Bancario Final
Bancario Final
Bancario Final
INTRODUCCIÓN
Las operaciones de activo para las entidades financieras, implican prestar recursos a sus clientes
acordando con ellos una retribución que pagarán en forma de tipo de interés, o bien acometer
inversiones con la intención de obtener una rentabilidad.
En general, las operaciones de activo suponen un riesgo para la entidad financiera ante la
posibilidad de impago total o parcial de un préstamo o un crédito. Teniendo en cuenta esta
característica podríamos descomponer las cuentas de activo para los bancos en dos tipos
genéricos:
Operaciones que conllevan movimientos de fondos y en las que el banco experimenta un riesgo
Desde el punto de vista financiero, tanto para personas físicas como jurídicas, se clasifican las
operaciones, en general, en las que se realizan en el corto plazo como las pólizas de crédito, el
descuento comercial, anticipo de recibos bancarios, factoring, tarjetas de crédito, etc., y los
productos más habituales utilizados para el largo plazo como los préstamos hipotecarios,
préstamos personales, leasing, etc.
Debido a que cualquier operación de crédito o préstamo suponen un riesgo para la entidad
financiera, ésta tiene que analizar minuciosamente la solvencia y el patrimonio, en definitiva la
capacidad que tiene la persona física o jurídica de generar fondos para devolver el dinero que han
tomado prestado.
DESCUENTO
DESCUENTO
I. DEFINICIÓN
La importancia del descuento , según lo que señala Joaquín Garriques como operación de
crédito activa, esta tanta que da el nombre a una clase especial de bancos , los bancos de emisión
y descuento , a los que pertenecen el bando de España. (Art. 177). El articulo 177 menciona la
operación de descuento pero ese no se define ni se regula en ningún otro lugar del código de
comercio. Con referencia a los medios instrumentales empleados para la operación cabe distinguir
entre descuento documentar en general y descuento cambiar en especial. Estudiaremos
sucesivamente ambos tipos de descuento a continuación de estas consideraciones sobre el
descuento en general que tienen carácter común puesto que en uno como en el otro se trata de
anticipar al cliente el importe de un crédito no vencido. La suma pagada de menos constituye la
contraprestación de la disponibilidad de la suma pagada por el banco. Esto es, el interés
compensatorio desea suma, no distinto de la retracción a que tendría derecho el deudor antes del
vencimiento.
Si el descuento se lleva a cabo mediante el endoso de la letra, es claro que este constituye
por tal causa la pieza esencial de la operación y como tal merece que recordemos su naturaleza
y sus efectos jurídicos. Cuando hablamos de endoso hablamos de una sola palabra dos facetas
distintas: la cláusula escrita en el documento y la transmisión real de este. En el primer aspecto
(endoso como clausula) el endoso contiene la declaración del endosante de su voluntad de
transmitir el título al endosatario. En el segundo aspecto (endosos como transmisión) el endoso
es un contrato de transmisión real de título al endosatario. Endoso es, en suma, una clausula
accesoria e inseparable de la letra, por virtud de la cual el acreedor cambiario pone a otro acreedor
en su lugar dentro de la letra de cambio, sea con carácter limitado e ilimitado.
Endoso pleno (el que se transmite la propiedad de la letra) y endoso limitado (el que no
trasmite la propiedad de la letra, sino que constituye una simple garantía o una autorización para
cobrarla) al que se llama comisión de cobranza. Pues bien el descuento implica el endoso pleno
de la letra. Por qué el banco desea adquirir la propiedad de este documento y no solo su posición
para cobrarla y dar cuenta al endosante. La forma en que ha de realizarle este endoso pleno puede
ser la del endoso completo o la del endoso en banco.
Según la doctrina tradicional el efecto del endoso es triple: un efecto traslativo, un efecto
de garantía y un efecto legitimador.
En primer término, el endoso transmite la propiedad de la letra de cambio y con ella la del
crédito cambiario que lleva incorporado. Cuando decimos que por medio del descuento del banco
adquiere un crédito, es necesario puntualizar un crédito cuando se trata de un endoso cambiario.
Esta cuestión tiene la mayor importancia práctica para el banco. No se trata de la cesión del crédito
que tenía el cedente cuando lo que se endosa es una letra de cambio, el crédito se transmite al
banco no es el crédito derivado de las reacciones contractuales anteriores o coetáneas a la
creación de la letra, sino el crédito nacido de la letra misma, con los derechos que la acompañan.
No hay sucesión personal en un crédito sino reencarnación del derecho cambiario en un nuevo
titular esto significa que el banco, a adquirir el crédito cambiario, es inmune a las excepciones
fundadas en las relaciones ajenas en las que se endosa, aunque puedan constituir la razón o
causa de su relación. La posición del banco como endosatario de la letra es, por tanto, una posición
autónoma desligada del contrato causal y dotado de los enérgicos de los derechos inherentes a la
letra de cambio. En este sentido el artículo 69 del reglamento del banco de España dice que
corresponden al banco, como cesionario y tenedor de los efectos descontados, todos lo derecho
y acciones que los poseedores y portadores reconocen el código de comercio y la legislación
común en su virtud, podrá exigir, cuando proceda de los libradores, endosantes o indicados, el
cumplimiento de las obligaciones expresadas en el art 481del código de comercio
Debe añadirse a este precepto reglamentario que no solo puede accionar el banco en vía
de regreso cuando la letra no sea aceptada sino que esta investido de todos los derechos que
asisten al portador en defecto de pago de la letra el banco podrá, si lo prefiere renuncia al ejercicio
de estos derechos limitándose a devolver la letra impagada a su cedente y cargándola a su cuenta.
Pero sabe que tiene a su disposición sus recursos jurídicos y sabe también que cuenta con la
garantía solidaria de todos los firmantes de la letra que posee. A este segundo efecto del endoso
se le llama “efecto de garantía”. Significa que en el endoso al contrario de lo que ocurre con la
sesión ordinaria de un crédito, el endosante responde al pago de la letra. La función de garantía
del endoso es consecuencia de su función real de la tradición de la letra endosada. La legitimación
por el endoso significa que el pagador de la letra no tiene derecho de investigar si el endosatario
a adquirido o no la propiedad del título por consecuencia de un contrato causal, exento de vicios
o motivos de nulidad. En ese sentido la legitimación conduce al mismo resultado que la abstracción
de la causa: el endoso se desliga de las relaciones materiales entre endosante y endosatario y
produce sus efectos legitimadores con absoluta independencia de tales relaciones. Todo el peso
jurídico del descuento descansa en el rigor material y procesal de la letra de cambio que se traduce
de un lado en la inoponivilidad de excepciones al banco como tenedor de la letra, y de otro en la
calificación legal de la letra como título que aparejada ejecución. Mas como veremos este doble
rigor no es suficiente para el banco servirá para ser indiscutible la obligación del deudor y hacer
más fácil la ejecución de esa obligación.
que, en el caso del descuento cambiario, es la que impone la ley al tenedor de la letra de cambio
para evitar que esta quede perjudicada. Calificamos esta necesidad en que el banco se encuentra
no como obligación suya sino como simple carga en sentido técnico.
Este deber o carga para el banco deriva, no del hecho de haber anticipado dinero al cliente,
sino del hecho de haberle cedido este una letra para que el banco pueda cobrarse con ella su
anticipo. Esta sesión condiciona la restitución del anticipo en el sentido de que el banco solo pueda
reclamarlo después de haber intentado sin éxito el cobro de la letra que recibió, precisamente,
hará que fuera cobrada. La prestación de la letra al deudor cambiarlo y el requerimiento de pago
son por tanto, actos que el banco realiza en su propio interés, y por ello no constituyen obligación,
sino carga suya. Si la letra se paga, la operación de descuento queda liquidada para el banco.
Más si no se paga, el banco no contrae obligación de ejercitar las acciones judiciales que
corresponde al tenedor de una letra de cambio según los artículos 516 y 521 del código de
comercio aunque naturalmente puede hacerlo si así lo desea. En este último caso el banco estará
obligado a seguir el pleito hasta obtener sentencia firme, más los gastos serán de cuenta del
cliente. La razón de no venir obligado al banco a ejecutar judicialmente la letra consiste en que no
se trata de una fianza que obligue al acreedor hacer excusión de los bienes del deudor principal
antes de proceder contra el fiador (art 1.830 del código de comercio) el cedente no es un fiador
es un deudor principal del banco, que ha entregado a este un título de crédito.
En efecto cuando una cesión pro solvendo fracasa, el cesionario puede restituir el título al
cedente y reclamar el pago de la deuda que motivo la sesión de crédito. Pero esta restitución ha
de ser en el mismo estado que tenía el crédito cuando fue cedido en otros términos a de restituir
a su cedente la letra de cambio dotada de los mismos derechos que tenía al transmitirla al banco
de aquí surge otra carga al banco; la de realizar todos los actos que exige la ley para q una letra
de cambio no se perjudique esto significa que ha de presentar oportunamente ha librado y a de
levantar el protesto notarial en caso de negativa al pago o de la aceptación, pues si así no lo hace
la letra quedaría perjudicada si, por el contrario el banco realiza estos actos de conservación de
los derechos de cambiarlos, cumplirá su deber de diligencia. Más, ¿Cuáles serán las
consecuencias jurídicas en el caso de que no lo haga? ¿Se producirá el enérgico efecto que
señala 1.170 del código civil, convirtiéndose la cesión pro solvendo en un cesión pro soluto y esta
estimara que la entrega de la letra al banco ha surtido los efectos del pago aunque realmente no
a ya sido pagada? La contestación a esta pregunta tiene q ser afirmativa. El banco no puede
ejercitar contra su cliente la acción causal derivada del descuento para reembolsarse de su
anticipo, sino restituye a su cedente el título en el mismo estado en el que lo recibió, esto es, no
perjudicado. Si por su culpa lo dejo de perjudicar el banco debe saber que a la decadencia de su
acción de regreso cambiarla va unida la decadencia de su acción causal, nacida del contrato de
descuento.
Ante todo pesa sobre el cliente un deber de lealtad y veracidad al suministrar al banco los
datos relativos a los efectos objeto de descuento. Este deber no deriva, naturalmente del contrato
de descuento, que no surge en el momento en que se entrega el capital por el banco, pero en
consecuencia de la nota, que ya conocemos, de la buena fe reciproca que es inherente al contrato
bancario, como contrato derivado de la reciproco confianza este exige que lo datos contenidos en
las listas o facturas de descuento que el cliente presenta al banco sean exactos, y que también
sean exactas las menciones contenidas en los propios efectos descontados en cuanto a su
vencimiento, su importe, lugar de pago y firmas que contengan.
Cuando la inexactitud provienen de la mala fe del cliente este será responsable frente al
banco de las consecuencias perjudiciales que derivan de este hecho cuando los dato inexactos
han inducido a error al banco y este error recae sobre las condiciones que principalmente hubieran
dado lugar a celebrar el descuento, se podrá anular por causa de error.
Independientemente de este deber de lealtad que debe presidir toda relación entre cliente
y banco en el caso concreto de contrato de descuento, es claro que tratándose de un contrato de
préstamo el cliente tiene como todo prestatario dos obligación fundamentales a su cargo: la de
pagar los intereses, los gastos y las comisiones y la de devolver el capital recibido más el pago de
los intereses a causa del mecanismo propio de la operación de descuento se realiza
anticipadamente por el prestatario dentro de la concepción bancaria del contrato de préstamo
como contrato bilateral, este pago de los intereses representa la contraprestación del uso del
capital y se eleva a la categoría de causa para la obligación del banco de entregarlo.
En lo que afecta a la restitución del capital, la singularidad del caso estriba en que esta
restitución ha de realizarse tan solo si el deudor cedido (librado en la letra de cambio) no paga la
CONTRATO
DE
FACTORING
CONTRATO DE FACTORING
Según Carlos Gilberto Villegas factoring es “un contrato que instrumenta la prestación de
una serie de servicios por parte de una entidad financiera factor a un determinado cliente, a
quien fundamentalmente le provee de financiación mediante la compra de la cartera de
créditos que este posee y que provienen de sus ventas, además de otros servicios
complementarios administrativos o contables”
De allí que cualquier definición de factoring debe ineludiblemente hacer referencia a los
servicios que se obliga a prestar el factor. En este orden de ideas, se ha definido al contrato
en análisis como:
b) El conjunto de servicios prestados por una institución de crédito para atender financiera y
administrativa mente la cartera de deudas de la empresa cliente sea industrial, comercial,
agropecuaria o de servicios por un precio determinado oportunamente.
d) El acuerdo en virtud del cual un empresario cede los propios créditos comerciales a un
operador especializado (el factor), el cual se compromete a cambio de ello a prestar una
serie de servicios de contenido diferenciado entre los cuales los más importantes son la
gestión, la contabilización y sobre todo el cobro de los créditos cedidos, ello a cambio de
una comisión de factoring.
Desde una perspectiva legal, el factoring se ha venido presentando como un contrato
nominativamente atípico, y en particular un atípico mixto, en el que prevalece la cesión de
créditos, y que tiene elementos de la locación de servicios y del mutuo financiero. En la
actualidad, la Superintendencia de Banca y Seguros a través de la Resolución N° 1021 ha
dado la tipicidad legal del contrato, definiéndolo tal como lo hemos comentado.
Una tesis importante que intenta la explicación de la esencia jurídica del factoring es aquella
que partiendo de la pluralidad funcional llega a la unidad de la causa del contrato,
mostrándose contraria a su fragmentación jurídica, y concluye que el factoring ha de
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FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
Al margen de las dificultades lógicas de concebir una causa uruca que sea al mismo
tiempo variable, explica García de Enterría, es claro que en el desarrollo práctico del
factoring no se produce una fusión de una diversidad de causas (colaboración, financiación,
garantía) que anule su respectiva singularidad y que se manifieste por igual con relación a
todos los créditos, y que las mismas (y aquí radica la principal especialidad de este contrato,
la que explica sus posibles ventajas en comparación con otras figuras afines o similares)
pueden combinarse y disgregarse bajo distintas fórmulas, según las concretas finalidades
del empresario y el propio criterio de la empresa de factoring. Siendo esto así, al variar por
completo el resultado práctico perseguido por las partes según los servicios prestados en
cada caso por la empresa de factoring, es evidente que el programa de prestaciones y el
contenido del contrato difícilmente pueden reconducirse a un único esquema causal rígido
y predeterminado, capaz de adoptar -sin merma alguna de su individualidad- una pluralidad
de manifestaciones radicalmente dispares y que se muestre insensible ante Ia concreta
modalidad funcional puesta en práctica en creación a cada crédito.
