Explotacion Infantil Informacion

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Explotación es el proceso y el resultado de explotar.

Este verbo, procedente del francés exploiter (que


puede traducirse como “sacar provecho”), refiere a apropiarse de las ganancias o beneficios de un
sector industrial o de una actividad comercial, y a abuso de las cualidades de un individuo o de un
contexto.

Infantil-Del latín infantilis, infantil es un adjetivo que refiere a lo perteneciente o relativo a la


infancia (el período de la vida humana que comienza con el nacimiento y finaliza hacia la pubertad). En
algunos países, infante es incluso una denominación legal para las personas de entre 1 y 5 años de edad.

Unicef

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o Unicef (United Nations


International Children's Emergency Fund)

El trabajo infantil se equipara normalmente al término explotación infantil. Según la definición de la


Organización Internacional del Trabajo (OIT), es cierto que no todo trabajo infantil debe ser
considerado explotación, ya que actividades como ayudar en la casa, buscar un pequeño trabajo en
verano u otras similares pueden ser incluso positivas.

La misma organización marca las pautas que separan ese tipo de trabajo con el auténticamente
perjudicial. En resumen, se trata de todo aquel que priva a los niños de vivir su etapa de niñez de
manera natural. Son las tareas que les impiden desarrollarse adecuadamente y de manera digna.

El trabajo infantil entendido como explotación, perjudica el desarrollo físico y mental de los niños. En
muchas ocasiones se ven explotados por mafias, siendo los casos más graves aquellos que involucran la
explotación sexual o las situaciones de casi esclavitud.

En todo el mundo se están desarrollando acciones para tratar de reducir el número de niños que se ven
obligados a trabajar por diversas circunstancias. Los últimos datos señalan que aún son unos 150
millones los niños de entre 5 y 14 años los que trabajan, con especial incidencia en Asia, África y
América Latina.
Las causas del trabajo infantil van más allá de la pobreza, aunque esta se coloca entre las más
importantes. En determinadas partes del mundo, también existen factores culturales que explican el
fenómeno.

A esto hay que unirle la desigualdad entre géneros, la falta de acceso a la educación, políticas
negligentes de los estados y otras circunstancias que provocan que los niños y niñas se vean obligados
a trabajar desde su más tierna infancia.

Pobreza

La pobreza en los hogares es una de las causas principales del trabajo infantil. De hecho, la gran
mayoría de los niños que trabajan proceden de familias con ingresos muy por debajo del umbral de la
pobreza.

Por ese motivo, los chavales tienen que aportar un sueldo a la casa para poder sobrevivir. Se da la
circunstancias, además, que en ciertos países puede ser más sencillo que los niños encuentren un
trabajo a que lo hagan sus padres. Los sueldos son menores, no van a exigir derechos laborales y van a
realizar todas las tareas que se les exijan.

La pobreza no solo es una causa del trabajo infantil, sino que también se retroalimenta para convertirse
en una consecuencia. Los pequeños se ven obligados a dejar la escuela, no pudiendo adquirir la
formación necesaria para optar a mejores posiciones en el futuro. De esta forma, es probable que al
formar su propia familia se repitan las situaciones.

Factores culturales

La propia definición de “infancia” varía dependiendo del lugar del mundo en el que se nazca. En zonas
rurales africanas o asiáticas, se considera normal que niños sin alcanzar los diez años empiecen a
adquirir comportamientos de adultos, como pueden ser el matrimonio o el trabajo.
Si a estas creencias sociales se les une la situación de pobreza, se da el sobreentendido de que todos los
miembros de la familia deben colaborar en la supervivencia, incluidos los más pequeños.

Son frecuentes, también, justificaciones como que el trabajo hace que los hijos adquieran valores como
la responsabilidad y el sacrificio. En ciertos ambientes, se valora incluso más que la propia educación,
que se limita a aprender a escribir y a leer.

El resto de las enseñanzas se consideran inútiles, ya que esas familiar no creen tener perspectivas más
allá de dedicarse a su actividad tradicional, ya sea la agricultura, la pesca y otras análogas.

Por último, algunos padres ven hasta con recelo que sus hijos y, especialmente, hijas, vayan a los
centros educativos. Piensan que la educación los va a apartar de sus creencias tradicionales, hacerlos
más rebeldes frente a las normas de la casa y antes su propia autoridad.

