La Etica: Un Compromiso

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LA ETICA: UN COMPROMISO

La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su


autentica realización como persona en todas sus dimensiones.

La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su


perfeccionamiento personal, el mejoramiento de la comunidad humana y la
aplicación en el mundo del verdadero sentido del trabajo.

La ética, por ser un compromiso, es como un contrato consigo mismo de


orientarse permanentemente hacia el perfeccionamiento personal y
comunitario.

El compromiso ético es la exigencia que uno mismo se hace de ser siempre


más persona. Es la decisión interna y libre de vivir actitudes que contribuyan a
la realización personal y comunitaria del hombre.

La ética como compromiso implica el propósito y la decisión firme de superar


aquellas situaciones que en lo personal o comunitario se oponen a la
realización plena del hombre en todas sus dimensiones.

La ética como compromiso requiere y supone todo un proceso, un camino por


recorrer. Precisamente recorrer ese camino, verificar ese proceso, es la gran
tarea ética del ser humano.

Ese proceso, ese camino incluye:

1. Ver la realidad: Conocerla.


2. Interpretar la realidad: Analizarla.
3. Transformar la realidad: Es la actitud de compromiso del hombre de
perfeccionarse el mismo y de mejorar el mundo.

CARACTERISTICAS DEL COMPROMISO ETICO:

1. EL COMPROMISO ETICO ES CONSCIENTE: Por lo tanto es reflexivo,


crítico y realista.
2. EL COMPROMISO ETICO ES PERSONAL Y LIBRE: Es decir, tomando
cada uno su propia decisión y sin que represente simple aceptación de lo
que otros piensan, dicen o hacen.

3. EL COMPROMISO ETICO ES COMUNITARIO: O sea que en el


compromiso ético el hombre tiene en cuenta que no existe solo, que vive
con otros. Por lo tanto, supone y reclama acciones solidarias.
EL TRABAJO HUMANO

"Con su trabajo el hombre ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al


continuo progreso de las ciencias y de la técnica y, sobre todo, a la incesante
elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad de
hermanos".

Con estas palabras subraya el Papa Juan Pablo II, la importancia primordial del
trabajo y nos enseña que el sujeto, el autor y el verdadero fin del trabajo -y de
todo el proceso productivo- es la persona humana vitalmente involucrada en el
mismo. Todo hombre trabaja para vivir. No sólo para satisfacer sus
necesidades materiales, también para cumplir el mandato divino de "dominar la
tierra" y hacerla producir todo lo necesario para su desarrollo y crecimiento,
para "llenar su existencia sobre la tierra".

El trabajo ofrece a cada hombre la oportunidad de crecer, desarrollar todas sus


capacidades congénitas, realizarse como persona y ser cada día "más
plenamente hombre". Así perfecciona su humanidad y mantiene el predominio
y superioridad efectiva que debe ejercer sobre las cosas.

1. Valor y Nobleza del Trabajo

El trabajo no es un hecho accesorio ni menos una maldición divina: es el eje en


torno al cual gira la organización y el progreso de la humanidad. Por eso es un
derecho humano fundamental que traduce otro más vital, el derecho a subsistir.

El primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, coautor de la


obra divina de la creación que debe completar y perfeccionar. La creación es
una tarea que Dios ha querido dejar inconclusa para que cada hombre preste
su colaboración y comprometa su participación complementándola en su
propio beneficio y de la humanidad. En este sentido -dice el Papa- "el trabajo
no sólo expresa la dignidad del hombre sino que la aumenta".

Por eso el valor del trabajo humano no se mide por el tipo de actividad de cada
uno (carpintero, profesional, campesino...), sino por el hecho de ser persona
quien lo ejecuta. Entre todas las criaturas, sólo el hombre es capaz de trabajar
de manera "programada y racional", en forma "consciente y libre". Con su
trabajo humaniza y ennoblece a la naturaleza, modelándola de acuerdo a sus
intereses primordiales, en directa relación con su desarrollo y autopromoción
integral.

2. El Trabajo, clave de la cuestión social

El trabajo no sólo posibilita el desarrollo individual del hombre y su crecimiento


en humanidad. Ocupa el centro mismo de la cuestión social, porque está
encaminado a "hacer la vida humana más humana". Al respecto señala la II
Instrucción del Vaticano: "La solución para la mayor parte de los gravísimos
problemas de la miseria se encuentra en la promoción de una verdadera
civilización del trabajo", porque la "relación entre la persona humana y el
trabajo es radical y vital", y la forma como sea regulada "ejercerá una influencia
positiva para la solución de un conjunto de problemas sociales y políticos que
se plantean en cada pueblo".

