El Aborto Segun La Filosofia

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INTRODUCCION:

Es de amplio conocimiento que el aborto es la interrupción espontánea o provocada del


embarazo.
Mediante el desarrollo del presente estudio se pretende demostrar los riesgos que corre
la mujer considerando los efectos físicos, psicológicos, emocionales que, muchas veces,
afronta sola sin el apoyo de la pareja ni de la familia.
El aborto provocado es un delito penado por las leyes de algunos países. Sin embargo,
algunos pueblos no consideran acto criminal el aborto provocado, ya que entre ellos es
conceptuado como un acto natural. Este criterio se ha mantenido en ciertas
civilizaciones y hoy es practicado impunemente en ciertas sociedades.
El trabajo se abocará al aborto provocado y los diferentes puntos de vista de la filosofía,
no será lo que nos dice Platon, Socrates u otro filosofo de aquellas épocas sino lo que
nos dice las escuelas filosóficas en especial la ética y moral..
Muy aparte de lo que ya hemos mencionado el aborto es un asesinato que lo hacen
jovencitas sin oensarlo, talvez no tienen otra solución que dar u otro cosa, hay que que
pasar por eso para saber lo que se siente en ese momento, fácil es decir NO AL
ABORTO, no aborten etc. Pero si tú a tu edad quedas embarazada, seguirías diciendo
eso, en esos momentos de desesperación talvez cometas ese error, y ahí vendrán los
problemas del aborto tanto como físicas y/o psicológicas. A continuación les
presentamos la siguiente monografía acerca de los problemas del aborto.
INDICE:
PROBLEMAS DEL ABORTO
CONCEPTO:
Aborto es una palabra de origen latino (ab-orior) que significa fallar en el intento, en el
origen, y también morir, extinguirse, etc. Así, por ejemplo, abortar un crimen significa
cortar o interrumpir el flujo de acontecimientos que darían lugar a la ejecución de un
crimen. Este significado se ha ido restringiendo, poco a poco, hasta hacer referencia, sobre
todo, a la interrupción del desarrollo de un embrión o feto, interrupción que impide que
éste llegue a ser aquello a lo que está destinado: un ser vivo independiente,
biológicamente hablando, del cuerpo materno, límite que se suele considerar dado en el
nacimiento. Se sobreentiende, en tal caso, que el aborto no es simplemente una
interrupción del embarazo, provocando un adelanto del parto (parto prematuro), sino una
interrupción que provoca la muerte del producto de la concepción. Aunque se habla de
diferentes tipos de aborto (eugenésico, terapéutico, espontáneo, etc.), desde el punto de
vista de la responsabilidad moral (y legal), cabe hablar tan sólo de dos tipos de aborto: el
aborto voluntario (ya sea directo o indirecto) y el involuntario (bien por motivos naturales,
o bien causado por accidente humano).

CONSECUENCIAS DEL ABORTO


FÍSICAS
El aborto puede traer graves consecuencias, pueden ser tanto físicas como psicológicas y
emocionales.
*Esterilidad, si se dejan restos del niño en el útero.
*Abortos espontáneos.
*Nacimientos de niños muertos.
*Trastornos menstruales.
*Hemorragia. Necesitando muchas veces transfusiones de sangre pues se pierde mucha.
*Infecciones.
*Shock.
*Coma.
*Útero o intestino perforado.
*Peritonitis.
*Fiebre /Sudores fríos.
*Intenso dolor.

PSICOLÓGICAS
Lo tratado en la anterior publicación hablaba que existen diferentes tipos de
consecuencias, ahora hablaremos sobre las consecuencias psicológicas, las que afectan
mucho a la madre.
Aquí está una lista de los varios efectos psicológicos que se pueden dar:

* Culpabilidad.
* Estrés producido por el Síndrome Post-Aborto
* Impulsos suicidas.
* Sensación de pérdida.
* Sentimiento de luto.
* Pesar y remordimiento.
* Pérdida de confianza en la capacidad de toma de decisiones.
* Inferior autoestima.
* Conducta autodestructiva.
* Ira/ Rabia.
* Desesperación.
* Deseo de recordar la fecha de la muerte.

EL ABORTO DESDE EL PUNTO DE VISTA FILOSOFICO


1.-Fundamentos metafísico-antropológicos

Quisiera destacar y analizar determinados aspectos del aborto que, en la mayoría de los
casos, suelen quedar en sordina. Empezaré por replantear cuál es la más radical condición
del hombre y si el conjunto de argumentos para justificar todos o algunos de los casos de
aborto están o no de acuerdo con la cabal naturaleza y dignidad del ser humano. La
ausencia de fundamentos metafísico-antropológicos denotaría falta de hondura.

El fundamento último de la dignidad humana hay que buscarlo en la peculiar y


singularísima relación que une al hombre con el Ser fundamental y fundamentante, con
la Suprema realidad irrespectiva. Un nexo de amor concluye y cierra la grandeza de ese
ser concreto -único, hasta ahora, en el universo visible- que llamamos hombre. “Alguien
delante de Dios y para siempre”, como apuntaba Kierkegaard. Alguien que desde el
mismo instante de su concepción en el seno materno estaba destinado a ser un eviterno
interlocutor del amor divino. Alguien, persona humana actual –aunque tenga diferido el
ejercicio normal de las facultades superiores del espíritu- en la conjunción del óvulo y
esperma, que debiera ser sujeto y objeto de amor y no de técnica abortiva; porque es un
ser humano, porque tiene derecho a la vida –con capacidad de goce aunque no de ejercicio
de sus derechos- y porque carece de culpa personal por cualquier desmán, atropello,
violación o problema de sus progenitores.

La dignidad del genituro no puede sacrificarse ni siquiera en el caso del aborto


denominado terapéutico. Ante la vida humana nos situamos bajo el signo de respeto –
porque nos ha sido dada-, y no de dominio o manipulación de una técnica alienada,
demente, sin brújula ética.

La anulación óptica del amor a la persona que no sólo es, como se ha dicho en clásica
definición, substancia individual de naturaleza racional, sino centro de amor e imputación
amorosa, configura intrínsecamente el procedimiento técnico del aborto como un acto
criminal que involucra a sujetos activos y a cómplices. El aborto ciega la vida del embrión
o del feto, lesiona gravemente la dignidad y la honestidad de las personas que lo provocan
y constituye una ofensa contra la índole personal del Ser supremo. El “ordo amoris”,
único adecuado a la grandeza y dignidad de la persona, se ve reemplazado –de modo
incondicional y absoluto- por la sinrazón de la técnica o tecnología asesina.

2.- Fundamentos éticos

La vida humana tiene una textura ética. No se trata de algo que se puede o no se puede
tener, sino de que la existencia del hombre, antes de ser honesta o inhonesta, es moral. En
este sentido, cabe hablar de la moral como estructura, antes que de la moral como
contenido.

