Tesis - Alberto Irineo Avendaño

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES

Producción de verbos y sustantivos en infantes y cuidadores


durante una tarea de lectura conjunta

TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

PRESENTA:
ALBERTO IRINEO AVENDAÑO

DIRECTORA DE TESIS:
DRA. ELDA ALICIA ALVA CANTO

REVISOR DE TESIS:
DR. JULIO ESPINOSA RODRÍGUEZ
COMITÉ TUTOR:
DRA. PATRICIA ROMERO SÁNCHEZ
DRA. MARIANA GUTIÉRREZ LARA
DR. ÁNGEL EUGENIO TOVAR Y ROMO

Ciudad Universitaria, Ciudad de México, 2019


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE
MÉXICO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES

Producción de verbos y sustantivos en infantes y cuidadores


durante una tarea de lectura conjunta

TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

PRESENTA:
ALBERTO IRINEO AVENDAÑO

DIRECTORA DE TESIS:
DRA. ELDA ALICIA ALVA CANTO

REVISOR DE TESIS:
DR. JULIO ESPINOSA RODRÍGUEZ
COMITÉ TUTOR:
DRA. PATRICIA ROMERO SÁNCHEZ
DRA. MARIANA GUTIÉRREZ LARA
DR. ÁNGEL EUGENIO TOVAR Y ROMO

Investigación realizada gracias al Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e innovación


Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM, proyecto IN 305919 “Predictores Cognitivos de la
Comprensión y Producción Léxica Infantil”. Proyecto bajo la dirección de la Dra. Elda Alicia
Alva Canto.

Ciudad Universitaria, Ciudad de México, 2019


Agradecimientos.

A todas y cada una de las personas que estuvieron a mi lado durante este proceso.

Especialmente a mi papá Alberto, a mi mamá Carmen, a mis hermanas Cristina y Alhondra


porque me dieron todo su apoyo incondicional y paciencia.

A la Dra. Elda, por brindarme la oportunidad de estar en ese espacio tan especial que es el
Laboratorio de Infantes. A la guía y apoyo de mi revisor el Dr. Julio Espinosa Rodríguez,
así como de mis sinodales la Dra. Patricia Romero, la Dra. Mariana Gutiérrez y el Dr. Ángel
Tovar.

A toda la gente especial del Laboratorio de Infantes.

A Ixchel por mostrarme cosas valiosas que me ayudaron a crecer.

A Tania Jasso por ser mi mentora y guía. Gracias por la paciencia y la disposición de
siempre estar allí.

A mis compañeros del Laboratorio de Infantes; la colaboración conjunta de todos ustedes


es lo que hace posible la investigación, el crecimiento personal y profesional de los que
pasamos por allí. Gracias Omar, Ervin, Paloma, Delia, Marlene, Mónica, Alex, Tania
Vázquez, Nereida, Susana, Estefi, Paty, Veleky, Fernanda, Mariselva… y todos lo que me
faltaron por mencionar.

A Karina por lo más importante, gracias por estar a mi lado en esta travesía, sin todo tu
apoyo esto no habría sido posible.
Índice General

Resumen .................................................................................................................................................. 7

Introducción ............................................................................................................................................ 8

Capítulo 1. Producción Lingüística ......................................................................................................... 9

Los sustantivos y verbos en el lenguaje temprano ............................................................................ 13

Capítulo 2. Enfoques sobre el desarrollo lingüístico y la predominancia de sustantivos y verbos....... 16

El enfoque cognoscitivista. ................................................................................................................ 16

El enfoque lingüístico. ....................................................................................................................... 20

Capítulo 3. Influencia del Input durante la interacción diádica en español .......................................... 22

Capítulo 4. Método................................................................................................................................ 32

Muestra .............................................................................................................................................. 32

Escenario ........................................................................................................................................... 33

Medidas ............................................................................................................................................. 33

Instrumentos y Materiales ................................................................................................................. 34

Procedimiento .................................................................................................................................... 36

Capítulo 5. Resultados .......................................................................................................................... 38

Producción de sustantivos y verbos por infantes ............................................................................... 41

Producción de sustantivos y verbos por cuidadores .......................................................................... 45

Comparación de producción de infantes vs cuidadores .................................................................... 49

Capítulo 6. Discusión ............................................................................................................................ 53

Capítulo 7. Conclusiones y futuras investigaciones .............................................................................. 69

Referencias ............................................................................................................................................ 73

Apéndice ............................................................................................................................................... 77
Índice de Tablas y Figuras

Tabla 1. Libros presentados a las díadas……..…………...…………………………….. 35

Figura 1. Porcentaje type/token de sustantivos, verbos y otros en infantes…………….. 39

Figura 2. Porcentaje type/token de sustantivos, verbos y otros en cuidadores...……….. 40

Tabla 2. Medias de producción de sustantivos y verbos por infantes y cuidadores……. 40

Figura 3. Producción de sustantivos (infantes)…………………………………………. 42

Figura 4. Producción de verbos (infantes)………………………………...……………. 43

Figura 5. Producción type: sustantivos vs verbos (infantes)…………………………… 44

Figura 6. Producción token: sustantivos vs verbos (infantes)………………………….. 45

Figura 7. Producción de sustantivos (cuidadores)……………………………………… 46

Figura 8. Producción de verbos (cuidadores)……………………………….………….. 47

Figura 9. Producción type: sustantivos vs verbos (cuidadores)………………………… 48

Figura 10. Producción token: sustantivos vs verbos (cuidadores)……………………… 49

Figura 11. Sustantivos token: infantes vs cuidadores..……...………………………….. 50

Figura 12. Verbos token: infantes vs cuidadores……………..………………………… 51

Figura 13. Sustantivos type: infantes vs cuidadores…………………………………... 52

Figura 14. Verbos type: infantes vs cuidadores………………………………..……… 53


Resumen
En el estudio sobre la adquisición del vocabulario hay un amplio debate sobre el tipo
de palabras que se aprenden primero, siendo sustantivos y verbos las categorías más
sobresalientes al ser las de mayor producción en el lenguaje de los infantes. Desde
la postura cognoscitivista se propone que los sustantivos prevalecen porque para los
infantes son menos complejos de aprender que los verbos, por otra parte, desde la
perspectiva lingüística se ha descrito en ciertos idiomas hay una predominancia de
verbos, dando más peso a aspectos estructurales y de interacción para cada lengua
en particular. En el idioma español se ha documentado que en el vocabulario infantil
los sustantivos predominan y en el vocabulario adulto la categoría predominante son
los verbos. La mayoría de las investigaciones concluyen que los factores de
interacción con los adultos son determinantes en la conformación del vocabulario
infantil. Pese a que actualmente se entiende que el desarrollo del lenguaje es un
proceso que involucra factores cognoscitivos, aspectos estructurales y de
interacción, aún no es del todo claro cómo convergen en la conformación del
vocabulario temprano y si tienen la misma influencia durante el curso del desarrollo.
Por ello, en la presente investigación se analizaron las diferencias de producción de
sustantivos y verbos en infantes y sus cuidadores en un escenario de lectura conjunta.
En primera instancia para identificar si hay cambios en la producción de sustantivos
y verbos en los infantes de acuerdo a su edad, en segundo lugar, para observar si la
información lingüística que recibe el infante del input lingüístico cambia en relación
al desarrollo de los infantes y finalmente, se comparó la proporción de producción
de sustantivos y verbos entre infantes y cuidadores para identificar si las diferencias
de producción en relación a la edad de los infantes disminuyen. Participaron 120
infantes en 4 grupos de edad (30, 36, 42, 48 meses) junto con sus cuidadores en
interacción diádica durante una tarea de lectura conjunta. Se analizó la producción
de sustantivos y verbos en las medidas type y token tanto de infantes como de
cuidadores. Los resultados obtenidos mostraron que en el vocabulario de los infantes
hay una predominancia temprana de sustantivos que cambia posteriormente a
verbos, lo que permite proponer que la influencia cognitiva tiene más peso hasta los
30 meses y posteriormente cuando los infantes tienen un repertorio léxico
considerable, tanto los aspectos interaccionales con los cuidadores, así como los
aspectos estructurales del input podrían comenzar a tener más importancia en el
aprendizaje de palabras. Se concluye que tanto el desarrollo cognitivo de los infantes
como el input lingüístico son relevantes en momentos distintos de desarrollo del
lenguaje.

7
Introducción
Como seres sociales, los humanos utilizan continuamente su capacidad de comunicación

lingüística para expresar ideas, compartir sentimientos, comunicar acontecimientos del mundo e

intentar comprender lo que piensan los demás (Brandone, Salkind, Golinkoff, & Hirsh-Pasek,

2006). El lenguaje es un elemento vital para el desarrollo de la vida humana ya que funge como

un poderoso medio para la interacción social y como herramienta infinitamente creativa para

representar experiencias y sentimientos (Karmiloff & Karmiloff-Smith, 2002).

Pero ¿qué es el lenguaje?, se puede definir al lenguaje como la capacidad que tenemos los seres

humanos de comunicar o transmitir información mediante un sistema de signos arbitrarios, sonidos

verbales o gestos manuales que tienen una forma convencional y un significado que se combinan

siguiendo reglas determinadas (Mariscal, 2008). Su estudio se puede abordar desde tres

dimensiones: el contenido, la forma y el uso. El contenido se refiere al significado de un mensaje

escrito o hablado. La forma son los símbolos con los que se representa el contenido (sonidos y

palabras) junto con el modo en que combinamos las palabras para formar oraciones y párrafos.

Finalmente, el uso indica el intercambio social entre dos o más personas, el hablante y el

interlocutor, y los detalles del intercambio social dependen de la relación entre ambos, de sus

intenciones y actitudes (Ibarra-Salas & Naves, 2005).

El desarrollo del lenguaje es posible gracias a una serie de determinantes que corresponden a

diferentes aspectos de dicho proceso; a los determinantes biológicos que, en términos generales,

se refieren a características neurofisiológicas y morfológicas; a los determinantes cognitivos que

conciben al infante como un activo constructor de su propio conocimiento; y a determinantes

provenientes del medio social e interactivo que rodean al infante, aspecto fundamental en el

desarrollo lingüístico del discurso (Sentis, Nusser, & Acuña, 2009). Este desarrollo abarca
8
prácticamente toda la vida del ser humano, que comienza desde el ambiente intrauterino y se

prolonga incluso hasta la vejez (Billard, 2014).

Para comprender cómo llegamos a dominar el lenguaje es necesario dirigirse a los orígenes de

nuestros logros léxicos, los cuales comienzan en las primeras etapas del desarrollo (Goldfield,

2013). Desde los primeros años de vida los infantes deben aprender los elementos, las reglas, la

estructura y las convenciones de su lengua (Brandone et al., 2006); no obstante, esto lo hacen con

facilidad y no necesariamente requieren lecciones, sino que ocurre como una función del desarrollo

y la experiencia (Karmiloff & Karmiloff-Smith, 2002).

Desde la aparición de la primera palabra, la capacidad para el desarrollo lingüístico se

manifiesta en el aumento gradual del vocabulario y la diferenciación gramatical, estos elementos

sirven como indicadores del desarrollo del lenguaje (Alva, 2004). La presente investigación

analizó la producción de palabras en el desarrollo temprano del lenguaje de los infantes a través

de las categorías sustantivo y verbo, con el fin de aportar al conocimiento sobre los cambios en el

lenguaje derivados del desarrollo. A continuación, se presentará una breve revisión sobre el

desarrollo de la comunicación lingüística en los primeros años de vida.

Capítulo 1. Producción Lingüística

La comunicación lingüística normalmente comienza antes de que el infante cumpla el primer

año de edad cuando produce sus primeras emisiones verbales denominadas palabras preléxicas,

éstas pueden ser de dos tipos: protopalabras y palabras ligadas al contexto (Ortega-Pierres, 2007).

Las protopalabras son formas fonéticas consistentes que preceden el surgimiento de las

primeras palabras. Aparecen entre los 10 y los 12 meses de edad y son usadas por una convención

9
entre el infante y las personas más cercanas en su entorno (Golinkoff & Hirsh-Pasek, 2001), por

ejemplo, llamar bibi a su mamila. De forma simultánea, los infantes comienzan a emitir palabras

que están ligadas a contextos específicos, éstas pueden ser similares en pronunciación y significado

a las palabras que usan los adultos, pero no se consideran palabras genuinas pues el infante las

utiliza en un contexto único (Ortega-Pierres, 2007), por ejemplo, llamar coche únicamente a su

auto de juguete, pero no si ve uno en un libro.

Posteriormente, entre los 12 y 18 meses de edad, las palabras ligadas al contexto comienzan a

descontextualizarse de forma gradual y así surgen las palabras genuinas (Golinkoff & Hirsch-

Pasek, 2001). Entonces, es a partir de que el infante aprende y produce sus primeras palabras

aisladas cuando comienza a acumular de manera gradual su repertorio léxico (Waxman &

Markow, 1995). Debido a que en este periodo los infantes tienen un repertorio limitado de palabras

y no han desarrollado un sistema sintáctico que facilite la comunicación, suelen emitir una palabra

a la vez y el lenguaje es referido a conceptos relacionados al aquí y ahora; sus emisiones son sobre

personas, objetos, situaciones y relaciones existentes en el presente o en momentos cercanos al

presente (Jackson-Maldonado, Peña, & Aghara, 2009).

De esta forma, para que el infante aprenda una palabra es necesario que pueda asociar un sonido

a un referente. Estas asociaciones son arbitrarias y simbólicas, y por sí mismas no muestran al

infante ninguna pista sobre la identidad de lo que está siendo etiquetado, por lo tanto, aprender el

significado de las palabras implica identificar cómo los hablantes de determinada lengua asignan

la relación entre una palabra con un referente (Woodward & Markman, 1998). Para ello, los

infantes se guían mediante los aportes y la retroalimentación de los hablantes adultos,

permitiéndoles probar y revisar sus asignaciones de palabra-referencia (Brandone et al., 2006). Es

10
así que, el conocimiento que el infante adquiere de las primeras palabras está determinado por el

contexto en donde se aprenden, ya que su uso es un reflejo de este (Campos, Campos & Barrett,

1989).

