Apunte Teoria Del Caso
Apunte Teoria Del Caso
Apunte Teoria Del Caso
1. GENERALIDADES
- Las partes deben diseñar su teoría del caso, desarrollar un conjunto de destrezas,
aportar pruebas y realizar interrogatorios.
- El juez tiene un rol relativamente pasivo, interviene para impedir que las
alegaciones se desvíen hacia aspectos impertinentes e inadmisibles, sin coartar el
razonable ejercicio de la acusación y de la defensa.
El debate oral no debe ser entendido en sentido negativo como discordia, al contrario, lo
entendemos en sentido positivo, de manera constructiva, como camino hacia una
solución.
En la controversia se exponen hipótesis opuestas que son objeto de una libre discusión,
ello permite que surja la verdad, se supere la duda y se resuelva el problema.
La oralidad tiene la ventaja de que pone a las partes frente a frente para que le hablen
directamente al juzgador, sin intermediarios. A su vez, el juez inmedia la práctica de la
prueba, observa y escucha con análisis crítico las intervenciones opuestas de las partes.
Abogado por la Universidad Privada San Juan Bautista, especialista en Derecho Penal y Procesal Penal. Profesor de los cursos de Lógica Jurídica en
la Universidad Privada San Juan Bautista. Profesor ad honorem de los Diplomados de Derecho Penal y Procesal Penal organizados por el Instituto
Peruano de Criminología. Profesor del Diplomado de Litigación Oral organizado por el Centro de Altos Estudios Profesionales. Profesor ad honorem de
Círculos de Estudios de Universidades como SJB, UNFV y UNMSM. Diplomado Internacional en Derecho Penal y Procesal Penal por la UCSE
(Argetina) y APECC. Diplomado en Derecho Penal y Procesal Penal por el CAL. Diplomado en la aplicación del Nuevo Código Procesal Penal por
ESDEN. Diplomado en Derecho Procesal Penal con mención en teoría de la prueba. Diplomado en Criminalística y Criminología. Conferencista y autor
de diversos artículos, ensayos e investigaciones jurídicas.
La controversia es útil para las partes en conflicto, ya que permite conocer otros puntos de
vista y así (de ser necesario) rectificar los propios.
Tenemos, pues, que el abogado, sea como funcionario público, juez o fiscal, defensor o
conciliador, tiene por función decidir, conceptuar, alegar, controvertir, impugnar. Todo lo
cual le exige capacidad para debatir, argumentar, refutar y dialogar; es decir, para
sostener o refutar una tesis, para convencer a otros acerca de su validez, de la
aceptabilidad de sus afirmaciones o negociaciones, puesto que en el trámite del proceso
se está en un constante cuestionamiento.
Estos principios guían el debate y son de naturaleza ética y epistemológica. Ética por
cuanto guían la acción comunicativa de argumentar y dialogar. Y epistemológica porque el
proceso de adquisición del conocimiento también está sometido a pautas de
comportamiento para acercarse a la verdad de las hipótesis que son objeto de discusión.
1.3.1. Aceptación del debate.- El punto de partida cuando ingresamos a una discusión
es admitir que ese debate constituye la vía idónea para acercarse a la solución
pacífica y justa del conflicto. Obviamente para ello debemos de tener la intención
de hallar una solución. Admitido ese camino, las partes aceptan regirse por ciertas
pautas de comportamiento para que sea posible lograr la solución al conflicto.
Entre tales pautas o condiciones tenemos la imparcialidad del juez, la igualdad, el
respeto, la capacidad para escuchar, la falibilidad y la flexibilidad humanas, la
lealtad procesal, etc.
1.3.2. Orden en el debate.- El debate debe tener orden para que no se convierta la
audiencia en un escenario de caos y de riñas. Por eso el juez dirige el debate
siguiendo ciertas reglas para la discusión. Las partes no pueden hablar al mismo
tiempo. Cuando se discute hay sucesión en el uso de la palabra. Las
interrupciones tienen límites temporales y contenidos organizados. Sólo esto
permite discutir de manera serena a inteligente.
