El Arte Egipcio
El Arte Egipcio
El Arte Egipcio
Esta civilización fue capaz de crear una arquitectura, un escultura y una pintura de belleza desbordada.
Este arte está muy relacionado con el medio en el que se desarrolla. Destacamos su geografía, que hace de
Egipto un lugar de difícil acceso y comunicaciones, por lo que su arte se ve cerrado a influencias exteriores.
Los materiales que utilizaron también son parte de las características propias del medio.
El arte egipcio no es un arte independiente o autónomo sino que está vinculado continuamente al faraón, es
decir a la religión que existía en la época.
La religión es un factor fundamental de la cultura y el arte egipcio. Se trata de una religión con muchos
dioses, es decir politeísta, pero con tendencia al monoteísmo ya que en cada pequeña región se rendía culto
principalmente a uno y de forma secundaria a los demás.
Estas divinidades se representaban como figuras humanas con algunos símbolos, aunque luego algunos se
sincretizan. A veces tienen cabeza de animal y otras son un animal por completo.
Las formas de expresión de los egipcios están siempre supeditadas a unas normas, se trata de un arte
estereotipado en el que se valora más la precisión y perfección del acabado que la propia originalidad. Por
eso que sea bastante monótono y homogéneo.
Además, este arte tiene un gran sentido mágico y simbólico
Al referirnos a la pintura egipcia, -nacida hacia el 4.000 a.C., con la decoración de cerámicas, con dibujos y
motivos muy simples- vale citar entre sus características la variada temática presente en ella, en
dependencia de la finalidad de la obra y del período al cual se refería.
Los egipcios supieron crear un estilo propio que se conservaría a lo largo de toda su historia y entre los
temas más frecuentes figuran los motivos geométricos, que se representaban en las primeras vasijas, y
posteriormente, en los frisos de pinturas de tumbas, así como la vida del Faraón y temas bélicos, imágenes
de la vida de ultratumba y escenas funerarias, pero también de la vida cotidiana y textos jeroglíficos.
En algunas de esas pinturas aparecían motivos religiosos, en los que se representaban a los dioses, y
frecuentemente, al faraón en actitud de ofrenda hacia ellos, pero también los históricos, especialmente en los
templos, en los que se narraban batallas y otros hechos que aportan luz en estos tiempos contemporáneos
sobre diversos episodios de Egipto.
Igual se han podido ver escenas funerarias, de la vida cotidiana, aspectos de la naturaleza, como vegetales o
animales, lotos, palmeras, papiro, peces, aves, hipopótamo, en fin, diversas representaciones que nos
ayudan a conocer cómo era la flora y la fauna de esa nación.
PINTURAS PLANAS
Entre las características de la pintura egipcia se encuentra su representación bidimensional. O sea, solamente
en dos dimensiones, sin aportar sensación de relieve, sin sombras e inclusive el efecto que les aportaban los
colores eran planas, pero los expertos estiman que esos aspectos no restaban belleza a las obras.
CARENTES DE PERSPECTIVA
En el arte contemporáneo se le confiere importancia a la perspectiva presente en una obra, mientras en las
del antiguo Egipto la única forma de suplir esa carencia era representando las pinturas en líneas horizontales,
dividiendo la escena en registros, con el fin de lograr una secuencia, pero no había profundidad, sino
yuxtaposición de figuras.
Además, representaban las figuras en diversos tamaños, puede haber sido tal vez con el propósito de ofrecer
sensación de perspectiva, o en consonancia con la importancia del personaje. En tanto, las líneas superiores
representaban el fondo, y las inferiores, los primeros planos.
Al observar las pinturas egipcias nos percatamos de que se representaban vistas de frente, si bien cuando se
trataba de un ser humano, pintaban la cabeza, los pies, las manos y los senos de perfil, el ombligo de tres
cuartos, y el resto del cuerpo de frente.
ROSTROS JÓVENES
Cual si hubieran bebido en la mítica fuente de la eterna juventud, los egipcios se pintaban idealizados y
siempre jóvenes, porque para ellos lo válido era su visión de la realidad, intemporal, sin cambios, sin
influencias del exterior, y esto pasados los siglos ha permitido reconocer la pintura del Antiguo Egipto y sus
características, entre el resto de representaciones pictográficas de cualquier época, lugar o corriente
estilística.
También se observa que no hacían gradaciones de colores y utilizaban el color con tonalidades uniformes, sin
medios tonos. Así puede verse que los colores usados en el Antiguo Egipto fueron el rojo, a partir
de minerales de hierro y sus óxidos, un color muy común en la referida época y en esa nación.
Ellos lograban el pigmento azul con la mezcla de óxido de cobre, y de hierro con sílice y calcio, en tanto el
amarillo era elaborado a partir del ocre o del óxido, así como de algo llamado oropimente.
Con la malaquita, conocida por su tonalidad verde, adquirían ese tono, pero para el blanco usaban un mineral
llamado creta y el yeso. Elaborado a partir de carbón vegetal y del plomo, lograban el negro.(Fuente:
EncicloArte.com)
Cabe preguntarnos ¿qué simbología tenían esas tonalidades? Pues hay que señalar que el azul, representado
por el Nilo, se usaba para el cielo, el agua y la noche, mientras el verde, era símbolo de la fecundidad, la
vegetación, y representaba al dios Osiris, al tiempo que era usado para representar la naturaleza y motivos
vegetales.
Por su parte el blanco lo utilizaban como fondo para los dibujos, para colorear la ropa, la corona blanca, y
para representar el pan. El rojo, representado por el dios Set, se usaba para la corona roja, la piel masculina,
la cerámica, la madera, y para el desierto. En tanto, el amarillo, representado por el sol, era utilizado para
representar el oro y la piel femenina.
En esa simbología, el color negro era expresión de la fertilidad, representado por el limo del Nilo y se usaba
para pintar los cabellos y los ojos.