Informes Paludismo Cartagena
Informes Paludismo Cartagena
Informes Paludismo Cartagena
Informe sobre las causas que determinan las fiebres intermitentes en el partido judicial de
Cartagena, y remedio eficaz para evitarlas, La Unión de las Ciencias Médicas, 4 (1884),
355-358.
La Unión de las Ciencias Médicas de septiembre de 1884 . En el número 23 del Tomo II,
en la sección científica aparece un Informe sobre las causas que determinan las fiebres
intermitentes en el partido judicial de Cartagena y remedio eficaz para evitarlas, remitido
al Sr. Gobernador Civil de la provincia por el Dr. D. Leopoldo Cándido y Alejandre,
Subdelegado de Sanidad de Cartagena.
“En contestación al oficio que por acuerdo del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación se
han servido V.S. dirigirme con fecha 8 del actual, para que informe acerca de las causas
que determinan las calenturas intermitentes de los pueblos de este partido judicial,
exponiendo su historia y medios más apropiados para evitarlas, debo manifestar a V.S.:
Que el estudio escrupuloso que tengo hecho de este género de fiebres, tanto en esta ciudad
como en los de más pueblos comarcanos, resulta como hecho cierto e innegable, que las
causas productoras del referido padecimiento son los focos de infección originados por
vegetales putrefactos, ora sean procedentes de pantanos que esté al descubierto, ora
dimanen de los llamados subterráneos, bien de lugares o parajes cuya flora descanse sobre
un lecho cenagoso, bien de terrenos removidos que escondan en su seno partículas
orgánicas en descomposición.
En las localidades donde concurran cualquiera de estas desfavorables condiciones, o
todas a la vez, la endemia palúdica se establece y desarrolla, dando origen a las fiebres
intermitentes palustres con todas sus fatales consecuencias, estando en razón directa, la
gravedad de las mismas, con la extensión y abundancia de los focos infectantes. Empero,
aunque esto sea un hecho demostrado en la ciencia y solidariamente aceptado por los
médicos de todos los tiempos, es lo cierto, que según los adelantos modernos llevados a
cabo a favor del microscopio, la verdadera causa del paludismo, aquella que pudiéramos
llamar determinante de la afección, consiste en el desarrollo de un parásito especial que
germina y vive en esos focos putrefactos; parásitos que han sido reconocidos por
multiplicado número de micrógrafos, y cuyo valor etiológico en la génesis de estas
fiebres, ha merecido la sanción de casi todos los sabios contemporáneos. Así pues, el
paludismo es de índole parasitaria y sea cualquiera el parásito generador de este estado
patológico, esto no invalida los hechos observados y comprobados mediante una
experimentación atenta y rigurosa.
Como corolario de este hecho, se desprende necesariamente, que los efluvios
miasmáticos, procedentes de los lugares pantanosos, de las pocilgas cenagosas, los que
se originan en la confluencia de los ríos con los mares, aquellos que emanan de las capas
profundas de la tierra, cuando son removidas, no representan otro papel que el de vectores
del agente parasitario, que desarrollado allí por encontrar condiciones apropiadas a su
vitalidad, espera el oportuno momento, para hacer sus excursiones atmosféricas, y
penetran en el organismo de los que respiran la viciada atmósfera que los contiene y
transporta. No decimos con esto, que la puerta de entrada del elemento palúdico
morbígeno, sea siempre la mucosa del árbol respiratorio, pues se tiene averiguado, que
las aguas usadas como bebida cotidiana, pueden también conducirle, penetrando entonces
por distinta vía.
Como dado el carácter de este escrito, nos es imposible extendernos en largos
razonamientos sobre este punto controvertible y litigioso, concretaréme a los expuesto,
afirmando que las causas ocasionales del paludismos, están representadas por todos esos
focos de infección que en algunas localidades abundan, como pantanos naturales
descubiertos y subterráneos, albuferas con costas bajas y cubiertas de algas marinas,
depósitos de aguas pluviales estancadas, mezclas de aguas saladas y dulces, remoción de
tierras húmedas cargadas de restos orgánicos en descomposición, alcantarillados de difícil
desagüe y suelo cenagoso, deltas de ríos y ensenadas o puertos sucios, etc. etc. y las
determinantes lo están a su vez, por el desarrollo en esos lugares de esas partículas
microscópicas, originadas por una fermentación rápida o lenta, cuyo descubrimiento ha
venido a esclarecer las nebulosas sombras que cubrían el horizonte de la ciencia, acerca
de la naturaleza de estos procesos infecciosos.
Ahora bien, si esta es la verdad averiguada por la ciencia, si estas son las observaciones
que tiene recogidas, el paludismo en esta localidad y en todo su término municipal y
pueblos cercanos, tiene forzosamente que constituirse en endémica a juzgar por la
abundancia de los focos infectivos enclavados en su suelo y por lo abandonada que se
encuentra la higiene respecto al saneamiento de esos lugares, cuyos deletéreos efluvios
infeccionan la atmósfera que continuamente se respira.