Las acciones humanas, para ser verdaderamente humanas, tienen que tener justificación.
En tanto en cuanto el hombre prefiere la realidad buena, queda justificado. La
justificación como ajustamiento a la realidad es lo que Zubiri llama la moral como
estructura. La justificación como justicia (norma ética) es la moral como contenido.
Personalmente pienso que la ética constituye un capítulo esencial de la Antropología
Filosófica, puesto que el hombre tiene una dimensión ética constitutiva e insoslayable. La
forma suprema de la moralidad “sub ratio” es la referencia al sentido último de la vida.
La relación del hombre con su fin y la relación del acto con su objeto constituyen la doble
relación de la moralidad. La sindéresis nos dicta lo que, en general, debemos hacer y lo
que debemos omitir. La conciencia aplica la regla general al caso concreto. Por eso se
dice que la conciencia es la norma próxima de moralidad. Pero la conciencia debe estar
informada por la ley natural. Porque la conciencia no dicta soberanamente la ley a sí
misma, sino que se limita a aplicarla mejor o peor. ¿Cómo se determina entonces lo que
es bueno y lo que es malo? Santo Tomás contesta a esta pregunta diciendo que por la ley
natural. La Ley Natural es la participación de la ley eterna en la criatura racional. Cabe
decir, en buena tesis, que la ley natural restringe la voluntad ilimitada y constituye, en
consecuencia, un dictamen preceptivo. No es que funde el ser moral, sino que lo
presupone. La realidad humana es constitutivamente moral. En rigor, un acto puede ser
deshonesto, pero nunca inmoral. La ética tiene como objeto formal el estudio de los actos
en cuanto buenos o malos; los hábitos en cuanto virtudes o vicios; las formas de vida
desde el punto de vista moral y lo que a lo largo de la vida hemos querido y logrado o
malogrado ser hasta el instante de la muerte. Bondad y malicia penden de la recta razón.
Es preciso considerar el acto en su realidad plenaria.

La vida humana, haciéndose día a día, va configurando el ethos. Llevamos, cada uno de
nosotros, el peso de la vida eterna configurada moralmente. Nuestras virtudes y nuestros
vicios nos inclinan a unos actos o a otros, facilitan o dificultan la virtud. Lo importante,
al final de cuentas, es lo que hemos hecho con nuestra vida y con la vida de los otros.
El ethos sólo puede configurarse a través de los actos y los hábitos.
El bien es la perfección del ente, lo que de un modo o de otro le conviene, le es debido.
El mal es la imperfección del ente, la carencia de aquello que se le debe. La ética considera
voliciones libres en su contextura moral, es decir, en cuanto están encaminadas a realizar
el bien que engendra hombres honestos.

La vida es nuestra en cuanto la vivimos, la ejercemos, pero no es nuestra en cuanto nos


viene dada. Ni yo ni los otros hacíamos falta. Estamos en la existencia por la amorosa
voluntad de quien hace que haya vida. Nuestra vida es, en este sentido, una dádiva de
amor que nos compromete a vivir amorosamente.

La vida se opone a la destrucción desde ella misma. Vive lo que se mueve


inmanentemente, por sí mismo. El organismo vivo está más allá de las combinaciones
posibles de las fuerzas físico-químicas. La existencia humana no es una colección de
substancias específicas distintas, sino una especie completa a la vez corpórea, viviente,
sensible y racional. El principio vital o alma reúne y organiza los elementos bio-químicos
para la integración del cuerpo. Es principio de acción intrínseca. Como cuerpo, el hombre
está sometido a las leyes cosmológicas (físicas, químicas, biológicas) y regido por ellas,
pero como persona se autosomete a las leyes noológicas del espíritu (leyes lógicas,
imperativos morales, constantes históricas). Tenemos conciencia de nuestra vida,
experimentamos nuestra historia y nos afanamos por la plenitud subsistencial. El hombre,
desde su primera hora, es una esperanza de ser más. Es el todo teológico del ser humano,
nuestro cuerpo es escenario y campo de expresión del espíritu.

Hasta aquí un preámbulo necesario sobra la ética y sobre la estructura ideo-existencial


del hombre –en apretada síntesis- que nos permitirá plantearnos el problema del aborto
voluntario.

3.- Examen del problema del aborto a la luz de la filosofía moral

Todo ser, en cuanto es –afirma Baruch Spinosa en la tercera parte de su Ética- tiende a
perseverar en su ser. Yo doy un paso más y siento como axioma, en la antropología
filosófica, que todo ser humano en cuanto es, tiende a ser en plenitud. El embrión es
persona y es vida humana en gestación y tiende a perseverar en su ser con un signo de
plenitud. Mientras más profundizamos en la muerte, más advertimos su carácter de
truncamiento en el sentido de que la vida tiende a seguir viviendo. La muerte es la
disolución brutal de la unidad viviente. Es liquidación existencial. El óvulo fecundado
por el esperma –semilla humana- es producto heterosexual con tendencia a perseverar y
a alcanzar la plenitud humana. En el huevo humano o en el feto viable ya hay vida. Pueden
advertirse operaciones nutricionales, metabolismo y auto teleología en cualquier embrión
humano. Con la madre sólo está vinculado extrínsecamente. No cae decir que el huevo
humano, o el feto, es un pedazo de la madre, una excrecencia o derivación de su cuerpo.
Trátese de una individualidad nueva, de algo distinto al ser materno, con propio código
genético. Los partidarios del aborto también fueron óvulos fecundados, y niños, y
adolescentes antes de ser adultos.

Llamase aborto a la interrupción del embarazo antes de la viabilidad fetal con expulsión
del producto heterosexual y sus membranas. Dejemos a un lado el aborto involuntario,
debido a sus causas patológicas, que no interesa en el examen ético. Quedémonos con el
aborto provocado, intencional, voluntario. No importa si se le llama terapéutico,
profiláctico o eugenésico, lo que cuenta es la deliberada voluntad de provocarlo. Para no
entretenernos demasiado en el análisis de estos tipos de aborto, bástenos decir que el
aborto terapéutico encubre, la mayor parte de las veces, abortos innecesarios, y que las
indicaciones médicas para abortar han desaparecido prácticamente como justificatorias.
Resulta grotesco considerar al embrión o al feto como un enemigo de la madre, que es
preciso asesinar.

Tampoco cabe matar –aborto eugenésico- por defectos somáticos o psíquicos


transmisibles hereditariamente. El asesinato es asesinato lo mismo si se comente en un
ser normal o un ser defectuoso. Se habla también del aborto “por razones éticas o
sentimentales” –desafortunadamente terminología utilizada por Jiménez de Azúa- para
justificar el que la mujer comete para interrumpir un embarazo que no fue de su agrado
(violación).