La tesis del factoring, por el contrario, sostiene que este instituto extraña una cesión
global de créditos existentes futuros a pesar de ello, en la doctrina se sostiene que no
obstante el carácter definitivo del factoring, “no puede olvidarse que, en ocasiones, se
configura el contrato de factoring no con carácter definitivo y traslativo, sino, por las
razones que sean, como un contrato cuadro respecto a los posteriores negocios de cesión.
No se presentan, pues, dos momentos distintos sino junto uno solo...la cesión de los
creditos se produce en el momento de celebrarse el contrato, aun cuando pueda pactarse
que, en cada caso, dicha cesión tenga como condición suspensiva que aquellos reúnan las
condiciones previstas en el contrato.
Compartiendo la posición del profesor Arias Schreiber me inclino por la segunda de las
tesis expuestas, en la parte que admite que, contemplando todos los elementos presentes
en el factoring- que no se limitan a la cesión de créditos sino que abarcan servicios de
diversa índole -no hay nada que se oponga a considerarlo como un contrato definitivo cuya
ejecución se verifica a lo largo del tiempo.
La doctrina trata de encontrar en diversas figuras jurídica la razón del origen del
contrato de factoring, correspondiendo entonces delimitar su existencia autónoma y
existencia compleja para concebirlo como una figura autónoma.
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Muchas veces nos preguntamos cual es la razón que justifica la creación de nuevas figuras
jurídicas, en todo caso cual es ingrediente jurídico que hace que la relación contractual
merezca una tratamiento conceptual distinto para pasmarse luego en un dispositivo legal.
Las diversas teorías que buscan atraer la figura del contrato de factoring en las siguientes
líneas.
Por la apertura de crédito la empresa de factoring no hace otra cosa que a disposición
de esta una línea de crédito para hacer utilizada con los con los documento negociables
derivados de la venta de sus productos que le presente.
Al respecto, debemos señalar las siguientes diferencias entre el contrato de apertura de crédito y
el factoring.
Así, su importe es ilimitado durante la vigencia del contrato. No obstante, nada impediría que la
empresa financiera otorgue una línea de crédito revolvente con cargo a la cual se presenten
operaciones de descuento, de fianza y de facturas conformadas. Sin embargo, se desnaturaliza el
uso de la línea de crédito por cuanto los documentos negociados bajo la modalidad del contrato
de factoring sin acción de regreso no tendrían por qué copar la línea, pues son documentos en
los cuales la empresa financiera asume el riesgo como propio y no puede repetir contra el cliente
factorado.
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El factoring en principio no es un contrato crediticio, sino más bien un servicio bancario (cuando
es practicado por un banco); toda vez que puede o no haberse pactado la financiación que resulta
adicional al objeto mismo del contrato. Pero aun cuando se hubiera pactado tal financiación, la
calificación como sujeto de crédito no se hace al cliente beneficiario de tal financiación, sino a los
clientes del cliente factorado. Son aquellos terceros, que no participan en el contrato de factoring,
quienes serán objeto de calificación como sujetos de crédito por parte del factor. En el caso de la
apertura de crédito, es el cliente beneficiario del crédito y con quien se suscribe el contrato, quien
es objeto de la calificación crediticia.
En la apertura de crédito, el cliente debe devolver el monto del crédito concedido. En el factoring,
el cliente, precisamente se desvincula de la deuda mediante la cesión del crédito, no es deudor
del factor, y por lo tanto no tiene contraída obligación de pago frente a la empresa de factoring, a
sea que el dinero le fue entregado al vencimiento del documento o en forma adelantada, tal financia
miento no es más que el pago adelantado que este realiza en los casos que las facturaciones
incluyan facilidades para su pago; por lo que el cliente no está obligado a devolver o reembolsar
suma alguna recibida de parte del factor. Este asume todos los riesgos crediticios que puedan
contener las operaciones transferidas al factor, por lo menos dentro de la concepción del factoring
puro.
La apertura de crédito tiene por objeto de concesión de una facilidad crediticia. En el caso del
factoring, puede incluir 'una pluralidad de servicios o limitarse a uno o algunos de ellos. De
contener alguna financiación, tal adelanto crediticio no conlleva obligación alguna de parte del
cliente de devolver al factor el monto objeto de la financiación.
figura jurídica.
El elemento real u objeto material de las operaciones de factoring reposa en cualquier título valor,
en cambio, en el descuento solo son pasibles de descuento los títulos valores crediticios. No.
pueden descontarse facturas, o efectos por cobrar que no contengan derechos patrimoniales
adquiribles mediante su transferencia.
En el descuento, la transferencia de los títulos descontados se hace pro solvendo, esto es, a
resultas de buen fin del título descontado. En el factoring, el factor no tiene posibilidad de recurso
contra su cliente se trasmiten los títulos pro soluto, pues este asume todo el riesgo del pago de
los documentos y efectos objeto de este contrato no obstante, en algunos casos puede haberse
pactado la posibilidad del recurso por falta de pago, lo cual desnaturaliza la modalidad del
factoring. Aun en este caso, en el cual se desanturaliza el cotrato de factoring, el modo sigue
siendo el mismo pues el contrato, pues el contrato de factoring no solo esta formado por el
descuento del documento, sino por una serie de servicios adicionales.
contrato, pueden estar conformados también por documentos que representan pagos al contado,
inclusive hasta de documentos con fechas de pago ya vencidas.
Así, como nuevo propietario de los documentos y derechos adquiridos, corresponde a la empresa
de factoring asumir todo riesgo del bien de su propiedad sea comprado o cedido, salvo pacto en
contrario, (salvo que se trate de la aplicación de los artículos 1567 y siguientes del CC sobre cesión
de derechos, en donde el articulo 1213 expone que el cedente no esta obligado a garantizar la
solvencia del deudor.
En este sentido existe plenitud de criterios al señalar que el factoring no se limita a la adquisición
de determinado títulos negociables, sino que comprende la totalidad (universalidad) de los
derechos emergentes por las ventas o servicios que realiza el cliente factorado. Es decir, la
compraventa puede ser puntual o especifica sobre un bien o valor determinado o puede ser global
en cambio el factoring solo puede ser global, Existe un pacto por la empresa de factoring luego de
haber estudiado y analizado la cartera de cliente del factorado, decide apoyarlo, pero con la
expectativa cierta de que estos clientes son buenos y puntuales en sus pagos, de forma tal que
esta dispuesto a asumir el riesgo de la cobranza en la medida que se siga vendiendo los productos
a esa cartera debe ser presentada a la empresa de factoring, y el cliente factorado podrá seguir
negociando ventas con otros clientes que no gozaran el beneficio de la exclusión de
responsabilidad en la cobranza por la acción de regreso, o podrá ser materia de otra modalidad
operacional, pero sale de la esfera del factoring. El factoring implica un compromiso de entrega
de documentos negociables a cargo de clientes certificados, y compromiso de liberar de
responsabilidad por la cobranza del crédito precisamente con dicho cliente del factorado.
De causa compleja, con elementos de garantía y crédito, pero sin una identificación
plena con cualquiera de ellos.
De colaboración que como vimos no se agota en el intercambio de créditos por
dinero, sino que presupone la existencia de intereses compartidos y una actuación
gestora no representativa por parte del factor.
IV. ELEMENTOS DEL CONTRATO
1. Elementos personales
En Italia, nos refiere Rafael Vásquez (26), la Ley 52/91 desarrollada por el decreto del
Ministro del Tesoro del 12 de mayo de 1992, establece las exigencias del registro de las
Las empresas de factoring deben contar con un capital social mínimo aportado en
efectivo, En este sentido se dan dos condiciones particulares, la primera referida al capital
mínimo, precisamente para exigir desde inicio un monto de garantía con los terceros que
realicen operaciones de factoring; y además. Se exige que la cantidad sea aportada en
efectivo, lo que descarta las otras posibilidades del aporte societario, es decir los aportes en
bienes no dinerarios como los bienes muebles e inmuebles.
La Resolución de la Superintendencia N°1021-98 (artículo 6) faculta a las empresas de
factoring para realizar estas operaciones siempre que cuente con su autorización; también se
faculta a las empresas bancarias y otras empresas de operaciones múltiples autorizadas para
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1.2 El cliente
reunir esta característica. En la legislación italiana se exige que el cliente sea empresario.
Es la persona natural o jurídica que en el desarrollo de sus actividades cuenta con un volumen
importante de documentos representativos de ventas acude a la empresa de factoring para
que califique su cartera de cobranzas, su sistema de ventas y requiere de información
comercial de sus clientes, su rotación de cartera o de su propia empresa, así como los analisis
del mercado para la colocación de sus productos etc. El riesgo característico es el del
empresario sea persona natral o jurídica.
Los deudores del cliente no integran el contrato, pero son sujetos colaterales ya que deben
ser notificados de la cesión del crédito o créditos a fin de cancelar las facturas. Al respecto, el
articulo 4 del Reglemento señala que la operación de factoring debe realizarse con
conocimiento de los deudores, a menos que por la naturaleza de los instrumentos adquiridos,
dicho conocimiento no sea necesario. Agrega la norma que se presumirá que los deudores
conocen del factoring cuando se tenga evidencia de la recepción de la notificación o cuando
mediante cualquier otra forma se evidencie indubitablemente dicho conocimiento.
En todo caso el conocimiento del deudor no es necesario para la validez de la cesión, pues
esta puede llevarse a cabo sin este requisito, la necesidad de notificar al deudor no tiene otra
finalidad que lograr el conocimiento el deudor de la mutación patrimonial operada, esto es, de
la cesión del crédito, pero no tiene el efecto de una eficacia consultiva. De conformidad con
el artículo 1206 del Código Civil Peruano: “La cesión es el acto e disposición en virtud del cual
el cedente trasmite al cesionario el derecho a exigir la prestación a cargo de su deudor, que
se ha obligado a transferir por un título distinto. La cesión puede hacerse aún sin el
asentimiento del deudor”. Existe la obligación de comunicar la cesión a tenor de los
dispuesto en el artículo 1215 que dispone :” La cesión produce efecto contra el deudor cedido
desde que este la acepta o le es comunicada fehacientemente”.
Es importante tener en cuenta, no obstante , que conforme al artículo 1210 del Código Civil,
la cesión no puede efectuarse cuando se opone a la ley a la naturaleza e la obligación o al
pacto con el deudor. Pese a ello, en aplicación de la misma norma, si el factor actuó de buena
fe por ignorar la prohibición, la cesión sera valida.
“La operación de factoring debe realizarse con conocimiento de los deudores, a menos
que por la naturaleza de los instrumentos adquiridos, dicho conocimiento no sea necesario.
Se presumirá que los deudores conocen del factoring cuandose tenga evidencia de la
recepción de la notificación correspondiente en sus domicilios legales o en aquellos
señalados en lso instrumentos o cuando mediante cualquier otra forma se evidencie
indubitablemente que el deudor conoce el factoring.
Con justa medida Castellares se refiere a este elemento como “ el tercero relativo” para
identificar a las personas que no participan directamente en el contrato, pero que soportan los
efectos del mismo por ser sujetos pasivos de una relación jurídica obligacional. Los efectos
del contrato inciden en ellos, en la medida que son deudores directos del cliente, a cuyo
nombre se emiten los documentos en cobranza y que son objeto de previa calificación de su
solvencia crediticia por parte del factor para poder contratar con el cliente, que si es parte del
contrato de factoring. Resulta interesante por otro lado concebir si la calidad de deudor
cedido le confiere derechos respecto a su condición de deudor.
Por lo menos el Código Civil peruano no le concede el derecho de parte contractual desde el
momento en que el articulo 106 establece que “La cesión puede hacerse aun sin el
asentamiento del deudor”. Y, por otro lado, el artículo 1210 dispone que “ el pacto por el que
se prohíbe o restringe la cesión es oponible al cesionario de buena fe, si consta del
instrumento por el que se constituyó la obligación o se prueba que el cesionario lo conocía
al momento de la cesión”. La cesión de derechos comprende la transmisión al cesionario de
los privilegios , las garantías reales y personales, así como los accesorios del derecho
trasmitido, salvo pacto en contrario. Existen pues situaciones en las que derecho del deudor
cedido puede enervar la relación Jurídica de la cesión realizada por el factor (cliente) a la
empresa factoring.
La norma reglamentaria (Res N° 1021- 98, artículo 4) obliga a dar a conocer la operación de
factoring al deudor cedido, a menos que por la naturaleza de los instrumentos adquiridos
dicho conocimiento no sea necesario, poniéndose en el caso de los títulos valores cuya ley
de circulación sea el endoso.
La Res. SBS 1021-98 señala que los documentos deben ser de contenido crediticio. Según el
artículo 2, pueden materializarse en facturas, facturas conformadas y títulos valores
representativos de deuda, así definidos por las leyes y reglamentos de la materia. Dichos
instrumentos se trasfieren mediante endoso o por cualquier otra forma que permita la transferencia
en propiedad al factor, según las leyes de la materia. Dicha transferencia comprende la transmisión
de todos los derechos accesorios, salvo pacto en contrario.
Debemos tener presente que siendo una característica del contrato la asunción del riesgo
en la cobranza por parte de la empresa de factorinq, los documentos que se transmitan
deberían adoptar la modalidad de la cesión de crédito. Es decir, transmitirse documental
mente con esta precisión, evitando que se realice un simple endoso, en el cual el endosatario
quedaría obligado por Ia acción de regreso, salvo que se inserte en el título la cláusula sin
responsabilidad o no negociable, lo cual permitirá transmitir los títulos valores con los efectos
de la cesión de créditos. Si se transmiten bajo la modalidad de la cesión de créditos, deberá
cumplirse con los requisitos establecidos en la ley para esta clase de cesión, es decir,
comunicar al deudor cedido de dicha cesión.
instrumentos del contrato de factoring se cuente, entre otros instrumentos, con los títulos de
crédito cuya ley de circulación sea el endoso, no por ello debe desnaturalizarse el contrato
haciendo responsable solidario al cedente con el pago de la obligación; la pureza de la figura
jurídica implica que dicha responsabilidad debe operar interpartes con los efectos de la cesión
de créditos en caso de que el documento circule frente a terceros estaremos al criterio de la
buena fe, pues el carácter literal de los títulos valores hace abstracción del origen de la
obligación cuando dichos títulos han entrado en circulación, salvo que se haya puesto en el
mismo título una cláusula limitativa de responsabilidad.
