23 31 000 2002 02014 01 (38679) - 2

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 24

ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Accede parcialmente.

Privación injusta
de la libertad: Preclusión de la investigación porque no cometió la conducta
punible

ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Declara patrimonialmente responsable


a la Nación - Fiscalía General de la Nación por la privación injusta de la
libertad de que fue objeto el demandante / RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO POR PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD -
Condena a la Nación - Fiscalía General de la Nación al pago de perjuicios
morales y perjuicios materiales / TÍTULO DE IMPUTACIÓN OBJETIVO - Daño
especial / DAÑO ESPECIAL - Por privación injusta de la libertad

El daño antijurídico se encuentra demostrado porque Montero Linares estuvo


privado de su derecho fundamental a la libertad personal, desde el 5 de
septiembre de 2000 hasta el 27 de agosto de 2001 (...). Es claro que la lesión al
derecho de la libertad personal genera perjuicios que los demandantes no estaban
en la obligación de soportar. (...) La Fiscalía Delegada ante el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá D.C. precluyó la investigación a favor de Pedro Ricardo
Montero Linares porque se comprobó que no había cometido los hechos punibles.
En efecto, al demandante le fue dictada medida de aseguramiento con
fundamento en un indicio grave de responsabilidad penal, pues era apoderado de
una persona que estaba vinculada con el delito de tráfico de estupefacientes y
pertenecía a una banda internacional. Sin embargo, la providencia que revocó la
resolución de acusación y precluyó la investigación estimó que el sindicado no
incurrió en ningún delito porque no tenía relación con los delitos de tráfico de
estupefacientes de uno de sus clientes ni con la banda internacional a la que este
pertenecía y concluyó que no cometió el delito de lavado de activos ni ninguno de
los otros por los que le fue dictada medida de aseguramiento y resolución de
acusación. (...) Así las cosas, como la preclusión del demandante fue con
fundamento en que el sindicado no cometió los hechos punibles, el título de
imputación es el objetivo de daño especial, lo que torna en injusta la privación de
su libertad. (...) En tal virtud, el daño es imputable a la Nación-Fiscalía General de
la Nación y, por ello, se confirmará la sentencia apelada.

PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Normatividad aplicable

La privación injusta de la libertad como escenario de responsabilidad está


regulada en la Ley 270 de 1996, estatutaria de la administración de justicia, en el
artículo 68 establece que quien haya sido privado de la libertad podrá demandar al
Estado reparación de perjuicios. La jurisprudencia tiene determinado, a partir de
una interpretación del artículo 90 de la Constitución Política, que cuando una
persona privada de la libertad sea absuelta (i) “porque el hecho no existió”, (ii) “el
sindicado no lo cometió”, o (iii) “la conducta no constituía hecho punible”, se
configura un evento de detención injusta en virtud del título de imputación de daño
especial, por el rompimiento del principio de igualdad frente a las cargas públicas.
A estas hipótesis, la Sala agregó la aplicación la del in dubio pro reo, con
fundamento en la misma cláusula general de responsabilidad patrimonial del
Estado del artículo 90 CN. (...) La Sala ha sostenido que en todos los casos es
posible que el Estado se exonere con la acreditación de que el daño provino de
una causa extraña, esto es, que sea imputable al hecho determinante y exclusivo
de un tercero o de la propia víctima en los términos del artículo 70 de la Ley 270
de 1996.

FUENTE FORMAL: CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / LEY 270 DE


1996 - ARTÍCULO 68 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 70
RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MORALES - Aplicación de criterios de
sentencia de unificación / PERJUICIOS MORALES - Reconoce 80 SMLMV
para cada uno de los demandantes

La Sección Tercera unificó sus criterios de indemnización de perjuicios morales en


los eventos de privación injusta de la libertad. En esta providencia se trazaron
unos parámetros de guía para la tasación del daño moral de acuerdo a factores
como la duración de la privación de la libertad y el grado de parentesco de los
demandantes en relación con la víctima directa. (...) La Sala ha sostenido que en
los eventos en los cuales se demuestra que el demandante es padre, hermano,
hijo o cónyuge de la víctima el perjuicio moral se infiere del vínculo parental o
marital existente entre los demandantes y la persona víctima del hecho. [El actor]
(…) fue privado de la libertad durante un periodo de 11,77 meses (...) Demostrada
la relación de parentesco, con base en los criterios arriba expuestos, el monto de
los perjuicios morales será de 80 SMLMV para cada uno de los demandantes.

NIEGA PERJUICIOS POR DAÑO A LA VIDA DE RELACIÓN - Por cuanto no


hicieron parte de las pretensiones de la demanda

Los demandantes solicitaron en el recurso de apelación que se indemnizaran los


perjuicios por “daño a la vida de relación”. El juez de primera instancia concedió el
perjuicio moral, pero no incluyó este concepto en la liquidación. La Sala confirmará
esta decisión porque en las pretensiones no se solicitó esta indemnización.

RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Daño emergente / DAÑO


EMERGENTE - Reconoce por concepto de pago de honorarios a los
abogados que prestaron sus servicios en la defensa del proceso penal /
GASTOS DE HONORARIOS PROFESIONALES

La jurisprudencia ha sostenido que en los eventos en los cuales se solicita el pago


por honorarios de abogado, debe probarse la defensa en el proceso penal y el
pago por los servicios prestados. En el proceso se demostró el pago de
$80’000.000, correspondientes a los honorarios de los apoderados judiciales que
lo representaron en el proceso penal, según da cuenta el contrato de prestación
de servicios (...) y el pago de los derechos notariales por $198.122, según da
cuenta el recibo nº. 52.876 de la Notaría Segunda del Círculo de Barranquilla (...).
En efecto, sus actuaciones procesales acreditan que los profesionales a quienes
se les otorgó poder, representaron los intereses del acusado durante el proceso
penal (...).

RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Daño emergente / DAÑO


EMERGENTE - Reconoce por concepto de tiquetes aéreos pagados para el
desplazamiento de la víctima directa y la cónyuge con ocasión de proceso
penal

Se demostró el costo del tiquete aéreo, (…) correspondiente al viaje realizado por
el señor (…) desde Bogotá hasta Barranquilla, (…) una vez recuperó su libertad,
según da cuenta la copia auténtica de los tiquetes correspondientes (…).Como
estos medios de prueba acreditan el daño emergente reconocido (…) por el
Tribunal en primera instancia, el monto (…) será actualizado de conformidad con
la siguiente fórmula. [Además,] se solicitó el valor de los tiquetes de transporte
terrestre entre Bogotá y Barranquilla, a nombre de la [cónyuge] (…), coincidentes
con el período de privación injusta de la libertad de su esposo, (…) erogación de la
que dieron cuenta las copias auténticas de los mismos. NOTA DE RELATORÍA:
Síntesis del caso: El demandante fue detenido preventivamente sindicado del
delito de lavado de activos y se precluyó la investigación porque no cometió la
conducta punible. Problema jurídico: ¿Determinar, si es procedente el
reconocimiento de perjuicios materiales, en la modalidad de daño emergente, por
los gastos acaecidos por la parte actora durante proceso penal y los cuales
consistieron en el pago de transporte aéreo?.

RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Daño emergente / DAÑO


EMERGENTE - Reconoce por concepto de llamadas telefónicas pagadas por
la víctima directa y la cónyuge con ocasión de proceso penal

Se acreditó el daño emergente ocasionado por las llamadas telefónicas que tuvo
que hacer [el actor] desde la Cárcel Nacional Modelo a su residencia en la ciudad
de Barranquilla, (…) según dan cuenta los respectivos recibos (…) [así como,]
respecto al abonado telefónico del cual es titular (…) [la cónyuge se] reconocen
las llamadas realizadas a la oficina de los apoderados de su esposo.

RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Daño emergente / DAÑO


EMERGENTE - Reconoce por concepto de envíos de correo certificado
pagados por la cónyuge con ocasión de proceso penal

Se pidió para la [cónyuge] (…), el valor correspondiente a los envíos de correo


certificado a los apoderados (…) desde Barranquilla a Bogotá, (…) según dan
cuenta los recibos (…). Sin embargo, se desconoce la identidad de todos los
destinatarios o su relación con el proceso, por lo que solo se concederán los
remitidos a los apoderados judiciales del señor (…) [quién fue privado de la
libertad], con excepción de los recibos nº. 2, 4, 9, 16, 25, 26, 27, 30, 32, 35, 38, 39.
De esta manera, el perjuicio se disminuye.

NIEGA RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Daño emergente /


DAÑO EMERGENTE - Niega reconocimiento por concepto de taxis pagados
por la cónyuge con ocasión de proceso penal

Se niega el perjuicio correspondiente a la asignación de taxis en el aeropuerto de


Barranquilla, porque en los recibos aportados no hay constancia de que
correspondan a [ella misma].

RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Lucro cesante / LUCRO


CESANTE - Reconoce a favor de la víctima directa por concepto de servicios
profesionales como conferencista

Se acreditó que para la época de la privación injusta, (…) [el señor] trabajaba
como conferencista en la Universidad Autónoma de Bucaramanga con ocasión del
contrato de prestación de servicios profesionales, cuya remuneración pactada era
de (…) por hora cátedra, según da cuenta el contrato suscrito entre las partes (...).
[Además, se determinó que] no pudo cumplir con 12 de las horas contratadas,
programadas para los días 14 y 15 de septiembre de 2000, lo que da un valor a
indemnizar de (…).

RECONOCIMIENTO DE PERJUICIOS MATERIALES - Lucro cesante / LUCRO


CESANTE - Reconoce a favor de la víctima directa por concepto de por
honorarios dejados de percibir como árbitro en Tribunal de Arbitramiento

[Y] se acreditó que [el actor] tuvo que devolver $2’694.254, correspondientes al
50% de los honorarios recibidos por haber sido designado para integrar el Tribunal
de Arbitramento dentro del proceso de la Unión Temporal Domínguez Saieh Ltda.,
contra el Área Metropolitana de Barranquilla (...), según dan cuenta los oficios de
la Cámara de Comercio de Barranquilla (...), razón por la que dicha suma será
reconocida.

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN TERCERA

SUBSECCIÓN C

Consejero ponente: GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE

Bogotá D.C., veintisiete (27) de enero de dos mil dieciséis (2016).

Radicación número: 08001-23-31-000-2002-02014-01(38679)

Actor: PEDRO RICARDO MONTERO LINARES Y OTROS

Demandado: NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL, POLICÍA


NACIONAL, FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN

Referencia: ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA (APELACIÓN SENTENCIA)

Temas: Competencia del superior-Se decide sin limitación por apelación de las dos partes.
Privación de la libertad en preclusión de la investigación penal porque el sindicado no
cometió los delitos-Daño especial. Copias simples-Valor probatorio. Recortes de prensa-
Valor probatorio. Perjuicio moral-Aplicación de criterios de sentencias de unificación.
Perjuicio moral-Se infiere del vínculo parental o marital.

La Sala de acuerdo con la prelación dispuesta en sesión de 25 de abril de


20131, decide el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante y
la demandada Nación-Fiscalía General de la Nación contra la sentencia del
10 de junio de 2009, proferida por el Tribunal Administrativo del Atlántico,
que resolvió:

Primero.- Declárase no probada la excepción de falta de legitimación en la


causa por pasiva, propuesta por el apoderado de la Fiscalía General de la
Nación, acorde con las motivaciones anteriores.

Segundo.- Declárase a la Nación –Fiscalía General de la Nación-,


patrimonialmente responsable del daño antijurídico causado por la injusta

1
Según el Acta n°. 10 de la Sala Plena de la Sección Tercera.
privación de la libertad de que fue objeto el señor Pedro Ricardo Montero
Linares, de acuerdo a las consideraciones que anteceden.