1.3.3. Respeto de la dignidad humana.- La acción del orador tiene la pauta ética de
evitar los ataques personales contra las personas que se oponen a sus ideas. La
vehemencia con la que se ejerce la defensa o la acusación puede dar lugar a que
las partes incurran en descortesías. Algunos abogados muchas veces olvidan la
moderación debida y mediante palabras duras e impropias acometen contra el
adversario con indignos ataques personales. La práctica de la argumentación y la
refutación debe ser respetuosa, jamás se deben utilizar expresiones injuriosas. La
argumentación debe ser sólida en razones y a la vez amable con el adversario. El
abogado que tiene buenos argumentos o sabe usar los que tiene, puede permitirse
ser cortés y comprensivo, lo cual le ayuda a merecer el respeto y a obtener
credibilidad. No debemos de confundir un argumento contra nuestras ideas con un
ataque hacia nuestra persona. Nuestra tarea debe dirigirse a enfrentar el
contenido de los argumentos, la valoración de las pruebas y no al ataque al
individuo. Para ello hay que evitar que los egos se vean involucrados en la
situación, de lo contrario serán las emociones (y no la razón) las que gobiernen
nuestro razonamiento. No obstante ello, al ser seres humanos somos susceptibles
de emocionarnos, pero esto no es justificación para que utilicemos expresiones
ofensivas, la burla, la ironía o cualquier otra de mal gusto.
2.1. Introducción
Hasta la fecha, seguramente habremos leído o escuchado que la teoría del caso es la
brújula del litigante, es un mapa sobre el que se ha diseñado el transcurso del proceso, es
el planteamiento que el fiscal y el abogado defensor hace sobre los hechos penalmente
relevantes, los fundamentos jurídicos que lo apoyan y las pruebas que los sustentan.
En suma, podemos decir que es una visión estratégica para afrontar el proceso que nos
permite:
- Tomar las decisiones pertinentes dentro del proceso.
- Advertir nuestras debilidades y las de la otra parte.
Para construir un discurso excelente y eficaz, que cumpla el fin de convencer a los jueces,
es necesario agotar un conjunto sistemático de pasos, que ya desde la antigüedad en las
obras de ARISTÓTELES y CICERÓN, comenzaron a ser explicados. Estos pasos que tienen
hoy pleno vigor nos servirán de guía para ser aplicados en las diferentes intervenciones
orales de un sistema penal acusatorio.
En primer lugar, debemos recordar que el fin de las alegaciones orales es persuadir al
juez, por eso para lograr ese propósito hay que ser claros. Y para lograr esa claridad es
necesario examinar los pasos que se siguen al crear la intervención oral, pues éstos luego
nos llevarán a la identificación de la estructura de los alegatos. Los pasos o las etapas
que hay que agotar son las siguientes:
La invención (inventio): QUÉ DECIR. Tiene que ver con la acción y el efecto de
crear el discurso.
La disposición (dispositio): DÓNDE DECIR. Tiene que ver con la organización, con
la construcción de la estructura del discurso.
La expresión (elocutio): CÓMO DECIR. Tiene que ver con la búsqueda del lenguaje
apropiado.
La memoria (memoria): Tiene que ver con la capacidad para recordar lo que se va a
decir.
La práctica (praxis): Tiene que ver con el hecho de realizar ejercicios acerca del
discurso que se ha creado para llegar a pronunciarlo mejor.
El diseño de apoyos audiovisuales. Tiene que ver con el uso de medios que
permitan transmitir, comprender y recordar la información.
La pronunciación (pronuntiatio). Tiene que ver con la acción concreta de hablar.
La invención tiene que ver con la acción y el efecto de crear el discurso. En este primer
paso, el escritor o el orador busca qué es lo que va a decir. Es la parte creativa en la
producción de los alegatos, en la cual para persuadir, primero hay que definir el objetivo
u objetivos que se buscan con el discurso; luego, buscar la información, las fuentes
que sirvan de inspiración para alcanzar el fin propuesto.
El discurso judicial tiene un objetivo general y uno o varios objetivos específicos, que al
ser concretados permiten construir lógicamente el discurso. El objetivo general es
persuadir, convencer. Persuadir significa ganar la adhesión a la tesis o teoría del caso
que se plantea, es lo que se desea que el auditorio o público crea o decida. De ahí la
importancia que en esta fase se procure conocer al auditorio, en particular al juez y a los
jurados que desea convencer, esto le permitirá adaptarse a su público y precisar sus
objetivos. Es fundamental analizar el auditorio, por cuanto esto guía para determinar los
objetivos, desarrollar estrategias, seleccionar el material de apoyo, organizar el material y
pronunciar el discurso.
