Orden de Los Constructores Masones

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or un

despertar
Gabriel Jesús Padrón Ramos 32º
―Lo principal en la vida es proponerse una cosa;

Los medios para ello, se encuentran infaliblemente

si no falta la voluntad.‖

Benjamín Franklin
Prólogo

Salud Unión y Estabilidad

Ilustres Caballeros Constructores Masones, Legionarios de la


República de Cuba y del Continente Americano.

Es necesario realizar un trabajo de recopilación bibliográfica que


agrupe los objetivos fundamentales de la Orden de los Constructores
Masones, la cual está llamada a ejercer una influencia saludable en la
vida de relación entre los pueblos y masones del Continente
Americano, en tanto sus propósitos, contenidos en los Estatutos que
reglamentan sus actividades y así lo proclaman: ―Disipar la
ignorancia, combatir el vicio, inspirar amor a la humanidad, procurar
la unión de la repúblicas americanas y la mayor amistad entre los
pueblos del Continente, así como premiar las labores realizadas a
favor de la sociedad‖.

Para poder llevar a cabo la recuperación de nuestra Orden en Cuba y


su despertar en el Continente Americano; es necesario lograr el
intercambio de relaciones fraternales, sociales y culturales, la paz y el
entendimiento mutuo entre todos los masones y sus respectivos países;
actuar a favor de la libertad, igualdad y la fraternidad de todos los
seres humanos; así como debemos reafirmar como leyes
fundamentales, los antiguos límites de la masonería universal.

Recordaremos, pues, que todas las instituciones, como las ideas,


tienen sus etapas de auge y descenso; y que la nuestra supo resurgir
como el ave Fénix. Así de la misma forma que cumplió con su misión
en Europa y América, debe cumplir con sus postulados americanistas
en momentos tan difíciles. Afianzar el fortalecimiento de la Orden en
Cuba, nos ha de llevar a la actualización del porvenir y a realizar con
nuestros propios esfuerzos labores que debemos ejecutar para
conseguir una solidaridad efectiva.

La Estrella Polar nos guiará en nuestra marcha hacia ese ideal de sana
interdependencia humana.

Exhorto a todos los Ilustres Caballeros Constructores Masones, a


todos los Masones del Continente Americano, a contribuir con
vuestro grano de arena, con buena voluntad y dinamismo, a la obra
americanista que debemos desarrollar, con entusiasmo y fe en el
porvenir. La indiferencia, esa abulia enervadora que nos ha hecho
presa en el pasado, debe desaparecer como la neblina bajo la acción de
los rayos solares.

La unión de nuestras voluntades, hasta hacerse una sola, fuerte,


indisoluble y constructiva, debe ser el resorte que nos mueva a la
acción. Nuestros países y nuestros pueblos necesitan del impulso de
núcleos de hombres conscientes, sanos de espíritu y bien
intencionados, entre los cuales nuestra Orden de los Constructores
Masones tiene un señalado puesto.

Os envío mi más cordial saludo, junto con mis más vivos deseos por el
progreso en beneficio del hombre americano.

Gabriel Jesús Padrón Ramos 33º

Gran Representante General de la O.C.M. para la Rep.de Cuba.


Surgimiento
De la Orden
ESTA ORDEN fue fundada en 1777 por el I. Hno. Pierre Francois
Charles Augereau, Duque de Castiglione, conjuntamente con los
hermanos Armando Charles Augustin, Duque de Castries, y Charles
Axel Guillaumont, en la ciudad de París.

Pierre Francois Charles Augereau


Aspectos importantes de la vida de Pierre Francoise Augereau.

De origen humilde, trabajó en muchos oficios en Suiza y en Italia,


hasta que en 1792 regresó a Francia y se alistó en el ejército. Tres
años después ya era general de división. Con este grado participó en la
campaña de los Pirineos Orientales, concretamente en los combates
del Fluviá, antes del final de esta guerra. Durante el Directorio se
destacó en la campaña de Italia, donde llamó la atención de Napoleón
después de la toma de Castiglione. Después del 18 de Brumario (mes
del calendario republicano), recibió el mando del ejército de Holanda,
y con el Imperio ascendió a mariscal y recibió el título de duque de
Castiglione. Destacó a finales de 1809 fue destinado a España donde
consiguió la capitulación de Gerona Asumió el cargo de gobernador
general de Cataluña, casi independiente de José I. Fue relevado a los
tres meses por el emperador.

Durante la Restauración, acató a Luis XVIII y fue nombrado par de


Francia. Durante los Cien Días intentó reconciliarse con Napoleón,
pero no lo consiguió.

Pierre Francois Charles Augereau, era miembro de la Logia ―Les


Enfants de Mars‖, Jefe del 27 Regimiento de Infantería Ligera y Gran
Oficial de Honor del Gran Oriente de Francia. Se retiró a sus
posesiones de La Houssaye, donde murió apartado de la actividad
militar.

Armando Charles Augustin Duque de Castries fue un masón


distinguido en la Logia ―Les Bon Ami‖ de París. En el mundo profano
era teniente general del ejército, Diputado de la nobleza a los Estados
Generales y Par de Francia. Tuvo el honor de luchar en Norte América
por la independencia de la gran democracia, Director de la
manufactura de goberlinos, institución de carácter real, surgida en el
reinado de Luis XIV a instancia del colbert, que en aquella época
resultaba ser una de las más importantes y ricas empresas industriales,
dedicadas a la producción de tapices finos, que estaban bajo el control
del Estado y dio gran fama a Francia.
Charles Axel Guillaumont, de la Academia Real de Arquitectura y
director de la manufactura de Gobelinos. Como los dos anteriores,
poseía una destacada situación entre sus hermanos masones.

Los tres fundadores de la Orden celebraron su primera reunión en la


Logia ―Les Bon Ami‖, a la que pertenecían dos de ellos, el 17 de
Diciembre del mencionado año de 1777. En esa sesión se trazó el
estatuto que había de reglar la nueva institución y se designó
Soberano Gran Comendador al Hno. Charles Augereau. Este ilustre
masón gobernó a la nueva Orden de Constructores Masones sin
interrupción hasta 1816.

Si bien debe decirse que pronto la Institución alcanzó grande


expansión entre el elemento afiliado a la Francmasonería, no debe
olvidarse el señalar que años después, durante el período de
revolución, sufrió serios quebrantos. Pero el jefe fundador, una vez
instalado el Imperio, reunió a los elementos dispersos y con ellos y un
gran entusiasmo animador, logró restablecer parte del antiguo
prestigio. Le prestaba fuerza y vigor su espíritu generoso, orientado a
favorecer cuanto pudiera dar gloria y eficacia a la Augusta Orden
Francmasónica, ya que sus miembros deben necesariamente ser
hermanos masones en actividad, quedando excluido todo profano,
cualquiera que sea su mérito o posición.

En 1817, fue elegido Gran Comendador el Hno. Juan Bautista


Vermay de Beame, laureado pintor francés, quien ese mismo año
debió trasladarse a La Habana, ciudad en la que se radicó. La jefatura
de la Orden, en consecuencia, quedó establecida en América, de donde
no salió ya. Beaume dirigió la Institución hasta 1837.

Devido a la residencia del Soberano Gran Comendar en este


continente, a partir de 1820 la Orden declinó en Europa a la par que se
robustecía en las Antillas, México y América Central.
Juan Bautista Vermay de Beame

Nació Vermay en Tournan en Brie, una población situada a unos 40


kilómetros de París, el 15 de octubre de 1786. A los 11 años, sus
padres lo enviaron a la capital francesa para matricular en la escuela
de pintura del famoso maestro Jacques Louis David (1748 1825),
quien había buscado en las antiguas creaciones greco romanas las
normas de perfección estética. A esta última corriente estética no fue
ajeno Vermay, quien dio clases de pintura a Hortensia de Beauharnais,
entenada del emperador, y fue declarado exento del Servicio Militar
por el propio Napoleón en 1813, para que se dedicara por entero al
arte.

Fue un extraordinario Masón, con solo 31 años había sido recién


nombrado Soberano Gran Comendador de la Orden de Constructores
Masones, creada en 1777 por maestros del oriente de Francia, cuando
la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo (1815) cambia
radicalmente su vida. Viaja a Alemania e Italia, pero decide emigrar a
Estados Unidos, y de ahí a Cuba, adonde llega con varios de sus
lienzos a cuestas, el aval masónico y aquellas contundentes
recomendaciones de un pintor genial y de un futuro prominente.
Lo recibe el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa, quien compra
algunos de sus óleos entre ellos, Pasmo de Sicilia, copia exacta del
Rafael y los sitúa en algunos templos habaneros. Además, contrata a
Vermay para que culminen las obras pictóricas iniciadas por el
Italiano José Perovani en la Iglesia de la Catedral de La Habana,
especialmente los lienzos para los altares.

De esta forma, ya instalado en la isla, en 1817, Juan Bautista Vermay


le anunciaba al gobierno civil del país. Su intención de abrir una
escuela de dibujo, petición que no se tomó en consideración por estas
autoridades, pero sí obtuvo la ayuda moral y material del Director de
la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País (anteriormente
llamada ―Sociedad Económica de Amigos del País‖), de Alejandro
Ramírez y del propio obispo De Espada.

