19 Biblioteca Tola
19 Biblioteca Tola
19 Biblioteca Tola
Presentación 7
Introducción 9
Biblioteca 15
El poseedor 15
El autor 19
El editor 30
El acervo 36
Características 38
Particularidades 40
Conclusiones 45
Bibliografía 47
PRESENTACIÓN
L
a Biblioteca Fernando Tola de Habich muestra el interés del Gobier-
no del Estado de Puebla por preservar su memoria escrita. Entre las
diversas causas está el fomentar la identidad, entendiendo por ella,
el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una comunidad que lo
caracterizan y distinguen; a ello se une el derecho que tiene toda persona a
conocer su pasado para defender su historia. Y es aquí en donde las biblio-
tecas se encuentran como una fuerte cadena que une el ayer con el ahora,
es decir, conocer qué pasó, para comprender cómo somos.
Ante tal realidad, Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de
México, A.C. (Adabi) se sumó a esa noble causa y, junto con el Consejo
Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla (Cecap), emprendió el pro-
yecto denominado Catalogación de la Biblioteca Fernando Tola de Habich,
cuyo objetivo final es poner al servicio de la comunidad la consulta de los
libros que la forman.
Como toda biblioteca, la que perteneció a Fernando Tola de Habich
también tiene su historia, que se remonta al año 2002, cuando el Estado de
Puebla la adquirió. Luego se creó un espacio ex professo, que reúne las ca-
racterísticas para garantizar su preservación, conservación y consulta, pues
además de que el lugar se acondicionó, se adquirieron controles de humedad,
temperatura y luz; de igual manera, la estantería y los contenedores fueron
hechos y pensados para los materiales del acervo.
Finalmente, en el año 2013, como la cereza del pastel, vino la cataloga-
ción, la cual contempló el registro de los libros, revistas, folletos, discos,
tarjetas, prospectos editoriales, etc.; así como la implantación del sistema
siabuc para su consulta, misma que se puede hacer a través del Catálogo
de Fondos Bibliográficos Antiguos de Adabi y con el disco que acompaña
la publicación que aquí se presenta.
El trabajo que ahora sale a la luz, es el resultado de un conjunto de
acciones y buenas voluntades, cuyo propósito fundamental es contribuir a
resaltar la riqueza histórica e intelectual de México que se halla en la Biblio-
teca Fernando Tola de Habich.
7
La estructura que se ha seguido se divide en dos partes. En primer lugar
se encuentra un estudio, en donde se analizó la bibliografía del maestro
Tola para explicar la presencia de los diversos materiales que forman la
biblioteca, su especialidad y su valor, pues si algo distingue a este acervo es
poseer primeras ediciones, tirajes únicos o escasos, al igual que las diversas
impresiones que determinada obra ha tenido y que manifiestan sus cam-
bios; esto, aunque obedece a los afanes filológicos, explica también la labor
editorial de don Fernando Tola de Habich, dedicada a las letras mexicanas.
Posteriormente, se tratan las obras que escribió y editó, en seguida cómo
está conformado el acervo y, finalmente, los proyectos para la cataloga-
ción de las obras y el registro de los testigos bibliográficos que el maestro
Tola dejó dentro de los libros.
En segundo lugar se encuentra el catálogo con los registros de los 41 350
volúmenes que posee la biblioteca, de los cuales 38 601 son libros y 2 751
publicaciones periódicas. Asimismo, se halla el registro de los testigos, que
son elementos externos que, si bien no pertenecen a la edición propia del
libro, contextualizan la información del ejemplar donde fue colocado, en-
riqueciendo con ello el contenido y valor histórico de la obra; en otras pa-
labras, son huellas que los lectores dejan dentro de los libros y que de algún
modo poseen su propia historia o generan nuevos relatos. No obstante,
para el caso de la Biblioteca Fernando Tola de Habich permiten descubrir
sus facetas como editor e investigador, al igual que sus relaciones intelec-
tuales con importantes personajes.