El juicio oral es un espacio público mediante el cual un grupo de personas establecen una
relación jurídica, que permite que se reúnan para que un juez administre justicia. Para ello
existe un fiscal que acusa y un defensor que defiende. Cada parte aparece en el proceso
respaldando su teoría del caso, que orienta los objetivos y las estrategias que se han de
seguir en el desarrollo del proceso.
La Teoría del Caso es la tesis o la propuesta de solución que las partes dan a los
hechos que son objeto de controversia. Es lo que se pretende que el juez crea; es la
versión que de los hechos ofrece cada sujeto procesal. La Teoría del Caso supone que
cada parte toma una posición frente a los hechos, la evaluación de las pruebas y la
calificación jurídica de la conducta.
La Teoría del Caso es, pues, el planteamiento que la acusación o la defensa hace
sobre los hechos penalmente relevantes, las pruebas que los sustentan y los
fundamentos jurídicos que lo apoyan. Se presenta en el alegato inicial como una
historia que reconstruye los hechos con propósitos persuasivos hacia el juzgador. Esta
historia persuasiva contiene escenarios, personajes y sentimientos que acompañan toda
conducta humana. Es la teoría que cada una de las partes en el proceso penal
plantea sobre la forma en que ocurrieron los hechos, la responsabilidad o no del
acusado, según las pruebas que presentarán durante el juicio. Es el guión de lo que
se demostrara en el juicio a través de las pruebas.
La teoría del caso se empieza a construir desde el primer momento en que se tiene
conocimiento de los hechos. Una vez que se tenga la información que servirá a cada
una de las partes, se debe definir cuál será la teoría del caso a demostrar. Se plantea
inicialmente como hipótesis de lo que pudo haber ocurrido. Estas hipótesis deben ser
sujetas a verificación o comprobación mediante las diligencias que se practican durante la
investigación. Las hipótesis de investigación se convierten en teoría al finalizar la misma.
Se modifica y se ajusta hasta que empiece el juicio.
No todos los elementos de la historia son útiles, y algunos que parecen no serIo cobrarán
importancia después. La construcción de la Teoría del Caso es un continuo ir y venir por
los hechos, hasta armar el rompecabezas de una historia donde no todos los testigos
están, ni todas las evidencias se encuentran, o bien hasta ir armando una historia donde
es evidente que los hechos no se dieron de cierto modo y por esa razón la prueba de la
contraparte es inconsistente. Ahí adquiere fortaleza la hipótesis que el abogado ha forjado
para su caso.
Paso 6. Identificación de debilidades del caso: Debemos saber cuáles son aquellos
aspectos que podrían ser utilizados por la otra parte, ello nos servirá para cubrir
oportunamente nuestras debilidades.
Paso 7. Se debe generar un tema o una frase: Se debe buscar una frase a manera de
titular d diario.
Como hemos señalado, la Teoría del Caso se comienza a elaborar desde el primer
momento de que se tiene conocimiento del hecho. Si es la Fiscalía, para definir hipótesis
e ir precisando cuales son los requisitos de hecho exigidos por la norma que
eventualmente habría que aplicar, para iniciar la búsqueda de la prueba que confirme la
existencia de esos hechos jurídicamente relevantes. Si es el defensor, para saber cual es
su estrategia defensiva, que fundamentos tiene el asunto para demostrar la inocencia o
cuál es el grado de compromiso del imputado para examinar la posibilidad de negociar. Es
decir, se deben considerar si están reunidos los requisitos de tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad, recordando que cada uno de estos supuestos exige a su vez requisitos que
hay que analizar y probar.
Para que la teoría del caso sea verdaderamente útil, debe cumplir con las siguientes
condiciones:
Sencillez. Los elementos que la integran deben contar con claridad y sencillez los
hechos, sin necesidad de acudir a avanzados raciocinios.
Lógica. Porque debe guardar armonía y debe permitir deducir o inferir las
consecuencias jurídicas de los hechos que la soportan.
Credibilidad. Para lograrse explicar por si misma, como un acontecimiento humano
real, acorde con el sentido común y las reglas de la experiencia. Debe ser
fundamentalmente persuasiva. La credibilidad está en la manera como la historia logra
persuadir al juzgador.
Suficiencia jurídica. Porque todo el razonamiento jurídico se soporta en el principio
de legalidad y por tanto debe poder llenar, desde el punto de vista del acusador, todos
los elementos de la conducta punible y de la culpabilidad. Desde el punto de vista del
defensor, debe determinar la falta de un elemento de la conducta o de la
responsabilidad, o de los antecedentes jurisprudenciales que fijan el alcance de la
norma o la violación o inexistencia de los procedimientos que garantizan la
autenticidad o admisibilidad de los medios de prueba (cadena de custodia).
