Argumento de Cien Años de Soledad

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Argumento de CIEN AÑOS DE SOLEDAD

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que


se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito
existente en la región de que su descendencia podía tener cola de cerdo.
En una pelea de gallos en la que resultó muerto el animal de Prudencio
Aguilar, éste, enardecido por la derrota, le gritó a José Arcadio Buendía,
dueño del vencedor: "A ver si ese gallo le hace el favor a tu mujer", ya que
la gente del pueblo sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían
tenido relaciones en un año de matrimonio (por el miedo de Úrsula de
que la descendencia naciera con cola de cerdo). Así fue como José Arcadio
Buendía reta en duelo a Prudencio, en el que, José Arcadio lo mata al
atravesarle la garganta con una lanza. Sin embargo, su fantasma lo
atormenta apareciéndose repetidas veces en su casa lavándose la herida
mortal con un tapón de esparto. Así es como José Arcadio Buendía y
Úrsula Iguarán deciden irse a la sierra. En medio del camino José Arcadio
Buendía tiene un sueño en que se le aparecen construcciones con paredes
de espejo y, preguntando su nombre, le responden "Macondo". Así,
despierto del sueño, decide detener la caravana, hacer un claro en la selva
y habitar ahí.
El pueblo es fundado por diversas familias conducidas por José Arcadio
Buendía y Úrsula Iguarán, quienes tuvieron tres hijos: José Arcadio,
Aureliano y Amaranta (nombres que se repetirán en las siguientes
generaciones). José Arcadio Buendía, el fundador, es la persona que lidera
e investiga con las novedades que traen los gitanos al pueblo (teniendo
una amistad especial con Melquíades, quien muere en variadas ocasiones
y que sería fundamental para el destino de la familia), y termina su vida
atado al castaño hasta donde llega el fantasma de su antiguo enemigo
Prudencio Aguilar, (al que le había dado muerte con una lanza en el cuello
antes de fundar Macondo) con el que dialoga. Úrsula es la matriarca de la
familia, quien vive durante más de cien años cuidando de la familia y del
hogar.
El pueblo poco a poco va creciendo y con este crecimiento llegan
habitantes del otro lado de la ciénaga. Con ellos se incrementa la actividad
comercial y la construcción en Macondo. Inexplicablemente llega Rebeca,
a quienes los Buendía adoptan como hija. Por desgracia, llegan también
con ella la peste del insomnio y la peste del olvido causada por el
insomnio. La pérdida de la memoria obliga a sus habitantes a crear un
método para recordar las cosas y José Arcadio Buendia comienza a
etiquetar todos los objetos para recordar sus nombres; no obstante, este
método empieza a fallar cuando las personas también olvidan leer. Un día,
regresa Melquíades de la muerte con una bebida para restablecer la
memoria que surte efecto inmediatamente, y en agradecimiento es
invitado a quedarse a vivir en la casa. En esos momentos escribe unos
pergaminos que sólo podrían ser descifrados cien años después.
Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto
al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano
Buendía (segundo hijo de José Arcadio Buendía), a luchar contra el
régimen conservador. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del
fundador e hijo de Pilar Ternera y José Arcadio, el primer hijo de José
Arcadio Buendía) es designado por su tío jefe civil y militar, y se
transforma en un brutal dictador, quien es fusilado cuando el
conservadurismo retoma el poder.
La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias
oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un
tratado de paz que durará hasta el fin de la novela. Después de que el
tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho, pero sobrevive.
Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la política y se
dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, de donde sale
solamente para venderlos.
Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía,
instala una fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano
Centeno al frente del negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer
el tren. Regresa al cabo de poco tiempo, cumpliendo con su misión, la cual
genera un gran desarrollo, ya que con el tren, llegan también el telégrafo,
el gramófono y el cine. Entonces el pueblo se convierte en un centro de
actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos lugares.
Algunos extranjeros recién llegados empiezan una plantación de banano
cerca de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento de una huelga
en la plantación bananera; para acabar con ella, se hace presente el
ejército nacional y los trabajadores que protestan son asesinados y
arrojados al mar.
Después de la masacre de los trabajadores del banano, el pueblo es
asediado por las lluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y
dos días. Úrsula dice que espera el final de las lluvias para finalmente
morir. Nace Aureliano Babilonia, el último miembro de la línea Buendía
(inicialmente referido como Aureliano Buendía, hasta que más adelante
descubre por los pergaminos de Melquíades que su apellido paterno es
Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y Macondo queda
desolado.
La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía;
Aureliano se dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el
laboratorio, hasta que regresa de Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con
quien tiene un romance. De este, Amaranta Úrsula queda embarazada y
tiene un niño que al nacer se descubre con cola de cerdo; ella muere
desangrada después del parto. Aureliano Babilonia, desesperado, sale al
pueblo llamando de puerta en puerta, pero Macondo ahora es un pueblo
abandonado y solo encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente,
quedándose dormido. Al despertar se acuerda del niño recién nacido y
corre a buscarlo, pero a su llegada encuentra que se lo están comiendo las
hormigas.
Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de
Melquíades. Con vientos huracanados asediando Macondo y el lugar en el
que estaba presente, termina de descifrar la historia de los Buendía que
ya estaba allí escrita con anticipación, encontrando que al terminar de
leerlos, finalizaría su propia historia y con él, la historia de Macondo, el
cual sería arrasado por el viento y borrado de cualquier memoria
humana... "porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no
tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".

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