Juan Bautista propuso en un inicio dar clases a cuatro niños pobres,


pero no le permitieron seleccionar a sus propios alumnos, pues el
reglamento no admitía a cualquiera. Como es de esperar, Juan Bautista
Vermay calificó este acto como racista y atrasado. No obstante, la
Academia abrió con 18 alumnos que pagaban y cuatro que Vermay
quiso enseñar gratuitamente.

Todo este espíritu de enseñanza devino entusiasmo fundacional, y el


11 de enero de 1818, en el claustro de San Agustín, con inesperada
magnificencia y protocolo se da lectura al primer artículo del
reglamento escolar que decía: ―La academia gratuita de dibujo y
pintura de San Agustín, se denominará de San Alejandro, en grata
memoria del Sr. don Alejandro Ramírez, intendente de ejército y
director de la Real Sociedad Patriótica, por debérsele su fundación y
progresos‖. De esta manera quedó fundada la histórica y prestigiosa
Academia de Artes de San Alejandro, honroso testimonio del empeño
de este hombre virtuoso.
Pero Juan Bautista no solo venía con la encomienda de ejercer su alto
oficio de pintor y poner en práctica sus ideas de cambio en el terreno
artístico, sino que arrastraba, orgulloso, las últimas propuestas y
proyectos de reformas sociales que se desarrollaban en Europa.

La lejanía de la jefatura de la Orden de los Constructores Masones y


otras diversas circunstancias hicieron que se extinguiera en Europa y
que fuera encaminándose a lo que es actualmente, una institución
americanista constituida por masones.

Cuando partió de Francia hacia Cuba, ya Juan Bautista Vermay,


investido como Soberano Gran Comendador de la Orden de los
Constructores Masones, venía con otra importante misión, la de dar
continuidad a los trabajos de una organización que se había creado en
Francia con el objetivo de reagrupar a los masones de los más altos
grados y desarrollar los lazos fraternales entre las repúblicas y entre
los hombres del Viejo y el Nuevo Mundo, pero las condiciones
históricas desviaron el curso inicialmente trazado y la dirección de la
Orden de los Constructores Masones, debilitada en Europa, se orientó
hacia las Américas, fortaleciéndose en las Antillas, México y
América Central, donde Vermay dirige todos sus esfuerzos a
agrupando a los masones a mantener profundos vínculos y estrechar
lazos de hermandad, por lo que alcanza un alto esplendor entre
hombres prominentes, abrasando la bandera de la Orden y situándola
en lugar cimero en el continente americano.

Aunque tenemos entendido que en sus primeros tiempos la Orden de


los Constructores Masones tuvo por objeto realizar activa
colaboración con la Francmasonería en el campo propio de esta, tal
orientación fue tiempo después abandonado, cuando su sede se ubicó
en América y, especialmente, a mediados del siglo pasado.
Acentuando su carácter americanista, fue poco a poco convirtiéndose
en una organización exclusiva de nuestro continente. A ello la
llevaron sus jefes hispanoamericanos que con clara mente
comprendieron la gran necesidad que existía de una organización
honorífica, que propendiera con fe y celo al estrechamiento de las
relaciones amistosas y fraternales de las repúblicas del Nuevo Mundo
que tanto necesitaban de comprenderse, amarse y unirse.

Ya lo había dicho Bolívar: ―Uníos, uníos, que de otro modo


pereceréis.‖

Así es que aun antes de la mitad de la centuria anterior ya se perfilaba


claramente la fisonomía que en el siglo actual había de tener esta
Orden en modo definitivo y fuertemente fijado.

Dicho lo anterior, cabe afirmar que la Orden de los Constructores


Masones no es, propiamente hablando, una organización
Francmasónica. No es un derivado de sus columnas, prolongación de
talleres, de cuerpos simbólicos, capítulos filosóficos o
superestructura del simbolismo. No es su misión, de un siglo a la
fecha, actuar como un apéndice de la masonería regular del mundo,
invadiendo el campo que a esta le es propia y exclusiva.

Su objetivo es bien diverso aunque se ampara bajo uno de los


propósitos que mueven a la Francmasonería: la fraternidad entre los
hombres.

La Orden de los Constructores Masones es, primeramente, una


institución exclusivamente americana. Comprende solo a las 21
naciones de este continente. Su misión es crear relaciones y afectos
entre nuestros países por todos los medios que se puede disponer.
Ampliando este concepto, puede decirse que a sus miembros les es
imperiosamente exigido el crear estrechas relaciones de amistad con
los masones de países distintos al suyo. Así estas amistades íntimas,
fuertes y continuadas harán que los de aquí y los de allá nos
conozcamos mejor, nos amemos individualmente y, como
consecuencia, enlacemos afectuosamente a nuestras respectivas
patrias.

Aún más, debe agregarse que no deja de carecer de carácter


masónico, puesto que en ella únicamente son admitidos francmasones
de grado 3, o superior.

Oficialmente su programa dice lo siguiente :

―La Orden de los Constructores Masones está consagrada a fomentar


las relaciones fraternales, sociales, culturales y a promover el
intercambio amistoso, la paz, y el entendimiento mutuo entre los
Caballeros y sus respectivas Repúblicas, y a actuar en pro de la
libertad, de la Igualdad y de la Fraternidad, el panamericanismo, en
cuya base se encuentra la franca amistad, la cooperación solidaria,
tiene un programa concreto y preciso. Esta Orden lo preconiza y
defiende en acción netamente concretada en postulados inequívocos,
cristalizados a través de los años en principios que culminaron en las
declaraciones de Buenos Aires de 1936 y de Lima de 1938, ratificadas
en Panamá en 1939, que se llamó la Carta Magna de las libertades y
garantías americanas.‖

Es, pues, una Institución Americanista compuesta exclusivamente por


francmasones. No penetra de modo alguno, en el campo simbólico o
filosófico, que es de la sola potestad de la Masonería Regular. A la
inversa de ésta, no es una organización universal, porque está
circunscripta a las 21 Repúblicas de este hemisferio con exclusión de
los demás países.

Para realizar el programa que la regula, cada uno de los Caballeros


que integran esta Orden, debe – según sus estatutos – mantener
obligatoriamente correspondencia con algunos Caballeros de los
distintos países, propendiendo así al mejor conocimiento entre los
hombres de la Francmasonería, que es el primer lazo de la unión y la
fraternidad de sus países respectivos.

La calidad de hermano que distingue a un masón, es la mejor garantía


para que esa relación de amistad que debe crearse, tenga un carácter
más hondo y más íntimo; pues dos masones en mutua
correspondencia ya tienen por el hecho de ser tales, una gran parte del
camino recorrido.

La condición de Caballero se obtiene por la posesión de méritos


personales, ganados tanto en la vida masónica como profana, si la
Orden llegara a disolverse, su bienes deben pasar a ser propiedad de
las instituciones masónicas de carácter benéfico o educacional del
lugar en que resida la sede de la Institución.

La insignia de la Orden, cuya obtención es obligatoria para sus


miembros, es una Cruz de Malta dorada, esmaltada en blanco y en el
centro de disco de oro presenta las letras O. C. M. Se prende sobre el
costado izquierdo del pecho por medio de cinta negra de seda.
SERIE DE SUS JEFES

Al Hno. Beaume sucedió en 1838 Francisco O' Donnell y Bastión,


y con él la sede se trasladó a la ciudad de México, su residencia
permanente, donde ejerció sus altas funciones hasta 1858, y en 1859
fue designado Gran Comendador Juan Francisco de la Serna y con él
la sede pasó a la ciudad de Guatemala en donde estaba radicado. Su
jefatura no fue larga porque múltiples actividades no le permitían
atenderla.

Al año siguiente asumió la dirección otro ilustre masón guatemalteco,


el ilustre y Poderoso Hno. Manuel Bonilla 33, quien se mantuvo en
sus funciones hasta 1886.

Escogido en 1887 para suceder al anterior el H. y Pod. Hno.:


Francisco Eleazar Asturias 33, le cupo gobernar a la Orden de los
Constructores Masones por espacio de 36 años ininterrumpidos. El
Hno. Asturias, por otra parte fue en varios períodos Soberano Gran
Comendador del Supremo Consejo Grado No. 33 para Centro
América.
En 1924, extinguido el Hno. Asturias, la elección favoreció con el
cargo de Gran Comendador, al Hno.: no menos ilustre que el anterior
Juan Clausel, residente en Caracas, República de Venezuela, quien fue
jefe de la Orden hasta 1939.

Al año siguiente la sede de esta Institución volvió a La Habana, pues


fue elegido para el Superior Gobierno el I.: y P.: Hno.: Ramón
González de la Gándara 33, quien como bien se sabe pertenece como
miembro activo del Supremo Consejo Grado 33 para la República de
Cuba, del cual ha sido su más destacado Tesorero.

En cuanto a los Grandes Secretarios Cancilleres, hemos de anotar


algunos nombres con indicación de los años de su elección y la ciudad
de su residencia: 1777 Arnaud Charles Augustín, París 1817 Juan
José Izuaga, México D. F. 1859 José González Pérez, Tegucigalpa
1887 Carlos A. Mendoza, Panamá 1889 Aurelio Miranda Alvarez 33,
Habana 1916 Francisco María Fernández, Habana – 1939 J. Antonio
Peraza, San Pedro Sula, República de Honduras.