Flexibilidad. Ya que inicialmente se concibe cómo será el juicio pero este siempre
está sujeto a un conjunto de avatares e imprevistos como todo proceso adversarial. La
Teoría del Caso debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse o comprender los
posibles desarrollos del proceso sin cambiar radicalmente, porque el cambio de teoría
del caso da al traste con la credibilidad de cualquier sujeto procesal.
Una buena Teoría del Caso será entonces, aquella que contiene una hipótesis
sencilla sobre los hechos y una clara adecuación típica de los mismos, sin que se
entre en sofisticados razonamientos fácticos o dogmáticos, que sea creíble porque
su posibilidad de acaecimiento es notoria y su formulación es lógica, y que logre
explicar congruentemente la mayor cantidad de hechos que sustenten la propia
pretensión, e incluso aquellos que fundamentan la teoría del caso de la contraparte
y que han podido salir a luz en el transcurso del juicio.
2.6.2. FÁCTICO. Lo fáctico consiste en los “hechos” relevantes, o más bien, tiene que
ver con las afirmaciones fácticas que queremos que acepte el juzgador para
establecer lo jurídico. Por ejemplo, en un caso de homicidio: Lo jurídico
consistiría en establecer que aunque alguien mató a la víctima, no fue su cliente el
homicida. O sea, no disputaremos que “alguien” mató a la víctima con dolo. Nos
centraremos en demostrar que no fue el sindicado. Esto nos lleva a lo fáctico. El
defensor presentaría varios hechos para subsumirlos en la jurídico (“no fue el
cliente”): (i) El sindicado no estuvo en el lugar de los hechos; (ii) el sindicado
estaba en su casa cuando mataron a la víctima; (iii) el sindicado no tenía móvil
para matar a la víctima, y (iv) la policía no encontró la pistola que mató a la
víctima. Pero estos hechos no se demuestran solos, sino a través de pruebas, lo
cual nos lleva a la evaluación de lo probatorio (las pruebas que establecen la
existencia de los hechos que se alegan). El primer hecho se demuestra por medio
del testimonio del cliente que indica que no mató, por el testimonio del testigo
presencial que no observó bien al autor, y por la cinta de cámara de video del
lugar de los hechos que demuestra que el autor era más alto que el sindicado. El
segundo hecho se demuestra por el testimonio de la novia del sindicado que él
estuvo con ella en la casa. El tercer hecho se demuestra por testimonio de amigos
del sindicado y víctima que eran muy amigos los dos. Y por último el cuarto hecho
se demuestra por testimonio de la policía que manifiesta que nunca encontraron la
pistola. Así pues, tenemos que lo fáctico sustenta lo jurídico. Es la
identificación de los hechos relevantes o conducentes para comprobar la
responsabilidad o no responsabilidad del procesado, hechos que deben ser
reconstruidos durante el debate oral, a través de las pruebas. Los hechos
contienen las acciones con circunstancias de tiempo, los lugares o escenarios, los
personajes y sus sentimientos, el modo de ocurrencia, los instrumentos utilizados,
y el resultado de la acción o acciones realizadas.
2.6.3. PROBATORIO. Cuando se sabe cuales son los hechos relevantes, viene la
determinación y la clasificación de las pruebas que demuestran cada supuesto.
Esto me permite saber que fortalezas y debilidades tiene la Teoría del Caso, para
definir si hay lugar a formular acusación cuando se trata de la Fiscalía; o para
saber que tan comprometida está la responsabilidad del defendido, cuando se
trata del defensor. Es decir, lo probatorio consiste en examinar las pruebas que
queremos presentar para establecer lo fáctico, tal como ya se mencionó.
Sustenta la teoría fáctica y la jurídica. Permite establecer cuáles son las pruebas
pertinentes para establecer la certeza de la ocurrencia de la conducta punible y de
la responsabilidad del acusado como supuestos de una sentencia condenatoria
para la Fiscalía, o la ausencia o deficiencia de estos requisitos en el caso de la
defensa, fallas procedimentales esenciales o la ruptura de la cadena de custodia
que hace perder la autenticidad de la prueba. La teoría probatoria es el modo de
comprobar ante el juez los planteamientos formulados.