Históricamente el aborto ha sido combatido, la mayoría de las veces, aún en los casos de
rapto, violación, incesto, honor personal. El Código de Hammurabi castigaba el aborto
con sanciones económicas y, en ciertos casos, hasta con la muerte. Asirios y babilonios
promulgaron leyes análogas a las de los hititas. Los egipcios protegieron el embrión
humano. La literatura de los vedas, en la India, el Código de Manú y el Zend-Avesta, en
Persia, condenaron enérgicamente el aborto. Licurgo, el legislador espartano, consideraba
detestable a la mujer que abortaba. Hipócrates condenó, por igual, los anticonceptivos y
el aborto. El Derecho Romano en la época de decadencia del Imperio, permitió el aborto
pero, posteriormente, se reacciona y se califica el aborto como hecho indigno y dañino
para la sociedad. El cristianismo siempre ha condenado el aborto en cualquier momento
del desarrollo del producto. La animación del huevo humano, como justamente advertía
San Basilio, es inmediata. A partir de la Segunda Guerra Mundial, la escalada mundial
para legalizar el aborto es un síntoma de hedonismo y de la aguda crisis moral que padece
la humanidad de nuestros días.

La norma “no matarás” es una norma de Derecho Natural. Quiero decir que es una norma
cognoscible por la sola razón natural del hombre y congruente con su cabal naturaleza
individual y social. Norma evidente, suprema, inderogable. El aborto absolutamente libre
y a simple pedido es intrínsecamente malo por constituir un asesinato.
Esta lacra social no puede ser justificada jamás. Si se nos quiere hacer creer que matar es
una práctica moralmente lícita, en el caso del aborto, como supuesto derecho de
autodeterminación de la mujer, habría que abdicar de las pautas morales y de lahumanitas
misma. Es feto es un ser vivo homonizado. Ni la madre ni nadie puede ostentarse como
dueño o propietario de ese ser vivo homonizado. Matar al embrión o al feto no es disponer
libremente del propio cuerpo. Porque el cuerpo de la mujer sólo es albergue, lugar donde
se desarrolla el producto de la concepción. No hay derecho a disponer de vidas ajenas,
como no hay derecho a quitarse la propia.

La moral y Derecho Natural protegen toda clase de bienes. Si se protegen los animales y
las semillas de cereal, ¿por qué no habrá de protegerse la semilla humana? “¿Bajo qué
escala de valores nos deberíamos de colocar –pregunta Eugenio Trueba Olivares- para
aprobar el aborto, so pretexto de que el huevo humano no vale nada por constituir sólo
una indeseada protuberancia de la mujer? Por otra parte, es falso que la persona tenga
irrestrictas facultades de disposición sobre sí misma o sobre sus partes. Lícitamente nadie
debe causarse daño a sí mismo y la mutilación está también prohibida. De suerte que el
argumento que analizamos tampoco vale por estos motivos, además de que nadie podrá
aceptar que la madre que aborta se mutila, lo cual es otra prueba de que un hijo en
formación no constituye realmente parte de su cuerpo”(1). La repulsión misma a ser
madre no puede ser causa moralmente justificada para destruir a un ser vivo. Un ser vivo
que tiene derecho a vivir aunque no haya pedido su existencia, un ser vivo que la
insobornable naturaleza ha confiado al seno materno, un ser vivo cuya vida no puede
quedar sujeta a nuestro arbitrio o a nuestro capricho. La bondad o la maldad del aborto
no dependen de eventuales o cambiantes deseos, ni de circunstancias ni situaciones. La
sacralidad de la vida humana está más allá de la pura decisión personal. La voluntad no
es la fuente de la normatividad. Los valores no dependen de la fantasía ni del deseo. Y el
crimen produce caos, ulcera la vida de convivencia, introduce el caos y el remordimiento.

Ser pobre no es un delito. La pobreza es indeseable, pero no lo es el que la sufre. No


puede matarse a un ser indefenso, so pretexto de la pobreza. Toda vida, en cuanto ser en
acto, es en sí misma un bien, aunque tenga que enfrentarse a no escasas dificultades para
su cabal cumplimiento. Matar a un feto por temor a las condiciones futuras de vida es
asesinar una riqueza vital henchida de posibilidades. O respetamos la vida desde que es
vida, esto es, desde el embrión, o la matamos antes de que abandone el útero materno o
después. Ciertamente un hijo puede ser fuente de preocupaciones, pero también genera
los más íntimos goces, las más hondas ternuras, la más noble adhesión y la más
indestructible solidaridad. El nacimiento de un hijo no se mide por criterios utilitarios.
Tampoco se puede matar a un hijo por una mal entendida compasión. No son las clases
pobres las que más recurren al aborto, según indican las estadísticas, sino las clases media
y económicamente fuerte.
Se suele argumentar –torpe argumento- que es preciso admitir la licitud del aborto cuando
se tiene la conciencia de la importancia del niño en la sociedad. “¿De cuál niño si se le ha
impedido nacer? ¿Las mujeres que no abortan y que permiten que su hijo nazca, son las
que han creado conciencia de su importancia?”(2).

Gobiernos moralmente poco escrupulosos levantan la prohibición legal del aborto en aras
de la profilaxis y para evitar la clandestinidad. Se habla, en tono dogmático, de la “fuerza
de los hechos”. Pero bien sabemos que la conducta ilícita no deroga la norma, que la
pretendida “fuerza de los hechos” no puede transformar lo malo en bueno, que el asesinato
no deja de serlo por su grado de facticidad. Una vida vale por lo que intrínsecamente es
y no por la voluntad de los padres, de los médicos o de los legisladores. La exigencia
normativa del precepto “No matarás” no cesa porque se establezcan clínicas higiénicas o
sucias clínicas clandestinas. Aunque haya millones de abortos nunca habrá,
razonablemente, millones de motivos para seguir asesinando. Todos los abortos habidos
y por haber no derogan las normas morales. Todos los días se cometen delitos de
homicidio, de robo, de fraude y a nadie se le ocurre derogar las normas penales que los
proscriben. Si se llama la “fuerza de los hechos” a la industria del aborto en algunos
países, no habrá diferencia entre la sociedad humana y la selva. Acaso en la selva habría
mayor fidelidad a la naturaleza, porque nunca encontramos abortos inducidos en las
hembras.

El aborto ha cobrado más víctimas que la guerra, a decir del doctor Seymour Kurtz. Los
horrores de la industria del aborto son descritos, de manera patética, por Michael
Litchefield y Susan Kentish, en un estudio intitulado “Niños a la Hoguera”. He aquí un
significativo texto: “La clínica es como un matadero. Las jóvenes son colocadas en filas
y se les hace abortar una tras otra, en forma de que ven y oyen lo que les están haciendo
a las que las preceden en la cola… Los médicos y las enfermeras se mueven en un
charco de sangre que salpica hasta las paredes. A los fetos, niños en miniatura, se les
deja caer al suelo desde el vientre de la madre. Nadie los recoge y las que vienen atrás
pueden contemplar las consecuencias de tal carnicería. Sólo cuando llega la noche se
procede a limpiar la sala. Para entonces, toda ella está cubierta de sangre y de fetos.
Luego se deshacen de ellos quemándolos”

¿Es el aborto en sí mismo algo positivo y bueno? Jamás he encontrado la afirmación de


la bondad intrínseca del aborto, que equivaldría a la bondad intrínseca del asesinato, ni
siquiera en los que piden su legalización.