Tercero.- Como consecuencia de la anterior declaración, condénase a la


Nación –Fiscalía General de la Nación- a pagar por concepto de perjuicios
morales lo siguiente:
- Al señor Pedro Ricardo Montero Linares la suma de veintidós millones
ochocientos ochenta mil pesos ($22’880.000), equivalentes a ochenta (80)
salarios mínimos mensuales legales vigentes en el año 2001 (SMMLV
$286.000).
- A la señora Julia Rosa Brito Amaya (cónyuge) la suma de catorce millones
trescientos mil pesos ($14’300.000), equivalentes a cincuenta (50) salarios
mínimos mensuales legales vigentes en el año 2001 (SMMLV $286.000).
- A la señora María del Rosario Linares Jaimes (madre) y las señoritas
María de los Ángeles, Juliet Margarita y Angélica María Montero Brito
(hijas), a cada una de ellas la suma de once millones cuatrocientos
cuarenta mil pesos ($11’440.000), equivalentes a cuarenta (40) salarios
mínimos mensuales legales vigentes en el año 2001 (SMMLV $286.000).

Cuarto.- Igualmente la demandada Nación –Fiscalía General de la


Nación-, como consecuencia de la anterior declaración de responsabilidad
patrimonial deberá pagar lo siguiente, por concepto de perjuicios
materiales, en consonancia con la parte motiva de esta sentencia:
- Al señor Pedro Ricardo Montero Linares, en la modalidad de daño
emergente, la suma de ochenta millones setecientos cuarenta mil
ochocientos setenta y dos pesos ($80’740.872).
- Al señor Pedro Ricardo Montero Linares, en la modalidad de lucro
cesante, la suma de noventa millones quinientos ochenta y dos mil viento
veinte pesos ($90’582.127).
- A la señora Julia Rosa Brito Amaya, en la modalidad de daño emergente
la suma de dos millones doscientos treinta y dos mil doscientos noventa y
siete pesos ($2’331.297).

Quinto.- Las sumas reconocidas, a título de indemnización de perjuicios


materiales y morales, serán ajustadas en los términos del artículo 178 del
C.C.A.

Sexto-. Las condenas impuestas se cumplirán y pagarán de conformidad


con los artículos 176 y 177 del C.C.A. (Mod. Art. 60 de la Ley 446 de
1998).

Séptimo.- Denegar las restantes súplicas de la demanda.

Octavo.- Denegar las súplicas de la demanda con respecto a la Nación –


Policía Nacional-, acorde con las razones anteriores.

SÍNTESIS DEL CASO

El demandante fue detenido preventivamente sindicado del delito de lavado


de activos y se precluyó la investigación porque no cometió la conducta
punible. Califica la privación de la libertad de injusta.
ANTECEDENTES

I. Lo que se demanda

El 13 de septiembre de 2002, Pedro Ricardo Montero Linares y Julia Rosa


Brito Amaya, quien actúa en su nombre y en representación de las menores
María de los Ángeles, Julieth Margarita y Angélica María Montero Brito, así
como María del Rosario Linares Jaimes, a través de apoderado judicial,
formularon demanda de reparación directa contra la Nación-Ministerio de
Defensa, Policía Nacional y Fiscalía General de la Nación para que se le
declarara patrimonialmente responsable de los perjuicios sufridos con
ocasión de la privación de la libertad de Pedro Ricardo Montero Linares,
entre el 5 de septiembre de 2000 y el 27 de agosto de 2001.

Solicitaron la máxima cuantía fijada por la jurisprudencia para cada uno de


los demandantes, por perjuicios morales y $255’882.409 por perjuicios
materiales.

En apoyo de las pretensiones, la parte demandante afirmó que con


fundamento en un informe rendido por la DIJIN, la Fiscalía 4ª Delegada de
la Unidad Antinarcóticos y de Investigación Marítima el 1 de septiembre de
2000, vinculó a un proceso penal al demandante, sindicado de los delitos de
violación a la Ley 30/86 y concierto para delinquir y el 5 de septiembre de
2000 dictó orden de captura.

Resaltó que la Fiscalía profirió medida de aseguramiento de detención


preventiva el 15 de septiembre de 2000 y el 24 de mayo de 2000 profirió
resolución de acusación en contra de Pedro Ricardo Montero, por el delito
de lavado de activos en favor de terceros. Indicó que la Fiscalía 6ª
Delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá precluyó la investigación.

Adujo que la privación fue injusta, pues se precluyó la investigación porque


no existía ninguna prueba que lo incriminara como el autor del delito que se
le imputaba.
II. Trámite procesal

El 3 de diciembre de 2002 y 7 de abril de 2003 se admitió la demanda y su


modificación y se ordenó su notificación a las entidades demandadas y al
Ministerio Público.

En el escrito de contestación de la demanda, la Nación-Ministerio de


Defensa, Policía Nacional, al oponerse a las pretensiones, señaló que la
detención de Montero Linares se produjo como consecuencia de una orden
de captura emitida por autoridad judicial y el deber de la institución era
materializar esa orden, sin consideración de las razones en que se
fundamentó.

La Nación-Fiscalía General de la Nación propuso la excepción de falta de


legitimación en la causa por pasiva y sostuvo que la medida de privación de
la libertad se impuso en cumplimiento del deber constitucional de garantizar
la comparecencia de los infractores de la ley al proceso penal, sin que se
hubiere vulnerado el derecho de defensa ni el debido proceso.

El 13 de marzo de 2009 se corrió traslado a las partes y al Ministerio


Público para alegar de conclusión y presentar concepto, respectivamente.
Las partes reiteraron lo expuesto. El Ministerio Público guardó silencio.

El 10 de junio de 2009, el Tribunal Administrativo del Atlántico profirió la


sentencia impugnada, en la que accedió parcialmente a las pretensiones,
pues Montero Linares fue absuelto porque no cometió las conductas que se
le imputaron. Absolvió a la Nación-Policía Nacional, porque sus agentes solo
adelantaron el procedimiento de allanamiento y captura y condenó a la
Fiscalía con fundamento en el régimen de daño especial porque fue la que
valoró las pruebas y los indicios en el marco de las formalidades legales.

Las partes interpusieron recurso de apelación, que fueron concedidos el


17 de noviembre de 2009 y admitidos el 28 de octubre de 2010.
La Nación-Fiscalía General de la Nación reiteró los argumentos de la
contestación y agregó que la privación injusta de la libertad debe provenir
de una falla en el servicio que debe ser contundente. La parte demandante
solicitó que se incremente la tasación del perjuicio moral y se conceda el
daño a la vida de relación.