Los infantes no aprenden palabras de forma lineal, se ha documentado en población

hispanohablante que el aumento del repertorio léxico de los infantes se mantiene más o menos

constante desde la producción de las primeras palabras hasta los 22 meses, a partir de esa edad y

hasta los 29 meses ocurre un aumento significativo en la tasa de producción de palabras, pasando

de una producción aproximada de 50 palabras a unas 200 o más en un corto periodo de tiempo

(Hernández-Padilla & Alva, 2007), a esta rápida acumulación de vocabulario se ha denominado

explosión de vocabulario (Schafer & Plunket, 1998). En la literatura es común encontrar como

sinónimo de explosión de vocabulario el término explosión de nombres/sustantivos (naming

explosion para investigaciones en inglés), esto se debe a que durante este proceso las palabras que

más incrementan en la mayoría de los infantes pertenecen a la categoría de los sustantivos comunes

o nombres de objetos (Galván & Alva, 2007).

Las palabras dejan de ser emisiones aisladas entre los 18 y los 24 meses de edad cuando los

infantes comienzan a hacer combinaciones de dos o más palabras en las que se aprecian o infieren

algunas intenciones comunicativas para expresar relaciones principalmente de pertenencia, de

acción y de comparación. Dichas relaciones suelen ser: agente – acción (papá come), agente –

objeto (mamá pelota), acción – objeto (come pan), negación – entidad (no cama), entidad –

ubicación (perro cama), poseedor – posesión (zapato papá), entidad – demostrativo (este camión),

entidad - atributo (perro grande) (Brandone et al., 2006; Hernández-Padilla & Alva, 2015). Estas

primeras combinaciones son elaboradas por los infantes mediante principios que pueden

11
considerarse como semántico-sintácticos; semánticos debido a que las combinaciones se basan en

el significado y sintácticos porque están relacionadas con el orden de las palabras (Owens, 2003).

Siguiendo la línea del desarrollo sintáctico, es hacia los 30 meses de edad que los infantes

dominan el uso de oraciones simples que se caracterizan por tener una estructura sujeto-verbo-

objeto (SVO), en las que los elementos indispensables son un sintagma nominal y un sintagma

verbal. El sintagma nominal está constituido por un determinante y un nombre, las funciones

sintácticas que realiza son las de sujeto de la oración y complemento del verbo. Por otra parte, el

sintagma verbal o predicado se caracteriza por la presencia de un verbo, que puede ir acompañado

de otros constituyentes. Las formas verbales pueden ser simples o compuestas, y están constituidas

por lexemas y morfemas que proporcionan información de tipo semántico (Owens, 2003).

Las primeras oraciones que logran estructurar los infantes suelen ser utilizadas de forma

declarativa, interrogativa e imperativa, junto a las versiones negativas de cada uno de estos tipos,

además, los infantes son capaces de responder a las preguntas hechas por su interlocutor e

integrarse en pequeños diálogos. Comprenden y utilizan preguntas sobre objetos ¿Qué?, personas

¿Quién?, y sobre eventos básicos ¿Qué está haciendo x?, ¿A dónde va x? (Brandone et al., 2006).

Es también a los 30 meses que comienzan a aparecer las primeras formas de oraciones

compuestas, caracterizadas por tener más de un verbo conjugado en forma personal (Berman,

1995), aunque la consolidación de estas estructuras no se alcanza hasta por lo menos los 4 años.

Inicialmente, los infantes se limitan a yuxtaponer oraciones simples, habitualmente mediante la

conjunción y, y en ocasiones mediante el conector que (Owens, 2003).

Entre los 36 y 48 meses los infantes adquieren más conciencia de los aspectos sociales de una

conversación y logran dominar muchas de las características gramaticales de su lengua, son

12
capaces de utilizarlas para realizar una mayor variedad de funciones, intentan utilizar frases claras,

bien construidas, adaptadas al oyente y parecen darse cuenta de las convenciones que rigen la

adopción de turnos (Elias & Broerse, 1996). También, el tipo de verbos que utilizan parecen estar

relacionados con el cambio de un lenguaje más dirigido a los estados, actitudes y sentimientos, y

menos dirigido hacia las acciones (Bennett- Kaster, 1986). Durante este periodo, aproximadamente

el 60% de los intercambios entre el niño y su interlocutor están caracterizados por el intento de los

niños de controlar la conducta o de obtener información de su interlocutor (Owens, 2003).

En resumen, a partir de que los infantes son capaces de comunicarse lingüísticamente, el

desarrollo del lenguaje se caracteriza por el aumento gradual del número de palabras que

comprenden y usan cotidianamente. En consecuencia, a medida que el infante crece, el uso del

lenguaje implica cada vez mayor complejidad y conocimiento de la función de cada palabra, así

como de los significados que expresan. Sustantivos y verbos son dos clases de palabras que

generado gran interés ya que se ha observado una predominancia de su producción en el léxico de

los infantes. A continuación, se abordará con detalle el papel de cada una en este proceso.

Los sustantivos y verbos en el lenguaje temprano

En la investigación sobre el desarrollo del lenguaje ha sido de interés conocer la forma en la

que se compone el vocabulario infantil. Por ejemplo, en un estudio realizado por Ortega-Pierres y

Alva (2004) en infantes mexicanos de 18 a 34 meses de edad en interacción con infantes de la

misma edad y con adultos encontraron que del total de palabras que emitieron, el 23% estaba

constituido por verbos y el 24% por sustantivos; lo cual evidencia que en el vocabulario temprano

de los infantes predominan ambas categorías gramaticales desde sus primeras palabras. Esta

13
predominancia resulta interesante ya que existen diferencias sintácticas y semánticas entre las

categorías de palabras clasificadas como sustantivos y como verbos (De la Vega, 2013).

La distinción sustantivo-verbo es central en las clasificaciones lexicales actuales, que

generalmente involucran nueve categorías de palabras que son: sustantivo, verbo, adjetivo,

adverbio, pronombre, determinante, conjunción, preposición e interjección (Alva, 2004;

Brandone, 2006). Tanto sustantivos como verbos pertenecen a la categoría de palabras contenido,

que son palabras que están vinculadas arbitrariamente a un referente real, a diferencia de las

palabras función que sólo adquieren valor cuando forman parte de un arreglo en una oración y que

carecen de sentido por sí mismas (Alva & Hernández-Padilla, 2001).

Tradicionalmente, los sustantivos tienen la función de denotar entidades, especialmente a

objetos concretos y tienen una función referencial a cosas que se pueden tocar o manipular. Sin

embargo, la variedad de significados que pueden expresar los sustantivos es mucho más amplia,

incluyendo abstracciones tales como amor, familia, tiempo, así como, nombres propios. En

contraste con los sustantivos, los verbos son utilizados para afirmar algo sobre entidades que los

sustantivos manifiestan, denotan estados, eventos, especialmente de acciones, pero también

incluyen referencias a actividades mentales o actitudes (Bassano, 2000). Desde un aspecto

funcional, los verbos pueden ser utilizados de tres maneras: indicativo para denotar un hecho real

u objetivo; subjuntivo como un hecho irreal o subjetivo e imperativo como una orden o mandato

(Bello, 1980).

Además, la morfología de los verbos es relativamente compleja en comparación con la

morfología de los sustantivos porque las conjugaciones verbales deben tener en cuenta tanto a la

persona como al número y porque hay un gran número de verbos irregulares en español, hasta 900

14
(Green, 1990). Los verbos están compuestos por dos partes, el lexema, que expresa el valor léxico

o significado de la palabra, y el morfema, que indica la flexión del verbo que puede ser usada para

expresar características de número (singular o plural), de persona (1ª, 2ª, 3ª persona del singular y

plural), además del tiempo (presente, pasado y futuro) y de modo (las distintas maneras de expresar

el significado del verbo como el indicativo, el subjuntivo e imperativo) (Ibarra & Naves, 2005).

En español los verbos son un elemento fundamental en las oraciones, ya que toda oración lleva

necesariamente un verbo conjugado en forma personal. En términos de la estructura gramatical, la

lengua española se caracteriza por tener un orden de palabras relativamente libre, el orden de las

palabras SVO (sujeto-verbo-objeto) en una oración es el más regular, aunque también el orden de

las palabras VSO (verbo-sujeto-objeto) es común. También es una lengua prodrop, esto quiere

decir que puede prescindir del uso del sujeto dentro de una oración (Bornstein et al., 2004).

De manera general, mucho se ha debatido respecto al rol que pueden tener estas dos categorías

en el desarrollo del lenguaje y se han planteado hipótesis que intentan responder la pregunta sobre

el tipo de palabras que predominan en el lenguaje de los infantes. Durante décadas, desde un punto

de vista cognoscitivista, algunos investigadores han afirmado que existe una ventaja inicial por

aprender sustantivos más fácilmente que los verbos, se trata de una característica universal del

lenguaje. Esto debido a las diferencias fundamentales entre los conceptos que subyacen al

significado de sustantivos y verbos, señalando que los conceptos de objetos (etiquetados por

sustantivos) son perceptualmente y conceptualmente más estables, por lo tanto, más fáciles de

adquirir que los conceptos de acciones o eventos (etiquetados por verbos), que involucran

relaciones entre objetos (Gentner, 1982).

En contraste, desde posturas más provenientes de la lingüística, otros investigadores han

15
propuesto una visión diferente, en la que la ventaja nominal temprana no es

una característica universal del lenguaje, sino que la adquisición de sustantivos y verbos por parte

de los infantes refleja características del idioma particular que se aprende. A partir de estudios en

idiomas como el coreano, chino mandarín y turco donde se han reportado resultados mixtos e

incluso un sesgo a la producción de verbos, se resalta la influencia de las características

estructurales de cada lengua, así como aspectos de la socialización en la adquisición categorial y

en el desarrollo lingüístico en general (Dhillon, 2010).

Aun cuando actualmente se concibe al desarrollo lingüístico como una coparticipación entre el

organismo y el entorno donde se encuentra inmerso, no es del todo claro como convergen estos

elementos en el aprendizaje de palabras de las distintas categorías léxicas. Por ello, para tener una

mejor aproximación a lo propuesto por cada una de las posturas se desarrollarán con más detalle,

comenzando con el enfoque cognoscitivista.

Capítulo 2. Enfoques sobre el desarrollo lingüístico y la predominancia de sustantivos y

verbos

El enfoque cognoscitivista.
Diversas investigaciones han señalado una tendencia en los infantes a aprender nombres de

objetos antes que otra clase de palabras, siendo los sustantivos el componente principal del

vocabulario infantil. Dicha tendencia ha sido descrita por diversos autores en idiomas como inglés,

francés, holandés, alemán, italiano, español, hebreo, japonés, e incluso en idiomas autóctonos

como el kaluli, perteneciente a Nueva Guinea, y el navajo, perteneciente a América del Norte

(Gentner & Boroditsky, 2009).

La primera en proponer una explicación a dicho fenómeno fue la línea cognoscitivista, quien
16
denominó al predominio del uso de los sustantivos en el léxico temprano como tendencia al

sustantivo o sesgo nominal, que se refiere a un sesgo favorecedor de la producción de sustantivos

sobre cualquier otro tipo de palabras (De la Vega, 2013). Basándose en estas observaciones se

planteó la hipótesis de las restricciones cognoscitivas (Gentner, 1982), que destaca que el

aprendizaje de sustantivos predomina sobre los verbos porque está mediado por ciertas

predisposiciones cognitivas del ser humano para aprender fácilmente palabras que codifican

contenidos con referentes concretos.

Propone que ciertos principios operativos se manifiestan como mecanismos de procesamiento,

organización y almacenamiento de información, y son condición necesaria para el desarrollo del

lenguaje. Entonces, los sustantivos se adquieren antes que los verbos debido a una diferencia en la

complejidad del tipo de significado que codifican ambos términos; por ejemplo, el verbo dar pone

en relación tres elementos (el agente, el objeto y el receptor). Además, los verbos ponen en relación

nociones abstractas que no están situadas en el mundo concreto, tales como causa o posesión

(Rengifo, 2015).

Entonces, los objetos y las entidades concretas son más fáciles de individualizar en el mundo

ya que existe una distinción perceptual-conceptual entre ambas categorías. Mientras que la

categoría de los verbos codifica conceptos de actividad, cambio de estado o relaciones causales;

la categoría de los nombres es conceptualmente más simple o más básica que otros términos

predicativos debido a que los referentes de los sustantivos suelen ser más concretos (personas u

objetos) y más tangibles, además, dado que el referente verbal (evento o acción) es temporalmente

transitorio, se convierte en una tarea más compleja de procesar en términos cognitivos (Sandhofer,

Smith & Luo 2000; Reginfo, 2015).

17
De forma complementaria, también se ha atribuido a la ventaja nominal temprana los diferentes

requisitos lingüísticos que subyacen al aprendizaje de sustantivos y verbos. Debido a que el

significado de un verbo depende de los argumentos, es decir, de sustantivos, los infantes podrían

necesitar establecer un repertorio de sustantivos antes de poder aprender fácilmente los verbos. Por

ejemplo, para descubrir el significado del verbo dar es necesario identificar primero los objetos

relevantes que participan (agente, receptor), además, debe identificar una relación específica entre

los elementos (Waxman et al., 2014).

Siguiendo esta perspectiva, un ejemplo de análisis interlingüístico es el estudio de Bornstein et

al., (2004) quienes investigaron la composición del vocabulario de infantes en 7 idiomas

distintos: español, holandés, francés, hebreo, italiano, coreano e inglés. Las participantes

fueron las madres de 269 niños de 20 meses de edad, monolingües de su lengua natal,

quienes contestaron reportes parentales sobre el vocabulario de sus hijos.