El trabajo es el fundamento para construir y satisfacer todas las exigencias de


la vida familiar. Incrementa el bien común de la nación y multiplica el patrimonio
de toda la familia humana. El hombre que trabaja asegura el futuro de aquellos
que vendrán después. Toda la inmensidad de recursos brutos puestos a
disposición del hombre, de nada serviría si éste no los explotara y multiplicara
mediante su trabajo.

Por otra parte, la falta de trabajo o desempleo es el origen del descontento y


frustración personal y de la inestabilidad social donde germinan y brotan
innumerables conflictos.

3. Plaga de la Desocupación

Si el trabajo dignifica, el desempleo envilece. El cesante se siente un lastre


inútil y despreciable, sociológica y vitalmente castrado al no poder ejercer un
derecho indispensable para su realización plena. "La inactividad forzada es una
situación inicua -dice el Papa-, es un mal y, cuando asume ciertas
dimensiones, puede convertirse en una verdadera calamidad social. Cuando
una sociedad debe afrontar un fenómeno así, está obligada a preguntarse
sobre su propio estado de salud". Por ser intolerable la situación del cesante,
urge crear puestos de trabajo como una tarea primordial que han de afrontar
los individuos, la iniciativa privada y el Estado. En los tiempos difíciles que
corremos, "no se puede abandonar a su suerte a los obreros sobre todo a los
que como los pobres, sólo tienen sus brazos para mantenerse". Por otra parte,
la solución del problema del empleo no debe estar entregada al libre juego del
mercado, porque el trabajo no es una simple mercancía que se vende según la
ley de oferta y la demanda.

4. Prioridad del Trabajo Humano.

El hombre que trabaja no sólo desea la debida y justa remuneración, sino


también que se le respete y sea tomado en cuenta en el proceso de
producción. No desea sentirse "cosa" o simple instrumento, sino una verdadera
persona dotada de iniciativa y creatividad. El trabajo no mira sólo el provecho
económico sino, sobre todo, a los valores personales y sociales.

La prioridad del trabajo sobre el capital convierte en un deber de justicia para


los empresarios anteponer el bien de los trabajadores al aumento de
ganancias, no manteniendo capitales improductivos y orientando sus
inversiones hacia el bien común y a la creación de fuentes de trabajo.

Por otra parte, frente a las "cosas", la persona humana debe actuar siempre
como "señor", jamás como esclavo. Por eso la técnica, creada por el cerebro
humano, es una aliada del hombre y debe permanecer bajo su control: le
facilita el trabajo, lo perfecciona, lo acelera, lo multiplica. Pero podría
transformarse en adversaria cuando la mecanización del trabajo lo suplanta,
quitándole toda satisfacción personal y el estímulo de la creatividad y
responsabilidad. Para que la máquina no esclavice ni aplaste a su constructor,
es indispensable un desarrollo proporcional de la moral de la ética.
5. El Derecho del Trabajo

Todas estas consecuencias que se derivan del ejercicio del trabajo humano
fundamentan el derecho de todo hombre a tener un trabajo adecuado,
remunerado con justicia, sin el cual quedaría prácticamente paralizado el
progreso de la humanidad y frustrado el plan de Dios sobre el hombre. Este
derecho fundamental está positiva y oficialmente reconocido en el Art. 23 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Toda persona tiene derecho
a tener un trabajo, a la libre elección del mismo, a condiciones equitativas de
trabajo y a la protección contra el desempleo".

La Iglesia, por su parte, al promover el respeto a los derechos de los


trabajadores (la participación, sindicalización, previsión, etc.,) advierte al
Estado que "nunca puede eximirse de la responsabilidad que le incumbe de
mejorar con todo empeño las condiciones de vida de los trabajadores" (M et
M,20), pues "es obligación suya vigilar que los contratos de trabajo se regulen
con justicia y equidad". (Ibid.21)

6. Espiritualidad del Trabajo Humano

El hombre participa en el trabajo no sólo con su vigor físico, sino con toda la
vitalidad de su espíritu. Mediante su fatiga y sudor, el cristiano participa en la
obra del Dios Creador y del sacrificio del Cristo Redentor. La viva conciencia de
esta realidad constituye el móvil más profundo para emprenderlo.