El 23 de noviembre de 2010, se corrió traslado para alegar de conclusión


en segunda instancia. La Fiscalía General de la Nación reiteró sus
argumentos y agregó que el perjuicio ocasionado por la publicación de la
noticia sobre la captura del demandante no le es atribuible a la entidad,
pues se trata de la iniciativa de los medios de comunicación por cubrir las
noticias. La parte demandante reiteró lo expuesto. El Ministerio Público
guardó silencio.

CONSIDERACIONES

I. Presupuestos procesales

Jurisdicción y competencia

1. La jurisdicción administrativa, como guardián del orden jurídico, conoce


de las controversias cuando se demande la ocurrencia de un daño cuya
causa sea una acción u omisión de una entidad estatal. Según el artículo
82 del CCA, modificado por el artículo 1º de la Ley 1107 de 2006.

El Consejo de Estado es competente para desatar el recurso de apelación


interpuesto por la parte demandada, de conformidad con el artículo 73 de la
Ley 270 de 19962.

Acción procedente
2
El Consejero Ponente de esta decisión, aunque no lo comparte, sigue el criterio jurisprudencial contenido en
el auto del 9 de septiembre de 2008, Rad. 34.985, proferido por la Sala Plena de lo Contencioso
Administrativo, con arreglo al cual conforme al artículo 73 de la Ley 270 de 1996 esta Corporación conoce
siempre en segunda instancia de estos procesos, sin consideración a la cuantía de las pretensiones. Los
motivos de la disidencia están contenidos en la aclaración de voto a la sentencia del 22 de octubre de 2015,
Rad. 36.146.
2. La acción de reparación directa es el medio de control idóneo para
perseguir la declaratoria de responsabilidad patrimonial del Estado cuando
el daño invocado proviene de un hecho, omisión, operación administrativa o
cualquier otra actuación estatal distinta a un contrato estatal o un acto
administrativo, tal y como ocurre en este caso que se refiere a hechos
imputables a la administración de justicia (art. 90 CN y art. 86 CCA).

Caducidad

3. El término para formular pretensiones, en sede de reparación directa, de


conformidad con el numeral 8 del artículo 136 del Código Contencioso
Administrativo es de 2 años, que se cuentan a partir del día siguiente del
acaecimiento del hecho, omisión u operación administrativa o de ocurrida la
ocupación temporal o permanente del inmueble de propiedad ajena por
causa de trabajo público o por cualquier otra causa.

En los eventos de privación injusta de la libertad, la Sección Tercera ha


sostenido que el cómputo de la caducidad inicia a partir del día siguiente al
de la ejecutoria de la providencia absolutoria, pues solo a partir de ese
momento la víctima tiene conocimiento de la antijuricidad del daño3.

La demanda se interpuso en tiempo -13 de septiembre de 2002- porque el


demandante tuvo conocimiento de la antijuricidad del daño reclamado
desde el 24 de agosto de 2001, fecha en que se precluyó la investigación en
su favor.

Legitimación en la causa

4. Pedro Ricardo Montero Linares, Julia Rosa Brito Amaya, María de los
Ángeles, Julieth Margarita, Angélica María Montero Brito y María del Rosario
Linares Jaimes, son las personas sobre las que recae el interés jurídico que

3
Cfr. Consejo de Estado, Sección Tercera, auto del 2 de febrero de 1996, Rad. 11.425. Criterio reiterado en
sentencias del 13 de septiembre de 2001, Rad. 13.392. y del 14 de febrero de 2002, Rad. 13.622.
se debate en este proceso, ya que el primero es el sujeto pasivo de la
investigación penal y los demás conforman su núcleo familiar.

La Nación-Fiscalía General de la Nación está legitimada en la causa por


pasiva, pues fue la entidad encargada de la investigación de Montero
Linares. La Nación-Ministerio de Defensa, Policía Nacional está legitimada
en la causa por pasiva porque fueron sus agentes quienes efectuaron el
procedimiento de captura.

II. Problema jurídico

Corresponde a la Sala determinar si la preclusión con fundamento en que el


sindicado no cometió la conducta punible, torna en injusta la privación de la
libertad.

III. Análisis de la Sala

5. Como la sentencia fue recurrida por ambas partes, la Sala estudiará el


asunto, de conformidad con el artículo 357 del Código de Procedimiento
Civil.

Hechos probados

6. En el expediente obran copias de recortes de prensa (f. 230 a 244 c.1)


con los titulares: “Desmantelan red de narcos”, “Violento motín ayer en la
cárcel modelo” “Sangriento motín en la modelo” “y “Se viene una gran
guerra en cárceles”. A juicio de la Sala Plena de esta Corporación, las
informaciones difundidas en los medios de comunicación, en términos
probatorios, no dan certeza sobre los hechos en ellos contenidos, sino de la
existencia de la noticia4 y en esos términos serán valoradas en este
proceso.

4
Cfr. Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, sentencia del 29 de mayo de 2012,
Rad. 2011-01378.
7. Las copias simples serán valoradas, porque la Sección Tercera de esta
Corporación, en fallo de unificación5, consideró que tenían mérito probatorio.

8. De conformidad con los medios probatorios allegados oportunamente al


proceso, se demostraron los siguientes hechos:

8.1 El 1 de septiembre de 2000, la Unidad Nacional de Fiscalías


Antinarcóticos y de Interdicción Marítima decretó la apertura de la
investigación contra Pedro Ricardo Montero Linares y ordenó la captura y el
allanamiento y registro de su casa de habitación y oficina, según da cuenta
la copia simple de la resolución (f.63 y 64 c.1) (f.15 a 22 c.4).

8.2 El 5 de septiembre de 2000, Pedro Ricardo Montero Linares fue


capturado por la DIJIN -Policía Judicial- y trasladado a Bogotá, para ser
puesto a disposición de la UNAIM, según da cuenta copia simple del acta
nº. 1205 y del acta de derechos del capturado (f.79 c.1) (f.23 c.4).

