Emmanuel Swedenborg, un científico y filósofo sueco del siglo XVIII, creía haber visitado el cielo y conversado con ángeles. Según Swedenborg, los ángeles son almas que han elegido el cielo y su forma es la de un ser humano perfecto. Los ángeles se comunican a través del pensamiento y pueden ver a Dios cara a cara. Cada ángel representa un cielo y su mundo está regido por el amor.
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Emmanuel Swedenborg, un científico y filósofo sueco del siglo XVIII, creía haber visitado el cielo y conversado con ángeles. Según Swedenborg, los ángeles son almas que han elegido el cielo y su forma es la de un ser humano perfecto. Los ángeles se comunican a través del pensamiento y pueden ver a Dios cara a cara. Cada ángel representa un cielo y su mundo está regido por el amor.
Descripción original:
Los Ángeles de Swedenborg
(Tomado del Libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges)
Emmanuel Swedenborg, un científico y filósofo sueco del siglo XVIII, creía haber visitado el cielo y conversado con ángeles. Según Swedenborg, los ángeles son almas que han elegido el cielo y su forma es la de un ser humano perfecto. Los ángeles se comunican a través del pensamiento y pueden ver a Dios cara a cara. Cada ángel representa un cielo y su mundo está regido por el amor.
Emmanuel Swedenborg, un científico y filósofo sueco del siglo XVIII, creía haber visitado el cielo y conversado con ángeles. Según Swedenborg, los ángeles son almas que han elegido el cielo y su forma es la de un ser humano perfecto. Los ángeles se comunican a través del pensamiento y pueden ver a Dios cara a cara. Cada ángel representa un cielo y su mundo está regido por el amor.
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Los Ángeles de Swedenborg
(Tomado del Libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges)
Durante los últimos veinticinco años de su estudiosa vida, el eminente hombre de
ciencia y filósofo Emmanuel Swedenborg (1688-1772) fijó su residencia en Londres. Como los ingleses son taciturnos, dio en el hábito cotidiano de conversar con demonios y ángeles. El Señor le permitió visitar las regiones ultraterrenas y departir con sus habitantes. Cristo había dicho que las almas, para entrar en el cielo, deben ser justas; Swedenborg añadió que deben ser inteligentes; Blake estipularía después que fueran artísticas. Los Ángeles de Swedenborg son las almas que han elegido el Cielo. Pueden prescindir de palabras; basta que un Ángel piense en otro para tenerlo junto a él. Dos personas que se han querido en la tierra forman un solo Ángel. Su mundo está regido por el amor; cada Ángel es un Cielo. Su forma es la de un ser humano perfecto; la del Cielo lo es, asimismo. Los Ángeles pueden mirar al norte, al sur, al este o al oeste; siempre verán a Dios cara a cara. Son ante todo teólogos; su deleite mayor es la plegaria y la discusión de problemas espirituales. Las cosas de la tierra son símbolos de las cosas del Cielo. El sol corresponde a la divinidad. En el Cielo no existe tiempo; las apariencias de las cosas cambian según los estados de ánimo. Los trajes de los Ángeles resplandecen según su inteligencia. En el Cielo los ricos siguen siendo más ricos que los pobres, ya que están habituados a la riqueza. En el Cielo, los objetos, los muebles y las ciudades son más concretos y complejos que los de nuestra tierra; los colores, más variados y vívidos. Los Ángeles de origen inglés propenden a la política; los judíos, al comercio de alhajas; los alemanes llevan libros que consultan antes de contestar. Como los musulmanes están acostumbrados a la veneración de Mahoma, Dios los ha provisto de un Ángel que simula ser el Profeta. Los pobres de espíritu y los ascetas están excluidos de los goces del Paraíso porque no los comprenderían.