1,5% de elementos más pesados.
Hoy en día, la fusión nuclear en el núcleo del Sol ha modificado la composición mediante
la conversión del hidrógeno en helio, por lo que ahora la parte más interna del Sol es más
o menos un 60% de helio, junto con la abundancia de elementos más pesados sin ser
alterados. Debido a que el calor se transfiere desde el centro del Sol por radiación en vez
de por convección, ninguno de los productos de fusión del núcleo han llegado a la
fotosfera.
La zona reactiva del núcleo de «combustión del hidrógeno», donde el hidrógeno se
convierte en helio, está empezando a ser circundado por un núcleo interno de «cenizas de
helio». Este desarrollo continuará y posteriormente tendrá lugar la salida del Sol de
la secuencia principal para llegar a convertirse así en una gigante roja.
La abundancia de elementos pesados solares descritos anteriormente son medidos
usando tanto espectroscopia de la fotosfera del Sol como midiendo las abundancias en
los meteoritos que nunca han sido calentados a temperaturas de fusión. Se cree que estos
meteoritos retienen la composición del Sol protoestelar y, por lo tanto, no se ve afectado
por la sedimentación de elementos pesados. Por lo general los dos métodos concuerdan
bien.
Amanecer desde el mirador del Garbí en Valencia (España).
Como toda estrella, el Sol posee una forma esférica, y a causa de su lento movimiento de
rotación, tiene también un leve achatamiento polar. Como en cualquier cuerpo masivo,
toda la materia que lo constituye es atraída hacia el centro del objeto por su propia fuerza
gravitatoria. Sin embargo, el plasma que forma el Sol se encuentra en equilibrio, ya que la
creciente presión en el interior solar compensa la atracción gravitatoria, lo que genera
un equilibrio hidrostático. Estas enormes presiones se producen debido a la densidad del
material en su núcleo y a las enormes temperaturas que se dan en él gracias a
las reacciones termonucleares que allí acontecen. Existe, además de la contribución
puramente térmica, una de origen fotónico. Se trata de la presión de radiación, nada
despreciable, que es causada por el ingente flujo de fotones emitidos en el centro del Sol.
Casi todos los elementos químicos terrestres
(aluminio, azufre, bario, cadmio, calcio, carbono, cerio, cobalto, cobre, cromo, estaño, estro
ncio, galio, germanio, helio, hidrógeno, hierro, indio, magnesio, manganeso, níquel, nitróge
no, oro, oxígeno, paladio, plata, platino, plomo, potasio, rodio, silicio, sodio, talio, titanio, tu
ngsteno, vanadio, circonio y zinc) y diversos compuestos (como el cianógeno, el óxido de
carbono y el amoniaco) han sido identificados en la constitución del astro rey, por lo que se
ha concluido que, si nuestro planeta se calentara hasta la temperatura solar, tendría un
espectro luminoso casi idéntico al Sol. Incluso el helio fue descubierto primero en el Sol y
luego se constató su presencia en nuestro planeta.8