Falta de equidad

La discriminación por motivos de genero, raza o grupos sociales es otro de los factores de riesgo para
los niños. Estas situaciones provocan que sea más complicado su integración en la educación y, en el
caso de los adultos, en el mercado laboral. Al final, se trata de un empujón más hacia el trabajo infantil.

Género

Dentro de las discriminaciones más frecuentes se encuentra la que se produce por motivos de género.
En muchos países del mundo, las niñas tienen peor consideración que sus hermanos y, desde muy
pequeñas, se las destina a las labores domésticas e, incluso, no se les permite acceder a la educación.

La niñas, además, padecen en algunos puntos del planeta un peligro más alto de ser víctimas de redes
de prostitución infantil. Aunque los gobiernos están intentando paliarlo, en algunas zonas de Asia ha
sido muy habitual la presencia de niñas en la prostitución.
Para intentar paliar un poco ese gran problema, algunos países europeos (de donde eran la mayoría de
los clientes) han comenzado a juzgar a sus ciudadanos por acudir a la prostitución infantil fuera de sus
fronteras en caso de que el país en el que se ha cometido el delito no lo haga.

Acceso a la educación

A pesar de que, en términos generales, la educación y el trabajo infantil no sean excluyentes


necesariamente, en gran parte de las ocasiones los niños que comienzan a trabajar acaban por dejar los
estudios.

La falta de oportunidades para estudiar es, al mismo tiempo, un factor causal del trabajo infantil. No
poder ir a la escuela y recibir formación hace que el niño se vea inmerso en una dinámica social que lo
va a obligar a trabajar. Además, no va a tener las herramientas necesarias para defenderse o para
abandonar ese círculo.

En muchos países e ha alcanzado el logro social de ofrecer educación gratuita. Sin embargo, en ciertas
zonas rurales, la oferta educativa puede ser escasa. Muchas veces, la familia se ve obligada a un
desembolso en materiales, uniformes y otros conceptos que no puede asumir.

Consecuencias

Como se señalaba anteriormente, la principal consecuencia del trabajo infantil es perpetuar el círculo
vicioso de la pobreza. Esta causa que los niños se incorporen a los trabajos y esto provoca que no
estudien, evitando que puedan encontrar mejores sueldos en el futuro.

Perpetuación de la pobreza

No poder acceder a la educación por tener que trabajar, o solo acudir a clase irregularmente, acaba
perpetuando la pobreza.
No solo se ve afectada la posibilidad de ascenso social hacia puestos laborales mejor remunerados, sino
que los patrones de conducta social permanecen inalterables y se seguirá viendo el trabajo infantil
como normal e inevitable.

Por otra parte, la pobreza también tiene efectos en el desarrollo cognitivo de los más pequeños,
aumentando el fracaso escolar.

Salud infantil

Los niños y niñas no han acabado de formarse completamente, por lo que son más vulnerables
físicamente. Los que se ven obligados a trabajar, pagan las consecuencias enfermando más a menudo,
teniendo accidentes y empeorando su salud significativamente.

Esto se agrava aún más cuando tienen que trabajar en actividades o zonas peligrosas. Vertederos, minas
o las calles de una ciudad son algunos de los lugares que afectan enormemente a la salud de los niños.

Por último, no es infrecuente que sufran maltratos por parte de sus empleadores o por otras personas en
el curso de sus actividades.

Efectos psicológicos

Las consecuencias en la salud de los niños trabajadores no se quedan solo en lo físico. A nivel mental,
también sufren efectos negativos, empezando por la necesidad de madurar prematuramente y no poder
desarrollar las actividades propias de la infancia.

Al final, esto provoca a medio-largo plazo que los afectados tengan una baja autoestima, problemas de
adaptación social y traumas. Muchas veces, caen en adicciones a las drogas y el alcohol.
Industrias que emplean mano de obra infantil

Extracción de oro

Este metal, muy preciado en el rubro de la joyería y la electrónica, es una causa importante de trabajo
infantil.

El trabajo de extracción en las minas artesanales subterráneas, emplean a miles de niños. Es un trabajo
que supone condiciones ambientales extremas, muchas de ellas sumamente tóxicas para el organismo.