El reporte categorizaba las palabras como sustantivos, verbos, adjetivos y palabras de clase

cerrada (para todas las demás categorías). Estos idiomas fueron seleccionados ya que varían entre

sí según las dimensiones de la morfología (la estructura de las palabras y los elementos que las

constituyen), la saliencia (posición de la palabras en las expresiones), la frecuencia (número de

veces que son utilizadas determinadas palabras en el vocabulario de los adultos) y la pragmática

(forma en que se ajusta el discurso al interlocutor con fines comunicativos); cabe señalar que estos

criterios han sido implicados en la explicación de las similitudes y diferencias en la adquisición

lexical de los infantes (Bornstein et al., 2004).

En el análisis se observó que las madres informaron de manera consistente que sus hijos decían

más sustantivos que verbos en cada uno de los 7 idiomas, y que cada categoría de palabra estaba

18
correlacionada positivamente con la misma categoría de palabra de los otros idiomas. Esto sugiere

que independientemente de la estructura de la lengua, los sustantivos asumen un lugar prominente

en el vocabulario infantil (Bornstein et al., 2004).

Los hallazgos de Bornstein et al., (2004) son consistentes con otros estudios anteriores como el

realizado por Gentner (1982), quien recopiló y analizó los datos provenientes de estudios no

relacionados entre sí, realizados con distintas metodologías en 7 idiomas diferentes. Los estudios

fueron realizados en infantes con un rango entre los 14 y los 29 meses de edad. Los idiomas fueron

el alemán y el japonés en donde se usaron informes retrospectivos (se pidió a los padres que

escribieran las palabras que han escuchado en el vocabulario de sus hijos), en inglés con reportes

parentales (los padres u otros cuidadores respondieron listas de vocabulario) y en los idiomas

kaluli, el chino mandarín y el turco mediante transcripciones de sesiones con los infantes.

Gentner (1982) halló consistencias en la producción de sustantivos en los idiomas estudiados,

donde la proporción de sustantivos superaba a los verbos. La producción de sustantivos osciló

entre el 50% y el 85% de la producción total. Estos hallazgos apuntan a un sesgo nominal para los

infantes aprendices de las lenguas estudiadas al no mostrar diferencias significativas entre idiomas

con distintas dimensiones estructurales.

No obstante, la mayoría de estas investigaciones fueron efectuadas a partir de reportes

parentales y no de la observación directa. Este aspecto es importante ya que los reportes parentales

aportan el conocimiento que los cuidadores tienen del léxico de los infantes, en contraste con otros

métodos como las muestras espontáneas del lenguaje, que proporcionan información acerca del

uso del léxico de los infantes (Jackson-Maldonado et al., 2009).

19
El enfoque lingüístico.
En contraste al planteamiento de la hipótesis de las restricciones cognoscitivas sobre el dominio

de la producción de sustantivos, investigaciones posteriores describieron factores más allá de los

puramente cognitivos como determinantes en el desarrollo del lenguaje ya que en lenguas como

coreano, chino mandarín, turco, teztal y tzotzil se han reportado resultados mixtos en los que se

les han llegado a atribuir, incluso, un sesgo de producción a los verbos. Sugieren que la distribución

de sustantivos y verbos en el habla infantil puede estar relacionada con propiedades estructurales

del lenguaje al que está expuesto el infante durante su desarrollo (Dhillon, 2010).

Con este fundamento se planteó la hipótesis del enfoque específico del lenguaje, la cual propone

que lo que influye de una manera determinante en el desarrollo del vocabulario temprano es el

input lingüístico. Se denomina Input lingüístico a la lengua a la que el infante está expuesto en un

contexto comunicativo, es decir, la lengua que escucha y atiende diariamente y la cual contiene

información fonética, gramática y léxica (Wong, 2005; Schwartz (1993). Entonces, tanto las

características estructurales del lenguaje que los infantes estén aprendiendo, como el conocimiento

cultural y de socialización pueden tener un efecto en la preferencia nominal o verbal (Choi &

Bowerman, 1991; B. A. Goldfield, 2000). Diversas características gramaticales y del discurso de

diferentes lenguas pueden afectar, también, la manera en que los niños perciben las palabras en la

lengua que están aprendiendo (Jackson-Maldonado et al., 2009).

Goldfield, Kay y Warren (1993) quienes destacan la influencia de los componentes

estructurales del idioma en la composición categorial del vocabulario temprano, analizaron la

producción temprana de sustantivos y verbos tanto en el habla infantil como en el habla dirigida a

niños en población angloparlante. Mencionan que el orden de los componentes de las oraciones

SVO (sujeto-verbo-objeto) influye en la percepción de los sustantivos en inglés ya que los coloca
20
en una posición saliente, señala también que los patrones interactivos entre cuidadores e infantes

favorece la preferencia nominal. De igual forma, Tardif (1996) sostiene que si los sustantivos

preceden a los verbos en la adquisición o viceversa, depende de los factores lingüísticos tales como

la posición del sustantivo o verbo dentro de una oración.

Por su parte, Brown (1998) describe que en tzetzal sustantivos y verbos emergen a la par y

posteriormente los types verbales sobrepasan a los sustantivos entre los 23 y 24 meses de edad.

Este efecto lo atribuye a la estructura misma del tztezal, que es una lengua prodrop que permite la

omisión del sujeto en las oraciones para codificarlo en el verbo, y que en la mayoría de las veces

la marca morfológica en los verbos es obligatoria. Además, la morfología de los sustantivos en

tzetzal es rica en marcadores morfológicos, lo que los coloca en un mismo nivel de complejidad

que los verbos.

Respecto a esta línea de discusión, Choi y Gopnik (1995) realizaron un estudio longitudinal en

el que analizaron el habla espontánea de nueve infantes coreanos en interacción con sus madres.

Los datos fueron recopilados de forma longitudinal de los 14 a los 22 meses de edad. Los resultados

mostraron que seis de los nueve infantes experimentaron un desarrollo más temprano de verbos

que de sustantivos; derivado de estos resultados proponen dos explicaciones.

La primera se refiere a la estructura misma del idioma coreano que permite omitir el sujeto y

objeto de la oración mientras que el verbo es obligatorio y puede cumplir la función de una oración

completa. Además, por ser el coreano una lengua en la que la estructura oracional se presenta como

SOV (sujeto-objeto-verbo), lo que permite presentar los verbos en posición saliente en el

enunciado (Choi & Gopnik 1995).

La segunda es una comparación con el idioma inglés, y resalta los distintos estilos

21
comunicativos y de interacción con los niños. Entre los cuidadores hablantes del inglés y hablantes

de coreano los autores encontraron que las madres coreanas utilizaban más verbos que sustantivos

en sus emisiones a diferencia de las madres hablantes de inglés. También encontraron que las

madres hablantes del coreano producían más enunciados orientados a la descripción de la acción

realizada “¿Qué estás haciendo?” o “pon el auto en el garaje” que las madres hablantes de inglés,

las cuales decían más enunciados orientados a producir nombres con referentes concretos “¿qué

es esto?” o “esto es una pelota” (Choi & Gopnik 1995).

Se puede destacar con base en la información interlingüística descrita que además de la

importancia de las características estructurales de la lengua, hay también una influencia importante

de la interacción entre los infantes aprendices del lenguaje y los hablantes adultos. En el caso del

español, la mayoría de las investigaciones han apoyado esta línea explicativa y se han establecido

una serie de factores específicos sobre la predominancia nominal infantil en este idioma.

Capítulo 3. Influencia del Input durante la interacción diádica en español

Se ha observado que el lenguaje de los adultos dirigido a infantes se caracteriza por adaptarse

sintáctica y semánticamente a las capacidades e intereses del niño. Los cuidadores hacen

modificaciones en el tipo de lenguaje que utilizan al hablar a los infantes según el grado de

madurez lingüística que éstos manifiesten. Según maduran los infantes, los cuidadores van

haciendo más complejas las sintaxis, amplían el vocabulario que utilizan, y aumenta la longitud

de sus enunciados a medida que mejora la calidad de la frase infantil (Acuña & Sentis, 2004).

Las características del lenguaje de los cuidadores dirigido al infante son muy llamativas y se

producen sobre todo en situaciones de interacción diádica, en los momentos precisos en que un

22
adulto, generalmente la madre, y el infante constituyen una auténtica pareja de interlocutores, esto

suele ocurrir cuando ambos interactúan alrededor de una tarea conjunta. Las propiedades

especiales del lenguaje de los cuidadores juegan un papel esencial en la adquisición del lenguaje

infantil, además de facilitar la comunicación al infante y con el infante, realizan esta función

educativa de manera no deliberada o intencional (Del Río & Gràcia, 1996).

Un ejemplo de esto es la investigación realizada por De la Vega (2013) quien, considerando los

estilos comunicativos dirigidos a infantes, analizó la producción de sustantivos y verbos en

infantes hispanohablantes de 16 a 36 meses de edad, para ello, realizó una comparación entre

infantes que acudían a guarderías particulares e infantes que acudían a guarderías públicas. En sus

resultados observó que los infantes de manera general produjeron más sustantivos que verbos y

hubo aumentos graduales en sus respectivas categorías conforme aumentaba la edad.

La influencia del input destaca cuando se realizaron comparaciones entre los grupos de

guardería particular y guardería pública, siendo beneficiados los infantes pertenecientes al primer

grupo teniendo aumentos de producción mayores que los infantes del segundo grupo. Esto debido

a la influencia de los estilos comunicativos de las educadoras, quienes en guarderías particulares

procuraban estimular la participación de todos los niños y tener una comunicación más individual

con cada infante, mientras que en las guarderías públicas se caracterizaba por una atención dispersa

por parte de las educadoras a las necesidades de los infantes y a una estimulación limitada (De la

Vega, 2013). Con estas observaciones la autora concluye que la influencia del input lingüístico es

determinante en el desarrollo del vocabulario de los infantes

Un análisis más específico sobre la producción de sustantivos y verbos fue el realizado por

Casart e Iribarren (2007) quienes con la finalidad de identificar si hay influencia en relación a la

23
composición del vocabulario de los cuidadores dirigido a infantes sobre el desarrollo del lenguaje,

analizaron la proporción de producción de sustantivos y verbos en el habla de infantes y cuidadores

hispanohablantes en tres corpus de habla espontánea obtenidas de la base de datos del proyecto

CHILDES. Se trató de tres casos longitudinales, los tres infantes participantes tenían 21 meses al

comienzo de las mediciones, una segunda medición a los entre los 26 y 27 meses de edad y

finalmente una tercera entre los 33 y 37 meses de edad. Cabe mencionar que los registros del habla

fueron realizados en escenarios diversos como sesiones de juego o rutinas diarias en el hogar.

El análisis de la frecuencia de producción de sustantivos y verbos mostró que el vocabulario de

los infantes a los 21 meses estaba compuesto por un predominio en la proporción de sustantivos

sobre los verbos, en cambio, entre los 26 y 27 meses los niños produjeron un número mayor de

verbos que de sustantivos; finalmente, entre los 33 y 37 meses la proporción de sustantivos y

verbos variaban en cada niño, dos de los tres casos tenían una mayor producción de sustantivos

mientras uno tenía una predominancia en verbos (Casart & Iribarren, 2007).

Por otro lado, la producción de los cuidadores, en los tres casos, mostró un predominio

constante de los verbos sobre los sustantivos. Considerando la producción total de sustantivos y

verbos como el 100% de las emisiones analizadas, las frecuencias totales mostraron que en la

variable type (ocurrencias o palabras diferentes entre sí) los verbos representaban el 72.5% de la

producción mientras que los sustantivos 27.5%. Respecto a la producción token (total de palabras

emitidas sin importar que se repitan o no) los verbos representaron el 64% mientras que los

sustantivos el 36% (Casart & Iribarren, 2007).

Casart e Iribarren (2007) concluyen que el predominio inicial de sustantivos o verbos en los

infantes parece ser independiente del input ya que los cuidadores siempre producen más verbos.

24
Explican que las variaciones en la predominancia entre sustantivos y verbos pueden estar

relacionadas con las características estructurales del español. Sin embargo, estos resultados

podrían deberse, más bien a una cuestión metodológica ya que las muestras pertenecen a tres líneas

de investigación no vinculadas entre sí.

Retomando las diferencias de producción de sustantivos y verbos entre infantes y cuidadores,

Jackson-Maldonado et al. (2009) analizó la función comunicativa en las emisiones de la madre,

así como la cantidad de verbos y sustantivos de los cuidadores, para ver si se relacionaban con las

de los infantes.

Comparó las funciones comunicativas del habla materna en 45 diadas infante-madre

pertenecientes a diferentes contextos socio-demográficos y culturales. La investigación se realizó

en infantes de 28 meses de edad, 22 monolingües hispanohablantes (residentes de México) y en

23 infantes hispanohablantes pero que estaban considerablemente expuestos al inglés (residentes

de California, Estados Unidos). Los registros del habla se obtuvieron mientras las madres jugaban

con los infantes usando diversos juguetes tales como: una granja con animales, una casa con

muñecos y muebles, comida y herramientas (Jackson-Maldonado et al., 2009).

No hubo diferencias significativas entre los residentes de México y los residentes de Estados

Unidos respecto a la función comunicativa del habla materna ni en la producción de sustantivos y

verbos. El análisis general de la función comunicativa mostró que las madres usaban más

emisiones para guiar la actividad de sus hijos que en funciones mostrativas (que describían sus

actos o en nombrar objetos). Por otro lado, cuando solicitaban una respuesta verbal, las madres

solicitaban que los niños nombraran objetos y rara vez les pedían que se expresaran respecto de

una actividad. Cuando el objetivo era la producción de palabras, ésta se enfocaba hacia la

25
producción de un sustantivo, mientras que la petición de actividades implicaba respuestas no

verbales (Jackson-Maldonado et al., 2009).

Sobre la relación entre verbos y sustantivos en el lenguaje dirigido a los infantes, el hallazgo

principal es que las madres usaron más verbos y los niños usaron más sustantivos. Esto se podría

explicar porque las madres generalmente solicitan más respuestas de sustantivo que de verbo,

locación u otras funciones. En la estructura de las preguntas de las madres, necesariamente habría

un verbo, pero no solicitaban la producción de un verbo y las respuestas de los niños contenían

principalmente sustantivos porque la información verbal ya estaba incluida en la pregunta, por

ejemplo:

e.g.: Mamá: ¿qué quieres comer?; Infante: huevo.