Capítulo aparte merece el título valor denominado factura conformada como elemento
material del contrato factoring. Es importante resaltar que así como el warrant tiene una
garantía prendaria incorporada en el título que respalda la obligación crediticia; o que en el
caso del título de crédito hipotecario negociable se tiene un inmueble en garantía en respaldo
del título circulatorio; en el caso de factura conformada contamos con la materialización y
prueba de la venta del bien mueble, de su entrega bajo señal de conformidad y
originariamente se concibió también como un título de garantía prendaria sobre los bienes
vendidos y que se encontrasen incorporados en el título. La Ley Nº 28203 modificó la
regulación de la factura conformada y eliminó la posibilidad de constituir garantía prendaria
sobre los bienes descritos en la factura conformada, quedando este instrumento ceñido a la
probanza de la entrega de la mercadería contenida en el mismo título. Es decir, una forma de
evitar las dilaciones que conlleva la probanza de la entrega de la mercadería mediante la guía
de remisión de la mercadería.
El plazo de pago o pagos del saldo del precio que se consigne en la factura conformada
puede ser mayor de un (1) año, desde la fecha de su conformidad. El texto original de la
Ley de Títulos Valores estableció que dicho plazo no podía ser mayor de un año, la norma
modificatoria (Ley Nº 28203) ha modificado dicha limitación dejando abierto el plazo.
De los pagos de las cuotas o armadas deberá dejarse constancia en el mismo título,
bajo responsabilidad del obligado principal o de la empresa del sistema financiero nacional
que los verifique, sin perjuicio de su obligación de expedir la respectiva constancia o recibo
de tales pagos.
En cuanto a la solidaridad de pago, las personas que intervienen en el título son solidarias
en su pago, y solo asumen responsabilidad por el pago del monto señalado en la factura
conformada, más los importes por concepto de costos y gastos, pero no asumen ninguna de
las obligaciones que correspondan al comprador o adquirente.
En cuanto a este tema podría concluirse diciendo que la factura conformada representa la
existencia de una operación comercial cierta, real y exigiéndole, lo cual la convierte en un
título de plena confiabilidad; permite la circulación de títulos representativos de negocios
efectivamente realizados, que sirven como indicadores de la real solvencia de los
empresarios; contribuye a satisfacer la demanda de créditos a corto y mediano plazo,
necesarios para el desenvolvimiento de la actividad productiva; facilita y ordena el tráfico
mercantil, en razón de que inducirá a los agentes a adquirir lo que estimen poder pagar en
el plazo convenido, quedando por este instrumento como obligados directos, responsables
ante el acreedor.
para que esta asuma el riesgo de la cobranza. Distinto será el caso en que no opere
propiamente la modalidad antes mencionada, y se entreguen los títulos con el endoso en
procuración, en cuyo caso el descontante o endosante asume el riesgo por la falta de pago
de la obligación contenida en el título. He aquí una gran diferencia en el trato del documento
sujeto a negociación. En el caso de que no exista acción de regreso, se supone que estamos
frente a un contrato de factoring típico, en el cual la empresa factoring, sobre la base del
estudio del mercado, ha asesorado a su cliente para que venda sus productos contra
documentos determinados y a clientes determinados en los plazos indicados por la empresa
de factoring. En la medida que se respete dicho presupuesto, la empresa de factoring asume
el riesgo de la cobranza, pues esta es la razón del contrato, de lo contrario estaríamos
simplemente ante un contrato de descuento de documentos. Resulta, entonces,
determinante incorporar la cláusula de intransferible o sin responsabilidad para liberar al
endosante en el caso de que un tercero adquiera dicho documento, pues de no limitar la
transmisión y producirse la transferencia del título al tercero (tenedor legítimo) lo ampara la
autonomía y abstracción del título valor en su circulación, no así cuando el título contiene la
cláusula limitativa de la circulación, en cuyo caso el deudor puede hacer valer al tenedor las
mismas excepciones que tendría ante el acreedor originario. Por lo dicho, resulta
determinante dar el tratamiento adecuado a los títulos valores que sean utilizados en el
contrato de factoring.
Para Leyva Saavedra en el colonial factoring, el factor era un simple distribuidor de los
fabricantes ingleses de tejidos y, posteriormente, de otros productos. La función del factor
era comercializar las mercaderías en los mercados de las colonias inglesas en América, por
la que cobraba una comisión. En muchos casos, el factor asumía la calidad de garante de
los compradores, ya que insertaba en los contratos de comisión una cláusula llamada star
del credere que lo hacía responsable del cumplimiento.
Luego, el factor no se dedica a buscar clientes para colocar los productos del exportador
inglés, (ahora sería este quien los buscase) sino que su tarea recae en procurar la liquidez
de las facturas, corriendo o no con los riesgos derivados del impago de estas (si es que
estamos hablando del factoring propio o impropio).
Por lo tanto, la comisión de garantía deja paso a la gestión de cobro como actividad
principal del factoring.
De todas maneras, y dentro de este estadio histórico el factor podía, incluso, anticipar a
su exportador parte de las facturas que le había confiado, por el procedimiento jurídico que
fuese, convirtiéndose de este modo en financiador, en más o menos, del comerciante
metropolitano.
En el old line factoring, la actividad de las empresas de factoring está limitada a comprar
los créditos de las factoradas, asumiendo el riesgo del incumplimiento o insolvencia de los
deudores de esos títulos. El fundamento jurídico de esta operación reside en una cesión
crediticia por la que la empresa de factoring renuncia a todo recurso contra las empresas
cedentes. Eventualmente la empresa de factoring presta servicios de financiamiento,
información de mercados, etc.
El new style factoring incorpora a la gama de servicios tradicionales otros que lo hacen
más útil y atractivo. En esta modalidad, la empresa de factoring, además de asumir la gestión
y los riesgos de incumplimiento e insolvencia de los deudores, se obliga a prestar a las
empresas cedentes una amplia gama de servicios financieros, lo que acerca a estas
empresas a las instituciones bancarias.
En el factoring con conocimiento el cliente de hacer constar en las facturas que emite, el
nombre del factor y la facultad de que goza para cobrarlas o ejecutarlas judicialmente. Es
importante señalar, asimismo, que el factorado se obliga a no admitir de sus clientes ningún pago
directo, en el entendimiento de que todo debe ser canalizado a través del factor. En esta modalidad
se busca asegurar que el deudor del cliente tenga conocimiento y asuma el compromiso de pagar
a la empresa de factoring. Un instrumento que facilita esta modalidad es la factura conformada,
pues en el mismo título aparece la conformidad del deudor de haber recibido la mercadería, la
misma que se encuentra afectada con prenda en favor del título. La característica de este
instrumento es que es útil cuando se negocian bienes pues no está concebido para instrumentar
deudas por servicios.
En caso de existir notificación, la empresa facturada debe dejar constancia en toda factura
enviada a sus clientes que el crédito ha sido a la empresa de factoring quien será en adelante la
única legitimada a recibir el pago. Cedidos al factor al factor los derechos derivados de la
facturación, el deudor originario del factorado puede liberarse de su obligación efectuando el pago
a este ultimo, ya que la cesión de los derechos al factor produce efectos del deudor cedido, solo
una vez que ha sido notificado este de la cesión. Lo mismo ocurre con relación a otros interesados,
con el agregado de que es necesario respecto de estos la notificación por acto publico.
La comunicación no reviste mayor formalismo, se suele dar por ciertos mecanismos como:
La obligación contractual asumida por la factorada de incluir en todas sus facturas una
“leyenda -tipo”, indicando que ellas ha sido cedidas a la empresa factoring; con mención de su
nombre y domicilio; y la prevención de que solo habrán de tener liberatorios los pagos que se le
efectúen a él.
La entrega de una carta formulario en el momento de la transferencia. Por parte del factorado
al factor, prerredactada y provista en su momento por el primero a este, en donde se detalla la
cesión por tanto del deudor cedido.
Otra forma de onerosidad es mediante el empleo de la llamada “carta documento” . El artículo
4 de la Res SBSN° 1021-98 precisa “ la operación de factoring debe realizarse con conocimiento
de los deudores, a menos que por la naturaleza de los instrumentos adquiridos, dicho
conocimiento no sea necesario. Se presumirá que los deudores conocen del factoring cuando se
tenga evidencia de la recepción de la notificación correspondiente en sus domicilios legales o en
aquellos señalados en los instrumentos, o cuando mediante cualquier otra forma se evidencie
indubitablemente que el deudor conoce de factoring.
En el factoring sin conocimiento del factor por parte de los deudores, el pago de las facturas
de los deudores se hace directamente al cliente y los servicios que presta el factor se limitan a
asesoría comercial, una eventual financiación, y la cobertura del riesgo de insolvencia.
3. Por la asunción del riesgo, el factoring puede ser recurso y sin recurso.
En el contrato de factoring con recurso, la empresa de factoring garantiza el riesgo por la
insolvencia del deudor de los créditos cedidos. En el factoring sin recurso la empresa de factoring
asume el riesgo de insolvencia del deudor, no así cuando el incumplimiento se haya producido
por otras causas, como mercancías en mal estado, no acorde con el pedido, etc. La cobertura del
riesgo es generalmente por la totalidad de la deuda en el título.
Bajo la modalidad de factoring con recurso, la empresa de factoring se compromete a pagar los
créditos adquiridos en un determinado importe fijado cen el contrato, sea al vencimiento de casa
factura o en una fecha determinada, con independencia de los deudores del cliente cancelen o
no sus deudas. La empresa de faactoring acepta la transferencia de los créditos con sus riesgos.
Esta modalidad es conocida también como factoring sin recurso (sin recurso contra el factorado)
salvo o negligencia grave del factorado.
DERECHO BANCARIO Y SEGUROS
UNIVERSIDAD ANDINA NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
aquellos que se encuentran vencidos, y con un riesgo de cobro mayor. Esta misma figura se
conoce también como ultimo caso que regula las operaciones de factoring en el Perú, dispone
que “Las operaciones de factoring no podrán realizarse con instrumentos vencidos” (articulo 2
Res N° 1021-98).
Sobre la base del llamado principio de globalidad está sujeto a la obligación de::
1.1. Someter al factor todos los pedidos o colocaciones hechos por los
compradores (ventas)
Desde luego, cabe pacto distinto (artículo 1354 del Código Civil peruano). Resulta
oportuno señalar que la Resolución Nº 1021-98 de la Superintendencia de Banca y Seguros
dispone en su artículo 11 las obligaciones de orden legal que por lo menos debe cumplir el
cliente, y entre ellas no se indica que la cesión de todos sus créditos, lo cual indica que es
posible que las partes pacten res- pecto a la obligatoriedad de entregar la totalidad de sus
ventas, una parte de estas, o solamente las calificadas previamente y en forma favorable por
la empresa de factoring. Es más, abundando en razones de orden estrictamente le- gal, el
inciso 2 del artículo 11 de la citada resolución precisa que es obligación del cliente "transferir
a la empresa de factoring los instrumentos en la forma acordada o establecida por la ley". No
se indica pues si es su totalidad o parte de otros y por otro lado permite el acuerdo entre las
partes en cuanto a su forma de transmisión.
Además, para los créditos futuros que surgirán de contratos ya estipulados o en curso de
ejecución, el cliente se debe obligar a entregar al empresario de factoring copia del contrato y
de los documentos complementarios.
La cesión de créditos solo podría producir efectos traslativos puros, cuando fuese
acompañada de un título jurídico que el ordenamiento considere válido con esta finalidad.
El interés del cliente descansa en la obtención del pago de las mercaderías o servicios que
ha prestado a sus deudores, todo ello a cambio de un precio con el que busca mejorar su situación
financiera, y, en el caso particular de que con la cesión se transmita, asimismo, el riesgo de
insolvencia.
1
VASQUEZ GARCÍA, Ramón. Op. Cit. Pág. 1217
La formalidad de la cesión se lleva a cabo por la entrega de las facturas representativas de los
créditos cedidos en forma de remesa, y la justificación de la realidad de la operación, constancia
de entrega o prestación del servicio con- formado por la contraparte.
El cedente está obligado a garantizar la existencia y exigibilidad del derecho cedido, salvo
pacto distinto (art. 1212 CC), norma que se mantiene uniforme en la legislación comparada, que
estipula que "el cedente está obligado a garantizar la existencia y exigibilidad del derecho cedido,
salvo pacto distinto". Las condiciones generales de los contratos de factoring regulan de forma
detallada las garantías del cedente en relación con los créditos cedidos.
En primer lugar, se estipula que el cliente garantiza que los créditos cedidos son o serán
ciertos, líquidos y exigibles al vencimiento.
Además, el cliente garantiza que es o será único legítimo titular de los créditos, los cuales
son o serán legítimamente transmisibles y no sujetos a embargo ni a ningún otro vínculo a favor
de tercero.
cesionario renuncie, en todo o en parte, a la garantía. Tal norma no ha hecho más que recoger el
sistema que era común en la práctica del tectoriruf2.
En caso de que el cliente no cumpla con la restitución de las cantidades que deba, la
empresa de factoring tendrá la facultad de actuar sea contra el cliente sea contra el deudor, y
podrá estipular transacciones con el deudor, o realizar cualquier otra acción oportuna para
conseguir las cantidades que se le deban.
1.3. Notificar la realización del factoring a sus deudores, cuando sea el caso
Al respecto, el artículo 1215 del Código Civil peruano establece: "La cesión produce
efecto contra el deudor cedido desde que este la acepta o le es comunicada fehacientemente".
Sin embargo, debe tenerse presente el artículo 1207 que establece que cuando el acto o
contrato que constituye el título de la transferencia del derecho conste por escrito, este
2
VÁSOUEZ VILLAVERDE, Rafael. Op. cit. Pág. 119.