8.3 El 15 de septiembre de 2000, la Fiscalía profirió medida de


aseguramiento de detención preventiva contra Pedro Montero Linares, por
los delitos de tráfico de estupefacientes agravado por la cantidad, en
concurso homogéneo y heterogéneo con concierto para delinquir y fue
recluido en la Cárcel Nacional Modelo según da cuenta copia simple de la
resolución nº. 102 de la Fiscal Delegada Especializada 4 UNAIM y el oficio
del 14 de septiembre de la misma Unidad, mediante el que libró boleta de
encarcelación (f.103 a 127 c.1).

8.4 El 29 de enero de 2001 el Fiscal Delegado de la Unidad de Fiscalía


Delegada ante la Sala Penal de los Tribunales Superiores de Distrito
Judicial modificó la resolución del 15 de septiembre de 2000, al estimar que
la medida de aseguramiento solo procedía por el delito de lavado de
activos, según da cuenta la copia auténtica de la resolución (f.154 a 165 c.1)
(f. 2 a 13 c.3).

5
Cfr. Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 28 de agosto de 2013, Rad. 25.022. El Magistrado
Ponente no comparte este criterio jurisprudencial, sin embargo lo respeta y acoge. Los motivos de la
disidencia están contenidos en la aclaración de voto a la sentencia del 22 de octubre de 2015, Rad. 26.984.
8.5 El 24 de mayo de 2001, el Fiscal Delegado de la UNAIM profirió
resolución de acusación en contra de Pedro Ricardo Montero Linares, como
autor del delito de lavado de activos, según da cuenta copia auténtica de la
resolución (185 a 207 c.4).

8.6 El 24 de agosto de 2001, la Unidad de Fiscalía Delegada ante el


Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C. revocó la resolución de
acusación en contra de Pedro Ricardo Montero Linares y precluyó la
investigación, según da cuenta copia simple de la providencia (f.203 a 225
c. 1) (f. 14 a 36 c.3).

8.7 Pedro Ricardo Montero recuperó su libertad el 27 de agosto de 2001,


según da cuenta la copia auténtica de la boleta de libertad nº. 013009 (f.37
c.3) (f. 226 c.1).

8.8 Pedro Ricardo Montero Linares es hijo de la señora María del Rosario
Linares Jaime, esposo de Julia Rosa Brito Amaya y padre de las menores
María de los Ángeles, Angélica María y Julieth Margarita Montero Brito,
según dan cuenta copias auténticas de los certificados de registro civil de
nacimiento (f. 245 a 252 c.1).

La privación de la libertad fue injusta porque el demandante no


cometió el delito

9. El daño antijurídico se encuentra demostrado porque Montero Linares


estuvo privado de su derecho fundamental a la libertad personal, desde el 5
de septiembre de 2000 hasta el 27 de agosto de 2001 [hechos probados 8.2
y 8.7]. Es claro que la lesión al derecho de la libertad personal genera
perjuicios que los demandantes no estaban en la obligación de soportar.

10. La privación injusta de la libertad como escenario de responsabilidad


está regulada en la Ley 270 de 1996, estatutaria de la administración de
justicia, en el artículo 68 establece que quien haya sido privado de la
libertad podrá demandar al Estado reparación de perjuicios.

La jurisprudencia6 tiene determinado, a partir de una interpretación del


artículo 90 de la Constitución Política, que cuando una persona privada de
la libertad sea absuelta (i) “porque el hecho no existió”, (ii) “el sindicado no
lo cometió”, o (iii) “la conducta no constituía hecho punible”, se configura un
evento de detención injusta en virtud del título de imputación de daño
especial, por el rompimiento del principio de igualdad frente a las cargas
públicas. A estas hipótesis, la Sala agregó la aplicación la del in dubio pro
reo,7 con fundamento en la misma cláusula general de responsabilidad
patrimonial del Estado del artículo 90 CN8.

La privación de la libertad en estos casos se da con pleno acatamiento de


las exigencias legales, pero la expedición de una providencia absolutoria,
pone en evidencia que la medida de aseguramiento fue injusta y la persona
no estaba obligada a soportarla.

Si el procesado es exonerado por cualquier causa distinta de las


mencionadas, la reparación solo procederá siempre y cuando se acredite
que existió una falla del servicio al momento de decretarse la medida de
aseguramiento, es decir, que no se cumplían los requisitos legales para la
restricción de la libertad9.

La Sala ha sostenido que en todos los casos es posible que el Estado se


exonere con la acreditación de que el daño provino de una causa extraña,
esto es, que sea imputable al hecho determinante y exclusivo de un tercero
o de la propia víctima en los términos del artículo 70 de la Ley 270 de 1996.

6
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 2 de mayo de 2007, Rad. 15.463.
7
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 4 diciembre de 2006, Rad. 13.168 y sentencia de
unificación del 17 de octubre de 2013, Rad. 23.354.
8
El Magistrado Ponente no comparte este criterio jurisprudencial, sin embargo lo respeta y acoge. Los
motivos de la disidencia están contenidos en la aclaración de voto a la sentencia del 22 de octubre de 2015
Rad. 36.146.
9
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 14 de abril de 2010, Rad. 18.960.
11. La Fiscalía Delegada ante el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá D.C. precluyó la investigación a favor de Pedro Ricardo Montero
Linares porque se comprobó que no había cometido los hechos punibles

En efecto, al demandante le fue dictada medida de aseguramiento con


fundamento en un indicio grave de responsabilidad penal, pues era
apoderado de una persona que estaba vinculada con el delito de tráfico de
estupefacientes y pertenecía a una banda internacional.

Sin embargo, la providencia que revocó la resolución de acusación y


precluyó la investigación estimó que el sindicado no incurrió en ningún delito
porque no tenía relación con los delitos de tráfico de estupefacientes de uno
de sus clientes ni con la banda internacional a la que este pertenecía y
concluyó que no cometió el delito de lavado de activos ni ninguno de los
otros por los que le fue dictada medida de aseguramiento y resolución de
acusación. Así lo puso de relieve la providencia al indicar:

No queda duda, el doctor Montero Linares ha dicho la verdad, ningún


vínculo ni participación ha tenido en las actividades al margen de la Ley
que resultaron, al parecer ejecutadas por su poderdante Iván de la Vega
Cabas, por ello ningún nexo, conversación siquiera se detectó que tuviera
con las demás personas que al parecer forman parte integrante de la
organización delictiva dedicada al tráfico internacional de estupefacientes.