L
a Biblioteca Fernando Tola de Habich es uno de los acervos biblio-
gráficos más originales e importantes que posee el país, debido a
que en ésta se resguarda la bibliografía que ha servido para casi
todas las investigaciones que, sobre la literatura mexicana de los siglos
xix y xx, se han realizado en México. Ejemplo de ello son la multitud de
agradecimientos y referencias que existen en las publicaciones impresas y
digitales. Belem Clark, Elisa García Barragán, Vicente Quirarte, José Luis
Martínez, Miguel Ángel Castro, Oscar Mata, Fernando Curiel, etcétera,
son algunos de los que encabezan la lista. Junto con ellos, Fernando Tola de
Habich emprendió la colección universitaria “Al siglo xix. Ida y regreso”.
“Al siglo xix. Ida y regreso” remite la doble idea del viaje: de ida, son
las investigaciones de nuestro tiempo que versan sobre la citada época; de
regreso, aquellas obras aparecidas en el siglo xix que, por diversas razones,
no han sido reeditadas o resultan de difícil acceso. Esta colección pretende
explicar ese siglo fundacional de lo mexicano con obras que dan un pano-
rama del acontecer nacional en todos los órdenes: la literatura, la historia,
la jurisprudencia, el urbanismo y las costumbres de nuestros antepasados
más próximos. Sus títulos muestran la variedad de temas y estudios que
se han manejado en esta colección y ponen en claro el valor cultural de la
biblioteca formada por Fernando Tola de Habich.
Conscientes de ello, Adabi y el Cecap se comprometieron en el año
2012 a realizar el Proyecto de Catalogación de la Biblioteca Fernando Tola
de Habich, con los objetivos de preservarla y difundirla, así como el de
sacar a la luz algunas particularidades de la biblioteca como son: el posee-
dor, el autor y el editor; con dos propósitos, primero explicar el número de
existencias y el orden de los libros de acuerdo a su ubicación dentro de la
misma; segundo, mostrar su valor cuantitativo y cualitativo, porque ella es
un microcosmos donde fluyen ideas que en conjunto muestran y ofrecen,
como en ningún otro lugar, el patrimonio bibliográfico mexicano más im-
portante de los siglos xix y principios del xx.
9
Con estas acciones se rescata la literatura nacional escrita en español por
plumas coterráneas, cuyos testimonios constituyen, sin lugar a dudas, un
panorama completo de la historia, la lengua, ideales, costumbres genuinas
y gustos de lo que ahora se llama México. Las producciones de esta época y
sus resultados directos e indirectos influyeron en la literatura contemporá-
nea. Además, lo efímero de los textos, el bajo número de sus tirajes y la ar-
dua labor del maestro Tola de Habich por reunirlos, ordenarlos, estudiarlos
y reproducirlos incrementa el valor cultural de la biblioteca que ahora lleva
su nombre.
Introducción 11
12 Biblioteca Fernando Tola de Habich
Biblioteca 13
BIBLIOTECA
El poseedor
L
as bibliotecas son los espacios destinados a contener y transmitir
el saber. Son la expresión cultural de una sociedad o de un hombre.
Cada individuo ha construido su biblioteca según su visión del
universo, creando así un mundo que refleja sus aspiraciones y el modelo
cultural que desea tener.
El orden que le da a los libros, la temática, las ediciones que compra,
los formatos, etcétera, no son caprichos sino necesidades personales del
poseedor que cubren sus aspiraciones: la formación y el gozo; con ello
los libros cumplen una función social y sus contenidos resultan simbólicos.
Esto, en consecuencia, crea la especialización de un acervo y le imprime
un valor, porque el entramado de asociaciones que involucra a la colec-
ción la convierte en un reflejo de su dueño y del momento en que vivió
e hizo el acervo. Debido a que su formador, el maestro Fernando Tola,
trazó como guía de erudito explorador, el camino que el lector visitante
debía seguir, éste difícilmente tropezará; al contrario, encontrará con
facilidad lo que desea, superando en la mayoría de las veces la aspiración
y la necesidad de conocer. Todo esto se halla en la Biblioteca Fernando
Tola de Habich, y para comprenderlo, conviene citar las palabras de Vi-
cente Quirarte, quien siendo director de la Biblioteca Nacional de Mé-
xico y al presentar el primer título de la serie literaria “Al siglo xix. Ida
y regreso”1 editada por la Universidad Nacional Autónoma de México
(unam), lo define como:
El texto fue leído en el año 2004, aunque la colección inició en 1985 y tuvo como resultados ocho
1
15
autores que dieron origen a la literatura nacional y trascendieron a toda La-
tinoamérica; constructor de un fragmento propio de la historia de México.