Vivimos en épocas de crisis. Hemos perdido, en buena parte, el sentido crítico, el ejercicio
lógico, y nos hemos desmoralizado radicalmente. En medio de una sociedad hedonista,
blandengue, pragmática, egoísta, se presenta un desquiciamiento de las costumbres, un
desenfreno de tipo sexual, una justificación de las debilidades humanas, una obsesión
grotesca del sexo y una práctica cotidiana de la violencia. Por eso se habla de la
“insurgencia”, del “salvaje innoble”, del “simio en calzones”, como lo llama Duncan
Williams. No sólo estamos dilapidando el legado moral y cultural, ladrillo por ladrillo,
sino que estamos tratando de justificar la destrucción. No es el hombre el que debe estar
sujeto al instinto sexual, sino el instinto sexual es el que debe estar sujeto al hombre. Por
algo Scheler denominó al ser humano como “el único animal asceta de la vida”. El único
que le dice “No” a la naturaleza. Y no es que tratemos de satanizar el sexo, sino tan sólo
de ponerlo al servicio del amor personal. No es de extrañarse que en una civilización
radicalmente hedonista, sensualista y sexualista cunda el aborto y se multipliquen las
pretendidas justificaciones. El tráfico hedonista egolátrico y del erotismo degenerado
hace sus víctimas, pero no deroga los imperativos morales. Ni el placer, ni el deber por el
deber, sino el placer y el deber por la persona y para la persona cara a su último fin.

Desde su alto sitial, Paulo VI expresó en la Encíclica Populorum Progressio: “Muchas


naciones económicamente más pobres, pero más ricas en sabiduría, pueden prestar a las
demás una extraordinaria utilidad. Mientras contengan verdaderos valores humanos, sería
un grave error sacarificarlos a aquellas otras. Un pueblo que lo permitiera y con ello lo
mejor de sí mismo, sacrificaría para vivir sus razones de vivir”. Los pueblos hispanoluso-
hablantes aún atesoramos valores y sabiduría vital que podemos ofrecer, sin sospechas de
ambiciones hegemónicas de poder, a otros pueblos. Es hora de que animemos la
conciencia axiológica de los nuestros y de quienes pertenecen a otras culturas pero tienen
una misma igualdad esencial de naturaleza, de origen y de destino.

La muerte de un ser humano inocente no puede justificarse jamás ante la religión, ante la
ética, y ante el Derecho natural. En la fecha en que se conmemora el día de los santos
inocentes asesinados por órdenes de Herodes, Juan Pablo II quiso fustigar las prácticas
abortivas hablando a 600 médicos italianos que se han negado a realizarlas pese a la ley
que las autoriza: “Quiero expresar mi sincera admiración –dijo el Sumo Pontífice en su
alocución del 28 de diciembre de 1978- por todos los saludables esfuerzos que, siguiendo
los dictados de sus conciencias, realizan los médicos, resistiendo diariamente las
tentaciones, las presiones, las amenazas y también la violencia física, para no mancar a
través de su comportamiento, en alguna forma dañina, el bien sagrado que es la vida
humana”.

El derecho a la vida es anterior y superior a cualesquiera leyes positivas. La vida no es un


fin en sí, sino una misión, un don condicionado. En consecuencia, no podemos segarla ni
truncarla a nuestro arbitrio. La vida vale por su capacidad de entrega, de sacrificio, de
servicio a bienes superiores. El derecho a la vida es el derecho a mantener y desarrollar
nuestra existencia y a respetar el derecho a la vida de los demás. La muerte ocasionada
directamente al huevo humano o al feto, por decisión personal, constituye un claro ataque
y negación del derecho a la vida. Ese nuevo ser que está gestándose, en el seno materno
no nos pertenece. El dueño supremo de ese ser no es el hombre, sino el Ser fundamental
y fundamentante, la Suprema Realidad irrespectiva, Dios.

La licitud del aborto implicaría un derecho sobre la vida ajena completamente arbitrario.
Acarrearía la descomposición social y moral, con la consiguiente negación de toda vida
que ajuste a pautas racionales. El feticidio, la embriotomía y el aborto directamente
provocado implica un homicidio anticipado –si el feto es aún inanimado- o un homicidio
actual, porque la vida comenzó en el claustro materno.

Quienes provocan el aborto a la mujer que se haya en estado de gravidez, con sus malos
tratos, o quienes le exigen a esa mujer un trabajo o esfuerzo excesivo, no están exentos
de culpa. Resulta lícito administrar a la madre un remedio directamente curativo, en caso
de necesidad, aunque ese remedio pudiera ser indirectamente nocivo para el feto. Lo que
no autoriza la moral es provocar directamente el aborto ni practicar la craneotomía.

Es fundamento del respeto a la vida se haya en la moral natural. Ese fundamento es el


soberano dominio de Dios, nuestro carácter de criaturas. Como criaturas recibimos la vida
para realizar una misión personal, incanjeable, intransferible. El perfeccionamiento
singular de cada persona está ligado al perfeccionamiento del género humano, el hombre
debe luchar por su supervivencia y por la supervivencia de los otros para realizar su
misión. Si el hombre no es el autor de la misión, tampoco es dueño de truncar su término.
La vida debemos aceptarla por todo el tiempo que nos la deje el orden natural. En ese
orden natural actúa y manifiesta su voluntad el Ser fundamental y fundamentante.

Hagamos votos porque se forme una conciencia universal en torno al aborto como uno de
los mayores crímenes contra la humanidad. Esperemos que la comunidad internacional
tipifique alguna vez ese delito como de carácter interestatal. Mientras no se borre ese
homicidio de inocentes de las conciencias y de las leyes, no podrá haber paz genuina ni
justicia completa.

¡Bienaventurados los constructores de la vida, los que salvan su conciencia o con su