1.4. Recibir los pagos que efectúen los deudores y transferirlos al factor, cuando
así lo haya convenido con este
1.5. Informar al factor y cooperar con este para permitir la mejor evaluación de
su propia situación patrimonial y comercial, así como la de sus deudores; y
proporcionar toda la documentación vinculada con la transferencia de
instrumentos
dándole por propia iniciativa toda noticia de relieve que tenga sobre la solvencia de los deudores
cedidos, cualquier excepción de estos, o pretensión de medida judicial o extrajudicial.
Esta obligación se concreta de diferentes formas, como son comunicar al factor sobre cada
una de las operaciones que realiza, enviándole la documentación que corresponda; darle a
conocer-al mismo factor su situación financiera y permitirle el acceso a su contabilidad. Además,
el cliente debe notificar los pagos directos hechos por sus compradores o usuarios y, en suma,
comunicar al factor toda noticia que de algún modo altere la valoración del riesgo asumido,
incluyendo la solvencia del deudor cedido3.
El cliente o factorado tiene la obligación de remunerar los servicios presta- dos por la
empresa de factoring, esto es, el pago· del precio convenido que es usualmente una comisión
por el manejo de la información, y separadamente se fijan los intereses cuando existe financiación
al margen de la retribución por los anticipos que conlleva el financiamiento.
La remuneración consiste en una comisión sobre el valor de los créditos cedidos, cuyo
importe varía en función de varios factores (prestaciones y servicios que realiza la empresa de
factoring tipo de actividad económica ejercitada por el cliente, importe medio de cada factura,
volumen de negocios, plazo de vencimiento de los créditos cedidos.
Deberá cobrar los créditos que le han sido cedidos por el cliente. Nada prohíbe que conceda
prórrogas para el pago e inclusive establezca nuevas obligaciones con los deudores (novación).
Sin embargo, debe tenerse presente que en el caso de una operación sin recurso o sin acción
de regreso el cliente no tiene facultades para negar la extensión del plazo otorgado por la empresa
de factoring, pues se supone que dicha empresa previamente adelantó los recursos y la liquidez
al cliente.
La empresa de factoring tiene que pagar la cantidad resultante, luego de deducir el valor
nominal del crédito todas las cantidades que, por cualquier título, retenga el deudor en el acto del
pago.
Las partes pueden convenir que el empresario de factoring anticipe, en todo o en parte, el
precio debido por los créditos cedidos.
Sobre los anticipos se pagan los intereses que las partes estipulen en las condiciones
particulares, computándose desde la fecha del anticipo hasta el momento del cobro de los créditos
o en la fecha convenida por las partes.
2.2. Financiación
En los casos en que existe financiación debe hacerle al cliente las entregas comprometidas.
Es usual que en el contrato se deje esta posibilidad abierta, funcionando cuando así lo solicita el
cliente. Deberá efectuar el pago de las facturas que ha aprobado. Recordemos que en este
aspecto existe la modalidad del factoring con financiamiento y sin financiamiento. La aprobación
puede referirse a cualquiera de los dos casos.
Bajo el sistema de anticipo se pone a disposición del cliente, de forma inmediata o a medida
que este lo va requiriendo, una porción elevada del importe neto de los créditos transmitidos. El
resto se destinaría a constituir lo que se llama un fondo de garantía, cuya finalidad es la cobertura
de las eventuales responsabilidades del cliente. A este fondo iría una porción de las liquidaciones,
que se corresponden con la parte de los créditos que no hubiesen sido anticipa- dos, hasta un
límite determinado.
Asumir el riesgo de la insolvencia de los deudores, así como cubrir el importe de las facturas
no canceladas por ellos, si hubiese sido expresamente pacta- do. Esta es una de las razones
por las cuales es necesario utilizar la forma escrita para la celebración de estos contratos.
El cedente responde de la solvencia del deudor cedido, salvo que el cesionario renuncie, en
todo o en parte, a tal garantía. La renuncia a la garantía, es decir, la asunción por el cliente del
riesgo de insolvencia del deudor cedido se determina con la aprobación expresa o renuncia
expresa a este derecho. Se ha dicho que puede ser expresada en cada caso, lo cual es natural,
lo normal es que la empresa de factoríng asuma el riesgo de la cobranza, toda renuncia debe ser
expresa para cada caso. Se debate si esta renuncia puede ser genérica y como condición de
contrato. .A.I respecto, considerando el tenor del artículo 8 de la Resolución Nº 1021-98
comentada, la empresa de factoring debe asumir el riesgo como condición mínima del contrato,
no puede contratar por debajo de dicha condición. La forma, modalidad y oportunidad en que
asume el riesgo puede ser fijado de común acuerdo entre las partes; puede barajarse límites
racionales por grupo empresarial, por periodo de vencimiento de las obligaciones o por cantidades
globales.
La asunción del riesgo por la empresa de factoring tiene lugar previa solicitud expresa del
cliente, y se configura como una facultad de la empresa, la cual deberá comunicar su decisión por
escrito, indicando el importe del límite y las demás condiciones en las que asume el riesgo. La
asunción del riesgo comienza a correr desde la fecha de la comunicación de la respuesta de la
empresa de factoring o desde la fecha que se indique expresamente.
El riesgo que asume la empresa de factoring es la falta de pago del .crédito cedido. Se
refiere al riesgo de la insolvencia en el pago de los instrumentos cedidos, no por otras obligaciones
que no forman parte del contrato. Si bien se otorga una calificación del deudor cedido, dicha
calificación no produce efectos para otras relaciones que pueda tener el deudor cedido con
el cliente y de la cual resulte perjudicado el cliente por la insolvencia del deudor. En este
caso habría que atender a la tenencia de los títulos de crédito sobre los cuales se corre
el riego. Existen supuestos de incumplimiento que no pertenecen al ámbito del contrato de
factoring.
El factor está obligado a llevar la contabilidad en las ventas del cliente, así como la
cuenta corriente de los créditos y débitos surgidos como consecuencia de las recíprocas
obligaciones de los contratantes. Esta obligación será pertinente para el tipo de servicio
contratado.
El cliente saca provecho de esta figura contractual desde distintos ángulos, así:
1. Crediticiamente
La confianza en que las ventas que realice se verán compensadas en la medida que se
trata a sus cobranzas como una unidad de facturación, se puede sectorizar el mercado en función
de los deudores que tenga el factor. Lo que es mejor aún, al tratar a las facturas en su integridad
se disminuyen costos en el manejo de la cobranza y, la empresa de factoring se obliga a
garantizar el pago de las mismas, liberando del riesgo del incumplimiento en el pago por parte de
los deudores. El cliente factorado, tiene la confianza y la seguridad de que todas las facturas que
reciba del cliente calificado serán admitidas por la empresa de factoring.
2. Liquidez
El anticipo de fondos otorga liquidez al cliente factorado; dicho anticipo se realiza con cargo
a los créditos que el cliente le ha cedido. Este último es titular del crédito cedido y podrá transferirlo
o cobrarlo a su vencimiento. Se convierten las ventas de crédito en ventas al contado; se obtiene
un capital de trabajo sin endeudamiento; se provee a la empresa de una estructura financiera más
sólida, dando una mejor rotación de sus activos monetarios; se cuenta con liquidez disponible para
ponerla a trabajar de inmediato en su propia actividad.
3. Administrativamente
En lo que se refiere a las labores administrativas el cliente f actorado queda relevado de sus
labores de administrar su cartera de cobranzas; la entidad especializada lo hace por él; el cliente
solo concentra sus esfuerzos en producir.
El manejo y control de los documentos, es decir, el trato que deben tener, el cuidado para
exigir el pago a su vencimiento, la oportunidad para presentarlos al pago, la formalidad que deben
observar ante la falta de pago, etc. La emisión de los instrumentos cuando se produzca la entrega
de mercadería, incluyendo la emisión de facturas o comprobantes de pago.
La labor contable puede ser incluida dentro de las obligaciones de las empresas de factoring
como un servicio adicional que se brinda al cliente; en tal caso, se suele admitir que los libros
contables y auxiliares en los que se registren las ventas del cliente son usualmente llevados por
el factor; ello facilitado por el hecho de que casi la totalidad de las ventas generadas por el cliente
son efectuadas con participación del factor; pudiendo en ocasiones, inclusive, ser tal servicio de
administración o registro contable integral en favor del cliente4. Sin embargo, es importante señalar
que las leyes que regulan la materia societaria, en el caso de la Ley General de Sociedades de
Perú (Nº 26687), establecen que el gerente general de la sociedad tiene una responsabilidad
objetiva recogida en el artículo 190, cuando señala que:"( ... ) El gerente es particularmente
responsable por: 1. La existencia, regularidad y veracidad de los sistemas de contabilidad, los
libros que la ley ordena llevar a la sociedad y los demás libros y registros que debe llevar un
ordenado comerciante; 2. El establecimiento y mantenimiento de una estructura de control interno
diseñada para proveer una seguridad razonable de que los activos de la sociedad estén
protegidos contra uso no autorizado y que todas las operaciones son efectuadas de acuerdo con
4
CASTELLARES AGUILAR, Rolando. Op cit. Pág. 617.
4. Otros servicios
Es este uno de los servicios principales que a su vez denota la característica de este
contrato, pues se acude al factor para que haga la función del departamento de crédito del cliente
que acude a la empresa de factoring. Es determinante, entonces, que investigue los
antecedente.sy el comportamiento de los clientes de la empresa que acude con su operación, de
forma tal que pueda recomendar las operaciones de venta y colocación de productos. Se trata de
investigar si los clientes del factorado tienen o no solvencia y precisar en todo caso cuáles son las
4.2. La contabilidad
De las transacciones llevadas en las ventas, comprende llevar el control de las operaciones
y transacciones efectuadas entre el factor y el cliente, derivada de las ventas del factorado. Se
trata de establecer el control de las ventas o servicios hechos por el cliente y que se transmiten
al factor. Se busca sustituir a los clientes del factorado por el factor, quien viene a sustituirlos. El
factor por su parte tendrá que registrar en sus libros de contabilidad los créditos adquiridos y que
son el propósito del contrato.
Otro de los servicios que se incluyen en este contrato es el de garantía. En este caso, el
factor asume el riesgo de la insolvencia de los deudores cuyo origen estaba contemplado y que
se torna insuficiente en su cobranza. Arrubla Páucar señala: " este servicio no es otra cosa que
una garantía de cobros. Como el factor se encarga de la evaluación de los potenciales deudores,
son de su responsabilidad las fallas que se presenten en este campo y por tanto, debe soportar
las consecuencias que se deriven de una inadecuada escogencia de los clientes o de la falta de
garantías. 5
Mediante este servicio, el cliente consigue eliminar los problemas que surgen en el
proceso de la cobranza.
Los límites de riesgo establecidos por el factor a cada cliente representan los importes
máximos dentro de los cuales habrá de garantizarle el riesgo de insolvencia, siendo
también los determinantes de los anticipos que podrá obtener por las deudas cedidas.
En este contexto suelen darse supuestos de financiamiento con cargo a una línea
automática de renovación automática ("revolving') de los importes garantizados; a medida
que se vaya descargando la línea por medio del cobro a los deudores cedidos, se va
habilitando nuevos saldos disponibles que empiezan a ser exigibles dentro del contrato y
de la garantía ofrecida.
La tesis que desarrolla este supuesto se sustenta en que nadie mejor que la factoreada
para ventilar la" cuestión judicialmente contra el deudor que resiste la pretensión de cobro,
ya sea oponiendo excepciones, lo que justifica plena- mente que el conflicto sea
reconducido a las partes originarias, dando por resuelta la cesión intervenida.
Se suele pactar en estos casos condiciones particulares para que el factor asuma esta
garantía considerada típica del factoring, pudiendo convenirse que dicha insolvencia requiera
en todos los casos declaración judicial, o que será suficiente a juicio de la entidad de
factoring la notoriedad de dicho estado.
Dentro de esta perspectiva habrá que tener siempre presente que cuando los créditos
consten en títulos valores deberá aplicarse en tal caso la ley de la materia.
Otro de los servicios que contempla este contrato es el de las acciones frente a
terceros. De acuerdo con este precepto, el factor cuenta con todas las seguridades que
disponía el cliente. Así, subsistirá la fianza que un tercero hubiese constituido, lo mismo
que el aval, si se tratara de títulos valores.
Por otra parte, en los servicios que se contraten también se incluye las acciones
frente al cliente. El factoring con recursos es aquel en el cual el factor conserva la posibilidad
de actuar contra el cliente, en caso de insolvencia del deudor. Se trata de la cesión de
créditos pro solvendo.
Tratándose del factoring con recursos, en caso de insolvencia del deudor el factor
puede accionar contra su cliente, pues este no se ha desprendido del riesgo de la
operación. En tal hipótesis, García Solé opina que se produce el efecto" de una resolución
de la cesión, y el crédito retornaría al cliente"7.
Es evidente que en este caso todas las garantías que el cliente tuviera otorga- das a favor
de la entidad de factoring (avales, depósitos en prenda, etc.) resultarían aplicables.
En caso del factoring sin recurso, al haberse cedido los créditos pro soluta, el cliente ha
quedado liberado de responsabilidad por la insolvencia del deudor, de manera que será él factor
quien deberá, en principio, soportar el riesgo de la falta de pago. Es preciso tener en cuenta, sin
embargo, que si la falta de pago de la deuda se produjese por su falta de existencia o de
legitimidad, el factor podría accionar directamente contra el cliente, pues este está obligado a
garantizar la existencia y exigibilidad de la deuda.
Para el factor, que normalmente es una entidad financiera o un banco, el factoring resulta
útil como medio de dispersión del crédito, ya que en lugar de otorgar un préstamo importante a
favor de una sola empresa lo que hace en realidad es facilitar créditos de menor importe a favor
de muchas. El riesgo, entonces, resulta menor.