Países como Bolivia, Colombia, Senegal e Indonesia, figuran entre los que más emplean a niños para
este tipo de tarea.

Cultivo de algodón

Al ser la fibra textil más usada, este cultivo demanda mucha mano de obra en el mundo entero. En
países como Uzbekistán, los niños son obligados a trabajar en su cosecha durante el descanso escolar.

También Brasil registra un alto porcentaje de trabajo infantil en este sector. En estos casos, las políticas
sociales no han tenido éxito al momento de frenar la situación.

Cultivo de caña de azúcar

Es un caso muy similar al anterior, con el agravante que las condiciones representan mayor riesgo para
los niños. Herramientas pesadas y filosas comprometen seriamente la salud de los menores.

Fabricación de ladrillos

En países como Nepal, Pakistán e India, es muy frecuente que cuando una familia contrae una deuda
que no puede pagar, envíe a sus niños a fabricar ladrillos.
Desafortunadamente, esta práctica es tradicional, y por eso aún se mantiene vigente. Estos niños
trabajan largas jornadas, muchas veces en condiciones climáticas adversas.

Cultivo de café

Especialmente niños africanos y latinoamericanos, son sometidos a exigentes condiciones de trabajo en


la industria cafetera.

En el momento de la cosecha, suelen trabajar diez horas diarias, mientras que en la siembra, la
preparación de la tierra y los almácigos, trabajan hasta 8 horas diarias.

Otros

Conflictos armados.

Coltán.

Explotación sexual.

Cultivo de la tierra.

Pesca y acuicultura.

Silvicultura.

Ganadería.
Distribución y cifras

UNICEF y la OIT presentan cada año informes en los que se detallan las cifras de niños trabajadores y
su distribución geográfica. La primera organización estima que, en la actualidad, hay unos 150 millones
de niños entre los 5 y los 14 años trabajando en todo el planeta.

La parte positiva es que ese número está disminuyendo en los últimos años, aunque aún está lejos de
solucionarse el problema.

La mitad de esa cifra, unos 72 millones, se concentra en el continente africano. En Asia hay unos 62
millones de menores trabajando, mientras que 10,7 lo hacen en el continente americano.

Esos números significan que 1 de cada 4 niños de África tienen que trabajar. En Asia son 1 de cada 8 y
en América Latina son 1 de cada 10.

Argentina

Los datos sobre el trabajo infantil en Argentina fueron recabados por el Ministerio de Trabajo, Empleo
y Seguridad Social, con la colaboración de UNICEF.

Los resultados son bastante negativos, ya que afirma que 715.484 niños de entre 5 a 15 años se ven
obligados a trabajar en ese país. Esto supone casi un 10% de los niños de Argentina.

Como es habitual en todo el mundo, las cifras son mayores en las áreas rurales, donde un 19,8% de los
menores trabajan en diferentes sectores.

Por otra parte, la investigación descubrió que uno de cada cuatro niños urbanos en esa situación
trabajan en la calle o en algún medio de transporte. Las niñas son mayoría en las tareas nocturnas.
Perú

A pesar del descenso en las cifras totales de menores trabajando, un 4% menos desde 2012, todavía hay
en Perú un 21,8% de niños y adolescentes en esa situación. Con esas cifras, el país lidera la lista de
países de Sudamérica en trabajo infantil.

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) presentó la última encuesta especializada en


2015. En ella se recoge que buena parte de los trabajadores menores de edad realizan, además, tareas
peligrosas.

Otro 1,5 % de los menores se encuentran en una situación de trabajo forzoso y un 5,3% se dedica a las
tareas domésticas durante más de 22 horas semanales. Esto último implica que, a pesar de estar
escolarizados, no suelen alcanzar el nivel adecuado de aprendizaje.

Colombia

Colombia es otro de los países que está tomando medidas para reducir el número de niños que se ven
obligados a trabajar. De hecho, entre 2015 y 2016 consiguió reducir la tasa de niños trabajadores en un
1,3%, quedando finalmente en un 7,8% del total de menores del país.

El número, no obstante, sigue siendo alto. Las estadísticas afirman que aún hay más de 896.000
menores que trabajan en lugar de asistir a la escuela.