Él es Fernando Tola de Habich. Si las letras decimonónicas han logrado un
desarrollo importante y han despuntado en el ámbito de las humanidades,
se debe a los aciertos concretados por intelectuales como el maestro Tola,
a quien su pasión lo llevó a crear una de las mejores bibliotecas del país,
visitada por José Luis Martínez, Fernando Curiel, José G. Moreno de Alba y
Gabriel Zaid, entre otros. Su casa que es su biblioteca la hizo, como el siglo
que adora, un centro de estudios e inspirador a partir del cual numerosos
escritores le debemos la consulta y el palpar de aquel libro, folleto o revista
que creíamos inexistentes; sus consejos y opiniones enriquecen, enamoran e
instruyen a quien lo escucha. Tlahuapan desde la década de los 70 se volvió
un centro operador.
Sin duda, ello es así, porque Fernando Tola de Habich, pese a su origen
peruano y a su formación profesional en Lima y Madrid, ha estado involu-
crado en el desarrollo literario de México a través de diferentes vertientes,
ya que en el campo académico dictó varias conferencias en la unam y en la
Universidad Autónoma Metropolitana (uam) sobre autores, libros y revistas
literarias del siglo xix.
En el ámbito laboral fue director general de Distribuciones Enlace
Mexicana, editor de Premià Editora de libros; así como, consejero editorial
en Factoría Ediciones y en la Coordinación de Humanidades de la unam.
En la investigación se ha consagrado al estudio de la literatura mexicana del
siglo xix, habiendo publicado ediciones universitarias de autores olvidados
de la época, facsimilares de revistas casi desconocidas, antologías temáticas
y colecciones de rescate literario, como La red de Jonás y La Matraca, rea-
lizada en coedición con la Secretaría de Educación Pública y después con
Bellas Artes por iniciativa de la doctora Margo Glantz.
De igual manera, ha dedicado más de 12 años a los estudios literarios
de la Revolución Mexicana, gracias a lo cual en el 2013 dio a luz Biblio-
grafía literaria de la Revolución Mexicana, considerada la más completa
en la actualidad. También participa en columnas literarias de periódi-
cos y revistas, tanto de literatura como de política; tales son los casos de
los diarios Uno más uno; Excélsior y Reforma; en revistas como la de la
unam y Letras Libres. Cabe señalar que su paso como jefe de redacción
de J. Walter Thompson y de 7 Días de Perú y el mundo, al igual que en La
Biblioteca 17
•A lgunas consideraciones sobre la literatura mexicana de José María Vi-
gil, México, Universidad Nacional Autónoma de México (unam), 1986.
• Poesía de Manuel Carpio, México, Universidad Veracruzana, 1987.
•O bras de Ignacio Rodríguez Galván, facsímil, México, unam, 1994, 2 t.
•E l Año Nuevo (1836-1837-1838-1839), facsímil, México, unam,
1997, 4 t.
•E stelas y bosquejos de Dolores Correa Zapata, facsímil, México, Uni-
versidad Juárez Autónoma de Tabasco, 1997.
•L as Aztecas de José Joaquín Pesado, México, Factoría Ediciones, 1998.
•P oemas rústicos de Manuel José Othón, facsímil, México, Factoría
Ediciones, 1999.
•C artucho de Nellie Campobello, México, Factoría Ediciones, 1999.
• ¡ Vámonos con Pancho Villa! de Rafael F. Muñoz, México, Factoría Edi-
ciones, 2000.
•O bras de José María Lafragua, México, Secretaría de Cultura del Go-
bierno del Estado de Puebla, 2000, 2 t.