[…]

Así, es claro que el doctor Pedro Ricardo Montero Linares no ha cometido


el delito de lavado de activos, ni ninguna otra conducta punible por la cual
deba permanecer vinculado a este proceso; en consecuencia, por estar
ajustadas a la verdad procesal las alegaciones que presentó la defensa se
acogerán en su integridad (f.221 y 222 c.1).

Así las cosas, como la preclusión del demandante fue con fundamento en
que el sindicado no cometió los hechos punibles, el título de imputación es
el objetivo de daño especial, lo que torna en injusta la privación de su
libertad.
Se confirmará la sentencia de primera instancia frente a la Nación-Ministerio
de Defensa, Policía Nacional, porque si bien sus agentes fueron los
responsables de realizar el procedimiento de captura, fue la Fiscalía la que
profirió la medida de aseguramiento de detención preventiva, la calificación
del mérito y la acusación en contra de Montero Linares.

En tal virtud, el daño es imputable a la Nación-Fiscalía General de la Nación


y, por ello, se confirmará la sentencia apelada.

Indemnización de perjuicios

12. La demanda solicitó el reconocimiento de la máxima cuantía fijada por la


jurisprudencia por concepto de perjuicios morales. La sentencia de
primera instancia reconoció 80 SMLMV para la víctima directa, 50 SMLMV
para su cónyuge y 15 SMLMV para su madre y cada uno de sus hijos. En el
recurso de apelación, la parte demandante pide que los montos se
aumenten.

Recientemente, la Sección Tercera unificó sus criterios de indemnización de


perjuicios morales en los eventos de privación injusta de la libertad10.

En esta providencia se trazaron unos parámetros de guía para la tasación


del daño moral de acuerdo a factores como la duración de la privación de la
libertad y el grado de parentesco de los demandantes en relación con la
víctima directa. Estos derroteros quedaron consignados en el siguiente
cuadro:

10
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 28 de agosto de 2014, Rad. 36.149, M.P.
NIVEL 1 NIVEL 2 NIVEL 3 NIVEL 4 NIVEL 5
Reglas para liquidar el Víctima directa, cónyuge Parientes en el 2º Parientes en el 3º Parientes en el Terceros
o compañero (a) 4º de
perjuicio moral derivado de la de de consanguinidad
permanente y parientes en y afnes hasta el
privación injusta de la libertad el 1° de consanguinidad consanguinidad consanguinidad 2º damnifcados
Término de privación injusta 50% del 35% del 25% del 15% del
Porcentaje de la Porcentaje de la Porcentaje de la Porcentaje de la
en meses Víctima directa Víctima directa Víctima directa Víctima directa
SMLMV SMLMV SMLMV SMLMV SMLMV
Superior a 18 meses 100 50 35 25 15

Superior a 12 e inferior a 18 90 45 31,5 22,5 13,5

Superior a 9 e inferior a 12 80 40 28 20 12

Superior a 6 e inferior a 9 70 35 24,5 17,5 10,5

Superior a 3 e inferior a 6 50 25 17,5 12,5 7,5

Superior a 1 e inferior a 3 35 17,5 12,25 8,75 5,25

Igual e inferior a 1 15 7,5 5,25 3,75 2,25

La Sala ha sostenido11 que en los eventos en los cuales se demuestra que


el demandante es padre, hermano, hijo o cónyuge de la víctima el perjuicio
moral se infiere del vínculo parental o marital existente entre los
demandantes y la persona víctima del hecho.

Pedro Ricardo Montero Linares fue privado de la libertad durante un periodo


de 11,77 meses y está acreditado que es hijo de María del Rosario Linares
Jaime, esposo de Julia Rosa Brito Amaya y padre de María de los Ángeles,
Angélica María y Julieth Margarita Montero Brito [hechos probados 8.2, 8.7
y 8.8].

Demostrada la relación de parentesco, con base en los criterios arriba


expuestos, el monto de los perjuicios morales será de 80 SMLMV para cada
uno de los demandantes.

13. Los demandantes solicitaron en el recurso de apelación que se


indemnizaran los perjuicios por “daño a la vida de relación”. El juez de
primera instancia concedió el perjuicio moral, pero no incluyó este concepto
en la liquidación. La Sala confirmará esta decisión porque en las
pretensiones no se solicitó esta indemnización.

14. La demanda solicitó el pago de los honorarios del abogado que ejerció
su defensa penal, en la modalidad de daño emergente. La sentencia de
primera instancia reconoció la suma de $80’740.872 para Pedro Ricardo

11
Cfr. Consejo de Estado Sección Tercera las sentencias del 17 de julio de 1992, Rad. 6.750; del 16 de julio de
1998, Rad. 10.916 y del 27 de julio de 2000, Rad. 12.788 y Rad. 12.641.
Montero Linares y de $2’331.297 para Julia Rosa Brito Amaya por este
concepto.

La jurisprudencia ha sostenido12 que en los eventos en los cuales se solicita


el pago por honorarios de abogado, debe probarse la defensa en el proceso
penal y el pago por los servicios prestados.

En el proceso se demostró el pago de $80’000.000, correspondientes a los


honorarios de los apoderados judiciales que lo representaron en el proceso
penal, según da cuenta el contrato de prestación de servicios (f.277 y 278
c.1) y el pago de los derechos notariales por $198.122, según da cuenta el
recibo nº. 52.876 de la Notaría Segunda del Círculo de Barranquilla (f. 282
c.1). En efecto, sus actuaciones procesales acreditan que los profesionales
a quienes se les otorgó poder, representaron los intereses del acusado
durante el proceso penal (f. 128 a 153 y 190 a 202 c.1).