Otro dato preocupante, aunque decreciente, en el número de niños y adolescentes enrolados en grupos
armados. Los últimos estudios daban la cifra de entre 14.000 y 17.000 menores participando en esos
grupos.

México

México es uno de los países que encabeza las estadísticas de trabajo infantil en Latinoamérica. La
UNAM afirmó en un informe que cerca de 3,6 millones de niños trabajan, la mayoría de ellos se
encuentran en la pobreza y muchos viven en la calle.
Aunque las cifras oficiales no son demasiado recientes, el gobierno federal afirmó en 2015 que la
situación era mejor. Así, sus números reducían el número de afectados a 2,2 millones.

Del total de menores que trabajan, el 14% tiene solo entre 5 y 11 años, mientras que el 21,8% tienen
edades comprendidas entre los 12 y los 14 años.

En cuanto a los sectores económicos, el que cuenta con más trabajadores infantiles es el agropecuario,
con un 22,6%, seguido del comercio con un 20,2%

Brasil

Brasil es de los pocos países de la región en los que el número de niños trabajadores está aumentando
en lugar de descender. El rango de edad más afectado por esa subida es entre los 5 y los 9 años.

El calculo realizado por organizaciones de defensa de la infancia afirma que son más de 7 millones los
menores que se ven obligados a trabajar en Brasil. Más de 560.00 son empleados domésticos.

África

En comparación con otras regiones del mundo, la erradicación del trabajo infantil en África avanza con
mucha más lentitud. Según datos de la OIT, el 26,4% de los niños y niñas de entre 5 y 14 años son
laboralmente activos, la mayor tasa del mundo.

En números totales, el continente alberga a casi 50 millones de menores trabajando, tan solo por detrás
de Asia.

Asia

La mejora económica de parte del continente ha permitido una reducción considerable del número total
el niños y niñas trabajadores. Sin embargo, Asia sigue siendo el continente con una mayor número de
menores de 15 años que tienen que trabajar. En porcentaje, el 18,8% de los 650 millones de niños
asiáticos están en esa situación.

Además, en ese continente aparecen, de acuerdo a UNICEF y otras organizaciones, algunas de las
formas de explotación infantil más crueles.

Las que suscitan más preocupación son la trata de niños y niñas, la explotación sexual, la servidumbre
por deudas o el reclutamiento obligatorio en los conflictos armados o en el tráfico de drogas.

Las peores formas de trabajo infantil

La esclavitud y prácticas análogas como la trata infantil, la servidumbre por deudas, la condición de
siervo, los niños en conflictos armados:

La esclavitud se da cuando una persona es propiedad de otra, para quien está obligada a trabajar, sin
voz alguna en lo que le sucede. A los esclavos se les retiene contra su voluntad desde el momento de su
captura, compra o nacimiento, y no se les permite abandonar ni rechazar el trabajo.

La trata infantil es el comercio ilegal (compra, venta y traslado) de niños para su explotación laboral o
sexual. Se trafica con niños por muchas razones, incluso el trabajo forzoso, la prostitución y el
reclutamiento de niños soldados y mendigos.

La servidumbre por deudas equivale al trabajo forzoso, cuando se ofrece mano de obra a modo de
reembolso de un préstamo que no se consigue restituir en efectivo o en especie. Por ejemplo, una
familia pobre puede entregar a uno de sus hijos en pago de una deuda, y el niño tendrá que trabajar
durante años hasta saldarla.

La condición de siervo ocurre cuando se obliga a una persona a vivir y trabajar en tierras que
pertenecen a otra persona, contra remuneración mínima o nula.

El trabajo forzoso es el que se obliga a realizar a alguien contra su voluntad. Por ejemplo, se compele a
los niños en conflictos armados a combatir y a servir de cocineros, cargadores y mensajeros. Son objeto
de malos tratos y de explotación, y se les exige que maten o mutilen a otros seres humanos.
La explotación sexual infantil (prostitución, pornografía y actuaciones pornográficas):

La explotación sexuales maltratar, abusar o sacar ventaja de alguien con afán de lucro o beneficio
personal, implicándolo en la prostitución o en actividades de comercio sexual. La prostitución es
canjear actos sexuales por dinero.