Las madres usaban regularmente preguntas (como la ejemplificada anteriormente) que no

presentan un sustantivo, en cambio, las respuestas sí requieren un sustantivo, salvo cuando se pide

que nombre una acción. Entonces, en español la estructura lingüística de las madres se caracteriza

por un alto porcentaje de verbos porque casi siempre son obligatorios (Jackson-Maldonado et al.,

2009).

Los hallazgos de Jackson-Maldonado, son consistentes con los descritos por Goldfield (2000)

quien observó a infantes de 20 meses en juegos con materiales lúdicos con sus madres. Describe

que en el habla materna los verbos son usados por los cuidadores y comprendidos por los infantes

en contextos que se centran en dirigir la conducta del infante más que en solicitar respuestas

verbales. Cuando las madres incitaban a los infantes a producir verbos pocas veces emitían

respuesta verbal, pero realizaban las acciones demandantes, lo que sugiere que desde etapas

tempranas los niños comprenden más verbos de los que producen.

26
Posteriormente Reginfo (2015) descarta que ciertos aspectos estructurales del español pudieran

tener influencia en la preferencia nominal infantil. Realizó un estudio longitudinal donde recopiló

actos de habla espontánea en diversos escenarios naturales de la convivencia de un infante con sus

cuidadores. Las recopilaciones fueron periódicas entre los 18 y los 24 meses de edad y analizó los

siguientes aspectos: la frecuencia de producción de sustantivos y verbos de cuidadores e infantes;

la frecuencia de los enunciados con sustantivo o verbo en posición final o prominente de los

cuidadores; y la frecuencia de enunciados de los cuidadores que incitaban a la producción verbal

de sustantivos o verbos.

Los resultados mostraron que el infante tuvo una producción de sustantivos mayor que de

verbos en types y tokens durante el lapso evaluado, mientras que, en cuidadores sólo la producción

token de sustantivos fue mayor que la producción de verbos ya que los verbos type tuvieron un

notable predominio sobre los sustantivos. Así mismo no hubo correspondencia entre el elemento

que ocupa la posición final en los enunciados del input y la preferencia infantil por la producción

de sustantivos. Finalmente, los enunciados adultos que incitan a la producción de sustantivos

tuvieron un mayor porcentaje que aquellos que incitaban a la producción de verbos (Reginfo,

2015).

La autora concluye que, ni la frecuencia de producción del input, ni la posición perceptualmente

prominente que ocupan los elementos lingüísticos en una oración tienen relación directa con la

producción infantil de sustantivos, lo que determina esta preferencia es cierto conjunto de patrones

interactivos entre los adultos y los infantes, que se pueden identificar en las emisiones que los

adultos utilizan para dirigir la atención del infante hacia los objetos de alrededor. Reginfo (2015)

explica estas observaciones recurriendo a la teoría basada en el uso de Tomasello (2001), en la que

27
el infante aprende el lenguaje no como un conjunto de reglas formales sino por medio de la

percepción y comprensión de las intenciones de los adultos. Sugiere que el infante en etapas

tempranas sólo puede acceder a los usos concretos de la comunicación lingüística, por lo que el

aprendizaje imitativo cultural será más importante en el desarrollo del lenguaje en las primeras

etapas de lo que normalmente se cree. Entonces, lo que el input aporta al infante, y que éste adopta

para sus propias emisiones lingüísticas, es el uso de las emisiones en determinados contextos.

Retomando la información de las investigaciones realizadas en español, la preferencia nominal

infantil parece estar influenciada principalmente por aquellos actos comunicativos de los

cuidadores en donde solicitan a los infantes nombrar sustantivos antes que cualquier otro tipo de

palabra. No obstante, en investigaciones que usan escenarios de juego o interacción libre, los

resultados podrían no reflejar el significado asignado a una palabra o la facilidad con fueron

adquiridos los verbos o los sustantivos, sino la forma en que responden los infantes al habla que

se les dirige en un contexto específico (Jackson-Maldonado, 2009; Waxman, 2015). Así mismo,

Tardif y Gelman (1998) mencionan que el contexto tiene un amplio efecto en la producción

lingüista infantil. Estas consideraciones son importantes, ya que este tipo de observaciones dejan

en segundo plano aquellos factores observados en la investigación interlingüística, principalmente

aquellos de la línea cognoscitivista, por lo que es importante optar por otras alternativas

metodológicas que permitan describir las capacidades lingüísticas del infante.

Se ha comparado el juego con material lúdico con la lectura de libros y se ha encontrado que el

habla materna durante la lectura de libros es estructuralmente más compleja, las madres utilizan

una mayor diversidad léxica y mayor tasa de producción verbal, e incluye un mayor número de

preguntas que generan verbalizaciones por parte de los infantes, frecuencia de preguntas, de

28
etiquetado y una menor frecuencia directiva y del discurso regulador social (Álvarez, 2006; Hoff-

Ginsberg 1991; Wiley, Shore & Dixon, 1989). A su vez, el habla materna durante las interacciones

de lectura de libros contiene una mayor frecuencia de predictores positivos del desarrollo del

lenguaje que en otros contextos como el juego libre, hora de la comida, las interacciones del

cuidado, y momentos en que las madres se ocupan de labores domésticas. (O’Brien y Nagle, 1987).

Un ejemplo reciente de investigación en lectura conjunta es la de Valdés (2015) quien con el

objetivo de estudiar la relación que tiene la producción verbal de los padres sobre la producción

léxica infantil, analizó la producción verbal de 30 díadas cuidador-infante durante una tarea de

lectura conjunta. El estudio se realizó con infantes de 30 meses de edad y sus padres, a quienes se

solicitaba leyeran de forma conjunta el libro A boy, a dog and a frog escrito por (Mayer, 1967).

Realizó un análisis de la producción verbal de infantes y cuidadores para conocer la variedad

de las palabras producidas (type) y el número total de palabras emitidas (token). Dichas medidas

pueden considerarse como indicadores de contenido; una mayor proporción de palabras diferentes

entre sí (types) implicaría una mayor cantidad de información y, por ende, una mayor riqueza de

contenido (Alva, 2004).

De manera general, mostró mediante un análisis de correlación de Pearson, una relación positiva

en la cantidad de palabras y amplitud de vocabulario que usa el cuidador con las que produce el

infante, tanto en la medida type como token. Por lo que propone que la producción verbal de los

infantes se deriva de la producción verbal generada por el cuidador principal, considerando como

como un reflejo del aprendizaje el lenguaje producido por el infante durante la tarea de lectura

conjunta (Valdés, 2015).

En lo que respecta a sustantivos y verbos, Valdés reporta que tanto infantes como cuidadores

29
produjeron más verbos respecto a la medida type; los cuidadores produjeron una media de 30.16

sustantivos y 88.56 verbos y los infantes una media de 8.66 sustantivos y 11 verbos. En la medida

token los cuidadores produjeron una media de 127.76 sustantivos y 208.46 verbos, mientras que

los infantes produjeron una media de 21.96 sustantivos y 19.5 verbos. Pese a que no realizó análisis

comparando sustantivos contra verbos, la producción de los cuidadores sí tuvo relación altamente

significativa con la producción de los infantes en las categorías sustantivo y verbo tanto en la

variable type como token.

Con base en lo expuesto por Valdés, (2015) se optó por la lectura conjunta como una

herramienta que permitió analizar los cambios en el lenguaje productivo de los infantes durante su

desarrollo y a su vez, identificar los cambios en la estructura del input y su influencia en el

desarrollo de los infantes mediante el análisis de las categorías sustantivo y verbo. Esto sustentado

en las correlaciones documentadas en las categorías gramaticales de interés, así como capacidad

predictora del vocabulario de los infantes en relación a la producción léxica de los cuidadores

realizadas en esta tarea.

En conclusión, los aportes teóricos revisados nos permiten entender que, en general, el

desarrollo del lenguaje está mediado por el desarrollo cognitivo de los infantes e influenciado por

el input. En español se ha descrito hasta los 36 meses una estructura léxica infantil

predominantemente compuesta por sustantivos, mientras que el input se compone principalmente

por verbos. Las explicaciones a dicho efecto apuntan a aspectos principalmente interaccionales

debido a los estilos directivos de los cuidadores que incitan a los infantes a producir sustantivos,

sin embargo, estos análisis de producción lingüística podrían no ser un indicador suficiente para

comprender si este tipo de respuestas son un reflejo del aprendizaje de palabras, lo que limita la

30
discusión sobre el papel de los factores lingüísticos y cognoscitivos.

Aunado a esto, aún no es claro hasta qué punto del desarrollo los infantes mantienen la

preferencia nominal, ya que se espera que la producción léxica eventualmente se incline hacia los

verbos por ser la estructura normalmente mostrada por los hablantes adultos en español. En la

presente investigación se espera que, dada la edad de los infantes participantes que es posterior a

la explosión del vocabulario, los verbos comiencen a predominar sobre los sustantivos.

Por otra parte, se ha descrito ya la influencia de los cuidadores en el lenguaje productivo de los

infantes, pero aún no es claro si la misma estructura léxica de los cuidadores presenta cambios

conforme a la edad de los infantes más allá de la descrita predominancia de verbos en su

vocabulario productivo, encontrar tales diferencias puede ayudar a comprender los cambios en la

información lingüística que recibe el infante, y por ende, los cambios en el lenguaje productivo de

los infantes durante el desarrollo. Así mismo se espera que conforme aumenta la edad, la brecha

en la proporción de sustantivos y verbos entre infantes y cuidadores disminuya de forma gradual.

En síntesis, debido a la falta de información en español que permita analizar la convergencia de

aspectos cognitivos y lingüísticos sobre el aprendizaje de sustantivos y verbos, así como de los

cambios estructurales del input y de las diferencias de producción entre infantes y cuidadores en

escenarios de interacción; el objetivo general de la presente investigación fue estudiar los cambios

en el lenguaje productivo de infantes de 30, 36, 42 y 48 meses, mediante un análisis longitudinal

de producción de sustantivos y verbos, así como las diferencias de producción con el input

lingüístico de los cuidadores con quienes participaron en interacción diádica.

Siendo el primer objetivo específico identificar si existen diferencias de producción de

sustantivos y verbos entre infantes de 30, 36, 42 y 48 meses durante una tarea de lectura conjunta.

31
El segundo objetivo fue identificar si existen diferencias en cuanto a la producción de

sustantivos y verbos entre los cuidadores de infantes de 30, 36, 42 y 48 meses durante una tarea

de lectura conjunta.

Finalmente, el tercer objetivo fue analizar si existen diferencias en la proporción de producción

de sustantivos y verbos entre el vocabulario de infantes de 30, 36, 42 y 48 meses y de sus

cuidadores en una tarea de lectura conjunta.

Capítulo 4. Método

Muestra

Se utilizó un diseño longitudinal con cohortes cada 6 meses. La muestra estuvo constituida por

un total de 120 díadas conformadas cada una por un cuidador principal y un infante. Las

mediciones se realizaron en 4 grupos de 30 infantes de 30 meses ( ̅ = 29.98 , = .58, rango

29.23 – 30.12), 36 meses ( ̅ = 36.13 , = .36, rango 35.21 – 36.24), 42 meses ( ̅ =

42.33, = .56, rango 41.20 – 42.11) y 48 meses ( ̅ = 48.33 , = 1.00, rango 47.19 –

48.12).

Se consideró en la muestra a infantes mexicanos cuya lengua materna fuera el español, nacidos

a término y que tuvieran un desarrollo típico, es decir, que no hayan presentado problemas de alto

riesgo de tipo prenatal, perinatal o postnatal; sin problemas auditivos, visuales ni de tipo

neurológico. Además, se consideró que los cuidadores de los infantes participantes fueran

hispanohablantes mexicanos nativos. Todos los criterios anteriormente mencionados fueron

reportados por la madre, el padre o el cuidador del infante.

Se invitó a los participantes del presente estudio a asistir al Laboratorio de Infantes por medio

32
de carteles colocados en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, el Metrobús de la Ciudad de

México y en la GACETA de la UNAM, así como, por medio de visitas al Museo de las Ciencias

UNIVERSUM. De esta manera, los padres, madres, o cuidadores de infantes interesados en

participar, brindaron información de cómo contactarlos (números telefónicos o correo electrónico)

para posteriormente concertar una cita y acudir al laboratorio voluntariamente con el infante.

Escenario

La actividad de lectura conjunta se realizó en un espacio acondicionado para la estancia del

cuidador e infante durante su participación en el Laboratorio de Infantes de la Facultad de

Psicología de la UNAM, dicho espacio mide 4.0 x 3.0 metros y cuenta con una mesa circular de

1.45 metros de diámetro y dos sillas acomodadas lado a lado que permitía la interacción de las

díadas. Además, el espacio contó con juguetes con los cuales el infante tuvo la oportunidad de

interactuar para familiarizarse con el lugar y con el investigador. Se colocó una videocámara, la

cual estuvo ubicada en un soporte frente a los participantes con la lente orientada hacia ellos sobre

un soporte fijo a la pared a una altura de 1.60 metros del piso y a 1.90 metros de distancia de la

diada, de manera que se pudo captar la imagen y audio de los participantes.

Medidas

Se utilizó la palabra como unidad de análisis bajo los criterios definidos por Alva y Hernández

(2001), en la que se consideraron como palabras independientes, cada una de las variaciones que

emplearon los infantes haciendo diferencias de una misma raíz con variantes de género, número y

tiempo. Bajo el supuesto que, los infantes exhiben sus habilidades como hablantes de una lengua

33
cuando se consideran todas las variaciones que ellos pueden hacer de una misma palabra.

Con el fin de analizar el vocabulario se utilizaron las medidas type y token. La medida type se

refiere a las palabras no redundantes (diferentes entre sí) que juntas generan la amplitud del

vocabulario, mientras que la medida token se refiere a las palabras redundantes, es decir el total de

palabras emitidas por un individuo sin importar si se repiten, que sumadas conforman el

vocabulario de redundancia (Alva, 2004).