Se demostró el costo del tiquete aéreo, por valor de $242.800,


correspondiente al viaje realizado por el señor Montero Linares desde
Bogotá hasta Barranquilla, el 27 de agosto de 2001, una vez recuperó su
libertad, según da cuenta la copia auténtica de los tiquetes correspondientes
(f. 296 c.1).

Se acreditó el daño emergente ocasionado por las llamadas telefónicas que


tuvo que hacer desde la Cárcel Nacional Modelo a su residencia en la
ciudad de Barranquilla, que ascendió a $299.950, según dan cuenta los
respectivos recibos (f. 299 a 308 c.1).

Como estos medios de prueba acreditan el daño emergente reconocido


para Montero Linares por el Tribunal en primera instancia, el monto de
$80’740.872 será actualizado de conformidad con la siguiente fórmula:

Vp = Vh x Índice final__
Índice inicial

12
Cfr. Consejo de Estado Sección Tercera las sentencias del 8 de junio de 2011, Rad. 19.576, C.P. Ruth Stella
Correa y sentencia del 12 de mayo de 2011, Rad. 20.569, C.P. Stella Conto Díaz del Castillo
Donde:

Vp= Valor presente


Vh= Valor histórico

Índice13 final a la fecha de esta sentencia: 126,14 (diciembre de 2015)


Índice inicial sentencia primera instancia: 102,22 (junio de 2009)

VP = $80’740.872 Índice final – diciembre de 2015 (126,14)


Índice inicial – junio de 2009 (102,22)

VP= $99’634.647

Por el mismo concepto, se pidió para la señora Julia Rosa Brito Amaya, el
valor correspondiente a los envíos de correo certificado a los apoderados
del señor Pedro Ricardo Montero, desde Barranquilla a Bogotá, que
ascendieron a $243.360, según dan cuenta los recibos enumerados del 1 al
40 (f.283 a 292 c.1). Sin embargo, se desconoce la identidad de todos los
destinatarios o su relación con el proceso, por lo que solo se concederán los
remitidos a los apoderados judiciales del señor Montero Linares, con
excepción de los recibos nº. 2, 4, 9, 16, 25, 26, 27, 30, 32, 35, 38, 39. De
esta manera, el perjuicio se disminuye al valor de $161.430.

Se solicitó el valor de los tiquetes de transporte terrestre entre Bogotá y


Barranquilla, a nombre de la señora Julia Rosa Brito, coincidentes con el
período de privación injusta de la libertad de su esposo, que ascienden a
$375.000, erogación de la que dieron cuenta las copias auténticas de los
mismos (f. 293 y 294 c.1).

Se pidió también el valor de los tiquetes aéreos en la ruta Bogotá -


Barranquilla (f. 297 a 298 c.1), a nombre de la señora Julia Rosa Brito,
cuyas fechas -10 de marzo, 7 de abril y 23 de mayo de 2001- coinciden con
el periodo de privación injusta de la libertad del señor Montero Linares. Así,
el monto demostrado es de $926.100.

13
Estos factores corresponden a los índices de precios al consumidor que pueden ser consultados en el Banco
de la República: http://www.banrep.gov.co/es/ipc.
Se niega el perjuicio correspondiente a la asignación de taxis en el
aeropuerto de Barranquilla, porque en los recibos aportados (f. 294 y 295
c.1) no hay constancia de que correspondan a la señora Brito de Montero.

Se solicitaron las erogaciones derivadas de la comunicación constante que


se mantuvo entre su familia y los apoderados de su defensa penal, durante
el periodo de privación de la libertad del señor Montero Linares. Así lo
acreditan los recibos de la empresa de teléfonos de Barranquilla
correspondientes a los abonados telefónicos de Julia Rosa Brito Amaya y
María de los Ángeles Borrego Linares. Sin embargo, como no está
demostrada la relación de la señora María de los Ángeles Borrego Linares
con el proceso, no se tendrán en cuenta las erogaciones o llamadas
telefónicas desde su número de teléfono.

Respecto al abonado telefónico del cual es titular la señora Julia Rosa Brito,
se reconocen las llamadas realizadas a la oficina de los apoderados de su
esposo, que ascienden a la suma de $239.016.

En total, el daño emergente de la señora Julia Rosa Brito es de $1’701.546,


cifra que se debe indexar a partir de la sentencia de primera instancia, es
decir, desde junio de 2009, según la siguiente fórmula:

Vp = Vh x Índice final__
Índice inicial

Donde:

Vp= Valor presente


Vh= Valor histórico

Índice14 final a la fecha de esta sentencia: 126,14 (diciembre de 2015)


Índice inicial sentencia primera instancia: 102,22 (junio de 2009)

VP = $1’701.546 Índice final – diciembre de 2015 (126,14)


Índice inicial – junio de 2009 (102,22)

14
Estos factores corresponden a los índices de precios al consumidor que pueden ser consultados en el Banco
de la República: http://www.banrep.gov.co/es/ipc.
VP= $2’099.716

15. La demanda solicitó el pago de las sumas dejadas de percibir durante el


tiempo de la privación, en la modalidad de lucro cesante. La sentencia de
primera instancia reconoció $90`582.127 por este concepto.

Se acreditó que para la época de la privación injusta, Montero Linares


trabajaba como conferencista en la Universidad Autónoma de Bucaramanga
con ocasión del contrato de prestación de servicios profesionales, cuya
remuneración pactada era de $50.000 por hora cátedra, según da cuenta el
contrato suscrito entre las partes (f.350 a 353 c.1). Montero Linares no pudo
cumplir con 12 de las horas contratadas, programadas para los días 14 y 15
de septiembre de 2000, lo que da un valor a indemnizar de $600.000.

Se acreditó que Montero Linares tuvo que devolver $2’694.254,


correspondientes al 50% de los honorarios recibidos por haber sido
designado para integrar el Tribunal de Arbitramento dentro del proceso de la
Unión Temporal Domínguez Saieh Ltda., contra el Área Metropolitana de
Barranquilla (f.357 c.1), según dan cuenta los oficios de la Cámara de
Comercio de Barranquilla (f.363 a 367 c.1), razón por la que dicha suma
será reconocida.