•O bras de José Joaquín Pesado, facsímil, México, unam, 2001, 2 t.
•L a crítica de la literatura mexicana en el Siglo xix, antología temática,
México, Universidad de Colima, 1987.
• Poemas dispersos de Manuel Gutiérrez Nájera, México, unam, 1988.
• Cuento fantástico mexicano (siglo xix) de Ángel Muñoz Fernández,
México, Factoría Ediciones, 2005.
• J ugando con el amor de Guy de Maupassant, México, Factoría Edicio-
nes, 2000.
•B artleby de Herman Melville, México, Axial, 2008.
• El Horla de Guy de Maupassant, México, Axial, 2008.
• ¿Qué fue eso? de Fritz-James O’Brien, México, Axial, 2008.
•L a marquesa de O de Heinrich von Kleist, México, Axial, 2008.
•E l alienista de Joaquín Machado de Assis, México, Axial, 2008.
•R elación de la Conquista de México de Andrés de Tapia, México,
Axial, 2008.
• Viy de Nikolai Gogol, México, Axial, 2008.
•V anina Vanini de Stendhal, México, Axial, 2008.
• Los Cenci de Stendhal, México, Axial, 2008.
• Yucatán. El segundo descubrimiento, México, Factoría Ediciones, 2008.
•B ibliografía de la Revolución Mexicana, México, Factoría Ediciones,
2009-2013.
El autor
Biblioteca 19
trabajó y, sobre todo, una pasión por las letras mexicanas que nació de
las múltiples lecturas que desde niño realizó. La palabra México le atraía
como pocas cosas en su vida. Los autores y sus obras que escribieron aquí
y que posteriormente sirvieron como modelos en toda América ocupa-
ban sus horas y le llenaban de gozo. Fue así como inició la consulta y
la compra de libros. Su primera sorpresa fue “el no encontrar tan fácil”,
como creía, libros sobre literatura mexicana del siglo xix; después de que
los pocos textos que existían eran antologías que referían títulos, autores
o sintetizaban pasajes, esto es, una historia incompleta y fragmentada.
Dicha realidad le hizo considerar que los libros, folletos o revistas impre-
sos en México después del Virreinato no eran tan valorados como los de
la época Novohispana.
En este marco comprendió que los impresos mexicanos de los siglos xix y
principios del xx, en cuanto instrumento de análisis, tenían que ser compi-
lados, leídos y estudiados en sus versiones originales; pues como deposita-
rios de la memoria y prendas vivas de la historia, merecían ser conservados
y rescatados. Por ello, con una vocación de rescatar y un ferviente afán
Biblioteca 21
obras entonces olvidadas e ignotas. Tal es el caso de Sátiros y amores de
Ricardo Gómez Robelo, sonetos eróticos con notables ilustraciones de
Roubaix de l’Abrie-Richéy totalmente ignorados, y que hasta la edición
de Tola de 1984 comenzaron a ser estudiados.
Bajo esta línea de recuperación y estudio de la literatura mexicana del
siglo xix Fernando Tola investiga, rescata, identifica, anota y reproduce ín-
tegramente desde 1984 hasta el año 2002, 17 títulos con las obras de Alberto
Michel, Ángel de Campo, Manuel Gutiérrez Nájera, Fernando Calderón,
Manuel Carpio, Ignacio Rodríguez Galván, Dolores Correa Zapata, José
Joaquín Pesado, Manuel José Othón y José María Lafragua; así como la
reproducción facsimilar de escritos fundamentales como Algunas consi-
deraciones sobre la literatura mexicana de José María Vigil y los cuatro
tomos del Año nuevo, considerada como una de las primeras publicacio-
nes, cuyas páginas dedicó a la literatura para ser muestra fidedigna de las
primeras expresiones nacionales.