Por último -señala J. Pablo II- "el trabajo debe ser una expresión del amor
cristiano. Por eso, no puede ser privilegio de algunos mientras la mayoría se
consume en la inactividad. Para los que trabajan no debe ser un acto de
codicia ni búsqueda de un simple lucro, sino un servicio solidario y
desinteresado a una sociedad de hermanos..."
¿Y?......... ¿PARA QUÉ TRABAJAMOS?...............

La importancia del trabajo radica en el hecho de que permite generar riqueza,


es decir, dinero limpio, obtenido de manera licita y por supuesto cubrir las
necesidades personales.

El trabajo dignifica al hombre. No es solo una oración, ni mucho menos una


afirmación barata, esto de que "el trabajo dignifica al hombre. Es cierto.

Las personas que se dedican al comercio sexual, a la prostitución se convierten


en personas desechables: "para usar y votar a la basura".

Muchas chicas de 16, 17, 21 han sido muertas en hoteles, descampados,


víctimas de desalmados que las contrataban para favores sexuales y que no
solo intimaban con ellas, si no que además al final, las golpeaban, apagaban
cigarros en los senos, metían objetos fálicos en sus genitales, etc.

La misma suerte y peor han corrido miles de jovencitos de 13, 16, 20 años, que
por ganarse unas monedas, unos billetes, se han acostado con homosexuales,
contagiándose de Sida.

Nada de esto hubiere ocurrido si todos estos jóvenes hubieren elegido trabajar.
Trabajar nos permite tener para vivir, sin necesidad de llegar al extremo de
vender el propio cuerpo, exponiendo nuestra vida e integridad física.

Las personas que trabajan desarrollan habilidades y competencias, aprenden


mirando inclusive oficios como mecánica, electricidad, reparación de
computadoras, zapatería, etc.

Las que no trabajan se quedan suspendidas en el tiempo, su cerebro se


adormece y se embrutecen y envilecen con los vicios. La Ociosidad es madre
de todos los vicios.

El trabajo nos permite crecer además moralmente, ya que al cobrar luego de


una larga semana de esfuerzo, valoramos lo que hemos ganado y nos provoca,
comprar un par de zapatos, un pantalón, una casaca, es decir, nos permite
acceder a los artículos que tanto nos gustan. Nos colma de satisfacción
comprar una computadora, un carro, con nuestro dinero.

Nos llena de tanto orgullo poder comprar cosas, que nuestra personalidad se
fortalece, nos sentimos realizados, útiles, reconocidos, porque somos parte de
un engranaje que produce. La motivación aumenta en nosotros.

El trabajo nos permitirá además hacernos conocidos en el medio laboral, sobre


todo cuando trabajamos con honradez, responsabilidad, cumpliendo con
nuestros jefes, produciendo lo más y mejor posible. Las mejores oportunidades
vendrán solas cuando empecemos a trabajar.

La experiencia laboral es lo que ganamos cuando trabajamos y esa experiencia


laboral vale oro, cuando se tiene, porque las empresas pagan más a quienes
más experiencia tienen.

Las empresas de hoy buscan gente capacitada, con experiencia, eficiente y


eso se logra solo trabajando. Allí está la importancia del trabajo.

Es más. Tu familia, tu casa progresara más rápido si todos trabajan. Cada uno
debe poner un granito de arena, traer algo de dinero a casa. Así la alimentación
va mejorando, no se pasa privaciones. La unión hace la fuerza.

Algunos estúpidos no entienden la importancia del trabajo y prefieren vender


drogas, ayudar a vender drogas, prostituirse con homosexuales, con hombres,
y terminan enfermos de sida, chancro, sífilis, en la cárcel, muertos.

Trabajar es importante si se quiere ser alguien, avanzar en la vida, alcanzar la


prosperidad, surgir.

Pero junto al trabajo debe haber un afán de ahorro, de guardar dinero para
tiempos poco favorables.

No siempre hay épocas buenas, también hay temporadas malas, por eso, el
que trabaja y ahorra en los mejores tiempos, en los peores momentos no sufre
penurias y su vida continua igual.
El trabajo nos permite demostrar además al mundo, que somos importantes,
creativos, útiles, de provecho y por supuesto nos abre las puertas de la amistad
con grandes y pequeños.