consejo otras vidas, los que exaltan lo sagrado que hay en la criatura marcada con el sello
de un alma inmortal! La paternidad responsable es el camino que salvaguarda la dignidad
de la vida humana. Contrarrestemos la marea de sangre provocada por las naciones que
han decretado la licitud del aborto, con la apasionada defensa de la maravillosa, varia y
cautivante hermosura de la vida humana. Esa vida que fue creada, como lo advierte el
genio colosal de San Agustín, “para que conociera el Sumo Bien, y conociéndolo, lo
amara, y amándolo, lo poseyera, y poseyéndolo, lo gozara”. Cada criatura humana es
un Alter ego que merece nuestro respeto y suscita nuestro amor. Resguardar vidas en
este status viatoris, camino hacia nuestro status comprehensoris, es un singular privilegio
del hombre.
EL ABORTO Y NUESTRA SOCIEDAD
ACTUAL
Antes de entrar en materia de un tema tan escabroso como el del titulo de este humilde
intento de ensayo, quisiera realizar una pequeña travesía por la historia de la humanidad
y el concepto de “hombre”.
A través de la historia de los pueblos, en cada grupo social, se observa una idea de hombre
que responde a las condiciones de la cultura de ese momento. De los griegos nos vienen
“la filosofía”, “el conocimiento”, el interés por la “investigación” y la “teorizacion”. Los
hebreos nos legaron la “religión”, la idea de “trascendencia” hacia un Dios único, creador,
salvador y Santificador; de Roma, el derecho, solamente ellos hicieron “la
jurisprudencia”, es decir, crearon derecho.
De esta manera encontramos como la pregunta sobre el hombre inserto en el cosmos, en
la Phycis griega, la encontramos en la filosofía, la pregunta por la trascendencia humana
la hallamos en la religión cristiana, y lo social lo encontramos en las regulaciones de los
actos infrahumanos, sociales, socializables, en el derecho romano.
En la cultura judía se define en dos formas, una en sentido general y otra más particular;
la primera palabra con que lo define es “adam”, es decir, el nombre genèrico de hombre
(que incluye hombre-mujer, género humano); esta misma palabra proviene de la raíz que
significa barro, tierra roja, término que hace alusión al material del cual fue hecho el
hombre, según el mito de la creación, acompañado del “ruja” o aliento divino. Otro
termino usado para referirse al hombre es Ish que significa varón, hombre, pero que
originalmente significa fuego. Éste se complementa don el termino Ishah, varona, pero
que indica aquélla que enciende el fuego.
Tenemos dos perspectivas para ver al hombre como lo ven los semitas. Por un lado se nos
presenta definido a partir de su origen, que es doble: proviene de tierra y proviene de dios.
Así el hombre llega a ser un ser viviente. Emplean el termino Sephesh, que se traduce
como alma, aunque para ellos significa hombre integral, completo, ya que conciben al
hombre como una unidad indivisible y no suelen hacer la division cuerpo-alma.
Por otra parte está la concepción del hombre según su aspecto relacional y su dimensión
erótica. Los israelitas comparan al ser humano con la naturaleza e identifican al hombre
con el fuego por la forma de hacer su entrada en lo erótico, en la sexualidad y a la mujer
con el agua, precisamente porque el proceso de calentamiento y enfriamiento en la
sexualidad corresponde a las reacciones del agua junto al fuego.
Así, la mujer no es solamente quien enciende el fuego en el hombre, el fuego del deseo y
de lo erótico, sino también quien lo apaga, es decir, quien satisface el deseo mediante el
placer y el goce.
Para los semitas, en conclusión, el hombre es, en una única realidad, alma, carne, espíritu,
cuerpo, o sea, ser vivo, sujeto mundano, caduco y mortal, persona dotada de una chispa
divina vital, “yo” constitutivamente relacionado con Dios, con los demás y con el mundo,
respectivamente. Así visto, es fácil percibir las cuatro dimensiones del hombre, es decir
un ser biopsicosocial llamado a la trascendencia.
En el mundo helénico, es necesario distinguir tres momentos concretos, cada uno con una
idea de hombre implícita. En primer lugar esta el mundo de la mitología, según el cual el
hombre está en este mundo que desde antes le han determinado los dioses. Una posición
del hombre frente al destino, sin poder huir de él. Un ser que no puede decidir frente a la
vida ni frente a la muerte. El segundo es el periodo va desde Tales de Mileto hasta el
llamado presocrático con los filósofos naturalistas y en el cual se ve al hombre como uno
más de los elementos de la naturaleza o Phycis. Éstos no aceptan la idea de una posible
creación, sino que contemplan al hombre puesto ahí, en el mundo, formando parte de él
como un elemento más de la naturaleza. El tercero que va desde los clásicos hasta los
finales de la dominación del imperio macedonio a finales de era precristiana. Este periodo
es humanista, inicia con Sócrates que concibe al hombre como un ser racional. Lo extraen
del mundo material como el ser con una constitución más compleja y digno de cuidado y
atenciones particulares. No es sólo un ser más de la naturaleza, es el ser que puede pararse
frente a ella, contemplarla y pensarla; así mismo, puede mirar hacia si mismo y pensarse
como sujeto que piensa y se piensa. Aquí vemos los primeros esbozos del hombre como
sujeto de derechos naturales, racionalmente establecidos.
A diferencia de los semitas que veían al hombre de manera integral, los griegos no pierden
tal idea, pero si perciben también la múltiple dimensionalidad del hombre, lo cual no
implica necesariamente division interna, sino meramente analítica; Aristóteles determina
al hombre como un genero y una especie concreta: pensante. Ésta es la herencia griega,
el interés por el análisis, la racionalización, la conceptualizaciòn.
Para los romanos el hombre tiene varias formas de ser visto, etimológicamente la palabra
que identifica al ser humano, proviene de la voz latina homo, la cual nos remite a humus,
que significa tierra, barro, de tal forma que el hombre es nacido de la tierra. La conjunción
d la palabra ser y la palabra humano dan cuenta del hombre completo, según Aristóteles,
según la tradición tomista, el homo sapiens.
Se puede notar, además, cómo precisamente la concepción de los mitos, ya sea hebreo,
ya sean griegos, acerca del origen del hombre, se entrecruzan con las demás
concepciones, porque el mito precisamente retrata las características más profundas y
significativas del ser humano y del mundo. Además reaparecen en la cultura
medieval, por la influencia del cristianismo, nacido a su vez del seno del judaísmo, por
lo cual trae implícito, entre otros detalles, el concepto de ser humano.
No me he referido a otras formas de concebir al hombre, no porque no existan, sino por
que somos fruto las tres antes mencionadas.
El concepto de persona marca la pauta del sujeto de derechos referido anteriormente en
este escrito. En la Grecia antigua, en el teatro, donde se representaban las obras (comedia,
tragedia, etc.) los personajes usaban máscaras (prosopeion) con dos finalidades: por un
lado, para representar otro papel, el mismo personaje simplemente se cambiaba su
máscara y asumía las características del otro personaje; y por otro, porque esta era una
forma de difundir la voz en el gran teatro.
Así, puede pensarse que esta figura explica las distintas mascaras ideológicas que se le
han colocado al hombre en las diferentes ciencias, saberes, tendencias políticas, religiosas
y sociales durante su historia. Vemos también la ´personalidad´ de cada sujeto que se
presenta como la identidad particular. En este punto nos interesa la persona desde el
punto de vista filosófico, para relacionarlo con los derechos humanos.