Lo anterior, junto con el cúmulo bibliográfico que obtuvo, dio lugar
a su obra La crítica de la literatura mexicana del siglo xix y, a su vez,
trajo dos valiosos resultados. Primero, la adquisición de los materiales
necesarios para la publicación de sus investigaciones que enriquecieron
a su biblioteca; segundo, el comprobar que en México existe una lite-
ratura fantástica, cuya negación fue refutada por Tola de Habich en su
libro Cuento fantástico mexicano [del] siglo xix, pues se reúnen cuentos
fantásticos escritos por figuras esenciales de la literatura nacional como:
Guillermo Prieto, Manuel Payno, José María Roa Bárcena, Vicente Riva
Palacio, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel José Othón, Amado Nervo,
Doctor Atl, José Juan Tablada, José Bernando Couto, Manuel Romero de
Terreros, etc.
Con esta antología el maestro Tola de Habich recupera una línea narrativa
de la literatura mexicana, sacada de libros raros, revistas y folletos casi inexis-
tentes, que hoy en día se resguardan en la biblioteca que lleva su nombre.
Las pesquisas de Tola de Habich y la especialización de su bibliote-
ca avanzaron, incluso fue invitado a colaborar en proyectos universitarios
como “Al siglo xix. Ida y regreso”, en el que contribuyó escribiendo y pres-
tando material para su análisis y reproducción. Gracias a sus intervenciones
vislumbró que José María Lacunza escribe la primera novela corta indi-
genista en México; que Eulalio María Ortega publica también la novela
corta La batalla de Otumba, proyectando un acérrimo favoritismo azteca
Biblioteca 23
Diario de México y poeta marginado de la Arcadia mexicana, pero
cuya significación en la literatura nacional, sabemos ahora, fue fun-
damental (las novelas, los panfletos, los periódicos, las polémicas, el
teatro, etc.).
2. G
eneración de la Independencia (1821): nacidos entre 1791 y 1805.
Consumación de la Independencia de México. La literatura está mar-
cada por el fervor patriótico, se canta a los héroes y a los principales
sucesos independentistas. La poética de los arcades se contamina de
otros temas y otros tonos, aunque sigue predominando el carácter neo-
clásico en sus composiciones. Dos figuras de la generación anterior,
Francisco Manuel Sánchez de Tagle (1782-1843) y Andrés Quintana
Roo (1787-1851) parecen erigirse como los personajes representativos;
más correcto es elegir al poeta cubano, radicado en México, José María
Heredia (1803-1839) y a Francisco Ortega (1793-1849) como los escri-
tores significativos del nuevo período, e incluir a Wenceslao Alpuche y
José María Moreno.
3. G
eneración de la Academia de Letrán (1836): nacidos entre 1806
y 1820.
La Academia de Letrán fue fundada por un grupo de jóvenes que os-
cilaban entre los 18 y los 25 años, su empeño se dirige a mexicanizar la
literatura que se escribe en el país. Francisco Ortega los venía vigilando
desde niño, Quintana Roo es reconocido por ellos como la encarnación de
la patria y lo eligen presidente perpetuo de la Academia; Heredia se es-
candaliza del romanticismo que muestran los jóvenes. Modestamente
se integran a la Academia dos escritores tardíos de la generación ante-
rior: Manuel Carpio (1791-1860) y José Joaquín Pesado (1801-1861).
Para ellos, el epónimo es José María Lacunza (1809-1869); para noso-
tros tal vez lo sea Ignacio Rodríguez Galván (1816-1842), que sintetiza
en su obra y en su vida los postulados románticos y nacionalistas que
desarrolla la generación (Prieto, Payno, Ramírez), junto a ellos desfi-
larán Ignacio Ramírez, Fernando Calderón, José María Lafragua, Joa-
quín María Castillo y Lanzas, José Joaquín Pesado, Juan Nepomuceno
y José de Jesús Díaz.