ALGUNOS MIEMBROS DE LA ORDEN

Muchos han sido los masones eminentes que en las tres Américas han
pertenecido a la Orden de los Constructores Masones realizando con tal
título un obra noble que, sin cruzarse con la acción Francmasónica, la apoya
impulsando las más estrechas relaciones fraternales, o sea, creando lazos de
noble amistad entre hermanos pertenecientes a las 21 Repúblicas del nuevo
mundo.

De la selecta lista de sus Caballeros hemos de dar a conocer en esta


ocasión algunos nombres de Cuba, Andrés Cassard, Enrique A.
Lecerff y Wilson, Aurelio Ameida, Francisco de Paula Rodríguez,
Antonio de la Piedra, Gerardo Betancourt, Francisco María
Fernández, etc.; de México, Ramón Corona, Porfirio Díaz, Calixto
Maldonado, Ignacio Manuel Altamirano, etc.; de Chile, J. Miguel
Faez; Salvador Allende, Perú, Eugenio Lavergne, Ramón de la Cruz
Sol; del Uruguay, Carlos de Castro, Juan Augusto Turenne; de
Guatemala, Lorenzo Montufar, Francisco Peralta, Joaquín Fernández;
de Honduras, Miguel Paz Barahona; de Costa Rica, Jorge Valiente y
Díaz, Francisco Calvo; de El Salvador, Julián Abreu Solís; de
Bolivia, Francisco Díaz Rey, Ignacio Ramírez Sanjuán; de
Nicaragua, Francisco Pérez Díaz, José Díaz Álvarez; del Brasil,
Ernesto Da Cunha; del Ecuador, Florentino Berrualu Díaz; de
Panamá, Carlos A. Mendoza; de Argentina, Higinio Miranda
Salazar, etc.

SOBERANOS GRANDES COMENDADORES DE LA ORDEN


DESDE SU FUNDACION

SOBERANOS GRANDESCOMENDADORES DE HONOR.

Dr. Ramón Glez. De la Gándara 33 La Habana, Cuba

Sr. José Oller Navarro 33 Panamá Rep. Panamá

SOBERANOS GRANDES COMENDADORES

DE LA ORDEN DESDE SU FUNDACION HASTA 1964

1- I.H. Pierre Francois Augereau Francia, Paris 1777 a 1816

2- I.H. Juan Bautista Vermey de Beaume Francia-Cuba 1817 a 1837

3- I.H. Francisco O. Donell Bastión 33º México 1838 a 1858

4- I.H. Juan Bautista de la Serna 33º Guatemala 1860 a 1886

5- I.H. Francisco Eleazar Asturias 33º México 1887 a 1923

6- I.H. Manuel Bonilla 33º Guatemala 1860 a 1886

7- I.H. Juan Clausell 33º Venezuela 1924 a 1933


8-I.H. Ramón González de la Gandara 33º Cuba 1934 a 1943

9-I.H. José Oller Navarro 33º Panama 1944 a 1948

10-I.H. MiguelOrrico de los Llano 33º México 1949 a 1953

11-I.H Martin F. Barrenas 33º México 1953 a 1958

12-I.H Enrique Rivera Beltrán 33º México 1959 a 1963

13-I.H Cales Sierra Ramos 33º Mexico 1964 a 1980

PAISES DEL CONTINENTE AMERICANO QUE TENIAN

INSTAURADA LA ORDEN EN EL AÑO 1953 Y SUS


GRANDES

REPRESENTANTES GENERALES.

GRAN REPRESENTANTE GENERAL PAIS DE AMERICA


1.I.H. Fabián Onsari 33 Argentina
2.I.H. Armando Bretel 33 Bolivia
3.I.H. Daniel Correa 33 Brasil
4.I.H. Carlos Saúl Hernández 3 Colombia
5.I.H. Jorge Tristán Fernández 33 Costa Rica
6.I.H. Francisco J. Ponte 33 Cuba
7.I.H. René García Valenzuela Chile
8.I.H. Luis W. García Moreno 30 Ecuador
9.I.H. Fidel Cristino Garay 33 El Salvador
10.I.H. Ray U. Denslow 33 EUA
11.I.H. Rafael Ordenez Solís 33 Guatemala
12. Vacante Haití
13.I.H. J. Antonio Peraza 32 Honduras
14.I.H. Martin F. Bárcenas 33 México
15.I.H. Eonr Aguado 33 Nicaragua
16.I.H. Rogelio M. Terán 33 Panamá
17.I.H. Eustaquio Altamirano 33 Paraguay
18.I.H. José A. Vegas Arena 33 Perú
19.I.H. Ángel M. Méndez 33 Puerto Rico
20.I.H. José M. Pérez Andujar 33 Dominicana
21. I.H. Francisco M. Pucci 33 Uruguay
22.I.H. Jacobo Vendan 33 Venezuela
ALGUNOS GRANDES REPRESENTANTES

GENERALES EN CUBA.

I.H. Ramón Glez. de la Gándara

I.H. Francisco Ponte Domínguez


I.H. José González Olivero

I.H. Elias Orta Suárez

I.H. Federico Gracia Cartalla

I.H. Luis Coloma Delgado

I.H. Teodoro Dollar León

I.H. Leonardo Aristires Rodríguez Rodríguez

I.H. Ramón Sotolongo Pino

I.H. Eleodoro Mora León

I.H. Luis Manuel Coloma Delgado

I.H. Ramiro Arias López

I.H. Rafael Espinosa Espinosa

I.H. Gabriel Jesús Padrón Ramos


Para ser Caballero de la Orden de los Constructores

Masones es necesario

1. Ser ciudadano en pleno goce de sus derechos de cualquiera de las


Repúblicas
2. Ser mayor de 25 años de edad.
3. Pertenecer como socio activo y honorario a una de las Logias
Masónicas.
4. Ser acreedor a tal título por méritos personales y ganados tanto en la
vida masónica, como profana.
5. Poseer el Grado Tercero de la Masonería Simbólica o superior.
6. Tendrá deberes y obligaciones
a) Respetar las Leyes y al Gobierno constituido del país.
b) Obedecer las Ordenes que en el ejercicio de la alta misión moral
y patriótica los imparta el Gran Comendador.
c) Acepar todas las decisiones de la Orden, sobre todo, en las
elecciones.
d) Procurar por todos los medios se mantenga correspondencia con
los demás Caballeros y Legionarios de la Corte de Honor.
e) Los Caballeros y Legionarios de la Corte de Honor de cada
República, están en el deber de ayudar al sostenimiento de las
oficinas de la Orden.
LA CONDICIÓN DE MIEMBRO DE LA ORDEN SE PIERDE:

1- Por traición al Continente Americano o algunas de las naciones del


mismo, o a la causa Americanista.
2- Por traición a la Orden o a la Masonería en General.
3- Por no cumplir con las obligaciones que establecen las leyes de la
Orden.
4- Por haber sido Condenado por delito de Orden común que amerite
pena corporal mayor de 2 años, en la inteligencia de que no será
motivo de expulsión la pena que se le imponga al miembro de la
Orden por delitos políticos.
Es importante que la Orden de los Constructores Masones tengan
personalidad en cada unos de los países de América, por que actuara
dentro del esquema legal de la nación en que radique o funcione, se
establece que:
La Orden de los Constructores Masones deberá tener personalidad
jurídica de carácter nacional, e internacional, como sociedad cultural
Americanista.
Para que tenga personalidad jurídica Nacional se cumplirá en cada
país con el procedimiento legal para inscribir a la Orden de los
Constructores Masones, como sociedad civil, cultural, etc... de
acuerdo con la Legislación particular de cada nación, en el caso de que
no exista Legislación profana aplicable, entonces la Orden propugnará
ante quien corresponda para que sea reconocido el tipo de Asociación
Civil, cultural etc.
Hechos relevantes en la Historia de la Orden

En una circular emitida en febrero de 1959, por el Soberano Gran


Comendador de la Orden el Ilustre Hermano Enrique Rivera Berrand,
para las 21 naciones del continente americano con copia al Ilustre
Hermano Dr. Ramón González de la Gándara, pasado Soberano Gran
Comendador, donde expresa después de una introducción que sus
aspectos han sido tratado en este trabajo, expone lo siguiente.

Por toda la prensa del Continente Americano, tuvimos noticias que el


31 de diciembre anterior, la fuerza aérea de la hermana república de
Guatemala ametralló barcos indefensos mexicanos tripulados también
por ciudadanos mexicanos. Las relaciones diplomáticas entre ambos
países, de Guatemala y México están ahora rota, pero el pueblo de
México y el pueblo de Guatemala, no deben por ningún motivo ni
bajo ningún concepto romper sus viejas amistades, ya que el destino
geográficamente nos ha hecho vecinos, debemos vivir en completa
paz, en armonía y con la fraternidad que como hermano nos
corresponde, es preciso que todos los Guatemaltecos sepan que
México no es capaz de usar sus recursos materiales para repeler la
fuerza desplegada en contra de sus connacionales, pues resultaría
ridículo valerse de nuestra fuerzas armadas en contra de una Nación
que respetamos todos y queremos pero es fácil comprender la
debilidad material que tiene en relación con la república Mexicana.