La medidas de producción verbal, es decir, el número de palabras emitidas, se codificaron con

base en las categorías gramaticales descritas por Alva (2004), las cuales toman en cuenta los

diferentes sentidos o significados que puede tener una palabras según el contexto en el que sean

producidas, dichas categorías se refieren a verbos, sustantivos, adjetivos, interjecciones,

adverbios, artículos, pronombres, preposiciones, y conjunciones. Para poder consultar la

definición de todas las categorías gramaticales, así como ejemplos de las mismas dirigirse al

Apéndice A del documento.

Para el análisis de proporción de producción se ponderó con base en la producción individual

de la categoría sustantivo y de la categoría verbo dividiéndola entre el total individual de cada

variable type/token, obteniendo así la proporción individual por categoría de cada sujeto.

Instrumentos y Materiales

Con el fin de recabar los datos de los participantes se utilizó un cuestionario sociodemográfico

(Alva & Arboleda, 1992), para obtener información tal como la fecha de nacimiento del infante,

problemas al nacer, antecedentes de enfermedades graves o problemas de audición o visión, si el

infante acude a la escuela, tiempo de asistencia y si le hablan en otro idioma, quién es el principal

34
cuidador con el que el infante pasa más tiempo, así como grado de escolaridad, ocupación actual

y edad del padre, la madre. Para la videograbación de la lectura conjunta se utilizó una cámara

digital Canon Vixia HF M40, la cual se instaló en el escenario experimental antes de cada una de

las visitas de los participantes.

Se empleó un libro por edad que se proporcionó a la díada para la realización de una tarea de

lectura conjunta. Los libros, su asignación por edad y una breve descripción de contenido se

muestran en la Tabla 1.

Tabla 1. Libros presentados a las díadas.

Grupo Libro Páginas Descripción del contenido

30 A boy, a dog, and a frog 30 Un niño y su perro van caminando en el


meses (Mayer, 1967). pantano. Encuentran una rana en el agua.
¿Pueden usar una red para atraparla?

36 Frog, where are you? 29 La rana está desaparecida y el niño no la ve en


meses (Mayer, 1969). ninguna parte. ¿Puede el niño y su perro
encontrar a su nueva amiga?

42 One frog too many 28 Un niño, su perro y su rana abren un misterioso


meses (Mayer & Mayer, regalo sorpresa ¿La vieja rana será agradable
1975). con la nueva rana?

48 Frog on his own 30 Un niño, su perro y su rana pasean por el


meses (Mayer, 1973). parque. La rana se separa para explorar.
¿Podrán encontrar a su amiga?

Los títulos mencionados forman parte de una serie de libros para niños creados por Mercer

Mayer, los cuales carecen de contenido alfabético y presentan una secuencia de imágenes en un

rango de 28 a 30 páginas que tratan generalmente de las aventuras de un niño con sus amigos

animales. Estos libros de ficción constan de una serie de láminas ilustradas y sin palabras, cuya

trama involucra a un niño, un perro y una rana en las diversas aventuras que tienen. Las láminas

35
presentan una secuencia de eventos, con un cierto predominio de acciones simultáneas e imágenes

difusas. Esta complejidad visual obliga a establecer relaciones léxicas, con especial atención a los

personajes y a la secuencia de los acontecimientos (Acosta, Moreno, & Axpe, 2014).

Procedimiento

Una vez recabada la información otorgada por los cuidadores para el contacto con el

Laboratorio de Infantes se les llamó por teléfono o contactó vía correo electrónico para poder

agendar una cita. Previo a su llegada, se colocó una cámara en el soporte y se preparó el libro

correspondiente con la edad del participante. Al inicio de su visita se le informó al cuidador del

infante en qué consistiría su participación, la cual requería ser grabada en audio y vídeo, por esta

razón se solicitó a los cuidadores firmar un consentimiento en el que se les informaba que toda la

información recabada sería manejada de forma confidencial, sin acceso a terceros y únicamente

para los objetivos del estudio y en el que accedían ser grabados junto con el infante. Posterior a

esto, el investigador solicitó al cuidador responder un cuestionario sociodemográfico (Alva &

Arboleda, 1992) con el fin de obtener datos que fueron utilizados para fines de inclusión o

exclusión de la muestra.

Una vez obtenida la información general de ambos participantes, el investigador proporcionó

verbalmente al cuidador la instrucción siguiente para realizar la tarea: “Le proporcionaremos un

libro ilustrado que no contiene palabras, por favor narre a su hijo/a una historia con base en los

dibujos del libro y cuando haya terminado de contarle la historia, dé el libro a él/ella y pídale que

le cuente la historia a usted. Cuando terminen de contar ambas historias, por favor abra la puerta

del cubículo en señal de que han terminado.” Inmediatamente después de esto, el investigador

36
facilitó el libro antes citado, encendió la cámara para comenzar la grabación y salió de la habitación

cerrando la puerta del cubículo.

Durante la participación de las díadas, se mantuvo la puerta del cubículo cerrada, así como

factores óptimos para el desarrollo del estudio, tales como la ausencia durante el estudio del

investigador, el cual únicamente accedió al cubículo para recabar los datos sociodemográficos,

proporcionar el libro, encender o detener la grabación de la videocámara y brindar la instrucción

propia de este estudio al cuidador, todo lo anterior, con el fin de no distraer ni influir en el

desempeño de la díada. Si por alguna razón los participantes deseaban salir de la habitación o el

infante comenzaba a llorar o a negarse a participar en la tarea, la videograbación se detenía y la

sesión de lectura conjunta se daba por concluida.

Cuando la díada terminaba la actividad el cuidador abría la puerta de la habitación en señal de

haber concluido para que el investigador entrara al cuarto y detuviera la videograbación. Para

finalizar la visita, el experimentador agradeció la colaboración de los participantes y se

proporcionan algunos folletos al cuidador que contenían información acerca de la etapa de

desarrollo en la que el infante se encuentra, así como un obsequio para el infante por haber

participado en la investigación, (un vaso entrenador, una playera o una pelota).

Una vez obtenido el vídeo, se realizó la transcripción y codificación de las emisiones verbales

para el análisis de la producción de verbos y sustantivos. Los corpora del habla obtenidos se

trabajaron en una base de datos en las que el investigador realizó la transcripción completa de las

grabaciones obtenidas para la contabilización de las emisiones verbales de los participantes, en la

cual se registraron todas y cada una de las palabras emitidas. En caso de que el investigador haya

encontrado una dificultad para transcribir alguna palabra que sea poco comprensible, se apoyó en

37
otros tres investigadores expertos en lenguaje para dilucidar e identificar la palabra emitida de

acuerdo al contexto, en caso de que no se llegue a un acuerdo entre expertos, esta fue categorizada

como ininteligible. Una vez realizada la transcripción, el total de las palabras emitidas fueron

agrupadas en 9 categorías gramaticales (sustantivo, verbo, adjetivo, adjetivo, adverbio, pronombre,

preposición, conjunción e interjección) de acuerdo a lo descrito por Alva (2004).

Capítulo 5. Resultados

Los datos se analizaron a partir de la clasificación funcional de cada palabra emitida en una de

las nueve categorías gramaticales por medio de la variable token y la variable type. De las nueve

categorías gramaticales, las que fueron de interés central en este trabajo son los sustantivos y los

verbos, pero para tener un panorama completo de su predominancia las 7 categorías gramaticales

restantes (adjetivo, artículo, adverbio, pronombre, preposición, conjunción e interjección) fueron

agrupadas en la categoría otros. A continuación, se reporta la estadística descriptiva de los datos

obtenidos.

En la Figura 1 se representan por variable type y variable token los porcentajes de sustantivos,

verbos y otros a partir de la suma total de palabras emitidas por los infantes en los 4 grupos de

edad. Es notable la predominancia de sustantivos y verbos, sobre todo en la variable type

representando en conjunto el 52.45% del total de las emisiones, mientras que en la variable token

ambas categorías representan menos de la mitad de las emisiones totales con el 36.25%. Sobre la

distinción sustantivo-verbo tanto para types como para tokens los verbos son predominantes siendo

en la variable type el 31.85% sobre el 20.06% de sustantivos, mientras que en la variable token los

verbos predominan con el 19.83% sobre el 16.42% de sustantivos.

38
Type Token

20.06 16.42

48.09
63.75 19.83
31.85

Sustantivos Verbos Otros Sustantivos Verbos Otros

Figura 1. Porcentajes de producción de sustantivos, verbos y otros en las variables type/token por
parte de los infantes durante la tarea de lectura conjunta.

En la Figura 2 se representan de forma similar a la figura anterior los porcentajes de producción

de sustantivos, verbos y otros a partir de la suma total de las palabras emitidas por los cuidadores.

En conjunto, sustantivos y verbos son predominantes en la medida type el 59.66%, mientras que

en la medida token ambos representan menos de la mitad de la producción total con el 38.02%. En

la distición sustantivo-verbo éstos últimos tienen una predominancia muy amplia en la variable

type siendo el 42.43% sobre el 17.23% de los sustantivos, mientras que en la variable token la

predominancia de verbos es menos notable con el 22.34% sobre el 15.68% de sustantivos.

39
Type Token

17.23 15.68

40.34
61.98 22.34
42.43

Sustantivos Verbos Otros Sustantivos Verbos Otros

Figura 2. Porcentajes de producción de sustantivos, verbos y otros en las variables type/token por
parte de los cuidadores durante la tarea de lectura conjunta.

Para poder realizar los análisis de los propósitos planteados, se obtuvieron las medias de

producción en las categorías de interés. En la tabla 2 se muestran la media y desviación estándar

de la producción de sustantivos y verbos, que tanto infantes como cuidadores tuvieron en las

variables type/token por categoría gramatical y por grupo de edad durante la tarea de lectura

conjunta.

Tabla 2. Medias de producción de sustantivos y verbos por infantes y cuidadores.

Edad Medida Infantes Cuidadores


Sustantivo Verbo Sustantivo Verbo
30 Type 7.93 (3.59) 9.20 (5.68) 28.10 (6.65) 84.70 (26.04)
meses (DE)
Token 19.40 (8.66) 15.67 (9.74) 111.23 (27.41) 165.07 (60.33)
(DE)
36 Type 14.43 (5.64) 21.70 (7.21) 46.43 (16.71) 103.37 (35.81)
meses (DE)
Token 30.67 (10.89) 39.90 (15.30) 143.10 (48.42) 205.03 (76.68)
(DE)
42 Type 14.33 (5.18) 28.23 (10.00) 35.77 (9.24) 100.43 (32.40)
meses (DE)
Token 32.30 (15.28) 42.27 (20.93 122.53 (42.92) 186.87 (78.88)
(DE)

40
48 Type 23.33 (8.9) 36.20 (13.51) 52.63 (13.51) 122.83 (25.82)
meses (DE)
Token 47.30 (21.56) 53.77 (23.37) 147.03 (39.22) 189.10 (50.74)
(DE)
Media de producción; DE desviación estándar.

Sobre los datos obtenidos se aplicó la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk en las categorías

de interés principal: sustantivo y verbo en las variables type y token. Los resultados mostraron que

para los cuidadores sólo el grupo de 36 meses no tuvo una distribución normal en las variables,

mientras que en el grupo de 42 meses la única categoría que no presentó una distribución normal

fue sustantivo type. Con base en los resultados de la prueba de normalidad se optó por realizar

análisis paramétricos.

Producción de sustantivos y verbos por infantes

Para cumplir con el primer propósito específico el cual fue identificar si existen diferencias de

producción de sustantivos y verbos en infantes en los grupos de edad de 30, 36, 42 y 48 meses, se

realizaron análisis de varianza de un factor.

En la Figura 3 se representan de forma conjunta las medias de producción de infantes de los

sustantivos type y token. Los resultados en la variable type para los sustantivos muestra que existen

diferencias en la producción de acuerdo a la edad [F (3,116) = 33.927; p=.001]. Se aplicó la prueba

post hoc de Bonferroni para analizar las diferencias entre las medias de producción verbal entre

los infantes de los grupos de edad 30, 36, 42 y 48 meses, los resultados muestran que hubo

diferencias estadísticamente significativas entre las medias de los intervalos 30-36 meses (M= -

6.520; p= .001), y 42-48 meses (M= -9.011; p= .001). Para la variable token mostró diferencias en

la producción de acuerdo a la edad [F (3) = 17.665; p= .001] la prueba post hoc Bonferroni muestra

41
que los intervalos 30-36 meses (M= -11.211; p= .026) y 42-48 meses (M= -15.033; p= .001)

tuvieron diferencias estadísticamente significativas.

Figura 3. Diferencias de producción de sustantivos type/token en infantes.


*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Respecto a la producción de verbos, en la variable type el análisis de varianzas de un factor

mostró que existen diferencias en la producción de acuerdo a la edad [F (3,116) = 42.581; p=.001],

en la Figura 4 es posible observar el aumento de producción en los intervalos de edad, la prueba

post hoc Bonferroni muestra que los intervalos 30-36 meses (M= -12.475; p= .001), 36-42 meses

(M= -6.544; p= .056) y 42-48 meses (M= -7.967; p= .010) tuvieron diferencias estadísticamente

significativas. Para la variable token el análisis mostró diferencias en la producción de acuerdo a

la edad [F (3,116) = 25.354; p= .001], en la prueba post hoc Bonferroni sólo el intervalo 30-36

meses (M= -24.257; p=.026) tuvo diferencias estadísticamente significativas.

42
Figura 4. Diferencias de producción de verbos type/token en infantes.
†P ≤ .10, *p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Para identificar si hubo diferencias significativas entre la producción de sustantivos y verbos se

realizó una prueba t de Student para muestras relacionadas a cada grupo de edad en las variables

type y token. Como se puede observar en la Figura 5 los resultados en la variable type mostraron

que la producción de verbos comienza a ser significativamente mayor que la de sustantivos a partir

del grupo de 36 meses [t (29) = -5.768; p= .001], siendo también significativa a los 42 meses [t

(29) = -9.895; p= .001] y a los 48 meses [t (29) = -7.455; p= .001].