Biblioteca 25
dría considerarse como el año de incubación de las veladas litera-
rias, la creación de revistas, la fundación de sociedades poéticas, las
tertulias continuas, el afán de crear una obra y fundar una literatura
propia, todo lo cual se manifestará de forma riquísima en 1867 y en
los años siguientes. Altamirano es el director y el maestro indiscuti-
ble de la generación que se inicia en este período; el epónimo es Jus-
to Sierra (1848- 1912). La literatura retoma su senda romántica con
paso más calmo, busca en la historia colonial o en los años inmediatos
motivos novelísticos en los cuales inspirarse, se replantea el naciona-
lismo temático y lingüístico. Los escasos sobrevivientes de la Acade-
mia de Letrán son ancianos venerables a los que se elogia, admira o
ignora (Prieto, Ramírez, Payno); los pertenecientes al Liceo Hidalgo
son las personalidades fuertes que crean y señalan caminos (Altami-
rano, Riva Palacio, Roa Bárcena) o que se recuerdan por su obra y
su martirio (Díaz Covarrubias, Leandro Valle); la propia generación
asume plácidamente el papel de discípulos declarados y rodean de
admiración a los maestros, a los sobrevivientes de las generaciones
anteriores. El cuerpo intelectual, además de los mencionados, lo ha-
cen Manuel Mateos, Leandro Valle, Juan Valle, José Rivera y Río, Julián
Montiel, Alfredo Chavero, Juan de Dios Arias, José María Ramírez,
Ramón Valle y Eduardo Ruiz.
7. G
eneración del Modernismo (1896): nacidos entre 1866 y 1880.
En 1895 muere Manuel Gutiérrez Nájera y en 1896, su Revista Azul.
Todo lo propuesto por el poeta en sus escritos y en su revista se hace
realidad en esta nueva generación: el cosmopolitismo será la norma
vigente. La Revista Moderna, que se funda en 1898, es el portavoz
aguerrido y la revista fundamental de este período. Todas las poéti-
cas preocupaciones de las generaciones anteriores desaparecen ante las
nuevas manifestaciones literarias. Ya ningún escritor se siente exclu-
sivamente mexicano; se es parte de un todo más amplio. A nadie se le
ocurriría llamar a un poeta modernista a ocupar un ministerio o para
darle un escaño en el Congreso. Se entablan polémicas, se ignoran a los
viejos escritores, se abre un nuevo mundo que coincide, también, con
el supersticioso cierre de un siglo y el comienzo de otro. Tal vez todo
resultó apresurado. Cuando le toca concluir su ciclo a esta generación
cosmopolita, el país estalla e inicia la Revolución Mexicana.
Los ocho puntos o secciones que se han presentado con indicaciones lite-
rarias, cronológicas e históricas constituyen la propuesta que hasta hoy en
día se ha adoptado en el ámbito de la literatura.
Biblioteca 27
El traerla a colación en este perfil bibliográfico obedece a que, bajo es-
tos criterios, Tola de Habich ordenó su biblioteca.
En efecto, la Biblioteca Fernando Tola de Habich es un corpus y una
unidad indivisible que, sin duda, muestra la historia de la literatura mexi-
cana y sus vínculos con otras letras internacionales.
Aquí también los interesados en estudios literarios encontrarán los
libros que escribió, reprodujo y publicó, así como los textos que le sirvie-
ron para sus investigaciones y los vestigios de sus ediciones, sean pruebas
editoriales, manuscritos o el fruto final.
La Biblioteca Fernando Tola, de acuerdo al hilo conductor de la litera-
tura mexicana marcado por él, presenta el siguiente esquema:
Colonia Modernismo
Arcadia Ateneo
Independencia Revolución Mexicana
Academia de Letrán Contemporáneos
Liceo Hidalgo Citadinos
Renacimiento Policiaco
Transición Crítica literaria
Modernismo Repertorios bibliográficos
Revistas literarias Diccionarios
Arte mexicano del siglo xix Historia de México (ensayos y estudios)
Calendarios y grabados Literatura mexicana (ensayos y estudios)
Producciones editoriales
Biblioteca 29
el desarrollo literario y humanístico de México, a través de la literatura.
Ello explica que en esta biblioteca se encuentran las diversas ediciones que
sobre un autor o un título se han hecho, con lo que se vislumbra la forma en
que los cambios entre una y otra —hablando de las ediciones— afectaron
el texto. Los libros por lo tanto son un cuadro perfecto que devela la historia
de la literatura, del libro y de la edición mexicana. Cuidar y hacer accesible la
Biblioteca Fernando Tola de Habich, es permitir reconocer la herencia pro-
pia del pasado, es preservar la esencia, la identidad y la cultura de México.