Nuestro mensaje es de paz, nuestra misión es unificar fraternalmente a


todos los miembros de la familia Indo-Hispana principalmente;
nuestra petición va dirigida para que por todos los medios al alcance
de los hombres libres miembro o nó de la Orden de los Constructores
Masones hagamos por limar asperezas y que los pueblos nuestros no
dejen de tener las relaciones fraternales, que nada ni nadie debe
destruir, la opinión de un hombre aislado aún cuando tenga el poder
no representa el sentir de sus gobernados, usemos todos nuestros
recursos nos sea factibles para que restablezcan pronto las relaciones
entre nuestros gobiernos de México y Guatemala pero principalmente
llevar al convencimiento de Guatemala que los Mexicanos no
podemos ser nunca enemigos de los queridos hermanos
Guatemaltecos.

Recomiendo en forma muy especial que se estrechen al máximo las


relaciones entre los miembros de la Orden de los Constructores
Masones de todos los países con los queridos Caballeros
Constructores de la Hermana República de Guatemala, expresando
nuestros más caros anhelos porque la paz la tranquilidad y la
indestructible amistad, sigan siendo cada ves más estrechas entre
Guatemala y México.

(Para más información dirigirse a la pág. de anexo al final)

Acontecimientos como este nos hacen pensar, nos crea interrogantes,


pero al final podemos deducir con claridad que jugamos el papel más
importante, mantener una posición firme e indisoluble ―Por la unión
de las América‖ postulado que pretendemos enarbolar con dignidad
unificadora.

Es bueno destacar que México circuló una pequeña publicación


denominada ―El Monitor Masónico‖ dicha publicación en cada
número recogía aspectos importantes para la Orden, así como trabajos
de instrucción masónico, además de publicar circulares de interés
para todos los Caballeros, en dicho Monitor se resaltaba en cada
número la vida de un prócer Americano o una personaje histórico
digna de destacar por su ejemplo.

En uno de los números editados con fecha 12 de febrero de 1949, en


su primera pág. de introducción se plantea lo siguiente en una
conferencia sustentada por el señor Lic. Caleb Sierra Ramos Soberano
Gran Comendador de la Orden de Constructores Masones, Sociedad
Americanista, el día 16 de junio de 1965, en el Auditórium de la Muy
Resp.: Gr.: Log.: ―Valle de México‖.

LA ORDEN DE LOS CONSTRUCTORES MASONES Sociedad


americanista, perteneciente a la Organización de Naciones Unidas
como agrupación no gubernamental, es una sociedad
paramasónica a la que interesa fundamentalmente, difundir…

(Para más información dirigirse a la pág. de anexo al final)

Con estos ejemplos queremos destacar la transcendencia de una Orden


que ya cumple más de dos siglos de existencia unificadora en el
continente americano, jugando un papel trascendental en el
movimiento socio cultural del continente, desconocemos hasta el
momento por faltas de información y comunicación con muchos de
los países del continente y en especial con México que fue donde la
Orden tubo a su último Soberano Gran Comendador el V.: H.: Calef
Sierra Ramos; muchas de las causas por las cuales se extinguió en el
continente americano la O C M, pero es bueno señalar de que en
Cuba, pese a los impedimentos y los tropiezos la Orden ha
sobrevivido bajo cualquier circunstancias hemos logrado mantener
bien en alto el estandarte de la Orden. Sin dejarnos amilanar y como
el Abe Fénix estamos emergiendo de las cenizas y no perdemos la
esperanza de que un día, no muy lejano estas letras puedan ser leídas
por hombres de mente y corazones deseoso de ver una América mejor
y unificada, entonces el pensamiento de nuestros próceres y
fundadores hallan nuevamente el camino recorrido desde 1817 en que
Juan Bautista Vermey de Beaume tuvo a bien expandir esta Orden
desde Cuba por las 21 naciones del continente americano, hasta la
fecha, pensemos en el despertar de la Orden de los Constructores
Masones en este nuestro continente donde ya se están dando los
primeros pasos.

UN BELLO IDEAL A PUNTO DE DESAPARECER

Queremos mostrar algunas valoraciones hechas por el Soberano Gran


Comendador Miguel Orrico de los Llano 33º, el 17 de diciembre de
1953, México en la celebración del 176 aniversario de la fundación
de la Orden, donde expone criterios y aspectos importante que
podríamos tomar en consideración para determinar las posibles
causas y posterior declinación de la Orden en el continente americano.

(Cita textual)

Hasta aquí queridos hermanos Constructores, lo que se pensó que


fuera nuestra Orden, este el bello ideal que acariciaron nuestro
fundadores y sobre todo los que dieron en 1820 esa nueva estructura a
esta Institución, pero con el dolor propio de quién ha podido constatar
nuestro estado de cosas, debemos con toda lealtad venir en este
sagrado momento, en el que rendimos culto a quieren nos dieron vida,
a hablar con la verdad y presentar a la Masonería del Continente
Americano como lo que realmente somos los Constructores Masones
y los que tenemos derecho y OBLIGACIONES DE SER.

Otros antes que yo, y como ejemplos más recientes señalaremos a los
Ilustres Hermanos Dr. RAMON GONZALEZ DE LA GANDARA Y
JOSE OLLER, el primero de la Habana, Cuba y el segundo de
Panamá, República de Panamá, ambos luchadores incansables por el
programa de nuestra Orden, seguramente al dejar la Gran
Comendadoría debieron haber experimentado la tristeza de la falta de
comprensión de algunos de sus miembros, pero ellos como yo,
seguramente viven con la esperanza de que llegue el momento tan
deseado en el que nuestros hermanos despierten y entreguen a la causa
que han abrazado, SU AMOR, SU FE y SU HONOR, para hacer de
nuestro Continente lo que realmente debe ser: GRANDE, FUERTE y
RESPETABLE.

Se me hace imposible concebir que en pleno siglo XX estemos LOS


CONSTRUCTORES MASONES soñando despiertos y pensando que
esta Institución fue formada únicamente con el objeto de conceder el
honor de pertenecer a ella a los hermanos masones a quienes se
considere con los méritos suficientes para dispensárselo, pero que al
recibir este honor haya terminado todo, es decir, que nuestra Orden se
convierta en una Institución de elogios mutuos, no creo que sea
posible siquiera imaginarse que quienes reciben el honor de pertenecer
a una Institución Americanista, crea que debe cruzarse de brazos y
contemplar plácidamente que los Tiranos aferrados al Poder en
algunas de las Repúblicas del Continente estén una veces
FUSTIGANDO A LA MASONERIA y otras valiéndose de ella para
dar una cariz de ser LIBERALES MODERADOS o bien utilizándola
como instrumento de sus apetitos; verdadero asombro me causa
contemplar una masonería pasiva e indiferente ante el sufrimiento de
sus hermanos, a cada rato me pregunto ¿QUE HACE LA
MASONERIA, DONDE ESTA SU FUERZA? Por qué no la hace
sentir para hacer que cesen los sufrimientos de los hermanos a quienes
esos TIRANOS han convertido en el blanco de sus iras, no es posible
pensar que los directores de la MASONERIA CONTINENTAL crean
que esta está cumpliendo con su deber, mientras existan hermanos
masones en las prisiones, así sea en las mazmorras de inmundas
cárceles o en los elegantes salones de una residencia.

Qué pena causa hermanos queridos contemplar a esa masonería


pasiva, sin llevar siquiera unas palabras de aliento y de consuelo a
nuestros hermanos DESTERRADOS en los distintos países sin un
hogar, sin un auxilio inmediato y efectivo, cuántas veces he tenido la
pena de escuchar de labios de algunos masones al tratarles lo relativo
al auxilio necesario e inmediato para esos hermanos, dan la fácil y
cómoda contestación de que LA MASONERIA NO ES UNA
INSTITUCION DE BENEFICIENCIA, ¡como si sólo de pan viviera
el hombre!, como si en esas condiciones, mejor que el sustento
alimenticio, no lo fuera el espiritual, y todavía es más doloroso
contemplar que muchos, pero muchos de los hermanos que piensan
así, se les ve desarrollando una activa e intensa labor y con demasiado
desprendimiento en el seno de otras Instituciones; los vemos
desesperados esperando que llegue el día y la hora de la reunión de
esas Sociedades para ir a sentarse a su mesa, luciendo con orgullo el
distintivo y HACER CERA, pero alejándose cada días más y más de
la Masonería, a cuyos trabajos concurren cada tres, cuatro o más
meses y aún entonces a la hora de circular el saco de pobres, se les ve
perdiendo el tiempo buscando la moneda más chica, para depositarla.