La Teoría del Caso, entonces, está compuesta por tres niveles de análisis: a) La teoría de
los hechos o teoría fáctica; b) La teoría jurídica o teoría del derecho aplicable al caso; y c)
La base probatoria. La razón de describir la Teoría del Caso como compuesta por tres
elementos, es que si se dejara por fuera la base probatoria, lo que tendría el litigante sería
una buena historia, pero no un buen caso, porque le faltarían los elementos de convicción
que lo demuestren. Para que haya caso penal, es necesario que tengamos prueba. Tanto
es así, que si en la etapa de investigación no es posible recoger los elementos de
convicción que demuestre el dicho del ofendido, el fiscal pasará a la etapa de formulación
de su requerimiento con una conclusión negativa, o sea, que no hay delito que perseguir.
La prueba es el elemento que permite formular un requerimiento acusatorio. Si el fiscal o
acusador no tiene suficientes elementos de convicción en dicha audiencia de control, el
juez encargado le rechazará su requerimiento por falta de fundamentación probatoria. La
relación entre los tres elementos de la teoría del caso es de continuidad: Primero
encontramos que los hechos (teoría fáctica) tienen relevancia penal. En segundo lugar,
los encuadramos dentro de las normas penales que creemos aplicables (teoría jurídica y
subsunción). En tercer lugar, contrastamos esos hechos con la prueba (teoría probatoria);
cada elemento, típico de la historia será demostrado por otro elemento de convicción.
En las situaciones fácticas, jurídicas o probatorias discutibles, será la habilidad del fiscal la
que pueda demostrarle al juez o al jurado que su hipótesis de la historia sí es una teoría
del caso admisible.
La teoría del caso sirve para pensar organizadamente el caso y monitorear cada etapa del
juicio. Permite construir la historia persuasiva con significado penal relevante. En cada
fase del juicio oral la teoría del caso ayuda a:
2.7.1. Sirve de objetivo específico para que los servidores públicos y las partes
puedan planear y ejecutar las actividades de indagación e investigación y
luego las propias del juicio. Es decir, sirve para trazar el programa metodológico
de la investigación, los cuales han de tener relación con las hipótesis delictivas
que se van creando. Las hipótesis son objetivos específicos, que permiten a cada
parte construir su teoría del caso, y que luego cada parte expondrá con el
propósito de persuadir que la suya es la más creíble, por su veracidad y justicia.
2.7.4. Permite a partir del tema y de los hechos relevantes determinar las pruebas
conducentes que se deben buscar y pedir en la audiencia, excluyendo lo que
pueda resultar superficial.
2.7.5. Organizar la prueba que se presentará. La teoría del caso permite organizar la
prueba de la forma que mejor convenga para vivificar la teoría del caso. Estas
formas pueden ser cronológicamente que resulta ser la mejor forma para la
Fiscalía ya que permite presentar la historia paso a paso, o, sistemáticamente o
estratégicamente que es la mejor forma para la defensa ya que está dirigida a
probar un supuesto jurídico determinado. La organización de la prueba permite
eliminar las pruebas innecesarias y direccionar las pruebas que se presentarán
hacia el hecho que se quiere probar, relacionarlas con los supuestos jurídicos y
anticipar su contradicción por los demás sujetos procesales.
2.7.6. Permite establecer el orden en que los testigos y peritos serán presentados
privilegiando los testimonios fuertes al comienzo y al final para causar impacto
sobre el juzgador, bajo el principio psicológico que lo que se retiene es lo primero y
lo último. También permite organizar los interrogatorios orientando éticamente al
testigo sobre su declaración y la secuencia del examen, así como orientarlo frente
al contrainterrogatorio que vendrá después. Ayuda a analizar las debilidades de
los testigos propios y adversos y a preparar el contrainterrogatorio respectivo.
2.7.9. Adoptar y desechar estrategias de defensa. Con un buen diseño de la teoría del
caso, el defensor está en capacidad de identificar cuál es su mejor posibilidad de
defensa.
La teoría del caso consiste en subsumir los hechos (teoría fáctica), dentro de la normal
aplicable (teoría jurídica), según los elementos de convicción recopilados (teoría
probatoria), de modo que permitan construir una historia con significado penal relevante.
No importa si el significado penal relevante es condenatorio o absolutorio; basta con que
la teoría del caso concluya: Fulano es [o no es] autor responsable de tal delito, y lo
demuestre.