Al ocioso todo le niegan y es digno de lastima. Al trabajador todos le tienden la


mano, lo apoyan, le prestan, porque es una persona creíble, digna, de
confianza, solvente.

Los mejores amigos se consiguen trabajando, Se disfruta de lo mejor cuando


se trabaja duro.

Se vive con gran comodidad si se trabaja y ahorra.

¿Comprendes ahora la importancia del Trabajo?

Con el trabajo las familias se hacen grandes, tu familia será grande,


podrás mudarte a sitios mejores, vivir decentemente, ser alguien y
alcanzaras lo mejor de la sociedad. No lo olvides.
EL TRABAJO EN LAS ORGANIZACIONES ACTUALES

Las organizaciones están en la obligación de proveer a sus empleados


todas las herramientas necesarias para que estos realicen un excelente
trabajo, puedan desarrollar sus potencialidades y alcanzar sus objetivos

Como dice el viejo adagio "el trabajo dignifica”. Esta aseveración es totalmente
cierta ya que realizando una labor podemos desarrollar nuestro intelecto y
nuestras habilidades tanto físicas como mentales. Al practicar una actividad
que requiera nuestro esfuerzo, estamos ayudándonos a nosotros mismos para
ser mejores y sentirnos bien y muy contentos por lo que se ha hecho.

Con el trabajo expresamos lo que sentimos, lo que anhelamos, podemos


manifestar nuestras ideas, desarrollamos la creatividad y los conocimientos que
tenemos y cada vez más nos convertimos en seres humanos importantes para
nuestra familia así como para la sociedad en la que vivimos.

Descubrimos quiénes somos y qué podemos aportar para el bienestar de todo


lo que nos rodea.

Para todos nosotros, es de suma importancia realizar un trabajo, saber que se


está haciendo algo con lo cual se ayuda al desarrollo del sitio de labores donde
nos encontremos y al desarrollo personal. Es así como la falta de empleo o la
pérdida del mismo, significa una gran decepción y una gran frustración para la
persona que se encuentre en cualquiera de estas situaciones.

Siempre hemos tenido derechos así como obligaciones. Tenemos derecho a


votar, a expresarnos libremente (a veces esto no se cumple), a tener familia,
etc. El trabajo al ser una necesidad básica del hombre, también se transforma
en derecho y es por esto que todas las naciones del mundo (especialmente las
latinoamericanas) luchan contra el desempleo creciente y los factores que lo
producen.

Sin embargo, algunas veces (como lo tratamos en artículos anteriores) el tener


un trabajo no significa una satisfacción sino todo lo contrario: una carga pesada
la cual llevamos por necesidad de ganar un sueldo y donde no tenemos la
posibilidad de desarrollar nuestro intelecto y conocimiento.

Sin el trabajo el hombre no sería nada. Jamás tendría la capacidad de


desarrollarse y sentirse como una verdadera persona.

Por tal razón, debe propenderse por parte del Estado, las empresas y de
nosotros mismos, porque la realización de una labor permita el desarrollo total
de todas nuestras potencialidades, anhelos, sueños y características que nos
definen como personas.

Las organizaciones están en la obligación de dar todo lo necesario para que


sus trabajadores tengan la oportunidad de realizarse como personas,
estableciendo estrategias en donde concuerden las capacidades propias de los
individuos y la labor que estos van a realizar. Por ejemplo, no colocar a una
persona con muchos estudios y dotes de liderazgo, de conductor, o a una
persona que no esté preparada, como Gerente General.

Deben estudiarse las capacidades y conocimientos de cada persona dentro de


la organización para que sea ubicada correctamente y tenga la posibilidad de
seguir una carrera dentro de la empresa, que le permita crecer tanto como
persona como profesional. Esto conllevará a que exista un equilibrio tanto de
objetivos como de necesidades entre la organización y el individuo.

Recordemos que lograr que los objetivos de un empleado sean los mismos de
la empresa, ocasionará un aumento en el compromiso tanto del trabajador
como de la compañía y hará que las labores sean desarrolladas de forma
correcta, con total agrado y buscando siempre incrementar el beneficio de la
empresa que será también el del individuo.