Es realmente triste confesar que habido hermano Gran Representante,


que ha estado hasta un año sin dar contestación a la correspondencia
de la Gran Secretaría o Gran Comendadoría, hermanos que no han
tenido siquiera la curiosidad de saber qué hacen y como piensan sus
hermanos de las otras Repúblicas; pocos son los comprensivos y
todavía más pocos los que han podido definir QUE COSA ES UN
CONSTRUCTOR MASON, la abulia, el miedo de disgustar a los
Tiranos se ha apoderado de algunos, otros de los factores importantes
que en mi concepto han influido para que esta Organización no nos de
el fruto necesario, es el CELO DE ALGUNOS HERMANOS QUE
OCUPAN ALTOS PUESTOS EN LA MASONERIA, otro factor es el
económico, no ha sido posible imaginarme, ni he podido comprender
en qué se basan mis hermanos Constructores para creer que una
Institución que como la nuestra, que tiene una MISION HISTORICA
CONTINENTAL que cumplir, pueda desarrollar una labor eficiente
sin contar con recursos económicos, el primer año de mi ejercicio me
permití proponer el que se estableciera una cuota anual de UN
DOLLAR o su equivalente en el moneda de cada una de las
Repúblicas y cuya cuota se destinaría a establecer una Oficina, donde
se celebrarían nuestras sesiones, en la que despacharían las Altas
Dignidades y cuya Oficina sería propiamente dicho considerada como
la CASA CONTINENTAL a la que acudirían los hermanos masones
(Caballeros o no) que se encontraran desterrados, así como los
Liberales que estuvieran en las condiciones que nuestros hermanos, en
esa Oficina recibirían orientaciones para encausar su vida, ayuda
moral efectiva, en fin una Oficina en la que, se hiciera OBRA y la que
a cada momento dejara impresa la característica de nuestra labor, una
Oficina en la que no se permitiría hacer POLITIQUERIA, que lejos de
unir distanciara a los Pueblos del Continente, sino que por el
contrario, los uniera, porque con ello haríamos PATRIA, porque eso
es lo que debemos buscar dentro de LA ORDEN LOS
CONSTRUCTURES MASONES, LA ESTRUCTURACION DE
UNA PATRIA CONTINENTAL, UNICA, FUERTE, RESPETADA
Y QUERIDA POR TODOS SUS HIJOS, una Patria habitada por
hombres y mujeres que lleven en lo más profundo de corazón el amor
y el orgullo de ser CIUDADANOS de este Continente y siempre
cumpliendo con el sagrado deber de conservarlo LIBRE DE
TIRANOS que lo desprestigien, una vez emancipado de prejuicios,
veremos una Patria Continental en la que cada quien viva profesando
el culto y la religión que mejor le convenga, pero guardando el culto y
la religión que mejor le convenga, pero guardando en todo momento
el MAS PROFUNDO RESPETO para las Religiones que él no
profese, en fin, una Patria Grande y fuerte en la que, pensando como
quiera que piensen sus hijos, éstos tengan la fe en Dios y en si mismos
para hacerla valer.

Deseo terminar elevando mis votos más fervientes, porque Dios de fe,
valor, entusiasmo y coraje a la vez que serenidad para cumplir con
nuestro deber, que estemos siempre de pie, firmes, escuchando los
gritos de la PATRIA CONTINENTAL para defenderla, que veamos
con verdadera unión a las Banderas todas de nuestras hermanas
Repúblicas; Esperamos que este sencillo trabajo pueda ser un aliento
para aquellos países del continente americano en los cuales la Orden
haya languidecido y la recuperen basados en las nobles ideas que
persigue la misma, por la Unión de las Américas.

Carta Magna de las Libertades y Garantías


Americanas.
La Orden de los Constructores Masones como plantea su programa es
una institución que está consagrada a fomentar las relaciones
fraternales, sociales, culturales a promover el intercambio amistoso,
la paz y el entendimiento mutuo entre los Caballeros y sus
respectivas Repúblicas, a actuar en pro de la libertad, la Igualdad y la
Fraternidad, el panamericanismo, en cuya base se encuentra la franca
amistad, la cooperación solidaria, tiene un programa concreto y
preciso. Esta Orden lo preconiza y defiende en acción netamente
concretada en postulados inequívocos, cristalizados a través de los
años en principios que culminaron en las declaraciones de Buenos
Aires de 1936 y de Lima de 1938, ratificadas en Panamá en 1939,
que se llamó la Carta Magna de las libertades y garantías
americanas.

En infinitas ocasiones nos hemos preguntado ¿De qué se trató esta


Carta Magna de garantías y las libertades y garantías
americanas?¿Que temas se trataron en la declaración de Buenos Aires
en 1936, en Lima en 1938, ratificadas en Panamá en 1939?

Pues les comento que la Orden de los Constructores Masones jugó un


papel mediador y de vital importancia para que se pudieran realizar
estas reuniones, llamando a la unidad americana, por la que habían
luchado tantos próceres en este continente.
A principios de enero de 1936, el presidente Roosevelt escribió una
carta personal a su colega Justo, proponiéndole la celebración de una
conferencia interamericana extraordinaria, con el objetivo de tratar los
problemas del hemisferio, y sugiriendo que Buenos Aires fuera la sede
de dicha reunión. Con esta iniciativa, el mandatario norteamericano
procuraba convertir a América en un bloque cerrado, protegido de la
agresiva Italia de Mussolini y la recuperada Alemania nazi, países
cuya situación contrastaba con la inestabilidad política de Francia e
Inglaterra. Roosevelt estaba convencido, como muchos de sus colegas
en la región, de que el evidente fracaso operativo de la Sociedad de las
Naciones daba lugar a la necesidad de construir una liga americana,
reeditando el viejo proyecto del presidente uruguayo Baltasar Brum.
Roosevelt obraba inspirado por su secretario de Estado Cordell Hull,
quien intentaba repetir la jugada de aparente acercamiento con la
Argentina efectuada en Montevideo proponiendo que Buenos Aires
fuese sede de la conferencia panamericana. Alimentando el amor
propio del gobierno argentino, las autoridades de Washington
procuraban extinguir la actitud de oposición de argentina a los
proyectos norteamericanos.

Al comienzo la Conferencia, introdujo un amplio plan que aseguraría


la solidaridad interamericana frente a la guerra europea o en caso de
amenaza a la seguridad continental. El plan del secretario de Estado
norteamericano comprendía tres proposiciones específicas:

a) consulta obligatoria entre los Estados americanos en caso de


amenaza a la paz del hemisferio.

b) creación de un comité de consulta permanente de todos los


ministros de relaciones exteriores para determinar la naturaleza de la
acción común.
c) extensión a América latina de los principios de neutralidad vigentes
en Estados Unidos.

Por su parte, Saavedra Lamas redactó su propio proyecto para el


mantenimiento de la paz, que establecía:

a) Estrecha cooperación interamericana con la Sociedad de las


Naciones.
b) Consulta únicamente para la negociación directa a través de
los canales diplomáticos regulares.
c) No intervención absoluta, incluyendo la "intervención
diplomática excesiva". La posición de Saavedra Lamas durante
la Conferencia de Buenos Aires demostró la resistencia
argentina a una organización regional extensiva, que en su
óptica era como "crear dentro del mundo una gran isla de
Robinson Crusoe‖. El canciller argentino y Premio Nobel de la
Paz sostuvo la universalización de la organización de la paz
frente a la idea norteamericana de un derecho internacional
regional americano, utilizando en su disertación los siguientes
términos meteorológicos:
Nos circunda un mundo inquieto y agitado. Densas nubes hay
en sus horizontes. Se cruzan a veces relámpagos. Vendrá,
quizá, una gran tempestad, pero esta tempestad nos encuentra
unidos, dispuestos a nobles consultas, a intercambios de ideas
para resguardar nuestro continente de repercusiones que no
podemos admitir y para volvernos también a todos los
horizontes, ofreciendo la colaboración y la cooperación que
estamos dispuestos a prestar a los grandes ideales humanos
que no tienen límites ni restricciones continentales.
Una vez que el proyecto de Hull se dio a conocer, Saavedra
Lamas arremetió contra él. Atacó el proyecto norteamericano
de generar un organismo de consulta permanente entre los
estados americanos como una tentativa de crear una versión
panamericana de la Sociedad de las Naciones. El canciller
argentino argumentó que este organismo se opondría a la
Sociedad, la presencia de este organismo le otorgaría
funciones políticas a la Unión Panamericana. Saavedra Lamas
bombardeó también las sugerencias de Hull de consulta y
colaboración obligatorias, argumentando que privarían a los
estados americanos de su libertad de acción. Asimismo, se
opuso a la difusión continental de los principios de neutralidad,
que implicaban embargos de créditos y de armas. La propuesta
Norteamericana, en la opinión del ministro argentino, estaba
en contradicción con la política de la Sociedad de las Naciones
que permitía exportar armas a las naciones víctimas de la
agresión. En síntesis, el canciller argentino se opuso en la
Conferencia de Buenos Aires a toda propuesta de Hull.
Sostuvo que sólo aceptaría principios de carácter universal, no
restringidos a América, y siempre que los organismos
dependiesen de la Sociedad de las Naciones, organismo que el
gobierno de Estados Unidos percibía como inoperante para
resolver la amenaza de las fuerzas totalitarias en Europa.