La filosofía considera que la persona es la expresión de la esencia misma del ser humano,
la cual no Sólo lo se circunscribe a lo ontologico y lógico, abarca también la ética y la
filosofía social. También nos da la idea del ser humano en sus relaciones consigo mismo,
con el otro y con el mundo. La filosofía pues, define a la persona como un ente racional,
dotado de palabra, lenguaje y discurso, arraigado en la moral y en las relaciones como
animal político que transforma su entorno e interactúa a diferentes niveles con el mundo
y con los demás en un mundo regido por normas. Boecio define al hombre como
“substancia indivisa de naturaleza racional” gobernada por la teologia. En la modernidad,
el termino persona indica al sujeto moral puesto en el mundo, preocupandose por él en
las experiencias cotidianas o en la existencia que se ha encontrado en sí misma, por la
libertad.
La diferencia entre la concepción filosófica de persona y la que se puede encontrar en lo
jurídico será entendida como una categoría genérica, importante para la vida práctica, y
sus raíces se encuentran en el derecho romano; o sea, para el quehacer jurídico no implica
tanto la auténtica realidad humana. El derecho ve en la persona un sujeto destinatario de
norma legalmente establecida, presupuesto y fundamento de la justicia y la ley, termino
clave de la relación jurídica, titular de cosas suyas, centro y final de la imputación
normativa, capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones. En estas adjetivaciones,
radica la importancia para la vida moderna del individuo, la sociedad civil y el Estado
desde la modernidad.
“Sed persona y respeta a los otros como personas” nos dice Hegel en su máxima, lo cual
significa que cada individuo constituye la relación básica del derecho y la ética. Hegel
pone en sentido iusfilosofico lo que jurídicamente es casi ignorado, es decir, los
fundamentos de los derechos humanos, y no en el establecimiento positivo de las normas,
sino en las necesidades personales de cada sujeto como ser moral, racional, valorativo y
creador.
En los derechos humanos, el concepto filosófico de la persona tiene un papel definitivo,
porque ellos son los derechos morales y políticos con gran vocación de positividad
jurídica. Ninguna otra cosa cabe deducir cuando los contenidos esenciales de los derechos
humanos han sido erigidos en normas legales: la libertad, la igualdad, la dignidad, la
justicia o la paz. La acepción de persona que nos ofrece la filosofía, nos permite iluminar
el concepto jurídico que de ella se tiene, no puede ser de otra manera, pero no abarca
completamente a toda la persona, sino que, a partir de lo que quiere defender, la define,
estando así sujeta a fluctuaciones que no corresponden con el ser y la dignidad misma de
ser humano.
No podemos identificar el concepto de persona que sustenta los derechos humanos con el
que subyace en las constituciones políticas de los países. En aquellos el concepto está más
limpio de ideologías que éstas y comprende más íntegramente al ser humano.
Actualmente, se dice certeramente que la humanidad ha vivido cambios muy profundos
en los últimos cien años que en todo el resto de la historia del hombre sobre la Tierra.
Muchos de los actuales avances científicos y tecnológicos no asombran al ni a los niños.
Todos estos progresos no siempre han ido unidos al correspondiente crecimiento moral
de la persona de tal modo que sean puestos al servicio del hombre, destinatario de los
esfuerzos y los trabajos de científicos, técnicos y políticos, y de todos cuantos tienen
alguna responsabilidad en la vida colectiva. Este hecho refleja lo que constituye tal vez
el drama más profundo de nuestro tiempo: la pérdida del sentido persona humana, el
olvido de su dignidad. La vida humana resulta así amenazada de muchas maneras. Nuestra
sociedad actual no piensa mucho en Dios y entre este olvido y la pérdida de respeto al
hombre hay una vinculación muy estrecha, por lo que las personas es fácil que agredan a
otros o a sí mismos y veamos actos cuestionables y discutibles como es el caso que nos
ocupa: el aborto.
En torno a este escabroso asunto deseo mostrar algunos argumentos en pro y en contra
del aborto y al final daré mi opinión personal.
A favor: “Es inhumano no legalizar el aborto terapéutico que debería realizarse cuando
el embarazo pone a la mujer en peligro de muerte o de un mal grave y permanente.
En contra: Terapia significa curar y el aborto no cura, perjudica, el código de ética médica
señala que en el caso de complicaciones en el embarazo deben hacerse los esfuerzos
proporcionados para salvar a la madre e hijo y nunca tener como salida premeditada la
muerte de alguno de ellos.
A favor: es brutal e inhumano permitir que una mujer tenga el hijo producto de una
violación, por ello, para estos casos, debería legalizarse el aborto llamado “sentimental”.
En contra: el aborto no le va a quitar a la mujer ningún dolor físico o psicológico
producido en una violación. Al contrario le aumentará las complicaciones físicas y
psíquicas que el aborto aporta de por sí. Por otro lado el fruto de acto violento es un niño
inocente, que no tiene por qué cargar con la brutal decisión de su padre genético.
A favor: es necesario eliminar a un niño con deficiencias porque él sufrirá mucho y
también sus padres.
En contra: el aborto eugenésico se basa en que los “lindos y sanos” son quienes deben
establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no. Con este criterio habría
motivo para matar a los minusvàlidos ya nacidos.
A favor: la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo.
En contra: no cuando el sentido común y la ciencia moderna reconocen que en un
embarazo hay dos vidas y dos cuerpos. Mujer, según definición del diccionario, es un “ser
humano femenino”. Dado que el sexo se determina cromosómicamente en la concepción,
y más o menos la mitad de los que son abortados son “seres humanos femeninos”;
obviamente no toda mujer tiene derecho a controlar su propio cuerpo.
Podríamos dar un sin número de argumentos a favor y en contra pero sería tarea
inacabable.
En lo personal considero el aborto como un crimen, pues desde el momento de la unión
de los gametos masculinos y femeninos tenemos como resultado un nuevo ser humano,
totalmente distinto a todos lo que han existido, existen y existirán. Desde ese momento,
la vida del nuevo ser merece respeto y protección, ya que el desarrollo humano es
continuo, en el que hay una continua realización de ese fin personal. Cualquier intento
por establecer una marcar o límite entre el no nato y el nacido en relación con su condición
humana carece de fundamento.
Desde el momento de la concepción será el mismo, y no otro, se convertirá en niño,
adolescente, adulto, llegara a la vejez y seguirá siendo substancialmente el mismo, aunque
accidentalmente cambie (único y a la vez distinto a los demás de su especie), y nadie tiene
derecho de quitarle lo que la naturaleza le proporcionó, apoyándonos en todos los
conceptos antológicos, lógicos, religiosos, morales y jurídicos que han existido en nuestra
historia de la humanidad y que se definieron como derechos humanos.
HIPOTESIS
Consideramos que el aborto sería un acto inmoral , porque viola los derechos a la vida
que posee todo ser humano, desde el momento que es concebido . Asimismo estamos
convencidas que el aborto sería un asesinato, porque el único que tiene el poder de quitar
la vida es Dios.
Objetivo
Con éste informe queremos demostrar que este acto está en contra de
nuestros principios morales y contra la voluntad de Dios.
Desmentir las justificaciones presentadas por los pro-elección , ya que son erróneas y no
tienen ningún valor.
Demostrar que el feto es una persona desde el momento de su concepción.