Circunscribiéndome a los puntos que V. S. se ha servido indicarme.... saneando los
múltiples focos de infección que por aquí existen, las consecuencias higiénicas han de
tocarse desde luego en bien de la salubridad pública, que es una de las bases principales
de la prosperidad de los pueblos. Colindando con las murallas que cercan a esta ciudad,
existe una extensión de terreno considerable denominado Armajal... Como es
consiguiente, cuando los rayos solares calientan la tierra, aumentando la evaporación de
esas aguas estancadas, los gérmenes palúdicos hacen su emigración por la atmósfera,
dando lugar al desarrollo de fiebres intermitentes de tan diversas formas y tipos, que
afectando de forma larvada unas veces y la perniciosa en otras, ocasiona numerosas
victimas. Queda, pues, sentado, que la existencia del repetido pantano, llamado Armajal,
es la causa principal que motiva la aparición de las intermitentes en Cartagena y barrios
extramuros. En el resto del término municipal , existen otras causas no menos importantes
para el desarrollo de la endemia de naturaleza bien distinta”.
[Y continúa pormenorizando las razones por las que se produce la endemia en otros
puntos del término municipal, tanto por la acumulación de aguas debido a la actividad
agrícola, como a la minera, la presencia del mar menor y zona anejas de poco desnivel
que acumulan agua en tiempos de lluvia, en Fuente Álamo, en la zona cercana al río
Guadalentín, a sus crecidas, que producen la aparición de aguas estancadas, y los vientos
fuertes de levante que arrastran las miasmas palúdicos, indicando cómo incluso en zonas
secas y elevadas se padece la endemia palúdica, achacando al arrastre por el viento de
estas miasmas desde el punto de origen pantanoso. Pasando a continuación a relatar los
efectos del paludismo en la población, tanto por el número de víctimas que ocasiona,
como por los efectos sobre las poblaciones, indicando que disminuye su densidad, su
fuerza y duración, para pasar a proponer determinadas medidas para solucionarlo con los
siguientes párrafos introductorios:]
“Siendo así, pues, que las fiebres de malaria, son una amenaza constante para la salud del
individuo, un obstáculo serio para el desarrollo de las poblaciones y una causa que
amengua y aniquila la vida media de las colectividades humanas, máxime cuando en su
curso y desarrollo despliegan esos síntomas alarmantes característicos de la
perniciosidad; el saneamiento de los lugares endémicos, se impone como necesidad
incuestionable, si hemos de conseguir que la mortalidad decrezca, que las poblaciones se
desarrollen y que la salubridad del país no se vicie y altere, con el sostenimiento de una
endemia tan perjudicial y nociva, como le es, la que en esta provincia desgraciadamente
se observa. La higiene, esa rama de los conocimientos médicos cuyas aspiraciones tienden
a liberar a la humanidad en lo que sea posible del azote de las enfermedades, a preservarla
del influjo de las causas morbíficas, velando por la salud del hombre y el mejoramiento
de su especie cuenta con sobrados recursos para la consecución de los fines que se
proponga. Como medida general debe cuidarse de la limpieza periódica y frecuente de
balsas, norias, cauces, estanques y de los sitios de la costa en que deposita el mar crecida
cantidad de sustancias vegetales, que más tarde entran en descomposición; y hacer
observar en todos sitios y establecimientos públicos, los preceptos de una buena higiene
conocida de todos, ejerciendo las autoridades la más exquisita vigilancia sobre todo
género de alimentos y bebidas impidiendo sus frecuentes adulteraciones”.
[Pasando a continuación a enumerar las medidas concretas a realizar en el término
municipal de Cartagena, que podemos resumir en:
1.-Proceder al saneamiento del Al marjal, evitando la acumulación de aguas de lluvia,
desviando las ramblas que a él afluyen, soterrando el terreno con materiales calizos,
cubriendo el fondo del vaso con argamasa para evitar infiltraciones, favoreciendo la
entrada de las aguas al mar por la Algameca y procediendo a la plantación en los terrenos
soterrados de árboles resinosos, indicando sauces, girasoles y eucaliptos globosus.
2.-Exigir a los dueños de los terrenos agrícolas la colocación de redes de drenaje que
faciliten el derrame de las aguas sobrantes de los riegos.
3.-Desviar el río Guadalentín y vigilar e impedir el estancamiento de las aguas.
4.-Debido “a la poca altura que tienen la atmósfera palúdica y la fácil detención de las
corrientes mefíticas” propone realizar plantaciones de “árboles antipalúdicos” en las
zonas periféricas de las poblaciones, citando entre ellos, “álamos blancos, sauces, fresnos
y sobre todo eucaliptos que por más que su acción no sea hasta hoy reconocida como
febrífuga, impide también la difusión del mefitismo”. Finalizando el informe diciendo]
“Es cuanto se ocurre al que suscribe informar a V.S. en cumplimiento de la honrosa
misión que se dignó confiarle. Dios guarde a V.S. muchos años.- Cartagena 30 de
septiembre de 1884”, La Unión de las Ciencias Médicas de noviembre de 1884.