Niñas y niños en todo el mundo son objeto de explotación sexual, utilizados por los adultos para el
sexo, o usados en imágenes (pornografía) o actuaciones sexuales. Se pueden comprar o vender para
destinarlos al matrimonio, a la prostitución o a la esclavitud – tanto en los países en desarrollo como en
los países industrializados. También se secuestra y trafica con niños de un lado y otro de las fronteras,
niños que luego se venden para ejercer la prostitución en países extranjeros.

Esta forma de trabajo infantil tiene graves consecuencias a corto y a largo plazos. Los niños están en
situación de alto riesgo de sufrir malos tratos físicos, desnutrición y enfermedades sexualmente
transmisibles. Es extremadamente difícil que puedan escapar de su condición y tremendamente duro
superar lo que han padecido física y mentalmente.

** Esta información aborda un tema altamente sensible, que acontece en todos los países del mundo y a
la que los niños se enfrentan cada día. A la hora de tratar esta cuestión, especialmente con niños de
corta edad, asegúrense de estar bien informados y de conducir todos los debates y actividades con la
debida solicitud y sensibilidad. **

La participación de niños en actividades ilícitas, por ejemplo, la producción y el tráfico de


estupefacientes:

Las actividades ilícitas son actividades ilegales o delitos.

La producción y el tráfico de estupefacientes es una actividad ilícita en la que se suele involucrar a los
niños. El tráfico es un comercio ilegal (comprar o vender). Puede que los niños lo hagan contra su
voluntad o en la creencia de que les facilitará una mejor posición o más dinero. Los que producen o
trafican con estupefacientes corren el riesgo de recibir malos tratos y muchos de ellos se hacen
drogodependientes desde muy corta edad.

Los niños de la calle, fugitivos o que viven pobremente, son también utilizados en la mendicidad
organizada. A veces se desfigura intencionalmente a los niños para atraer más dinero del público, o se
les castiga si no consiguen recaudar suficiente dinero.
Los niños implicados en actividades ilícitas suelen estar expuestos a la violencia, que puede afectar
gravemente su desarrollo mental y físico. Además, puede que no adquieran las competencias sociales
adecuadas y serán más propensos a sufrir de depresión, de dependencia del alcohol y de las drogas y de
problemas de identidad, así como de convertirse en delincuentes juveniles..

El trabajo que puede dañar la salud, la seguridad o la moralidad de los niños:

El trabajo que puede perjudicar la salud o el bienestar de los niños o ponerlos en peligro es también
“una de las peores formas de trabajo infantil”.

Podría tratarse de tareas en un entorno peligroso, como una mina, donde los niños corren el riesgo de
morir o lesionarse por el colapso de galerías, explosiones accidentales o desprendimientos de piedras.
En la industria, los niños pueden estar expuestos a productos y sustancias químicas peligrosas, de modo
que son comunes las quemaduras y heridas graves. También pueden verse afectados por sustancias
tóxicas como el mercurio y el plomo, y pueden desarrollar deficiencias crónicas como la silicosis
(enfermedad de los pulmones). Las tareas agrícolas también presentan riesgos graves, especialmente
cuando los niños tienen que manipular herramientas y equipos peligrosos o sustancias químicas, como
herbicidas, para los cultivos. En la mayoría de los casos, ya sea los niños no disponen de equipos de
seguridad, o utilizan equipos de adultos que no se ajustan a sus dimensiones y no les garantizan una
protección adecuada.

Muchos tipos de trabajos son físicamente nefastos para los niños, especialmente si los realizan durante
largos períodos. Por ejemplo, pueden tener sentarse en postura inclinada, o arrastrase por espacios
reducidos, lo que puede causarles deformaciones, lesiones en la columna y dificultad para andar
correctamente. Podría tratarse de tareas como coser balones de fútbol o ropa, romper ladrillos y piedras
para la construcción de carreteras, hacer palillos para cerillas, arrastrarse al interior de una mina o
fabricar adobes. O podrían estar permanentemente encorvados por tener que transportar cargas
excesivamente pesadas.

Además, los niños realizan trabajo peligroso cuando están expuestos a cualquier tipo de condiciones
meteorológicas (por ejemplo, a pleno sol o bajo lluvias torrenciales), y no cuentan con el calzado o la
indumentaria adecuados. Pueden fácilmente padecer tos y contraer neumonía u otras enfermedades.