Como consecuencia de los ataques de Saavedra Lamas, la


Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz aprobó
sólo una sombra de lo que era el proyecto original de Hull. La
Convención para la Coordinación, Extensión y Cumplimiento
de los Tratados Existentes entre los Estados Americanos
firmada en la Conferencia de Buenos Aires no ordenó en
concreto ninguna acción, no creó ningún organismo
permanente. Se limitó a una referencia acerca de la política de
neutralidad común como un objetivo deseable para los países
americanos. Además, Saavedra Lamas le ganó la pulseada al
representante norteamericano en otros dos aspectos
importantes. En primer lugar, en la Convención para el
Mantenimiento, Afianzamiento y Restablecimiento de la Paz,
Saavedra Lamas logró que sus colegas eliminaran toda
referencia a la agresión de una potencia no americana, como
puede apreciarse en el contenido de su parte dispositiva, que
dice lo siguiente:
Art. 1º- En caso de verse amenazada la paz de las Repúblicas
Americanas, y con el objeto de coordinar los esfuerzos para
prevenir dicha guerra, cualquiera de los Gobiernos de las
Repúblicas Americanas signatarias del Tratado de París de
1928, o del Tratado de No Agresión y de Conciliación de
1933, o de ambos, miembros o no de otras instituciones de paz,
consultará con los demás Gobiernos de las Repúblicas
Americanas y éstos, en tal caso, se consultarán entre sí para los
efectos de procurar y adoptar fórmulas de cooperación
pacifista.
Art. 2º- En caso de producirse una guerra, o un estado virtual
de guerra entre países americanos, los Gobiernos de las
Repúblicas Americanas representadas en esta Conferencia
efectuarán, sin retardo, las consultas mutuas necesarias, a fin
de cambiar ideas y de buscar dentro de las obligaciones
emanadas de los Pactos ya citados y de las normas de la moral
internacional, un procedimiento de colaboración pacifista; y,
en caso de una guerra internacional fuera de América, que
amenazare la paz de las Repúblicas Americanas, también
procederán las consultas mencionadas para determinar la
oportunidad y la medida en que los países signatarios, que así
lo deseen, podrán eventualmente cooperar a una acción
tendente al mantenimiento de la paz continental.
De acuerdo con Hull, la frase "que así lo deseen" fue una
estratagema argentina destinada a desvirtuar la resolución.
En el Protocolo Adicional Relativo a la No Intervención,
nuevamente Saavedra Lamas logró imponer el criterio
argentino. Dicho protocolo establece:
Art.1º- Las Altas Partes Contratantes declaran inadmisible la
intervención de cualquiera de ellas, directa o indirectamente, y
sea cual fuere el motivo, en los asuntos interiores o exteriores
de cualquiera otra de las partes.
La violación de las estipulaciones de este artículo dará lugar a
una consulta mutua, a fin de cambiar ideas y buscar
procedimientos de avenimiento pacifista.
No obstante, el hecho de que Estados Unidos aceptara este
artículo era indicativo de que estaba de acuerdo con una
interpretación más amplia del principio de no intervención, sin
las reservas que había hecho en Montevideo, aunque amparado
por la expresión ―cualquiera de ellas‖ que no excluía ciertas
acciones colectivas.
También en el debate en torno a la Declaración sobre
Solidaridad y Cooperación Interamericana la delegación
argentina impuso sus criterios. El proyecto original del Tratado
sobre Solidaridad, redactado por las naciones
centroamericanas, incluía explícitamente un artículo
previniendo el ataque extra continental a cualquier país del
hemisferio a través de la común reacción regional:
Art. 1º- Todas las naciones americanas considerarán como
agravio propio el que fuera inferido por naciones extra
continentales a los derechos de cualesquiera de ellas, debiendo
originar aquel agravio una reacción uniforme y común. En ese
evento, las cancillerías de América procederán a un acuerdo
inmediato para determinar las medidas que la situación
demande.
Ante la oposición de la delegación argentina, a este artículo 2º
se le extirpó la alusión al ataque extra continental y se agregó
la referencia a los agravios inferidos por países del hemisferio,
en obvia alusión al intervencionismo norteamericano en el área
del Caribe. Tales cambios, impulsados por la diplomacia
argentina, se pueden apreciar en la versión remozada que se
presentó a la Primera Comisión, la cual decía:
Art. 2º- Todas las naciones americanas considerarán como
agravio propio el que fuera inferido por cualquier nación a los
derechos de otra, debiendo en cada caso originarse un acuerdo
o consulta entre las cancillerías a los efectos de determinar la
actitud a asumir o, en su caso, las reglas para una neutralidad
concertada.
Pero a su vez este artículo 2º modificado no fue del agrado de
la delegación argentina. El asunto llevó a que debiera
renunciarse al tratado y firmar sólo una declaración. Los
argentinos finalmente aceptaron una cuarta versión del
debatido artículo cuyo contenido y sentido desvirtuaban el
espíritu del proyecto original. Esta última versión decía:
Art. 3º- Que todo acto susceptible de perturbar la paz de
América las afecta a todas y a cada una de ellas y justifica la
iniciación de los procedimientos de consulta previstos en la
Convención para el Mantenimiento, Afianzamiento y
Restablecimiento de la Paz, suscripta en esta Conferencia.
Otros párrafos de la declaración proclamaron como principios
de la comunidad americana la proscripción de la conquista
territorial, la condena de la intervención, la ilicitud del cobro
compulsivo de las deudas y el sometimiento a la conciliación y
al arbitraje.
De esta manera, las alternativas de la conferencia y el
desempeño de Saavedra Lamas convencieron al secretario Hull
de que la Argentina no era un aliado confiable, factor que
perturbó las relaciones interamericanas en años posteriores.
Además, el gobierno norteamericano dio por supuesto un
factor de reciprocidad en los documentos firmados: había
aceptado el principio de no intervención en la creencia de que
los latinoamericanos aceptaban el principio de la
responsabilidad colectiva. Sin embargo los últimos no
reconocieron ninguna obligación de reciprocidad.
Como resultado, la opinión en Estados Unidos respecto de la
opositora actitud argentina en la Conferencia de Buenos Aires
tendió a polarizarse en dos tesis, igualmente erróneas según la
opinión de Whitaker, respecto de lo que se dio en llamar el
problema argentino. Una sostuvo que la hostil actitud del
gobierno argentino hacia el panamericanismo no era
representativa del conjunto de los argentinos. Si se les daba
tiempo y oportunidad para expresarse, éstos presionarían sobre
el gobierno, obligándolo a modificar su actitud hostil hacia
Washington hasta convertirlo en un buen vecino. El tiempo
demostró lo errado de este punto de vista. La otra tesis
norteamericana señaló que el gobierno argentino respondía al
nazifascismo. El autor citado sostiene que la evidencia
documental publicada años más tarde demuestra que esta
actitud oficial filonazifascista no comenzó en realidad hasta
1940 (incluso es polémica a partir de esta fecha). En el ínterin,
el gobierno de Buenos Aires siguió una política
tradicionalmente argentina, por móviles enraizados en su
identificación política, económica y cultural con Europa, y lo
hizo con el respaldo de la mayor parte del pueblo argentino.
Como consecuencia de este criterio rector de la política
exterior argentina, luego de 1936 sus representantes
continuaron participando en las conferencias panamericanas,
pero hacia 1943 el escaso compromiso de los mismos se
reflejó en el hecho de que la Argentina había ratificado sólo
cuatro de las cincuenta y seis convenciones y tratados
adoptados hasta esa fecha, convirtiéndose en la nación no
ratificadora mayor de todos los tiempos.

Revisión de textos escolares (Conferencia Interamericana de


Consolidación de la Paz – BUENOS AIRES, 1936)

Convencida de la necesidad e importancia de orientar el


criterio de las generaciones venideras conforme a una
ideología de paz y amistosa colaboración con todos los
pueblos, para impedir así que sean contaminadas por la prédica
de odios, antagonismos y prejuicios Internacionales;
Segura de interpretar el sentir de los pueblos en ella
representados de que un bien concebido patriotismo, la verdad
histórica, la exaltación de las grandes glorias nacionales y el
culto a los héroes de cada país, no exigen el mantenimiento en
los textos escolares de las controversias entre investigadores,
ni alterar los hechos establecidos por la crítica en las obras
generales de historia, ni empequeñecer las glorias o los héroes
de las demás Naciones;
Deseosa de promover, en forma eficaz, una obra depuradora de
las conciencias individuales y del espíritu público, mediante la
prevención de actividades tendenciosas contra la ordenada y
pacífica convivencia internacional, en los diversos grados de la
enseñanza, fuente donde se plasma el alma nacional; y
Consciente de la indudable ventaja que hay en aprovechar los
Acuerdos ya elaborados con tan alto propósito,
La Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz,
Resuelve:
Recomendar a los Gobiernos de las Repúblicas americanas,
que aún no lo hubieren hecho:
1º. Adhieran al Convenio brasileño-argentino para la revisión
de los textos para la enseñanza de la historia y de la geografía,
subscripto en Río de Janeiro el 10 de octubre de 1933;
2º. Ratifiquen la Convención sobre la enseñanza de la historia,
subscripta en la VII Conferencia Internacional Americana;
3º. Subscriban la declaración acerca de la revisión de los
manuales escolares, elaborada por la Comisión Internacional
de Cooperación Intelectual y sometida por el Secretario
General de la Sociedad de las Naciones a los Gobiernos de los
países Miembros y no Miembros de la entidad; y
4°. Procuren adelantar, motu proprio, la revisión de los
manuales escolares empleados en cada país, como aporte
voluntario a la gran obra de formación espiritual de las
generaciones futuras en un ambiente de paz y buena
inteligencia internacionales.
En cuanto a las normas para efectuar la revisión de los textos
escolares,
Recomienda que:
1o. Se tenga en cuenta, respecto de los manuales de historia,
no solamente los tópicos que sirvan para promover o excitar la
aversión a cualquier pueblo, sino las omisiones en que se haya
podido incurrir, cuidándose de que se expresen con relevancia
suficiente, los esfuerzos de cada país en obsequio de su
independencia y su aporte a la liberación continental;
2°. Se procure respecto de los manuales de geografía, que
contengan el mayor número de datos posible, no sólo en
cuanto a la riqueza y producción, sino, además, en cuanto a los
aspectos orográfico, climatérico, cultural, político, social y de
salubridad pública de cada país,
3°. Se aprovechen las excelentes sugerencias del plan Casares,
elaborado por el Instituto de Cooperación Intelectual, de París,
y se tengan muy en cuenta las acuciosas y bien concebidas
indicaciones del plan de la Comisión Revisora de Textos de
Historia y Geografía, bajo la Presidencia del destacado
educacionista doctor Ricardo Levene, constituida por el
Ministerio de Instrucción Pública de la República Argentina,
con motivo de la Convención argentino-brasileña sobre la
materia.
(Aprobada el 19 de diciembre de 1936.)