43
Figura 5. Diferencias de producción de infantes entre sustantivos y verbos en la variable type.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Para la variable token los resultados de las pruebas muestran que los cuatro grupos presentaron

diferencias estadísticamente significativas entre sustantivos y verbos, sin embargo (como se puede

apreciar en la Figura 6), para el grupo de 30 meses dicha diferencia favorece a la producción de

sustantivos sobre los verbos [t (29) = 2.229; p= .029], a partir del grupo de 36 meses [t (29) = -

4.127; p= .001], la producción de verbos es significativamente mayor que la de sustantivos

manteniéndose a los 42 meses [t (29) = -5.850; p=.001] y a los 48 meses [t (29) = -1.849; p= .001].

44
Figura 6. Diferencias de producción de infantes entre sustantivos y verbos en la variable token.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Producción de sustantivos y verbos por cuidadores

Para el segundo propósito el cual fue identificar si había diferencias de producción de

sustantivos y verbos de los cuidadores principales de los infantes pertenecientes a los grupos de

30, 36, 42 y 48 meses de edad, se realizaron análisis de varianza de un factor.

En la Figura 7 se representan las diferencias de producción entre los grupos de edad. En la

variable type hubo diferencias en la producción de acuerdo a la edad [ F(3,116) = 24.993; p= .001],

la prueba post hoc Bonferroni mostró diferencias significativas, siendo la más marcada en el

intervalo 30-36 meses (M= -18.326; p= .001), que en los intervalos 36-42 meses (M= 10.683; p=

.005) y 42-48 meses (M= -16.883; p= .001). Para la variable token mostró diferencias en la

producción de acuerdo a la edad [F (3,116) = 5.345; p= .002], la prueba post hoc Bonferroni mostró

una diferencia significativa sólo en el intervalo 30-36 meses (M= -31.850; p=.016).
45
Figura 7. Diferencias de producción de sustantivos type/token en cuidadores.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

En la producción de verbos el análisis de varianza de un factor mostró que en la variable type

hubo diferencias significativas de producción de acuerdo a la edad [F (3,116) = 4.459; p= .005], la

prueba post hoc Bonferroni mostró diferencias significativas en los intervalos 30-36 meses (M= -

6.520; p= .001), y en 42-48 meses (M= -9.011; p= .001). Para la variable token no se obtuvieron

diferencias significativas (ver Figura 8).

46
Figura 8. Diferencias de producción de verbos type/token en cuidadores.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Para identificar las diferencias de producción de sustantivos y verbos se realizó una prueba t de

Student para muestras relacionadas a cada grupo de edad en las variables type/token. Los

resultados de la variable type muestran que los 4 grupos presentaron diferencias estadísticamente

significativas, en la figura 9 se puede observar que en el grupo de 30 meses [ t(29) = -13.451; p=

.001], 36 meses [t (29) = -11.714; p= .001], 42 meses [t(29)= -12.893; p= .001] y, 48 meses [t(29)=

-16.252; p= .001] la producción de verbos es significativamente mayor que la de sustantivos.

47
Figura 9. Diferencias de producción de cuidadores entre sustantivos y verbos en la variable type.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Los resultados en la variable token (ver Figura 10) muestran que los 4 grupos tuvieron

diferencias estadísticamente significativas favoreciendo la producción de verbos sobre sustantivos,

el grupo de 30 meses [t (29) = -6.176; p= .001], 36 meses [t (29) = -7.373; p= .001], 42 meses [t

(29) = -6.312; p= .001] y, 48 meses [t (29) = -7.56 p= .001].

48
Figura 10. Producción de Sustantivo vs Verbo token cuidadores.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Comparación de producción de infantes vs cuidadores

Finalmente, para cumplir con el tercer propósito de la investigación el cual fue analizar si

existen diferencias en la proporción de producción de sustantivos y verbos en infantes y

cuidadores, se obtuvo la proporción de producción de sustantivos y verbos a partir del total token

y type total de cada infante y cada cuidador, posteriormente se realizó una prueba t de Student para

muestras independientes.

Respecto a la producción en la variable token, para la proporción de sustantivos sólo el grupo

de 30 meses [t (58) = 2.280; p= .026] mostró diferencias estadísticamente significativas siendo

mayor la producción de infantes en comparación de los cuidadores, en la Figura 11 es posible

observar que a los 36, 42 y 48 meses las proporciones de producción son similares.

49
Figura 11. Proporción de sustantivos token en infantes y cuidadores.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Para la producción de verbos de la variable token (ver Figura 12) los cuidadores presentaron

una proporción de producción mayor que los infantes en los grupos de 30 meses [t (58) = -5.734;

p= .001] y 48 meses [t (58) = -2.190; p= .033], y mostrando una tendencia de mayor proporción

de los cuidadores en el grupo de 36 meses [t (58) = -1.778; p= .081].

50
Figura 12. Proporción de sustantivos token en infantes y cuidadores.
†P< .10, *p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Por otra parte, los resultados de la prueba sobre la variable type muestran que los infantes en

los grupos de 30 meses [t (58) = 3.067; p= .003], 42 meses [t (58) = 2.914; p= .005] y 48 meses [t

(58) = 2.804; p= .007] tuvieron una producción significativamente mayor de sustantivos que los

cuidadores en los mismos grupos de edad (ver Figura 13).

51
Figura 13. Proporción de sustantivos type en infantes y cuidadores.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Finalmente en cuanto a la proporción de verbos type en la Figura 14 se presentan las diferencias

de producción, la prueba mostró que los cuidadores produjeron significativamente más verbos que

los infantes en los grupos de 30 meses [t (58) = -11.888; p= .001], 36 meses [t (58) = -6.247; p=

.001], 42 meses [t (58) = -5.067; p= .001] y 48 meses [t (58) = -4.171; p= .001]. Pese a que las

diferencias son significativas en los 4 grupos es posible apreciar que la brecha de producción se

reduce conforme la edad de los infantes aumenta.

52
Figura 14. Proporción de verbos type en infantes y cuidadores.
*p ≤ .05, **p ≤ .01, ***p ≤ .001.

Capítulo 6. Discusión

El objetivo general planteado en la presente tesis fue analizar los cambios en el lenguaje

productivo de infantes y cuidadores en interacción diádica durante una tarea de lectura conjunta a

partir del análisis de la producción de sustantivos y verbos. La palabra como unidad de análisis a

través de las categorías gramaticales sustantivo y verbo, permitió observar parte de los cambios en

la composición léxica infantil durante el desarrollo, así como del input lingüístico proveniente de

los cuidadores. Gracias a esto es posible discutir con más elementos acerca de la convergencia de

los posibles factores lingüísticos y cognitivos que influyen en el desarrollo del lenguaje.

Los datos descriptivos de los porcentajes de producción de las categorías gramaticales

representadas en las Figuras 1 y 2 permiten reafirmar lo establecido en investigaciones previas,

que es notable la predominancia de sustantivos y verbos, tanto en el léxico de los infantes como
53
de los cuidadores. De manera conjunta en la variable type, sustantivos y verbos representan más

de la mitad de la producción con el 51.91% en infantes y 59.66% en cuidadores, mientras que, en

la variable token representan el 36.25% en infantes y 38.20% en cuidadores. Aun cuando en la

variable token sustantivos y verbos no sobrepasan la mitad de la producción total, de manera

independiente cada una implica un porcentaje mayor a las categorías gramaticales agrupadas en la

categoría otros, que en el caso de los infantes (63.75%) y de los cuidadores (61.98%) se distribuyen

entre 7 categorías gramaticales.

El hecho de que en todas las líneas de investigación sobre el desarrollo del lenguaje, sustantivos

y verbos sean las categorías de principal producción es debido a que cumplen una función de

referencialidad, condición imprescindible en el aprendizaje de las primeras palabras (Woodward

& Markman, 1998). Ambas codifican diferentes tipos de significado, pero coinciden en que tienen

que ser enlazadas arbitrariamente a un referente real para poder ser aprendidas por los infantes,

por lo que se denominan también como palabras contenido (Alva & Hernández-Padilla, 2001).

Además, son fundamentales para el desarrollo sintáctico ya que sustantivos y verbos son los ejes

en la conformación de los sintagmas nominales y verbales, que son la base para la construcción de

oraciones simples y de gran parte de las posibles combinaciones de los elementos gramaticales en

las variaciones existentes de oraciones compuestas y subordinaciones (Owens, 2003).

Los resultados anteriores son la representación conjunta de los porcentajes de producción de

cada categoría en los grupos de 30, 36, 42 y 48 meses. Por otra parte, si se consideran las medias

de producción es posible hacer comparaciones más específicas, por ejemplo, considerando la

producción total de palabras (token), los datos obtenidos muestran que, a los 30 meses los infantes

(Figura 5) tienen una prominencia de producción de sustantivos, mientras los cuidadores (Figura

54
10) tienen una prominencia a la producción de verbos. Esta distribución de valores es similar a lo

descrito en otras investigaciones realizadas en población hispanohablante mexicana; en escenarios

naturales de interacción entre infantes y cuidadores a los 24 meses (Reginfo, 2015) y 28 meses

(Jackson-Maldonado, 2009), en escenarios naturales de interacción con otros infantes de la misma

edad hasta los 36 meses (De la Vega, 2013), además, las medias de producción en type y token se

asemejan a las descritas a los 30 meses en lectura conjunta por Valdés (2015).

La convergencia de los resultados de la presente investigación con aquellas en las que se

emplearon distintas metodologías (Jackson-Maldonado, 2009; De la Vega, 2013; Reginfo, 2015;

Casart & Iribarren, 2007; Valdés; 2015), en términos de la cuantificación de la distribución de

sustantivos y verbos en el léxico de los infantes y los cuidadores, son un elemento que hacen

confiable a la lectura conjunta como herramienta para el análisis del léxico temprano.

Comenzando con los objetivos específicos, el planteamiento del primero fue observar las

diferencias en la producción de sustantivos y verbos entre los infantes de los 4 grupos de edad,

tomando como unidad de análisis la media de producción de sustantivos y verbos tanto en el

número de palabras diferentes (type) como en el número total de palabras (token). Para cumplir

este objetivo inicialmente se analizaron los cambios de producción de ambas categorías de forma

independiente a lo largo de las 4 edades.

En la producción de sustantivos (Figura 3) es posible observar que hay aumentos significativos

graduales de producción type y token desde los 30 hasta a los 48 meses, además, entre estas dos

variables los cambios de producción coinciden en los mismos intervalos, por lo que tanto la riqueza

del contenido como la expresión léxica de los conceptos nominales aumentan de forma paralela.

Hay también una excepción en el intervalo entre los 36 y 42 meses, donde tanto para la producción

55
type como token no hay aumentos significativos e incluso las medias de producción se mantienen

en valores similares. Si bien, el resultado en este periodo difiere del patrón mostrado en el resto de

las edades, a su vez, coincide con el periodo donde los verbos comienzan a ser la categoría

predominante desde los 36 meses (Figura 6).

En este análisis es claro que los infantes después del periodo descrito entre los 22 y 29 meses

de edad denominando como explosión del vocabulario (Hernández-Padilla, 2007), continúan

ampliando su conocimiento de los conceptos que se categorizan como sustantivos. Se ha descrito

que en los inicios de la comunicación lingüística el contenido de esta categoría se enriquece por el

nombramiento de aquellos conceptos que tienen un referente visual, pero en algún momento

posterior del desarrollo la categoría sustantivo puede ser usada más allá de la mera asignación

palabra-referente ya que también codifica palabras cognitivamente más complejas que denotan

conceptos abstractos, por ejemplo, aquellas referidas a emociones (Bassano, 2000). Por lo que

sería esclarecedor estudiar en lectura conjunta cómo y en qué edad los infantes comienzan a hacer

uso de los conceptos abstractos.

De forma similar a los sustantivos, en los verbos (Figura 4) hay aumentos significativos de

producción de los 30 a los 48 meses y distintas tazas de aumento de producción entre type y token,

siendo los verbos types quienes aumentan significativamente a lo largo de las 4 edades, mientras

que en token sólo es significativo entre los 30 y los 36 meses. Esto es notable ya que los verbos

han sido considerados como elementos más complejos por el tipo de significado que codifican

(Reginfo, 2015), pero su producción continúa aumentando gradualmente. Hay que aclarar que,

type y token proporcionan información distinta pero complementaria, en este sentido se puede

interpretar que los infantes utilizan gradualmente una mayor variedad de verbos distintos entre sí

56
y que, comparados con los sustantivos, hay menos repeticiones de la misma palabra durante la

realización de la tarea.

Entonces, para los infantes es especialmente importante la variabilidad en la expresión léxica

de los verbos, aspecto reflejado en los aumentos significativos en la variable type. Esto puede ser

indicio de una mejora gradual en el conocimiento del significado y uso de esta categoría, por lo

que sería esperable que la brecha entre la poca producción y una alta comprensión de verbos

descrita por Goldfield (2000) disminuya entre los 30 y 36 meses. Por otra parte, dado que en el

análisis utilizado se consideraron como palabras diferentes todas las posibles variantes derivadas

de una misma raíz, los infantes podrían estar añadiendo gradualmente elementos al repertorio

léxico de esta categoría con el uso de las distintas maneras de expresar el significado de los verbos

a través de las flexiones; como las características de número (singular o plural), de persona (1ª, 2ª,

3ª persona del singular y plural), tiempo (presente, pasado y futuro) y modo (como el indicativo,

el subjuntivo e imperativo) (Ibarra & Naves, 2005).

Estos resultados permiten ver la influencia de la edad en el aumento gradual en el lenguaje

productivo (Alva, 2004; Waxman, 1995), efecto esperado y observado tanto en sustantivos como

en verbos. No obstante, hasta este punto no es posible discutir sobre si esto se debe a una mayor

influencia del desarrollo cognoscitivo o de los aspectos interacciónales con el input lingüístico, el

aporte de estos análisis es que hace posible observar que los infantes aprenden estas dos categorías

gramaticales de forma distinta durante el desarrollo. Es la comparación directa entre sustantivos y

verbos lo que brindó más elementos para discutir sobre las implicaciones de los cambios de

producción antes mencionados.