Es indispensable que dentro de la empresa se hagan seguimientos y


evaluaciones de los trabajos hechos ya que esto determinará la eficacia y
eficiencia de los empleados y si estos están haciendo su labor motivados o
simplemente como una obligación. La meta es lograr que los trabajadores
siempre estén comprometidos y felices con lo que hacen.
Para finalizar:

Podemos decir que conocer bien la gente con la que se cuenta y ayudarla para
su desarrollo en todo sentido, son funciones muy importantes que deben
realizar todas las empresas del nuevo milenio, si quieren sobrevivir y tener
completo éxito.
ÉTICA PROFESIONAL

El concepto de ética profesional es aquel que se aplica a todas las situaciones


en las cuales el desempeño profesional debe seguir un sistema tanto implícito
como explícito de reglas morales de diferente tipo. La ética profesional puede
variar en términos específicos con cada profesión, dependiendo del tipo de
acción que se lleve adelante y de las actividades a desarrollar. Sin embargo,
hay un conjunto de normas de ética profesional que se pueden aplicar a
grandes rasgos a todas o a muchas de las profesiones actuales. La ética
profesional también puede ser conocida como deontología profesional.

La idea de ética profesional se establece a partir de la idea de que todas las


profesiones, independientemente de su rama o actividad, deben llevarse a
cabo de la mejor manera posible, sin generar daños a terceros ni buscar
exclusivamente el propio beneficio de quien las ejerce. Así, algunos de los
elementos comunes a la ética profesional son por ejemplo el principio de
solidaridad, el de eficiencia, el de responsabilidad de los hechos y sus
consecuencias, el de equidad. Todos estos principios, y otros, están
establecidos a modo de asegurar que un profesional (ya sea abogado, médico,
docente o empresario) desempeñe su actividad coherente y sensatamente.

En algunos casos, la ética profesional tiene que ver con acciones específicas
de cada profesión. En este sentido, un abogado, un psicólogo o un médico
tienen como valores de ética profesional la confidencialidad de la información
recibida, la eficiencia ya que en algunos casos se trata de situaciones que
implican riesgo de vida, etc.

Cuando un profesional no cumple de manera evidente con las reglas de ética


profesional, es punible de altos castigos o sanciones ya sea por parte de sus
clientes o pacientes como también por parte de sus superiores, cualesquiera
estos sean dependiendo del tipo de profesión o actividad de la que se hable.
ÉTICA PROFESIONAL

Ética Profesional como concepto tiene una íntima relación con la


responsabilidad social. Tanto que es la Ética profesional la que posibilita llevar
a la práctica los valores que pregona la Responsabilidad Social y es la Ética la
que nos ayuda a ejercer la responsabilidad en un marco de coherencia y
correspondencia social. Para que la responsabilidad social (RS),
responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad social empresaria
(RSE) puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se
necesita de profesionales que sean éticos.

La Responsabilidad Social tiene subsumida en sí un conjunto de premisas,


principios, valores, y normas de conducta que se han establecido por el
colectivo social como elementos representativos de la denominada
Responsabilidad Social. La Ética sin embargo, no prescribe ninguna norma o
conducta, tampoco la ética nos obliga o nos recomienda que deba ser
realizado. Su propósito se relaciona entre otros factores con la praxis, con el
cómo se ha de aplicar en los distintos contexto profesionales y personales de
nuestra vida los valores sociales.

Sabiendo que el procedimentalismo ético no recomienda ningún valor social


concreto, sino que centra su campo de acción en resolver los procedimientos
que den legitimidad a estos principios. La Ética entonces es una práctica
racional de los principios y conceptos relacionados a la Responsabilidad Social,
desde una perspectiva de igualdad, universalidad e interactividad con los
actores del contexto de aplicación e implicaciones.

El contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las empresas
y organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos,
necesitamos que los actores de la innovación institucional sean competentes,
creativos, contextuales, conceptuales y que comprendan que la solidaridad es
la clave para lograr la sostenibilidad y para afrontar esta crisis de legitimidad
que vivimos.
Hoy se necesita que las personas en las organizaciones entiendan que la
Responsabilidad Social, Corporativa o Empresaria (Según el contexto de
aplicación); debe de la mano de la ética profesional dejar de ser sólo discurso y
reflejarse en la acción cotidiana, en los actos, en las actividades, en las tareas
y en nuestro trabajo diario.

Este proceso de entender cómo bajar a la realidad cotidiana de nuestros actos


estos principios es un trabajo de conceptualización colectivo, aquí
presentamos un documento que busca contar claramente como se puede llevar
a la práctica la Responsabilidad Social.