Pedro Montero recibió $38’354.101 por concepto de honorarios por su labor


como conciliador externo de la Cámara de Comercio de Barranquilla, entre
diciembre de 1999 y junio de 2000, según da cuenta la constancia del
Director de esa entidad. Sin embargo, se demostró que la remuneración del
conciliador corría a cargo de las partes intervinientes y no se aportaron
pruebas que dieran cuenta de posibles audiencias dejadas de celebrar por
causa de la medida cautelar en su contra y por ello, se denegará este
monto.

Montero Linares asesoró permanentemente a la compañía Italmármol desde


el 18 de agosto de 2000, con una remuneración mensual de $400.000,
según consta en el aviso de adjudicación del contrato expedido por la
empresa (f.387 c.1). Así mismo, brindó asesoría legal permanente a la
empresa Constructora Marco Polo desde el 21 de agosto de 2000 (f.386
c.1). Los honorarios del señor Montero Linares se fijaron en $350.000
mensuales a partir del 1 de septiembre de 2000. Sin embargo, no obran los
contratos de prestación de servicios que acrediten la suscripción de los
acuerdos, por lo cual no hay certeza de que se hayan materializado. En
consecuencia, se negará este perjuicio.

Pedro Montero Linares prestó sus servicios profesionales a diferentes


personas entre septiembre de 1999 y agosto de 2000, según dan cuenta 18
cuentas de cobro por concepto de honorarios (f.368 a 385 c.1), pero tienen
una fecha anterior a la privación de su libertad, por lo que no resultan
conducentes para la liquidación del perjuicio material y serán desestimadas.

No se concederá el valor solicitado del contrato de prestación de servicios


que Montero Linares y el asesor financiero Giancarlo Nicola Ferrari
suscribieron (f.348 y 349 c.1), con el objeto de tasar los perjuicios sufridos
con ocasión de la privación de la libertad de Montero, porque el objeto
contratado es una función privativa de la administración de justicia.

El certificado de retención en la fuente que realizó la empresa Marketing


Comunicaciones Pérez Navarro & cía. (f.355 c.1), no acredita más que la
retención de $593.250, lo que no se puede tomar como un perjuicio.

El certificado de la empresa Ensecar S.A., solo aporta constancia del pago


de honorarios por la prestación de servicios profesionales, por una suma de
$2’717.889, pero tampoco aporta certeza de la causación de ningún
perjuicio.

Los extractos bancarios de la cuenta corriente de Bancolombia (f.388 a 400


c.1), perteneciente a Pedro Ricardo Montero tampoco son conducentes para
acreditar ningún perjuicio y la comunicación de la entidad financiera
mediante la cual le informa al cliente sobre la terminación del contrato de
cuenta corriente (f.401 c.1) tampoco permite identificar la causación del
perjuicio que se pretende ni su origen.
En ese orden, por concepto de lucro cesante, se reconoce para el señor
Pedro Ricardo Montero Linares, las sumas de $600.000 y $2’694.254, para
un total de $3’294.254, suma que deberá ser actualizada a partir de la
sentencia de primera instancia, es decir, desde junio de 2009, según la
siguiente fórmula:

Vp = Vh x Índice final__
Índice inicial

Donde:

Vp= Valor presente


Vh= Valor histórico
Índice15 final a la fecha de esta sentencia: 126,14 (diciembre de 2015)
Índice inicial sentencia primera instancia: 102,22 (junio de 2009)

VP = $3’294.254 Índice final – diciembre de 2015 (126,14)


Índice inicial – junio de 2009 (102,22)

VP= $4’065.126

En mérito de lo expuesto, la Subsección C de la Sección Tercera del


Consejo de Estado, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley,

FALLA:

PRIMERO: MODIFÍCANSE los numerales tres, cuatro y cinco de la


sentencia del 10 de junio de 2009, proferida por el Tribunal Administrativo
del Atlántico, los cuales quedarán así:

Tercero: Como consecuencia de la anterior declaración, condénase a la


Nación-Fiscalía General de la Nación, a pagar por concepto de perjuicios
morales ochenta (80) SMMLV para: Pedro Ricardo Montero Linares, Julia

15
Estos factores corresponden a los índices de precios al consumidor que pueden ser consultados en el Banco
de la República: http://www.banrep.gov.co/es/ipc.
Rosa Brito Amaya, María de los Ángeles, Julieth Margarita, y Angélica María
Montero Brito y María del Rosario Linares Jaime, para cada uno.

Cuarto: Igualmente, condénase a la Nación-Fiscalía General de la Nación a


pagar por concepto de perjuicios materiales en la modalidad de daño
emergente, las siguientes sumas de dinero:

Para el señor Pedro Montero Linares, la suma de noventa y nueve millones


seiscientos treinta y cuatro mil seiscientos cuarenta y siete pesos
($99’634.647).

Para la señora Julia Rosa Brito Amaya, la suma de dos millones noventa y
nueve mil setecientos dieciséis pesos ($2’099.716).

Quinto: Igualmente, condénase a la Nación-Fiscalía General de la Nación a


pagar por concepto de perjuicios materiales en la modalidad de lucro
cesante, las siguientes sumas de dinero:

Para Pedro Ricardo Montero Linares, la suma de cuatro millones sesenta y


cinco mil ciento veintiséis pesos ($4’065.126).

SEGUNDO: CONFÍRMASE la sentencia en sus demás apartes.

TERCERO: NIÉGUENSE las demás pretensiones de la demanda.

CUARTO: CÚMPLASE lo dispuesto en esta providencia, en los términos


establecidos en los artículos 176 y 177 del Código Contencioso
Administrativo.

QUINTO: En firme este fallo DEVUÉLVASE el expediente al Tribunal de


origen para su cumplimiento y expídase a la parte actora las copias
auténticas con las constancias pertinentes conforme a la ley.

SEXTO: Sin condena en costas.


CÓPIESE, NOTIFÍQUESE y CÚMPLASE

JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA


Presidente de la Sala

GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE

OLGA MÉLIDA VALLE DE DE LA HOZ

También podría gustarte