La terminación del contrato de factoring se produce por las causales seña- ladas en
el Código Civil, sea por razones naturales o normales, vencimiento del plazo, fallecimiento
de la persona natural, etc., así como por las anormales, como son el incumplimiento de
las obligaciones asumidas, en cuyo caso nos remitimos al artículo 1428 del Código que
dispone: "En los contratos con presta- ciones recíprocas, cuando alguna de las partes
falta al cumplimiento de su prestación, la otra parte puede solicitar el cumplimiento o la
resolución del con- trato y, en uno u otro caso, la indemnización de daños y perjuicios. Es
causal de terminación del contrato la declaración de quiebra de cualquiera de las partes o
la disolución de las mismas".
El contrato de factoring concluye: a) por vencimiento del plazo, por conclusión del
objeto materia del contrato; b) por disolución de la empresa de facto- ring, lo cual acarrea
la complejidad de la vida societaria, pues el objeto social de dicha sociedad concluye, ya
que una sociedad en disolución y liquidación tiene un solo objeto, liquidar sus activos para
pagar sus pasivos, no puede generar nuevos negocios, y los que tiene debe concluirlos,
su objeto social motivo de su constitución terminó; e) por transmisión del patrimonio
fideicometido o por la transmisión del fondo empresarial; d) por quiebra de cualquiera de las
partes. La insolvencia es una causa justificada para invocar la resolución del contrato en la
medida que exista incumplimiento de las obligaciones otro párrafo.
Cuando el plazo es indefinido, es pertinente otorgar el aviso para dar por terminada la
relación contractual, más aún cuando el contrato es de ejecución continuada, como el caso del
contrato de factoring. En tal supuesto, el artículo 1365 del Código Civil peruano establece: "En
los contratos de ejecución continuada que no tengan plazo convencional o legal determinado,
cualquiera de las partes puede ponerle fin mediante aviso previo remitido por la vía notarial con
una anticipación no menor de treinta días. Transcurrido el plazo correspondiente el contrato queda
resuelto de pleno derecho".
CONTRATO
DE
LEASING
CONTRATO DE LEASING
I. DEFINICION:
"Leasing" es una palabra en idioma inglés que significa "arriendo" y sirve para denominar a
una operación de financiamiento de máquinas, viviendas u otros bienes. Esta consiste en un
contrato de arriendo de equipos mobiliarios (por ejemplo, vehículos) e inmobiliarios (por ejemplo,
oficinas) por parte de una empresa especializada, la que de inmediato se lo arrienda a un cliente
que se compromete a comprar lo que haya arrendado en la fecha de término del contrato.
Las normas referidas a este tipo de operaciones indican que las instituciones financieras
podrán celebrar contratos de leasing que consistan en la prestación de un servicio financiero
equivalente al financiamiento a más de un año plazo para la compra de bienes de capital (bienes
raíces, maquinarias, equipos, etc.), viviendas y bienes muebles durables susceptibles de ser
La diferencia del "leasing" con otros sistemas como los créditos comerciales o los créditos con
hipoteca sobre el bien que se compra, es que la empresa que se dedica al "leasing" hace la
adquisición a su nombre y luego la deja en arriendo a un tercero. Si éste deja de cumplir su parte
del contrato, es decir, pagar su arriendo, el bien deja de ser arrendado y vuelve a la empresa de
"leasing" o banco.
Así, tenemos:
1. El arrendatario puede comprar el bien objeto del contrato (cláusula de opción a compra).
2. Puede prorrogar el plazo establecido en el contrato y continuar con el uso o goce temporal
del bien.
3. El arrendatario puede acordar con el arrendador la venta del bien a un tercero participando
en el precio de venta.
4. Por ultimo también puede restituir el bien al arrendador ¨.
Existen tres sujetos que participan en este contrato: arrendatario, arrendador y proveedor.
El arrendador cede en uso los bienes que ha adquirido por encargo y responsabilidad del
arrendatario.
Para efectos prácticos, podría entenderse que por el contrato de leasing o arrendamiento
financiero, un sujeto necesitado de recursos financieros para adquirir bienes de capital,
maquinaria, equipos o inmuebles, en una primera etapa determina las condiciones de sus
requerimientos.
Una vez identificadas las necesidades comienza una vinculación con una entidad del sistema
financiero, la cual
II. IMPORTANCIA
El leasing constituye un financiamiento a largo plazo que permite la flexibilidad en los pagos,
adecuándose a las políticas financieras de la empresa y adaptándose, además, a la capacidad de
producción.
Así, esta modalidad de financiamiento sirve, por ejemplo, para facilitar la adquisición de activos
por parte de las empresas y lograr su capitalización, pues se trata de activos que se pagaran con
los resultados que la empresa genere.
Bajo este orden de ideas, cobrara mayor importancia para el arrendatario la posibilidad de cambiar
el equipo por uno más moderno, en vez de ejercer la opción de compra.
Así, a la opción de adquirir los bienes materia del leasing por su valor residual al término
del contrato, se suma la posibilidad de sustituirlos y renovarlos por nuevos bienes que el mismo
arrendatario seleccionara.
A efectos prácticos, se suele pactar en este tipo de contratos una renovación automática
del plazo por un periodo similar al contrato original, dejando la salvedad que el valor de las cuotas
podría variar dependiendo del valor de los nuevos bienes.
- FOMENTA LA FORMALIZACION.
El leasing es una actividad reservada a las empresas del sistema financiero, por lo que todo
aquel que desee acceder a este tipo de financiamiento deberá someterse a los requerimientos de
las referidas entidades.
- OPERACIÓN NEUTRA
El leasing puede definirse como una operación neutra debido a que ella no se refleja en el
activo ni en el pasivo del balance, por lo cual, no afecta la posibilidad de endeudamiento del
arrendamiento.
A diferencia de los créditos tradicionales, el leasing cubre el cien por ciento de la operación y
no exige grandes desembolsos iniciales, pues, como lo hemos expresado, se adapta a la política
de cobranzas de la empresa.
De este modo no se distraen recursos necesarios para el desarrollo de las actividades propias
de la empresa.
- FACILIDADES ADUANERAS
Debido a que las cuotas de leasing, por lo general, son fijas e inamovibles, resulta mucho más
fácil para la empresa proyectarse en el tiempo y de este modo se facilita el control de los costos
operativos.
Es común en todos los juristas tomar en consideración los elementos que caracterizan a una
determinada institución jurídica, a efectos de poder catalogarla
En ese sentido, Boneo Villegas y Barreira Delfino definen que debe entenderse por
tipicidad: se entiende por tipicidad al conjunto de modalidades y notas características de cada
forma de contratación y que posibilita la asignación de un tipo cierto y determinado, que es comuna
todos a aquellos contratos que sustentan idéntica conformación a los fines de su regulación
normativa¨.
Por lo tanto, una vez determinado el tipo de contrato, podremos aplicar la normativa
prevista, sin tener reparos en la aplicación de la misma.
Bajo este orden de ideas, a efectos de identificar la tipicidad de los contratos de leasing,
debemos recurrir a los elementos determinantes de otros figuras contractuales similares al leasing.
Para tal efecto, revisemos las dos principales teorías que pretenden desentrañar la
naturaleza jurídica del contrato de leasing.
Esta teoría es una de las más aceptadas, comentadas y se aproxima bastante a la figura
o definición del contrato de leasing, tanto como es concebida en diversos países como en nuestra
realidad.
Por otro lado, debemos acotar que en las legislaciones europeas, tales como la fracesa,
belgay rumana, se define al leasing como un alquiler con promesa de venta.
En el Perú, debemos precisar que tanto la ley anterior que regulaba el leasing (decreto
legislativo N°212) y la ley actual (decreto legislativo N°299) definen al leasing como un
¨arrendamiento con opción de compra¨.
A favor de la tesis del arrendamiento, debemos tomar en cuenta que se deben dejar de
lado las ficciones legales complementarias y examinar el leasing en su esencia, por lo que se
observa que la esencia de la relación jurídica en el leasing, que tiene lugar entre la empresa de
leasing y la usuaria del servicio, se encuentra en el cambio de la atribución propia de
arrendamiento, como es la del goce de un bien a cambio del pago de una contraprestación,
situación que, según se aprecia, es la causa típica del contrato de arrendamiento.
Asimismo, debemos recordar que la unidad contractual del arrendamiento propio del
leasing, no es menguada por la inclusión de cláusulas adicionales no comunes a un contrato de
arrendamiento ordinario, puesto que estamos frente a un arrendamiento con finalidad financiera.
Del mismo modo, por el hecho de existir la opción de compra del bien materia del
arrendamiento no puede desconocerse la esencia y preponderancia del arrendamiento.
Como se puede apreciar, hemos analizado algunos de los fundamentos planteados a favor
de esta teoría. No obstante, existe un importante sector de especialistas que considera que esta
aparente armonía de conceptos no es tal.
El leasing sobrepasa el marco jurídico del arrendamiento, porque si bien las dos formas
poseen algunos elementos en común, el leasing reúne unos elementos esenciales (término inicial
y cláusula de opción de compra) que no contiene el arrendamiento; y de faltar estos se desvirtúa
el carácter económico-financiero de esta institución, caso en el cual y no estaremos en presencia
del leasing sino que este degeneraría en aquel tipo contractual. Estas consideraciones son tan
evidentes, los constructores de la tesis impugnada se ven obligados a aceptarlas.
En ese sentido, debemos traer a colación un elemento esencial del leasing, la denominada
¨etapa de colaboración entre la sociedad y el futuro usuario¨ que constituye el punto de partida del
contrato, como resultado de la obligación que asume la primera (sociedad) de adquirir los bienes
requeridos por el segundo (futuro usuario)
Como se puede observar, esta figura no es típica del arrendamiento, y tal como se señala,
esta constituye justamente un aspecto característico del leasing.
Por otro lado, apuntando a la finalidad perseguida por las partes, los críticos de la teoría
del arrendamiento se han formulado una serie de cuestionamientos, tales como ¿Qué finalidad
practica ánima a la empresa usuaria a adquirir bienes en leasing?
Sobre el particular, debemos precisar que como premisa tenemos que asumir que la
usuaria, al adquirir bienes mediante al leasing, pretende obtener el máximo de utilidad económica
posible, pero con la posibilidad latente de adquirirlos a su sola decisión y por un precio residual
que es menor al precio del mercado. Como se observa, este no es el fin buscado en el
arrendamiento común.
Otra particularidad que podemos apreciar la hallamos en el significado que tiene el precio
del bien en el contrato de leasing y en el de arrendamiento, mientras que en el arrendamiento, el
pago de las rentas periódicas significa la contraprestación por la cesión del uso del bien, en el
leasing el uso es solo uno de los elementos componentes del precio pagado, puesto que el precio
incluye otras prestaciones a adicionales al uso: la adquisición del bien y la eventual transferencia
de la propiedad por el valor residual pactado para la opción de compra.
Como se puede apreciar, podemos concluir este punto señalado que el leasing y el
arrendamiento tienen un solo punto de encuentro: la puesta a disposición de bienes en calidad de
uso.
1. TEORIA DE LA COMPRAVENTA.
Los que sostienen esta teoría, prefirieron dirigir su investigación y esfuerzos hacia la
función económica del leasing.
El leasing es una operación de créditos y el ánimo del empresario es el mismo que lo lleva
convenir una compraventa; a diferencia, esta únicamente en el modo de financiarlo.
Asimismo, Ferrere Lamaison señala: el leasing operativo se acerca más a la normativa del
arrendamiento; en tanto que, el leasing financiero, tiene a acercarse más a la compraventa, sobre
todo a la compraventa con reserva de propiedad.
Como se puede advertir, quienes apoyan esta teoría afirman que entre la sociedad de
leasing (que trasfiere el uso y goce del bien) y el usuario (quien lo toma) existen acuerdo en torno
al bien y al precio, y que la voluntad real de las partes es celebrar una compraventa a plazos.
Según estos juristas, se fortalece esta idea en el hecho de que la suma de los pagos que
el usuario debe abonar sobrepasa el valor material nuevo facilitado y proporciona, además, un
beneficio a la sociedad de leasing. Por otro lado, consideran que la cláusula de opción de compra
a favor del usuario, que es esencial en este contrato, es todo argumento para calificarlo como
compraventa.
Sobre el particular, comencemos a analizar los indicadores que evidencian que esta
homologación o es tan perfecta:
Sin embargo, en el leasing, vencido el plazo contractual durante el cual la usuaria tiene el uso
del bien, se hace necesaria la emisión de una nueva declaración de voluntad, de parte de la
usuaria, para ejercer, pues, la opción de compra que le confiere el contrato.
En suma, el contrato de leasing tampoco calificaría como una e compra venta; podemos
advertir, entonces, que el contrato de leasing no califica como una de arrendamiento ni como una
de compraventa, sino que toma elementos de ambos.
De lo expuesto, podemos considerar que estamos frente a un contrato distinto, que adopta
características de los contratos anteriormente comentados, pero que componen un contrato nuevo
con características propias, situación que lo hace diferente a los contratos mencionados y que ha
generado que tenga su propia regulación que establece el código civil para los contratos de
arrendamiento.
IV. CARACTERISTICAS
Podemos sostener que el leasing ¨es un contrato mercantil porque así lo establece la legislación
especial, aunque su naturaleza como tal es perfectamente discutible¨
“artículo 1°.-connsiderese arrendamiento financiero, el contrato mercantil que tiene por objeto la
locación del bienes muebles o inmuebles por una empresa locadora para el uso por la arrendataria,
mediante pago de cuotas periódicas y con opción a favor de la arrendataria, mediante pago de
cuotas periódicas y con opción a favor de la arrendataria de comprar dicho bienes por un valor
pactado”
Por otro lado, con la unificación del contrato civil y el mercantiles, esta clasificación de los
contratos ha devenido en poco útil, más aun si puedes ocurrir situaciones en las que una de las
partes sea una empresa y la otra una persona natural, con lo que una de las partes tendría
naturaleza mercantil y la otra civil.
1. CONTRATO TIPICO
2. CONTRATO PRINCIPAL
Del leasing se origina una situación jurídica, generándose derechos y obligaciones para cada
una de las partes contratantes.
4. CONTRATO ONEROSO
Sostiene BONEOO VILLEGAS que ¨es evidente que las ventajas que procura una u otra de
las partes no les serán concedidas sino por una prestación que cada una haga o se obligue a
hacerle a la otra¨
5. CONTRATO CONMUTATIVO
El leasing es un contrato conmutativo, toda vez que las partes conocen desde su celebración
las obligaciones y derechos que asumirá cada una de ellas, pudiendo así determinar desde un
inicio el provecho que el contrato le deparara y la prestación que a cambio de esta deberá otorgar.