Declaración de Lima a favor de los derechos de la mujer


(Octava Conferencia Internacional Americana, Lima 1938 )
Considerando:
Que la mujer representa más de la mitad de la población de
América reclama plenos derechos, como acto de la más
elemental justicia humana,
Que la mujer ha participado en forma efectiva y con un alto
sentido de responsabilidad en el desarrollo histórico de todos
los pueblos de América,
Que en el orden económico la mujer es un factor de primera
importancia, no sólo como productora, sino también como
controladora y dirigente de la economía básica del hogar,
Que ha demostrado ampliamente su capacidad en todos los
campos de la cultura y de la actividad humana,
Que su alta responsabilidad como madre la faculta para
disfrutar de todos sus derechos, y
Que la mujer de América, antes de reclamar derechos, ha
sabido asumir, en el orden social, todas sus responsabilidades,
dando así el mayor ejemplo de civismo consciente,
[La Octava Conferencia Internacional Americana,]
Acuerda:
1º.-Declarar que la mujer tiene derecho:
a) igual tratamiento político que el hombre,
b) A gozar de igualdad en el orden civil,
c) A las más amplias oportunidades y protección en el trabajo,
y
d) Al más amplio amparo como madre.
2°.-Encarecer a los Gobiernos de las Repúblicas Americanas,
que aún no lo hayan hecho, que adopten, con la urgencia
posible, la legislación consiguiente para la realización integral
de los principios contenidos en la presente declaración que se
denominará: ―Declaración de Lima en favor de los derechos de
la mujer‖.
(Aprobada el 22 de diciembre de 1938.)
Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas;
Considerando:
Que la necesidad de mantener vivos los principios
fundamentales de las relaciones Internacionales nunca fue
mayor que actualmente; Que todo Estado está interesado en la
conservación del orden mundial bajo el régimen de la ley, de la
paz basada en la justicia y del bienestar social y económico de
la humanidad;
Resuelven:
Proclamar, apoyar y recomendar, una vez más, los siguientes
principios, esenciales al logro de dichos objetivos:
1º.—Es inadmisible la intervención de un Estado en los
asuntos internos o externos de cualquier otro;
2°.—Todas las diferencias de carácter Internacional deben ser
resueltas por medios pacíficos;
3°.—No es lícito el uso de la fuerza como instrumento de
política nacional o Internacional;
4°.—Las relaciones entre los Estados deben obedecer a las
normas del Derecho Internacional;
5°.—El respeto y la fiel observancia de los Tratados
constituyen norma indispensable para el desarrollo de las
relaciones pacíficas entre los Estados, y sólo podrán ser
revisados mediante acuerdo de las partes;
6°.—La colaboración pacífica entre los representantes de los
diferentes Estados y el desarrollo del intercambio espiritual
entre los respectivos pueblos concurren a la buena
comprensión de los problemas de cada uno, y de los problemas
comunes a todos, a la vez que facilitan la solución pacífica de
las controversias Internacionales;
7°.—La reconstrucción económica contribuye al bienestar
nacional e internacional, así como a la paz entre los pueblos; y,
8o.—La cooperación Internacional es condición necesaria al
mantenimiento de los principios antes indicados.
(Aprobada el 24 de diciembre de 1938.)
[Declaración de Lima]
La Octava Conferencia Internacional Americana;
Considerando:
Que los pueblos de América han alcanzado la unidad espiritual
debido a la similitud de sus instituciones republicanas, a su
inquebrantable anhelo de paz, a sus profundos sentimientos de
humanidad y tolerancia y a su adhesión absoluta a los
principios del Derecho Internacional, de la igualdad en la
soberanía de los Estados y de la libertad individual sin
prejuicios religiosos o radales; Que basándose en dichos
principios y anhelos, persiguen y defienden la paz del
Continente y colaboran unidos en pro de la concordia
universal;
Que el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de
cada Estado americano constituye la esencia del orden
Internacional amparado por la solidaridad continental,
manifestada históricamente y sostenida por declaraciones y
tratados vigentes;
Que la Conferencia Interamericana de Consolidación de la
Paz, celebrada en Buenos Aires, aprobó el 21 de diciembre de
1936 la declaración de principios sobre solidaridad y
cooperación interamericanas, y el 23 de diciembre de 1936 el
Protocolo de No-Intervención;
Los Gobiernos de los Estados Americanos declaran :
1o.—Que reafirman su solidaridad continental y su propósito
de colaborar en el mantenimiento de los principios en que se
basa dicha solidaridad.
2°.—Que fieles a los principios antes enunciados y a su
soberanía absoluta, reafirman su decisión de mantenerlos y
defenderlos contra toda intervención o actividad extraña que
pueda amenazarlos.
3°.—Y que para el caso de que la paz, la seguridad o
integridad territorial de cualquiera de las Repúblicas
Americanas se vea así amenazada por actos de cualquier
naturaleza que puedan menoscabarlas, proclaman su interés
común y su determinación de hacer efectiva su solidaridad,
coordinando sus respectivas voluntades soberanas mediante el
procedimiento de consulta que establecen los convenios
vigentes y las declaraciones de las Conferencias
Interamericanas, usando los medios que en cada caso
aconsejen las circunstancias. Queda entendido que los
Gobiernos de las Repúblicas Americanas actuarán
independientemente en su capacidad individual,
reconociéndose ampliamente su igualdad jurídica como
Estados soberanos.
4°.—Que para facilitar las consultas que establecen este y
otros instrumentos americanos de paz, los Ministros de
Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas
celebrarán, cuando lo estimen conveniente y a iniciativa de
cualquiera de ellos, reuniones en las diversas capitales de las
mismas, por rotación y sin carácter protocolar. Cada Gobierno
puede en circunstancias o por razones especiales designar un
representante que sustituya a su Ministro de Relaciones
Exteriores.
5°.—Esta declaración se conocerá como ―Declaración de
Lima‖.
(Aprobada el 24 de diciembre de 1938.)
Declaración de Panamá (Primera Reunión de Consulta de
Ministros de Relaciones Exteriores, Panamá – 1939)
Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas, reunidos en
Panamá, han ratificado solemnemente su posición de neutrales
en el conflicto que quebranta la paz de Europa; pero la actual
guerra puede llegar a derivaciones insospechadas que, por su
gravitación, afecten intereses fundamentales de América, y
nada puede justificar que el interés de los beligerantes
prevalezca sobre los derechos de los neutrales, causando
trastornos y sufrimientos a pueblos que, por su neutralidad en
la contienda y en lejanía del teatro de los acontecimientos, no
deben sobrellevar sus fatales y dolorosas consecuencias.
Durante la Guerra Mundial de 1914 a 1918 los Gobiernos de
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú
presentaron y apoyaron proposiciones individuales recabando
en principio, una declaración de las Repúblicas Americanas
para que las naciones beligerantes se abstuvieran de realizar
actividades bélicas a una distancia prudencial de sus costas.
El carácter de la conflagración actual, a pesar de sus ya
lamentables proporciones, no justificaría entorpecimiento
alguno de las comunicaciones interamericanas, que,
fomentadas al calor de importantes intereses, reclaman una
protección adecuada. Esta realidad aconseja la demarcación de
una zona de seguridad que comprenda todas las rutas
marítimas normales que sirven de comunicación y de
intercambio entre los países de América.
Para ello se precisa, como fórmula de necesidad inmediata, la
adopción de disposiciones urgentes, basadas en tales
precedentes y en la garantía de esos intereses, con el objeto de
evitar la repetición de los perjuicios y sufrimientos
experimentados por las naciones americanas y sus ciudadanos
en la citada Guerra 1914-18.
No cabe duda de que los Gobiernos de las Repúblicas
Americanas deben prever esos peligros y como medida de
protección propia, insistir en el propósito de que en sus aguas y
hasta una distancia razonable de sus costas no se realicen actos
de hostilidad, ni se desenvuelvan actividades bélicas por los
partícipes de una guerra en que dichos Gobiernos no toman
parte.
Por estas consideraciones, los Gobiernos de las Repúblicas
Americanas resuelven y por la presente declaran que:
1o.—Como medida de protección continental, las Repúblicas
Americanas, siempre que mantengan su neutralidad, tienen el
derecho indiscutible a conservar libres de todo acto hostil por
parte de cualquier nación beligerante no americana, aquellas
aguas adyacentes al continente americano que ellas consideran
como de primordial interés y directa utilidad para sus
relaciones, ya sea que dicho acto hostil se intente o realice
desde tierra, desde el mar o desde el aire.
Estas aguas se describen y determinan de la manera siguiente:
Todas las aguas dentro de los límites que a continuación se
especifican, excepto las aguas territoriales del Canadá y de las
colonias y posesiones indiscutibles de países europeos [dentro
de estos límites];
Comienzan en el término de las fronteras entre los Estados
Unidos y el Canadá en la Bahía de Passamaquoddy, a 44o 46′
36″ latitud norte y 66° 54′ 11″ longitud oeste;
Desde allí hacia el este a lo largo del paralelo 44o 46′ 36″ hasta
un punto a 60o al oeste de Greenwich;
Desde allí directamente al sur hasta un punto a 20o latitud
norte;
Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 50
latitud norte, a 24o longitud oeste;
Desde allí directamente hacia el sur a un punto a 20o latitud
sur;
Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 58o
latitud sur, 57o longitud oeste;
Desde allí directamente hacia el oeste hasta un punto a 80o
longitud oeste;
Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto en el
Ecuador a 97o longitud oeste;
Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 15o
latitud norte, 120o longitud oeste;
Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 48o 29′
38″ latitud norte, a 136o longitud oeste;
Desde allí directamente al este hasta el término en el Pacífico
de la frontera entre los Estados Unidos y el Canadá en el
estrecho de Juan de Fuca.
2o.—Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas acuerdan
que se esforzarán por obtener de los beligerantes la
observancia de las disposiciones contenidas en esta
Declaración, mediante representaciones conjuntas a los
Gobiernos que en la actualidad o en el futuro tomen parte en
las hostilidades, sin que este procedimiento pueda afectar el
ejercicio de derechos individuales de cada Estado, inherentes a
su soberanía.
3o.—Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas declaran,
además, que siempre que lo consideren necesario se
consultarán entre sí, para determinar qué medidas pueden
tomar, individual o colectivamente, a fin de lograr el
cumplimiento de las disposiciones de esta Declaración.
4o.—Las Repúblicas Americanas, mientras exista un estado de
guerra en que ellas mismas no tomen parte, y cuando se
considere necesario, podrán realizar patrullajes individuales o
colectivos, según acuerden por mutuo consenso y hasta donde
los elementos y recursos de cada una lo permitan, en las aguas
adyacentes a sus costas dentro de la zona ya definida.
(Aprobada el 3 de Octubre de 1939.)