INTRODUCCIÓN

Nosotras creemos que el aborto es un asesinato porque se esta negando el derecho a la


vida, a ese ser que recién comienza a desarrollarse.
Y es el más aborrecible de todos , porque es cometido por su propia madre .
La Iglesia esta en contra por hallarlo opuesto al mandamiento "no matar" ,ya que
considera al feto una vida desde el momento de la concepción y un milagro y don de Dios
.
La sociedad rechaza el aborto y discrimina a la madre que lo realiza ,pero no se percata
de los motivos que la llevaron a realizarlo.
Decidimos llevar a cabo este trabajo, presentando los fundamentos de los abortistas e
intentaremos llegar a la verdad.

DESARROLLO
A menudo oímos decir, por parte de aquellos que están a favor del abortocosas que nos
confunden y que muchas veces por falta de otra información llegamos a tomar como
verdades absolutas, es por eso que debemos tener en claro algunas cosas sobre el aborto.

El Aborto: Su punto de vista Legal


Contradicciones encontradas a causa de la puja entre los dos grupos.
Desde el punto de vista legal encontramos que ..." la capacidad de goce de las personas
jurídicas individuales se adquieren por el nacimiento y se pierden con la muerte ; pero
entran bajo la protección de la ley desde el momento en que son concebidos y se les tiene
por nacidos para los efectos declarados en el presente código"... , el bebé que está dentro
de la panza de su madre es considerado ya una persona , y tiene derechos jurídicos
(aun el de heredar, cuando su padre muere). Por qué , entonces, en el art. 269 del mismo
Código dice que se puede abortar en caso de violación, cuando él no es culpable
del delito cometido por su padre y no puede ser ejecutado por algo de lo que él no es
responsable. Esto es una contradicción; sería lo mismo que condenar a un niño de tres
años cuyo padre haya violado a su madre para concebirlo, es la misma situación, nada
más que el niño es un poco más grande y por el solo hecho de ser ya-nacido impacta más
su injusta condena pero si se la hubiera aplicado cuando él estaba aun en el seno materno
nadie se hubiera percatado.
También es injusto que se considere como atenuante (en el caso de la madre) que el niño
no fuera deseado, que su madre sea soltera o que represente un problema para la familia ,
ya que él no es responsable de estas cosas. Sería lo mismo que decir que yo tengo derecho
a matar a alguien porque no puedo alimentarlo ni hacerme cargo de él.
Se considera que un delito se comete en estado de necesidad cuando el agente se halla
forzado a realizar u omitir una acción con el objeto de esquivar un peligro grave propio u
ajeno. Esta es la situación de la madre cuya vida se encuentra en peligro en caso de llevar
a termino el embarazo y tiene que decidir entre su vida y la del niño que lleva en su
vientre. Es por eso que este tipo de aborto es impune y queda a conciencia de la madre.
En la Argentina hallamos que las personas se clasifican en nacidos y por nacer , y si
decimos que ..."las personas por nacer son las que sin haber nacido están concebidas en
el seno materno"... y que ..."la existencia de las personas comienza desde la concepción
en el seno materno "... concluimos
que estos defienden los derechos del feto como persona; entonces ocurre lo mismo que
en el caso del Código Civil de Sonora, y no debería ser lícito nunca ya que no tenemos
derecho de discernir sobre la vida o la muerte de nadie.
Cuando se modificó la constitución en 1994 ,se presentó la propuesta de incluir una
cláusula en donde se garantizara el respeto por la vida humana desde la concepción
,propuesta que había sido impulsada por el sector católico ,pero que no tuvo apoyo por
parte de los pro-abortistas ;la estrategia de estos fue pelear contra la inclusión de estas
cláusulas restrictivas que buscaban impedir cualquier avance del tema ,no abandonando
sus ideas sobre la despenalización ,cuyo resultado (dicen) es la disminución de la
mortalidad materna ,a causa de los abortos clandestinos .Nosotras pensamos ,que esto es
erróneo ya que los abortos clandestinos no disminuirán en caso de despenalizarse debido
a que las mujeres recurren a este método con la intención de evitar que se descubra su
crimen y sean marginadas por la sociedad y por lo tanto lo seguirán haciendo ya que el
aborto legal les significaría ser reconocidas como abortistas.
En la Declaración de los Derechos Humanos encontramos en el articulo primero cuando
se refiere a la igualdad de dignidad y derechos de los seres humanos que los considera de
este modo a partir de su nacimiento. Nos damos cuenta entonces que no se pensó en los
derechos del no-nacido en el momento de su realización; pero en el art. 2 , en su primera
parte hace referencia a que se tienen los mismos derechos y libertades no importa su
nacimiento o no.
De aquí concluimos que se lo considera persona y por lo tanto que está observado por los
tres art. siguientes (3, 5 y 6 que son los pertinentes en este caso ) , respectivamente:
Art. 3 ..." Todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad de su
persona"...
Art. 5 ..." Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes "...
Art. 6..."Todo ser humano tiene derecho ,en todas partes al reconocimiento de
su personalidad jurídica"... .
Aún cuando se encuentra en el vientre de su madre.
Al legalizarse el aborto en Est. Unidos el tribunal no se basó en el argumento en el que el
niño no-nacido no sea una persona ,en el sentido biológico ,sino en un criterio
de calidad de vida ,dijeron que el feto no era un ser humano en el sentido significativo o
pleno; pero tampoco concluyó de que el estatus legal de la persona comenzara con el
nacimiento ,simplemente dijo que no comenzaba antes de este ;dejando así una definición
vaga e imprecisa (ya que no nos dice cuando comienza a serlo) que evidentemente fue
hecha adrede para deshumanizar el crimen y poder hacerlo lícito.

Base de los puntos de vista de los abortistas :


Los pro-elección aseguran que el aborto se practica en los países mas desarrollados
alegando que esto produce grandes adelantos; pero esto no es verdad sino al revés ,ya que
la cultura que promueve el aborto es una cultura de muerte. No se puede suprimir la vida
de un inocente en nombre "de la libertad de elección" .
Podemos leer por ej:..."En países donde el aborto es legal ,las complicaciones que
amenazan la vida ,prácticamente no existen"...
Debemos decir que esa expresión es un tanto irónica e insensible ¿Cómo pueden decir
eso de un acto que representa la eliminación de una nueva vida? Y en tanto a que no
amenaza a la vida de la madre, esta comprobado que el índice de mortalidad de mujeres
durante el aborto, en lugares que se considera legal no ha disminuido, ya que según los
médicos sigue siendo una operación riesgosa que se realiza a ciegas.
Las feministas sostienen que ..."donde el aborto es legal y se combina con información
y servicios anticonceptivos de alta calidad, las tasas de aborto han disminuido y suelen
ser más bajas que en los países donde está legalmente restringido "...
Esto es también mentira ya que al ser legal , muchas mujeres que antes no habrían
considerado llevarlo a cabo, se inclinarían por el aborto por considerarlo más sencillo que
afrontar que llevar el embarazo a término y afrontar el peso social que representa.
Ellas dicen que se debe ..."romper el tabú"... del aborto; evidentemente con esta frase se
quiere causar la sensación de que el aborto es un tabú, porque la sociedad cerrada y
temerosa al cambio lo ha prohibido, vedando la libertad de elección.
Queriendo , así , dar la impresión de que es algo correcto y que la sociedad lo rechaza ,
como rechazaría cualquier novedad y de esta manera reivindicarlo.
Pero nosotras no creemos que sea un tabú, es simplemente un acto inmoral. Aparte no se
romper esto que nos impide decidir sobre el aborto, porque legalizarlo porque sería como
legalizar un asesinato; no tenemos derecho a hacerlo.
El aborto no alarma tanto como un homicidio porque: la gente desconoce los avances
científicos que demuestran que el feto es un ser humano desde que se ha engendrado y
porque el bebé que se encuentra en la panza no tiene voz , no se ve y no se toca y a veces
eso nos hace olvidar de que existe, pero esto no quiere decir que el delito sea menos grave
sino al contrario, la ley debería ser más estricta, porque el ser humano más indefenso de
todos necesita más protección.