6. CONTRATO CONSENSUAL
7. CONTRATO DURADERO
Así, este contrato resulta ser una de tracto sucesivo, pues prolonga necesariamente su
cumplimiento a través de un plazo dilatado,, y ello también se deriva del propio valor económico
de los bienes que se adquieren por medio de este contrato que exigen periodos prolongados de
tiempo a efectos de dividir su valor en cuotas.
8. CONTRATO DE ADHESION
En la práctica observamos que las empresas de leasing tienen pre impreso los formatos para
colocar los datos generales del leasing y asimismo tienen ya redactadas las cláusulas de los
respectivos contratos, quedando al arrendatario la posibilidad de aceptarlo o rechazarlo, y en el
mejor de los casos podrá realizar cambios mínimos.
9. CONTRATO DE CAMBIO
Respecto a las características mencionadas, debemos concluir que ellas, conjuntamente con las
definiciones presentadas, perfilan a este contrato como uno especial, autónomo y particular.
ELEMENTOS
1. EL ARRENDATARIO
Las empresas del sistema financiero (las conocida arrendaras) son las autorizadas a
realizar esta operación a través de un departamento especializado o a través de una empresa
subsidiaria; las obligaciones de estas entidades son las de financiar la compra de los bienes objeto
del contrato directamente al proveedor elegido, para otorgarlo en arrendamiento y reconocerle al
arrendatario la opción de compra.
3. EL PROVEEDOR
Si bien tiene una participación marginal, muchas veces es incluido en el contrato, por los
efectos relativos a las garantías de los bienes vendidos, capacitación, asesoría técnica, venta de
repuestos y otros de tipo técnico.
V. MODALIDADES
Si bien es cierto el presente trabajo desarrolla de contrato de leasing bajo su modalidad más
común, es decir, la financiera, no podemos obviar que existen otras modalidades del mismo
contrato, tales como el leasing operativo y el leaseback, sobre las cuales comentaremos en forma
sucinta a continuación.
1. LEASING FINANCIERO:
Por el contrato de leasing bajo esta modalidad, que es la más difundida y la que venimos
desarrollando, el arrendatario prevé utilizar el bien durante toda su vida útil promedio. El
procedimiento, normalmente, permite al arrendatario seleccionar al proveedor y los bienes, los
cuales frecuentemente son elaborados a pedido según los requisitos del arrendatario, el cual
solicita a la empresa de leasing adquirir el bien elegido.
En buena cuenta, por esta modalidad una empresa de leasing otorga en arrendamiento un
bien determinado elegido por el usuario y que este adquiere para tal deposito, obligándose el
arrendatario a pagar un canon periódico, por un tiempo determinado e irrevocable, en el que ha
asumido el arrendatario todos los riesgos y gastos de conservación del bien durante la vigencia
del contrato en las condiciones que se acordaren o finalmente restituir el bien materia del contrato.
2. LEASING OPERATIVO
Se concluye de lo expuesto que, al tratarse los bienes de uso corriente, los mismos pueden
ser reasignados a terceros al término del contrato, si este no se renueva o no es comprado el bien
por el usuario.
3. LEASE BACK
Cabe precisar que, al igual que en el contrato de leasing, en esta modalidad, también conocida
como ¨sale and leasebask¨, el sujeto que en un primer momento vende los bienes y luego los
utiliza en calidad de arrendamiento, obtiene el derecho de ejercitar el derecho de compra del
referido bien al vencimiento del contrato y por un precio estipulado de antemano.
Como se puede observar, mediante el leaseback, una empresa puede convertir sus activos
fijos en efectivo, lo que le podría solucionar problemas generados por alguna situación de falta de
liquidez que pudiera estar atravesando.
VI. ETAPAS
La etapa que a continuación iremos tratando, son aquellas que generalmente son transitadas
por las partes intervinientes en un contrato de leasing.
En esta etapa, es posible arrendatario procede a contactarse con la entidad del sistema
financiero elegida, como consecuencia de lo cual, lo normal sería que este sujeto presente una
solicitud al posible financiador.
LEYVA SAVEDRA considera que los contratos de leasing se inician con la presentación
de la posible arrendataria también conocida como empresa usuaria de una solicitud en la que se
detalla el bien o bienes que desea adquirir, su forma de pago, m entre otras características que
conjuntamente determinaran el resultado de la evaluación que realice la entidad del sistema
financiero.
“el examen de los aspectos estructurales debe continuar con la que es considerada como segunda
particularidad del leasing: el requerimiento del bien hecho por el potencial utilizador a la empresa
de leasing con la indicación de las características del bien deseado”
En esta etapa, la entidad del sistema financiero incluso considera si es pertinente, por
las características del sujeto recurrente, la opción de solicitarle una garantía adicional.
La entidad del sistema financiero considera aprobada la solicitud del posible arrendatario
y se celebra el contrato de leasing, lo que ha conllevado que también se deba concretar la relación
obligacional de la entidad del sistema financiero con el proveedor del bien.
“surge entonces un contrato cuyos sujetos son el proveedor, de una parte y la entidad financiadora,
de la otra parte, pues como es bien sabido en el arrendamiento financiero la propiedad del bien
adquirido o fabricado es del financiador y no del usuario (…).
“se celebra el contrato que nos ocupa, en cuyos términos la arrendadora pone el bien a
disposición del arrendatario, para que lo use y, en su caso, disfrute, tal como se estipula en
cualquier contrato de arrendamiento (…).
Durante esta etapa, la ejecución del contrato recae sobre el uso del bien, este derecho
está sometido a todas las restricciones establecidas en el contrato; finalmente, el arrendatario
tendrá la posibilidad de ejercer su derecho de opción de compra, produciéndose la transferencia
de la propiedad del bien en posesión en virtud del contrato de leasing a favor del arrendatario.
Los derechos y obligaciones de las partes, lis cuales se ejecutan en esta etapa serán
comentados posteriormente, así como también se efectuaran las correspondientes referencias a
la extinción del contrato.
Como hasta el momento el lector habrá podido advertir, un elemento vital y típico del contrato
de leasing es la opción de compra.
Para estos efectos, FARINA define al valor residual por el cual se ejercerá la opción de compra
en los siguientes términos:
“el valor residual es el precio preestablecido con cuyo pago a la financiación del plazo de leasing,
el tomador adquiere la propiedad del bien si hace uso de la opción fijada a tal efecto en el contrato
(…)
El valor residual es muy reducido con el respecto al valor real del bien al momento de su
pago. Para su fijación, habitualmente se tiene en cuenta parte de las sumas pagadas durante la
locación como término medio, (…).
Lógicamente, la opción de compra se ejercerá no al valor total del bien, sino al valor que
reste luego de efectuar un estimado de las cuotas pagadas y conforme a los recuerdos a los
cuales hubiesen llegado las partes, monto conocido como valor residual.
Se señala que la determinación del valor residual es un tanto complicada, en la medida que se
determinara por factores económicos que pueden no ser previsibles al momento de celebrar el
contrato de leasing:
“En general, para la determinación del valor residual de un bien se ponderan dos factores:
a) La vida económica de el
b) B) el valor esperado de este o estos a la finalización del termino inicialmente pactado para
el arrendamiento”
A estas alturas y luego de revisados todos los aspectos comentados hasta el momento del
contrato de leasing, ya habremos podido deducir de los derechos y obligaciones delas partes
contratantes.
1. DERECHOS DE LA ARRENDADORA
Conversar la propiedad del bien objeto de leasing con todos sus tributos hasta la fecha
en que surta efecto la opción de compra ejercida por la arrendataria sobre la base del
valor pactado.
Exigir el aseguramiento de los bienes por parte de la arrendataria, fijando las condiciones
mínimas de seguro contratado a fin de que este cubra los bienes contra riesgos.
Requerir que el contrato de leasing celebrado mediante escritura pública se inscriba en
los registros públicos.
Inspeccionar los bienes entregados a la arrendataria y exigirle las reparaciones y el
mantenimiento correlativos, así como su debido uso.
Cobrar las cuotas periódicas fijadas en el contrato, así como el valor residual en caso de
que se ejercite la opción de compra que tuene la arrendataria.
Exigir la resolución del contrato cuando la arrendataria falte al pago de dos o más cuotas
consecutivas o se atrase en el pago en más de dos meses, en un plazo mayor, a si este
hubiere sido pactado por las partes.
Exigir la resolución del contrato si la arrendataria no paga el valor residual en el plazo
que se pacte, al ejercitar su opción de compra.
No responder por los vicios y daños que se produzcan o generen los bienes en uso de la
arrendataria.
Hacer efectivas las penalidades que puedan haber sido contemplados en el contrato.
2. OBLIGACIONES DE LA ARRENDADORA
3. DERECHOS DE LA ARRENDATARIA
Señalar a la arrendadora la especificación del bien o bienes que desea tomar en
arrendamiento e indicar quien deberá ser el fabricante o proveedor.
Exigir la entrega del bien y hacer uso del mismo en las condiciones establecidas
en el contrato con la arrendataria.
Hacer un debido uso del bien de acuerdo con lo estipulado en el contrato. Como
consecuencia de lo señalado, deberá realizar todas las reparaciones que sean necesarias
para su adecuado funcionamiento.
Usar y disfrutar del bien según los términos del contrato, por efecto de lo cual,
generalmente se pacta que la arrendataria efectué en el bien todas las reparaciones
necesarias a fin de conservarlo en estado útil para el uso al que ha sido destinado.
No podrá cambiar el uso del bien establecido por el contrato, de acuerdo con lo que
impone su propia naturaleza, su propia función y sus imperativos de orden técnico.
No podrá subarrendar el bien, total o parcialmente, ni ceder el contrato, sin asentimiento
escrito del arrendador. Los bienes materia de los contratos de leasing solo podrán ser
subarrendados con previo y expreso consentimiento de la arrendadora, salvo disposición
contraria de las partes contratantes.
Contratar los seguros establecidos en el contrato.
Efectuar el pago de las cuotas periódicas.
Efectuar el pago del valor residual, en caso de ejercitar su opción de compra.
Responder por los daños y perjuicios que cause el bien o bienes a partir del momento en
que los recibió, sea de la locadora o directamente del fabricante o proveedor.
Devolver el bien o bienes a la terminación del contrato, salvo que este haya sido
prorrogado o que la arrendataria haya hecho uso de su opción de compra. La misma
obligación existirá en caso de rescisión del contrato, por incumplimiento del usuario o
arrendataria.
Como habremos podido advertir hasta el momento, el contrato de leasing evidencia, hacia
el final de su vigencia, algunos de sus rasgos más típicos, como la posibilidad para el arrendatario
de ejercer la opción de compra, el devolver el bien al no ejercer la opción de compra, el celebrar
un nuevo contrato de leasing o la posibilidad de sustituir el bien por otro más moderno.
Por otro lado, también existen formas no habituales de finalizar los contratos de leasing, como
los casos de resolución por falta de pago o por otras causales pactada como la resolución expresa.
Una vez vencido el plazo del contrato de leasing, tendrá lugar la extinción de la relación
obligatoria bajo las circunstancias que se indican a continuación:
El autor considera que esta prórroga, a diferencia de la opción de compra que presenta
caracteres similares en la mayor parte de los contratos de leasing, ofrece una variada gama de
posibilidades y que el mismo contrato puede establecer las condiciones de o plazo y precio que
habrían de regir en el supuesto de decidirse por su prorroga o solamente la posibilidad de
prórroga, indicando que las partes, en su momento, acordaran las nuevas condiciones del contrato.
“puede darse el caso, de que las partes convengan en celebrar un nuevo contrato de
arrendamiento financiero sobre el mismo bien, obviamente en condiciones distintas. En ese caso,
no habrá necesidad de que se proceda a la devolución del bien, pero no podrá entenderse de
ninguna manera que lo que se ha producido es una continuación del contrato de arrendamiento
financiero, sino la celebración de un nuevo contrato. A este respecto, Martin Oviedo expresa que:
desde un punto de vista jurídico no se trata exactamente de continuar el contrato (prorroga), puesto
que el plazo de expiración tiene carácter esencial, y la continuación significa la modificación de
algunas cláusulas del contrato primitivo (cantidades a pagar por el usuario y plazo de
determinación, básicamente). Estamos por ello o bien ante una novación modificativa de índole
objetiva, o bien ante la conclusión de un nuevo contrato de leasing entre las mismas partes y
respecto de los mismos objetos que el anterior (…)
Como podrá advertirse, no es pacifica la lectura que efectúan los autores de esta
modalidad de extinción del contrato de leasing, sea como sea, en el fondo se trata de modificar
sustancialmente las condiciones del contrato inicial, cuando las partes adoptan el acuerdo de
vincularse respecto del mismo bien, sobre el cual no se ha ejercido la opción de compra
anteriormente.
Como ya lo habremos podido advertir, el leasing es un contrato flexible, entre cuyos fines
se encuentra el adaptarse a las necesidades económicas de las empresas que lo requieren y es
viable que los contratos contengan alternativas adicionales como la posibilidad de sustituir el bien
objeto del contrato por otro más moderno antes del vencimiento del plazo. El acuerdo mencionado
es conocido comúnmente por la doctrina como la “cláusula de correlación al progreso”.
Como consecuencia de lo indicado, para hacer efectiva una cláusula de esta naturaleza se
requiere la participación de una empresa proveedora, a fin de modificar el bien por otro más
moderno.
Ya hemos señalado que la falta de pago de dos o más cuotas consecutivas o el atraso de
pago de más de dos meses faculta a la arrendadora a resolver la relación obligatoria.
Adicionalmente a lo señalado, la legislación peruana protege el derecho de propiedad de la
empresa arrendadora sobre sus bienes, al prever que los bienes dados en arrendamiento no son
susceptibles de embargo, afectación ni gravamen por mandato administrativo o judicial en contra
del arrendatario. En este sentido, el juez deberá dejar sin efecto cualquier mediad cautelar que se
hubiera trabado sobre esto bienes por el solo mérito de la presentación del testimonio de la
escritura pública del contrato de leasing.
