Cómo Rezar El Rosario
Cómo Rezar El Rosario
Cómo Rezar El Rosario
1. Misterios Gozosos
(lunes y sábado)
2. Misterios Dolorosos
(martes y viernes)
1. La oración en el Huerto
2. La flagelación de Jesús atado a la columna
3. La coronación de espinas
4. Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario
5. La crucifixión y muerte de Jesús
1
3. Misterios Gloriosos
(miércoles y domingo)
4. Misterios Luminosos
(jueves)
1. El Bautismo en el Jordán
2. Las bodas de Caná
3. El anuncio del Reino de Dios
4. La Transfiguración
5. La instauración de la Eucaristía
La Señal de la Cruz
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, padre todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia
católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna. Amén.
El Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
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El Avemaría
Dios te Salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
El Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oración de Fátima
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
La Salve
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te
salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de
tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Oh Dios, cuyo Hijo unigénito, por su vida, muerte y Resurrección nos ha merecido el
premio de la bienaventuranza eterna, concédenos a quienes meditamos los misterios del
Santísimo Rosario de la Virgen María, imitar lo que en ellos se contiene y alcanzar lo
que prometen, por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
3
Misterios Luminosos: El bautismo de Jesús (Mt 3:13), Las bodas de Caná (Jn 2), El
anuncio de la llegada del reino de Dios (Mt 3:2) , La transfiguración de Jesús (Mt 17:1),
La institución de la eucarística (Mt 26:26-30)
El avemaría no es otra cosa que un «resumen» del evento que nos cuenta el apóstol
Lucas en (Lc 1,26-38), conocido como la visitación del ángel o la encarnación del
hijo de Dios.
Lo que se puede leer en la Biblia (Lc 1,26-38):
Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. No temas, María, porque has hallado
gracia delante de Dios. Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien
pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor
Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos
y su reino no tendrá fin.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor esta contigo. Bendita tu eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María madre de Dios…
Con respecto al Padre Nuestro, no hay nada que explicar. Lo encontramos LITERAL en
(Mt 6:9-13):
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.