La Teoría del Caso identifica la acción, el sujeto activo, el sujeto pasivo, los objetos
involucrados, las circunstancias de modo, tiempo y lugar, y las compara con los requisitos
que en ese mismo sentido exige el tipo penal. Si se logra un encuadre significativo, se
relaciona con la prueba que se ha acopiado. Si cada elemento de la historia tiene un
referente en la prueba que así lo demuestre, se tiene una teoría del caso.
En suma, la Teoría del Caso es el medio ideal para dirigir la investigación; planificar,
direccionar y ejecutar la práctica de pruebas en el juicio; tener un concepto claro de la
importancia de cada prueba y eliminar la prueba superflua e innecesaria; determinar la
forma en que se realizan los interrogatorios y contrainterrogatorios en el juicio; preparar
los alegatos; entre otros.
3. EL INTERROGATORIO DIRECTO
3.1. Introducción
3.2. Concepto
3.3. Objetivos
3.4.3. Esclarecer la “jerga”. Aclarar los términos “jerga” que emplee el testigo.
3.4.4. Ser descriptivo. El fiscal o abogado debe ubicar al juez en el lugar más
importante de los hechos para que entienda mejor lo acontecido. La descripción
que el testigo haga debe comprender: iluminación, personas presentes, sonidos,
distancias, tiempo y conocimiento previo.
El juzgador retiene con mayor facilidad lo que escucha al principio y al final. Debemos de
seleccionar 2 testigos impactantes para el principio y el final. Hay que tener en cuenta que
el juez entenderá más fácil lo que es narrado cronológicamente. La admisibilidad de
varios testimonios o evidencias tangibles depende de que se establezcan determinadas
bases evidenciarias.
4. EL CONTRAINTERROGATORIO
4.1. Introducción.
4.2. Concepto.
4.3.1. Ser breve. Debemos tener presente que el testigo (sujeto a contra interrogatorio)
está identificado con la parte contraria. En el contra interrogatorio hay que
identificar e interrogar sobre áreas beneficiosas a nuestra teoría. Para ello, el
Fiscal o el abogado deben haber investigado su caso a cabalidad, pues en el juicio
oral es muy tarde para ello. Todo lo que nos beneficia debe ser traído a
consideración del juez. Debemos desarrollar puntos sueltos que en conjunto
afecten la credibilidad del testigo. Hay que utilizar muchas preguntas generando
datos para el informe final. Cuando se presentan a declarar muchos testigos sobre
el mismo hecho, con un contra interrogatorio extenso a cada uno podremos hacer
surgir discrepancias, impugnado de esa manera la credibilidad de sus
declaraciones.
4.3.6. No “pelear” con el testigo. El fiscal y el abogado deben tener una conducta
respetuosa y decorosa hacia los testigos. Ante los ataques del testigo se recurre al
auxilio del juez o reaccionar directamente con moderación.
4.3.10. Saber cuándo terminar. Hay que identificar la información que realistamente
podamos obtener. Hay que tener presente que el testigo está identificado con la
otra parte. La información debe de desarrollarse durante las argumentaciones o
con el informe final. Hay que confrontar al testigo con la inconsistencia de sus
declaraciones previas, ello impugnará su credibilidad. Si el testigo insiste hay que
concluir el contra interrogatorio, ello podría justificar razonable y creíblemente su
inconsistencia. El testigo no aceptará ser un mentiroso y que inventó todo. ¡No
buscar la yugular del testigo!
Iniciar y terminar el contra interrogatorio con los puntos más favorables a nuestro caso.
Dividir nuestro contra interrogatorio por temas, cada tema requiere un conjunto de
preguntas. No debemos limitarnos a un orden cronológico, pues ello permite prever las
preguntas.
5. EL INTERROGATORIO RE-DIRECTO
5.1. Concepto.
6. EL RECONTRA INTERROGATORIO
6.1. Concepto.
7.1. Concepto.
7.5. Parcialidad
8. LAS OBJECIONES
8.1. Concepto.
- Actuar rápidamente
- Ser cortés
- Conocer al juez
- Objetar solo cuando sea necesario
- Conocer el Derecho de la prueba
- Prever los incidentes objetables
- Discutir las objeciones sin la presencia del testigo
- Conocer a la parte contraria
- Utilizar guías:
. En el directo
. En el contra interrogatorio
. En la presentación de pruebas
. Por materia.
- Utilizar y maximizar las instituciones y remedios.
BIBLIOGRAFÍA
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