CONTRATO DE
UNDERWRITING
EL CONTRATO DE UNDERWRITING
AL ASEGURAMIENTO DE OFERTAS PÚBLICAS DE VALORES MOBILIARIOS
I. INTRODUCCION:
El mercado financiero, como ya es bien sabido, es aquel en que la oferta de los agentes
superavitarios (ahorristas) confluye con la demanda por dinero de aquellos agentes que se
encuentran en una situación deficitaria, creándose de esta manera un mercado que por naturaleza
apunta a la utilización o destino de recueros a su uso más eficiente, pues únicamente pretende
canalizar el ahorro público al financiamiento de inversiones de los agentes deficitarios, generando
inversión por parte de los deficitarios y un mayor retorno para los superavitarios.
El clásico ejemplo del funcionamiento del referido mercado. Sobre la base de la cruda
descripción que hemos realizado, se traduce en el agente que tiene un excedente de dinero
(capital) no consumido, que pretende colocar en alguna inversión de mayor o menor riesgo, a
efectos de atribuirle un posible retorno sobre su capital. Pues no tendría las cantidades suficientes
de dinero, el conocimiento necesario o el tiempo para iniciar un negocio propio, por lo que acude
al mercado a efectos de encontrar a algún agente que ofrece recibir dicho capital a cambio del
pago de un determinado retorno fijo o variable.
Es por la naturaleza de este segundo agente, que surge la delimitación o división clásica del
mercado financiero en dos distintas modalidades de asignación del ahorro, una denominada
Lo ciento es que este tipo de medio de canalización del ahorro permite, sobre la base de los
cálculos técnicos propios de la actividad bancaria, satisfacer as exigencias antes señaladas, sin
embargo, la experiencia histórica nos muestra que periódicamente las entidades bancarias se
enfrentan a situaciones anormales en que las previsiones técnicas realizadas a través de los
referidos cálculos son inaplicables, pues actitudes de los inversionistas – como el retiro masivo de
fondos, por ejemplo determinan la posible crisis de una entidad bancaria, independientemente de
su estado de solvencia o liquidez.
Siendo ello así, es que surgen las normas de derecho bancario y as agencias
gubernamentales de supervisión de las entidades financieras, cuya principal función es velar por
la estabilidad, solvencia y liquidez de dichas entidades mediante normas prudenciales de disciplina
y control, asegurando de alguna manera al ahorrista su inversión o deposito.
Atendiendo a lo anterior, se puede llegar a concluir que una de las características principales
de este medio, es la asunción (o reducción) por parte de las entidades bancarias del riesgo al que
se enfrentan los agentes superlativos (ahorristas), ya que en definitiva, el riesgo de las actividades
de los deficitarios es asumida directamente por ellas, quienes deberán procurar el cobro de los
créditos que otorgan.
b) Ahorro directo.- el ahorro directo puede describirse como la inversión directa de los
agentes superavitarios en instrumentos financieros emitidos por loa agentes deficitarios a
través del mercado de valores (valores mobiliarios). Dichos instrumentos financieros
Podrán presentar una cuenta contable en el pasivo del agente deficitario (valores
representativos de deuda) o formar parte del capital dela gente superavitario (valores
representativos de participación en la sociedad).
Este mercado cumple la función económica de contactar de manera directa los agentes del
mercado a efectos de facilitar las transacciones en instrumentos financieros, de forma que loa
gentes superavitarios suman de forma directa el riesgo de su inversión en las actividades de los
agentes deficitarios, a diferencia del sistema de ahorro indirecto en que las entidades bancarias
fungían como barrera entre los agentes del mercado, reduciendo el riesgo implícito de la
asignación del ahorro.
Dentro del marco de la modalidad de ahorro directo se presenta la figura del contrato de
UNDERWRITING tal y como la conocemos hoy en día como un mecanismo a través del cual el
emisor de una determinada serie de valores busca disminuir los riesgos implícitos en la búsqueda
de financiamiento vía ofertas de valores, asegurado de alguna manera la suma de dinero que
recibirá y en algunos casos el momento en que podrá disponer de la misma.
En el año 1738, el matemático suizo Daniel Bernoulli ofreció una explicación novedosa
respecto de la actitud de los agentes económicos frente a la incertidumbre y al riesgo que la misma
genera. Si bien la teoría económica ha desarrollado a profundidad de la hipótesis de Bernoulli, su
planteamiento inicial aún se mantiene intacto, señalando que las expectativas de retorno que las
mismas otorgan. En aquel entonces, dicha hipótesis era completamente contradictoria a lo que la
mayoría de las corrientes económicas promulgaban o presumían en todo caso.
De esta forma como consecuencia de hipótesis como la de Bernoulli, entre muchas otras, se
interpretó que la mayoría de sujetos sin adversos al riesgo y que, por lo tanto lo mismo
comúnmente preferirán obtener un resultado determinado da un costo fijo, que un resultado
variable al mismo costo. Aunque este último podría ser mayor.
saber de forma concluyente cuantas captaciones obtendrá respecto de su oferta, dejando abierta
de alguna manera la suma de dinero que obtendrá a efectos de financiar sus actividades.
Por otro lado cabe mencionar que ya es casi un hecho en la práctica del mercado de valores
de aquellos agentes que acuden al mercado primario de valores a efectos de buscar
financiamiento, deben aceptar una subvaluación de sus valores, pues el alto grado de
incertidumbre asociado al precio de equilibrio que tendrán estos títulos después de su colocación
los obliga de alguna forma a asignar precios iniciales de colocación relativamente bajos.
De esta manera, tenemos que el emisor de valores en el mercado se enfrenta a tres riesgos
distintos que afectan directamente al resultado de su oferta: uno derivado de su falta de
información respecto a la atribución de valor a sus títulos por parte del mercado; dos otro derivado
de falta de información de los inversionistas en cuanto al precio de equilibrio de los mismos; tres
finalmente aquel riesgo derivado de condiciones extrañas y ajenas a la propia emisión,
denominados market out conditions, a los cuales nos referimos más adelante.
La existencia de dicho riesgo lleva a que los agentes en busca de este tipo de financiamiento
pretendan “asegurar” el éxito de su emisión, buscando de esta manera reducir los riesgos
implícitos en la misma a cambio de obtener un resultado determinado pero meno beneficioso en
términos de utilidad.
A fines del siglo XIX coincidiendo claramente con el desarrollo de las empresas ocasionado
por la revolución industrial, las mismas comenzaron optar por recurrir a público para financiarse,
momento en el cual distintas empresas especializadas que promocionaban la colocación de
valores de crédito iniciaron la actividad consistente en la suscripción de títulos emitidos por
empresas que necesitaba recursos con el objetivo de revenderlos a un mejor precio. A esto se le
llamo Underwriting iniciándose en el desarrollo de una actividad especulativa de valor que
evoluciono hasta llegar a lo que actualmente conocemos como el contrato de Underwriting.
Sin embargo consideramos que la sujeción del contrato a dicha consecuencia sería tan solo obviar
que la prefinanciación es solo eso, una consecuencia de la real motivación para la celebración del
contrato y que ella solo se presenta en determinadas modalidades de este.
Como se podrá apreciar, existen algunas diferencias conceptuales entre las definiciones
antes señaladas sin embrago, ello no debe de llevar a confusión pues las mismas responden
únicamente a las diferentes modalidades del contrato. Tenemos que Martorell estaría haciendo
diferencia al Underwritng en firme o firm commitment underwriting, mientras que Cachón Blanco
se refiere de alguna manera al underwriting de garantía, o stand-by underwriting, que
desarrollaremos en el numeral siguiente.
Atendiendo a las variaciones que la figura puede sufrir dependiendo de la modalidad del
contrato, buscaremos planear una definición general que abarque a la misma desde un marco
genérico, para después destacar las variaciones de esta definición general sobre la base de cada
modalidad del contrato.
Para nosotros, es claro que el contrato de Underwriting no es más que un contrato a través
del cual una entidad financiera o intermediaria de valores, busca asegurar o reducir
considerablemente los que son implícitos en una emisión de valores mobiliarios, a cambio de una
ganancia que puede consistir en una diferenciación entre el precio de adquisición de los valore y
el precio de la ulterior colocación de los mismo, o en una comisión por l colocación de los valores.
El efecto pretendido por el contrato bajo comentario puede ser conseguido por el underwriting de
diversas maneras, ya que sea comprometiéndose a suscribir la totalidad de los valores emitidos a
asegurando el resultado la aceptación total de la oferta.
Si bien existen varias definiciones mucho más puntales y específicas, consideramos que
elaborar una definición al nivel de detalle con que se han venido efectuando, sería un tanto
irresponsable y prestaría a la confusión de quien pretende entender plenamente la figura, pues las
diversas modalidades de la misma generan variaciones radicales en sus características. Por ello,
consideramos pertinente concentrarnos únicamente en las cinco nota articulares aplicables a toda
modalidad del contrato, siendo estas:
Todas las demás que algunos autores atribuyen al contrato, como son la prefinanciación del
emisor o la adquisición de la totalidad de valore mobiliarios directamente por el underwriter, no son
más que variaciones o atributos de cada subespecie o modalidad e la figura.
III. MODALIDADES
Como es lógico, la reducción del riesgo que enfrenta cada emisor en una oferta de valores,
por medio de un contrato de underwriting, no es más que la traslación del mismo a la entidad que
asegurará de una manera u otra la emisión. De esta forma, se tiene que la contraprestación o
posibilidad d ganancia del underwriting dependerá directamente del riesgo que opte asumir en
cada caso en particular. Por ello, sufren diversas modalidades de aseguramiento que pretenden
varia la carga y forma de traslación del riesgo, pues en definitiva, esta variará dependiendo de
cada emisor y de cada valor a ser emitido.
1. Underwriting en firme :
Esta modalidad del contrato, es aquella en que el riesgo del emisor es trasladado en su
totalidad al underwriting. En definitiva, consiste en un contrato mediante el cual un underwriting
asegura una colocación de valores mobiliarios, adquiriendo los mismos desde un inicio a efectos
de colocarlos en el mercado a un precio mayor, refinanciando al emisor pues deberá pagarle un
precio determinado por los valores antes de que los mimos sean colocados.
Cabe señalar que como consecuencia de la asunción del riesgo y del prepago realizado por
el underwriter, o usual en esta modalidad del contrato es que se formen sindicatos de underwriters
que adquirirán los valores mobiliarios y asumirán el riesgo, ya sea de manera proporcional o
solidaria, presentándose la figura de un “administrador” del contrato, quien usualmente es aquel
que haya suscrito una mayor cantidad de valores y quien en definitiva negocia los términos de
contrato, velando por su cumplimiento y recibiendo una comisión o porcentaje adicional por sus
actividades.
Esta modalidad del contrato en particular presenta un problema para los underwriters, pues la
volatilidad de los precio de los valores materia de la oferta los expone a un riesgo adicional, ya que
si mantuvieran lo valores por mucho tiempo sin colocaros en el mercado, su valor podría reducirse
generando una menor ganancia o hasta un perdida si es que el precio pagado por su adquisición
se reduce por debajo del posible precio de colocación en el mercado. Siendo ello así, los
underwriters procuran deshacerse de los valores dentro del más breve plazo posible, buscando en
casos extremos aportarlos a fondos o transferirlos a intermediarios de valores a un precio menor
al precio de colocación, pero ligeramente superior al precio de adquisición.
2. Underwriting en garantía:
En esta modalidad del contrato, el underwriter asume la obligación de adquirir todos aquellos
valores materia de la emisión que no han sido colocados en el mercado, es decir, que hayan sido
adquiridos por los inversionistas durante el periodo de vigencia de la oferta.
Como se puede notar, la presente modalidad no contiene ni implica pre financiamiento alguno,
pues en escrito, solo constituye una garantía de última ratio para el emisor a efectos de colocar la
totalidad de los valores materia de la emisión. Por ello consideramos que la presente es quizá la
modalidad más ejemplar y clara de contrato, pues cumple estrictamente con su propósito y no
implica prestación o beneficios adicionales que implicarán incrementos en las comisiones o
utilidades esperadas por los underwriters.
Si bien se señala que en esta modalidad del contrato por lo general ya no se forma sindicatos
de Underwriters ya que la mayoría de la emisión debería haber sido colocada diluyendo e riesgo
en el mercado, el riesgo generado como consecuencia de la volatilidad de los precios de los
valores se mantiene para aquellos valores que el underwriter deberá adquirir al final de la vigencia
de la oferta.
La presente modalidad del contrato es suscrita por las partes el día del cierre del libro de
Demanda cuando ya es conocida la demanda en el mercado por los valores materia de la emisión,
y se encuentra vigente hasta la fecha de confirmación de las órdenes de compra y pago de los
valores por parte de os inversionistas, por lo que en la práctica, únicamente se encuentra vigente
un día o algunas horas, pues al día siguiente del cierre del Libro de Demanda, la mayoría de
órdenes de compra son confirmadas.
Se dice que el solo hecho de que el underwritier, como entidad financiera o intermediaria de
valores, este detrás de la operación hace que la misma sea avalada tácticamente brindado una
mayor seguridad en mercado. Son embargo, esto debe considerarse cierto únicamente en esta
modalidad del contrato, pues lo usual es que el underwritier sea a su vez el agente estructurador
y asesor financiero del emisor.
Muchos autores establecen una clara división entre las primeras modalidades de underwriting
descritas en el presente numeral y el underwriting de mejores esfuerzos, pues en definitiva, se
señala que esta última modalidad no es más que un simple contrato de colocación de valores y
que no debe ser de ninguna manera analizado en conjunto con aquellas figuras en que se
presentan transferencias de riesgo y adquisiciones de valores por parte del underwriter, pues si
estructura, modo, causa, función y hasta el precio con completamente distintos como negocio
jurídico.
Por otro lado, se tendría que la función principal de un contrato de colocación, como
vendría a ser el underwriting de mejores esfuerzos, es la presentación de un servicio, traducido en
una obligación de hacer de mejores esfuerzos por parte del agente colocador, quien solo verá
afectada su remuneración en caso de que lo hubiese pactado así como consecuencia del éxito o
n de la oferta.