El editor
Revistas literarias:
Museo literario
Año Nuevo
Textos desconocidos:
Homenaje a Ignacio Manuel Altamirano
Sátira y amores de Ricardo Gómez Robelo
Biblioteca 31
Algunas consideraciones sobre la literatura mexicana de José María Vigil.
Las Aztecas de José Joaquín Pesado
Poemas rústicos de Manuel José Othón
Poemas dispersos de Manuel Gutiérrez Nájera
Antologías
Gutiérrez Nájera y el amor por los niños
La crítica de la literatura mexicana en el siglo xix
Revolución Mexicana
Estelas y bosquejos de Dolores Correa Zapata
Cartucho de Nellie Campobello
¡Vámonos con Pancho Villa! de Rafael F. Muñoz
Bibliografía de la Revolución Mexicana
Biblioteca 33
34 Biblioteca Fernando Tola de Habich
Biblioteca 35
El acervo
1. Control numérico
2. Catalogación de libros y publicaciones periódicas
3. Catalogación de testigos
El control numérico fue una fase primordial para saber el número exacto
de libros que posee la biblioteca, así como su orden espacial. Es por ello que
se colocó a cada libro un indicador numérico, cuya cifra se anotó con lápiz
en la última hoja de la obra. Se levantó un inventario señalando el nú-
mero de libro, librero, charola y el tema. Gracias a esta acción —que duró
cinco meses— se supo el número total de libros que conforman el acervo.
Para alcanzar cada uno de estos puntos se conformó un grupo de seis ana-
listas, un coordinador y un asesor. El tiempo invertido fue de junio de 2012
a marzo de 2013. La catalogación fue de primer nivel y el sistema de captu-
ra primero fue en Excel y luego en siabuc. La base hoy en día es consulta-
ble en el Catálogo de los Fondos Bibliográficos Antiguos de Adabi.
Entre los resultados inmediatos otorgados por la catalogación fue co-
nocer que la Biblioteca Fernando Tola cuenta con 41 350 volúmenes, de
los cuales 38 601 son libros con 34 581 títulos y 2 751 publicaciones pe-
riódicas con 363 títulos.
Por lo que respecta a la catalogación de los testigos, conviene recordar
que estos son elementos externos agregados por el poseedor, que si bien
no pertenecen a la edición propia del libro, contextualizan la información
del ejemplar donde fue colocado, enriqueciendo con ello el contenido y el
valor histórico de la obra.
Dentro de la catalogación de testigos, lo ideal es registrar en una nota
general la existencia del documento dentro de la ficha bibliográfica. En el
caso de la Biblioteca Fernando Tola de Habich las condiciones fueron dife-
rentes, ya que al iniciar el proyecto de catalogación se identificaron cinco
cajas con testigos que habían sido retirados del libro. Por tal situación se
decidió realizar la ordenación y la clasificación para finalmente registrar
cada uno de ellos; para lograrlo los testigos se trataron como material de
archivo, de ahí que el método fuera:
Biblioteca 37
ctualización de los números de localización de referencia bibliográfica
A
Resguardo de documentos en cajas de polipropileno
Elaboración de inventario
Catalogación
Características
Biblioteca 39
Particularidades
La biblioteca está formada por 41 350 volúmenes, que reúnen 38 601 li-
bros y 2 751 publicaciones periódicas. El libro más antiguo fue publicado
en el año 1709, aunque la colección posee 20 libros del siglo xviii, 2 310
del siglo xix, 36 481 del xx, 86 del xxi y 989 sin año. La lengua principal es
el español, aunque existen ejemplares escritos en inglés, francés, italiano
y alemán. La variedad de formatos es otra particularidad, pues hay libros,
folletos, revistas, discos, periódicos de época, mecanoescritos, fotogra-
fías y acetatos.
