EL VALOR de SERVIR Catedra Minuto de Dios

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

Actividad 3- Evaluativa

El valor del servicio

Luz Aida Herrera Suarez


Corporación Universitaria MINUTO de Dios
Septiembre-2019

Notas:
Catedra Minuto de Dios
Profesor: Mario Antonio Fonseca Bohórquez
Corporación Universitaria Minuto de Dios
Contacto: [email protected]
INTRODUCCION
La siguiente entrevista resalta la importancia del valor del servicio como fuente
de amor a las personas de nuestro entorno y como debemos aplicarlo en
nuestra vida cotidiana, con un gran ejemplo de inspiración como lo es el del
padre GARCIA HERREROS que tenía una espiritualidad que lo caracterizo
desde siempre y por siempre y por dichos motivos logro todo lo que se
propuso en contra de los más necesitados.
EL VALOR DE SERVIR
El ser servicial nos permite crear conciencia ante las necesidades y
las carencias sociales, permitiéndonos ser más respectivos y
sensibles ante la situación difícil de la vida de los demás, el ser
serviciales genera agradecimiento profundo, hace que la vida de las
personas a quienes le servimos cambien o sean más llevaderas,
generando felicidad; las personas serviciales atraen cosas buenas,
porque siempre tienen una actitud positiva que les permite ir más
allá y estar respectivos ante cualquier situación apoyando y
ayudando a las personas que lo necesitan, lo que permite que
adquieran confianza en sí mismo llegando a ser buenos líderes.
Vivir para ayudar a otras y a otros permite el desarrollo de nuestra
consciencia, pues fortalece el humanismo y el altruismo. También
ayuda a eliminar nuestra timidez, las ideas de superioridad, el orgullo
y el egoísmo.
Hoy en día, el servir a los demás, no se entiende como la
predisposición que se tiene de ayudar a nuestro prójimo sino se le da
un significado más de servilismo, por lo tanto no es un modo de
actuación que se prodigue con asiduidad.

El servicio, actitud del espíritu para ayudar ante cualquier necesidad


que puedan tener los demás, nos facilita salir de nuestro estado de
comodidad, de pasividad, donde nos encontramos, abriéndonos a un
mundo rico en experiencias donde podemos sacar lo mejor de
nosotros mismos y a su vez enriquecernos con los demás.

Es un estado interno que nos predispone a estar pendientes de las


necesidades ajenas; el cual nos lleva a aprender a ser humildes; sin
esta virtud es difícil no creerse la ayuda que se da. Se desarrolla
el amor hacia los demás, aprendemos a renunciar a nuestro tiempo, a
nuestras necesidades, nos ayuda a comprender al prójimo por lo que
nos resulta más fácil perdonar. El ponernos al servicio de los demás,
nos engrandece como personas, nos hace mejores, dándole un pleno
sentido a la vida. Siendo una de las primeras consecuencias de esta
predisposición la alegría interna que sentimos.

Los tiempos actuales, nos hacen vivir con rapidez, estresados,


pensando en todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día,
encerrándonos en nuestro pequeño mundo que no nos deja ver más
allá de nuestras necesidades y deseos, sin poder ver lo que sucede a
nuestro alrededor y sin voluntad de hacerlo. Viviendo hacia dentro
nos hace más egoístas; cediendo el paso, en ocasiones, a estados de
soledad, de tristeza, incluso de depresión.

Cuando se tiene orgullo, vanidad, egoísmo…es difícil ponerse en la


piel del otro; sentimos que nos estamos rebajando ante la posibilidad
de ayuda que se nos pueda presentar. Cuando nos asaltan
pensamientos de rechazo tales como: “¿cómo voy yo a prestarle mi
servicio si es a mí a quien debería servir?”. Preguntarse: ¿qué saco yo
de todo esto? ¿Qué me das a cambio? Muestra la inferioridad moral
que tenemos, aún por superar, porque puede cerrar toda posibilidad
de una buena y sana relación, que albergaría situaciones para
ponernos al servicio desinteresado y a su vez, gratificante con los
demás. Esta actitud nos encierra más en la materia dejando el espíritu
sin opción de manifestarse, dando la posibilidad de ir endureciendo
poco a poco el corazón.

Malgastar las ocasiones de servicio que te ofrece la vida, es perder


oportunidades de crecer interiormente, de ir pasito a pasito,
consiguiendo que vaya germinando el amor que tenemos todos en el
fondo del corazón, desarrollando sentimientos sinceros y momentos
de alegría que nos ayuda a transitar el camino que hacemos con el
envoltorio carnal. Teresa de Calcuta decía: “El que no vive para
servir, no sirve para vivir.”

Tenemos que pensar que somos seres sociables, interrelacionándonos


continuamente con las personas que tenemos alrededor. Si en vez de
centrarnos solo en nosotros y en nuestro pequeño mundo, aprendemos
a meternos en los zapatos del familiar, amigo o compañero, seremos
capaces de percibir las necesidades que tienen los que nos rodean,
para poder ayudar en la medida de nuestras posibilidades. Unas veces
nuestros actos serán visibles, pero habrá ocasiones que no tienen por
qué darse cuenta de que le hemos brindado esa ayuda. Es cuando
empecemos a vivir la virtud del servicio que acrecentaremos otras
virtudes como la humildad, la prudencia, la dulzura, la paciencia, la
caridad…
CONCLUSION
El trabajo además de cumplir una función social, es la herramienta
más poderosa que tiene el hombre para su crecimiento personal.
Los valores del servicio y el trabajo deben ser parte esencial de
nuestra vida y así, la calidad de esta dependerá de la calidad que le
demos a nuestro trabajo y lo que seamos capaces de dar a los que
nos rodean y de esta manera nos llevara a realizarnos como
personas.

También podría gustarte