DECLARACION DEL GOBIERNO DEL BRASIL


SOBRE MAR TERRITORIAL

La Soberanía de las Naciones del Continente Americano se


funda en las bases inviolables de consulta, de no intervención,
de conciliación, de arbitraje y, más que todo, en la vocación
pacifista de los pueblos americanos, enemigos de la guerra y
amigos de la paz.
Nada tememos ni podremos temer en América unos de otros;
antes por el contrario, unos en los otros tenemos, en la tierra,
en el mar y en el aire, la seguridad para cada uno y para todos
los pueblos americanos.
La seguridad continental contra agresiones de ultramar precisa
ser conseguida sobre bases más seguras.
Es en los océanos que nos rodean donde está la suerte futura de
nuestras soberanías, porque la protección de las tierras
americanas no será posible como en el pasado, sino con la
seguridad de sus mares.
El mar, fuera de las aguas territoriales a tres millas apenas de
nuestras costas, de nuestras ciudades y hasta de nuestras
capitales no solamente no es nuestro, sino que en él estamos a
merced de una acción contraria a la libre y pacífica expansión
de nuestras soberanías, de nuestras relaciones continentales y
hasta de las comunicaciones marítimas entre los puertos de un
mismo país.
A la defensa de la integridad territorial continental urge, pues,
juntar, como parte inseparable de un todo político americano,
la seguridad de los mares continentales.
La Reunión de Panamá debe pedir y recibir de todos los
beligerantes envueltos en la guerra, en la cual no hay
inmiscuida ninguna República Americana, la seguridad de que
los países en conflicto se abstendrán de cualquier acto o actitud
bélica en el mar, dentro de los límites de las aguas adyacentes
al continente americano consideradas de utilidad o de interés
directo y primordial por las Repúblicas Americanas.
Esperamos que las naciones beligerantes y las que en el futuro
vengan a .tomar parte en la actual guerra, vean y respeten esa
declaración que se hará en Panamá, como un complemento a la
Doctrina Monroe, a las declaraciones de Buenos Aires y de
Lima.
Creemos que el principio del Mar Continental no afectará la
soberanía de otras naciones, sino que protegerá la de los países
americanos y favorecerá las relaciones pacíficas de todos los
pueblos.
Asiste además a nuestro Continente el derecho de reducir los
efectos de la guerra, evitando que la extensión de sus
conflictos se acerque a nuestras playas y perturbe de esta
manera nuestra tranquilidad, amenazando comprometer o
complicar nuestra posición neutral.
El Brasil no hace, ni nunca ha hecho, cuestión de fórmulas ni
de palabras; pero la idea que sugirió de un mar continental será
por él defendida, porque la considera útil a su existencia y a la
de las demás Repúblicas de América.
Estas son las razones del voto del Brasil y de la actitud de sus
Delegados a la Reunión de Panamá.
DECLARACION DE LA DELEGACION ARGENTINA
La Delegación Argentina declara que dentro de las aguas
adyacentes al continente sudamericano, en la extensión
territorial de costas correspondiente a la República Argentina
en la zona que se delimita como libre de todo acto hostil no
reconoce la existencia de colonias o posesiones de países
europeos y agrega que especialmente reserva y mantiene
intactos los legítimos títulos y derechos de la República
Argentina a islas como las Malvinas, así como a cualesquiera
otras tierras argentinas que resultaren ubicadas dentro o más
allá de la línea.
DECLARACION DEL REPRESENTANTE DE
GUATEMALA
La declaración y reserva del Excelentísimo Señor Doctor
Meló, de la Argentina, me obliga a presentar, por parte de
Guatemala, una declaración y reserva similares, porque el caso
de la controversia de Guatemala con el Imperio Británico es
semejante, y mi silencio podría interpretarse como un
abandono de los legítimos derechos que se debaten.
Ruego al Señor Presidente que se sirva ordenar a la Secretaría
que esta manifestación se inserte en el acta de la reunión de
hoy.
CODIGO DE HONOR

DE LOS CABALLEROS DE LA ORDEN DE LOS


CONSTRUCTORES MASONES

En virtud de haber sido instituido é investido con el titulo de Caballero


de la Orden de los Constructores Masones, el Caballero acepta
voluntariamente, el presente Código de Honor:

-Vivir con honor en su calidad de Ciudadano de las Américas, y morir


dentro de la actividad Masónica.

-Rendirle tributo de fidelidad a la fraternidad Masónica por todo


concepto, y propender a su dignidad y esplendor.

- Procurar por todos los medios lícitos a su alcance, el progreso de la


Orden de los Constructores Masones, y sostener sus postulados
Americanistas de unión, paz y cultura en las naciones y pueblos del
continente Americano.

- Sostener los principios de Libertad y Democracia, y velar por su


estabilidad en la familia de las naciones Americanas.

Propender al mayor acercamiento entre los Caballeros de la Orden, a


cultivar las más estrechas relaciones de amistad con todos los
francmasones, y a desarrollar un sincero espíritu de buena voluntad y
entendimiento entre los ciudadanos de las Américas.
La Estrella Polar nos guiará en nuestra marcha hacia ese ideal de sana
interdependencia humana.

Exhorto a todos los Ilustres Caballeros Constructores Masones, a


todos los Masones del Continente Americano, a contribuir con
vuestro grano de arena, con buena voluntad y dinamismo, a la obra
americanista que debemos desarrollar, con entusiasmo y fe en el
porvenir. La indiferencia, esa abulia enervadora que nos ha hecho
presa en el pasado, debe desaparecer como la neblina a la acción de
los rayos solares.

La unión de nuestras voluntades hasta hacer una sola, fuerte,


indisoluble y constructiva, debe ser resorte que nos mueva a la acción.
Nuestros países y nuestros pueblos necesitan del impulso de núcleos
de hombres conscientes, sanos de espíritu y bien intencionados, entre
los cuales nuestra Orden de los Constructores Masones tiene un
señalado puesto.

Os envío mi más cordial saludo, junto con mis más vivos deseos por el
progreso en beneficio del hombre americano.

Gabriel Jesús Padrón Ramos 33º

Gran Representante General de la O.C.M. para la Rep.de Cuba.

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