A pesar de ello, desde un pun to de vista netamente jurídico, ambas figuras presentan
diferencias sustanciales. En efecto, en el underwriting en garantía, la adquisición por el underwriter
se produce al término de la oferta y de forma subsidiaria, es decir, solo si existiesen valores no
suscritos, mientras que en el caso de underwriting en firme el underwriter usualmente no ´percibe
comisión alguna, pues su beneficio viene determinado por la diferencia entre el precio de
suscripción y el de colocación en el mercado.
Finalmente, cabe señalar que el underwriting en firme plantea diversos problemas jurídicos
y operativos que hacen que sea poco utilizado en la práctica, tales como la doble transmisión (del
emisor al underwriter y de este a los inversionistas) que obliga a una doble liquidación e incrementa
las formalidades y los costos de transacción de la operación.
Como suele suceder en el caso de contratos que se presentan como una novedad en la
práctica del Derecho a raíz de la práctica comercial, diversos autores han buscado clasificar al
contrato de urderwriting y otorgarle una naturaleza jurídica determinada para establecer el régimen
jurídico que le sería aplicable de forma supletoria. A pesar de ello, la doctrina ni ha llegado a
centrarse en una única posición, por lo cual dicha clasificación se mantiene como una controversia,
respecto de la cual se han manifestado muchos autores, destacando su posible clasificación como
contrato bancario, se seguro, de fianza, de pacto de garantía o de compraventa condicionada,
entre muchos otros, clasificaciones o atribuciones que a nuestro juicio, al igual que al de diversos
autores, resultan insatisfactorias.
Por otro lado, se tiene que muchos autores han analizado la figura del underwriting en
contraposición con la figura del contrato de seguro, pues se señala que la contraprestación que
percibe al asumir para sí el riesgo de que los valores no sean suscritos por el público y por lo tanto
el consiguiente daño patrimonial para asumir el emisor u oferente. Atendiendo a lo anterior, se
señala que en caso de producirse el “siniestro”, es decir, la suscripción incompleta de la emisión
u oferta, el asegurador y habría asumido el riesgo al adquirir los valores sobrantes de forma
primaria, en el caso del underwriting en garantía, por ejemplo.
Sin embargo, se tiene que, como bien señaló Garrigues, “no todo negocio jurídico que asegure
un sustituto o una reparación de las consecuencias directas o indirectas de un siniestro es un
seguro”. Efectivamente, conforme lo señala Broseta pont y la doctrina del Derecho de Seguros en
general, toda actividad de seguro prestada por un asegurador presupone mutualidad en la
cobertura de los riesgos y solo existirá un seguro propiamente cuando esa finalidad se alcance
mediante la distribución de la reparación entre un gran número de personas amenazadas por
idénticos riesgos, siendo esta la característica esencial que se mantiene constante en los
contratos de seguros, aunque varíe su forma jurídica. Igualmente, el referido autor señala que la
mutualidad del seguro puede presentarse de dos formas.
especiales destinadas a reparar o cubrir los daños o las necesidades que los
siniestros provocan en los asegurados.
Adicionalmente, se entiende que las primas que deben pagar los aseguradores se determinan
de tal forma que con su importe sea posible atender, como mínimo, el grado de probabilidad en le
producción del riesgo cubierto, lo que a nuestro juicio no se presenta en el underwriting, pus la
contraprestación no se basa en ninguno de los complejos cálculos técnicos que constituyen la
esencia de los contratos de seguro.
Fuera de las razones antes expuestas consideramos que la razón principal por la que el
underwriting no vendría a calificar como un contrato de seguro propiamente es que a diferencia
del mismo, el seguro no viene a transmitir por completo el riesgo del asegurador, pues el mismo
continua siendo soportado por lo menos en parte por el asegurador, ya que el seguro simplemente
busca una determinada cobertura económica para los desfavorables efectos que el riesgo puede
provocar sin efectivamente se producen un daño. Por el contrario, en el underwriting, el riesgo se
traslada íntegramente del emisor al underwriter obteniendo la certeza de que los valores emitidos
van ser suscritos, bien por inversionistas en el mercado o por el underwriter, por lo que se elimina
el riesgo.
Por las razones antes expuestas, consideramos que el underwriting debe ser calificado como
contrato de seguro propiamente, pues evidentemente no cumple con las características del mismo.
La mayor critica a esta posición recae sobre la base de la causa y función del propio negocio
jurídico, pues en definitivo y como bien nos indica Peinado es evidente que las partes en un
underwriting no tienen un verdadera voluntad de intercambio, ni aun condicionado, sino
simplemente la de trasladar el riesgo a un sujeto que si bien no es el que pueda controlarlo a
menor coste, si entraña una mayor absorción de dicho riesgo. En este sentido, Garrigues afirma
que sería más preciso afirmar que el underwriting, como negocio, se constituye a efectos de
otorgar una garantía sobre los riegos de la emisión, pues el underwriter asume la garantía de
colocación de valores, obligándose a adquirir los mismos, pero no por consecuencia de un contrato
de compraventa, sino como consecuencia de una garantía que le otorga el emisor.
Por su parte, de Carlos Beltrán considera que a efectos de calificar al contrato, correspondería
combinar la figura del contrato de compraventa con la de un pacto de garantía, con algunas
variaciones, señalando que si bien dicho el underwriting cumple una función de garantía del
resultado de la oferta, su estructura es la de una compraventa o la de una opción de venta para el
emisor.
Así, el referido autor plantea que el problema de la calificación del underwriting es similar al
planteado por autores como la Cruz con relación al contrato de compraventa con pacto de
retroventa, en que se señaló que si bien dicho contrato no es un típico negocio de garantía, el
aseguramiento puede ser la causa de su negocio, pero a pesar de ello, la figura sigue siendo la
de un contrato de compraventa.
1. Consensual
Al no existir una norma específica que lo regule, que establezca una forma para el mismo
o que se le aplique supletoriamente en virtud a s naturaleza jurídica-como lo hemos mencionado
en el numeral precedente-, el underwriting es un contrato que no requiere de forma alguna para
adquirir eficacia estructural o validez .En ese sentido, el solo acuerdo perfecciona el contrato.
A pesar de ello, la práctica ha demostrado-como es usual- que las partes del mismo suelen
revestirlo de una forma específica, otorgándolo por escritura pública o mediante documento de
fecha cierta , para darle mayor certidumbre y de manera que el mismo forme parte de la
documentación a ser presentada a efectos de la emisión.
2. Atípico
Si bien el mismo ya es una figura nominada y reconocida en el sistema jurídico, por lo que
podría considerarse como un contrato nominado, que cuenta con tipicidad social , no presenta
reglas supletorias que sean aplicables , dado que no tiene una regulación tipo que cumpla con
dicho propósito.
3. Conmutativo y aleatorio
A pesar de que algunos autores han insistido en que el contrato bajo análisis puede tener
la naturaleza de un contrato conmutativo, es decir, aquel en que las prestaciones pueden ser
determinadas y son establecidas claramente al momento de la celebración del contrato, de tal
manera que las partes conocen exactamente cuál será el contenido de su prestación al momento
de su celebración, debemos señalar que dicha atribución sería correcta únicamente para aquella
supuesta modalidad del contrato denominada de "mejores esfuerzos", que en realidad no vendría
a calificar como undewriting sino como simple contrato de colocación y para la modalidad “en
firme”, pues en las mismas, el underwriter sabe exactamente cuáles serán las consecuencias de
las obligaciones que asume y las puede determinar al momento de la celebración del contrato.
Por su parte, cabe clasificar a la modalidad ¨en garantía¨ del contrato, como un contrato
aleatorio , entendiéndose por ello a aquel contrato en el cual la determinación precisa de las
prestaciones de las partes será afectada de alguna manera por el azar o por factores
absolutamente externos a las partes , como vendría a ser la cantidad de valores que tendrá que
adquirir el underwriter, lo cual sería ulteriormente determinado por la demanda que exista en el
mercado por los valores mobiliarios.
1. Elementos personales
Los elementos personales del presente contrato vendrían a ser el asegurador financiero o
underwriter y el oferente o emisor de valores mobiliarios.
Como es evidente, el oferente o emisor garantizado puede ser cualquier entidad con
personería jurídica y con capacidad suficiente dentro del marco jurídico especifico de cada sujeto,
para emitir valores mobiliarios y asumir deuda pública. Cabe mencionar que nuevas tendencias
financieras correspondientes a las finanzas públicas de países emergentes han llevado a que
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UNIVERSIDAD ANDINA NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
entidades autónomas como estados soberanos e inclusive gobiernos municipales con capacidad
autónoma de endeudamiento, financien sus proyectos a través del mercado de valores, por lo que
dichas entidades podrían formar parte de la relación contractual bajo comentario.
De cualquiera de las dos formas antes señaladas, se sabe que en el Perú, las entidades
calificadas para actuar como underwriter son enumeradas de forma taxativa, imponiéndose de
esta manera una limitación cualitativa respecto de la referida actividad, en virtud de que, para el
legislador existe determinado riesgo económico en la realización de estas actividades, por lo que
es necesario que ella se limite a entidades reguladas.
En efecto , conforme a lo dispuesto por los artículos 283 a 288 de la Ley Nº 26702 ,Ley
General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de
Banca y Seguros , y al inciso e del artículo 194 del Texto Único Ordenado de la Ley de Mercado
de Valores , aprobado por Decreto Supremo Nº 093-2002-EF, las empresas autorizadas a
participar en emisiones de valores como underwriters son las sociedades agentes de bolsa , las
empresas bancarias , ls empresas financieras , las cajas rurales de ahorro y crédito , las cajas
municipales de ahorro y crédito ,las cajas municipales de crédito popular y las Edpymes .
Es pertinente señalar que en nuestro ordenamiento , las normas que regulan operaciones
como la analizada , siempre han optado por restringir la posibilidad de realizar las mismas a
empresas reguladas, debiendo haber cumplido con todos los requisitos establecidos al efecto , por
lo que ninguna entidad financiera o intermediario extranjero podría asegurar una emisión publica
de valores mobiliarios realizada en el Perú , salvo que cuente con las autorizaciones respectivas ,
ya sea que se encuentre debidamente autorizada o no en su país de origen .Dicha política
legislativa no es del todo particular ni extraña , pues , salvo los países que conforman la Comunidad
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A su vez ,debemos destacar que la actuación como underwriter por parte de entidades
no habilitadas para ello , implicaría la nulidad del contrato de underwriting ,ya que si bien aquel no
tendría un fin ilícito o un objeto jurídicamente imposible , las normas con rango de ley antes
referidas habrían restringido la capacidad de suscribir dichos contratos únicamente a las entidades
autorizadas al efecto conforme al artículo no tendría la capacidad suficiente para hacerlo 3 del
Código Civil , por lo que aquella entidad que lo suscriba sin encontrarse facultada para ello , no
tendría la capacidad para hacerlo .
Finalmente, cabe señalar que la actuación como underwriter por parte de entidades no
habilitadas para ello da lugar a responsabilidad administrativa de quien lo haga, pues se encuentra
tipificada como infracción muy grave conforme al numeral 1.1 del Anexo 1 del Reglamento de
Sanciones por infracciones a las leyes del Mercado de Valores , de fondos de inversión y sus
sociedades administradoras ,de bolsa de productos , de empresas administradoras de fondos
colectivos, así como a sus normas reglamentarias , aprobado por la Resolución Conasev N° 055-
2001-EF-94.10 . Atendiendo a lo anterior, conforme al artículo 20 del citado Reglamento, la entidad
que actúe como underwriter sin encontrarse facultado para ello podría ser sancionada con una
multa por un monto igual o superior a cincuenta (50) Unidades Impositivas Tributarias y de hasta
trescientas (300) Unidades Impositivas Tributarias.
2. Elementos reales
Los elementos reales consisten en las prestaciones o actividades a ser desarrolladas por
el underwriter y la ganancia a ser percibida por el mismo, que como se ha mencionado
anteriormente como podría consistir únicamente en el diferencial entre el precio de compra de los
valores y el de su posterior colocación o una comisión predeterminada a ser pagada por el emisor.
En cuanto a los mismos, debemos remitirnos a la sección tercera del presente trabajo, en
que hemos descrito las actividades y contraprestaciones correspondientes al underwriter en cada
modalidad del contrato.
3. Elementos formales
Ahora, si bien puede ser un requisito formal para la emisión en estricto, el informar los
términos del contrato (principalmente cuando el estructurador y/o colocadores es el underwriter),
dicha obligación sería un requisito formal para la ejecución del contrato de emisión (que no
afectaría su validez) y no del contrato de underwriting.
Es claro que las principales obligaciones de las partes del contrato serán , para el caso de
underwriting en firme : (i) la suscripción de la totalidad de los valores materia de la emisión ,para
el caso de underwriter , y ,(ii) la venta de los mismos a un precio determinado – que sera menor al
de mercado para que el underwriter pueda beneficiarse de la diferencia entre aquel y el precio que
colocación – por parte del emisor , pudiendo pactarse inclusive el pago de una comisión adicional ,
aunque ello no sea común en esta modalidad del contrato .
Por otro lado, en el caso del underwriting en garantía, las obligaciones principales vendrían
a ser: (i) la suscripción de los valores que no han sido colocados en el mercado como consecuencia
de la oferta pública de valores, para el caso del underwriter, y, (ii) la venta de los mismos al precio
de mercado, más el pago de una comisión de aseguramiento para el caso del emisor.
Cabe señalar que es frecuente en ambas modalidades del contrato que el emisor se
comprometa frente al underwriter, a no realizar nuevas emisiones u ofertas de valores de la misma
o similar naturaleza en un plazo determinado. Esta obligación se conoce como lock – up provisión,
y tiene como finalidad el establecer un periodo de tiempo que permita al underwriter colocar en el
mercado los valores que ha adquirido.
CONCLUSIONES
- El factoring es un producto financiero con el k una empresa puede obtener
financiación inmediata de sus ventas a crédito comercial a otras empresas y
obtener, si lo desea, la garantía de insolvencia de sus compradores
- En relación con las características del contrato de underwriting, pueden señalarse que, se
trata de un contrato atípico, consensual, conmutativo y aleatorio.
- Los elementos del contrato de leasing son, fundamentalmente: el arrendatario del bien, la
empresa del sistema financiero y el proveedor del bien.
DEDICATORIA