Por lo expuesto anteriormente se comprende que este es un trabajo colectivo,


que aún está incompleto, que es abierto a nuevos aportes y factible de ser
perfeccionado del aporte de todos.

PRINCIPOS DE LA ETICA PROFESIONAL

Vivimos en un período de agitación en el que la economía, la ciencia y la


tecnología juegan papeles decisivos en la vida de los seres humanos. Los
adelantos científicos y las nuevas tecnologías ejercen una influencia sin
precedente en el trabajo y la vida cotidiana, y los trabajadores se encuentran
en el filo del cambio. A medida que ha progresado el proceso de
mundialización sin obstáculos ni control, el trato dado a la naturaleza ha
pasado a ser intolerable. Esto exige que se vuelva a definir la relación del
hombre con su hábitat natural.

Profesionales altamente calificados, directores e ingenieros se encuentran en el


mero centro del «dilema moral» Son estos empleados los que desarrollan
nuevos productos, tecnología, elaboran estrategias de comercialización y abren
nuevos mercados. Sus decisiones influyen en el ambiente, las condiciones de
trabajo y los consumidores. Lo que parece tener sentido económico en el
ámbito individual puede, en la peor hipótesis, derrochar recursos naturales,
dañar al medio ambiente, destruir empleos, perjudicar a los consumidores o
evadir embargos.
El profesional en su diario vivir no solo confronta problemas con relación a su
trabajo, sino también en su profesión de día a día con las personas que le
rodean, esto hace que muchas veces se cometan errores sin darnos cuenta
que estamos pisando la línea de la moralidad y el diario vivir.

Desde la revolución francesa, donde se proclamó la igualdad de derechos,


existen personas, hombres y mujeres que llevan en su carga la economía y la
estabilidad de cualquier país. Desde tiempos muy antiguos nos hemos topado
con diferentes profesiones y junto a estas siempre existen reglas que marcan y
rigen el desempeño de dichas profesiones.

Los hombres y mujeres profesionales enfrentan problemas que de una manera


u otra podrían poner en tela de juicio su debida conducta, muchas veces ellos
mismos dudando de su propia profesionalidad, pero teniendo siempre en
cuenta que existen desde tiempos remotos deberes y derechos que cada cual
sabe donde clasificarse.

Se presenta a continuación una serie de características que definen a un


profesional, características mínimas que determinan su actuar a nivel laboral:

FORMACIÓN PROFESIONAL: Sabiendo que a uno se le concede la


personalidad jurídica desde el momento del nacimiento "derechos y deberes" y
a sabiendas también que se van desarrollando con el paso del tiempo. Nuestra
vida se rige por diferentes pasos que hacen de cada individuo lo que sería en
un futuro, entiéndase, pasar por las distintas etapas de conocimientos: escuela
primaria, secundaria y en última grado, la universitaria.

Solo eso no basta, ya que esos conocimientos lo forman una generalidad de la


vida y el profesional debe de saber combinar esa generalidad con su formación
profesional.

Entiéndase, por formación profesional un alto grado de conocimiento que se le


inculca a un individuo de la sociedad, dotándolo de un interés particular en su
profesión que se va a reflejar en su desempeño diario de la vida.
CARÁCTER PROFESIONAL: El individuo al tener una presencia o
personalidad variable, puede modificarse, es decir, puede engrandecer su ego,
puede tener una sed inmensa de llegar a la perfección de su profesión,
haciéndolo para él un modelo sin errores e inequívocos.

El carácter para el individuo en su profesión se refleja desde tiempos antiguos,


ellos han experimentado un progreso en todos los tipos de ciencias, han
conquistado y desarrollado experimentos que tiempos atrás hubieran sido
inimaginables de realizar. El profesional sin carácter puede tender a caer en un
modelo usado por cientos de profesionales, puede llegar a caer en lo que sería
la mediocridad, siendo éste el título menos deseable para personas con
aspiraciones en la vida.

El carácter no se forja solamente con un título, se hace día a día


experimentando cambios, ideas, experiencias, se hace enfrentándose a la vida.
En definitiva, el título es como el "adorno" de la profesión. No importa si lo
tienes, lo importante es saberlo utilizar.

VOCACIÓN: La vocación es un deseo entrañable hacia lo que uno quiere


convertirse en un futuro, a lo que uno quiere hacer por el resto de su vida, es
algo que va enlazado y determinado por tus conocimientos generales. Un
profesional que carezca de vocación, el proceso puede ser mas tardío y difícil
para poder desarrollar sus conocimientos, a diferencia de un profesional que
sienta una verdadera vocación.