El segundo análisis del primer objetivo se centró en las diferencias de producción comparando

57
directamente sustantivos y verbos, lo que permite tener un panorama más claro de los cambios

sobre la composición del vocabulario en relación a la edad de los infantes. A los 30 meses en la

variable type (Figura 5) hay una mayor producción de verbos que de sustantivos, aunque esta

diferencia no es significativa, mientras que en la variable token (Figura 6) la producción de

sustantivos es significativamente mayor que la de verbos, datos que concuerdan con la mayoría de

las investigaciones mencionadas que centraron su análisis en edades cercanas a los 30 meses

(Jackson-Maldonado, 2009; Casart & Iribarren, 2007; Valdés, 2015).

En el caso del idioma español, algunas investigaciones habían descrito una predominancia de

sustantivos type y token en el vocabulario infantil hasta los 30 meses y acuñaron estos resultados

a una serie de factores inclinándose hacia el planteamiento del enfoque específico del lenguaje,

donde se propone una mayor influencia de los aspectos pragmáticos y estructurales del input

lingüístico (Jackson-Maldonado, 2009; Casart & Iribarren, 2007; De la Vega, 2013) así como del

uso de las emisiones en determinados contextos (Tomasello, 1995) sobre el aprendizaje de palabras

y el desarrollo del vocabulario temprano.

Los cambios que contrastan con los aportes de las investigaciones anteriores (Jackson-

Maldonado, 2009; Casart & Iribarren, 2007; De la Vega, 2013) se hacen presentes desde el grupo

de 30 meses, dado que en la variable type no hay diferencias significativas entre la producción de

sustantivos y verbos, pero el cambio más destacable ocurre a partir de los 36 meses cuando en las

medidas type y token los verbos comienzan a ser significativamente mayores en comparación con

los sustantivos. Gracias a estos análisis, por primera vez es posible observar que, pese a que en

ambas categorías hay un aumento constante de producción con relación a la edad, una vez que los

verbos se convierten en la categoría predominante a partir de los 36 meses la brecha entre

58
sustantivos y verbos es constante, no aumenta, pero tampoco se reduce considerablemente,

mostrando desde los 36 y hasta los 48 meses pocas variaciones estructurales en el léxico de los

infantes.

Es precisamente el intervalo entre los 30 y los 36 meses, clave para comprender los cambios en

el aprendizaje de palabras durante el desarrollo. El español es una lengua que ha sido considerada

en investigaciones sobre el desarrollo léxico temprano como perteneciente a aquellas culturas

centradas en el objeto, es decir, en escenarios de interacción infante-cuidador, son los cuidadores

quienes tienden a enfatizar la atención y respuestas verbales de los infantes hacia la producción de

nombres de objetos (Choi & Gopnik 1993), esta característica concuerda con aquellas

investigaciones que explican a través del enfoque especifico del lenguaje la prominencia de los

sustantivos en infantes hasta los 30 meses (Goldfield, 2000; Jackson-Maldonado 2009; Reginfo,

2015).

No obstante, es complicado intentar explicar únicamente desde la hipótesis del enfoque

especifico del lenguaje la prominencia de la producción de verbos a los 36 meses, ya que desde

esta perspectiva implicaría que sean los cuidadores quienes comiencen a orientar la atención y las

respuestas de los infantes hacia la producción de verbos y no hay una explicación desde esta

hipotésis que aclare por qué ocurriría este cambio en la interacción entre cuidadores e infantes de

30 y 36 meses. También hay que recordar que las condiciones entre los 4 grupos estudiados (a

excepción de la edad) en la presente investigación fueron las mismas, así como la instrucción dada

a los cuidadores sobre la narración de una historia, por lo que este cambio en la categoría

dominante no se debe a la influencia del contexto en donde se llevó a cabo la lectura conjunta.

Una propuesta teórica que se ajusta mejor para explicar la prominencia significativa de los

59
verbos desde los 36 meses es la división de dominio elaborada por Gentner y Boroditsky (2001),

la cual se basa en la clasificación clásica de palabras: palabras de clase abierta y de clase cerrada.

En la que tanto sustantivos como verbos se encuentra dentro de la clasificación de palabras de

clase abierta ya que tienen funciones referenciales, mientras que las de clase cerrada cumplen

funciones gramaticales o relacionales y su función es proporcionar conexiones lingüísticas entre

los términos clase abierta referenciales. La propuesta es que los sustantivos se aprenden gracias a

el dominio cognitivo-perceptual y denotan palabras que pueden enlazarse a un referente concreto

mediante la experiencia perceptiva, mientras que los verbos (incluso los verbos de movimientos

concretos) se encuentran entre las palabras de clase abierta (se tienen que enlazar a un referente) y

clase cerrada, ya que aprender las denotaciones de los verbos requiere cierta comprensión del

idioma (y por ende haber aprendido previamente cierta cantidad de repertorio léxico).

Hasta alrededor de los 30 meses, en lectura conjunta no hay una diferencia significativa entre

sustantivos y verbos type, mientras que en token hay una predominancia de sustantivos (Figuras 5

y 6), por lo que a esta edad el desarrollo cognitivo de los infantes podría tener mayor influencia en

la integración al léxico de conceptos que aquellos aspectos interaccionales con los cuidadores, a

pesar de que la tarea puede favorecer a la producción de verbos por la necesidad de establecer

secuencias entre eventos (Romero & Gómez, 2013), además de tener a disposición en los libros

utilizados un considerable número de elementos léxicos tanto nominales como verbales.

Esto podría cambiar a partir de los 36 meses cuando los infantes comienzan a mostrar una

prominencia por la producción de verbos. Gracias a la acumulación del repertorio léxico de las

diferentes categorías gramaticales, pero sobre todo de sustantivos, a los 36 meses el dominio

lingüístico será más influyente para el aprendizaje de palabras y los infantes comenzarán utilizar

60
verbos con mucha más frecuencia, ya que la lectura conjunta requiere describir las secuencias de

acciones y metas de los personajes para la construcción de la historia (González 2015; Romero &

Gómez, 2013). Esto coincide con autores como Waxman y Lidz (2014) quienes argumentan que

los infantes pueden necesitar establecer un repertorio de sustantivos antes de tener la capacidad de

aprender verbos con relativa facilidad.

Entonces, la predominancia en la producción de verbos observado en los 36 meses implicaría

una disminución en la brecha entre la comprensión y la producción de verbos, aspecto mencionado

por Goldfield (2000) y Jackson-Maldonado (2009) quienes mencionan que los infantes

comprenden un mayor número de verbos de los que pueden producir. Lo que puede ser indicio que

en este periodo de tiempo las restricciones como herramienta cognitiva del aprendizaje de

sustantivos sea menos influyente para comenzar a dar una importancia prominente a la

lexicalización de verbos gracias a una mayor influencia aspectos interaccionales y estructurales

del input lingüístico.

Finalmente, la falta de variabilidad en las diferencias de producción entre sustantivos y verbos

type/token observada desde los 36 meses permite proponer que la mejora en la comprensión del

significado y uso de los verbos conlleva también un impacto en la sintaxis oracional. La necesidad

de establecer más relaciones entre conceptos nominales y verbales, motiva al infante a complejizar

el orden de las palabras en las oraciones simples que ya dominan a los 30 meses y, por ende, a

desarrollar una sintaxis cada vez más cercana en estructura a la utilizada por los adultos

(caracterizada por una producción predominante de verbos) en la que hay un uso constante de

subordinaciones y oraciones complejas que generalmente implican más de una conjugación verbal

en forma personal (Berman, 1995; Brandone, 2006; Owens, 2003). Por lo que sería esclarecedor

61
analizar en futuras investigaciones los cambios de la sintaxis en infantes durante la lectura

conjunta.

El segundo objetivo específico se centró en el input lingüístico que reciben los infantes. Se

analizó con los mismos criterios el lenguaje productivo de los cuidadores, es decir, las diferencias

de producción entre sustantivos y verbos en las variables type y token entre los grupos de infantes

de 30, 36, 42 y 48 meses de edad. Como se mencionó con anterioridad, el desarrollo cognitivo de

los infantes y el vocabulario de los cuidadores tiene gran influencia sobre la producción léxica de

los infantes y este último se caracteriza por una diferencia estructural al tener una predominancia

por la producción de verbos (Jackson-Maldonado, 2009; Casart e Iribarren (2007); Reginfo, 2015).

Aún con esta información, era desconocido si el input lingüístico tenía diferencias de

producción entre sustantivos y verbos en relación al desarrollo de los infantes, diferencias que no

pudieron ser observadas en estudios como los de Casart e Iribarren (2007), Goldfield (2002) y

Jackson-Maldonado (2009), ya que la producción léxica de los cuidadores era analizada en

relación con la producción de los infantes en determinados momentos de su desarrollo, pero no

fueron analizadas de forma independiente. En el presente estudio mediante el análisis longitudinal

se obtuvo información, que si bien, el vocabulario adulto a lo largo del tiempo tiene una estructura

homogénea del dominio en la producción de verbos sobre sustantivos también se observaron

aumentos de producción entre los grupos de edad, lo que implica que sí hay un efecto de la edad

de los infantes en la producción léxica de los cuidadores.

El análisis de sustantivos de forma independiente (Figura 7), muestra que entre los 30 y 36

meses hubo aumentos significativos en la producción type y token, una reducción significativa de

producción token entre los 36 y 42 meses y nuevamente un aumento significativo entre los 42 y

62
48 meses. Por su parte, en verbos (Figura 8) los aumentos de producción significativos sólo se

encuentran en los intervalos 30-36 meses y 42-48 meses en la variable token. Por lo que los

aumentos significativos de producción de sustantivos y verbos tanto en cuidadores como en

infantes se corresponden concentrándose sobre todo en los intervalos 30-36 meses y 42-48 meses

(Figuras 3 y 4).

Aun cuando de forma gráfica se observa que en el lapso 36-42 meses hay una reducción en las

medias de producción en sustantivos y verbos (Figuras 7 y 8), los aumentos significativos en los

intervalos 30-36 y 42-48 meses muestran una tendencia a un aumento de producción con relación

a la edad. Los aumentos significativos reflejan que los cuidadores incrementan y diversifican el

contenido que expresan conforme aumenta la edad, muestra de la sensibilidad de los cuidadores al

desarrollo léxico de los infantes, siendo posible observar lo mencionado por Acuña (2004) sobre

la capacidad de adaptación sintáctica y semántica de los hablantes adultos a las capacidades e

intereses de los infantes.

En relación a la correspondencia entre la producción léxica entre infantes y cuidadores, y pese

a que no fue su objeto de estudio, Valdés (2015) menciona que a los 30 meses en lectura conjunta

los infantes tienden a dirigir su atención y hacer señalizaciones sobre los objetos concretos

denotados por sustantivos, a su vez, los cuidadores basan sus respuestas en estas señalizaciones

haciendo énfasis con la repetición de la palabra y añadiendo más elementos narrativos, como la

descripción detallada de la imagen y empleando más elementos léxicos como adjetivos,

preposiciones, artículos e interjecciones. Al respecto, se ha descrito que esta habilidad de los

cuidadores de etiquetar receptivamente las respuestas verbales o gesticulaciones de los infantes

está fuertemente relacionada con el desarrollo del vocabulario (Olson & Masur, 2011, 2015),

63
siendo ésta una posible explicación sobre la dinámica que subyace a la correspondencia entre la

producción léxica de infantes y cuidadores.

Gracias a estos análisis fue posible observar que existe una correspondencia de aumentos de

producción tanto de infantes como de cuidadores. Es decir, conforme los infantes muestran tener

un mayor aprendizaje de palabras los cuidadores responden a su vez con un mayor número de

palabras, sobre todo en la variabilidad, lo que implica un aumento gradual de la complejidad.

El segundo análisis del segundo propósito fue observar si había diferencias entre la producción

de sustantivos y verbos en relación a la edad de los infantes (Figuras 9 y 10). Fueron los verbos

quienes en los 4 grupos de edad resultaron significativamente predominantes en las variables type

y token. Pese a que la diferencia de producción entre ambas categorías es uniforme y tiene pocas

variaciones en los grupos de edad, es notable que a comparación de la variable token en la variable

type la diferencia de producción de sustantivos y verbos es muy pronunciada.

Los datos coinciden con lo observado por Jackson-Maldonado (2009), Casart e Iribarrén (2007)

y Reginfo (2015), quienes reportaron en escenarios de interacción libre que la estructura lingüística

de los cuidadores se caracteriza por un alto porcentaje de verbos. Para el caso de la lectura

conjunta, la prominencia de los verbos en el input es indispensable, ya que la finalidad misma de

la tarea requiere de la organización cronológica de sucesos para que el contenido de la historia

pueda ser comprendido (González, 2017). También se ha descrito que los cuidadores emplean una

variedad de elementos de la historia cuando leen un cuento a un infante, haciendo énfasis en las

acciones de los personajes, el uso de diálogos y la referencia a las metas de la historia (Harris &

Rothstein, 2014).

Entonces, la información lingüística que comunican los cuidadores es proporcionada en función

64
a la capacidad lingüística de los infantes. Retomando los análisis de correlación reportados por

Valdés (2015), la relación de producción de sustantivos y verbos entre infantes de 30 meses y sus

cuidadores es significativa, aunado a ello, en la presente investigación es posible observar que los

aumentos significativos de producción de infantes y cuidadores ocurren en la misma dirección

coincidiendo en los mismos intervalos de edad. No obstante, aun cuando hay una correspondencia

esta parece no influir del todo en la preferencia nominal o verbal de los infantes ya que los

cuidadores son homogéneos en cuanto a la predominancia de verbos mientras que los infantes

tienen cambios en la prominencia nominal a verbal entre los 30 y los 36 meses.