El estado de conservación de la biblioteca es adecuado, tanto en la
integridad de los volúmenes como en los soportes, aunque existen algu
nos daños provocados por insectos y por las inclemencias del clima y el
tiempo. Los libros que se encuentran en buen estado son 34 637 y los que
requieren alguna intervención son 6 713. Los daños que se detectaron
fueron en la encuadernación (4 857 libros), por oxidación (2 250), por
humedad (791), por mutilación (144), por hongos (120), por insectos
(64) y por roedores (17).
Las impresiones son una particularidad más en la biblioteca, pues
26 806 son primeras ediciones, 10 495 tirajes numerados, 56 conmemora-
tivas, 119 especiales o de lujo, 129 facsímiles y 3 745 corresponden a se-
gundas y hasta quintas ediciones. De ellas 18 356 provienen de imprentas
mexicanas, 13 550 de España, 4 754 de Argentina, 915 de Francia, 882 de
Perú, 616 de Venezuela, 479 de Cuba, 361 de Chile, 296 de Colombia, 285
de Estados Unidos, 230 de Uruguay, 117 de Inglaterra, 62 de Alemania,
55 de Italia, 49 de Rusia, 45 de Puerto Rico, 44 de Ecuador, 29 de Guate-
mala, 20 de Bélgica, 18 de Brasil, 11 de Costa Rica, 6 de El Salvador, 6 de
Nicaragua, 4 de Bolivia, 3 de Panamá, 2 de Paraguay, 2 de República Domi-
nicana, 14 de Oriente (China y Japón) y 24 de Europa.
Las obras de esta biblioteca también se distinguen porque dentro de
ellas existen 10 285 que poseen anotaciones manuscritas hechas por los
autores, entre ellos se encuentran Konrad Z. Lorenz, Tolstói, Gerald Hod-
gett, Perry Anderson, Francisco Vázquez, Carlos Fuentes, Chumacero y
Lawrence Stone. Aunado a ello 13 555 poseen dedicatorias hechas por
diversos autores, como: Manuel Payno, Antonio Acevedo Escobedo, Vic-
toriano Agüeros, Antonio Alatorre, Vito Alessio Robles, Ignacio Manuel
Altamirano, Juan Manuel Álvarez del Castillo, Serafín Álvarez, Mariano
Biblioteca 41
CONCLUSIONES
L
a cultura es aquello que nos permite enlazar lo viejo con lo nuevo,
lo antiguo con lo moderno, lo anticuado con lo actual, lo conoci-
do con lo desconocido, lo publicado con lo inédito y, por tanto,
con lo que aún no tiene explicación. La cultura es el hálito de vida que
da continuidad, que abarca y une al hombre con su contexto. El instru-
mento que ha unido al hombre generación tras generación, es el libro. Las
bibliotecas custodian y conservan estos eslabones permitiendo su acceso.
En consecuencia, ellas tienen dos funciones: cultural y social. Cultural
por resguardar el pensamiento y el conocimiento humano, sin importar
distancias, lenguas o doctrinas. Social, porque cada libro es testigo de los
postulados que fundamentan, explican y permiten el desarrollo de una socie-
dad. Ambas funciones le dan vitalidad a las bibliotecas, pues no sólo son
colecciones, sino centros de conexión que permiten el diálogo directo entre
pensador, lector y obra.
Por ello, acervos como la Biblioteca Fernando Tola de Habich, se vuel-
ven piezas clave en el desarrollo cultural y en el acopio patrimonial. Su
adquisición, por parte del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de
Puebla ha sido por demás relevante, ya que dicha biblioteca:
45
• Proporciona el acceso a fuentes primarias, por lo que su consulta abri-
rá campos de investigación inéditos y propositivos.
• Enriquece el patrimonio nacional y evita su pérdida, ya que el corpus
literario de la biblioteca es un tesoro de la cultura nacional, que res-
guarda fuentes irrepetibles.
47
Biblioteca Fernando Tola de Habich,
un recorrido de tinta y papel por nuestro legado histórico
Se imprimió en julio de 2015 en
Cerro San Andrés núm. 312, col. Campestre Churubusco,
c. p. 04200, Coyoacán, Ciudad de México
El tiro consta de 100 ejemplares.