Asimismo, corren peligro cuando el lugar en que trabajan es insalubre, está mal iluminado y mal
ventilado. Ocurre igualmente cuando no tienen agua potable, servicios sanitarios, ni escuelas,
particularmente en las zonas más remotas. En tales condiciones, los niños tienen una alta propensión a
contraer enfermedades y dolencias.

Estas categorías de trabajos interfieren con la educación, puesto que la mayoría de los niños que los
desempeñan ya no tiene tiempo ni energía para asistir a la escuela. Las familias dependen de sus
menudos salarios para sobrevivir.

4 estrategias para acabar con el trabajo infantil

El trabajo infantil sigue siendo una de las más graves violaciones de los derechos de los niños. Más de
160 millones de niños y niñas en el mundo trabajan, lo que pone en riesgo su desarrollo físico, mental y
social.

Especialmente preocupantes son las peores formas de explotacion, entre las que se encuentra la
utilización de niños como esclavos, la explotación sexual, la trata de niños o el reclutamiento de
niños soldado.

Coincidiendo con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, nuestra compañera Amanda Martín,
especialista de protección de la oficina de UNICEF, se ha pasado por nuestra sede en Madrid para
contarnos la labor que desempeña en el país andino.

Trabajo infantil: el 18% de los niños trabaja

En Perú, el Estado está haciendo importantes esfuerzos para erradicar el trabajo infantil. Sin embargo,
todavía el 18% de los niños de menos de 14 años son víctimas de trabajo infantil.

Reducción drástica de la pobreza.

1. Acceso a una educación de calidad y pertinente.


2. Dar empleo de calidad a los adultos responsables de los niños y de la niñas.
3. Acabar con las normas sociales que legitiman el trabajo infantil.

Para llevar a cabo estas estrategias, UNICEF trabaja en estrecha colaboración con los actores que
intervienen en el mercado laboral y la protección de los derechos de los niños. Solo implicando a
todas las partes, se conseguirá que Perú sea un país libre de trabajo infantil.
Desafío

Se tiene importantes desafíos para proteger a la niñez contra la violencia, el abuso y la explotación. El
3% de los niños y adolescentes de 1 a 14 años son víctimas de disciplina violenta en sus hogares;
mientras que un 29% de las víctimas de delitos sexuales reportados son menores de edad. A la demanda
local por explotación sexual, se suman las víctimas del turismo; ya que, en otro estudio realizado en
municipios turísticos, el 45% de los adolescentes dijo conocer a un niña, niño o adolescente que tuvo
relaciones sexuales con un extranjero a cambio de dinero.
Por otra parte, un 37% de las mujeres jóvenes en el mundo se casaron o unieron antes de los 18 años y
un 10% antes de los 15. Entre el quintil más pobre estas cifras prácticamente se duplican alcanzando el
59% y el 23% respectivamente.
La desigualdad de género impacta en la vida de todas las niñas y mujeres adolescentes, generando
situaciones y condiciones de mayor vulnerabilidad: una de cada veinte mujeres adolescentes de 15 a
19 años reporta haber sido víctima de violencia sexual alguna vez en su vida.

Solución

UNICEF contribuye a que la niñez y la adolescencia en condición de vulnerabilidad ejerza su derecho a


la identidad, a vivir en familias y a estar protegidos contra la violencia, el abuso sexual y la
explotación.

Para ello, se apoya a nivel técnico a la Junta Central Electoral (JCE) mediante la implementación a
nivel nacional de la Iniciativa de Registro Oportuno en Hospitales y la formación continua del personal
sanitario.
Asimismo, UNICEF apuesta por el fortalecimiento de las capacidades nacionales y locales de los
sistemas de protección de la infancia, acompañado por una abogacía para promover reformas e
iniciativas legislativas que resulten necesarias para la vigencia de un sistema de protección integral y
eficaz; así como la creación y el apoyo en las campañas de comunicación, sensibilización y educación
para generar cambios en las prácticas culturales que favorecen el machismo y la violencia.
Asimismo, se trabaja con las comunidades y el sector privado vinculado al turismo y se impulsa el
trabajo intersectorial con las instituciones involucradas en la Hoja de Ruta contra la Violencia.
https://www.elnuevodiario.com.ni/especiales/262792-10-peores-formas-trabajo-infantil/

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