COSTUMBRE: La costumbre son normas que crea una sociedad por su


continuidad y que le dan un hecho jurídico palpable y tienen como las leyes,
consecuencias cuando son violadas, el profesional no solamente debe regirse
por su código de ética propio, sino que debe irse hacia un marco de costumbre,
entendiendo que no todo lo que se viola está escrito, ni todo lo que la sociedad
repudia lo contiene las leyes.

El código de ética de cada profesional enmarca una serie de reglas, derechos y


deberes que lo limitan y mantienen al margen de caer en errores profesionales
y morales, al mismo tiempo guiándolos por el buen desempeño profesional.
Un profesional conlleva consigo una serie de hábitos y costumbres que lo ha
adquirido durante toda su vida, no obstante a eso, no todo lo que uno realiza
cotidianamente es correcto ante la sociedad, por lo que un profesional tiene
que tener la capacidad moral e intelectual para poder diferenciar lo correcto e
incorrecto de su profesión, ya que ejemplos tales como: decir buenos días,
tener una sonrisa en la cara, ser solidario, ser buen compañero, son puntos
que no están especificados en un código y no por eso limitan al profesional a
realizarlo.

Responsabilidad: Se dice de una persona que es responsable cuando está


obligada a responder de sus propios actos. Aunque algunos autores
mantienen que la libertad es definida por la responsabilidad, la gran mayoría de
estos están de acuerdo en que el fundamento de la responsabilidad es la
libertad de la voluntad.

Una vez admitida la libertad que fundamenta la responsabilidad, se plantea


todavía varias cuestiones importantes: ante todo, se trata de saber si la
responsabilidad afecta solamente a algunos actos de la persona o bien si
afecta a todos.

En segundo lugar se plantea el problema de los grados de responsabilidad y


finalmente se plantea el problema de la entidad o entidades ante la cual es
responsable (debe de ser de carácter personal).

El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete


a cada persona y le hace comprender que no puede simplemente abandonarse
a sus conveniencias individuales. Todo individuo o persona lleva una
responsabilidad sea personal o para otra, pero esta la lleva a cabo
dependiendo de sus criterios.

Libertad: Es un privilegio de que gozan las personas, por vivir en un país libre
y les permiten actuar como deseen. En este sentido, suele ser denominada
libertad individual. El término se vincula a la soberanía de un país en su
vertiente de ‘libertad nacional’.
Sin embargo una libertad desbordada haría imposible la convivencia humana,
por lo que son necesarias e inevitables crear normas y leyes para hacer posible
dicha convivencia. La libertad se define como el derecho de la persona a actuar
sin restricciones siempre que sus actos no interfieran con los derechos
equivalentes de otras personas.

La naturaleza y extensión de las limitaciones a la libertad, así como los medios


para procurarlas, han creado importantes problemas a los autores y juristas de
todos los tiempos. Casi todas las soluciones han pasado por el reconocimiento
tradicional de la necesidad de que exista un gobierno, en cuanto grupo de
personas investidas de autoridad para imponer las restricciones que se
consideren necesarias. Más reciente es la tendencia que ha subrayado la
conveniencia de definir legalmente la naturaleza de las limitaciones y su
extensión.

La libertad conlleva la responsabilidad de elección, acto voluntario,


espontaneidad, como margen de determinación, como ausencia de
interferencia, como liberación frente a algo, como realización de una necesidad.

El concepto de libertad es pues sumamente complejo. El vocablo latino "libert"


del que deriva libre. En este sentido, el hombre libre es el que es de condición
no sometida o esclava. Se es libre cuando esta "vacante" o "disponible" para
hacer algo por sí mismo.

La libertad es entonces la posibilidad de decidirse y, al decidirse de auto


determinarse. Pero como el sentido de libre comporta el sentido de no ser
esclavo la liberación ha que se refiere el ser libre puede referirse a muchas
cosas por ejemplo, las pasiones. Entonces una persona tiene total libertad de
elegir una profesión que esté en un marco legal establecido.

Extraído de:

ALVARADO S, SARA VICTORIA (comp.) Hacia la construcción de una ética


ciudadana en Colombia.

OSPINA, William. Los nuevos centros de la esfera.

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