En este punto los datos de la presente investigación concuerdan con investigaciones como las

de Casart e Iribarren (2007) y Reginfo (2015), que proponen que la cantidad de sustantivos y

verbos en el input lingüístico parece no tener influencia en la referencia nominal o verbal de los

infantes hasta los 30 meses, ya que, como se había propuesto, esto está regulado por el desarrollo

cognoscitivo. Se debe recordar que las investigaciones basadas en el enfoque específico del

lenguaje apuntaban a que el input también tiene un papel de énfasis y dirección sobre el tipo de

palabras que tendrían que producir los infantes (Choi & Gopnik, 1993; Goldfield, 2000; Jackson-

Maldonado, 2009); pero este énfasis ocurre en respuesta al desarrollo lingüístico de los infantes,

primero orientado hacia los sustantivos hasta los 30 meses y después de los 36 meses orientado

hacia los verbos.

Retomando lo propuesto hasta el momento en los antecedentes teóricos, en español la expresión

lingüística de los infantes y la adquisición de las primeras palabras había sido acuñado

principalmente a aspectos interaccionales, dejando en un segundo plano aquellos factores

intrínsecos del desarrollo de los infantes. Los resultados presentados permiten enfatizar aún la

65
importancia del desarrollo cognitivo del infante en la adquisición y expresión léxica y, por ende,

como eje en el cual los cuidadores se basan para complejizar gradualmente el contenido léxico

dirigido a los infantes.

Es lógico suponer que, en algún punto del desarrollo, los infantes sean capaces de utilizar y

adopten formas de comunicación similares a la de sus interlocutores adultos, sin embargo, conocer

el desarrollo de cada una de las categorías puede ayudar a comprender cómo es que se llega al

dominio de la comunicación lingüística. Por ello, el último propósito específico fue equiparar la

producción léxica entre infantes y cuidadores; con el fin de observar los cambios de las diferencias

de producción de forma longitudinal y de poder hacer una comparación directa, se utilizaron las

proporciones de producción de sustantivos y verbos type-token. Como se esperaba, dichas

diferencias disminuyeron, aunque de forma distinta para sustantivos y verbos.

Comenzando con la variable token, las proporciones de producción muestran la forma en que

se distribuye la información de sustantivos y verbos que los interlocutores de la diada utilizaron

para comunicarse, es decir representa el uso que se está haciendo de cada categoría. En los

resultados es observable que hay similitudes entre sustantivos (Figura 11) y verbos (Figura 12),

que consisten en que para ambas categorías a los 30 meses los cuidadores usan significativamente

una mayor proporción de sustantivos y verbos que los infantes. Esto cambia hacia los 36 meses

cuando los infantes equiparan su producción con la de sus cuidadores y estas diferencias

desaparecen, dichas similitudes son constantes en los consecuentes grupos de edad con la única

excepción de los verbos en el grupo de 48 meses en el que los infantes vueven a tener una

producción significativamente menor.

El hecho de que los infantes equiparen la proporción de sustantivos y verbos que utilizan con

66
la de sus cuidadores a los 36 meses parece estar relacionado y coincide con lo ya mencionado

sobre la mejora en el dominio lingüístico en esta etapa del desarrollo (Gentner & Boroditsky,

2001), además en este mismo periodo se ha documentado que los infantes comienzan a mostrar

una sintaxis oracional cada vez más similar a la utilizada por los adultos (Berman, 1995; Brandone,

2006; Owens, 2003). Este cambio en la distribución de proporción en ambas categorías refleja en

términos generales, que los infantes logran adquirir un considerable dominio sobre las

implicaciones sintácticas y semánticas sobre el uso de sustantivos y verbos.

En contraste, el análisis de la variable type que se refiere a la variabilidad de palabras utilizadas

y que refleja la riqueza del repertorio léxico (Alva, 2004), ofrece un panorama distinto ya que en

los resultados es posible observar diferencias sustanciales entre sustantivos y verbos. Comenzando

con los sustantivos (Figura 13) los infantes tienen proporciones de producción significativamente

superiores a los cuidadores en tres de las cuatro edades, siendo la excepción el grupo de 36 meses.

Entonces, es posible observar que los infantes emplean una mayor proporción de diversidad léxica

de sustantivos para comunicarse que sus cuidadores y parece ser una tendencia que podría

prolongarse después de los 48 meses.

Este análisis permite describir por primera vez que para los infantes parece tener más peso la

proporción de la diversidad de conceptos nominales que para sus cuidadores en edades posteriores

a la explosión del vocabulario (Figura 13), aun cuando la explosión del vocabulario ha sido descrita

hasta los 29 meses (Galván & Alva, 2007) y dejan de ser la categoría predominante a los 36 meses,

los sustantivos siguen siendo relevantes para el desarrollo léxico, ya que aprender conceptos

concretos es una herramienta imprescindible para aprender con mayor facilidad otros tipo de

palabras relacionales como los verbos.

67
En el caso de los verbos type, (Figura 14) son los cuidadores quienes tienen proporciones de

producción significativamente mayores en los 4 grupos de edad, también es notable que estas

tienen pocas variaciones de menos de un punto porcentual. Por otra parte, los infantes tienen

aumentos graduales de proporción de producción en relación a los aumentos de edad y es clara

una tendencia a disminuir las diferencias de producción con los cuidadores.

Pese a que los verbos, en términos de medias de producción, tienen avances considerables

rezagando a todas las demás categorías desde los 36 meses, cuando se considera la proporción

parecen tener un crecimiento notoriamente más pautado que los sustantivos. Por lo que el dominio

en la comprensión del significado de los verbos parece ser una tarea más compleja para los

infantes. Esta aproximación gradual puede ser reflejo que muchos de los aspectos del significado

de los verbos, como las flexiones utilizadas para denotar número, persona, tiempo, y modo (Ibarra

& Naves, 2005), podrían estarse añadiendo de forma gradual al repertorio léxico de los infantes.

Al ser los verbos unidades morfológica y semánticamente más complejas, para los infantes su

desarrollo es más dependiente de la forma de interactuar con sus interlocutores (Bennett- Kaster,

1986). Ibarra y Naves (2005) mencionan que la especialización en el significado del verbo ocurre

gracias a la práctica e interacción con los adultos, lo cual incrementa su capacidad de trasladarlos

a nuevas situaciones, momentos y personas. Entonces, para el desarrollo de los verbos el dominio

lingüístico es más necesario ya que este tipo de significados se adquieren principalmente por

aspectos interaccionales.

La reducción de la brecha de producción para ambas categorías es un reflejo de una gradual

complejización en la expresión lingüística de los infantes y esto sólo es posible gracias a la guía

de una persona más experimentada, si bien, los infantes dependen de la cantidad de lenguaje que

68
escuchan para la construcción de su vocabulario (Karmiloff & Karmiloff-Smith, 2002), para su

ejecución, la lectura conjunta requiere por parte de los infantes habilidades lingüísticas y

cognitivas para interpretar, reconstruir y expresar la información, además de unir conceptos y

sintetizarlos para formar ideas más globales que posibilitan la conexión entre las distintas partes

que lo componen (González, 2017). Es por ello que sería conveniente explorar mediante esta tarea

aspectos específicos en el desarrollo de cada una de las categorías gramaticales y del desarrollo

sintáctico en general.

Capítulo 7. Conclusiones y futuras investigaciones

El análisis de los cambios de producción verbal en edades posteriores a la explosión del

vocabulario, permitieron obtener nueva información acerca el aprendizaje de sustantivos y verbos.

Teniendo en consideración el orden de los objetivos específicos planteados en la presente

investigación, los principales aportes se pueden resumir de la siguiente forma.

Primer objetivo: que las palabras, dependiendo de su pertenencia a una u otra clase gramatical,

representan distintos niveles de complejidad al ser aprendidas por los infantes, para el caso de los

sustantivos y verbos, estas aumentan en la producción léxica de distinta forma a lo largo del

desarrollo. Además, desde los inicios de la comunicación lingüística y hasta los 30 meses, los

infantes tienen un vocabulario compuesto predominantemente por sustantivos que posteriormente,

se inclina hacia los verbos.

Las posibles causas de esta conformación léxica en el vocabulario de los infantes aprendices

del español es la influencia conjunta del desarrollo cognoscitivo del infante y del input lingüístico.

Siendo más influyente hasta los 30 meses de edad el desarrollo cognoscitivo para el aprendizaje

69
de sustantivos gracias a su simplicidad semántica y una vez adquirido un considerable repertorio

léxico el aprendizaje de conceptos relacionales como los verbos será más sencillo, por lo que a

partir de los 36 meses será mayor la influencia del input lingüístico tanto en los aspectos

interaccionales como del aprendizaje de las reglas gramaticales que subyacen las combinaciones

de palabras.

Segundo objetivo: que los adultos, mientras interactúan con los infantes presentan un

vocabulario compuesto predominantemente por verbos seguido por los sustantivos, aspecto que es

constante entre los grupos de edad. También presentan aumentos significativos de producción de

sustantivos y verbos en los mismos intervalos de edad que los infantes, sobre todo en la medida

type que se refiere a la variabilidad de las palabras, lo cual es indicio de un aumento en la

complejidad de lo que comunican durante la interacción.

Entonces, el input lingüístico que reciben los infantes no presenta variaciones estructurales, los

verbos siempre son la categoría gramatical más utilizada por los cuidadores aun cuando en la

producción léxica de los infantes el tipo de palabra más producida son los sustantivos, por lo que

la influencia del input lingüístico no se basa en el tipo de palabra que más se repita o sea más

enfática en el léxico de los cuidadores, por lo menos hasta los 30 meses de edad. También se

concluye que existe una correspondencia entre los aumentos de producción léxica de los infantes

y los cuidadores quienes progresivamente incrementan la información que emiten cuando se

dirigen hacia los infantes, muestra de la sensibilidad que tienen los cuidadores al desarrollo

cognitivo y capacidades lingüísticas de los infantes.

Tercer objetivo: que en términos de proporción de producción verbal y en contraste con la

misma medida de los adultos, los infantes siguen usando más sustantivos que sus cuidadores hasta

70
los 48 meses. Por otra parte, la brecha en el uso de verbos decrementa de forma gradual a lo largo

de las edades con una tendencia a disminuir las diferencias de producción con los cuidadores.

Para los infantes, los verbos representan una carga de información más amplia otorgada por el

input a comparación de los sustantivos, sin embargo, con lo ya planteado desde la perspectiva

cognoscitivista, son los sustantivos quienes representan un aprendizaje más rápido por simplicidad

semántica y por ello se ve reflejado en su producción léxica. Por lo menos en esta tarea, se propone

que las restricciones cognitivas de los infantes son más influyentes en el aprendizaje de palabras

hasta antes de los 36 meses, y posteriormente, gracias a la acumulación de un repertorio léxico

considerable, los aspectos lingüísticos del input pueden comenzar a ser más influyentes sobre la

construcción de vocabulario y producción verbal del infante. Esta influencia es notable sobre todo

en la categoría verbos, ya que las aproximaciones a las proporciones de los cuidadores son

graduales.

Finalmente se puede afirmar que la lectura conjunta es un escenario que permite obtener

información enriquecedora y complementaria a lo ya investigado para la comprensión del

desarrollo de la comunicación lingüística. Entre otras ventajas, resulta en una actividad agradable

para los participantes, económica en contraste con algunos métodos experimentales y, por ende,

acceder a una muestra estadísticamente suficiente es relativamente sencillo, además de presentar

poca mortandad experimental.

Para futuras investigaciones se recomienda analizar en lectura conjunta aspectos específicos de

las categorías estudiadas; como el uso de conceptos abstractos para sustantivos y verbos, el análisis

sobre la evolución del uso de las formas verbales. Además, gracias a las características de la tarea

se pueden incluir aquellos factores tipológicos lingüísticos, desde los constituyentes oracionales

71
de nivel sintagma a las formas oracionales consolidadas como las de oraciones simples, oraciones

complejas y subordinaciones. El conjunto de estos datos podría aportar información para contribuir

a un modelo explicativo sobre el aprendizaje las palabras en el vocabulario temprano.

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Apéndice
Apéndice A. Definición de categorías gramaticales (Alva, 2004).

Categoría No. Definición Ejemplos


gramatical
Sustantivo 1 Todos los nombres que designan Incluyen: adjetivos sustantivos.
objetos, eventos y seres vivos. Se trata de Verbos empleados como sujetos de
nombres comunes, genéricos o oración. Nombres compuestos por
individuales. dos palabras pero que se refieren a
un único sitio.
Verbo 2 Parte de la oración que indica estado, Los verbos compuestos se
esencia o acción de los sujetos de una consideran como una sola unidad
oración. ya que expresan los auxiliares de
tiempo y la persona del verbo
principal.
Adjetivo 3 Palabras que modifican los sustantivos Incluye aquellos sustantivos que
de las oraciones. Son modificados del tipo se emplean como adjetivos y que se
ordinal, de cualidad o de estado. supone por la cualidad que poseen
como objetos a su vez designan o
modifican el sujeto de una oración.
Adverbio 4 Modificadores de lugar, tiempo, modo,
etcétera. Expresan circunstancias de
tiempo, lugar, modo, afirmación y
negación.
Artículo 5 Palabras que son determinantes de los Ej., La, de la, de los, etc.
sujetos e indican género y número de los
mismos. Se incluyen los casos que indican
el sujeto que sufre y en quien recae la
acción.
Pronombre 6 Todas las palabras que sustituyen un Se incluye las de tipo
sujeto previamente mencionado y que no interrogativo ej. quién.
tienen significado por sí mismas. Pronombres interrogativos que
están unidos a un sujeto funcionan
como adjetivos y como tales se les
codifica.
Preposición 7 Palabras que unen cualquier elemento Ej., Va a comer.
de la oración con su complemento.
Conjunción 8 Palabras que unen lógicamente dos o Ej., Luego entonces.
más elementos de una oración, y que, así
mismo, dan continuidad a la oración por
una conclusión.
Interjección 9 Cualquier palabra que no tiene un valor Ej., Wow, Ay, Auch.
sintáctico y sin embargo tienen contenido
semántico. Generalmente expresa
emociones.

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