Del feto, de su alma y de su condición como persona


La gente que esta a favor del aborto suele decir que no esta segura de cuándo recibe su
alma el feto , en otras palabras cuándo comienza a ser persona (para justificar este
asesinato o permanecer indiferentes se refugian en el beneficio de la duda)
Pondremos el caso de un niño de 5 años, él es una persona única e irrepetible, será la
misma dentro de dos meses y fue la misma desde el momento que fue concebido ; desde
ese instante él tiene esa condición original, que no cambia no importa que tan pequeño o
dependiente sea; ¿a caso depender de su madre para vivir y desarrollarse lo hace menos
persona? Y en ese caso , ¿sería acaso un mogólico menos persona porque necesita más
de los demás para vivir ?
Por lo tanto, nosotras afirmamos que se trata de la misma persona, nada mas que más
pequeña. Podríamos decir incluso que tiene alma porque a comenzado a ser.
Aparte que yo no crea que tenga alma, no es un problema , muchas personas evitan el
tema del aborto diciendo que no quieren imponer su moral a los demás, cosa que es
absurda
Si una persona quiere robar tu auto ¿acaso no la detendrías ?¿o te preguntarías si eso no
sería imponerle tu moral?
Lo mismo es en el caso de que alguien no crea que el feto tenga alma, ¿le da eso derecho
a matarlo? ¡no! Sería lo mismo que decir que si alguien de una secta creyera que vos no
tenés alma, eso le da derecho a matarte.
Entonces, bien sabemos que invocar una ley imponer una ideología es malo ; ¿no es
aborrecible invocar a la libertad de creencias para terminar una vida?
Las ideologías y la religión no tienen que ver con la prohibición del aborto, lo importante
aquí es la defensa de la vida humana.
En algunos casos se descubren incluso tintes discriminatorios, como por ej: en el caso de
permitir el aborto si el bebé resultará deforme o presentara alguna anomalía; ¿acaso no
vale la pena traerlo al mundo? ¿podemos quitarle a un ser humano su derecho a la vida
solo porque nunca será capaz de mantenerla por sí mismo? ¡NO! él es persona y tiene
derecho a vivir.

Caso especial: Aborto terapéutico moral.


En el caso del aborto terapéutico, la ley moral lo tilda como criminal en todos y cada uno
de los casos aunque las autoridades médicas recomienden su realización.
Una destrucción deliberada de una vida inocente con miras a preservar así la vida
o salud de la madre.
Si faltasen las condiciones indispensables esto no da derecho a un aborto, y
la responsabilidad de mejorarla recae sobre el estado.
En el caso de que la continuación del embarazo representase un serio peligro para la vida
de la madre y el niño no tuviera la posibilidad de nacer con vida ¿Por qué permanecer
inactivos, viendo desaparecer dos vidas cuando una de ellas pueda ser salvada?
CONCLUSIÓN:

 Nosotras concluimos a través de este trabajo que el aborto es un


asesinato de una persona, ya que desde el momento de la concepción
el feto es considerado como tal, con derechos que lo protegen ante la
ley, nos permitió darnos cuenta de que es injusto condenar a un niño
a muerte por la irresponsabilidad de dos personas que debieron
informarse para no ponerse entre la espada y la pared.

 Igualmente que él no es responsable de la situación de su madre, sea


cual fuere y nada lo priva del derecho a la vida que tiene como ser
humano, ni siquiera problemas mentales o físicos.

 El aborto viola el quinto mandamiento (no matarás) que Dios nos


encomendó para realizarnos como personas. Aparte, si bien al
principio se distinguía una parte de nuestro grupo que se encontraba
a favor del aborto, fue a través de este trabajo que descubrimos la
verdad sobre este tema y quedamos realmente convencidos de que el
bebé que está en el seno de su madre es una persona.

 El aborto es un tema muy amplio y cada uno de nosotros tenemos


diferente puntos de vista, algunos estarán a favor pero otros no y
como dice la filosofía va en contra de la moral pero esa moral es de
cada uno, cada una de nosotras es responsable de lo que hace, la
justicia peruana no hace nada al respecto porque esos abortos son
clandestinos hechas por personas sin corazón. A ellos debieron
abórtales porque así no hubieran hecho ningún daño a nadie.
SUGERENCIAS:
 La primera sugerencia es para la persona que piense en abortar debe
tener en cuenta que el aborto es quitar la vida a una persona como ya
lo hemos mencionado en varios puntos y si lo realiza que tenga mucho
cuidado por todas las consecuencias que se pueden venir.

 Una sugerencia seria para las instituciones educativas ya que la gran


parte de embarazos son en las adolescentes, darles charlas sobre este
tema decirles que es lo que está bien o mal hacer que conozcan su
cuerpo a profundidad porque si lo harían no pasaría esto en la
sociedad.

 Usar métodos anticonceptivos, tantos métodos que hay hoy en día ni


que estuviéramos en la era pre-histórica, los centro de salud deberían
dar a señoritas mayores de 15 años pastillas anticonceptivas para
evitar un embarazo no deseado porque si una mujer se embaraza es
porque quiere y otra es por sonsa, ya ok si quiere tener relaciones
coitales que las tenga pero cuidándose para que luego no este llorando
sin saber qué hacer.

 Respeta tu cuerpo, una sugerencia a todas nosotras que somos aun


adolescente y no conocemos con profundidad nuestro cuerpo, si tu misma no
te respetas porque esperar a que el enamorado lo haga, somos jóvenes
para todo hay tiempo, y este es el tiempo para estudiar y ser alguien
en la vida ya luego cuando estes lista formaras una familia y tendrás
todo lo que necesita un bebe, pero ahora no es el momento, porque por
la desesperación podrás llegar a eso tan cruel que es el aborto.
BIBLIOGRAFIA:

http://www.monografias.com/trabajos/abortofilo/abortofil
o.shtml

https://juliantonio.wordpress.com/2009/10/04/el-aborto-
una-vision-desde-la-filosofia-moral/

http://www.filosofia.mx/index.php/foros/viewthread/234/

http://www.filosofia.mx/index.php/perse/archivos/los_fun
damentos_filosoficos_de_la_ilicitud_del_aborto

http://www.academia.edu/373514/La_cuesti%C3%B3n_d
el_aborto._Una_perspectiva_filos%C3%B3fico-
jur%C3%ADdica_de_un_problema_%C3%A9tico-moral

http://www.embarazoinesperado.com/consecuencias.htm

http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0138-
600X2010000300011&script=sci_arttext
ANEXO:

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